El amigo de mi hermana

ikarusulu

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Tengo diez y ocho años, mi hermana Natalia tiene veinte y esta muy buena, me gusta mirarla con su ropa sexi y su cuerpo precioso. Tiene muchos amigos y amigas, con su personalidad, simpatía y belleza atrae a mucha gente.


Uno de ellos David, un chico que siempre la acompaña de tiendas, es un gay con mucha pluma. Siempre que venía a casa intentaba frotarse conmigo. Me acariciaba la cara dulcemente y se ponia tontorrón, todo lo que la presencia de mi hermana o mis padres le permitía.


No se si esta enamorado de mi, pero desde luego me desea. Al principio me hacia el despistado, pero cuando me di cuenta del juego incluso intentaba excitarle mas. Aparecía en pantalones cortos y ajustados o sin camiseta ante él cada vez que venía a casa. Un juego de provocación y excitación algo inocente, me parecía.


Era un chico guapo y aunque a mi me gustan las chicas me ponía cachondo seguirle el juego y mas de una vez tuve que retirarme a mi habitación a masturbarme pues había conseguido excitarme de verdad con el cachondeo y los toqueteos.


Hasta el día que la casualidad, sigo dudando si mi hermana no tuvo algo que ver, conspiró ¿con? ¿contra? nosotros. A estas alturas ya sé que lo hizo adrede. Mis padres y mi hermana tuvieron que salir y no volverían hasta el día siguiente. Y yo me quedé solo en casa.


David se presentó a buscar a mi hermana con la que había quedado. Y esta había olvidado llamarle para que no fuera. Dada la confianza que nos teníamos le invité a pasar. Nos tomamos un refresco mientras le contaba la situación. Pasaríamos un rato divertido y me imaginaba que podríamos seguir con los jugueteos estando a solas.


Hacia calor y para estar por casa no llevaba mas que un viejo pantalón de deporte bastante escaso y apretado. E iba sin camiseta luciendo mi torso lampiño.
Pareció apenarse por haberse quedado sin plan, a la vez que me miraba con ojos de carnero degollado. Devorando mi piel expuesta. Estaba claro que la situación no terminaba de disgustarle. Le ofrecí un refresco y un rato de charla.


Su mirada comenzó a excitarme y casi sin pensarlo dejé descansar una mano sobre su muslo, diciéndole que quizá podríamos divertirnos juntos. En ese momento pudo más la lujuria que la prudencia en la balanza de mi mente.
Aún pienso que solo pretendía que me sacara a tomar una copa por ahí aprovechando que él era mayor de edad. Pero las cosas se estaban torciendo rápidamente. Todavía no sé si era jugar a provocarlo o si de verdad pretendía llegar a más.


Su gesto de sorpresa y de lujuria me impresionó y calentó más a mí. Me excitó tanto que me incliné hacia él depositando un beso suave en sus labios. Apenas fue un leve roce casi sin carga de lascivia. En ese momento no sabia a donde quería llegar con él. Pensaba que solo era una muestra de cariño. Pero ya no había marcha atrás.


Un segundo mas tarde nos estábamos besando sentados en el sofá. Mi lengua hambrienta pero inexperta pasó a explorar su boca todo lo adentro que podía, la suya me correspondía de igual manera llegando a mis dientes, al paladar, por debajo de la lengua y la intención era llegar a mis amígdalas si hubiera tenido suficiente longitud.


Él me acariciaba el pecho desnudo, las yemas de sus dedos recorrían mi piel y pellizcaban mis pezones con suavidad.


Me decía una y otra vez:
-me gustas, siempre me has puesto muy caliente, quiero que me folles.



Me lo llevé a mi habitación con la clara intención de perder la virginidad esa tarde. Tenía ganas de buen sexo y tenia ganas de él. De pie junto a mi cama volvimos a besarnos con pasión.


Le dije:
-Tranquilo, hoy no te me escapas.


Con la seguridad que le daba su experiencia se separó un poco y fue besando y lamiendo mi cuello bajando por mi pecho lampiño y mordisqueando mis pezones mientras me dejaba la piel húmeda de saliva. Pasó a lamer mis axilas levantando mis brazos por detrás de mi cabeza, me sentía muy expuesto y me encantaba.


Continuó hacia mi vientre hasta llegar al elástico de mis pantalones cortos, lo único que yo tenía puesto. Mirándome a los ojos con cara de vicio me suplicó permiso para continuar y le contesté con una sonrisa:

-como te eches atrás ahora te mato.


Sin más dudas me lo bajó, sólo lo bajó, y quedó admirado de mi polla bien dura y el vello rubio y suave que cubría mi pubis casi invisible. Depositó un beso suave sobre mi glande haciendo que se pusiera más duro si eso era posible. Pasó su lengua por mi escroto lo que casi hace que me corra en ese instante.


Yo me limitaba a revolver su cabello disfrutando de lo que me estaba haciendo sentir.
Por fin se la metió en la boca acariciando con sus manos mis testículos. Aún no se atrevía a acariciar mi culo. Parecía que tenía ganas de mi sexo, de mi rabo, de mi semen.


Estaba tan excitado que a los pocos segundos le advertí que me corría y el sin darle importancia siguió mamando. Apretando mi polla contra su paladar aún mas fuerte recorriéndola y jugando con la lengua hasta que eyaculé en su boca.


Entonces se levantó y me besó. Mi semen aun en su boca batiéndolo y jugando entre las lenguas. A veces se separaba un poco y un hilo de lefa y saliva unía nuestras lenguas juguetonas. Que de inmediato se volvían a juntar.


A todo esto yo casi desnudo por completo y él seguía vestido. Asi que empecé a desnudarlo liberando su cuerpo de su ajustada camiseta, de las playeras, y bajando los estrechos vaqueros.
Mientras lo hacia besaba su piel, la primera que tocaba así de otra persona. Lo lamía disfrutando de tener un cuerpo así entregado.


Yo tenia mis fantasías, un montón de porno y lo que había investigado en internet. Lamí su cuello bajando por su pecho depilado sin dejar que me tocara. Sujetando sus muñecas sobre su cabeza como había hecho el antes pude lamer sus sobacos suaves depilados y con aroma a desodorante. Los míos debían haberle olido a sudor lo que no le había importado.


Mordí sus pezones pequeños y oscuros que se pusieron durísimos. Volví a lamer sus axilas sin vello. Jugaba con él, con su piel. Bajé por su vientre mientras abría sus pantalones y liberaba su polla del pequeño y sexi slip que la contenía dándole una lamida larga y lasciva mirándolo a los ojos.


Su pubis suave sin vello fue una agradable sorpresa pensaba que solo los actores porno se depilaban ahí. Así que aproveché para lamer sus huevos.


Estaríamos mas cómodos en mi cama. No podía separar sus labios de mi cuerpo ni yo mis manos del suyo. Los sentía por todas partes despacio lamiendo mi cuello y hombros bajando hasta mi pecho y mis axilas, mordisqueando suave mis pezones duros oscuros en mi piel morena.


Seguía por mi vientre plano haciéndome cosquillas con la lengua, sus manos tiraban de mis pantalones de deporte cortos y ajustados. Los bajó despacio por mis muslos liberando por fin mi dura polla. No tuvo prisa por tomarla en su boca, se la quedó mirando y acariciándola suavemente.
-no sabes las ganas que tenía de tenerla entre mis manos.
-creo que nos hacíamos una idea.
-¿Quienes?
-Natalia y yo claro.
-¿así que vosotros también habéis hablado de mis deseos?
Incorporándome sobre los codos y mirándolo a los ojos le dije:
-¿No pensarías que lo estabas ocultando bien?


Y llamándolo con un dedo para que subiera le besé en los labios. A la vez tiraba de su camiseta para sacársela.

Metiéndole la lengua en la oreja le dije:

-venga, termina de desnudarte, quiero ver ese culito que me has prometido.


Dejándose caer de espaldas a mi lado se arrancó en un segundo los vaqueros y el slip ajustado llevándoselos juntos.


-tendrás que guiarme es la primera vez que follo un culito. Es la primera vez que follo.


Amorrado a mi polla que no podía ponerse ya mas dura me dijo:

-sin prisa ¿No has dicho que tenemos tiempo. Primero quiero probar tu leche con tranquilidad.

-Tenemos toda la noche pero quiero verte desnudo.

También era la primera mamada seria que alguien me hacía y la verdad es que la estaba disfrutando. Antes me había limitado a correrme apenas se la había metido en la boca. Él se esmeraba lamiendo de arriba abajo, metiéndose los huevos en la boca y chupándolos como caramelos. Haciéndolo largo sensual para hacerme disfrutar todo lo que podía.


En un esfuerzo intentaba tragarla hasta el fondo de su garganta y aunque lo llevaba bien, lo mejor era cuando me apretaba el glande con su lengua contra el paladar mientras acariciaba los testículos o el tronco, la lengua frotando justo en el frenillo.


En ningún momento la lengua y las manos pararon. No dejaron de estar sobre mi piel hasta que inevitablemente me corrí en su boca. Suspirando y gimiendo descargué el semen en un orgasmo genial, el mejor de mi vida hasta ese momento.


Se tragó casi todo pero cuando enseguida volví a besarlo en los labios y a juguetear con su lengua noté de nuevo mi sabor en la boca.


El sabor de mi propia leche en la boca de mi primer amante. Haciéndome arrumacos y caricias desnudos los dos sobre mi cama me dejó descansar para que me recuperara. Fue a buscar la vaselina al tocador de mi hermana. Donde sabía que estaba, y entonces me permitió explorar su hermoso cuerpo.


Ahora era yo quien lo acariciaba, besaba, lamía y excitaba a tope para poder follármelo. Me daba un morbazo enorme tener su cuerpo desnudo a mi disposición. Eso hacía que mi rabo volviera a ponerse en condiciones sin apenas tocarlo.


Tenía su polla dura en la mano y le masturbaba como él había hecho conmigo. Se dio la vuelta. Boca abajo en la cama lo tenía a mi merced y pensaba hacerle disfrutar. Sujetando sus brazos a la cama con una de mis manos por encima de su cabeza besé su nuca. Pasando la lengua por cuello y hombros.


La columna y los riñones usando suave los dientes hasta que los clavé un poco más fuerte en su nalga para dejar mi marca. Nalgas duras respingonas que yo abría con las manos. Contemple con tiempo aquello que iba a follar. Ni un pelo me lo ocultaba suave y limpio como si lo hubiera preparado justo antes de venir. Probablemente lo había hecho.


Después de mordisquear las nalgas le pasé la lengua por la raja de arriba abajo pasando por el ano pero sin detenerme. No al principio, levantaba el culo siguiendo mi ritmo para facilitarme las cosas. Cuando estaba bien caliente le clavé la lengua en el culo lo más profundo que pude y oí con satisfacción el gemido que soltó entonces.


Agarré la vaselina dispuesto a hacérselo pasar lo mejor posible. Dos dedos bien untados, casi ni hacia falta se deslizaban dentro de su cuerpo sin ningún esfuerzo, clavados en su culo. Con ellos se la extendí por el ano una buena cantidad y con esa misma mano puse bastante en mi polla para que nada quedara sin cubrir y le hiciera daño. Limpiándome la mano en mis pantalones cortos pude por fin agarrar su cadera y enfilar el glande a tan pequeña diana.


De tan dura que la tenía no necesitaba sujetármela una vez bien apoyada en la entrada empujaba con suavidad para que fuera entrando sin que nos doliera. El glande se abría paso como cuchillo caliente por maquilla y una vez que entró bastó un empujón para que todo el tronco fuera detrás. Cuando quise darme cuenta mis testículos rozaban los suyos.


Me retiraba un poco para sentirlo mas tiempo y mejor y al momento volvía a hacer fuerza. No creía lo fácil que me estaba resultando, a cada empujón entraba más, hasta El glande había pasado en un golpe y el resto fue dentro solo y pude apreciarlo por el placentero apretón que sentía en el tronco. Un gemido suyo me indicó que no lo estaba haciendo mal del todo.


Le entraba hasta que mis huevos hicieron tope en los suyos. No podía dejar de mirar como el ano se tragaba mi rabo, como se distendía ante la presión. Me lo estaba follando y era mi primera vez.


Mis manos recorrían su suave piel, le acariciaba todo lo que alcanzaba de los hombros a los muslos. O me agarraba a sus nalgas como si se me fueran a escapar, que no era el caso. Mientras bombeaba sin descanso y cada vez mas fuerte. Con su cabeza apoyada en mi almohada su mano entre sus muslos alcanzaba mis testículos, los de los dos y su polla que no dejaba tranquila.


-¡córrete dentro!. Me decía. ¡follame fuerte mi macho!.

-¡Como me aprietas!

-Como he deseado esa dura polla donde está y que la dejes ahí durante horas.


No creo que aguantara mucho aquella primera vez y eso que ya me había corrido dos veces en su boca, con lo caliente que iba. Pero no estaba para cronometrarme. Así que descargué todo el semen en su culo en el mejor orgasmo de mi vida hasta el momento. Empiezo a repetirme, cada orgasmo con él era aún mejor que el anterior.


Derrengado me dejé caer sobre su espalda aún sin sacarla besando y lamiendo su cuello y hombros. Giró la cara sonriéndome buscando mi lengua con la suya. Volví a besarlo mientras me separaba despacio dejándome caer a su lado boca arriba. Agotado no tanto por el esfuerzo físico sino por el emocional.


Se acomodó en el hueco de mi brazo con el pecho, lamiendo mi axila o alzando la cabeza hacia mí para darnos suaves besos. Rozándonos relajados y dejando que me hiciera a la idea de haberle hecho el amor.


Allí fue cuando por fin me contó que todo había sido una encerrona de mi hermana para que los dos pudiéramos pasar un buen rato juntos y que yo dejara de ser virgen. En realidad no llegué a enfadarme, no sólo deseaba follar, ese chico me gustaba y no quería hacerle daño, pretendía disfrutar con él. Aunque también me gustaban las chicas, joder, mi hermana me la seguía poniendo dura.



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Soy una maricona, con muchísima pluma. Se me nota mucho que me gustan los hombres, los chicos guapos. Que me traten como la damita que llevo dentro. Y además soy pasivo. Nada me gusta más que la polla de estos chicos abriéndome el culo. Tampoco me disgusta hacerles un beso negro largo y lascivo.

Mis amigos tanto los heterosexuales como los gay saben de mis gustos, la familia asumió mi salida del armario y cualquiera que me conoce se da cuenta enseguida por mis ademanes y gestos, no me escondo, lo luzco con"orgullo".


Había que estar ciego para no saberlo mucho antes. Cualquiera que me conoce se da cuenta enseguida.
Así que no me importa entrarles a los chicos. Me gusta que me seduzcan que se comporten como caballeros conmigo.
Todo eso antes de follar como locos, antes de que me abran el culo con sus poderosos rabos.


Como me gusta que me desnuden. Así que en cuanto alguien me conoce se da cuenta de mis preferencias.
Hay quien se echa atrás, desde luego quedan muchos prejuicios. Hay quien no le importa lo mas mínimo y me trata de una forma natural como a cualquier otra persona.


Pero queda un tercer grupo, a los que les doy morbo. Algunos chicos y también algunas chicas, bueno hombres y mujeres, de todo tipo de edades y personalidades. Claro que me doy cuenta de ello. Me miran de una forma especial. Con deseo, como si fuera un trozo de carne a la que echar el diente. Es evidente que son los mas interesantes. Que me encanta descubrir esa mirada en los ojos de alguien que me gusta.

A ver si nos entendemos, no es que me disgusten las chicas. Todo lo contrario, me caen muy bien. Disfruto pasar ratos con ellas, bailando, hablando de ropa, de cotilleos, de lo que sea. Pero no las miro como a trozos de carne, como miro a sus hermanos o a sus padres.


Lo mejor cuando es una mujer o una chica, cuando piensan que pueden volverme un hombre, conseguir que vuelva a cambiar de acera. Mejor aún cuando les dejo intentarlo. Al poco las tengo comiendo de mi mano, haciéndome mimos, acariciándome, tocándome con confianza. Las acompaño de compras, incluso de lencería, o en su habitación cuando se cambian desnudas del todo ante mi sin cortarse en absoluto. La mayoría piensa en mí como en una mas de sus amigas. Como alguien en quien confiar como en una mujer mas.


El que me guste que me folle un rabo duro en un cuerpo masculino bonito no quiere decir que no aprecie la belleza de un cuerpo femenino.
Lo hago mucho, tanto que a veces hasta me la ponen dura. Sobre todo si tienen un culo bonito. Estar en el dormitorio de alguna de mis amigas, de las que mas me gustan y sentir como empieza a crecer algo entre mis muslos me pone incomodo. Ella delante de mí en bragas y sujetador o desnudas del todo enseñándome sus nalgas. Pensando que eso a mi no me afectaría y yo en que en realidad un culo es un culo. Y en mis pantalones mi polla creciendo. Pero no solía pasar mucho, por lo menos no lo suficiente como para hacerme dudar de mi sexualidad.


Incluso en esos momentos pensaba en un cuerpo concreto de chico con el que terminar follando. Que me arranque los vaqueros y me coma la polla bien dura. Así que en realidad con toda mi pluma y los rabos en mi culo también me gusta meter el mío entre un buen par de nalgas duras, no ser solo pasivo.


Busco la belleza en una mujer, pero solo para contemplarla y admirarla. En un hombre cariño y buen sexo, caricias, besos y lamidas por todo mi cuerpo. Pero con mi experiencia en ese campo entregarme a los brazos fuertes y masculinos. Con cariño paciencia y mucho lubricante que me hagan disfrutar y desde luego hacerles disfrutar yo.


Creo que lo estoy haciendo demasiado largo. Habría que entrar en materia.

Mi mejor amiga es Natalia una chica preciosa, inteligente, simpática, sexi y muy dulce. Formamos una pareja, de amigos, de cliché la tía buena y el marica. Y eso a los dos nos importaba una mierda mientras juntos nos lo pasáramos bien. La he visto infinidad de veces desnuda cuando se cambia delante de mí como su fuera una más de sus amigas. Bueno en realidad en una actitud menos asexuada que con sus amigas pues ella misma me cuenta sus aventuras con algunas de ellas. Bastante más que besos amistosos. Puede que ella no sea bisexual pero no le hace distinciones a la hora de divertirse.


Y un día me presentó a su hermano, un chico guapo delgado y hermoso de los que a mi me gustan. Un auténtico twink. Creo que me enamoré en ese mismo instante. ¿Estoy exagerando? Puede, pero sí que me quedé muy pillado.


Cada vez que lo veía no podía contenerme y le echaba piropos, me era difícil aguantar las manos quietas sin ponérselas encima y procuraba insinuarme, cada vez con menos discreción.


Él se lo tomaba a broma. Por algo me parecía muy heterosexual aunque por su juventud quizá solo fuera virgen. Podían ser imaginaciones o mas bien ilusiones mías pero cada vez que nos encontrábamos lo veía con menos ropa o mas ajustada, mas receptivo a mis avances.


Marcando su precioso cuerpo y una polla que parecía de un tamaño respetable.
No sé si me estaba provocando a posta pero desde luego lo conseguía. Aquel chico me ponía caliente, caliente hasta el punto de rechazar otros ligues con la esperanza de hacerle el amor a él.



Natalia que me conoce mucho se sorprendía de mi actitud hasta que tuve que confesarle que lo que deseaba era que su hermano me empotrara contra el colchón. Que me clavara esa hermosa polla que se insinuaba en sus pantalones ajustados, hasta el estomago.


Natalia ¿sabía? ¿Suponía? que él era heterosexual pero para haceme el favor empezó a sondearlo descubriendo alguna tendencia bisex y por lo menos descubrió que yo le provocaba, puede que incluso me tuviera cariño. O solo fueran ilusiones y simplemente estuviera caliente.


Fue ella la que lo tramó todo, tampoco es que le fuera muy complicado, solo con pedirle a su querido padre que la llevara a la excursión que tenía preparada con su madre bastaba. Conociéndola es probable que tuviera sus propios planes con ellos y no podía descartar que esos planes incluyeran una sola cama. Hasta yo me hubiera dejado follar por su padre si no estuviera pillado hasta las trancas por su hermano. Incluso su madre una versión apenas veinte años mayor que ella estaba mas que buena. Puedo decirlo con conocimiento de causa pues pude acompañarlas una tarde a comprarse lencería y bikinis a las dos y verlas probándose algunas prendas.


Me dio la hora a la que tenia que llamar a su puerta. La perfección que me abrió la puerta apenas cubierto por el pantalón de deporte mas pequeño que había visto nunca casi hace que me cayera de culo.


Se me caía la baba y ya sé que hacía calor pero falto poco para que me derritiera cuando me invitó a entrar. Era lo que estaba deseando, no podía dejar de mirarlo. Tan simpático conmigo como siempre charlábamos mientras nos bebíamos juntos un refresco.


A pesar de todo mi deseo, me contenía para no asustarlo pero tenía claro que era entonces o nunca. Si no surgía la oportunidad entonces puede que lo perdiera para siempre. Así que me dejé llevar, al principio. No era el único que estaba caliente, su rabo se notaba semi duro en en la fina tela. Pero casi no lo vi perdido como estaba en sus ojos azules.


Cuando estaba a punto de inclinarme a besarlo o a poner una mano en su muslo desnudo o a cualquier otra cosa desesperado, fue él quien se lanzó. Su beso como el roce de las alas de una mariposa quemó mis labios. Joder que gay me ha quedado eso, pero es verdad, en ese momento yo ardía. Una vez rota la barrera psicológica creo que no habría podido pararlo ni aunque hubiera querido que no era el caso. ¡Como lo deseaba!


Se me abrazó como un naufrago a un salvavidas y yo le correspondí con toda mi fuerza. Creo que yo conseguí meter la legua primero en su boca pero la suya salió a mi encuentro con prisa. Sacamos las dos y las estuvimos lamiendo un rato fuera de las bocas, cruzándolas, luego pasé a chupar la suya y él la mía. Y todo sin dejar de acariciarnos. Por fin pude dejar resbalar mis dedos por su suave piel tomándonoslo con algo mas de calma. Recorrer ese cuerpo por fin era un sueño cumplido.
 
Tengo diez y ocho años, mi hermana Natalia tiene veinte y esta muy buena, me gusta mirarla con su ropa sexi y su cuerpo precioso. Tiene muchos amigos y amigas, con su personalidad, simpatía y belleza atrae a mucha gente.


Uno de ellos David, un chico que siempre la acompaña de tiendas, es un gay con mucha pluma. Siempre que venía a casa intentaba frotarse conmigo. Me acariciaba la cara dulcemente y se ponia tontorrón, todo lo que la presencia de mi hermana o mis padres le permitía.


No se si esta enamorado de mi, pero desde luego me desea. Al principio me hacia el despistado, pero cuando me di cuenta del juego incluso intentaba excitarle mas. Aparecía en pantalones cortos y ajustados o sin camiseta ante él cada vez que venía a casa. Un juego de provocación y excitación algo inocente, me parecía.


Era un chico guapo y aunque a mi me gustan las chicas me ponía cachondo seguirle el juego y mas de una vez tuve que retirarme a mi habitación a masturbarme pues había conseguido excitarme de verdad con el cachondeo y los toqueteos.


Hasta el día que la casualidad, sigo dudando si mi hermana no tuvo algo que ver, conspiró ¿con? ¿contra? nosotros. A estas alturas ya sé que lo hizo adrede. Mis padres y mi hermana tuvieron que salir y no volverían hasta el día siguiente. Y yo me quedé solo en casa.


David se presentó a buscar a mi hermana con la que había quedado. Y esta había olvidado llamarle para que no fuera. Dada la confianza que nos teníamos le invité a pasar. Nos tomamos un refresco mientras le contaba la situación. Pasaríamos un rato divertido y me imaginaba que podríamos seguir con los jugueteos estando a solas.


Hacia calor y para estar por casa no llevaba mas que un viejo pantalón de deporte bastante escaso y apretado. E iba sin camiseta luciendo mi torso lampiño.
Pareció apenarse por haberse quedado sin plan, a la vez que me miraba con ojos de carnero degollado. Devorando mi piel expuesta. Estaba claro que la situación no terminaba de disgustarle. Le ofrecí un refresco y un rato de charla.


Su mirada comenzó a excitarme y casi sin pensarlo dejé descansar una mano sobre su muslo, diciéndole que quizá podríamos divertirnos juntos. En ese momento pudo más la lujuria que la prudencia en la balanza de mi mente.
Aún pienso que solo pretendía que me sacara a tomar una copa por ahí aprovechando que él era mayor de edad. Pero las cosas se estaban torciendo rápidamente. Todavía no sé si era jugar a provocarlo o si de verdad pretendía llegar a más.


Su gesto de sorpresa y de lujuria me impresionó y calentó más a mí. Me excitó tanto que me incliné hacia él depositando un beso suave en sus labios. Apenas fue un leve roce casi sin carga de lascivia. En ese momento no sabia a donde quería llegar con él. Pensaba que solo era una muestra de cariño. Pero ya no había marcha atrás.


Un segundo mas tarde nos estábamos besando sentados en el sofá. Mi lengua hambrienta pero inexperta pasó a explorar su boca todo lo adentro que podía, la suya me correspondía de igual manera llegando a mis dientes, al paladar, por debajo de la lengua y la intención era llegar a mis amígdalas si hubiera tenido suficiente longitud.


Él me acariciaba el pecho desnudo, las yemas de sus dedos recorrían mi piel y pellizcaban mis pezones con suavidad.


Me decía una y otra vez:
-me gustas, siempre me has puesto muy caliente, quiero que me folles.



Me lo llevé a mi habitación con la clara intención de perder la virginidad esa tarde. Tenía ganas de buen sexo y tenia ganas de él. De pie junto a mi cama volvimos a besarnos con pasión.


Le dije:
-Tranquilo, hoy no te me escapas.


Con la seguridad que le daba su experiencia se separó un poco y fue besando y lamiendo mi cuello bajando por mi pecho lampiño y mordisqueando mis pezones mientras me dejaba la piel húmeda de saliva. Pasó a lamer mis axilas levantando mis brazos por detrás de mi cabeza, me sentía muy expuesto y me encantaba.


Continuó hacia mi vientre hasta llegar al elástico de mis pantalones cortos, lo único que yo tenía puesto. Mirándome a los ojos con cara de vicio me suplicó permiso para continuar y le contesté con una sonrisa:

-como te eches atrás ahora te mato.


Sin más dudas me lo bajó, sólo lo bajó, y quedó admirado de mi polla bien dura y el vello rubio y suave que cubría mi pubis casi invisible. Depositó un beso suave sobre mi glande haciendo que se pusiera más duro si eso era posible. Pasó su lengua por mi escroto lo que casi hace que me corra en ese instante.


Yo me limitaba a revolver su cabello disfrutando de lo que me estaba haciendo sentir.
Por fin se la metió en la boca acariciando con sus manos mis testículos. Aún no se atrevía a acariciar mi culo. Parecía que tenía ganas de mi sexo, de mi rabo, de mi semen.


Estaba tan excitado que a los pocos segundos le advertí que me corría y el sin darle importancia siguió mamando. Apretando mi polla contra su paladar aún mas fuerte recorriéndola y jugando con la lengua hasta que eyaculé en su boca.


Entonces se levantó y me besó. Mi semen aun en su boca batiéndolo y jugando entre las lenguas. A veces se separaba un poco y un hilo de lefa y saliva unía nuestras lenguas juguetonas. Que de inmediato se volvían a juntar.


A todo esto yo casi desnudo por completo y él seguía vestido. Asi que empecé a desnudarlo liberando su cuerpo de su ajustada camiseta, de las playeras, y bajando los estrechos vaqueros.
Mientras lo hacia besaba su piel, la primera que tocaba así de otra persona. Lo lamía disfrutando de tener un cuerpo así entregado.


Yo tenia mis fantasías, un montón de porno y lo que había investigado en internet. Lamí su cuello bajando por su pecho depilado sin dejar que me tocara. Sujetando sus muñecas sobre su cabeza como había hecho el antes pude lamer sus sobacos suaves depilados y con aroma a desodorante. Los míos debían haberle olido a sudor lo que no le había importado.


Mordí sus pezones pequeños y oscuros que se pusieron durísimos. Volví a lamer sus axilas sin vello. Jugaba con él, con su piel. Bajé por su vientre mientras abría sus pantalones y liberaba su polla del pequeño y sexi slip que la contenía dándole una lamida larga y lasciva mirándolo a los ojos.


Su pubis suave sin vello fue una agradable sorpresa pensaba que solo los actores porno se depilaban ahí. Así que aproveché para lamer sus huevos.


Estaríamos mas cómodos en mi cama. No podía separar sus labios de mi cuerpo ni yo mis manos del suyo. Los sentía por todas partes despacio lamiendo mi cuello y hombros bajando hasta mi pecho y mis axilas, mordisqueando suave mis pezones duros oscuros en mi piel morena.


Seguía por mi vientre plano haciéndome cosquillas con la lengua, sus manos tiraban de mis pantalones de deporte cortos y ajustados. Los bajó despacio por mis muslos liberando por fin mi dura polla. No tuvo prisa por tomarla en su boca, se la quedó mirando y acariciándola suavemente.
-no sabes las ganas que tenía de tenerla entre mis manos.
-creo que nos hacíamos una idea.
-¿Quienes?
-Natalia y yo claro.
-¿así que vosotros también habéis hablado de mis deseos?
Incorporándome sobre los codos y mirándolo a los ojos le dije:
-¿No pensarías que lo estabas ocultando bien?


Y llamándolo con un dedo para que subiera le besé en los labios. A la vez tiraba de su camiseta para sacársela.

Metiéndole la lengua en la oreja le dije:

-venga, termina de desnudarte, quiero ver ese culito que me has prometido.


Dejándose caer de espaldas a mi lado se arrancó en un segundo los vaqueros y el slip ajustado llevándoselos juntos.


-tendrás que guiarme es la primera vez que follo un culito. Es la primera vez que follo.


Amorrado a mi polla que no podía ponerse ya mas dura me dijo:

-sin prisa ¿No has dicho que tenemos tiempo. Primero quiero probar tu leche con tranquilidad.

-Tenemos toda la noche pero quiero verte desnudo.

También era la primera mamada seria que alguien me hacía y la verdad es que la estaba disfrutando. Antes me había limitado a correrme apenas se la había metido en la boca. Él se esmeraba lamiendo de arriba abajo, metiéndose los huevos en la boca y chupándolos como caramelos. Haciéndolo largo sensual para hacerme disfrutar todo lo que podía.


En un esfuerzo intentaba tragarla hasta el fondo de su garganta y aunque lo llevaba bien, lo mejor era cuando me apretaba el glande con su lengua contra el paladar mientras acariciaba los testículos o el tronco, la lengua frotando justo en el frenillo.


En ningún momento la lengua y las manos pararon. No dejaron de estar sobre mi piel hasta que inevitablemente me corrí en su boca. Suspirando y gimiendo descargué el semen en un orgasmo genial, el mejor de mi vida hasta ese momento.


Se tragó casi todo pero cuando enseguida volví a besarlo en los labios y a juguetear con su lengua noté de nuevo mi sabor en la boca.


El sabor de mi propia leche en la boca de mi primer amante. Haciéndome arrumacos y caricias desnudos los dos sobre mi cama me dejó descansar para que me recuperara. Fue a buscar la vaselina al tocador de mi hermana. Donde sabía que estaba, y entonces me permitió explorar su hermoso cuerpo.


Ahora era yo quien lo acariciaba, besaba, lamía y excitaba a tope para poder follármelo. Me daba un morbazo enorme tener su cuerpo desnudo a mi disposición. Eso hacía que mi rabo volviera a ponerse en condiciones sin apenas tocarlo.


Tenía su polla dura en la mano y le masturbaba como él había hecho conmigo. Se dio la vuelta. Boca abajo en la cama lo tenía a mi merced y pensaba hacerle disfrutar. Sujetando sus brazos a la cama con una de mis manos por encima de su cabeza besé su nuca. Pasando la lengua por cuello y hombros.


La columna y los riñones usando suave los dientes hasta que los clavé un poco más fuerte en su nalga para dejar mi marca. Nalgas duras respingonas que yo abría con las manos. Contemple con tiempo aquello que iba a follar. Ni un pelo me lo ocultaba suave y limpio como si lo hubiera preparado justo antes de venir. Probablemente lo había hecho.


Después de mordisquear las nalgas le pasé la lengua por la raja de arriba abajo pasando por el ano pero sin detenerme. No al principio, levantaba el culo siguiendo mi ritmo para facilitarme las cosas. Cuando estaba bien caliente le clavé la lengua en el culo lo más profundo que pude y oí con satisfacción el gemido que soltó entonces.


Agarré la vaselina dispuesto a hacérselo pasar lo mejor posible. Dos dedos bien untados, casi ni hacia falta se deslizaban dentro de su cuerpo sin ningún esfuerzo, clavados en su culo. Con ellos se la extendí por el ano una buena cantidad y con esa misma mano puse bastante en mi polla para que nada quedara sin cubrir y le hiciera daño. Limpiándome la mano en mis pantalones cortos pude por fin agarrar su cadera y enfilar el glande a tan pequeña diana.


De tan dura que la tenía no necesitaba sujetármela una vez bien apoyada en la entrada empujaba con suavidad para que fuera entrando sin que nos doliera. El glande se abría paso como cuchillo caliente por maquilla y una vez que entró bastó un empujón para que todo el tronco fuera detrás. Cuando quise darme cuenta mis testículos rozaban los suyos.


Me retiraba un poco para sentirlo mas tiempo y mejor y al momento volvía a hacer fuerza. No creía lo fácil que me estaba resultando, a cada empujón entraba más, hasta El glande había pasado en un golpe y el resto fue dentro solo y pude apreciarlo por el placentero apretón que sentía en el tronco. Un gemido suyo me indicó que no lo estaba haciendo mal del todo.


Le entraba hasta que mis huevos hicieron tope en los suyos. No podía dejar de mirar como el ano se tragaba mi rabo, como se distendía ante la presión. Me lo estaba follando y era mi primera vez.


Mis manos recorrían su suave piel, le acariciaba todo lo que alcanzaba de los hombros a los muslos. O me agarraba a sus nalgas como si se me fueran a escapar, que no era el caso. Mientras bombeaba sin descanso y cada vez mas fuerte. Con su cabeza apoyada en mi almohada su mano entre sus muslos alcanzaba mis testículos, los de los dos y su polla que no dejaba tranquila.


-¡córrete dentro!. Me decía. ¡follame fuerte mi macho!.

-¡Como me aprietas!

-Como he deseado esa dura polla donde está y que la dejes ahí durante horas.


No creo que aguantara mucho aquella primera vez y eso que ya me había corrido dos veces en su boca, con lo caliente que iba. Pero no estaba para cronometrarme. Así que descargué todo el semen en su culo en el mejor orgasmo de mi vida hasta el momento. Empiezo a repetirme, cada orgasmo con él era aún mejor que el anterior.


Derrengado me dejé caer sobre su espalda aún sin sacarla besando y lamiendo su cuello y hombros. Giró la cara sonriéndome buscando mi lengua con la suya. Volví a besarlo mientras me separaba despacio dejándome caer a su lado boca arriba. Agotado no tanto por el esfuerzo físico sino por el emocional.


Se acomodó en el hueco de mi brazo con el pecho, lamiendo mi axila o alzando la cabeza hacia mí para darnos suaves besos. Rozándonos relajados y dejando que me hiciera a la idea de haberle hecho el amor.


Allí fue cuando por fin me contó que todo había sido una encerrona de mi hermana para que los dos pudiéramos pasar un buen rato juntos y que yo dejara de ser virgen. En realidad no llegué a enfadarme, no sólo deseaba follar, ese chico me gustaba y no quería hacerle daño, pretendía disfrutar con él. Aunque también me gustaban las chicas, joder, mi hermana me la seguía poniendo dura.



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Soy una maricona, con muchísima pluma. Se me nota mucho que me gustan los hombres, los chicos guapos. Que me traten como la damita que llevo dentro. Y además soy pasivo. Nada me gusta más que la polla de estos chicos abriéndome el culo. Tampoco me disgusta hacerles un beso negro largo y lascivo.

Mis amigos tanto los heterosexuales como los gay saben de mis gustos, la familia asumió mi salida del armario y cualquiera que me conoce se da cuenta enseguida por mis ademanes y gestos, no me escondo, lo luzco con"orgullo".


Había que estar ciego para no saberlo mucho antes. Cualquiera que me conoce se da cuenta enseguida.
Así que no me importa entrarles a los chicos. Me gusta que me seduzcan que se comporten como caballeros conmigo.
Todo eso antes de follar como locos, antes de que me abran el culo con sus poderosos rabos.


Como me gusta que me desnuden. Así que en cuanto alguien me conoce se da cuenta de mis preferencias.
Hay quien se echa atrás, desde luego quedan muchos prejuicios. Hay quien no le importa lo mas mínimo y me trata de una forma natural como a cualquier otra persona.


Pero queda un tercer grupo, a los que les doy morbo. Algunos chicos y también algunas chicas, bueno hombres y mujeres, de todo tipo de edades y personalidades. Claro que me doy cuenta de ello. Me miran de una forma especial. Con deseo, como si fuera un trozo de carne a la que echar el diente. Es evidente que son los mas interesantes. Que me encanta descubrir esa mirada en los ojos de alguien que me gusta.

A ver si nos entendemos, no es que me disgusten las chicas. Todo lo contrario, me caen muy bien. Disfruto pasar ratos con ellas, bailando, hablando de ropa, de cotilleos, de lo que sea. Pero no las miro como a trozos de carne, como miro a sus hermanos o a sus padres.


Lo mejor cuando es una mujer o una chica, cuando piensan que pueden volverme un hombre, conseguir que vuelva a cambiar de acera. Mejor aún cuando les dejo intentarlo. Al poco las tengo comiendo de mi mano, haciéndome mimos, acariciándome, tocándome con confianza. Las acompaño de compras, incluso de lencería, o en su habitación cuando se cambian desnudas del todo ante mi sin cortarse en absoluto. La mayoría piensa en mí como en una mas de sus amigas. Como alguien en quien confiar como en una mujer mas.


El que me guste que me folle un rabo duro en un cuerpo masculino bonito no quiere decir que no aprecie la belleza de un cuerpo femenino.
Lo hago mucho, tanto que a veces hasta me la ponen dura. Sobre todo si tienen un culo bonito. Estar en el dormitorio de alguna de mis amigas, de las que mas me gustan y sentir como empieza a crecer algo entre mis muslos me pone incomodo. Ella delante de mí en bragas y sujetador o desnudas del todo enseñándome sus nalgas. Pensando que eso a mi no me afectaría y yo en que en realidad un culo es un culo. Y en mis pantalones mi polla creciendo. Pero no solía pasar mucho, por lo menos no lo suficiente como para hacerme dudar de mi sexualidad.


Incluso en esos momentos pensaba en un cuerpo concreto de chico con el que terminar follando. Que me arranque los vaqueros y me coma la polla bien dura. Así que en realidad con toda mi pluma y los rabos en mi culo también me gusta meter el mío entre un buen par de nalgas duras, no ser solo pasivo.


Busco la belleza en una mujer, pero solo para contemplarla y admirarla. En un hombre cariño y buen sexo, caricias, besos y lamidas por todo mi cuerpo. Pero con mi experiencia en ese campo entregarme a los brazos fuertes y masculinos. Con cariño paciencia y mucho lubricante que me hagan disfrutar y desde luego hacerles disfrutar yo.


Creo que lo estoy haciendo demasiado largo. Habría que entrar en materia.

Mi mejor amiga es Natalia una chica preciosa, inteligente, simpática, sexi y muy dulce. Formamos una pareja, de amigos, de cliché la tía buena y el marica. Y eso a los dos nos importaba una mierda mientras juntos nos lo pasáramos bien. La he visto infinidad de veces desnuda cuando se cambia delante de mí como su fuera una más de sus amigas. Bueno en realidad en una actitud menos asexuada que con sus amigas pues ella misma me cuenta sus aventuras con algunas de ellas. Bastante más que besos amistosos. Puede que ella no sea bisexual pero no le hace distinciones a la hora de divertirse.


Y un día me presentó a su hermano, un chico guapo delgado y hermoso de los que a mi me gustan. Un auténtico twink. Creo que me enamoré en ese mismo instante. ¿Estoy exagerando? Puede, pero sí que me quedé muy pillado.


Cada vez que lo veía no podía contenerme y le echaba piropos, me era difícil aguantar las manos quietas sin ponérselas encima y procuraba insinuarme, cada vez con menos discreción.


Él se lo tomaba a broma. Por algo me parecía muy heterosexual aunque por su juventud quizá solo fuera virgen. Podían ser imaginaciones o mas bien ilusiones mías pero cada vez que nos encontrábamos lo veía con menos ropa o mas ajustada, mas receptivo a mis avances.


Marcando su precioso cuerpo y una polla que parecía de un tamaño respetable.
No sé si me estaba provocando a posta pero desde luego lo conseguía. Aquel chico me ponía caliente, caliente hasta el punto de rechazar otros ligues con la esperanza de hacerle el amor a él.



Natalia que me conoce mucho se sorprendía de mi actitud hasta que tuve que confesarle que lo que deseaba era que su hermano me empotrara contra el colchón. Que me clavara esa hermosa polla que se insinuaba en sus pantalones ajustados, hasta el estomago.


Natalia ¿sabía? ¿Suponía? que él era heterosexual pero para haceme el favor empezó a sondearlo descubriendo alguna tendencia bisex y por lo menos descubrió que yo le provocaba, puede que incluso me tuviera cariño. O solo fueran ilusiones y simplemente estuviera caliente.


Fue ella la que lo tramó todo, tampoco es que le fuera muy complicado, solo con pedirle a su querido padre que la llevara a la excursión que tenía preparada con su madre bastaba. Conociéndola es probable que tuviera sus propios planes con ellos y no podía descartar que esos planes incluyeran una sola cama. Hasta yo me hubiera dejado follar por su padre si no estuviera pillado hasta las trancas por su hermano. Incluso su madre una versión apenas veinte años mayor que ella estaba mas que buena. Puedo decirlo con conocimiento de causa pues pude acompañarlas una tarde a comprarse lencería y bikinis a las dos y verlas probándose algunas prendas.


Me dio la hora a la que tenia que llamar a su puerta. La perfección que me abrió la puerta apenas cubierto por el pantalón de deporte mas pequeño que había visto nunca casi hace que me cayera de culo.


Se me caía la baba y ya sé que hacía calor pero falto poco para que me derritiera cuando me invitó a entrar. Era lo que estaba deseando, no podía dejar de mirarlo. Tan simpático conmigo como siempre charlábamos mientras nos bebíamos juntos un refresco.


A pesar de todo mi deseo, me contenía para no asustarlo pero tenía claro que era entonces o nunca. Si no surgía la oportunidad entonces puede que lo perdiera para siempre. Así que me dejé llevar, al principio. No era el único que estaba caliente, su rabo se notaba semi duro en en la fina tela. Pero casi no lo vi perdido como estaba en sus ojos azules.


Cuando estaba a punto de inclinarme a besarlo o a poner una mano en su muslo desnudo o a cualquier otra cosa desesperado, fue él quien se lanzó. Su beso como el roce de las alas de una mariposa quemó mis labios. Joder que gay me ha quedado eso, pero es verdad, en ese momento yo ardía. Una vez rota la barrera psicológica creo que no habría podido pararlo ni aunque hubiera querido que no era el caso. ¡Como lo deseaba!


Se me abrazó como un naufrago a un salvavidas y yo le correspondí con toda mi fuerza. Creo que yo conseguí meter la legua primero en su boca pero la suya salió a mi encuentro con prisa. Sacamos las dos y las estuvimos lamiendo un rato fuera de las bocas, cruzándolas, luego pasé a chupar la suya y él la mía. Y todo sin dejar de acariciarnos. Por fin pude dejar resbalar mis dedos por su suave piel tomándonoslo con algo mas de calma. Recorrer ese cuerpo por fin era un sueño cumplido.
Mmmmmmmmm, q morbazo, podrias seguir como fue el dia mmmmmmmmmmmm uffffffff. Una pregunta, primero explicas tu como fue verdad ? Y luego el ? O eres tu contando como el se sentia ? Joer me e quedado un poco liado 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
 
Mmmmmmmmm, q morbazo, podrias seguir como fue el dia mmmmmmmmmmmm uffffffff. Una pregunta, primero explicas tu como fue verdad ? Y luego el ? O eres tu contando como el se sentia ? Joer me e quedado un poco liado 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Todos mis relatos... como dicen en las pelis: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y si tengo algunos en que cuento la misma experiencia desde los dos puntos de vista contrapuestos.
 
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