FranRel
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Hola. Empiezo la "re-publicación" de mi tercer relato. Ya sabéis, recomiendo haber leído antes mis relatos "Apariencias" y "El paso del tiempo". Este relato tiene bastantes"flashbacks" que van enmarcados entre líneas de puntos suspensivos. Gracias por leerme 
Miré hacia el cielo haciendo ver que estaba harta pero pensando “joder, que cabrona ¿Tanto se me nota?”. Porque era verdad, había estado follando, y bien, muy bien. La tarde anterior había ido a casa de Diego y habíamos follado, no una sino varias veces “ufff, había sido genial, como sabe follarme ese chico”. Y me quedé a dormir y esta mañana, uno rapidito pero que me había sentado de maravilla, como siempre con él. Y sonreí al recordarlo. Entonces Susi me dio un pequeño empujón y dijo:
Me costaba contarle que era Diego, el friki, el raro, el callado, el… el que me folla como nadie y del que me había enamorado perdidamente, esa era la verdad pero era mi secreto, ”Susi se reirá de mí todo el resto de la carrera cuando lo sepa” pensé, pero ya había decidido que se lo contaría, pero más tarde, ahora estaba muy feliz y no quería escuchar sus reproches y burlas cuando supiera con quien me acostaba. Susi le había cogido manía a Diego y se llevaría una gran sorpresa y no lo entendería. Entonces se paró y dijo:
Nos acercamos riendo a donde estaban Luis, Jorge, Felipe y Edu. En teoría, Luis era el rollete de Susi y Jorge el mío. No eran nuestras parejas pero si a los que nos tirábamos de vez en cuando, o más bien, me lo tiraba porque ahora solo estaba con Diego. La verdad es que los cuatro chicos eran guapos y atractivos, cada uno con su estilo, y me había follado a dos, a Jorge y a Luis. Susi se había tirado a los cuatro.
Cuando nos pusimos a su lado vimos que hablaban animadamente sobre algo. Jorge nos miró y dijo:
Me quedé sin respiración y no escuché más. Lo siguiente que vi fue el suelo y mis amigos llamándome. Me recuperé un poco y me sentaron en el banco. Susi dijo:
Jorge me miraba con los ojos muy abiertos, sorprendido. Susi me abrazaba en el banco mientras decía:
Conseguí decir:
Y me puse a llorar desconsoladamente. Susi me abrazó y dijo:
Me levanté y me fui corriendo, me daban asco y no podía más que pensar en Diego. Susi y Jorge me llamaron pero pasé de ellos. No sabía donde llamar, fui a secretaría y pregunté, nadie me decía nada hasta que alguien se apiadó de mí y me dijeron el hospital donde se lo habían llevado. Cogí un taxi y durante el trayecto recordé cuando nos conocimos…
3 Meses antes
Ingresé en Informática porque siempre se me han dado bien los ordenadores y me gustaban, o eso pensaba hasta que empecé la carrera y comprobé que no era nada hábil comparada con mis compañeros, pero esa es otra historia. No era hábil con la programación pero sí era el centro de atención de mis compañeros porque, no es por presumir, pero soy guapa, atractiva y llamativa, con mi pelo rubio natural, mis ojos azules, y una sonrisa preciosa. Además, tengo un tipito que vuelve loco a muchos aunque intimido también a otros porque soy alta, 1,75m y eso, a muchos tíos, no les gusta. Pero, quitando mi estatura, soy delgada, vientre liso y un culito sensacional. Piernas largas y delgadas, tobillos estrechos, unos pies preciosos y, dejo para lo último mis tetas, redondas y perfectas pero no muy grandes, me gustarían que fueran como las de Susi, pero se quedaron en unas tetitas que se cubren con una mano pero poco más, pero son mías y me gustan así que a quien no les guste, que no las mire.
El primer día de clase, solo de un vistazo, me di cuenta que allí daba la nota. Las pocas chicas que había eran mmmm bueno… eran de otro nivel, por decirlo delicadamente, y no era porque todas fueran feas sino porque todas tenían un gusto horrible vistiendo. Y los chicos, algunos no eran feos del todo pero no eran mi tipo para nada, o gordos, o fofos, o desgarbados o con una pinta de raritos que asustaban… en fin, que allí yo no iba a pillar nada, lo tuve claro a los dos minutos. Eso sí, los chicos fueron todos muy complacientes conmigo desde el primer momento, solo tenía que preguntar algo para que todos quisieran darme sus apuntes, sus libros, sus explicaciones… me sentía “especial” con ellos jaja. Y me llevaba bien con muchos, pero eso, sin ningún interés físico por mi parte, pero tampoco busqué aprovecharme de ellos gracias a mi aspecto, que conste. Y esos días, ni me fijé conscientemente en ese chico alto, desgarbado, con gafas, pelo largo, peinado horrible, mirada esquiva, increíblemente tímido, que no buscaba destacar…
En esos primeros días hice piña con una compañera de la residencia donde me hospedaba, Susi, una morena pequeñita pero guapa, extrovertida, con un culazo y un buen par. Nos hicimos amigas desde el primer día y enseguida empecé a salir con ella y a ligar, era fabulosa para ligarse a tíos buenos.
Yo venía de tener un novio desde los 16 pero nos habíamos peleado ese verano y había sido una mala relación, así que iba con ganas de conocer chicos y de experimentar, que solo había follado con mi ex. Además, siempre había sido una buena chica, estudiosa, responsable… y ahora quería ser lo contrario, frívola, superficial…. necesitaba un cambio y ahora era el momento perfecto ya que era mi primer año de universidad y estaba fuera de casa, con libertad y con una amiga como Susi, así que la cosa fue tremenda, fiesta cada dos por tres y enrollarme con tíos cada vez que salía. A la semana de estar allí, Susi y yo conocimos a dos chicos y nos llevaron a casa de uno de ellos a follar. Eran Luis y Jorge. Esa primera noche, me enrollé y follé con Luis, alto, rubio, musculoso… fue toda una nueva experiencia aunque el sexo, bueno… digamos que podría haber sido mejor y de más duración, pero como primera experiencia sexual en la universidad me encantó.
La siguiente vez que salimos con ellos, cambiamos de pareja y me enrollé con Jorge. Jorge era muy diferente a Luis. Era un moreno guapísimo, con pinta de malote, musculoso, con un pelo fabuloso con su melenita sedosa y estudiante de psicología. Me fui a su casa a follar y me dejó muerta, había pasado de solo haberme acostado con un chico en toda mi vida, a haber follado con dos pibones en una semana, la cosa prometía. Esa noche, al salir de su habitación para irme, me tropecé con Diego y el pobre ni me miró, todo cortado, y entonces le dije:
Y me fui sin volver a acordarme de él. Lo vi en clase y ni caí que era él, así era yo, en esos momentos solo tenía ojos para los chicos buenorros. Todo iba genial, mis salidas con Susi siempre acababan en risas, morreos, magreos o folleteo con Jorge. Y un día, Susi y yo nos fuimos al piso de Jorge con Luis. Allí fumamos, bebimos, nos reímos… Entonces, Susi volvió del cuarto de baño diciendo:
Y entre porros y bebidas, cogimos un buen colocón. Entonces Jorge nos llevó a su cuarto, y allí, por primera vez, participé en una orgía, que no fue gran cosa, Jorge y yo follamos en un lado de la cama y Susi y Luis en el otro, pero fue morboso vernos follar.
Cuando terminamos, Jorge encendió otro porro y nos lo fumamos, los cuatro desnudos en la cama. Escuchamos como se abría una puerta y, al poco, se volvía a cerrar. Jorge dijo:
Mientras le daba un pequeño empujón. Nos reímos y entonces Luis dijo:
Y nos estuvimos riendo, y al final, Susi se picó y cogiendo dos toallas, me llevó con ella al cuarto de Diego, allí nos enrollamos las toallas al cuerpo y entramos. En efecto, Diego estaba con su ordenador. Cuando nos vio, se quedó con la boca abierta. Susi empezó a tontear de una forma vergonzosa y muy ridícula. Me tocaba, se acariciaba, me dio un par de piquitos… el chico nos miraba abobao y yo me sentí mal, no me gustaban ese tipo de bromas, no entendía como había accedido a hacer algo así, sería por los porros. Además, estaba incómoda por él, no estaba bien intentar reírnos de él pero también estaba incómoda por las miradas de Susi que noté que se había puesto cachonda con los besos y caricias conmigo, era la primera vez que yo hacía algo así con una chica y, aunque fue todo muy ligero con mucha tontería, noté que podría ir a más si me involucraba. Decidí cortar aquello, por Diego y por mí, cada vez más avergonzada por haberme dejado convencer. Y entonces, los cabrones de Luis y Jorge, nos quitaron las toallas y nos quedamos desnudas delante de Diego. Fueron dos segundos hasta que reaccionamos. Susi se cabreó y les gritó. Yo me cubrí como pude y salí. Escuché a Jorge decir:
Y nos fuimos a la habitación de Jorge entre el cabreo de Susi, mi vergüenza y malestar, y las risas de Luis y Jorge. Al rato, Susi y Luis se fueron al piso de éste último y yo me quedé a dormir con Jorge, estaba mareada y no tenías ganas de irme. Me dormí pero me volví a despertar al poco. Seguía mareada y también muy sedienta. Me levanté sin hacer ruido para no despertar a Jorge. Estaba desnuda así que me puse una camiseta suya y fui a la cocina. Pasé por la puerta de Diego y vi luz. Me paré y sentí vergüenza por la estupidez que habíamos hecho y por las palabras de Susi a gritos metiéndose con el pobre chico. Llamé y entré. Diego me miró sorprendido. Le dije:
Entonces me fijé en la pantalla y me acerqué. Noté como se ponía más nervioso aún. Pensé “Lo mismo es la primera vez que una chica casi desnuda se le acerca tanto”. Le dije:
No sabía ni lo que era “domótica”. Diego me lo explicó con pasión y me enseñó que estaba haciendo, tenía conectada una placa a su ordenador, me dejó sorprendida. Hablaba con tal pasión y seguridad, que parecía otro, y se olvidó de su nerviosismo, ni tartamudeaba ni nada. Pensé que era un chico muy listo. Estuvo como diez minutos contándome cosas y no me aburrió nada, se expresaba bien, con resolución, seguridad… entonces, me acordé que estaba sedienta y le dije que iba a la cocina a beber algo:
Entonces recordé que ya nos habíamos presentado y me fijé que, en cuanto salía de su zona de confort, le volvía su tartamudeo. Le dije que sí, que viniera y me siguiera contando. Me miró sorprendido pero me siguió. Me tomé un vaso de agua mientras él me seguía contando, otra vez con seguridad, sus planes y proyectos con eso de la domótica. Y no sé si porque aún estaba algo colocada o porque me gustaba su aplomo y verlo así, le dije:
Se quedó callado. Le dije:
Me dejó sorprendida, lo había dicho sin tartamudear y con desparpajo. Me reí y dije:
Me quedé sorprendida y me volví a reír, tenía una pequeña franja de pelo rubio ahí abajo. Sí que le había dado tiempo a verme. Me acerqué a él y le dije:
Me sorprendió de nuevo. Le dije:
Me acerqué aún más a él. No entendía que me pasaba pero estaba caliente. Le dije:
Entonces le metí la mano por dentro del pantalón del pijama que llevaba y le cogí la polla que, inmediatamente, se puso dura en mi mano. Lo miré divertida y se la saqué diciendo:
Miré su polla, me pareció de buen tamaño según mi poca experiencia con pollas, mi mano no la abarcaba del todo, pero estaba sin pellejo y eso me sorprendió, era la primera que veía así y me quedé unos segundos mirándola y decidí que era la polla más bonita de las que había visto hasta ese momento de primera mano (que no eran muchas, cuatro con esa). Moví mi mano lentamente. Me pegué aún más a él para que notara mis pechos en su cuerpo. Diego era más alto que yo y lo miré alzando un poco la cabeza. Vi que me miraba alucinado. Aumenté el ritmo de la paja y pensé que se iba a correr rápidamente pero no, aguantaba. Eché un poco de saliva sobre su polla y moví la mano con más fluidez mientras pensaba “pero ¿Qué me pasa?”. Era la primera vez que hacía algo así pero no quería parar.
Diego estaba quieto como una estatua, casi sin respirar. Yo, en cambio, estaba alterada y me notaba cachonda, muy cachonda. Le dije:
Diego puso una mano sobre mi teta derecha y la apretó. Le dije:
Diego me miraba flipado. Metió la mano por dentro y me tocó suavemente la teta. Luego, el pezón y jugó con él pero le saqué la mano y le chupé los dedos, luego se la volví a poner dentro de mi camiseta y le dije:
Y me pellizcó el pezón con los dedos mojados. Gemí, lo tenía muy duro y me encantaba. Estaba flipando con todo eso, con lo cachonda que estaba y con las ganas de follármelo que me estaban entrando. Le cogí la mano y se la bajé a mi coño. Diego fue muy torpe tocando, seguro que era su primera vez. Le tuve que enseñar:
Rápidamente cogió el truco de donde tocar y me estremecí. Noté que me quería correr. Le dije:
Y noté como me iba llegando un orgasmo y entonces lo besé, y él me devolvió el beso, y le metí la lengua y él respondió bien, sorprendentemente bien y me corrí gimiendo en su boca mientras él se corría en mi mano y en el suelo.
Me quedé jadeando en su boca y echada sobre él, con las piernas temblando y agarrándome a su polla y a su cuerpo. Entonces me separé y miré abajo. Me reí y le dije:
Y me fui hacia la puerta pero entonces volví y le dije:
Y le di un piquito. Me fui al baño. Allí miré mi mano, llena de semen y me chupé un dedo. Me sorprendió. Sabía bien, no como el de Jorge que era muy ácido. Me reí y me eché agua en la mano. Luego, volví a la cama con Jorge. Menuda locura acababa de hacer, pero tenía que reconocer que había sido una pasada, me había gustado mucho, y menuda sorpresa con el chico.
Al día siguiente, cuando fui a clase, pensé que iba a tener encima a un Diego baboso y pesado, pero no, Diego estuvo como siempre, ahí pero sin hacerse notar. Los días siguientes lo mismo, no se me acercaba, no lo pillaba mirándome… el chico era muy introvertido. Y un día me acerqué a él tras una clase y le dije:
Se me quedó mirando sin comprender. Le dije:
Me despedí y me fui. Llevaba todos estos días pensando en él, no me lo podía creer pero tenía ganas de volver a verlo y, sentía curiosidad de si me volvería a pasar lo mismo, las mismas ganas que aquella noche en la cocina. Además, lo de que me hablara de la domótica me interesaba de verdad. Y sabía que Jorge no iba a estar ese día, llevaba varios días con sus padres y no volvería hasta el día siguiente, así que nadie se tenía que enterar de esa visita.
LIBRO 1
1
1
"Un libro es un espejo y sólo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro"
La sombra del viento - Carlos Ruiz Zafón
Febrero 2010 En una ciudad de España
ANA
“Bueno ¿Qué? ¿Me vas a decir con quién estuviste anoche?” me preguntó Susi mientras me miraba haciendo aspavientos. Llevaba dándome la tabarra con eso desde que habíamos salido de la residencia. Negué con la cabeza mientras le volvía a decir:
La sombra del viento - Carlos Ruiz Zafón
Febrero 2010 En una ciudad de España
ANA
“Bueno ¿Qué? ¿Me vas a decir con quién estuviste anoche?” me preguntó Susi mientras me miraba haciendo aspavientos. Llevaba dándome la tabarra con eso desde que habíamos salido de la residencia. Negué con la cabeza mientras le volvía a decir:
- Pero que coñazo estás…
- Venga, Anita, que esa carita que llevas hoy es de haber follado y bien follado, a mí no me engañas jajaja
- Tengo cara de lunes y de necesitar un buen café jeje
- No, no… tienes cara de estar bien follada, y sé que con Jorge no ha sido
- Tía, y ¿Tú qué sabrás? jajaja
- Porque nos dejaste tirados el jueves y el sábado me dijiste que me tenías que contar algo así que venga, desembucha
- Bueno, sí, algo tengo que contar, pesada jajaja
- Pues venga, cuenta, que para dejarnos tirados a mí y a Jorge tiene que ser con alguien muy especial ¿no?
- Jajaja
- Joder, con la tía petarda, QUE ME CUENTES jajaja
- Tirados seguro que no os quedasteis ¿eh? que alguna cosita haríais jajaja
- Pues claro que hicimos, me lo follé y bien follado, pero ya sabes que el plan era otro, más atrevido, entre los tres, y me dejaste tirada, zorra
- Jajaja
- Y hoy, un lunes, llegas a las ocho de la mañana a la residencia, con una cara de haber echado un buen polvo que lo flipas, y tienes el morro de hacerte de rogar
Miré hacia el cielo haciendo ver que estaba harta pero pensando “joder, que cabrona ¿Tanto se me nota?”. Porque era verdad, había estado follando, y bien, muy bien. La tarde anterior había ido a casa de Diego y habíamos follado, no una sino varias veces “ufff, había sido genial, como sabe follarme ese chico”. Y me quedé a dormir y esta mañana, uno rapidito pero que me había sentado de maravilla, como siempre con él. Y sonreí al recordarlo. Entonces Susi me dio un pequeño empujón y dijo:
- Pero mira que sonrisa pone… Estás pensando en esa polla, venga, confiesa, zorra
- Jajaja pero que salida eres, la que solo piensa en sexo eres tú
- Ya, seguro que solo pienso yo ¿Quién es? ¿Felipe? ¿Edu?
Me costaba contarle que era Diego, el friki, el raro, el callado, el… el que me folla como nadie y del que me había enamorado perdidamente, esa era la verdad pero era mi secreto, ”Susi se reirá de mí todo el resto de la carrera cuando lo sepa” pensé, pero ya había decidido que se lo contaría, pero más tarde, ahora estaba muy feliz y no quería escuchar sus reproches y burlas cuando supiera con quien me acostaba. Susi le había cogido manía a Diego y se llevaría una gran sorpresa y no lo entendería. Entonces se paró y dijo:
- Joder, al final me voy a enterar, lo sabes, estos tíos no guardarán el secreto ni cinco minutos
- Pues venga, pregúntales
- Mira, allí están, vamos
Nos acercamos riendo a donde estaban Luis, Jorge, Felipe y Edu. En teoría, Luis era el rollete de Susi y Jorge el mío. No eran nuestras parejas pero si a los que nos tirábamos de vez en cuando, o más bien, me lo tiraba porque ahora solo estaba con Diego. La verdad es que los cuatro chicos eran guapos y atractivos, cada uno con su estilo, y me había follado a dos, a Jorge y a Luis. Susi se había tirado a los cuatro.
Cuando nos pusimos a su lado vimos que hablaban animadamente sobre algo. Jorge nos miró y dijo:
- J: ¿Os habéis enterado?
- S: No ¿Qué pasa?
- J: Hace una hora han atropellado a alguien aquí cerca, ha sido espectacular, ha volado por los aires
- S: Coño
- J: ¿Y sabéis quién era?
- S: Pero si nos acabamos de enterar ¿Quién?
- J: Diego, mi excompañero de piso, el friki rarito
Me quedé sin respiración y no escuché más. Lo siguiente que vi fue el suelo y mis amigos llamándome. Me recuperé un poco y me sentaron en el banco. Susi dijo:
- S: Tía, te has puesto blanca y has caído redonda
- J: Le ha impresionado
Jorge me miraba con los ojos muy abiertos, sorprendido. Susi me abrazaba en el banco mientras decía:
- S: Pero si no sabemos quién es
- L: Sí, tía, el friki aquel al que le gastamos la broma ¿no te acuerdas?
- S: No… ahhhh, el del cumpleaños
- J: Ese
- S: Joder, ya me acuerdo, el rarito
Conseguí decir:
- A: ¿Está bien?
- L: Que va, no has visto como ha volado, ese se ha partido la cabeza, no veas como ha sonado
Y me puse a llorar desconsoladamente. Susi me abrazó y dijo:
- S: Chica, que sensible, pero si no lo conocemos de nada
- A: Está en mi clase
- L: Más bien “estaba” jaja
- J: Tío, no seas gili ¿No ves lo afectada que está?
- L: Vale, vale… pero míralo por el lado bueno, al menos con aquella broma se ha ido al otro barrio habiendo visto unas buenas peras en directo jajaja
- S: Que gilipollas eres
- L: ¿Qué? ¿Es mentira? Ese en su vida hubiera visto a dos tías buenas como vosotras en bolas
Me levanté y me fui corriendo, me daban asco y no podía más que pensar en Diego. Susi y Jorge me llamaron pero pasé de ellos. No sabía donde llamar, fui a secretaría y pregunté, nadie me decía nada hasta que alguien se apiadó de mí y me dijeron el hospital donde se lo habían llevado. Cogí un taxi y durante el trayecto recordé cuando nos conocimos…
3 Meses antes
Ingresé en Informática porque siempre se me han dado bien los ordenadores y me gustaban, o eso pensaba hasta que empecé la carrera y comprobé que no era nada hábil comparada con mis compañeros, pero esa es otra historia. No era hábil con la programación pero sí era el centro de atención de mis compañeros porque, no es por presumir, pero soy guapa, atractiva y llamativa, con mi pelo rubio natural, mis ojos azules, y una sonrisa preciosa. Además, tengo un tipito que vuelve loco a muchos aunque intimido también a otros porque soy alta, 1,75m y eso, a muchos tíos, no les gusta. Pero, quitando mi estatura, soy delgada, vientre liso y un culito sensacional. Piernas largas y delgadas, tobillos estrechos, unos pies preciosos y, dejo para lo último mis tetas, redondas y perfectas pero no muy grandes, me gustarían que fueran como las de Susi, pero se quedaron en unas tetitas que se cubren con una mano pero poco más, pero son mías y me gustan así que a quien no les guste, que no las mire.
El primer día de clase, solo de un vistazo, me di cuenta que allí daba la nota. Las pocas chicas que había eran mmmm bueno… eran de otro nivel, por decirlo delicadamente, y no era porque todas fueran feas sino porque todas tenían un gusto horrible vistiendo. Y los chicos, algunos no eran feos del todo pero no eran mi tipo para nada, o gordos, o fofos, o desgarbados o con una pinta de raritos que asustaban… en fin, que allí yo no iba a pillar nada, lo tuve claro a los dos minutos. Eso sí, los chicos fueron todos muy complacientes conmigo desde el primer momento, solo tenía que preguntar algo para que todos quisieran darme sus apuntes, sus libros, sus explicaciones… me sentía “especial” con ellos jaja. Y me llevaba bien con muchos, pero eso, sin ningún interés físico por mi parte, pero tampoco busqué aprovecharme de ellos gracias a mi aspecto, que conste. Y esos días, ni me fijé conscientemente en ese chico alto, desgarbado, con gafas, pelo largo, peinado horrible, mirada esquiva, increíblemente tímido, que no buscaba destacar…
En esos primeros días hice piña con una compañera de la residencia donde me hospedaba, Susi, una morena pequeñita pero guapa, extrovertida, con un culazo y un buen par. Nos hicimos amigas desde el primer día y enseguida empecé a salir con ella y a ligar, era fabulosa para ligarse a tíos buenos.
Yo venía de tener un novio desde los 16 pero nos habíamos peleado ese verano y había sido una mala relación, así que iba con ganas de conocer chicos y de experimentar, que solo había follado con mi ex. Además, siempre había sido una buena chica, estudiosa, responsable… y ahora quería ser lo contrario, frívola, superficial…. necesitaba un cambio y ahora era el momento perfecto ya que era mi primer año de universidad y estaba fuera de casa, con libertad y con una amiga como Susi, así que la cosa fue tremenda, fiesta cada dos por tres y enrollarme con tíos cada vez que salía. A la semana de estar allí, Susi y yo conocimos a dos chicos y nos llevaron a casa de uno de ellos a follar. Eran Luis y Jorge. Esa primera noche, me enrollé y follé con Luis, alto, rubio, musculoso… fue toda una nueva experiencia aunque el sexo, bueno… digamos que podría haber sido mejor y de más duración, pero como primera experiencia sexual en la universidad me encantó.
La siguiente vez que salimos con ellos, cambiamos de pareja y me enrollé con Jorge. Jorge era muy diferente a Luis. Era un moreno guapísimo, con pinta de malote, musculoso, con un pelo fabuloso con su melenita sedosa y estudiante de psicología. Me fui a su casa a follar y me dejó muerta, había pasado de solo haberme acostado con un chico en toda mi vida, a haber follado con dos pibones en una semana, la cosa prometía. Esa noche, al salir de su habitación para irme, me tropecé con Diego y el pobre ni me miró, todo cortado, y entonces le dije:
- Oye, tú… tú estás en mi clase ¿no?
- S… s… síi
- Soy Ana
- Lo sé
- ¿Y tú?
- mmmm D… D… Diego
- Ah, vale, pues nada, ya nos veremos
Y me fui sin volver a acordarme de él. Lo vi en clase y ni caí que era él, así era yo, en esos momentos solo tenía ojos para los chicos buenorros. Todo iba genial, mis salidas con Susi siempre acababan en risas, morreos, magreos o folleteo con Jorge. Y un día, Susi y yo nos fuimos al piso de Jorge con Luis. Allí fumamos, bebimos, nos reímos… Entonces, Susi volvió del cuarto de baño diciendo:
- S: Tienes a un rarito aquí
- J: Ah, sí, el raro ese, ni caso, se pasa el día en su cuarto, está grillao con el ordenador. Esta casa es de los padres
- S: Que poco me gustan esos raritos, esos son los que te matan mientras duermes y se follan tu cadáver
- A: ¡¡¡Tía!!! no seas burra jajajaja
- S: Que sí, que sí… esos se matan a pajas en su cuarto y están mal de la cabeza
- A: Anda ya, seguro que es un buen chico, no seas loca
- S: ¿Buen chico? Pues anda, ve y fóllatelo y yo me quedo con estos dos jajaja
- A: ¡¡Qué dices!! jajaja
Y entre porros y bebidas, cogimos un buen colocón. Entonces Jorge nos llevó a su cuarto, y allí, por primera vez, participé en una orgía, que no fue gran cosa, Jorge y yo follamos en un lado de la cama y Susi y Luis en el otro, pero fue morboso vernos follar.
Cuando terminamos, Jorge encendió otro porro y nos lo fumamos, los cuatro desnudos en la cama. Escuchamos como se abría una puerta y, al poco, se volvía a cerrar. Jorge dijo:
- J: Será el rarito, que habrá ido a mear
- S: Que asco
- J: Pues creo que hoy es su cumple, lo escuché antes hablando con su familia
- S: No hables de ese, me cortas el rollo
- L: Ese es virgen ¿Por qué no lo desvirgáis como regalo de cumpleaños?
- S: Pero que asco, no seas puerco
Mientras le daba un pequeño empujón. Nos reímos y entonces Luis dijo:
- L: Vamos a quedarnos con él
- J: ¿Qué estás pensando?
- L: Que vayan las chicas y tonteen con él, lo calienten, se piense que se las va a follar, y nos cachondeamos de él
- A: No seáis malo con el pobre
- J: Sí, sí.. y que hagan como que se enrollan entre ellas, se va a poner malo jajaja
- L: Eso, eso jajaja
- S: Jajaja, que malos sois
- L: Venga, chicas, vamos a reírnos un rato
- A: Dejadlo tranquilo, se habrá ido a dormir
- J: Que va, el bicho raro ese se tira hasta las tantas con su ordenador
- S: Pajeándose viendo videos guarros, seguro
Y nos estuvimos riendo, y al final, Susi se picó y cogiendo dos toallas, me llevó con ella al cuarto de Diego, allí nos enrollamos las toallas al cuerpo y entramos. En efecto, Diego estaba con su ordenador. Cuando nos vio, se quedó con la boca abierta. Susi empezó a tontear de una forma vergonzosa y muy ridícula. Me tocaba, se acariciaba, me dio un par de piquitos… el chico nos miraba abobao y yo me sentí mal, no me gustaban ese tipo de bromas, no entendía como había accedido a hacer algo así, sería por los porros. Además, estaba incómoda por él, no estaba bien intentar reírnos de él pero también estaba incómoda por las miradas de Susi que noté que se había puesto cachonda con los besos y caricias conmigo, era la primera vez que yo hacía algo así con una chica y, aunque fue todo muy ligero con mucha tontería, noté que podría ir a más si me involucraba. Decidí cortar aquello, por Diego y por mí, cada vez más avergonzada por haberme dejado convencer. Y entonces, los cabrones de Luis y Jorge, nos quitaron las toallas y nos quedamos desnudas delante de Diego. Fueron dos segundos hasta que reaccionamos. Susi se cabreó y les gritó. Yo me cubrí como pude y salí. Escuché a Jorge decir:
- J: Venga, chicas, si le habéis alegrado la noche, ahora tiene material para un montón de pajas jajaja
- S: Que asco que ese raro se haga pajas pensando en mis tetas, eres un hijo de puta
- L: Pero si te encanta enseñar las tetas
- S: A tíos buenos, no a bichos, cabrón
Y nos fuimos a la habitación de Jorge entre el cabreo de Susi, mi vergüenza y malestar, y las risas de Luis y Jorge. Al rato, Susi y Luis se fueron al piso de éste último y yo me quedé a dormir con Jorge, estaba mareada y no tenías ganas de irme. Me dormí pero me volví a despertar al poco. Seguía mareada y también muy sedienta. Me levanté sin hacer ruido para no despertar a Jorge. Estaba desnuda así que me puse una camiseta suya y fui a la cocina. Pasé por la puerta de Diego y vi luz. Me paré y sentí vergüenza por la estupidez que habíamos hecho y por las palabras de Susi a gritos metiéndose con el pobre chico. Llamé y entré. Diego me miró sorprendido. Le dije:
- Oye, perdona por lo de antes… es que estábamos colocados y…
- N… n… no pasa… nada
- Sí, sí pasa, ha sido una gilipollez, lo siento y no hagas caso a la loca de Susi, estaba colocada y decía muchas tonterías
- Va… va… vale
Entonces me fijé en la pantalla y me acerqué. Noté como se ponía más nervioso aún. Pensé “Lo mismo es la primera vez que una chica casi desnuda se le acerca tanto”. Le dije:
- ¿Estás programando algo?
- Sí
- ¿El qué?
- Una.. una… una tontería
- Estás en mi clase ¿no?
- Sí
- No conozco ese lenguaje, no lo hemos visto en clase ¿no?
- No, es que… mmm yo… mmm
- Te gusta aprender cosas nuevas ¿no?
- S.. s... sí, algo así
- ¿Y qué estás programando?
- Puesss… es algo de do… do… domótica, solo eso, es una to… to… tontería
No sabía ni lo que era “domótica”. Diego me lo explicó con pasión y me enseñó que estaba haciendo, tenía conectada una placa a su ordenador, me dejó sorprendida. Hablaba con tal pasión y seguridad, que parecía otro, y se olvidó de su nerviosismo, ni tartamudeaba ni nada. Pensé que era un chico muy listo. Estuvo como diez minutos contándome cosas y no me aburrió nada, se expresaba bien, con resolución, seguridad… entonces, me acordé que estaba sedienta y le dije que iba a la cocina a beber algo:
- ¿Cómo te llamas?
- D… D… Diego
- Yo soy Ana
- Lo sé
- ¿Vienes a la cocina?
- ¿Y… y… yo?
Entonces recordé que ya nos habíamos presentado y me fijé que, en cuanto salía de su zona de confort, le volvía su tartamudeo. Le dije que sí, que viniera y me siguiera contando. Me miró sorprendido pero me siguió. Me tomé un vaso de agua mientras él me seguía contando, otra vez con seguridad, sus planes y proyectos con eso de la domótica. Y no sé si porque aún estaba algo colocada o porque me gustaba su aplomo y verlo así, le dije:
- Oye, Diego, lo de antes...
- ¿Q… Q.. Qué pasa?
- ¿Te gustó lo que viste?
Se quedó callado. Le dije:
- No te apures, no fue culpa tuya, si te quieres hacer pajas pensando en las tetas de Susi, háztelas sin problemas, no hagas caso de las estupideces que dijo
- Mmmm
- ¿Te da corte? yo lo veo natural
- No es eso
- ¿Entonces?
- Que me las haré pensando en las tuyas
Me dejó sorprendida, lo había dicho sin tartamudear y con desparpajo. Me reí y dije:
- Las de Susi son más grandes
- No sé, solo me he fijado en las tuyas
- ¿Sí?
- ¿Te molesta?
- No, pero no te creo
- Tienes un lunar en el pecho izquierdo, debajo de la areola del pezón
- Jajaja que observador
- Y eres rubia natural
Me quedé sorprendida y me volví a reír, tenía una pequeña franja de pelo rubio ahí abajo. Sí que le había dado tiempo a verme. Me acerqué a él y le dije:
- ¿Ya te has pajeado pensando en mí?
- Hoy no
Me sorprendió de nuevo. Le dije:
- ¿Y antes?
- Sí
- Pero si no nos conoc…
- Te he visto en clase
- Ahhh
- ¿Te molesta?
- Eres un guarro, pero no, no me molesta
Me acerqué aún más a él. No entendía que me pasaba pero estaba caliente. Le dije:
- ¿Te ha hecho alguna vez una paja una chica?
- No
- ¿Te gustaría?
- Sí
Entonces le metí la mano por dentro del pantalón del pijama que llevaba y le cogí la polla que, inmediatamente, se puso dura en mi mano. Lo miré divertida y se la saqué diciendo:
- A ver, a ver qué tienes ahí
Miré su polla, me pareció de buen tamaño según mi poca experiencia con pollas, mi mano no la abarcaba del todo, pero estaba sin pellejo y eso me sorprendió, era la primera que veía así y me quedé unos segundos mirándola y decidí que era la polla más bonita de las que había visto hasta ese momento de primera mano (que no eran muchas, cuatro con esa). Moví mi mano lentamente. Me pegué aún más a él para que notara mis pechos en su cuerpo. Diego era más alto que yo y lo miré alzando un poco la cabeza. Vi que me miraba alucinado. Aumenté el ritmo de la paja y pensé que se iba a correr rápidamente pero no, aguantaba. Eché un poco de saliva sobre su polla y moví la mano con más fluidez mientras pensaba “pero ¿Qué me pasa?”. Era la primera vez que hacía algo así pero no quería parar.
Diego estaba quieto como una estatua, casi sin respirar. Yo, en cambio, estaba alterada y me notaba cachonda, muy cachonda. Le dije:
- Me puedes tocar si quieres
- ¿Qué?
- Las tetas, tócamelas
Diego puso una mano sobre mi teta derecha y la apretó. Le dije:
- Por dentro, Diego, por dentro de la camiseta
Diego me miraba flipado. Metió la mano por dentro y me tocó suavemente la teta. Luego, el pezón y jugó con él pero le saqué la mano y le chupé los dedos, luego se la volví a poner dentro de mi camiseta y le dije:
- Así, tócame el pezón así
Y me pellizcó el pezón con los dedos mojados. Gemí, lo tenía muy duro y me encantaba. Estaba flipando con todo eso, con lo cachonda que estaba y con las ganas de follármelo que me estaban entrando. Le cogí la mano y se la bajé a mi coño. Diego fue muy torpe tocando, seguro que era su primera vez. Le tuve que enseñar:
- Toca ahí con los dedos, primero mójalos en mi rajita, eso, así y ahora toca ahí, sííí, así, así
Rápidamente cogió el truco de donde tocar y me estremecí. Noté que me quería correr. Le dije:
- Méteme un dedo pero sigue con el pulgar ahí, sííí, asíiiii, sííííí
Y noté como me iba llegando un orgasmo y entonces lo besé, y él me devolvió el beso, y le metí la lengua y él respondió bien, sorprendentemente bien y me corrí gimiendo en su boca mientras él se corría en mi mano y en el suelo.
Me quedé jadeando en su boca y echada sobre él, con las piernas temblando y agarrándome a su polla y a su cuerpo. Entonces me separé y miré abajo. Me reí y le dije:
- Madre mía, que cantidad has echado jaja
- Lo… lo… siento
- Bueno, limpia esto ¿Vale? yo me voy a limpiar la mano
Y me fui hacia la puerta pero entonces volví y le dije:
- De esto, ni una palabra ¿eh?
- Ehhhh, no, claro… nadie me creería
- Jajaja, bueno, buenas noches
- A… a… adiós
- Ah, y feliz cumpleaños
- Gra.. gra… gracias
Y le di un piquito. Me fui al baño. Allí miré mi mano, llena de semen y me chupé un dedo. Me sorprendió. Sabía bien, no como el de Jorge que era muy ácido. Me reí y me eché agua en la mano. Luego, volví a la cama con Jorge. Menuda locura acababa de hacer, pero tenía que reconocer que había sido una pasada, me había gustado mucho, y menuda sorpresa con el chico.
Al día siguiente, cuando fui a clase, pensé que iba a tener encima a un Diego baboso y pesado, pero no, Diego estuvo como siempre, ahí pero sin hacerse notar. Los días siguientes lo mismo, no se me acercaba, no lo pillaba mirándome… el chico era muy introvertido. Y un día me acerqué a él tras una clase y le dije:
- Hola Diego
- Ho… ho… hola A.. A… Ana
- Oye, eso que me explicaste la otra noche me pareció muy interesante ¿Me podrías enseñar?
Se me quedó mirando sin comprender. Le dije:
- Eso de la domótica, me gustaría aprender por mi cuenta pero no sé por donde empezar
- Ah pu… pu… pues...
- ¿Quedamos en tu casa esta tarde y me pasas algo de información?
- Bu… bu… bueno
- Vale, pues me paso a eso de las mmmm ¿cinco?
Me despedí y me fui. Llevaba todos estos días pensando en él, no me lo podía creer pero tenía ganas de volver a verlo y, sentía curiosidad de si me volvería a pasar lo mismo, las mismas ganas que aquella noche en la cocina. Además, lo de que me hablara de la domótica me interesaba de verdad. Y sabía que Jorge no iba a estar ese día, llevaba varios días con sus padres y no volvería hasta el día siguiente, así que nadie se tenía que enterar de esa visita.
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