Diferentes Formas De Amar

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27 Jun 2023
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Capítulo 14

Refugiadas



La percepción del paso de los días, las semanas e incluso los años es muy diferente según el entorno en el cual te ubicas. Debido a que la perspectiva del paso de las horas puede cambiar si tu vida ha transcurrido en medio de una vorágine de actividades o si ha acontecido entre cabras, observando el paso de las nubes.

Nos podríamos cuestionar si la huida y posterior refugio en un lugar tan inhóspito y alejado de cualquier signo de modernidad era fruto de una paranoia, o quizás, de un exagerado instinto de protección, de supervivencia. Sin embargo, tanto Carmen como Sonia lo contemplaban solo como un acto de defensa, de poner tierra por medio y hacer bueno el refrán ( más vale prevenir que curar).

Madre e hija acusaron el cambio de entorno de manera muy diferente. Para Carmen vivir en un entorno rural, entre labradores, pastores y gente de campo no era ninguna novedad. No en vano ella nació en ese pueblo. Pero para Sonia ya era otro cantar, ella había vivido toda su corta vida en una gran ciudad. Los primeros 5 años, de los cuales tenia pocos recuerdos, en Madrid y los posteriores en Barcelona.

El pueblo donde recalaron después de la huida era el pueblo natal de Carmen, un entorno rustico en medio de la nada. La casa era la de los fallecidos padres de Carmen y Mónica a medio camino entre Teruel y Castellón. Cabras, cierzo y poca cosa más, cuarenta vecinos que las miraban con desconfianza, pues había pasado mucho tiempo, años , desde que Carmen se había ido del lugar. Sin embargo, allí se sentían seguras no seria fácil que nadie apareciera de repente sin que ellas no lo supieran. La familia de Carmen y Mónica era propietaria de la mayor empresa de producción de queso de la comarca. Aunque no estaban vinculadas en la gestión del negocio sí que tenían acciones de la empresa y recibían pingues beneficios al final de cada ejercicio,

Cuando murieron sus padres cinco años atrás, en un accidente de tráfico bajo extrañas circunstancias, las dos hermanas heredaron el 52 por ciento de las acciones. A partes iguales. El 48 restante pertenecía a dos hermanos del padre, o sea tíos de ellas, que eran los que gestionaban el negocio.

La relación entre ellas era inexistente, debido a la traición de Moni, pero los problemas entre ellas se agravaron, más si cabe, con la herencia. Carmen se alió con sus tíos y dejaron fuera a Mónica de la gestión de los quesos. Las dos hermanas recibieron sendas casas en el pueblo y los terrenos fueron divididos a partes iguales. Mónica no iba casi nunca por el pueblo, pero sí que recibía los dividendos de la fabrica sin retornar ni las gracias.

La casa de Carmen estaba en medio del bosque un poco alejada del resto del pueblo. El lugar estaba situado en un promontorio unos metros por encima del resto de las casas, desde esa privilegiada posición se podía observar si alguien se acercaba, a pie o en coche.

A causa del fallecimiento de sus padres, y a la ausencia de Carmen en el pueblo, la casa estaba a cargo de una pareja de ancianos, parientes lejanos de Carmen. Ellos se cuidaban de que todo estuviera en orden y con la despensa llena. Carmen les pasaba una cantidad de dinero mensual para cubrir todos los gastos. El dinero que recibía de la venta del queso que era excelente y muy bien valorado, le cubría este y todos los gastos que surgieran. No tenía problemas monetarios, el trabajo de profesora le ayudo en un principio cuando se divorció de Marcelo, aunque desde que era copropietaria de la quesería no necesitaba trabajar, lo hacía por qué le gustaba su trabajo. La música y la docencia. Claro está que estar cerca de su hija era otro de los motivos de vivir en la gran ciudad. Mientras siguiera estudiando no tenia previsto volver al pueblo, pero claro ahora las circunstancias les obligaban a refugiarse entre cabras y ovejas.

Antonio y Serafina se alegraron un montón de verla de nuevo. Carmen hablaba con sus parientes de forma regular, sin embargo, cara a cara hacía mucho que no se veían, desde hacía aproximadamente cuatro años que no viajaba a sus orígenes. Las dos, madre e hija se instalaron en el caserón sin hacerse ningún reproche sobre las incomodidades de la vida rural. Era un impase en su vida y no debería prolongarse demasiado. Lo que focalizaba su rutina era la seguridad. Descubrir que sucedía en su entorno inmediato y poner remedio al desbarajuste al cual se veían abocadas.

De hecho, todavía no habían recuperado la serenidad y el desasosiego que les condujo a dejarlo todo atrás. La precaución estaba bien presente en todos sus movimientos. Llevaban una semana refugiadas en el caserón y no hicieron ni tan solo una llamada de teléfono para saber cómo había evolucionado el episodio del secuestro y la desaparición de Silvia. Tampoco sabían nada de Mónica y sus pérfidas intenciones.

En el pueblo se sentían seguras. Pero Mónica podía deducir donde se encontraban, no en vano era también su pueblo. Sin duda Mónica también tenía aliados en el pueblo que le informaban de toda novedad en el lugar. Seguro que los utilizaría para controlarlas. Aunque 9si mandaba algún matón a por ellas lo verían llegar mucho antes de que pudiera atacarles. Sabían que tarde o temprano alguien aparecería por allí. Pero no las encontraría indefensas, las dos eran lo suficientemente hábiles como para salir airosas del encuentro con unos chulos de tres al cuarto.

Desde que estaban en modo observar y callar no paraban de darle vueltas a todo lo sucedido. Buscando la clave de todo el embrollo. Carmen no dudó ni por un momento que todo era un plan maquinado con alguna perversa finalidad que se le escapaba.

La primera sospechosa era Mónica. Esto era más que evidente. Pero ¿estaba sola en el plan o tenía algún cómplice en la sombra?

Helena y Jaime ¿estaban ellos también implicados? Jaime no parecía que supiera nada de todo este montaje, aunque vete a saber. Pusilánime y cornudo, aparentemente lo era. Sin embargo, las apariencias engañan. Helena sí que era sospechosa de estar implicada ¿pero por qué? ¿la envidia, el vicio, las ansias de dominar a todo su entorno? ¿Cuál era la clave?

A todo esto, le daba vueltas y más vueltas sin hallar la piedra rosetta que iluminase sus dudas. Podía llamar y preguntar, pero sería salir a la luz y no quería hacerlo tan pronto.

El día a día de Carmen era caminar junto a Sonia o hacer excursiones en bicicleta las dos juntas por parajes tranquilos, sin nadie que las incordiase. Comer en cantidad suficiente de buenos alimentos. Beber vino y lavarse la cara con agua fría. Este estilo de vida no era ningún sacrificio para ella, la vida solitaria, sin relacionarse con el resto de la humanidad, nada más que para lo imprescindible, era una forma de vida que Carmen venia ejerciendo desde mucho tiempo atrás. En contraposición, Sonia no lo llevaba nada bien. Necesitaba de su entorno, amigos, estudios, fiestas etc. Y claro alguien que le aliviase el picor que tenia entre las piernas. Sabía que no pasarían muchos días más sin que se follase a algún lugareño. O si me apuráis, al macho cabrío del rebaño.

Para Sonia se abrió un rayo de luz al empezar la segunda semana de reclusión en el pueblo, una leve esperanza de salir del tedio en la que se veía envuelta. La geología seguía siendo su pasión a la vez que su deber como estudiante, las montañas que rodeaban la comarca eran ricas en toda clase de yacimientos minerales en los que podía investigar y practicar sus conocimientos. Sin embargo, lo que la despertó de su letargo fue la llegada de un grupo de estudiantes de arqueología y un profesor que los acompañaba y dirigía. Dependían de la universidad de Valencia y se proponían estudiar las pinturas rupestres y los yacimientos arqueológicos ubicados cerca del pueblo.

Eran en total seis, tres chicas y dos chicos en torno a los veinte años y el profesor que estaría rondando la cuarentena. Se instalaron en una casa rural cerca del pueblo y empezaron a socializar con la gente en el único bar del que disponía la zona, de nombre “Los Cazadores”. No podía ser más premonitorio, en cuanto Sonia supo de la presencia del grupo de estudiantes le faltó tiempo para salir de caza.

Obviamente, las presentaciones y la toma de contacto entre los arqueólogos y la geóloga fueron de carácter rápido. Tenían muchas cosas en común, piedras que remover y picores que calmar.



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Descubrir que Sonia se había escapado produjo en Mónica una explosión de ira de la que todo el entorno salió afectado. Aquello era un inesperado tropiezo en sus planes. Los caniches, que conocían estos ataques de mala leche, se refugiaron fuera del alcance de su mami. Pero los esbirros no salieron tan bien parados.

  • Vamos a ver pandilla de inútiles, ¿Cómo se os ha podido escapar? Una niña enclenque y drogada enfrente de tres mastodontes como vosotros, de noventa kilos de musculo y poco celebro, por lo que se ve.
  • Lo siento jefa- dijo Isidro alzándose como portavoz de la pandilla- me pilló desprevenido y en cuanto me quise dar cuenta ya no estaba.
  • Escusas de mal pagador. ¿sabéis quién manda aquí? ¿os acordáis del juramento que pronunciasteis, los tres, y el documento que firmasteis de obediencia y sumisión?
  • Si jefa- dijeron los tres a coro, Isidro, Pablo y Elías-
  • Pues parece que no cumplís las ordenes de manera muy eficaz, y esto yo no lo tolero. Vais a recibir un severo castigo por todo el desbarajuste y las molestias que me habéis ocasionado, Vosotros lo sufriréis y yo lo gozaré.
  • ¡¡¡ en pelotas los tres, ya!!!
En menos que canta un gallo estaban los tres pájaros en bolas, temblando como niños pequeños. Sabían a lo que se enfrentaban y no tenían dudas de que recibirían una buena tunda. Mientras los tres empleados/sirvientes/ esclavos esperaban ordenes, Mónica llamo por el interfono a un par de gorilas del equipo de seguridad de la empresa y a su secretaria personal. En cuanto estuvieron todos en el despacho ejerció de jefa, ama o lo que queráis llamarla.

  • Bueno queridos ahora que estamos todos reunidos abrir bien los oídos por qué no voy a repetir nada dos veces.
  • Dolores, baja al sótano y prepara la cámara de castigo que vamos para allá enseguida.
  • Si jefa, voy corriendo- acató la orden la secretaria de Mónica- salió al trote con las tetas botando y lo más rápido que sus sesenta y muchos años le dejaban.
  • Vosotros dos- les dijo a los seguratas- ponerles el collar y la cadena a estos perritos y me los lleváis a cuatro patas hacia el sótano, una vez allí me esperáis y empezará la fiesta. Tengo unas llamadas que hacer.
Una vez salió toda la comitiva del despacho, Mónica hizo un par de llamadas. Tenía que arreglar el estropicio y no podía perder tiempo en tonterías, la rabia la corroía por dentro, el odio a su hermana era superior a toda emoción, a todo impulso y pensamiento que pudiera tener.

La primera llamada la hizo a Marcelo y lo puso a trabajar en la búsqueda de Carmen. La segunda a Helena para ponerla en su lugar, parecía que perdía la noción del acuerdo firmado entre ellas, como si se creyera en el derecho de emprender acciones por libre. La citó en el club en un par de horas. Lo más probable es que también la tuviese que instruir en cómo se siguen sus acuerdos.

Una vez realizadas las llamadas se cambió de ropa, se vistió con un corpiño de cuero negro, botas altas, medias a medio muslo, sin bragas ni sostén. Se puso una bata de seda por encima y se dirigió al sótano……
 
Capítulo 15



Ambiciones



Jaime estaba expectante con la revelación de Helena. Mónica la chantajeaba con unas fotos. Así que, tocaba sincerarse, ¿Cuál seria el secreto que no quería revelar su esposa? No podía esperar nada bueno, seguía lamiendo su propia corrida de la pierna de su esposa, pensando por donde saldría perjudicado. Por qué una cosa tenia claro, el chantaje no podía acarrear nada bueno para su relación.



Bien perrito lo prometido es deuda, pero antes date la vuelta y ponte a cuatro patas que te voy a dar lo que te mereces.

Para Helena lo que se merecía Jaime era ser enculado, con un dildo de dimensiones considerables, humillarlo y degradarlo hasta conseguir un grado de sumisión y dependencia que impidiese cualquier reacción a lo que le pudiese revelar.

En cuanto tubo a Jaime con la cabeza rozando el suelo y el culo en pompa, Helena se colocó el arnés con el dildo y untándolo con lubricante lo colocó en la entrada del ojete del pobre músico. Súbitamente de una brusca envestida le ensartó más de la mitad de la polla de goma, Jaime aulló, suplicó piedad , lloró y pataleo, pero no consiguió nada. Helena estaba como ida, no aminoró la follada en ningún momento. Acompañaba las penetraciones con fuertes cachetadas en el escuálido culo de su marido.

  • ¿Estás preparado para oír la parte oscura de tu dulce esposa? ¿Prometes no enfadarte y sobre reaccionar a lo que te diga?
  • Sí, lo prometo.
  • Bien pues te lo cuento, pero antes vístete y hablemos como personas que siento un especial temor en revelarte la causa del chantaje.
Jaime se paseó por la habitación recogiendo la ropa y se vistió. Helena hizo otro tanto, Por lo qué una vez recuperada la serenidad y la vestimenta pasaron a la conversación pendiente. Los dos sabían que podía quebrarse una parte sustancial de su matrimonio. Helena por no estar segura de como aceptaría Jaime los hechos y él por qué no podía perdonar según que quebranto del acuerdo anterior, mediante el cual ella tenia libertad de relaciones, eso sí lo tenía. Lo que no tenía era libertad de actuar a sus espaldas, a no hacerle participe de sus desmanes. La rotura de esta norma era motivo de rotura del matrimonio y Helena lo sabía.

  • Mira Jaime, antes que nada, quiero decirte que yo te quiero más que nada en este mundo, Que sin ti pierdo el norte, que sin ti no puedo vivir. Tú eres mi garantía de estabilidad, tu eres el refugio donde sé que hay paz, donde mi alma se sosiega…tú lo eres todo para mí.
  • Que miedo me das, cuantos más elogios peor será la noticia. Esto lo tengo claro.
  • No digas eso, los juegos sabes que son únicamente eso, juegos. Contigo el sexo es placentero, satisfactorio, pero yo siempre he necesitado un extra que tu no me has podido proporcionar. No quiere decir que contigo no goce, solo que hay cosas que debo buscar en otras personas, y no quiero que con eso te sientas mal. Si tu sufres yo me siento fatal.
  • Hasta aquí no hay novedad, yo lo acepto. De mala gana, tú lo sabes, pero lo acepto. Lo que no puedo permitir ni aceptar es una doble vida donde yo quede excluido y creo que ahora mismo este es el punto donde nos encontramos.
Llegados a este momento crucial de la noche Helena empezó a sollozar, viendo que Jaime no se lo pondría fácil. Necesitaba una actuación de primera actriz para convencer a Jaime de que lo que le iba a explicar solo era un arma que utilizaba Mónica para dominarla y disponer de ella y sus bienes.

Si había decidido contárselo era solo por que la amenaza de Mónica de mostrarle a Jaime las pruebas fotográficas de sus reiteradas orgias con infinidad de hombres y mujeres, así como sus aberraciones de toda clase; lluvia dorada, escatología, zoofilia, etc. No era nada que le hubiese explicado previamente. Era una vida completamente desconocida por Jaime.

Por otro lado, Mónica también le había mostrado fotos de Julia realizando toda clase de servicios sexuales, amenazándola de difundir las fotos entre su circulo social. Estaba pillada entre la espada y la pared.

Todo esto se lo dijo de un tirón, y como se temía Jaime se quedó mudo. Se levantó y sin dirigirle ni una palabra se dirigió a su habitación y la cerró de golpe. La trompada sonó como un cañón. Se derrumbó en la cama mientras oía a Helena llorar desde el otro lado de la puerta suplicando clemencia. Jurando que solo eran circunstancias pasadas en un momento de experimentación pero que nada de ello significaba una disminución de su amor y respeto hacia él.

  • Por Dios Jaime, sin ti yo no puedo ni quiero vivir.
  • Tengo que acudir a una reunión con Mónica en 15 minutos, vente conmigo o promete que cuando vuelva estarás aquí.
  • Vete Helena, ahora mismo no puedo pensar ni prometer nada. Vete y cuando vuelvas ya sabrás que es lo que he dispuesto.
  • Ábreme la puerta, amor, Por favor.
  • Vete ya, no quiero ni verte, me das asco, solo de pensar que se te mean y cagan encima y tu lo buscas… no sé. Pero que encima tengas relaciones con perros, esto sí que no puedo asimilarlo
  • Noooooo Jaime solo fue una vez y por qué estaban muy borracha, me engañaron para tomarme fotos y chantajearme.
  • Si Helena, todo lo que quieras, pero ahora te largas y ya hablaremos, pero que sepas que te has pasado tres pueblos, me has humillado, faltado al respeto y destrozado mi masculinidad. Solo te ha faltado romperme el piano. Vete ya.
Sin decir nada más Helena se fue en dirección a la reunión con Mónica. Pasase lo que pasase su vida había entrado en una espiral de malignidades de la que difícilmente saldría indemne.

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Cuando Carmen entro en el bar del pueblo se hizo un silencio que nada bueno podía presagiar. Se dirigió a la barra y pidió la acostumbrada ración de olivas y el chato de vino. Girando la mirada alrededor del local pudo observar dos lugareños, que nerviosamente trataban de disimular su presencia.

Eran los hermanos Pedro y Ricardo Guerrero, amigos y colaboradores de Mónica. Con el silencio se puso de manifiesto dos cosas, la primera que ella era la protagonista de la conversación y la segunda que nada de lo que hablasen podía ser bueno para sus intereses. Medrar en su contra y sembrar cizaña era lo que hacían. No le hizo falta a Carmen que nadie le explicase nada, el escalofrío que le recorrió la piel hablo por sí mismo. Mirando a los ojos al camarero, dejo el importe de la consumición en la barra y abandonó el local sin tan siquiera pronunciar una palabra. ¿para qué? Estaba todo más que claro. Mónica ya sabia dónde estaban y vendría a por ellas.

De la cuarentena de vecinos del pueblo una parte sustancial estarían a su lado, pero claro otra minoría estaría al servicio de Mónica. Cuestiones de proximidad económica y de dominio emocional les conducirían a velar por los intereses de su hermana. Los dos hermanos eran unos títeres en mano de Mónica desde que les salieron los primeros pelos en el pubis. Unos perritos falderos que por comerse una ración de conejo fresco serian capaces de vender a su propia madre. Desde adolescentes utilizó a los Guerrero, les manipuló y subyugó para conseguir objetivos que por si sola no hubiese alcanzado. ¿se los folló? Por supuesto, a los dos, juntos y por separado. Para Mónica el sexo es poder, desde que tenia uso de razón utilizaba las dos armas más potentes de las que la naturaleza la había dotado, el cerebro y el cuerpo. De inteligencia superior a la media y de físico morbosamente atrayente no dudaba ni un segundo en utilizarlos para sus pérfidos intereses. Que eran básicamente dos, codicia y lujuria.

Los hermanos Guerrero se cuidaban de la casa de Mónica. Vivian con su madre una voluptuosa mujer con una edad indefinida, entre cincuenta y cinco y sesenta y cinco años. Les permitía vivir en su hacienda a cambio de que la tuvieran en condiciones para cuando ella tuviera a bien pasar unos días en el pueblo.

Claro ahora os preguntareis, Dolores, ¿la madre de los hermanos Guerrero también estaba al servicio lujurioso de Moni? Pues... por supuesto. Nada más entrar por la puerta de su casa ya estaban los tres de rodillas en el piso, esperando órdenes. La mama se despojaba de la bata de andar por casa, que solía utilizar para los quehaceres diarios, y en pelota picada, con el coño goteando, la frente apuntando al suelo y las tetas desbordando toda mesura de decoro, lamia todo lo que Mónica les pidiese. Una perrita al servicio de la ama. Perrita de baño, siempre dispuesta a lamer cualquier resto de humedad o solidez que tuviera su ama después de utilizar el baño. Perrita de juegos, siempre en pelotas a los pies del sofá donde Mónica estuviera viendo la tele o follando con cualquiera de sus hijos. Depravación, humillación y dependencia. El hábitat en el cual reinaba y se movía con total soltura y determinación. Dolores era una masoquista de libro, todo lo que le pidiese su ama seria bienvenido, y podéis imaginar que le pidió de todo. ¿Follarse a sus hijos? Lo podéis deducir.

Este era el hogar de Mónica en el pueblo y desde este lugar se idearía y perpetraría todos los acontecimientos venideros.

Continuará.
 
saludos a los nuevos y a los antiguos lectores interesados en mis historias y paranoias, Algunos , que me leéis desde hace un tiempo ya sabéis que esta es una narración que vengo publicando en pajis desde unos meses atrás. Publico aquí estos dos capítulos que son los últimos de la saga. Si tenéis interés en ello puedo aportar los 13 primeros. Ya me diréis.
 
Han entrado en juego nuevos personajes, pero todos ellos satélites de Mónica, La madura y voluptuosa Dolores que a su madurez se excita con que la dominen y se licua el coño solo de saberse sin voluntad. estamos llegando a los capítulos centrales donde se determinará hasta donde puede llegar la maldad y hasta donde la suerte, la prevención y la amistad puede influir en según que hechos.

¿Ganaran los buenos o los malos? ¿ hay buenos y malos o solo hay personas con valores diferentes? ¿habrá una rebelión de los sumisos o seguirán tragando... y lamiendo?

Como decía la canción,( depende, todo depende, de según como se mire todo depende)
 
Opus que bueno que sigas con el relato por acá, esta muy buena la historia y a cada capítulo se pone más interesante.
 
Saludos opus. Ya hace tiempo que no he visto nada de ti. Espero que esta nueva etapa como escritor no te esté consumiendo.
 
Saludos a todos. Siento decepcionaros pero estoy en una crisis de creación. He concursado en algun evento literario y estoy exausto y cabreado. Prometo continuar el relato en las próximas semanas. Palabrita del niño jesus
 
Date tu tiempo.
Esperaremos hasta que publiques el próximo capitulo
 
Capítulo 16 Observando



Las horas pasaban lentamente, los días discurrían entre bostezos y languidez. Desde la llegada de Carmen y Sofia la gente del pueblo vivía alerta a cualquier suceso que alterase la rutina del lugar. El ritmo de vida de un entorno rural de dimensiones tan pequeñas como el de Villa Santa del Morral no difería en demasía de un lunes a un viernes. El único proyecto que tenían en mente los lugareños era cumplir con sus tareas diarias, observar a los vecinos y criticarse los unos a los otros.

Los fines de semana eran un poco más movidos pues algún que otro vecino (que vivía o trabajaba fuera del pueblo) regresaba para pasar el fin de semana con la familia. A la vez que algún desconocido asomaba para comprar productos típicos del lugar, pero nada que se aproxime a una avalancha, un poco de actividad extra, un ir y venir del turista típico que mira mucho, compra poco y saluda menos. ¡Vamos como si fuese un escaparate de…! pasen y vean cómo viven en el campo¡!!! no den de comer a los animales…muerden¡¡¡

La aparición pública de Carmen en el pueblo fue fugaz. Una salida al bar del pueblo y poco más que contar. Carmen no quería dar demasiada información, sabía que su aparición llegaría a oídos de Mónica. No en valde su presencia en el pueblo y la coincidencia en el bar con los hermanos Guerrero sería un chisme que rápidamente pasarían a su hermana.

Claro que Sofia no se mostró en público y tenía la esperanza de que nadie supiera que su hija estaba compartiendo refugio con ella. Sofia ni tan siquiera habló con nadie de Villa Santa excepto la pareja de ancianos que ejercían de cuidadores de la casa y estos guardaban una fidelidad a prueba de bombas. Carmen pretendía que Mónica sospechara que la niña había buscado un lugar más discreto para desaparecer. Aunque tenía poca esperanza en ello, su hermana era demasiado lista para tragarse el embuste.

La noticia de la llegada de la hermana mayor de la familia corrió como la pólvora y en pocas horas todo el mundo sabía de la presencia de Carmen en su casa del pueblo. Una sensación de peligro recorrió el pueblo, los vecinos sabían de primera mano las complicaciones y la difícil relación entre los miembros del clan de los queseros.

En la casa donde estaban refugiadas las horas transcurrían lentamente sin sobresaltos, Carmen entro en la habitación de su hija sin llamar, acarreaba un montón de ropa recién planchada y se disponía a depositarla en el tocador cuando vio a Sofia en cuclillas al lado de la cama. Estaba desnuda, cabalgando un dildo de grandes dimensiones que estaba adherido a las baldosas de la habitación mediante ventosa.

Sofia se encontraba en un grado de concentración máximo, no oyó a su madre entrar, esta se quedó paralizada observando el subir y bajar del culo de su niña. Del coño se le escurría un torrente de líquido que se deslizaba por el dildo y formaba un charco al pie de la polla de plástico. Por los quejidos y suspiros estaba próxima al orgasmo y Carmen no quiso cortar tan placentera actividad, se dio la vuelta y salió de la habitación en el momento en que Sofia estallaba en un fuerte orgasmo que grito a los cuatro vientos, inundando el suelo con la corrida con lo que las baldosas quedaron echas una pena.

Una vez calmados los picores, que le atormentaban, Sofia se ducho y vistiéndose con ropa cómoda bajo hasta la sala principal donde la lumbre crepitaba calentando la estancia. Ojeando la poco iluminada pieza descubrió a su madre en un rincón, cerca del fuego, cabizbaja y dubitativa. El resplandor de la lumbre iluminaba su cara dándole un halo de misterio y preocupación.

  • Mama, ¿qué te pasa? ¿hay algún problema? – pregunto Sofia con verdadera inquietud, temiendo que algún hecho derivado de su recién huida le desestabilizase el ánimo.
  • Hay más de un problema rondando por mi mente, cariño.
  • Pues compártelo y veremos si podemos encontrar una solución.
  • ¿estás conmigo al cien por cien, Sofia?
  • Vaya pregunta, pues claro. ¿por qué lo preguntas?
  • Veras, hay dos aspectos de nuestra seguridad que tienen fallos y por los que nos pueden descubrir. El primero es que en el pueblo hay muchos ojos observando y no todos son de fiar. El segundo es relacionado contigo.
  • ¿conmigo? Que he hecho yo para poner en peligro nuestra seguridad.
  • No es que hayas hecho nada, todavía, pero hace un rato he entrado en tu habitación y te he visto follándote un trozo de plástico, esto en sí mismo no tiene ningún riesgo, pero indica que tu lujuria te puede llevar a perder el sexto sentido que te advierte donde y cuando surge el peligro.
  • ¡¡¡mama!!! ¿me estas espiando? ¡No me lo puedo creer!
  • ¡¡¡nooooo hija, no te espío!!! He entrado para dejar ropa limpia y tu estabas de espalda dándolo todo, como si no hubiera un mañana.
  • ¡qué vergüenza! Siento que hayas visto como me he transformado en una zorra calentorra. Pero estoy cachonda todo el tiempo y necesito aliviarme de alguna manera.
  • Tranquila, no te juzgo. Ya eres adulta y una vez has empezado dándole gusto al cuerpo es difícil saber la mesura exacta. Las hormonas y los deseos atávicos nos llevan por mal camino. Debes aprender a controlar tus deseos y emociones, no puedes depender del fuego interior para caminar por la vida. Si lo haces, siempre habrá alguien que se aprovechará de ti.
  • Tienes razón mami, intento no pensar en ello, pero es una adicción que adquirí con el desgraciado de mi exnovio. No en valde estos últimos meses me los he pasado analizando más las pollas que analizando las piedras.
  • Pues me temo que, durante algún tiempo, por precaución, ni pollas ni piedras.
  • Bueno, pues seguiré con el plástico, que también es duro…pero frio. ¿Cómo te lo haces tú, mami? Llevas años separada y no te he visto nunca con ningún hombre ni mujer.
  • ¿de verdad quieres saberlo?
  • Pues claro, quizás tu método podría ayudarme a mí.
  • Me da un poco de corte. Desde luego no es nada cómodo hablar de mi vida sexual contigo. En primer lugar, tenemos que hacer un viaje al pasado para que entiendas mi vida sexual y emocional. Los primeros devaneos de jovencita, la aproximación al sexo, la vida de una adolescente en un pueblo rodeada de lobos dispuestos a hincar el colmillo a tan apetecible bocado. Los lobos ajenos y los propios de la familia. En fin, las diferentes formas de amar y sufrir. ¿estas dispuesta a ello?
  • Cómo no, tengo más tiempo libre del que he tenido nunca y un verdadero interés en saber tu vida de adolescente. No te preocupes, yo tampoco te voy a juzgar, imagina que soy tu confesor…. o tu psicólogo.
  • Ja ja permíteme que me ría…. Mi confesor, ya te hablare de él y de cómo iba de suelto debajo de la sotana.
  • Pues empieza por el principio, soy toda oídos…
Carmen respiro profundamente y con gran solemnidad se zambullo en sus recuerdos. Nunca le había hablado a su hija de las vicisitudes pasadas en su adolescencia y primeros años de adulta. Todo ello era una mezcla de buenas emociones y amargas experiencias. Aunque visto en perspectiva no fueron, ni mucho menos, malos momentos. En ese primer periodo de formación influyeron tanto su familia, como el pueblo, sin olvidar el negocio de los quesos. Sobre este punto se puede afirmar que estaba girando todo. Poder, dinero, influencia, prestigio y todos sus derivados. La familia García Carrasco era el puntal de Villa Santa Del Morral y de toda la comarca. Nada escapaba, ni escapa ahora mismo, a su control. Podríamos decir que es una especie de poder feudal, que bajo sutiles amenazas de perder el trabajo o directamente complicándoles el día a día, todos acababan cumpliendo los intereses del clan.

Sin embargo, no se puede delimitar solo a un tema laboral. La comarca era y es un territorio cerrado. La iglesia, los médicos, los alcaldes, la policía, todo el entorno social estaba bajo control. Solo con un comentario, una sugerencia o expresando una determinada insinuación los queseros organizaban la política municipal y comarcal. Su poder llegaba incluso a arreglar matrimonios, pagar estudios o escoger quien trabajaba en un lugar u otro del organigrama empresarial, y del quesero comarcal. Nada escapa a sus ojos, en toda la comarca siempre hay alguien que se encarga de pasar la información. Desde la base, y paso a paso, por el conducto reglamentario todo llega a los hermanos.

Bajo esta premisa, de la cual Sofía tenía una ligera visión, Carmen empezó a contar como era su infancia y el modo en que estaba organizada la empresa. Con los tres hermanos a cargo del destino de la familia y repartiéndose las diferentes áreas del negocio. El padre de Carmen, Rosendo, gestionaba la administración y venta de los productos. Tío Bernardo de la producción y distribución de estos. Finalmente, tío Eligio organizaba y ordenaba todo lo relacionado con las cabras, ovejas y vacas. Desde las granjas y los rebaños, hasta las personas encargadas de la gestión de cada punto de obtención de la leche y la formación de nuevos ganaderos.

En las granjas empezaba todo el proceso, la producción de la leche, el paso de mezclarla con el cuajo, y marcar la corteza del queso. Todo ello se realizaba en un número aproximado de cuarenta granjas repartidas por toda la comarca, unas aisladas, otras más accesibles, pero casi todas con una manera similar de trabajo. Entre tres y cuatro personas por granja y unas 200 cabezas de ganado entre ovejas, cabras, vacas y cerdos. Estos últimos alimentados con el suero resultante de cuajar el queso.





En aquellos tiempos lejanos, tanto Carmen como Mónica fueron introducidas en el circuito de la producción y venta del queso. Ellas eran las únicas herederas, tanto tío Bernardo como tío Eligio no estaban casados y no tenían hijos, las dos chicas debían aprender todos y cada uno de los pasos, desde vivir en una granja hasta el contacto con los distribuidores y la administración del negocio.

En este punto empieza la relación de amor odio entre hermanas, así como la turbia historia de las dos con sus tíos y con las estancias en granjas aisladas. Por lo qué, Carmen empieza a detallar como tío Bernardo instruye a Mónica y tío Eligio a Carmen. Las dos chicas inocentes, tiernas, apetecibles entre una turba de lobos con hambre. Tanto los tíos como los granjeros se encargaron de que las dos chicas aprendieran todo lo relacionado con la leche, de todos los animales…………
 
Saludos a todos. Vuelvo a escribir nuevos capitulos de la serie- "Diferentes Formas de Amar"-que empezé meses atras. Despues de una serie de decepciones en concursos de narración, reemprendo la historia de la familia Garcia Carrasco y sus peripecias en la senda de las ambiciones mas extremas.
Espero que las elucubraciones y giros de guiòn no sean demasiado extremas para vuestra sensibilidad, aunqué la maldad humana y las bajas intenciones siempre superaran lo que yo pueda plasmar sobre el papel.

Pues aquí dejo dos capitulos y seguiré aportando algunó más hasta agotar el mundo de los quesos y el sexo como herramienta para conseguir doblegar voluntades.
 
Capítulo 17 tomando el control

La ira era el impulso que regía el día a día de Mónica. Solo sus caniches apaciguaban su rabia. Sus planes de gobernar la vida de los que la rodeaban se truncaron en el mismo momento que su sobrina salió corriendo del Club. Sofia era la pieza clave para encajar los fragmentos que rodaban sueltos en el esquema diseñado a lo largo de los últimos años.

Obviamente, su hermana era el estorbo principal para sus planes. Los tíos caerían como fruta madura, pero su hermana era más difícil de dominar. Para asumir el control de todo el negocio y tener a Carmen subyugada a su voluntad necesitaba controlar a su sobrina, y esto pasaría como que ella se llamaba Mónica. Desde luego, nadie conocía mejor que ella a su hermana y los resortes que tocar para sacarla del tablero de juego.

Carmen se casó con Marcelo, hijo de una familia poderosa del mundo agroalimentario, Los Ramírez eran grandes productores de vino y aceite. Esto fue el detonante para que Mónica enloqueciera de celos. Con el matrimonio, Carmen se convertía en la más influyente de las dos. Siempre había sido la niña de papa y tío Eligio la tenía en un pedestal. Los celos la llevaron a destruir el matrimonio de su hermana, claro que en el camino descubrió un aliado perfecto para su ambición, su cuñado. Perverso y manipulador como ella, se juntaron los dos mundos y con todo el tiempo del mundo por delante trazaron entre los dos el plan para apoderarse de todo el entramado.

Su ambición no tenía límites. Entre los dos pretendían gobernar todo el negocio, tanto el de los García Carrasco como el de los Ramírez. Llevaban años en ello, desde el montaje de la escena de cama, dónde Carmen los descubrió follando, apartándola de Marcelo y desterrándola a 600 km de distancia. Hasta llegar a asumir el control del negocio de la familia Martín. Tanto el pub como el club habían sido herramientas imprescindibles para conseguir las piezas necesarias para el chantaje y manipulación de personas poderosas. El sexo es ideal para el chantaje y desde el Club Martin’s lograron acceder a secretos de gran utilidad.

Llevaba dos días en el pueblo, con toda la tropa de inútiles que la acompañaban. De momento estos eran sus víctimas principales, donde descargar su mala leche. Los hermanos Guerrero y Dolores, la mama de estos, recibían su dosis de castigo con razón o sin ella. Como esclavos domésticos los tenía a su merced para lo que se le pasase por la mente. Pero a la vez eran sus ojos y sus oídos en el pueblo.

El trio calavera, que se trajo de la ciudad, le causaban más molestias que otra cosa. No conocían nada de la mentalidad de los vecinos. Con su personalidad engreída y poco observadora los tres perlas pensaban que los pueblerinos eran unos ignorantes analfabetos que comulgaban con ruedas de molino y se tragaban todos los embustes que les soltaban en el bar del pueblo. Nada más lejos de la realidad. Eran ellos los que estaban fuera de juego y los pueblerinos los manejaban como querían.

El primer movimiento de Mónica y su entorno apuntaba a la cúpula familiar. Su tío Bernardo. Tenía una reunión con él a las cuatro de la tarde. Este era el inicio, extraer información de su antiguo mentor.

La relación con tío Bernardo era, desde mucho tiempo atrás, tormentosa. El la introdujo en el mundo de la seducción y la manipulación. Sufrió en carne propia las practicas perversas de personas sin escrúpulos, caminó por senderos de dolor y placer hasta conseguir endurecer su corazón y dilatar su ansia de riqueza.



Claro que tío Bernardo la conocía al dedillo y no tragaría con ruedas de molino. No hablaba con ella desde que rompió el matrimonio de Carmen, y aunque no tenía pruebas, sospechaba que estaba implicada en el accidente de Rosendo. Sabía que la alianza de su hermano Eligio con Carmen y el mismo cayó como una bomba en el centro de gravedad de Mónica.

A las cuatro en punto entro en el bar donde le estaba esperando Bernardo. Lo vio sentado en una mesa orientada en un lugar estratégico desde donde ver la entrada y salida del local.

Bernardo ya rondaba los 70 años, pero se conservaba fresco y en forma. Cuando vio entrar a su sobrina su cuerpo se tensó, todas las células de su cuerpo se pusieron en modo de alerta. No se fiaba de ella.

  • Buenas tardes, tío, te veo en forma por lo viejo que eres.
  • Hola Mónica, yo también te quiero
  • Si lo sé, un amor profundo y desde hace mucho tiempo olvidado
  • Bueno dejémonos de florituras. ¿qué quieres Mónica?
  • Joder que modales, casi 15 años sin hablarnos y no tienes ni una palabra amable para tu querida sobrina y antigua pupila.
  • Te conozco y sé que no puede salir nada bueno de tu boca...
  • Pues sí que han cambiado las cosas, antes solías apreciar mi boca.
  • De aquello hace una eternidad y todo fue para tu formación integral.
  • Bien pues vamos al grano. En primer lugar, tanto tu como tío Eligio habéis depositado toda la confianza en la arpía de Carmen para controlar el negocio. Aunque tanto yo como vosotros sabéis que ella solo le interesa poner la mano para recoger los beneficios y vosotros dos hacéis y deshacéis a vuestro antojo. ¿me equivoco?
  • Pues, así como dices tú, por encima y sin entrar en matices, es correcto.
  • Pues seguimos, ¿Cómo veríais tú y tío Eligio de permitirme entrar en el negocio aportando nuevos puntos de vista?
  • Pues la verdad, a bote pronto es una posibilidad más bien remota de aceptar. Siendo sincero no me fio de ti en absoluto, Pero soy todo oídos, explícame tu plan de negocio.
  • No tan rápido, solo es un primer sondeo y no voy a detallar como veo la nueva orientación de la quesera. Solo he querido hablar contigo para un intercambio de pareceres. Desde luego todo pasaría por un cambio de orientación en la dirección, no quiero decir que vosotros dos sobréis, ni mucho menos, la que sobra es mi hermana y la que falto soy yo. Pero no de mero florero, que es lo que ejerce Carmen. Al contrario, mi deseo es colaborar desde el lugar que mi padre dejo vacante con su muerte. Retomar el control del espacio que por herencia me corresponde.
  • Es una manera como otra de soñar. ¿Qué tienes de nuevo para que tu hermana deje de colaborar con nosotros y tomes tu su lugar? ¿o acaso habéis hecho las paces y sería una colaboración del 100 % del accionariado?
  • No va por aquí la cosa. De momento es todo lo que tengo que decir. Lo hablas con tío Eligio y nos vemos próximamente.
  • Está bien, ¿pero no querrías darme algún adelanto en forma un trabajo oral?
  • Vete a la mierda, ya no estoy para aprendizajes, lo que querías de mí ya lo conseguiste años atrás. Búscate a otra muchachita en la comarca para enseñarle tus trucos de cerdo pervertido, yo ya no estoy en esta pantalla.
  • Bueno, bueno gatita nunca digas no a un buen negocio.
  • Yo no tengo nada que ganar dándote gusto. Me voy…. ya nos veremos.
  • Chao pescao, la vida sigue y los negocios están esperando en la esquina, no lo olvides.
Mónica se marchó a paso rápido. Su plan seguía en marcha, pero el encuentro con su tío le removió antiguas heridas, recuerdos de su adolescencia cuando estaba ligada a su enseñanza, a sus lecciones de la vida. Bernardo era un excelente empresario, un más que notable amante y un cerdo pervertido. Le puso al corriente de los secretos del negocio de los quesos, pero a cambio tubo que acceder a mil y una fantasía del tío Berni. Cuando estaba con él, debía vestir la bata blanca de uso común en los laboratorios y en las salas de manipulación del queso. Además, le exigía que no llevase ropa interior. Cuando la llamaba a su despacho era para que, una vez cerrada la puerta, accediera a sus sucias demandas.

Todavía recordaba con nitidez la primera vez que acudió a su presencia de la mano de su padre, el cual le dijo:

  • Quédate con tío Berni que él te enseñara todo lo que debes saber sobre este negocio. Fíate de él y llegaras lejos.
  • Sí papi, lo que tu digas.
La tierna Mónica se quedó con Berni y en cuanto se quedaron solos la puso al corriente de cómo debía vestir y de las normas para no contaminar el producto. Claro que algunas solo eran para que el producto en cuestión, ella, estuviese más accesible.

Mira niña, aquí hay unas normas básicas que debes seguir, y que no te de apuro, todos las cumplimos.
 
A ver. Tirando de memoria, la Hermana mala era Mónica y la hermana buena Carmen, que además ha sacado a su hija Sofía de sus garras.
Si no recuerdo mal, había por ahí un hombre que podía empezar algo con Carmen.
 
Vas bien , el hombre que dices se llama Jaime y es un pobre cornudo consentido. Tambien quiero pedir disculpas , pues le he cambiado el nombre a la hija, deberia llamarse Sonia no Sofia.
Lo arreglaré con un poco de maquillaje, Sorry
 
Capítulo 1- Fruta o Verdura

¿Un Tomate es una fruta o una verdura? Mira que es complicado, estaba el chico embobado mirando la báscula del super tratando de escoger la tecla correcta. La causa de sus dudas era clara, era más de ciudad que los semáforos.

  • ¡¡¡Yo qué sé si es una verdura o crecen en los árboles!!!-dijo el chico.
  • Perdona, ¿Vas a pesar los tomates o esperas que echen una serie por la pantalla de la báscula?
La que se había dirigido al chico, sujeta tomates, era una mujer en la cuarentena. Por supuesto era la prisa la que le empujaba a actuar con precipitación y, con poca paciencia para esperar su turno.

Perdone señora, tengo la duda de apretar la opción de fruta o la de verdura. No tengo claro si un tomate es una fruta o una verdura ¿podría usted, que por la edad ya lo sabrá, ayudarme a escoger la opción correcta?

Por la mirada despectiva se podía aventurar que la pregunta estaba formulada con toda la mala leche, incidiendo en la edad de la mujer, cosa que hizo efecto y con una mirada criminal dirigida al desaprensivo la mujer le contesto:

  • No te preocupes, no es cuestión de edad sino de inteligencia y lo tuyo no creo mejore en un futuro próximo. Serás un viejo de 70 años y aun no habrás aprendido las normas básicas de la verdulería.
  • ¡¡¡Perdón!!! No entiendo. -exclamó el pimpollo-
  • Pues es muy fácil, ¿ves aquello del estante superior? Aquello es un pepino, puedes ver el nombre, es una verdura. Si lees la etiqueta, veras por donde te lo puedes meter, gilipollas.
Vale, - exclamo el chico con dudas. Mensaje captado, que tenga usted un buen día abuela.

La mujer se alejó jurando en arameo, -será imbécil el crio este, mira que llamarme abuela- La situación le puso de mala leche. Carmen, que así se llamaba la mujer, tenía un carácter de mil demonios, a sus 45 años no llevaba nada bien el paso del tiempo. Envejecer no estaba escrito en sus planes de futuro. Vestía de forma juvenil, con ropa más apropiada para su hija que para ella. Falda de cuatro dedos por encima de la rodilla, de tejido elástico que dibujaba el contorno de las caderas, culo escaso y piernas musculadas. Calzaba unas sandalias con plataforma de 15 centímetros, para salvar su escasa estatura, con unas medias coloridas hasta las rodillas, de rallas horizontales, que contrastaban con el color azul de su pelo teñido.

Carmen estaba enfadada, las situaciones tensas con intercambio de exabruptos eran una constante en su día a día. Sin embargo, las discusiones, no por habituales, le alteraban su ya escaso y frágil sentido del humor.

Tenía poco tiempo libre antes de volver al trabajo. Con prisa, se dirigió a su casa, descargó los víveres recién comprados y retornó a la academia de música donde ejercía de profesora desde los últimos 15 años.

La llegada de Carmen al puesto de profesora lo condujo una concatenación de diversas circunstancias;

En primer lugar, un divorcio traumático, con una batalla truculenta contra su exmarido por todos y cada uno de los elementos en discusión. La sentencia la liberó de Marcelo, después de 8 años de matrimonio y una hija de 5 años en común. Se dividieron las cuestiones muebles e inmuebles a partes iguales, La hija de ambos, Sonia, se quedó con ella y se trasladaron a 600 km. Cuanto más lejos mejor.

En segundo lugar, una vacante en la academia que la llevo a postularse para cubrir la plaza disponible. Su cualificación profesional era la solicitada por la academia y, a ella, la distancia física con su exmarido le calmaría el ánimo y la mala leche. Además, su hija no tendría tanto contacto con Marcelo.

Por último, un pisito, pequeño pero suficiente y a un precio asequible. Encontró la oferta de alquiler y no se lo pensó dos veces.

De manera que, liándose la manta a la cabeza, todo cambió para ella y su hija. Nueva ciudad, trabajo nuevo y lo más importante distancia entre ellas y los traidores de Marcelo y Mónica. Pero el poso de la amargura no desapareció del todo, la mala leche y la desconfianza hacia la humanidad en general y hacia los hombres en particular seguían muy presentes en su proceder.

Claro está que en Carmen no tan solo podíamos encontrar esa cara de su personalidad. La verdadera Carmen era una mujer afectuosa, cariñosa y apasionada. Si podías romper esa barrera de protección y llegar a su zona intima, descubrirías que le gustaba hablar con sus amigos, escuchar música (por afición, devoción y docencia), practicar deporte (judo y ciclismo principalmente) y salir de fiesta con las pocas amigas que tenía. Pero, ante todo, su prioridad era Sonia.

Su manera estrambótica de vestir no era solo un síntoma de síndrome de Peter Pan, que también, era una barrera, una máscara para ocultar su herida, su profunda decepción. Marcelo le había colocado una bonita cornamenta. Nada más y nada menos que con su hermana menor Mónica, la única familia que le quedaba en este mundo aparte, claro está, de Sonia y Marcelo.

Por mucho tiempo que pasase no olvidaría la puñalada trapera que recibió cuando los descubrió retozando en el lecho conyugal. Claro que Mónica y Marcelo expresaron toda clase de los consabidos tópicos; no es lo que parece, que solo es sexo evasión, que los dos te queremos no hagas ninguna tontería…etc.

No obstante, lo que vio y la dejó paralizada no fue nada que se pudiera ajustar a los tópicos antes expuestos. En el amor de pareja hay una exclusividad que no lo hay en el amor fraterno ni en el materno. Por esta razón, el matrimonio es exclusivamente un acto de voluntad y un compromiso con la pareja. La decisión de dedicar nuestra vida a otra persona es la razón que sustenta la idea de indisolubilidad del matrimonio. Roto este compromiso, roto el vínculo con Marcelo.

En cuanto a Mónica, su amor hacia Carmen era fraternal, no en vano eran hermanas. Está claro que el amor fraternal no incluye exclusividad. Pero la mentira continuada conduce a la traición y ella la traiciono de una forma rastrera, no tan solo en su actitud de embustera sino también ayudando a romper el vínculo del matrimonio. Todo muy feo y doloroso.

Los hechos sucedieron de la siguiente manera:

Carmen llego a casa justo una hora después irse a trabajar, su llegada era habitualmente sobre las 8 de la tarde. Pero ese día se encontraba indispuesta y se fue a casa mucho antes de la hora.

La primera circunstancia que le extraño fue ver el coche de Mónica estacionado delante de su casa. No era normal. Mónica iba a visitarlos muy de vez en cuando y solo cuando estaba ella en casa. No sabía bien el porqué, pero una sensación de vacío en el estómago le produjo un malestar muy superior al que le llevo a regresar al hogar antes de tiempo. Al tiempo que, un temblor en las piernas le impedía moverse del lugar. Todas las alarmas sonaban en su cerebro.

¡¡¡No puede ser!!! Se repetía sin llegar a creerse lo evidente. Cuando entro en la casa, sigilosamente, los gemidos y lamentos procedentes del piso superior no podían ser más inequívocos. El cuchillo que notaba en su espalda se incrustó aún más, si cabe. La ansiedad le desbocó el corazón apenas podía subir las escaleras. Las ganas de vomitar le provocaban arcadas que con dificultad logro controlar.

De manera que a duras penas alcanzo el final de la escalera. Sin lugar a duda el dormitorio de donde procedían los quejidos era la habitación principal, su lecho matrimonial para remachar el clavo.

Naturalmente que remachaban el clavo, Marcelo estaba situado detrás de Mónica y la penetraba sin piedad, ella a cuatro patas gemía descontrolada.

  • Duro, dame duro, cabrón. No pares. Qué bueno…
  • ¿te gusta cuñadita? Eres la chica más explosiva que me he follado.
  • ¿mejor que mi hermana?
  • ¡¡¡claro!!! Ella es muy conservadora, tú eres multifunción. Pero calla ya y sigue moviendo el culo, cerdita.
  • Sigue, sigue que me corro.
Carmen observaba la escena desde la puerta sin que los dos tortolitos se hubieran percatado de su presencia.

Córrete que yo también estoy cerca.

Mónica gritaba su orgasmo y temblaba de placer cuando Marcelo le ordenó:

Date la vuelta y abre la boca.

Mónica se arrodillo delante de Marcelo, mientras él se vaciaba en su boca su visión se cruzó con la de su hermana, quien desde la puerta de la habitación estaba observando y oyendo. Carmen tenía la cara pálida y su cuerpo temblaba, no pudo resistir más y vomitó todo el contenido de su estómago sobre los dos traidores.

Obviamente, aun después de 15 años, la herida seguía sangrando. Ninguna relación sentimental prosperó más allá de unos pocos meses. Sonia, su hija, era y es el centro de su existencia, lo más importante de su proyecto vital.

Con veinte años Sonia era una chica extrovertida y de fácil conexión con el sexo contrario. Carmen le advertía de los males que le podían acarrear los chicos, que pusiera barreras y no se fiara. Sin embargo, ella no tenía ningún reparo en ampliar su lista de conquistas. La última, sin ir más lejos, un chico que le tenía sorbido el sentido. Puesto que no dejaba de hablar de él, Carmen le exigió que se lo presentara y, a regañadientes, esa noche seria la ocasión para ello. En vista del poco espacio que disponían en el piso, la reunión sería en un restaurante. De modo que, en torno a unas viandas como excusa poder sonsacarle cuáles eran sus verdaderas intenciones. Carmen esperaba qué, en un ambiente neutral se crease el clima de confianza suficiente para derribar sus defensas y aflorase el verdadero perfil del novio de Sofia.



Capítulo 2. La cena.

La jornada laboral terminó sin contratiempo. Disponía del tiempo suficiente para arreglarse y reunirse en el restaurante con Sonia y el chico desconocido. La sensación de peligro le oprimía el estómago. Aunque no era una impresión sustentada por una certeza, su experiencia en cuanto a los chicos con los que se relacionaba su hija no vaticinaba ninguna buena nueva.

Obviamente, Carmen y Sonia tuvieron una charla el día antes de la fecha acordada para la ceremonia de presentación. De la reunión salió el compromiso, por parte de Carmen, de no asustar al nuevo novio con alguno de sus exabruptos. La promesa de un comportamiento discreto y una mentalidad abierta sellaron el acuerdo. Pero no las tenía todas consigo, sabía que si salía a la luz alguna evidencia de lo que sospechaba la cena acabaría antes de los postres.

Cuando Carmen llegó al restaurante los dos tortolitos ya la estaban esperando.

  • Hola mama, mira te presento a Isidro. -le dijo con ilusión-
  • Un placer ¿Qué tal Isidro?
  • El placer es mío, Carmen. Mucho gusto en conocerte, finalmente.
La cena transcurrió sin ninguna novedad, el tal Isidro se comportó como un corderito bien educado. Toda la serie de frases gastadas, usadas por Isidro, tenían como objetivo ablandar a la madre de su novia. Sin levantar la voz en ningún momento, contesto a todas las preguntas de Carmen. Y sí, las respuestas pronunciadas con toda la parafernalia del encantador de serpientes tenían la intención de ganarse la confianza de la madre de Sonia. Isidro, puso todo su empeño en endulzar sus repuestas. Sonia lo miraba embobada, tragándose todo el cuento del farsante.

Sin embargo, toda la serie de frases estereotipadas, usadas por Isidro, no pudieron engañar el fino olfato de Carmen que preocupada por su hija no bajo la guardia en ningún momento.

Isidro no era trigo limpio. Aunque su sonrisa amplia y el porte de niño bien radiaban una seguridad indudable en sí mismo. Detrás de la fachada de generosidad se escondía un intenso egocentrismo, sutil, pero no por ello menos profundo. Como todo egoísta solo se interesaba por sí mismo, para Isidro el placer no está en dar, sino únicamente en tomar. Juzgaba a todo el mundo desde la perspectiva de la utilidad que pudieran aportar a sus propósitos. Y Sonia era su objetivo. Carmen podía ser un obstáculo, pero estaba convencido que lo podría superar, camelándosela con mentiras y medias verdades.

Lo que no podía saber Isidro es que cuando él iba Carmen ya volvía. Por eso, todos los pocos vellos que tenía en el cuerpo Carmen se le erizaron, en cuanto Isidro abrió la boca. Toda la farsa de parabienes y la retórica halagadora, para con ella, lejos de allanarle el terreno al chico, hizo todo lo contrario. Entonces sus sospechas se confirmaron cuando empezó preguntar intimidades que no venían al caso. Creyendo que ya la tenía en el bote y dando por supuesto que su inteligencia estaba varios niveles por encima de la de Carmen, apretó un poquito más la tuerca y le confesó:

  • Carmen, yo estoy profundamente enamorado de Sonia y esta relación tan bonita que tenemos debería de solidificarse.
  • Pues tu dirás como crees que debe ser esta solidificación de la que hablas.
  • Primero viviendo juntos.
  • ¿me dices que Sonia se vaya a vivir contigo?
  • No, digo viviendo juntos, pero en vuestro piso.
  • ¿tus estas gilipollas o qué? ¿Te crees que te voy a dejar entrar a vivir en nuestra casa? A ti, un desconocido solo porqué mi hija este deslumbrada por las apariencias.
Todo y que había prometido portarse bien y escuchar sin alterarse tal grado de insensatez no podía dejarlo pasar sin más. Efectivamente todavía no estaban en los postres y la cena ya estaba terminando.

  • Mama por favor -dijo Sonia- deja que venga a vivir con nosotras y si no sale bien lo dejamos.
  • Mira hija, este pipiolo te puede engañar a ti con sus camelos, pero yo tengo la suficiente experiencia para saber que esconde unas intenciones nada buenas.
  • Estas exagerando, Isidro es bueno y cariñoso y me quiere.
  • Si claro, como una víbora, cuando menos te lo esperas te muerde.
  • Vamos a dejarlo, Sonia. -exclamo Isidro. El cual ya tenía suficiente, la paciencia no era su fuerte. Dejemos que pase un tiempo y nos conozcamos. Seguro tu madre con el tiempo me apreciará.
  • Claro, que te apreciaré, si dejas a mi hija en paz serás mi ídolo.
Diciendo esto, Carmen se levantó y pagando la cuenta se fue para casa sin tan siquiera despedirse.

Capítulo 3 Isidro.

La cena no fue en absoluto ni por asomo de su agrado. Carmen no se doblego a sus pretensiones, tal como él había previsto. La madre de Sonia tenía un grado de dureza superior al habitual.

Esta no era, por descontado, la primera ni sería la última mamá a la que debía conquistar para acceder al control total de la hija. Es decir, la negativa de Carmen complicaba un poco sus planes, pero no por ello frenaba el método trazado.

Isidro y Sonia salieron del restaurante justo unos minutos después de Carmen. Sonia iba disculpándose por la actitud de su madre y seguía a su novio agarrándole del brazo para frenar su paso. Puesto que, la ira que hervía en el interior de Isidro le llevaba a caminar a grandes zancadas y dificultaba seguir su ritmo.

Eran casi las once de la noche y se encaminaron al pub donde acostumbraban a matar las horas. El local era de dimensiones medianas, con una larga barra justo al entrar. La zona de acceso era un espacio amplio que permitía a los clientes tener la movilidad suficiente para colocarse en su lugar de preferencia. La barra disponía de taburetes, pero ellos se dirigieron a la zona interior donde, aparte de una pequeña pista de baile se encontraban unos reservados donde la discreción permitía la libertad requerida en todo momento. Tanto si eran parejas o pequeños grupos se podían acomodar en los diferentes sitios habilitados para ello.

Isidro abría la marcha y Sonia lo seguía como un corderito. El reservado, al cual accedieron, era de los mayores del pub. En el interior estaban esperando a la pareja dos amigos de Isidro. Al ver el rostro crispado de su amigo supieron que la cena no produjo el resultado esperado. Deberían cambiar de estrategia.

  • Hola parejita- saludo Elías- ¿cómo va todo, queréis tomar alguna cosa?
  • Podría ir mejor- dijo Isidro- pero la madre de esta muñeca no parece estar interesada en colaborar.
  • Anda Sonia, ve a pedir unas cervezas.
En cuanto Sonia fue a pedir el encargo el grupo siguió la charla.

  • Ya te advertí- entro en la conversación Pablo- cuando la conocí en el super no me equivoqué, nos costará dios y ayuda hacerla pasar por el aro.
  • Bueno amigo, yo he intentado meterme en su casa, pero no ha colado. Sonia no sospecha nada es inocente y confiada, pero Carmen, la madre no se fía ni de su sombra.
En estas que llega Sonia y cambia el tema de discusión.

  • Aquí tenéis chicos vuestras cervezas.
  • Eres un sol, gracias, cariño, ven aquí – le ordeno Isidro-
Al momento se acercó a él y abrazándolo le beso con toda la pasión que el amor romántico le infundía.

Por amor sería capaz de cualquier cosa, como decía Arthur Schopenhauer en el librito “Las edades De La Vida”. La juventud busca la felicidad la madurez solo busca evitar la desgracia. Teoría que se podía observar en la actitud de Carmen y Sonia.

Toda prevención frente a su amor quedaba desactivada. Sonia hacia todo lo que Isidro le ordenaba. Su sumisión le impedía rechazar nada. La felicidad no la conseguía recibiendo, su felicidad pivotaba en la entrega a los deseos de Isidro.

Y Estos deseos eran cada vez más perversos. Isidro no estaba dispuesto a renunciar a su presa.

Sonia se hacia la tonta, la niña inocente que por enamoramiento era capaz de cualquier cosa. Pero no era así. Cada vez que Isidro le ordenaba alguna cosa, la cumplía. Era obvio que él la estaba calibrando. Lo que no sabía Isidro, en su infinito e inflamado ego, que no era él solo el que estaba buscando el momento para captar a su presa. Porqué eso es lo que estaba pasando. Sonia también estaba buscando sus límites y Isidro le valía como instrumento, para encontrar el punto de inflexión en el que decir, ¡basta! hasta aquí.

No estaba enamorada de un imbécil lleno de amor propio como Isidro. Lo que estaba buscando es el vicio y las conexiones que le podía proporcionar. Por supuesto que estaba jugando con fuego, ella pensaba que el plan de Isidro era jugar con ella, seducirla, compartirla con sus amigos. Sin embargo, el peligro era mucho más grande, sin ella saberlo jugaba con una banda de serpientes venenosas, tal como su madre ya sospechaba.

Carmen, su madre le había advertido cuidado con este pollo. Pero, ella se hacia la tonta, la enamorada. No en vano, las clases en el instituto del teatro le servirían para aparentar lo que no era. Una inocente ovejita a punto de ser devorada por el lobo.

Sonia era físicamente similar a su madre, un poco más alta, 1.60, pero de complexión delgada. Poco busto mucho menos que su madre, (que años atrás se operó aumentando el volumen de sus escasos pechos), Sonia era casi plana solo un poco de volumen alrededor de sus pezones. Los mismos sí eran rotundos, tenían casi un centímetro de longitud, con una aureola que era igual de amplia que la escasa prominencia del busto. La cintura de avispa, y el culo escaso, pero bien formado, consistente y para nada infantil, Largas piernas, delgadas pero fuertes y musculadas. Sonia también practicaba judo y ciclismo como su madre.

La relación con Isidro era simplemente una entrada en un mundo que percibía como prohibido. Una entrada en la parte oscura de la ciudad. Conocía de sobras sus intenciones de utilizarla para sus fines personales, que no eran otros que follarla hasta la saciedad. Engancharla, a sus como él creía insuperables encantos, para posteriormente compartirla con su grupo de amigos. Hasta aquí ella sabía cómo era él y sus amigos.

Lo que ignoraba era que, una vez viciadas y dominadas las chicas eran utilizadas al antojo de los depravados y perversos manipuladores. Si no tenían familia que se preocupara de las víctimas, ellos tenían la vía libre, sin oposición alguna, para posteriormente venderlas a una red de prostitución que les proporcionaría unos beneficios considerables. Por esta razón Carmen era un estorbo. Se metería por medio y les arruinaría el negocio. Tenían que eliminarla.

Sonia era el máximo objetivo al que aspirar, apariencia infantil, pero con 20 años, una sexualidad extremadamente activa, abierta a todo, y una familia escasa de la que poder desprenderse con facilidad. El perfil de Sonia estaba pagado con muchos miles de euros. Solo tenían que seguir el plan trazado. De momento solo le daría una pequeña dosis de lujuria. A la vez que mientras llegaba el momento de colocarla al mejor postor le sacarían el máximo rendimiento posible. Por esta razón ya tenían una larga cola de viejos babosos dispuestos a pagar para follarse un bombón como Sonia.

El pub donde se encontraban formaba parte de la infraestructura criminal. La parte trasera del pub compartía pared con un club de alterne de la calle posterior y, mira qué curioso, tenían un pasillo de comunicación muy útil para sus fines. Los clientes del club pagaban fortunas para abusar de las incautas chicas que acudían a retozar con sus supuestos novios. La utilización de drogas para anular la voluntad y borrar la memoria de las victimas era un método utilizado a menudo.
 
Me ha servido para refrescar la memoria.
Los malos del relato eran no solo la Hermana y su traición (Mónica), si no que el novio de su hija era otro ser tóxico del que conviene alejarse.
En cuanto a la duda sobre los Tomates, yo que soy cocinero os la quito:
El Tomate se considera dentro del grupo de las frutas carnosas y su acidez no debe exceder el 14%
 
Gracias cocinero, Creo recordar que de Sevilla y que te gusta el blanco pero entre el verde y el rojo no tienes duda, escojes el color de la pasión.
Como la naturaleza define la percepción de las frutas , verde igual a inmaduro poca sustacia ,sin sabor (solo las nueces verdes se usan para macerar algun licor), el color de la fruta madura, como los tomates es rojo corazon, donde surge la pasion por el sabor, el gusto por la deliciosa pulpa dulce.

Voy a subir 3 capitulos de los que subí en pajilleros. Hasta ponernos al dia no subiré ninguno de nuevo.
 
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