La mañana del día D nos levantamos temprano porque teníamos un viaje intenso y debíamos estar a mediodia para hacer la entrada en la habitación del hotel que había reservado el macho.
La idea era llegar pronto ya que mi mujer quería acicalarse un poco y prepararse antes de que pasara a recogernos el chico para ir a comer.
Durante el viaje estuvimos escuchando música sin apenas hablar . Le pregunté cuando quedaba una hora más o menos de viaje si tenía ganas y ella me dijo que si con una media sonrisa y me devolvió la pregunta, yo le dije que tenía ganas de que lo pasáramos bien esta vez.
Llegamos un poco más tarde de lo esperado y nos registramos en la habitación, cuando entramos la verdad e es que era espectacular nos encantó a los dos. Muy grande y con una cama enorme.
Mi mujer se metió en la ducha y comenzó a prepararse y yo me quedé dando vueltas por la al habitación pensando en todo lo que nos esperaba, la verdad es que me senté en una de las sillas cercanas a la cama y para ver cuál iba a ser mi lugar durante toda la tarde noche.
Después de un rato salió de la ducha y venía ya preparada con su maquillaje y con la toalla alrededor del cuerpo. Saco la poco ropa que llevaba de la maleta y se puso el vestido que había elegido para la comida.
Le dije que estaba guapísima y le di un beso, la verdad es que me entraron ganas de quitarle la toalla y comérmela allí mismo.
Se vistió y la verdad es que estaba espectacular perfectamente depilada y con la piel super brillante.
Una vez que se vistió bajamos a la recepción del hotel y todavía quedaban unos 25 minutos para la hora en la que habíamos quedado, con lo que nos acercamos al bar y nos pedimos una copa para hacer tiempo.
Le dije que estaba increíble y que me estaba pensando el echarme atrás, ella me miró con cara de sorpresa, pero le dije que era broma y que no se preocupara.
La verdad es que se nos notaba un poco ansiosos a los dos y aquéllos minutos estaban sobrando.
Unis minutos antes salimos a la recepción del hotel y ya pude ver al macho que estaba mirando el reloj, le hice una señal y se nos acercó sonriendo.
Nos saludamos con un apretón de manos y saludo a mi mujer dándole una revisión de arriba a abajo, le dio dos besos y la agarró de la mano y en tono de broma dijo: ",Bueno, yo creo que podemos dejar la comida y subir directamente a la habitación", todos sonreímos y nos dijo que la acompañáramos que había reservado sitio para comer.
Fuimos andando, ya que el lugar estaba cerca del hotel nos estuvo hablando un poco de su trabajo y el porque viajaba tanto, nos pregunto por los nuestros y a eso dedicarnos el tiempo hasta llegar al
restaurante.
Ya os seguiré contando...