Deseos ocultos

Pues lo están llevando muy bien, o al menos eso parece. Hablando claro, con honestidad y sincerándose abiertamente. Si no surgen deseos ocultos de última hora, puede ser una experiencia gratificante para todos.

Esperando la continuación.
 
Aquí si tengo claro que no corre peligro la pareja y más al descubrir hoy que Manu tiene novia y la Ama.
También habrá que ver cómo le sienta a Julia esto, aunque creo que no lo sabrá nunca
Creo que habrá algo pero sin consecuencias.
 
Mucho optimista veo, si todo fuera bien no habría relato, acordaros de aquello de que " hoy puede ser un gran día, verás como viene alguien y lo jode" no lo se esperemos a ver como se desarrolla
 
Mucho optimista veo, si todo fuera bien no habría relato, acordaros de aquello de que " hoy puede ser un gran día, verás como viene alguien y lo jode" no lo se esperemos a ver como se desarrolla
Se pueden complicar las cosas, pero no va a llegar a más porque los 2 tienen parejas y están bien.
 
Precisamente de hay parten todos los problemas, algo que está bien y todo es una balsa de aceite viene alguien y lo estropea en este caso Manu con su obsesión de unas tetas aunque también digo que quien lo estropea si es que se estropea es Alberto con su deje de heterocurioso, sigo mencionando los chascarrillos populares y " pueden más dos tetas que dos carretas " lo dije muy al principio lo podían a ver resuelto con un buen reportaje fotográfico o un par de vídeos de las tetazas de Lucia
 
Precisamente de hay parten todos los problemas, algo que está bien y todo es una balsa de aceite viene alguien y lo estropea en este caso Manu con su obsesión de unas tetas aunque también digo que quien lo estropea si es que se estropea es Alberto con su deje de heterocurioso, sigo mencionando los chascarrillos populares y " pueden más dos tetas que dos carretas " lo dije muy al principio lo podían a ver resuelto con un buen reportaje fotográfico o un par de vídeos de las tetazas de Lucia
Hombre, yo la verdad que me pide eso y le arreo una ostia que lo mando a Madagascar con Alex y Marty.
 
Pues lo están llevando muy bien, o al menos eso parece. Hablando claro, con honestidad y sincerándose abiertamente. Si no surgen deseos ocultos de última hora, puede ser una experiencia gratificante para todos.

Esperando la continuación.
Los deseos ocultos de Manu están más que presentes, pero ni se plantea proponerlos ni llevarlos a cabo, está clarísimo que si Alicia quisiera, manu estaría más que dispuesto a todo, y a espaldas de Alberto también, con mucha culpa, temor, bla bla bla, pero consumaría sus deseos.
 
Mucho optimista veo, si todo fuera bien no habría relato, acordaros de aquello de que " hoy puede ser un gran día, verás como viene alguien y lo jode" no lo se esperemos a ver como se desarrolla
Yo apuesto que en un inicio todos tendrán la intención de lo pactado, pero... sin poder controlarse habrá tocamientos y puede que se atreva a un poquito más, no mucho más... dejando algo inconcluso que querrán negociar para saber si quieren dar el paso.
 
Bueno ya veo que os va gustando la historia jeje. El relato ya lo tengo terminado a falta de correcciones y algún cambio más que se me vaya ocurriendo.

Cada miércoles habrá una nueva entrega y para la parte explosiva estoy intentando crear una atmósfera y situación que espero que no os defraude y la disfrutéis con la polla en la mano 😜
Además que quiero también reflejar los sentimientos y emociones tanto de ellos como los de Alicia
 
Yo seré un poco raro, pero a mí me interesa más estos relatos desde el punto de vista de como cuando ves una película y quieres que la cosa termina bien.
Y vas comentando lo que te va pareciendo con los amigos ( al menos yo os considero así, aunque se que muchas veces mí carácter me juega malas pasadas).
Esto lo considero una familia como cuando comento con mis amigos los partidos de mi equipo ( bueno más bien últimamente nos cabreamos porque vaya equipito tengo).
 
Capítulo 5


Desde el momento en que acordaron la cena, la atmósfera en la casa de Alberto y Alicia cambió. Cada día que pasaba los acercaba más a ese evento, y con él, la tensión y los nervios crecían. Ambos sabían que la cena sería un punto de inflexión en su relación, y aunque intentaban mantener la normalidad, el tema rondaba siempre en sus pensamientos. Alicia se dedicó a planificar la cena con meticulosidad. Quería que todo fuera perfecto, desde el menú hasta la disposición de la mesa. Sabía que no solo se trataba de una simple cena, sino del preludio de algo mucho más significativo.

—Creo que deberíamos hacer algo ligero, nada demasiado elaborado —sugirió Alicia una tarde mientras miraba distraída sus redes sociales—. Algo que nos permita relajarnos y disfrutar de la noche.

Alberto, sentado en la mesa de la cocina, la observaba con admiración y preocupación a la vez. Sabía que, a pesar de su tono calmado, Alicia estaba tan nerviosa como él. Sin embargo, no podía evitar sentirse excitado por la idea de lo que estaban a punto de hacer. De hecho se había masturbado más de una vez imaginando cómo sería la escena en donde Alicia le ensañaba a Manu las tetas y él se las tocaba y se las comía, y conseguía unos orgasmos intensos y muy placenteros.

—Sí, algo sencillo pero elegante —respondió, tratando de mantenerse tranquilo—. Podemos empezar con una ensalada fresca, luego quizás un conjunto de aperitivos de picoteo, algo que no nos llene demasiado pero que sea delicioso.

—Y a todo esto, —continuó Alberto—¿cómo lo vamos a hacer, te vas a levantar la camiseta y ya, o te vas quedar desnuda de cintura para arriba?

—Pues había pensado en comprarme un conjunto de lencería bonito, y así luego también lo disfrutas tú, —dijo con coquetería— me quito el sujetador y que las vea.

—¿Vas a dejar que te las toque?

— La idea es que las vea y alomejor le dejo que las toque un poco, pero no quiero pasar de ahí no sea que se nos vaya de las manos.

—Mujer, tampoco pasaría nada si le dejas que te las chupe un poquito, ¿no crees? —dijo casi en un susurro mientras le bajaba el tirante del pijama, le acariciaba una teta suavemente y le besaba el cuello cerca de la oreja. Sabía lo que le pasaba a Alicia cuando besaba esa zona—.

—No lo sé, ya se verá... ¿Sabes? —dijo mirándolo a los ojos con una sonrisa cargada de significado— a veces pienso que no se quien tiene más ganas, si Manu de verme las tetas o tú de que ocurra.

A medida que discutían los detalles, ambos intentaban distraerse del nerviosismo creciente, pero la tensión subyacente era innegable.



Un par de días antes de la cena, Alicia y Alberto decidieron ir juntos a comprar la lencería que ella usaría esa noche. Alicia sabía que elegir el conjunto perfecto era crucial. No solo para impresionar a Manu, sino para sentirse segura y deseada. Entraron en una boutique de lencería, un lugar íntimo y elegante que les ofrecía la privacidad que necesitaban para hacer su elección sin sentirse observados. Alicia comenzó a revisar los estantes, dejando que sus dedos rozaran las delicadas telas de encaje, mientras Alberto la seguía de cerca.

—¿Qué te parece este? —preguntó, mostrando un conjunto de encaje blanco que apenas cubría lo necesario, insinuando más de lo que ocultaba.

Alberto la miró y sintió un calor intenso recorrer su cuerpo. La idea de que su esposa se presentara así ante Manu lo excitaba de una manera que no podía comprender del todo.

—Es hermoso, uff ese te quedará perfecto —respondió con voz grave—. Creo que le encantará… y a mí también.

Alicia sonrió, satisfecha con la reacción de su marido. Había algo en esta situación que la hacía sentirse poderosa, como si estuviera al mando de la dinámica entre los tres. Sabía que Alberto estaba completamente cautivado por la idea de verla en ese conjunto, y eso solo aumentaba su confianza.

—Voy a probármelo —dijo, dirigiéndose hacia los probadores al fondo de la tienda.

Alberto asintió, observando cómo su esposa se alejaba con seguridad. El ambiente en la tienda estaba cargado de un erotismo sutil, y mientras esperaba, no podía dejar de imaginar cómo se vería Alicia con la lencería que había elegido.

Alicia entró al probador y cerró la cortina detrás de ella. La cabina era pequeña, pero lo suficientemente cómoda como para que pudiera moverse con libertad. Se quitó el sujetador que llevaba lentamente, disfrutando del contacto del aire fresco contra su piel, y luego se puso el conjunto de lencería. Al mirarse en el espejo, se dio cuenta de lo bien que le quedaba, realzando cada curva de su cuerpo de manera perfecta. Mientras ajustaba las tiras del sostén, se dio cuenta de que la cortina del probador no estaba completamente cerrada. Había una pequeña rendija que dejaba entrever parte de su cuerpo. Se quedó inmóvil por un momento, y luego, con un atrevimiento que no esperaba de sí misma, decidió dejar la cortina tal como estaba. A través de la rendija, Alicia vio a un hombre que acompañaba a su mujer al otro lado, claramente interesado en lo que podía ver. Sabía que no era correcto, que debía cerrar la cortina y proteger su intimidad, pero en lugar de eso, se dejó llevar por la excitación del momento. Con un movimiento lento y deliberado, se desabrochó el sostén y lo colgó en la percha exponiendo sus tetas al desconocido. Quería comprobar como se sentía si otro hombre que no fuera su marido veía sus tetas.

La sensación de mostrar su cuerpo de esa manera, sabiendo que estaba siendo observada por alguien que no era su marido, la sorprendió y excitó al mismo tiempo. Observó cómo el hombre al otro lado de la cortina apenas se movía, fascinado por la vista que tenía frente a él. Alicia se acarició las tetas suavemente, disfrutando de la sensación y del poder que sentía en ese momento. Se miró en el espejo, observando cómo sus pezones se endurecían bajo su propio caricia. Se permitió unos segundos más de esa íntima caricia, sabiendo que estaba provocando una reacción en el hombre que la espiaba. Después de un momento, se detuvo y volvió a ponerse el sujetador que llevaba, cubriendo de nuevo su cuerpo con su ropa interior. Se inclinó para recoger su ropa que había dejado en el taburete y se vistió lentamente, aún consciente de la mirada del desconocido.

Antes de salir del probador, cerró la cortina por completo, recuperando la compostura. Sabía que lo que había hecho era algo arriesgado, pero en lugar de arrepentirse, se sintió orgullosa. Había jugado con el deseo de un extraño, y el placer que había experimentado en ese breve momento era algo que nunca había sentido antes. Cuando salió del probador para ir a pagar con el conjunto de lencería en la mano, Alicia se dirigió hacia donde Alberto la esperaba. Al pasar al lado del hombre le sonrió y el pobre hombre se puso rojo como un tomate. Su esposo la miró con admiración y deseo, sin saber del todo lo que acababa de suceder al otro lado de la tienda.

—¿Te gustó? —preguntó Alberto, intentando mantener su voz casual.

Alicia sonrió, una sonrisa que contenía secretos que solo ella conocía.

—Mucho —respondió, dándole un suave beso en la mejilla—. Es perfecto, os va a encantar.

Salieron de la tienda juntos, caminando por las calles mientras el sol comenzaba a ponerse. La tensión entre ellos era palpable, un preludio de lo que estaba por venir. Ambos sabían que la cena sería un evento que marcaría un antes y un después en su relación, pero lo que aún no sabían era cómo reaccionarían una vez que los límites comenzaran a difuminarse.


Durante los días que siguieron, la tensión continuó aumentando. Alicia se encontró recordando el incidente en el probador una y otra vez, analizándolo desde diferentes ángulos. Sabía que lo que había hecho era arriesgado, pero no podía negar que el poder que había sentido en ese momento era intoxicante. Por su parte, Alberto también estaba atrapado en una espiral de emociones. Sabía que estaba jugando con fuego, que la cena podría desencadenar sentimientos y reacciones que no podía prever. Sin embargo, el deseo de ver a su esposa cumplir la fantasía que ambos amigos habían compartido lo mantenía en un estado constante de excitación.

El día de la cena, ambos estaban en un estado de nerviosismo dispar. Ella estaba extrañamente calmada ante una situación así, sabía que en el primer momento que algo le hiciera sentirse incómoda pararía todo, así lo habían acordado los tres en el bar, y eso le daba tranquilidad. Alicia se duchó y se arregló el vello de su coño, no le gustaba llevarlo completamente depilado pero sí que lo llevaba arreglado. No iba a pasar nada ahí abajo con Manu, eso seguro pero no quería que sobresalieran pelillos por los lados del tanga de conjunto de lencería. Dedicó los últimos preparativos de la comida, mientras Alberto se ocupaba de la disposición de la mesa y las bebidas. Él en cambio estaba hecho un manojo de nervios, ni siquiera había podido comer porque se le cerró el estómago de los nervios. No paraba su cabeza de hacerse mil preguntas sobre cómo sería todo, si saldría bien o si sería un desastre… Decidió pensar en otras cosas para calmar su ansiedad y serenarse un poco.

Había un silencio tenso entre ellos, cada uno concentrado en lo que estaba por venir. Finalmente, cuando todo estuvo listo, se quedaron en el salón esperando la llegada de Manu. Alicia, vestida con un vestido negro, miraba su reflejo en el espejo del recibidor, comprobando por última vez que todo estaba en su lugar. Sabía que la noche que se avecinaba sería un desafío para todos, pero también sabía que estaba lista para enfrentarlo. Alberto, sentado en el sofá, no podía dejar de mirarla. Su esposa se veía increíble, y la idea de que Manu la viera así lo llenaba de una mezcla de orgullo y deseo. Sabía que, pase lo que pase, esta sería una noche que no olvidarían.

Cuando finalmente sonó el timbre, ambos sintieron una punzada de nerviosismo en el estómago. Alberto se levantó para abrir la puerta, mientras Alicia permanecía en el salón, consciente de que el momento que habían estado esperando había llegado. Se sentía segura, sabiendo que el conjunto de lencería aguardaba en el dormitorio, listo para el momento adecuado. Al abrir la puerta y ver a Manu allí, Alberto supo que todo estaba a punto de cambiar. La tensión, la expectación, el deseo… todo culminaría en la noche que estaban a punto de compartir. —Un mar de dudas le asaltaron otra vez en ese momento al ver allí a Manu ¿y si todo se torcía y no salía cómo esperaban? ¿Y si le daba un ataque de celos al ver a su amigo disfrutar de las tetas de su mujer? Una cosa es fantasear y otra cosa muy distinta es que pase de verdad, así que se serenó y decidió que pasara lo que pasara tendría que afrontarlo con entereza, él había querido que esto pasara, así que no había lugar ahora para las lamentaciones— La cena sería el primer paso, una preparación para lo que vendría después. Alicia, con la tranquilidad aparente de su porte elegante, sabía que el verdadero desafío aún estaba por delante, aguardando el momento de ser revelado.


Continuará…
 
Es lo que tienen los buenos amigos:
Igual se prestan una tienda de campaña, una maleta para hacer un viaje... O dado el caso, el uso y disfrute de las tetas de la esposa.
Por la pinta que tiene la cosa, parece que Manu va a catar de Alicia, algo más que las tetas.
 
bueno,, buen capitulo, muy corto cortísimo, entiendo que todo pasará la semana que viene, espero que el Autor no nos haga esperar 3 semanas para ver a Alicia con su nuevo conjunto.. ;)

Tal como preveía, no están del todo cerrados a que la primera vez pase algo, un poquito.... me gusta.
 

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