El día que me follé a la novia de mi mejor amigo

joselitoelgallo

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17 Jul 2023
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Capítulo 1: Introducción.


Era sábado y como de costumbre teníamos cena de cuadrilla. Somos una cuadrilla numerosa, por lo que solemos repartirnos las tareas de hacer la cena y limpiar el local. Esta semana, mi amigo y yo librábamos.
La verdad es que hacía bastante tiempo que no coincidíamos de fiesta juntos. Se había casado hace poco con un bombón, pero entre ella y yo no había química, por lo que poco a poco fuimos distanciándonos. Y en parte también era normal, yo seguía saliendo de fiesta y él lógicamente se quedaba en casa o realizaba otras actividades más por el día que por la noche. Por lo que el único sitio donde coincidíamos era en las cenas de cuadrilla.

Esa noche quedamos un poco antes para tomar unas cervezas y unos pinchos antes de la cena, y así hablar un poco de nuestras cosas, en principio de nada importante, simplemente por vernos antes y charlar.
Cuando llegué al bar donde habíamos quedado, Álvaro, que es como se llama mi amigo, y su mujer Carol ya estaban esperándome. He de reconocer que no suelo ser muy puntual, pero bueno, es uno de mis defectos que a Álvaro no parece importarle mucho, ya que siempre está donde quedamos y a la hora que quedamos y nunca hasta la fecha me ha dicho nada.
Saludé a mi amigo. Se le veía contento y risueño, y al saludarnos me comentó que la noche prometía. Después de esto, le di dos besos a Carol. Ella hizo lo mismo y me sonrió. Aunque lógicamente el saludo fue más frío que con Álvaro, ya que siempre que nos veíamos ella parecía salvar las distancias. Y como ya he comentado, aunque no nos llevamos bien, hay que ser honestos y reconocer que esa noche Carol estaba impresionante y se había puesto un perfume que olía fantásticamente bien.
Aunque ella es alta, medirá aproximadamente 1,70 cm más o menos como yo, con los tacones que llevaba esa noche aún la hacían más alta. Llevaba unos pantalones vaqueros azul oscuro ajustados, con una camisa color crema también ajustada en su cintura y con un escote redondeado que dejaba entrever ese canalillo que parecía que fuera a reventar.

Carol es muy guapa de cara, tiene unos bonitos ojos grandes y negros, muy penetrantes cuando te mira que en conjunción con ese color de piel que tiene tipo nuez moscada, con esos labios carnosos y esa nariz perfilada, la hacen muy atractiva e interesante.
Ese día no iba muy maquillada, tan solo llevaba pintados los labios con un rojo que los resaltaba con un color rojizo pero no chillón, un poco de colorete casi imperceptible que realzaba su moreno de piel y una línea fina bajo el ojo que le daba un brillo a esos ojazos negros. En definitiva, estaba preciosa.
La verdad es que me había quedado un poco embobado mirándola hasta que mi amigo me sacó del ensimismamiento en el que me encontraba.
Álvaro: “Bueno amigo, ¿qué tal estás? ¿Con ganas de fiesta?”
Yo: “Ya sabes, yo siempre estoy dispuesto para una buena fiesta.”
Carol: “Eso está bien, esta noche promete...” (y diciendo esto me guiñó un ojo, casi de manera imperceptible).
Pedimos unas cervezas y luego cambiamos de bar, y fuimos hablando de nuestras cosas.

He de reconocer que Carol ese día estaba especialmente agradable conmigo. Me reía todas las gracias, y estaba siempre muy pendiente de mí. No sé, la verdad que me sorprendió, pero no iba a ser yo quien fastidiase ese buen rollo, ya que hoy estábamos de fiesta y si ella se apuntaba pues mejor, una más para la fiesta.
Tras varias copas, llegamos al local donde era la cena y la verdad es que ya estábamos algo contentos de tanto beber. Allí nos juntamos con los demás y cada uno hizo su corro. Carol y yo estábamos hablando con un par de amigas, cosa que me vino bien para que se me fuera un poco la tontera de tanta cerveza, mientras que Álvaro se acercó a la cocina para ver lo que estaban cocinando y pronto se agenció una botella de vino y nos trajo un par de copas. Yo no tenía ganas de mezclar, por lo que Carol y él continuaron bebiendo.
Poco a poco se les veía más entonados y con el tiempo que llevaban sin salir, pronto comenzaron a cambiarles la cara y a reírse sin sentido. Carol varias veces me echó la mano al muslo y la verdad es que al principio no le di mucha importancia, pero cada vez era más continuo y descarado, y claro, yo empezaba a estar incómodo ya que era la mujer de mi mejor amigo y no estábamos solos.
Pronto llamaron a cenar, y Álvaro continuaba bebiendo vino, prácticamente no comió, tan solo bebía. Así durante toda la cena, la verdad es que estaba muy gracioso y varios compañeros estaban animándole a beber.
Carol, aunque menos, tampoco le iba a la zaga y también estaba bebiendo aunque menos que Álvaro, y ella estaba en el corro de las mujeres cuchicheando de sus cotilleos.

Tras la cena comenzamos a beber cubatas. Álvaro cada vez estaba más borracho, ya se dormía incluso en la mesa, le era imposible mantener los ojos abiertos. Entonces Carol decidió que sería mejor irse a casa ya que ambos estaban muy animados. Yo me presté a acompañarlos, y Carol indicó que no hacía falta, que saldría de fiesta con los colegas, que no quería estropearme la noche.
Yo: “Tranquila Carol, no estropeáis nada, yo os acompaño y luego salgo por ahí con los colegas.”
Mientras yo decía esto, Carol le dio un toque a Álvaro para que despertara y se marcharan a casa, pero Álvaro casi no se percató.
Carol: “Uf, pues la verdad que con el panorama que tengo con este, una ayudita no me vendría mal.”

Aquí varios amigos intervinieron:
Amigos: “Venga Carol, tú también lo estabas pasando bien.”
Amigos: “¡Eso, joder, no os vayáis!”
Carol: “Joder, pero si Álvaro no puede ni abrir los ojos...”
Yo: “Bueno, también lo podemos dejar aquí que duerma la mona en el sofá o en el colchón de arriba, y cuando vayamos para casa pasarnos por el local y si no ha despertado te acompaño y lo llevamos a casa.”
Carol: “No sé, la verdad, me fastidia irme para casa, lo estaba pasando bien, pero es que dejarlo aquí...”
Amigos: “Ni que fuera la primera vez que se ha quedado aquí durmiendo la mona...”
Y todos reímos con ganas.
Carol: “Bueno, vale, pero vayámonos ya antes de que me arrepienta.”
Yo: “Venga, chicos, ¡de fiesta!”

Y así pues nos fuimos a un bar de copas. Todos estábamos animados, pusimos un bote y pedimos unos cubatas. La noche estaba animada. Pronto, al ser tan numerosos, hicimos varios grupos y hablamos de nuestras cosas. Me extrañó mucho que Carol estuviera en mi grupo, ya que lógicamente yo estaba con tres solteros como yo y que prácticamente salíamos todos los fines de semana juntos de fiesta, y las amigas de Carol estaban en otro lado.
Carol: “Uff, ¿no crees que hemos hecho bien dejando a Álvaro en el local?”
Yo: “Carol, joder, es mayorcito y siempre que salíamos juntos, cuando íbamos un poco pasados, siempre acabábamos en el cuarto, nos echábamos una cabezadita y así se nos pasaba la tontería... Tranquila de verdad.”
Carol: “Bueno, bueno, si tú lo dices...”
Yo: “Venga, tengo una idea, ¿qué te parece si nos vamos esta noche tú y yo solos, un mano a mano, como cuando iba con Álvaro... Así limamos asperezas y quién sabe, a lo mejor te lo pasas hasta bien.”
Carol: “Serás capullo, ¿qué te piensas que soy una amargada que no sabe disfrutar o qué?”
Yo: “No sé, yo nunca te he visto desenfrenada, al contrario, siempre estás controlando todo. Seria y estirada.”
Carol: “Igual es que no me va el rollo ese de ponerse hasta arriba y que después tenga un dolor de cabeza que no pueda hacer nada al día siguiente...”
Yo: “O a lo mejor tienes miedo de que no puedas controlar a la bestia que llevas dentro... Venga, hombre, estás casada y esta noche has decidido pasártelo bien, ¿qué puede pasar?”
Carol: “Ummm, tienes razón, una noche es una noche...”
Carol: “¡Camarero, unos chupitos de tequila!”
Yo: “Joder, Carol...”
 
Capítulo 1: Introducción.


Era sábado y como de costumbre teníamos cena de cuadrilla. Somos una cuadrilla numerosa, por lo que solemos repartirnos las tareas de hacer la cena y limpiar el local. Esta semana, mi amigo y yo librábamos.
La verdad es que hacía bastante tiempo que no coincidíamos de fiesta juntos. Se había casado hace poco con un bombón, pero entre ella y yo no había química, por lo que poco a poco fuimos distanciándonos. Y en parte también era normal, yo seguía saliendo de fiesta y él lógicamente se quedaba en casa o realizaba otras actividades más por el día que por la noche. Por lo que el único sitio donde coincidíamos era en las cenas de cuadrilla.

Esa noche quedamos un poco antes para tomar unas cervezas y unos pinchos antes de la cena, y así hablar un poco de nuestras cosas, en principio de nada importante, simplemente por vernos antes y charlar.
Cuando llegué al bar donde habíamos quedado, Álvaro, que es como se llama mi amigo, y su mujer Carol ya estaban esperándome. He de reconocer que no suelo ser muy puntual, pero bueno, es uno de mis defectos que a Álvaro no parece importarle mucho, ya que siempre está donde quedamos y a la hora que quedamos y nunca hasta la fecha me ha dicho nada.
Saludé a mi amigo. Se le veía contento y risueño, y al saludarnos me comentó que la noche prometía. Después de esto, le di dos besos a Carol. Ella hizo lo mismo y me sonrió. Aunque lógicamente el saludo fue más frío que con Álvaro, ya que siempre que nos veíamos ella parecía salvar las distancias. Y como ya he comentado, aunque no nos llevamos bien, hay que ser honestos y reconocer que esa noche Carol estaba impresionante y se había puesto un perfume que olía fantásticamente bien.
Aunque ella es alta, medirá aproximadamente 1,70 cm más o menos como yo, con los tacones que llevaba esa noche aún la hacían más alta. Llevaba unos pantalones vaqueros azul oscuro ajustados, con una camisa color crema también ajustada en su cintura y con un escote redondeado que dejaba entrever ese canalillo que parecía que fuera a reventar.

Carol es muy guapa de cara, tiene unos bonitos ojos grandes y negros, muy penetrantes cuando te mira que en conjunción con ese color de piel que tiene tipo nuez moscada, con esos labios carnosos y esa nariz perfilada, la hacen muy atractiva e interesante.
Ese día no iba muy maquillada, tan solo llevaba pintados los labios con un rojo que los resaltaba con un color rojizo pero no chillón, un poco de colorete casi imperceptible que realzaba su moreno de piel y una línea fina bajo el ojo que le daba un brillo a esos ojazos negros. En definitiva, estaba preciosa.
La verdad es que me había quedado un poco embobado mirándola hasta que mi amigo me sacó del ensimismamiento en el que me encontraba.
Álvaro: “Bueno amigo, ¿qué tal estás? ¿Con ganas de fiesta?”
Yo: “Ya sabes, yo siempre estoy dispuesto para una buena fiesta.”
Carol: “Eso está bien, esta noche promete...” (y diciendo esto me guiñó un ojo, casi de manera imperceptible).
Pedimos unas cervezas y luego cambiamos de bar, y fuimos hablando de nuestras cosas.

He de reconocer que Carol ese día estaba especialmente agradable conmigo. Me reía todas las gracias, y estaba siempre muy pendiente de mí. No sé, la verdad que me sorprendió, pero no iba a ser yo quien fastidiase ese buen rollo, ya que hoy estábamos de fiesta y si ella se apuntaba pues mejor, una más para la fiesta.
Tras varias copas, llegamos al local donde era la cena y la verdad es que ya estábamos algo contentos de tanto beber. Allí nos juntamos con los demás y cada uno hizo su corro. Carol y yo estábamos hablando con un par de amigas, cosa que me vino bien para que se me fuera un poco la tontera de tanta cerveza, mientras que Álvaro se acercó a la cocina para ver lo que estaban cocinando y pronto se agenció una botella de vino y nos trajo un par de copas. Yo no tenía ganas de mezclar, por lo que Carol y él continuaron bebiendo.
Poco a poco se les veía más entonados y con el tiempo que llevaban sin salir, pronto comenzaron a cambiarles la cara y a reírse sin sentido. Carol varias veces me echó la mano al muslo y la verdad es que al principio no le di mucha importancia, pero cada vez era más continuo y descarado, y claro, yo empezaba a estar incómodo ya que era la mujer de mi mejor amigo y no estábamos solos.
Pronto llamaron a cenar, y Álvaro continuaba bebiendo vino, prácticamente no comió, tan solo bebía. Así durante toda la cena, la verdad es que estaba muy gracioso y varios compañeros estaban animándole a beber.
Carol, aunque menos, tampoco le iba a la zaga y también estaba bebiendo aunque menos que Álvaro, y ella estaba en el corro de las mujeres cuchicheando de sus cotilleos.

Tras la cena comenzamos a beber cubatas. Álvaro cada vez estaba más borracho, ya se dormía incluso en la mesa, le era imposible mantener los ojos abiertos. Entonces Carol decidió que sería mejor irse a casa ya que ambos estaban muy animados. Yo me presté a acompañarlos, y Carol indicó que no hacía falta, que saldría de fiesta con los colegas, que no quería estropearme la noche.
Yo: “Tranquila Carol, no estropeáis nada, yo os acompaño y luego salgo por ahí con los colegas.”
Mientras yo decía esto, Carol le dio un toque a Álvaro para que despertara y se marcharan a casa, pero Álvaro casi no se percató.
Carol: “Uf, pues la verdad que con el panorama que tengo con este, una ayudita no me vendría mal.”

Aquí varios amigos intervinieron:
Amigos: “Venga Carol, tú también lo estabas pasando bien.”
Amigos: “¡Eso, joder, no os vayáis!”
Carol: “Joder, pero si Álvaro no puede ni abrir los ojos...”
Yo: “Bueno, también lo podemos dejar aquí que duerma la mona en el sofá o en el colchón de arriba, y cuando vayamos para casa pasarnos por el local y si no ha despertado te acompaño y lo llevamos a casa.”
Carol: “No sé, la verdad, me fastidia irme para casa, lo estaba pasando bien, pero es que dejarlo aquí...”
Amigos: “Ni que fuera la primera vez que se ha quedado aquí durmiendo la mona...”
Y todos reímos con ganas.
Carol: “Bueno, vale, pero vayámonos ya antes de que me arrepienta.”
Yo: “Venga, chicos, ¡de fiesta!”

Y así pues nos fuimos a un bar de copas. Todos estábamos animados, pusimos un bote y pedimos unos cubatas. La noche estaba animada. Pronto, al ser tan numerosos, hicimos varios grupos y hablamos de nuestras cosas. Me extrañó mucho que Carol estuviera en mi grupo, ya que lógicamente yo estaba con tres solteros como yo y que prácticamente salíamos todos los fines de semana juntos de fiesta, y las amigas de Carol estaban en otro lado.
Carol: “Uff, ¿no crees que hemos hecho bien dejando a Álvaro en el local?”
Yo: “Carol, joder, es mayorcito y siempre que salíamos juntos, cuando íbamos un poco pasados, siempre acabábamos en el cuarto, nos echábamos una cabezadita y así se nos pasaba la tontería... Tranquila de verdad.”
Carol: “Bueno, bueno, si tú lo dices...”
Yo: “Venga, tengo una idea, ¿qué te parece si nos vamos esta noche tú y yo solos, un mano a mano, como cuando iba con Álvaro... Así limamos asperezas y quién sabe, a lo mejor te lo pasas hasta bien.”
Carol: “Serás capullo, ¿qué te piensas que soy una amargada que no sabe disfrutar o qué?”
Yo: “No sé, yo nunca te he visto desenfrenada, al contrario, siempre estás controlando todo. Seria y estirada.”
Carol: “Igual es que no me va el rollo ese de ponerse hasta arriba y que después tenga un dolor de cabeza que no pueda hacer nada al día siguiente...”
Yo: “O a lo mejor tienes miedo de que no puedas controlar a la bestia que llevas dentro... Venga, hombre, estás casada y esta noche has decidido pasártelo bien, ¿qué puede pasar?”
Carol: “Ummm, tienes razón, una noche es una noche...”
Carol: “¡Camarero, unos chupitos de tequila!”
Yo: “Joder, Carol...”
Muy bueno. Continua!!
 
Entre una cosa y la otra y con el título del relato, está cantado lo que va a pasar.
El problema será después las consecuencias y el riesgo de perderlo como amigo.
Si es que se lo cuentan.
 
Esta historia fue publicada en la otra esquina?, me suena
 
Esta historia fue publicada en la otra esquina?, me suena
sí, la estoy copiando de alguien que la subió a otro foro hace 10 años, le he intentado contactar pero no ha respondido, y para darle un poco de acción a esta parte del foro he optado por subirla yo. Si le molestase no tendría ningún problema con borrarla
 
Capítulo 2: La fiesta se fue de manos.


Nos tomamos esos chupitos y posteriormente yo pedí otros dos. Los amigos, viendo del palo que íbamos, decidieron dejarnos a nuestro ritmo, y mientras que Carol y yo nos quedamos tomando unos chupitos, la cuadrilla se fue para otro bar. Nosotros nos fuimos a una zona de chupitos y la verdad que no sé los chupitos que nos llegamos a tomar, pero lo cierto es que me lo pasé genial. Era como si hubiéramos salido toda la vida juntos. Estuvimos hablando de todo y criticando a todos...

Cuando terminamos la ronda, Carol me dijo que le apetecía bailar y que fuéramos a una discoteca...

Así pues, nos pusimos en marcha hacia la discoteca, y en el camino entre risas, Carol me echó una mano por encima de los hombros y pude volver a saborear lo bien que olía. Podía sentir cómo me estaba calentando... Ella me decía cosas al oído, muchas veces no le entendía pero me reía, una por no cortarla y otra porque me hacía cosquillas...
Yo le cogí por la cintura para evitar que en uno de esos vaivenes se cayera, y ella no le dio importancia. En alguno de esos movimientos que ella hacía, sin querer le rozaba ese hermoso y duro trasero, pero sin ninguna malicia...

Cuando llegamos a la discoteca, lo primero que hicimos fue ir a la barra y pedir dos chupitos más... Tras tomarlos, a mí me sentaron como un tiro. No podía creer que Carol estuviera de pie... joder, que aguante tenía la cabrona...
Le dije que iba al baño y la verdad que allí eché una pota enorme que me mareó un poco, pero que me vino bien. Cuando salí del baño, Carol estaba en mitad de la pista contoneándose de manera muy sensual y pude ver cómo un par de buitres ya estaban al acecho...

Me acerqué a Carol, la cogí por detrás suavemente de la cintura. Ella, en un principio, se sobresaltó y se volvió rápidamente, pero cuando vio que era yo, me sonrió, echó los brazos sobre mis hombros y los entrecruzó por detrás de mi cabeza. Me miraba fijamente y comenzó a contonearse frente a mí, me sacaba la lengua lascivamente. La verdad es que mi polla estaba empezando a reaccionar. Ella cerró los ojos y apoyó su cabeza contra mi frente.

Carol: “La verdad es que me lo estoy pasando genial. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una noche así...”
Yo: “Si te soy sincero, no pensé que pudiera pasármelo así de bien contigo, la verdad.”

Tras estas palabras, Carol hizo un movimiento rápido y se puso de espaldas a mí, flexionando levemente las piernas y echando su culito hacia atrás por lo que quedaba cerca de mi paquete, levantando las manos y cruzándolas en su nuca, levantándose el pelo hacia arriba y dejando ver ese precioso cuello. Yo prácticamente me quedé parado contemplando esa preciosa hembra fuera de sí...

Entonces ella, con suavidad y muy dulcemente, ladeó un poco la cabeza para ver qué hacía. Pude ver cómo se sonreía maliciosamente, a la vez que con sus manos me cogía por la cintura y se echaba hacia atrás hasta que su culo se frotaba suavemente con mi paquete que en ese momento estaba a punto de reventar...

Yo casi no me movía, estaba paralizado. Era como si en esa discoteca solo estuviéramos ella y yo. Ella se contoneaba al son de la música, música celestial. Movía las caderas con ritmo. En ese instante, la cogí de la cintura e introduciendo una pierna entre las suyas, comencé a acompasar mis movimientos con los suyos. Así estuvimos un rato hasta que echaron las luces del local, lo estaban cerrando...

Entonces ella se volvió hacia mí...

Carol: “¡Jo! Ya nos echan ¿Pero si acabamos de llegar...”
Yo: “Bueno, la verdad es que me lo he pasado genial. No pensé que lo pudiera pasar tan bien contigo, la verdad...”
Carol: “Esto hay que repetirlo más a menudo...”
Y diciendo esto, me plantó un beso en la mejilla, que me dejó perplejo...
Yo: “Bueno, ¿qué te parece si vamos a por Álvaro?”
Carol: “No es mala idea, la verdad. Cuando se entere la fiesta que se ha perdido...”

Cuando fuimos para el local, Carol se la veía radiante, espectacular, y bastante achispada, ya que era incapaz de ir recta por la calle. No paraba de decir lo bien que lo había pasado y de sonreír...

Al llegar al local...
Carol: “Vamos, borrachín, que es hora de ir a casa.”
Pero nadie contestó...
Yo: “Jolín, pues sí que tiene un sueño profundo.”

Al ir al colchón, pudimos comprobar que no estaba. Ambos imaginamos que se habría despertado y marchado a casa...
Carol: “¿Qué te parece si nos tomamos la última?”
Yo: “Pero todavía puedes con más.”

Sin decir nada, Carol fue a la nevera, sacó una botella de Jack Daniel's y comenzó a tomarse chupitos... No lo podía creer, esta mujer me iba a matar...

Yo me dejé caer en la colchoneta y la verdad es que me entró un poco de modorra, pero cuando estaba a punto de caer en los sueños de Morfeo, sentí como Carol me caía encima...

Carol: “A no, tú no te duermes... La fiesta no ha terminado. Vamos, acompáñame...”
Yo: “Joder, Carol, pero qué susto me has pegado...”

Carol se reía... Tras esto, nos quedamos unos instantes, ella encima mío y mirándonos sin decir nada...
Entonces ella, con un leve susurro indicándome que lo había pasado muy bien, me dio un beso en la boca, al que yo respondí. Ella me comenzó a quitar la camisa, y yo me aferré a ese hermoso culo, trayéndomela hacia mí...

Cuando me hubo quitado la camisa, en un rápido movimiento la giré quedando ella debajo mía. Introduje una pierna entre las suyas para evitar que las cerrara y le quité su blusa. Tenía un cuerpo espectacular, firme y muy duro. Mi polla comenzó a reaccionar... Comencé a besarla cariñosamente por el cuello, bajando a sus pechos aún escondidos en el sujetador pero amenazantes... Fui bajando por su firme vientre hasta encontrarme con su pantalón, y cuando comencé a desabrocharlo, entonces ella me cogió de la cabeza para subirme hacia arriba mientras me decía que no...

Carol: “No, por favor... para. Esto no está bien...”
 
Capítulo 2: La fiesta se fue de manos.


Nos tomamos esos chupitos y posteriormente yo pedí otros dos. Los amigos, viendo del palo que íbamos, decidieron dejarnos a nuestro ritmo, y mientras que Carol y yo nos quedamos tomando unos chupitos, la cuadrilla se fue para otro bar. Nosotros nos fuimos a una zona de chupitos y la verdad que no sé los chupitos que nos llegamos a tomar, pero lo cierto es que me lo pasé genial. Era como si hubiéramos salido toda la vida juntos. Estuvimos hablando de todo y criticando a todos...

Cuando terminamos la ronda, Carol me dijo que le apetecía bailar y que fuéramos a una discoteca...

Así pues, nos pusimos en marcha hacia la discoteca, y en el camino entre risas, Carol me echó una mano por encima de los hombros y pude volver a saborear lo bien que olía. Podía sentir cómo me estaba calentando... Ella me decía cosas al oído, muchas veces no le entendía pero me reía, una por no cortarla y otra porque me hacía cosquillas...
Yo le cogí por la cintura para evitar que en uno de esos vaivenes se cayera, y ella no le dio importancia. En alguno de esos movimientos que ella hacía, sin querer le rozaba ese hermoso y duro trasero, pero sin ninguna malicia...

Cuando llegamos a la discoteca, lo primero que hicimos fue ir a la barra y pedir dos chupitos más... Tras tomarlos, a mí me sentaron como un tiro. No podía creer que Carol estuviera de pie... joder, que aguante tenía la cabrona...
Le dije que iba al baño y la verdad que allí eché una pota enorme que me mareó un poco, pero que me vino bien. Cuando salí del baño, Carol estaba en mitad de la pista contoneándose de manera muy sensual y pude ver cómo un par de buitres ya estaban al acecho...

Me acerqué a Carol, la cogí por detrás suavemente de la cintura. Ella, en un principio, se sobresaltó y se volvió rápidamente, pero cuando vio que era yo, me sonrió, echó los brazos sobre mis hombros y los entrecruzó por detrás de mi cabeza. Me miraba fijamente y comenzó a contonearse frente a mí, me sacaba la lengua lascivamente. La verdad es que mi polla estaba empezando a reaccionar. Ella cerró los ojos y apoyó su cabeza contra mi frente.

Carol: “La verdad es que me lo estoy pasando genial. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una noche así...”
Yo: “Si te soy sincero, no pensé que pudiera pasármelo así de bien contigo, la verdad.”

Tras estas palabras, Carol hizo un movimiento rápido y se puso de espaldas a mí, flexionando levemente las piernas y echando su culito hacia atrás por lo que quedaba cerca de mi paquete, levantando las manos y cruzándolas en su nuca, levantándose el pelo hacia arriba y dejando ver ese precioso cuello. Yo prácticamente me quedé parado contemplando esa preciosa hembra fuera de sí...

Entonces ella, con suavidad y muy dulcemente, ladeó un poco la cabeza para ver qué hacía. Pude ver cómo se sonreía maliciosamente, a la vez que con sus manos me cogía por la cintura y se echaba hacia atrás hasta que su culo se frotaba suavemente con mi paquete que en ese momento estaba a punto de reventar...

Yo casi no me movía, estaba paralizado. Era como si en esa discoteca solo estuviéramos ella y yo. Ella se contoneaba al son de la música, música celestial. Movía las caderas con ritmo. En ese instante, la cogí de la cintura e introduciendo una pierna entre las suyas, comencé a acompasar mis movimientos con los suyos. Así estuvimos un rato hasta que echaron las luces del local, lo estaban cerrando...

Entonces ella se volvió hacia mí...

Carol: “¡Jo! Ya nos echan ¿Pero si acabamos de llegar...”
Yo: “Bueno, la verdad es que me lo he pasado genial. No pensé que lo pudiera pasar tan bien contigo, la verdad...”
Carol: “Esto hay que repetirlo más a menudo...”
Y diciendo esto, me plantó un beso en la mejilla, que me dejó perplejo...
Yo: “Bueno, ¿qué te parece si vamos a por Álvaro?”
Carol: “No es mala idea, la verdad. Cuando se entere la fiesta que se ha perdido...”

Cuando fuimos para el local, Carol se la veía radiante, espectacular, y bastante achispada, ya que era incapaz de ir recta por la calle. No paraba de decir lo bien que lo había pasado y de sonreír...

Al llegar al local...
Carol: “Vamos, borrachín, que es hora de ir a casa.”
Pero nadie contestó...
Yo: “Jolín, pues sí que tiene un sueño profundo.”

Al ir al colchón, pudimos comprobar que no estaba. Ambos imaginamos que se habría despertado y marchado a casa...
Carol: “¿Qué te parece si nos tomamos la última?”
Yo: “Pero todavía puedes con más.”

Sin decir nada, Carol fue a la nevera, sacó una botella de Jack Daniel's y comenzó a tomarse chupitos... No lo podía creer, esta mujer me iba a matar...

Yo me dejé caer en la colchoneta y la verdad es que me entró un poco de modorra, pero cuando estaba a punto de caer en los sueños de Morfeo, sentí como Carol me caía encima...

Carol: “A no, tú no te duermes... La fiesta no ha terminado. Vamos, acompáñame...”
Yo: “Joder, Carol, pero qué susto me has pegado...”

Carol se reía... Tras esto, nos quedamos unos instantes, ella encima mío y mirándonos sin decir nada...
Entonces ella, con un leve susurro indicándome que lo había pasado muy bien, me dio un beso en la boca, al que yo respondí. Ella me comenzó a quitar la camisa, y yo me aferré a ese hermoso culo, trayéndomela hacia mí...

Cuando me hubo quitado la camisa, en un rápido movimiento la giré quedando ella debajo mía. Introduje una pierna entre las suyas para evitar que las cerrara y le quité su blusa. Tenía un cuerpo espectacular, firme y muy duro. Mi polla comenzó a reaccionar... Comencé a besarla cariñosamente por el cuello, bajando a sus pechos aún escondidos en el sujetador pero amenazantes... Fui bajando por su firme vientre hasta encontrarme con su pantalón, y cuando comencé a desabrocharlo, entonces ella me cogió de la cabeza para subirme hacia arriba mientras me decía que no...

Carol: “No, por favor... para. Esto no está bien...”
Sigue así! Genial!
 
Joer con Carol. Lo calienta y ahora se pone modosita y dice que no está bien.
 
Capítulo 3: La vuelta a casa


Yo:” Joder no me puedes dejar así...”
Carol: “Lo siento pero soy la mujer de tu mejor amigo¡¡¡ a caso lo has olvidado ¿?”
Yo: “ NO NO LO HE OLVIDADO....”

Tras esto nos separamos y nos quedamos un segundo boca arriba inmóviles, pensativos, hasta que comenzamos a vestirnos...

Carol: “¡Perdóname de verdad! La cabeza me da vueltas y yo me he dejado llevar....”
Yo no podía decir nada, estaba empalmado con una hembra en celo y que probablemente el cornudo de su marido no podría atenderla esta noche...

Carol: ”¿En que piensas?” Te pido por favor que mi marido no se entere nunca de esto....”
Yo:” Nada tranquila, ¿de que me estas hablando? Aquí no ha pasado nada”
Carol: Gracias, sabría que lo entenderías...
Yo: ”Anda vamos a casa, a ver si ha llegado Álvaro...”

Llegamos a su casa, hicimos que no había pasado nada, y cuando me disponía a irme a mi casa

Carol: “Por favor, ¿puedes subir a casa, a ver si esta Álvaro?”
Yo: ¿Y eso?
Carol: Por favor estoy muerta de cansancio y si no esta es para que vayas a buscarlo...
Yo: Anda tira

Cuando subimos, Carol prácticamente no era capaz de abrir la puerta y estaba prácticamente dormida...
Nada mas entrar se podía oír los ronquidos que estaba dando Álvaro desde el dormitorio...
Carol rio,

Carol: “Parece que mi marido esta en casa"

Fuimos hasta el dormitorio y allí estaba en pelota picada encima de la cama y a todo roncar...
Carol se quito los zapatos, y salimos de la habitación...
Carol iba un poco mareada y caminaba de lado a lado del pasillo, un par de veces vi como se apoyaba en la pared para no caer...
Yo estaba como atontado mirando fijamente su culo, me parecía aun mas precioso si cabe, con ese contoneo, su forma redondeada y pino...

En eso estaba cuando se volvió a trastabillar y la cogí de la axila para evitar que cayera, estaba con las piernas cruzadas la cabeza baja riéndose y yo la tenia cogida del brazo tirando para arriba intentándola subir pero era como un peso muerto y no dejaba de reírse.. al no poder levantarla la baje suavemente hasta el suelo donde ella quedo boca arriba y yo encima de ella... tenia el pelo algo revuelto y le caían varios mechones de pelo por la cara que la hacían mas atractiva si cabe, tenia los ojos cerrados y seguía riéndose de forma nerviosa...

Yo comencé a retirarle los mechones de la cara, era preciosa y esa sonrisa con esos dientes tan blancos y esos labios carnosos la hacían mas atractiva y muy sensual...

Por un momento dejo de reír y abrió los ojos... se quedo mirándome fijamente, yo con un dedo comencé a pasárselo por la mejilla, bajando hasta la barbilla, para subir suavemente hasta rozarle el labio inferior a lo que ella volvió a cerrar los ojos y abrir la boca, aproveche a introducirle el dedo en la boca.

Ella cerro la boca y como si fuera un pene comenzó succionarlo primero despacio, dándole vueltas a su lengua contra mi dedo poco a poco fue acelerando el ritmo....

Le saque el dedo bien ensalivado y lo fui bajando suavemente por su cuello, ese precioso cuello, hasta llegar al canalillo, lo roce varias veces, baje mi cabeza para poder darle un beso cariñoso en sus labios a lo que ella reacciono abriendo la boca, para encontrarnos lengua con lengua..., mi corazón se aceleró, nuestras lenguas se entrecruzaban cada vez con una mayor intensidad..

Yo me apoye encima de ella, y sin dejar de besarnos le cogí por la cintura y le subí el top, suavemente comencé a estrujar esos dos melones que pedían a gritos salir de su cárcel...

Deje de besar solamente para quitarle el top y el sujetador, tenia unos pechos preciosos, redondeados y duros, con unas aureolas negras y grandes coronados por unos pezones gruesos y vibrantes por la excitación.

En cuanto vi esos pezones cogí uno y comencé a pellizcarlo con cariño a lo que pude sentir como se hinchaba en mi mano y se le ponía la carne de gallina, mientras me tire como un loco a por el otro pezón para introducirme lo en la boca y succionarlo con fuerza pero con cariño mientras con la otra mano libre cogía desde la base ese pecho que estaba succionando y los juntaba y estrujaba a mi antojo.

Ella arqueaba la espalda y ponía sus manos en mi cabeza, alborotándome el pelo e intentando atraerme hacia ella, a lo que yo no hacia caso al estar amasando a mi antojo esos hermosos pechos con los que había soñado tantas veces y que ahora los tenia a mi disposición...

Así estuve un rato, hasta que decidí comenzar a bajar, comencé a darle besitos pequeños entre sus pechos para ir bajando por su vientre plano.. hasta llevar a sus pantalones, esos pantalones de cintura baja y ajustados que la hacían tan deseada... desabroche el pantalón y baje su cremallera mientras seguía dando besitos y pequeños mordisquitos a cada parte nueva de su piel que salía al exterior.

Ella levantando la cadera y de un movimiento rápido se bajo los pantalones hasta la mitad de sus muslos..., sin quitarle los pantalones comencé a darle pequeños mordisquitos en los muslos, en la parte interior, le levante un poco las piernas y metí mi cabeza entre sus piernas, llevaba un tanguita azul muy diminuto con un hilo dental que se perdía en los cachetes de su culo... se le podían apreciar unos labios vaginales prominentes y poco pelo en su zona noble cosa que me emociono, y sobándole por encima de la tela comencé a pasarle un dedo para marcarle mas si cabe los labios vaginales, también le daba profundos lametazos y le cogía el tanguita y tiraba hacia arriba lo que provocaba que se le saldrían los labios vaginales por los laterales, sonrojados y húmedos, ella arqueaba la espalda a cada lametazo que le daba y cerraba sus piernas contra mi cabeza.

No decía prácticamente nada, solo daba pequeños suspiros ahogados y me cogía de la cabeza para que le comiera ese conejito tan hermoso que tenia a escasos centímetros de mi boca... podía olerle el sexo y la verdad que ese olor me embrutecía y me encantaba a la vez... mi polla comenzaba a reaccionar.

Metí un dedo en su tanga y de un tirón rompí el hilo del tanga que hizo que se quedara al descubierto ese hermoso conejito que me iba a comer en escasos segundos... ella cuando realice ese movimiento sí dio un pequeño gritito mas por el susto que por el daño que pudiera realizarle.

Levantó la cabeza para ver que es lo que estaba haciendo.

La verdad es que me había quedado estático contemplando ese hermoso chochito al que ya se le estaba escapando alguna perlita de liquido pre seminal, entonces abriéndole los labios, busque su clítoris que apareció nada mas apartar los labios vaginales, bastante hinchado, por la excitación que ya tenia...

Me lance a por ese botoncito y comencé a succionar por lo que pronto se hincho bastante mas, pasándole la lengua circularmente, y alternando las succiones con pequeños mordisquitos a lo que ella reaccionaba dando suspiros cada vez mas claros y sin ningún miramiento.

Yo podía sentir como cada vez esa gruta se humedecía mas y mas, por lo que hacia que yo también acelerase mi operatoria.
Ella intentó quitarse los pantalones para poder estar mas cómoda... entonces pare para quitarle los pantalones.

Carol: ”Ni se te ocurra parar cabrón no me dejes así...” “Joder ya me los quito yo tu no pares...”

Yo no dije nada, me sonreí y le ayude a quitarse los vaqueros... como ya he dicho estaba preciosa.

Cuando se quitó los vaqueros se tiro al suelo y abrió las piernas todo lo que pudo, me miro fijamente y con una sonrisa lasciva y unas mejillas coloradas que la hacían mas zorrón me dijo:

“Vamos cabrón, ¿a qué estas esperando?, dame el placer que el cornudo de tu amigo no ha sabido darme...”
 
Capítulo 3: La vuelta a casa


Yo:” Joder no me puedes dejar así...”
Carol: “Lo siento pero soy la mujer de tu mejor amigo¡¡¡ a caso lo has olvidado ¿?”
Yo: “ NO NO LO HE OLVIDADO....”

Tras esto nos separamos y nos quedamos un segundo boca arriba inmóviles, pensativos, hasta que comenzamos a vestirnos...

Carol: “¡Perdóname de verdad! La cabeza me da vueltas y yo me he dejado llevar....”
Yo no podía decir nada, estaba empalmado con una hembra en celo y que probablemente el cornudo de su marido no podría atenderla esta noche...

Carol: ”¿En que piensas?” Te pido por favor que mi marido no se entere nunca de esto....”
Yo:” Nada tranquila, ¿de que me estas hablando? Aquí no ha pasado nada”
Carol: Gracias, sabría que lo entenderías...
Yo: ”Anda vamos a casa, a ver si ha llegado Álvaro...”

Llegamos a su casa, hicimos que no había pasado nada, y cuando me disponía a irme a mi casa

Carol: “Por favor, ¿puedes subir a casa, a ver si esta Álvaro?”
Yo: ¿Y eso?
Carol: Por favor estoy muerta de cansancio y si no esta es para que vayas a buscarlo...
Yo: Anda tira

Cuando subimos, Carol prácticamente no era capaz de abrir la puerta y estaba prácticamente dormida...
Nada mas entrar se podía oír los ronquidos que estaba dando Álvaro desde el dormitorio...
Carol rio,

Carol: “Parece que mi marido esta en casa"

Fuimos hasta el dormitorio y allí estaba en pelota picada encima de la cama y a todo roncar...
Carol se quito los zapatos, y salimos de la habitación...
Carol iba un poco mareada y caminaba de lado a lado del pasillo, un par de veces vi como se apoyaba en la pared para no caer...
Yo estaba como atontado mirando fijamente su culo, me parecía aun mas precioso si cabe, con ese contoneo, su forma redondeada y pino...

En eso estaba cuando se volvió a trastabillar y la cogí de la axila para evitar que cayera, estaba con las piernas cruzadas la cabeza baja riéndose y yo la tenia cogida del brazo tirando para arriba intentándola subir pero era como un peso muerto y no dejaba de reírse.. al no poder levantarla la baje suavemente hasta el suelo donde ella quedo boca arriba y yo encima de ella... tenia el pelo algo revuelto y le caían varios mechones de pelo por la cara que la hacían mas atractiva si cabe, tenia los ojos cerrados y seguía riéndose de forma nerviosa...

Yo comencé a retirarle los mechones de la cara, era preciosa y esa sonrisa con esos dientes tan blancos y esos labios carnosos la hacían mas atractiva y muy sensual...

Por un momento dejo de reír y abrió los ojos... se quedo mirándome fijamente, yo con un dedo comencé a pasárselo por la mejilla, bajando hasta la barbilla, para subir suavemente hasta rozarle el labio inferior a lo que ella volvió a cerrar los ojos y abrir la boca, aproveche a introducirle el dedo en la boca.

Ella cerro la boca y como si fuera un pene comenzó succionarlo primero despacio, dándole vueltas a su lengua contra mi dedo poco a poco fue acelerando el ritmo....

Le saque el dedo bien ensalivado y lo fui bajando suavemente por su cuello, ese precioso cuello, hasta llegar al canalillo, lo roce varias veces, baje mi cabeza para poder darle un beso cariñoso en sus labios a lo que ella reacciono abriendo la boca, para encontrarnos lengua con lengua..., mi corazón se aceleró, nuestras lenguas se entrecruzaban cada vez con una mayor intensidad..

Yo me apoye encima de ella, y sin dejar de besarnos le cogí por la cintura y le subí el top, suavemente comencé a estrujar esos dos melones que pedían a gritos salir de su cárcel...

Deje de besar solamente para quitarle el top y el sujetador, tenia unos pechos preciosos, redondeados y duros, con unas aureolas negras y grandes coronados por unos pezones gruesos y vibrantes por la excitación.

En cuanto vi esos pezones cogí uno y comencé a pellizcarlo con cariño a lo que pude sentir como se hinchaba en mi mano y se le ponía la carne de gallina, mientras me tire como un loco a por el otro pezón para introducirme lo en la boca y succionarlo con fuerza pero con cariño mientras con la otra mano libre cogía desde la base ese pecho que estaba succionando y los juntaba y estrujaba a mi antojo.

Ella arqueaba la espalda y ponía sus manos en mi cabeza, alborotándome el pelo e intentando atraerme hacia ella, a lo que yo no hacia caso al estar amasando a mi antojo esos hermosos pechos con los que había soñado tantas veces y que ahora los tenia a mi disposición...

Así estuve un rato, hasta que decidí comenzar a bajar, comencé a darle besitos pequeños entre sus pechos para ir bajando por su vientre plano.. hasta llevar a sus pantalones, esos pantalones de cintura baja y ajustados que la hacían tan deseada... desabroche el pantalón y baje su cremallera mientras seguía dando besitos y pequeños mordisquitos a cada parte nueva de su piel que salía al exterior.

Ella levantando la cadera y de un movimiento rápido se bajo los pantalones hasta la mitad de sus muslos..., sin quitarle los pantalones comencé a darle pequeños mordisquitos en los muslos, en la parte interior, le levante un poco las piernas y metí mi cabeza entre sus piernas, llevaba un tanguita azul muy diminuto con un hilo dental que se perdía en los cachetes de su culo... se le podían apreciar unos labios vaginales prominentes y poco pelo en su zona noble cosa que me emociono, y sobándole por encima de la tela comencé a pasarle un dedo para marcarle mas si cabe los labios vaginales, también le daba profundos lametazos y le cogía el tanguita y tiraba hacia arriba lo que provocaba que se le saldrían los labios vaginales por los laterales, sonrojados y húmedos, ella arqueaba la espalda a cada lametazo que le daba y cerraba sus piernas contra mi cabeza.

No decía prácticamente nada, solo daba pequeños suspiros ahogados y me cogía de la cabeza para que le comiera ese conejito tan hermoso que tenia a escasos centímetros de mi boca... podía olerle el sexo y la verdad que ese olor me embrutecía y me encantaba a la vez... mi polla comenzaba a reaccionar.

Metí un dedo en su tanga y de un tirón rompí el hilo del tanga que hizo que se quedara al descubierto ese hermoso conejito que me iba a comer en escasos segundos... ella cuando realice ese movimiento sí dio un pequeño gritito mas por el susto que por el daño que pudiera realizarle.

Levantó la cabeza para ver que es lo que estaba haciendo.

La verdad es que me había quedado estático contemplando ese hermoso chochito al que ya se le estaba escapando alguna perlita de liquido pre seminal, entonces abriéndole los labios, busque su clítoris que apareció nada mas apartar los labios vaginales, bastante hinchado, por la excitación que ya tenia...

Me lance a por ese botoncito y comencé a succionar por lo que pronto se hincho bastante mas, pasándole la lengua circularmente, y alternando las succiones con pequeños mordisquitos a lo que ella reaccionaba dando suspiros cada vez mas claros y sin ningún miramiento.

Yo podía sentir como cada vez esa gruta se humedecía mas y mas, por lo que hacia que yo también acelerase mi operatoria.
Ella intentó quitarse los pantalones para poder estar mas cómoda... entonces pare para quitarle los pantalones.

Carol: ”Ni se te ocurra parar cabrón no me dejes así...” “Joder ya me los quito yo tu no pares...”

Yo no dije nada, me sonreí y le ayude a quitarse los vaqueros... como ya he dicho estaba preciosa.

Cuando se quitó los vaqueros se tiro al suelo y abrió las piernas todo lo que pudo, me miro fijamente y con una sonrisa lasciva y unas mejillas coloradas que la hacían mas zorrón me dijo:

“Vamos cabrón, ¿a qué estas esperando?, dame el placer que el cornudo de tu amigo no ha sabido darme...”
Que buen relato, supongo que no era la primera vez que le metía Los cuernos
 
Gracias por el relato @joselitoelgallo


Yo alucino con comentarios como
"Yo no podía decir nada, estaba empalmado con una hembra en celo y que probablemente el cornudo de su marido no podría atenderla esta noche..."

Y esto pensaba ya antes de follarsela. Menos mal que era su mejor amigo..

y la aguantachupitos:
"“Vamos cabrón, ¿a qué estas esperando?, dame el placer que el cornudo de tu amigo no ha sabido darme...”

Valores.
 
Capítulo 4: En casa de mi amigo



"Vamos cabrón, ¿a qué estás esperando? ¡Dame el placer que el cornudo de tu amigo no ha sabido darme!" Mientras decía esto, me sacaba la lengua y me guiñaba un ojo. Dios mío, cómo había cambiado nuestra relación en una sola noche...

Me lancé de nuevo a su entrepierna y comencé a succionar como nunca. La verdad es que estaba disfrutando como nunca antes. Cuando se relajó un poco, comencé a jugar con un dedo, haciendo círculos entre sus labios vaginales para ver su reacción. No encontré ninguna resistencia, al contrario, parecía estar cada vez más alterada, perdiendo el control.

Pronto, sentí que se acercaba su orgasmo. Introduje un dedo de golpe y ella dio un respingo, pero seguí con el movimiento suave, permitiéndole adaptarse. Pronto, tenía dos dedos dentro de ella, y el ritmo se volvía más intenso. Estaba jugando con ellos, moviéndolos y girándolos en su interior, hasta que dejé de succionar su clítoris y me concentré en penetrarla con los dedos. Su coño estaba cada vez más empapado y a punto de explotar en un orgasmo.

Entonces, girando los dedos hacia arriba en forma de gancho, estimulé un punto sensible en su interior, acelerando el ritmo cada vez más rápido. Finalmente, con un alarido, pude sentir cómo se corría abundantemente en mi mano. Su orgasmo era intenso, probablemente potenciado por la excitación acumulada de esa noche intensa.

Carol se dejó caer en el suelo, completamente inmóvil y jadeante, repitiendo una y otra vez palabras de agradecimiento. La dejé relajarse y aproveché para sacarle unas fotos sin que se diera cuenta, capturando la imagen de su hermoso coño húmedo.
Justo cuando guardaba la cámara en el bolsillo, ella se incorporó y, a cuatro patas, puso sus manos en mi pecho y me tumbó en el suelo.

Carol: ”Ahora voy a ser yo quien te haga disfrutar...”

Me quitó la camisa y empezó a mordisquearme los pezones, causándome un placer indescriptible. Luego, bajó por mi vientre y fue directamente a por mi polla.

Carol: "Joder, cabrón, vaya herramienta gastas,"

Yo sonreí pero no dije nada...

Ella comenzó a darme pequeños besos cariñosos en la punta de mi polla, cogiendo el tronco con una mano, yo quería verlo... no podía mas, por lo que me apoye en mis codos para poder ver como me comía la polla la mujer de mi amigo mientras este último dormía la mona a escasos centímetros...

Con una mano me masturbaba suavemente, bajándome la piel del tronco hasta dejar el capullo completamente libre de piel a lo que aprovechaba para meterse todo el capullo en la boca y succionaba como si le fuera la vida en ello, mientras repasaba con su lengua la punta, mientras con la otra amasaba mis huevos. De vez en cuando, dejaba de succionar para meterse uno de mis huevos en la boca, lo que me producía un placer increíble. Ella muy a menudo buscaba mis ojos y la podía ver con un brillo inusual pero que le realzaba esos ojazos.

Pronto comenzó a acelerar la paja que me estaba realizando y cada vez intentaba introducirse más carne en la boca. La imagen era impresionante, podía ver como mi polla pegaba en el interior de su mejilla y se deformaba para volver nuevamente a su ser.

Finalmente, cuando estuve a punto de correrme, retiró la boca y entre sus pechos me hizo una cubana, recibiendo mi semen en su cuello, barbilla y pechos.

Después, fue ella quien se colocó encima de mí. "Esta noche ha sido fantástica, tenemos que repetirla más a menudo," dijo con una sonrisa. Yo respondí que esto apenas estaba empezando, insinuando que no me iría sin probar todos sus agujeros.

Carol: “¿Jeje pero todavía no te has quedado saciado? Dudo que se te pueda levantar otra vez...”

Sin embargo, la volví a voltear, siendo yo ahora quien estaba encima, y le di un intenso beso, al que ella contesto con el mismo ardor. Mientras tanto, metí mis piernas entre las suyas y se las abrí bajando una de mis manos e introduciéndole un par de dedos de golpe, a lo que ella se arqueó e intentó dar un suspiro que se amortiguó al estar nuestras lenguas entrelazadas.

Con la otra mano le estrujaba uno de esos hermosos pechos, la verdad es que estaba fuera de mi... deje de besarle y mirándola a los ojos le dije.

Yo: ”Una cosa hermosa, ¿no te parece que el suelo esta un poco duro y esto se haría mejor en una cama?”

Carol se sonrió: ”Pero qué cabrón llegas a ser, ¿no pensaras follarme con tu amigo en la cama durmiendo?”

Yo: “Acaso no hay otra cama en esta casa?”

Carol se levanto y dándome la mano me guio a una habitación, contigua a la de su dormitorio, también tenia una cama bastante grande y un ventanal que daba a la calle y comenzaba a entrar los primeros rayos de luz...

La empujé contra la cama y ella cayó de espaldas a mí ofreciendo ese hermoso culo que tantas veces me había quitado el sueño...

Ella se volteó para mirarme con una medio sonrisa, pero yo me abalancé rápidamente impidiéndole que se diera la vuelta echándome encima de ella, con una mano cogí ambas muñecas de Carol para poder inmovilizarla por encima de su cabeza mientras con la otra guiaba mi polla ya nuevamente erecta hacia esa entrada húmeda y deseosa de ser penetrada...

Con alguna dificultad se la introduje de un solo golpe de cadera, a lo que ella respondió con un grito ahogado, mitad placer, mitad sorpresa..., para poder introducírsela mejor, le solté las manos, ella las entrecruzó por encima de su cabeza sin apenas inmutarse. Yo sin sacársela del coño, me acomodé entre sus piernas, introduciendo las mías para poder maniobrar mejor, y la atraje hacia el exterior de la cama...

Cuando ya me hube acomodado apoye ambas manos en sus caderas la cogí con fuerza y la atraje hacia mí a lo que nuevamente la penetraba de un solo golpe de cadera, y nuevamente ella volvió a chillar.

Estaba prácticamente a mi merced, casi sin margen de maniobra, pero yo estaba en una situación inmejorable por lo que empecé a bombear con todas mis fuerzas, lo mas rápido que me fue posible.

A cada embestida podía ver como la cabeza le bailaba y como ella intentaba levantarse para girarse o para ver como la bombeaba... solo que no podía. La cama chirriaba y el cabecero a cada embestida golpeaba la pared.

Me parecía increíble que mi amigo a escasos metros no se estuviera enterando de nada, con esta idea y con todos los improperios que salían de la boca de Carol no hacia sino que excitarme y bombear con mas fuerza y rapidez de la que era posible. Así estuve varios minutos hasta que las gotas de sudor comenzaron a perlarme la frente y espalda, y comencé a estar algo cansado, por lo que fui disminuyendo mi intensidad, y sin dejar de follarla, la sacaba casi entera para de un movimiento rápido de cadera volver a introducirla de un certero golpe hasta lo mas profundo de sus entrañas.

Quería sentir como mi polla invadía ese coñito tan rosado y hermoso, hasta que en una de esas embestidas le solté una cadera para darle un nalgazo y ver como se cambiaba de color, y me eché encima de ella, sin sacársela.

Estaba exhausto, pero no iba a parar ahora.

Carol: "Joder me estas destrozando... Nunca me habían follado con esa intensidad”

Yo: ”¿Y dime, te gusta?”

Carol: "¡Me encanta... no pares por favor!”

Tras esto se la saqué y reincorporándome le abrí los cachetes para ver ese conejito tan sonrojado y abierto, le introduje dos dedos de golpe casi sin oposición, apoyándome con la otra mano en su espalda y comencé un frenético mete y saca. Poco a poco pude notar como mis dedos estaban cada vez mas empapados, por lo que los saque de golpe, la voltee y apoyando sus piernas en mi pecho se la volví a introducir de un solo golpe en su coño, solo que ahora se podía oír una especie de chapoteo cada vez que se la introducía.

El gustazo que me estaba dando esta hembra junto con el morbo de saberme con la mujer de mi amigo y a escasos metros estaba siendo bestial.

Comencé a estrujarle los pechos que se estaban bamboleando de lado a lado a cada embestida, y a la vez que le estiraba los pezones primero con suavidad aunque después fui incrementando mi intensidad y violencia... ella no decía nada, se mordía un labio y apoyaba sus manos en mis aductores como queriendo evitar que las embestidas fueran tan profundas aunque de poco le servía.

Al poco rato pude sentir como un caliente liquido viscoso recorría mi polla en el interior de esa hermosa mujer, acompañado de un alarido y arqueo de espalda de esta para después de pequeños espasmos dejarse caer en la cama de forma inmóvil y con los ojos cerrados. No cabía duda de que se estaba corriendo como hacia tiempo que no lo hacía

Yo lejos de parar incremente mis embestidas, la verdad es que me estaba quedando alucinado, no podía creer que tuviera ese aguante, pero claro con todo lo que había bebido y previa corrida anterior... ésta prometía.

Tras esto Carol quedo como somnolienta prácticamente no se movía ni abría los ojos, la tenía a mi antojo, por lo que la volví a dar la vuelta, le saqué las piernas fuera de la cama y le abrí los cachetes del culo, dándole pequeños lametazos a su agujerito anal.
Comencé a juguetear con él: cerraba y abría sus cachetes estrujándolos a mi antojo, le ensalivé bien su agujerito y le pregunté:

Yo: ”Carol, ¿has tenido alguna vez sexo anal?”

Carol: ”Ufff sí, tu amigo es un pervertido, siempre quiere petarme el culo. Joder, no sé como os gusta tanto...”

Tras oír esto y sin mas dilación le introduje un dedo en su ano, y con la otra mano busque su clítoris que estaba hinchado y muy salido, así que lo comencé a frotar con movimientos circulares, y a su vez a incrementar el ritmo del dedo que tenía en su culo. Al ver que, efectivamente, ese culito estaba muy bien estrenado, no me entretuve demasiado en su preparación por lo que rápidamente sustituí mi dedo por mi polla, aunque esta vez ella si arqueo la espalda y comenzó a indicarme en su susurro.

Carol: ”Uuffff oh, joder ufff despacito, por favor ufff despacito... Por dios que vas a partirme...”

Mientras me decía esto colocaba sus manos en mis aductores como queriendo frenar lo irremediable.

Tenía media polla en su orto, y este agujero no estaba tan dado como el anterior por lo que el gusto que me estaba dando el sentir mi polla bajo esa presión por resistir la penetración era alucinante, y se incrementaba por los comentarios que me hacia Carol....

Por lo que abriéndole con mis manos las nalgas lo mas que pude, le introduje toda mi polla en su interior de un golpe seco y duro de cadera.

Ella dio un chillo que me asustó, pero sin sacarle un centímetro de polla de ese hermoso culo, le solté las nalgas para amordazarle la boca ya que ese alarido se habría oído en todo el pueblo.

Poco a poco comencé un mete-saca de forma rítmicamente lenta, quería disfrutar esa estrechez, disfrutar cada palmo cada centímetro de esa penetración...

Cuando sentí como se relajaba, comencé a acelerar el ritmo, nuevamente la cabecera de la cama empezó a golpear la pared cada vez de una manera más fuerte, por lo que la cogí de los pelos, tire hacia mí, ella arqueo la espalda y por el tirón levantó la cabeza, cogiéndola con mi mano izquierda del cuello para atraerla hacia mí más todavía sin dejar ni un momento de penetrarla. Con esta posición mi penetración era muy favorable, le solté el pelo y le estrujé uno de los pechos.

Sin sacársela y de un movimiento rápido, la levanté y la apoyé contra la pared mas cercana, le abrí bien las piernas apoyé mis manos sobre su cadera, para poder tener su orificio anal lo mas expuesto posible y me la follé con todas mis fuerzas, durante un buen rato hasta que en una de esas embestidas me corrí en el interior de su culo....

Caímos rendidos al suelo, bañados en sudor, ella tenia los pelos alborotados.

Carol: ”Me has destrozado cabrón mañana no voy a poder andar... uff que noche esto habrá que repetirlo...”

Yo me levanté, cogí la ropa y me marché casi sin mediar palabra.

Carol me miraba sin decir palabra y vio como me marchaba.

A la altura de la puerta me giré la miré y guiñándole un ojo le dije: “La semana que viene repetimos”, cerrando la puerta sin esperar su contestación, aunque pude ver como se le iluminaba la cara ante mi afirmación...

Me miró con una sonrisa pícara y entendí que esto no había hecho más que empezar.

FIN
 
Nos vamos a quedar con la duda de si el Marido se enteró y si va a estar al corriente que van a seguir teniendo sexo.
 
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