CONTINUACIÓN DEL PRIMER RELATO
Pasó una semana de aquel encuentro de cruising con un abuelo y yo no me lo quitaba de la cabeza, tenía sentimientos encontrados. Por una parte cuando estaba cerdo me ponía cachondísimo lo que había hecho, me la cascaba pensando en ello y disfrutaba. Por otra parte veia que no era para mi, un señor de 70 años era algo que nunca se me había pasado por la cabeza.
Como en el encuentro me había dado su teléfono, un día que yo estaba muy cachondo decidí contactar con el. Tardó poco en caer en la cuenta de quien era yo, y tras una conversación breve me dijo: -Me contactas porque quieres repetir, dímelo y no te cortes.
Me había ahorrado trabajo y cierta vergenza así que le dije que si, que quería quedar con el y que si podía quedar esa misma tarde. Me dio su dirección y quedamos a las 18h. Yo estaba muy nervioso, el encanto del cruising no iba a estar en este encuentro y tenía cierto miedo a que ahora ya no me gustase. Pero estaba decidido a asistir.
Llegó el momento de ir y debo decir que incluso me arreglé para que aquel señor tuviese una buena impresión de mi. Me puse un polo, un jersey marrón y un pantalón de vestir.
Por el camino iba sufriendo de nueva esa dualidad, estaba muy cachondo pero con cierto miedo a que ya no me excitase, pero al llegar esa sensación enseguida se disipó, para bien.
Llamé a su puerta y parece que el tipo había pensado, a su manera, lo mismo que yo. Estaba inusualmente arreglado para estar en casa esperando para echar un polvo. Llevaba una camisa de rayas, un pantalón de vestir y zapatos de cordones. Solo con verle empecé a notar la excitación en mi culo.
Me mandó pasar y me dio la bienvenida muy educadamente. El tenía muchas menos dudas que yo y mucha mas seguridad, era muy evidente. Así que al pasar me dijo: -Tomamos algo o vamos al catre directamente?
-Una copa? le respondí con cierto alivio.
Me preguntó que tomaba y enseguida nos vimos ahí en su sofá con las copas y esperando que pasaba, como no podía ser de otra manera el primer tema de conversación fue nuestro encuentro en el cruising e hizo constar lo mucho que disfrutó.
Yo bebía rápido y entre el alcohol y la excitación quería follar ya con ese señor. Le posé la mano en la pierna y enseguida entendió que el momento era ya.
-Levántate, ven conmigo... Y yo le seguí como un corderito.
Entramos a su dormitorio y delicadamente me sentó en el borde de la cama, el se quedó de pie y con la mano empozó a acariciarme la cara, el pelo, el cuelo y yo no paraba de ponerme más cachondo... Hasta que me dio una pequeña torta y ya ahí no pude resistir más y le cogí la entrepierna.
Tenia la polla dura, lo notaba a través del ropa... Sentía el tamaño de su pollón en mi mano y mi mayor deseo en ese momento era metérmelo en la boca, no quería esperar más. Pero el tenía otros planes.
Se sentó junto a mi y delicadamente giró mi cabeza hacia el, seguía acariciándome la cara y poco a poco se iba acercando. Lo tenía a 5cm y sabia que iba a besarme. Yo realmente no estaba seguro si quería, pero me apetecía complacerlo, así que dejé que siguiera hasta que sentí sus labios con los míos y su espeso bigote contra mi cara. Sentir su bigote me puso mucho, ese símbolo de masculinidad haciéndome cosquillitas me encantaba. Me besó, metió su lengua en mi boca y a mi me gustaba, me gustaba cada vez más. Le cogí la cabeza por detrás y alargamos ese beso durante varios minutos, no quería separarme de sus labios y su bigote.
El beso se estaba haciendo eterno y a mi me apetecía mucho chupársele, así que le pregunté: -Te puedo desvestir? a lo que el respondió que estaría encantado. Se levantó y yo desde una posición servil le fui quitando prenda a prenda hasta dejarlo en calzoncillos. Llevaba boxers de abuelo, que también me ponen bastante.
Se los bajé y apareció, esa polla erecta, gorda y con bastante pelo estaba frente a mi. No dudé nada y estando el en pie y yo de rodillas se la empecé a chupar.
Me regodeé durante unos minutos lamiendo ese pollón hasta que me dijo que parase, -Para ya si no quieres que te llene la boca de leche!
Yo obedecí, yo quería que me follase y que esa leche me la dejase dentro.
Me pidió que me quitase la ropa mientras aún me tenía cogido de la cabeza y yo lo hice poco a poco, para dar tiempo a la situación y para que ese hombre disfrutase de mi tanto como yo lo estaba haciendo de el.
Cuando ya estaba desnudo me cogió del brazo y me puso al borde de la cama, me dijo que me pusiese en cuatro patas y que me tocaba poner el culo en pompa.
Me separó las nalgas con las manos, se agachó un poco y me lo empezó a comer. Yo veía las estrellas, me estaba encantando lo que hacía y notaba como mi ojete palpitante se abria por momentos, gozaba y gemía.
Se levantó y me dijo: -Yo creo que estas listo, te voy a follar.
Se escupió la mano, se frotó la polla y puse el glande en mi ojete, la empezó a meter y sin mucho esfuerzo estaba dentro, fue cuestión de segundos.
No podía parar de gemir, cada embestida me hacía gozar como aquél día de cruising, pero mucho más tranquilos y tomándonos nuestro tiempo.
Tras un rato bombeándome me empujó y se me echó encima, me empezó a follar teniéndome boca abajo entre la cama y su cuerpo velludo hasta que unos minutos después me avisó: -Te voy a dar leche, me voy a correr dentro de ti!
-Si! hazme tuyo, préñame! Le dijo yo en un arrebato de sumisión y cachondismo.
Notaba sus espasmos y como iba descargando dentro de mi, estaba cachondísimo y no podía mas. Quería que se levantase para pajearme y terminar de gozar.
Mi gozo llegó enseguida cuando me dijo: -Pero tienes prisa?. Yo le dije que no, pero estaba muy cerdo y estaba deseando correrme, necesitaba echarlo. Me cogió de la mano y me dijo: -Si no tienes prisa tu momento aún no ha llegado, para porque aún tienes que aguantarme un poco más.
Yo le pregunté si quería seguir, realmente pensé que para una persona de su edad era suficiente, pero me equivocaba. -Claro, te tendré que echar otro, o te has cansado ya?
Por mi si, quiero más.
Nos tumbamos un rato y charlamos mientras el iba cogiendo fuerzas, yo seguía muy cachondo y la forma en la que el interactuaba conmigo me ponía aún más.
Pasó una media hora cuando dijo: -Ven, ha llegado el momento de que me la pongas dura de nuevo. Esto mientras llevaba mi cabeza agarrada por la nuca contra su polla, flácida aún.
Yo obedecí y se la empecé a chupar de nuevo, eso iba cogiendo forma y volvimos a las andadas.
Esta vez me dijo que quería verme la carita mientras se corría, me pidió que me pusiese boca arriba y me levantó las piernas.
Volvió a la misma táctica, se escupió en la mano, se frotó la polla y me la puso en el culo. Esta vez yo no lo tenía tan abierto y costaba más, me dolía al entrar y me quejé algo. -Silencio, que ya he visto lo que puedes tener dentro, no me vas a dar lástima.
Esos comentarios me ponían muy cachondo y enseguida volvió a estar dentro de mi. Me estuvo bombeando un rato y me volvió a avisar: -Me voy a correr otra vez, también la quieres dentro?
-No, dámela en la cara, por favor.
Me sacó la polla del culo, me cogió de la mano y me llevó hasta ponerme de rodillas en el suelo, el seguia de pie y se empezó a pajear mirándome. Tenía una cara de vicio increíble.
Enseguida vi que el final llegaba y quería ver con mis propios ojos como se corría. Sin avisar empezó a hacerlo, y lo hizo sobre mi cara. Empezó a salir semen de aquel pollón y a a esparcirse por mi cara y mi boca. Yo estaba encantado.
-Ahora si te toca a ti, vamos, ni te levantes de ahí y córrete.
Yo estaba siendo muy obediente, me la empecé a cascar y enseguida me corrí mirando desde abajo a la cara y al cuerpo de aquel tipo. Y como no podía ser de otra manera eché un corridón impresionante.
Me dijo que podía ducharme, que en el baño había toallas y que fuese tomase le tiempo necesario.
Pasé por el baño y tras asearme volví a la habitación, donde estaba el desnudo sobre la cama esperándome.
Nos pusimos a charlar un poco y para entonces ya eran casi las 21h.
-Y si te quedas a dormir?
Me estaba invitando a dormir con el, era un desconocido que había conocido de cruising y yo no veía el motivo, pero enseguida pensé que durante la noche podíamos volver a follar y dudé poco en acceder.
Podía haber pasado, pero me quedé dormido enseguida y me desperté con el despertador a las 7h. Cuando me desperté no sabía bien donde estaba ni que hacia ahí, pero enseguida me situé. En la cama estaba solo y decidí vestirme para marcharme. Al salir de la habitación le vi en el salón tomando un café, me miró y me preguntó: -Descansaste bien?
-Muy bien! Pero tengo que ir a trabajar y ya llego tarde.
Se levantó para acompañarme a la puerta como buen caballero, y cuando estaba saliendo me volví y le pregunté: -Como te puedo llamar la próxima vez?
-Me puedes llamar Francisco.
Yo me marché a casa a vestirme para ir a trabajar y pensé en que me había echado un polvazo aquel abuelete.
Volví a llamar a Francisco y nos hemos visto varias veces más.
Pasó una semana de aquel encuentro de cruising con un abuelo y yo no me lo quitaba de la cabeza, tenía sentimientos encontrados. Por una parte cuando estaba cerdo me ponía cachondísimo lo que había hecho, me la cascaba pensando en ello y disfrutaba. Por otra parte veia que no era para mi, un señor de 70 años era algo que nunca se me había pasado por la cabeza.
Como en el encuentro me había dado su teléfono, un día que yo estaba muy cachondo decidí contactar con el. Tardó poco en caer en la cuenta de quien era yo, y tras una conversación breve me dijo: -Me contactas porque quieres repetir, dímelo y no te cortes.
Me había ahorrado trabajo y cierta vergenza así que le dije que si, que quería quedar con el y que si podía quedar esa misma tarde. Me dio su dirección y quedamos a las 18h. Yo estaba muy nervioso, el encanto del cruising no iba a estar en este encuentro y tenía cierto miedo a que ahora ya no me gustase. Pero estaba decidido a asistir.
Llegó el momento de ir y debo decir que incluso me arreglé para que aquel señor tuviese una buena impresión de mi. Me puse un polo, un jersey marrón y un pantalón de vestir.
Por el camino iba sufriendo de nueva esa dualidad, estaba muy cachondo pero con cierto miedo a que ya no me excitase, pero al llegar esa sensación enseguida se disipó, para bien.
Llamé a su puerta y parece que el tipo había pensado, a su manera, lo mismo que yo. Estaba inusualmente arreglado para estar en casa esperando para echar un polvo. Llevaba una camisa de rayas, un pantalón de vestir y zapatos de cordones. Solo con verle empecé a notar la excitación en mi culo.
Me mandó pasar y me dio la bienvenida muy educadamente. El tenía muchas menos dudas que yo y mucha mas seguridad, era muy evidente. Así que al pasar me dijo: -Tomamos algo o vamos al catre directamente?
-Una copa? le respondí con cierto alivio.
Me preguntó que tomaba y enseguida nos vimos ahí en su sofá con las copas y esperando que pasaba, como no podía ser de otra manera el primer tema de conversación fue nuestro encuentro en el cruising e hizo constar lo mucho que disfrutó.
Yo bebía rápido y entre el alcohol y la excitación quería follar ya con ese señor. Le posé la mano en la pierna y enseguida entendió que el momento era ya.
-Levántate, ven conmigo... Y yo le seguí como un corderito.
Entramos a su dormitorio y delicadamente me sentó en el borde de la cama, el se quedó de pie y con la mano empozó a acariciarme la cara, el pelo, el cuelo y yo no paraba de ponerme más cachondo... Hasta que me dio una pequeña torta y ya ahí no pude resistir más y le cogí la entrepierna.
Tenia la polla dura, lo notaba a través del ropa... Sentía el tamaño de su pollón en mi mano y mi mayor deseo en ese momento era metérmelo en la boca, no quería esperar más. Pero el tenía otros planes.
Se sentó junto a mi y delicadamente giró mi cabeza hacia el, seguía acariciándome la cara y poco a poco se iba acercando. Lo tenía a 5cm y sabia que iba a besarme. Yo realmente no estaba seguro si quería, pero me apetecía complacerlo, así que dejé que siguiera hasta que sentí sus labios con los míos y su espeso bigote contra mi cara. Sentir su bigote me puso mucho, ese símbolo de masculinidad haciéndome cosquillitas me encantaba. Me besó, metió su lengua en mi boca y a mi me gustaba, me gustaba cada vez más. Le cogí la cabeza por detrás y alargamos ese beso durante varios minutos, no quería separarme de sus labios y su bigote.
El beso se estaba haciendo eterno y a mi me apetecía mucho chupársele, así que le pregunté: -Te puedo desvestir? a lo que el respondió que estaría encantado. Se levantó y yo desde una posición servil le fui quitando prenda a prenda hasta dejarlo en calzoncillos. Llevaba boxers de abuelo, que también me ponen bastante.
Se los bajé y apareció, esa polla erecta, gorda y con bastante pelo estaba frente a mi. No dudé nada y estando el en pie y yo de rodillas se la empecé a chupar.
Me regodeé durante unos minutos lamiendo ese pollón hasta que me dijo que parase, -Para ya si no quieres que te llene la boca de leche!
Yo obedecí, yo quería que me follase y que esa leche me la dejase dentro.
Me pidió que me quitase la ropa mientras aún me tenía cogido de la cabeza y yo lo hice poco a poco, para dar tiempo a la situación y para que ese hombre disfrutase de mi tanto como yo lo estaba haciendo de el.
Cuando ya estaba desnudo me cogió del brazo y me puso al borde de la cama, me dijo que me pusiese en cuatro patas y que me tocaba poner el culo en pompa.
Me separó las nalgas con las manos, se agachó un poco y me lo empezó a comer. Yo veía las estrellas, me estaba encantando lo que hacía y notaba como mi ojete palpitante se abria por momentos, gozaba y gemía.
Se levantó y me dijo: -Yo creo que estas listo, te voy a follar.
Se escupió la mano, se frotó la polla y puse el glande en mi ojete, la empezó a meter y sin mucho esfuerzo estaba dentro, fue cuestión de segundos.
No podía parar de gemir, cada embestida me hacía gozar como aquél día de cruising, pero mucho más tranquilos y tomándonos nuestro tiempo.
Tras un rato bombeándome me empujó y se me echó encima, me empezó a follar teniéndome boca abajo entre la cama y su cuerpo velludo hasta que unos minutos después me avisó: -Te voy a dar leche, me voy a correr dentro de ti!
-Si! hazme tuyo, préñame! Le dijo yo en un arrebato de sumisión y cachondismo.
Notaba sus espasmos y como iba descargando dentro de mi, estaba cachondísimo y no podía mas. Quería que se levantase para pajearme y terminar de gozar.
Mi gozo llegó enseguida cuando me dijo: -Pero tienes prisa?. Yo le dije que no, pero estaba muy cerdo y estaba deseando correrme, necesitaba echarlo. Me cogió de la mano y me dijo: -Si no tienes prisa tu momento aún no ha llegado, para porque aún tienes que aguantarme un poco más.
Yo le pregunté si quería seguir, realmente pensé que para una persona de su edad era suficiente, pero me equivocaba. -Claro, te tendré que echar otro, o te has cansado ya?
Por mi si, quiero más.
Nos tumbamos un rato y charlamos mientras el iba cogiendo fuerzas, yo seguía muy cachondo y la forma en la que el interactuaba conmigo me ponía aún más.
Pasó una media hora cuando dijo: -Ven, ha llegado el momento de que me la pongas dura de nuevo. Esto mientras llevaba mi cabeza agarrada por la nuca contra su polla, flácida aún.
Yo obedecí y se la empecé a chupar de nuevo, eso iba cogiendo forma y volvimos a las andadas.
Esta vez me dijo que quería verme la carita mientras se corría, me pidió que me pusiese boca arriba y me levantó las piernas.
Volvió a la misma táctica, se escupió en la mano, se frotó la polla y me la puso en el culo. Esta vez yo no lo tenía tan abierto y costaba más, me dolía al entrar y me quejé algo. -Silencio, que ya he visto lo que puedes tener dentro, no me vas a dar lástima.
Esos comentarios me ponían muy cachondo y enseguida volvió a estar dentro de mi. Me estuvo bombeando un rato y me volvió a avisar: -Me voy a correr otra vez, también la quieres dentro?
-No, dámela en la cara, por favor.
Me sacó la polla del culo, me cogió de la mano y me llevó hasta ponerme de rodillas en el suelo, el seguia de pie y se empezó a pajear mirándome. Tenía una cara de vicio increíble.
Enseguida vi que el final llegaba y quería ver con mis propios ojos como se corría. Sin avisar empezó a hacerlo, y lo hizo sobre mi cara. Empezó a salir semen de aquel pollón y a a esparcirse por mi cara y mi boca. Yo estaba encantado.
-Ahora si te toca a ti, vamos, ni te levantes de ahí y córrete.
Yo estaba siendo muy obediente, me la empecé a cascar y enseguida me corrí mirando desde abajo a la cara y al cuerpo de aquel tipo. Y como no podía ser de otra manera eché un corridón impresionante.
Me dijo que podía ducharme, que en el baño había toallas y que fuese tomase le tiempo necesario.
Pasé por el baño y tras asearme volví a la habitación, donde estaba el desnudo sobre la cama esperándome.
Nos pusimos a charlar un poco y para entonces ya eran casi las 21h.
-Y si te quedas a dormir?
Me estaba invitando a dormir con el, era un desconocido que había conocido de cruising y yo no veía el motivo, pero enseguida pensé que durante la noche podíamos volver a follar y dudé poco en acceder.
Podía haber pasado, pero me quedé dormido enseguida y me desperté con el despertador a las 7h. Cuando me desperté no sabía bien donde estaba ni que hacia ahí, pero enseguida me situé. En la cama estaba solo y decidí vestirme para marcharme. Al salir de la habitación le vi en el salón tomando un café, me miró y me preguntó: -Descansaste bien?
-Muy bien! Pero tengo que ir a trabajar y ya llego tarde.
Se levantó para acompañarme a la puerta como buen caballero, y cuando estaba saliendo me volví y le pregunté: -Como te puedo llamar la próxima vez?
-Me puedes llamar Francisco.
Yo me marché a casa a vestirme para ir a trabajar y pensé en que me había echado un polvazo aquel abuelete.
Volví a llamar a Francisco y nos hemos visto varias veces más.