Casadas y madres infieles. Cuernos no consentidos

Conozco a bastantes casadas k se los colocan bien colocados a sus maridos , conozco varias divorciadas k después de divorciadas salen a la luz sus infidelidades alguna santa de follarse a 4 o 5 en una noche .
Es increíble la cantidad de mujeres infieles k hay bastante más k hombres y hablan menos .
En mis tiempos jóvenes las k me daban más morbo las casadas y me lié con unas cuantas algunas me tiré años follandomelas y solo me arrepiento de una k se me insinuó varias veces descaradamente y no me lié con ella xk me llevaba bien con su marido , ahora 15 años más tarde después de jubilarse el marido se enteró de las cornamentas k tenía se separaron un tiempo pero volvieron pero ya no los veo unidos como antes y ella pasa findes sola imagino k con algún amante , según el marido a ella le toca trabajar ese finde 🤣🤣🤣🤣
Yo creo que los hombres engañan más pero las mujeres engañan mejor. Es difícil que se dejen pillar
 
Hola a todos/as.

Si tratamos de documentar con datos, lo cierto es que las encuestas que he podido consultar más o menos fiables (en esto nunca se sabe) indican que los hombres son más infieles que las mujeres, en una horquilla que va del treinta por ciento de las chicas al cuarenta por ciento de los chicos aproximadamente. Los hombres superan en diez puntos a las mujeres. Mi impresión es que este porcentaje se verá reducido conforme se vaya produciendo una mayor situación de igualdad entre los sexos. Llegará un momento en que cuando se eliminen las diferencias de género ambos engañen en la misma proporción. También creo que este porcentaje se ha ido igualando y que veníamos de unos datos mucho más dispares entre sexos por el mismo motivo. Antiguamente el porcentaje de hombres que era infiel respecto de mujeres era todavía mayor.

También creo que no es una cuestión de inteligencia, simplemente creo que las mujeres es más difícil pillarlas porque saben que a ellas les penaliza mucho más ser protagonistas de una infidelidad que a los hombres.

Hace ya tiempo vi una entrevista que le hicieron a un investigador privado. Fue muy curiosa porque lejos del prototipo de Hollywood, este hombre decía que su profesión era bastante rutinaria y que una gran mayoría de los casos que le encargaban estaban relacionados con investigar posibles infidelidades de pareja. No dudó ni un segundo cuando afirmó ante una pregunta, que era mucho más difícil pillar a una mujer que un hombre.

Como ejemplo puso el caso de una esposa que le contrató porque sospechaba que su marido podía ser infiel. Solo tenía la duda, en otros casos ya tienen la certeza y lo que quieren es que el detective aporte pruebas físicas para poder situar a su pareja frente a la evidencia o para presentarlas en un posible caso de divorcio y obtener condiciones favorables.

En esta ocasión la mujer lo único que quería era saber.

El detective no tardó apenas nada en resolver el caso fue tan sencillo como revisar el coche del marido que estaba aparcado en el garaje y descubrir que tenía unas bragas en la guantera, que por supuesto la mujer no reconoció como suyas. El caso es anecdótico porque no es frecuente que alguien sea tan despistado o tan tonto como para dejarse las bragas de la amante de la guantera después de habérselo montado en el coche, pero es ilustrativo.

Este tipo de descuidos es frecuente en los hombres que por otro lado también suelen ser más indiscretos. Está la célebre anécdota de Luis Miguel Dominguín, el torero padre de Miguel Bosé que cuando por fin se acostó con Ava Gardner, se levantó de la cama y cuando esta le preguntó que dónde iba respondió algo así como:

- ¿Dónde voy a ir? pues a contarlo.

Es el clásico ejemplo de una época en la que ser infiel y mujeriego suponía un plus para cualquier hombre. No penalizaba lo mismo, incluso muchas veces beneficiaba.

Por el contrario el papel de la mujer quedaba reducido a ser la fiel esposa que tenía que aguantar todo y a la que no se le perdonaba ni siquiera una mirada a otro que no fuera su esposo.

Salvando la época y las circunstancias, la educación en valores, la igualdad de géneros, el acceso de la mujer a la educación y al trabajo (y por tanto a una mayor independencia de los hombres), ha hecho que las mujeres sean más libres y estén más dispuestas a disfrutar y eso se nota también en aspectos como la infidelidad, donde se aproximan las estadísticas. Pero aún así sigue habiendo diferencias en su contra. Creo que toda esta tradición que arrastran y también el hecho de que no haya una igualdad plena aún, las hace ser mucho más prudentes porque el coste para ellas de ser sorprendidas en una infidelidad, tanto social como personal, es mayor.

Esto por supuesto no quiere decir que más allá de las estadísticas, tanto entre hombres y mujeres haya todo tipo de casos distintos. Pero los números siguen diciendo que los hombres engañan más, que la realidad es que son menos prudentes y que la sociedad penaliza más a una mujer infiel que a un hombre.
 
Muy cierto; la sociedad penaliza mayormente hechos similares si son cometidos por mujeres y menos si lo hace un hombre. No me parece justo pues ambos miembros de la pareja deben tener iguales derechos.
 
Hola a todos/as.

Si tratamos de documentar con datos, lo cierto es que las encuestas que he podido consultar más o menos fiables (en esto nunca se sabe) indican que los hombres son más infieles que las mujeres, en una horquilla que va del treinta por ciento de las chicas al cuarenta por ciento de los chicos aproximadamente. Los hombres superan en diez puntos a las mujeres. Mi impresión es que este porcentaje se verá reducido conforme se vaya produciendo una mayor situación de igualdad entre los sexos. Llegará un momento en que cuando se eliminen las diferencias de género ambos engañen en la misma proporción. También creo que este porcentaje se ha ido igualando y que veníamos de unos datos mucho más dispares entre sexos por el mismo motivo. Antiguamente el porcentaje de hombres que era infiel respecto de mujeres era todavía mayor.

También creo que no es una cuestión de inteligencia, simplemente creo que las mujeres es más difícil pillarlas porque saben que a ellas les penaliza mucho más ser protagonistas de una infidelidad que a los hombres.

Hace ya tiempo vi una entrevista que le hicieron a un investigador privado. Fue muy curiosa porque lejos del prototipo de Hollywood, este hombre decía que su profesión era bastante rutinaria y que una gran mayoría de los casos que le encargaban estaban relacionados con investigar posibles infidelidades de pareja. No dudó ni un segundo cuando afirmó ante una pregunta, que era mucho más difícil pillar a una mujer que un hombre.

Como ejemplo puso el caso de una esposa que le contrató porque sospechaba que su marido podía ser infiel. Solo tenía la duda, en otros casos ya tienen la certeza y lo que quieren es que el detective aporte pruebas físicas para poder situar a su pareja frente a la evidencia o para presentarlas en un posible caso de divorcio y obtener condiciones favorables.

En esta ocasión la mujer lo único que quería era saber.

El detective no tardó apenas nada en resolver el caso fue tan sencillo como revisar el coche del marido que estaba aparcado en el garaje y descubrir que tenía unas bragas en la guantera, que por supuesto la mujer no reconoció como suyas. El caso es anecdótico porque no es frecuente que alguien sea tan despistado o tan tonto como para dejarse las bragas de la amante de la guantera después de habérselo montado en el coche, pero es ilustrativo.

Este tipo de descuidos es frecuente en los hombres que por otro lado también suelen ser más indiscretos. Está la célebre anécdota de Luis Miguel Dominguín, el torero padre de Miguel Bosé que cuando por fin se acostó con Ava Gardner, se levantó de la cama y cuando esta le preguntó que dónde iba respondió algo así como:

- ¿Dónde voy a ir? pues a contarlo.

Es el clásico ejemplo de una época en la que ser infiel y mujeriego suponía un plus para cualquier hombre. No penalizaba lo mismo, incluso muchas veces beneficiaba.

Por el contrario el papel de la mujer quedaba reducido a ser la fiel esposa que tenía que aguantar todo y a la que no se le perdonaba ni siquiera una mirada a otro que no fuera su esposo.

Salvando la época y las circunstancias, la educación en valores, la igualdad de géneros, el acceso de la mujer a la educación y al trabajo (y por tanto a una mayor independencia de los hombres), ha hecho que las mujeres sean más libres y estén más dispuestas a disfrutar y eso se nota también en aspectos como la infidelidad, donde se aproximan las estadísticas. Pero aún así sigue habiendo diferencias en su contra. Creo que toda esta tradición que arrastran y también el hecho de que no haya una igualdad plena aún, las hace ser mucho más prudentes porque el coste para ellas de ser sorprendidas en una infidelidad, tanto social como personal, es mayor.

Esto por supuesto no quiere decir que más allá de las estadísticas, tanto entre hombres y mujeres haya todo tipo de casos distintos. Pero los números siguen diciendo que los hombres engañan más, que la realidad es que son menos prudentes y que la sociedad penaliza más a una mujer infiel que a un hombre.
Excelente aporte 👍👍👍👍
 
Hola a todos/as.

Si tratamos de documentar con datos, lo cierto es que las encuestas que he podido consultar más o menos fiables (en esto nunca se sabe) indican que los hombres son más infieles que las mujeres, en una horquilla que va del treinta por ciento de las chicas al cuarenta por ciento de los chicos aproximadamente. Los hombres superan en diez puntos a las mujeres. Mi impresión es que este porcentaje se verá reducido conforme se vaya produciendo una mayor situación de igualdad entre los sexos. Llegará un momento en que cuando se eliminen las diferencias de género ambos engañen en la misma proporción. También creo que este porcentaje se ha ido igualando y que veníamos de unos datos mucho más dispares entre sexos por el mismo motivo. Antiguamente el porcentaje de hombres que era infiel respecto de mujeres era todavía mayor.

También creo que no es una cuestión de inteligencia, simplemente creo que las mujeres es más difícil pillarlas porque saben que a ellas les penaliza mucho más ser protagonistas de una infidelidad que a los hombres.

Hace ya tiempo vi una entrevista que le hicieron a un investigador privado. Fue muy curiosa porque lejos del prototipo de Hollywood, este hombre decía que su profesión era bastante rutinaria y que una gran mayoría de los casos que le encargaban estaban relacionados con investigar posibles infidelidades de pareja. No dudó ni un segundo cuando afirmó ante una pregunta, que era mucho más difícil pillar a una mujer que un hombre.

Como ejemplo puso el caso de una esposa que le contrató porque sospechaba que su marido podía ser infiel. Solo tenía la duda, en otros casos ya tienen la certeza y lo que quieren es que el detective aporte pruebas físicas para poder situar a su pareja frente a la evidencia o para presentarlas en un posible caso de divorcio y obtener condiciones favorables.

En esta ocasión la mujer lo único que quería era saber.

El detective no tardó apenas nada en resolver el caso fue tan sencillo como revisar el coche del marido que estaba aparcado en el garaje y descubrir que tenía unas bragas en la guantera, que por supuesto la mujer no reconoció como suyas. El caso es anecdótico porque no es frecuente que alguien sea tan despistado o tan tonto como para dejarse las bragas de la amante de la guantera después de habérselo montado en el coche, pero es ilustrativo.

Este tipo de descuidos es frecuente en los hombres que por otro lado también suelen ser más indiscretos. Está la célebre anécdota de Luis Miguel Dominguín, el torero padre de Miguel Bosé que cuando por fin se acostó con Ava Gardner, se levantó de la cama y cuando esta le preguntó que dónde iba respondió algo así como:

- ¿Dónde voy a ir? pues a contarlo.

Es el clásico ejemplo de una época en la que ser infiel y mujeriego suponía un plus para cualquier hombre. No penalizaba lo mismo, incluso muchas veces beneficiaba.

Por el contrario el papel de la mujer quedaba reducido a ser la fiel esposa que tenía que aguantar todo y a la que no se le perdonaba ni siquiera una mirada a otro que no fuera su esposo.

Salvando la época y las circunstancias, la educación en valores, la igualdad de géneros, el acceso de la mujer a la educación y al trabajo (y por tanto a una mayor independencia de los hombres), ha hecho que las mujeres sean más libres y estén más dispuestas a disfrutar y eso se nota también en aspectos como la infidelidad, donde se aproximan las estadísticas. Pero aún así sigue habiendo diferencias en su contra. Creo que toda esta tradición que arrastran y también el hecho de que no haya una igualdad plena aún, las hace ser mucho más prudentes porque el coste para ellas de ser sorprendidas en una infidelidad, tanto social como personal, es mayor.

Esto por supuesto no quiere decir que más allá de las estadísticas, tanto entre hombres y mujeres haya todo tipo de casos distintos. Pero los números siguen diciendo que los hombres engañan más, que la realidad es que son menos prudentes y que la sociedad penaliza más a una mujer infiel que a un hombre.
También me parece excelente el aporte. Lo que me preocupa es que esa mayor libertad que ahora tienen las mujeres, en parte se pierda por esa ola retrógrada que nos invade. Y defendiendo esa libertad debemos estar los hombres y mujeres que creemos en ella.
 
Hola a todos/as.

Si tratamos de documentar con datos, lo cierto es que las encuestas que he podido consultar más o menos fiables (en esto nunca se sabe) indican que los hombres son más infieles que las mujeres, en una horquilla que va del treinta por ciento de las chicas al cuarenta por ciento de los chicos aproximadamente. Los hombres superan en diez puntos a las mujeres. Mi impresión es que este porcentaje se verá reducido conforme se vaya produciendo una mayor situación de igualdad entre los sexos. Llegará un momento en que cuando se eliminen las diferencias de género ambos engañen en la misma proporción. También creo que este porcentaje se ha ido igualando y que veníamos de unos datos mucho más dispares entre sexos por el mismo motivo. Antiguamente el porcentaje de hombres que era infiel respecto de mujeres era todavía mayor.

También creo que no es una cuestión de inteligencia, simplemente creo que las mujeres es más difícil pillarlas porque saben que a ellas les penaliza mucho más ser protagonistas de una infidelidad que a los hombres.

Hace ya tiempo vi una entrevista que le hicieron a un investigador privado. Fue muy curiosa porque lejos del prototipo de Hollywood, este hombre decía que su profesión era bastante rutinaria y que una gran mayoría de los casos que le encargaban estaban relacionados con investigar posibles infidelidades de pareja. No dudó ni un segundo cuando afirmó ante una pregunta, que era mucho más difícil pillar a una mujer que un hombre.

Como ejemplo puso el caso de una esposa que le contrató porque sospechaba que su marido podía ser infiel. Solo tenía la duda, en otros casos ya tienen la certeza y lo que quieren es que el detective aporte pruebas físicas para poder situar a su pareja frente a la evidencia o para presentarlas en un posible caso de divorcio y obtener condiciones favorables.

En esta ocasión la mujer lo único que quería era saber.

El detective no tardó apenas nada en resolver el caso fue tan sencillo como revisar el coche del marido que estaba aparcado en el garaje y descubrir que tenía unas bragas en la guantera, que por supuesto la mujer no reconoció como suyas. El caso es anecdótico porque no es frecuente que alguien sea tan despistado o tan tonto como para dejarse las bragas de la amante de la guantera después de habérselo montado en el coche, pero es ilustrativo.

Este tipo de descuidos es frecuente en los hombres que por otro lado también suelen ser más indiscretos. Está la célebre anécdota de Luis Miguel Dominguín, el torero padre de Miguel Bosé que cuando por fin se acostó con Ava Gardner, se levantó de la cama y cuando esta le preguntó que dónde iba respondió algo así como:

- ¿Dónde voy a ir? pues a contarlo.

Es el clásico ejemplo de una época en la que ser infiel y mujeriego suponía un plus para cualquier hombre. No penalizaba lo mismo, incluso muchas veces beneficiaba.

Por el contrario el papel de la mujer quedaba reducido a ser la fiel esposa que tenía que aguantar todo y a la que no se le perdonaba ni siquiera una mirada a otro que no fuera su esposo.

Salvando la época y las circunstancias, la educación en valores, la igualdad de géneros, el acceso de la mujer a la educación y al trabajo (y por tanto a una mayor independencia de los hombres), ha hecho que las mujeres sean más libres y estén más dispuestas a disfrutar y eso se nota también en aspectos como la infidelidad, donde se aproximan las estadísticas. Pero aún así sigue habiendo diferencias en su contra. Creo que toda esta tradición que arrastran y también el hecho de que no haya una igualdad plena aún, las hace ser mucho más prudentes porque el coste para ellas de ser sorprendidas en una infidelidad, tanto social como personal, es mayor.

Esto por supuesto no quiere decir que más allá de las estadísticas, tanto entre hombres y mujeres haya todo tipo de casos distintos. Pero los números siguen diciendo que los hombres engañan más, que la realidad es que son menos prudentes y que la sociedad penaliza más a una mujer infiel que a un hombre.
Muy interesante...
 
Tengo varias experiencias con mujeres casadas de este tipo, es decir, no consentidas, adúlteras, infieles, como quieras llamarlas.
También he estado con varias del otro tipo, es decir, consentidas, con el marido mirando o sabedor de la situación, pero las no consentidas tienen el morbo de lo prohibido. Lo otro lo veo más como un juego de pareja.
La mujer con la que estoy ahora, P., es la madre de unos compañeros de mis hijas. Nos conocemos desde hace bastantes años pero no fue hasta 2019 cuando empezamos a follar.
¿Como surgió? Pues hicimos mucha amistad desayunando juntos muchas mañanas después de dejar a los críos en el cole. Siempre íbamos con otr@s padres y madres pero cuando surgía que los demás no podían e íbamos nosotros solos había muy buen rollo, miradas, risas....
Una semana que yo había estado de viaje y no pude ir ella me mandó un WhatsApp diciendome que me había echado de menos y yo lo empecé a ver claro... dos semanas después estábamos desayunando los dos en mi casa, ella nerviosa perdida , pero segura de lo que hacía.
Desde entonces tenemos encuentros semanales generalmente por las mañanas. Unas semanas solo puede ser un día a la semana. Otras tres o cuatro. Normalmente en mi casa, salvo si su marido está de viaje, que me gusta follarmela en su cama con la foto de boda en una de las estanterías 😉
Me gusta que se ponga el vestido de novia, que todavía le vale, las medias y los zapatos de ese día. Es un fetiche que tengo y me pone a 1000 tenerla así.
Que por qué engaña a su marido?? Supongo que un poco por todo... Se quiere sentir viva, atractiva , deseada. Hasta que empezó conmigo solo se había acostado con su marido así que, imagino que tenia también curiosidad por tener otra experiencia.
Me dice a veces q está enamorada de mi y que ha pensado en dejar a su marido por mí, pero yo la he quitado la idea de la cabeza y la he convencido para seguir así. Para qué estropearlo?? Tenemos sexo, amistad y ella tiene un marido que, por otra parte es una excelente persona, un 10 en todo, salvo en la cama (según ella).
Al cornudo le conozco, por supuesto, y me cae bien.
Como he dicho solemos tener nuestros encuentros por las mañanas pero en los veranos ella siempre se apaña para pasar algunos días de Rodríguez en la ciudad y pasar noches enteras conmigo.
El anticonceptivo que usamos es la píldora aunque los primeros encuentros fueron con goma. Empezó a tomar la píldora después de un buen susto después de que en una noche se rompiera el condón y ya siguesemos toda la noche y la mañana siguiente sin. De hecho se quedó preñada pero finalmente tuvo un aborto natural.
Espero no haberos aburrido
es increible, a mi me parece inalcanzable todo esto.
Cómo pasáis de hablar de temas triviales, como hablar del colegio de los críos, a que de repente la conversación derive en temas sexuales, hasta el punto de terminar en la cama con ellas? Yo es que ni me atrevo a sacar temas picantes, no vaya a ser que la cague
 
Mi experiencia es un poco caótica, yo ahora tengo 30 años y con 25 empezó la amiga de mi tía a tirarme los trastos, un día quedamos a tomar unas cervezas y acabó chupandomela en el coche mientras hablaba con su marido, ella de 44 en ese entonces y de muy buen ver, su marido le preguntaba por qué hablaba así, desde ese momento corte relacion con ella por miedo a que a ella la pudiesen pillar y perder todo lo que tenía, tengo que decir que una mamada sin manos es una mamada con experiencia jajaja, saludos !!!
 
es increible, a mi me parece inalcanzable todo esto.
Cómo pasáis de hablar de temas triviales, como hablar del colegio de los críos, a que de repente la conversación derive en temas sexuales, hasta el punto de terminar en la cama con ellas? Yo es que ni me atrevo a sacar temas picantes, no vaya a ser que la cague
Es ir picando piedra, sacar poco a poco el tema del sexo y ver su reacción, por dónde va a salir y tal, al final las conversaciones acaban como la que he tenido esta mañana, mami de dos peques, ya iba caliente bien temprano:
1000062947.jpg
 
Es ir picando piedra, sacar poco a poco el tema del sexo y ver su reacción, por dónde va a salir y tal, al final las conversaciones acaban como la que he tenido esta mañana, mami de dos peques, ya iba caliente bien temprano:
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joder, me quito el sombrero
 
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