Empresa de Mantenimiento 07 y último

Vantheway

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Susana salió cuando Alejandro y yo teníamos las copas llenas, él le sirvió otra copa a Susana. Cuando la tuvo llena brindamos los tres extendiendo nuestros brazos y chocando con delicadeza las copas.

- Por esta relación, que se repita cuando lo necesitemos, por nuestra amistad, independientemente del sexo, y por la nueva incorporación a nuestra familia -dijo Alejandro emocionado- Mañana toca ya el regreso a la rutina, a la sociedad…lo único que me tranquiliza es pensar que volveremos pronto.

- Por un regreso lo más temprano posible -dije yo-

- Por todo lo que ambos decís, pero con más sexo…jajajaja -dijo Susana entre risas y tristeza-

- Por más sexo -dijimos a la vez Alejandro y yo-

Tomamos el vino, el Torre Muga del 2016 estaba espectacular, en su punto de temperatura. Susana y yo nos sentamos en las hamacas mientras Alejandro le daba un golpe de calor a la comida.

- Esto ya está, os voy pasando platos con un poco de todo, si os parece -nos dijo Alejandro-

- Por mi perfecto, Alejandro -le dije- yo me sentaré en la mesa mejor que en la hamaca, prefiero comer sentado a la mesa.

- Yo haré lo mismo -dijo Susana- Alejandro, comes en la mesa también, ¿verdad?

- Por supuesto, esto se merece comer como Dios manda -contestó Alejandro-

Las costillas estaban riquísimas, estaban aderezadas con especias y el tiempo justo por cada cara en la barbacoa les daba un sabor buenísimo, y las verduras tres cuartos de lo mismo, estaban deliciosas.

Estábamos algo tristes, ya se notaba que al día siguiente tendríamos que recoger y tirar de vuelta a casa. Una vez acabada las costillas y las verduras, me sorprendieron sacando un tiramisú de postre, hecho por Alejandro. Realmente estaba increíblemente bueno. Después del tiramisú Susana preparó unas copas, yo como siempre, le pedí que me preparase una ginebra, y mirándome mientras sonreía me dijo:

- Ahora mismo te la pongo, vas a probar una de nuestras ginebras preferidas, ahora me dirás…pero te aconsejo que la tomes con tónica neutra, sin sabor alguno para que puedas notar claramente todos los botánicos que lleva, romero y albahaca entre ellos… -me contestó-



Vino con un vaso con mucho hielo, vaso grande y ancho, con una rodaja de limón, y en la otra mano traía una botella de Spirito Vetton, una ginebra extremeña de la que no había oído hablar nunca, pero con muy buena pinta. Me sirvió la ginebra y le eché la tónica, esperé que la tónica perdiera un poco la fuerza al echarla en el vaso y la probé…jamás hubiese pensado que una ginebra pidiera hacerme revivir sabores de cuando era pequeño, de cuando tenía 12 o 14 años, sabores a campo, a pueblo…

Alejandro se sentó a mi lado y se sirvió de la misma botella. Se le notaba caliente y algo bebido, su polla estaba morcillona, pero me dio la impresión de que se había pasado con el vino. Susana se sentó a su lado con su vaso de gin tonic, su mano acariciaba la polla de su marido mientras me hablaba sobre el sabor de la ginebra, Alejandro entrecerraba los ojos, estaba subiendo su nivel de excitación y su nivel de somnolencia, yo respondía a Susana mirando como su mano se movía pajeando a su marido, ella vio como mi polla se levantaba y, con la otra mano comenzó a pajearme también. Así estuvimos un buen rato hasta que nos terminamos los gin tonics, Alejandro se había quedado dormido sobre la mesa usando sus brazos como almohada, definitivamente el vino más el gin tonic fue demasiado para él.

Me puse en pie con la polla bastante tiesa cuando mi fijé que alguien nos espiaba desde el muro que rodeaba el terreno de la casa, era un hombre mayor de unos 68 o 70 años. Debía estar subido en algo porque el muro era de unos 2,50 metros de altura y le llegaba por encima del pecho, notándosele como movía uno de sus brazos rítmicamente…se estaba pajeando mientras nos miraba. Estaba en la parte del contorno de la casa que no se le veía salvo que estuviese alguien muy cerca de él.

Se lo comenté a Susana con la idea de excitarlo mucho más, el hombre estaría como a dos metros de nosotros, así que ella se acercó a mí y me abrazó mientras orientaba su culo hacia el mirón, yo le agarré las nalgas y se las abrí para que él pudiera verlo bien, era consciente que estaba oscuro aunque teníamos las luces de esa zona del jardín encendidas. Le propuse a Susana dejarlo entrar pero solo de voyeur, sin que pudiese tocarla si ella no quería.

- De acuerdo, pero sin entrar en la casa, solo aquí -me dijo excitada con la idea- no quiero meter a nadie más en casa.

- Lo que tu digas -le respondí- me parece bien.

Susana se giró y mirándolo le dijo:

- Perdone caballero, si tanto le gusta lo que ve podría venirse junto a nosotros, así podrá vernos más de cerca -le dijo con un tono de voz muy sensual- y acabar con lo que está haciendo desde ese lado del muro.

- Ummm, perdón…si les molesto me marcho, pero me han puesto muy caliente. Hace tiempo que no veía a una mujer como usted, desnuda -le contestó sin apenas cortarse-

- No se preocupe -le dije- véngase aquí, estará más cómodo. Susana, indícale por donde entrar.

- Caballero, baje de donde esté y vaya hacia su izquierda, encontrará una puerta metálica como a unos 20 metros de donde está, yo le abro la puerta para que pueda pasar -le dijo Susana- Tenga cuidado y no vaya a caerse. Voy hacia la puerta para abrirle.

Cuando el hombre entró, ya lo vi mejor, andaría sobre los 65-68 años, vestía unas bermudas verdes, sandalias, y un polo de Tommy Hilfiger, lucía un anillo de casado en su mano derecha. Se le notaba un buen bulto dentro de su pantalón, le dije que se sentara en una de las tumbonas que estaban cerca nuestra. No se cortó un pelo, se bajó el pantalón y los calzoncillos y se sentó con la polla tiesa en la hamaca, su polla era normalita, unos 16 centímetros, y algo gruesa, con un capullo bien gordo y con las venas del tronco muy marcadas.

- Por cierto, me llamo Emilio, es un placer teneros cerca -dijo sin dejar de mover su mano arriba y abajo del tronco de su polla-

- Encantada Emilio, soy Susana, este hombre que está dormido, y algo borracho sobre la mesa, es mi marido Alejandro, y este señor que está a mi lado es un buen amigo, se llama David.

- Hola Emilio -le dije para ser educado y romper el hielo-

- Hola David, hola Susana -nos contestó- Vaya putita estás hecha, con tu marido en la mesa y pajeando a tu amigo…jejeje menudo zorrón estás hecha…jijiji. Si quieres, aquí tienes otro nabo, aunque más viejecito pero que aún funciona…

- No te emociones Emilio -le dije cortándolo- has entrado aquí para pajearte más tranquilo y más cómodo, pero ella no te tocará si no quiere, ¿lo has entendido bien?

- Por supuesto David, lo tengo claro -me contestó- Si quiere tocarme, que lo haga, si no quiere…me toco yo. Todo muy claro y me parece bien, es lo suyo. Te pido perdón Susana, por si te ha molestado mi comentario…

- No te preocupes Emilio -le contestó Susana- ya está todo aclarado.

Nada más decir Susana eso, se puso en cuclillas ante mí y, mirando a Emilio, agarró mi polla y comenzó a acariciarla con una mano mientras con la otra me acariciaba los cojones, seguidamente sacó la lengua y lamió la punta de mi capullo, hacía círculos con la lengua hasta meterse el capullo en la boca.

- A ver zorrita -le dije a Susana- deja que te toque el coño para ver como lo tienes…ahora te digo lo caliente que está esta putita, Emilio…

- Joder sí -me dijo Emilio muy excitado, con un ritmo quizás más lento del que yo hubiese llevado- me encantaría saberlo.

Susana se levantó, se le notaba muy excitada, no paraba de mirar a Emilio, la excitación de tener a alguien pajeándose mirando como era acariciada la excitaba más de lo que ella se hubiese imaginado. Le acaricié el coño, los labios los tenía hinchados. Metí uno de mis dedos en su coño, lo tenía empapado, lo saqué deslizándolo a lo largo de su raja buscando el clítoris. Al llegar a él Susana ya estaba gimiendo, su clítoris lo tenía bastante hinchado.

- Uy, uy, uyyy, pero qué mojada estás, putita -le dije a Susana pero mirando a Emilio, que comenzó a acelerar el movimiento de su mano- Yo creo que estás deseando tener un nabo en tu coño, ¿verdad? Seguro que tienes muchas ganas de cabalgarme…como el maricón de tu marido no sabe hacértelo…

- Señor, usted sabe lo que deseo más que nada en el mundo -me dijo muy excitada- ya ha comprobado como estoy de caliente y con mi marido borracho sobre la mesa, su polla podría aplacar esta necesidad que tengo…

- Muy bien zorrita, gírate y recuéstate sobre la mesa -le dije con la polla muy dura y mojada- vamos a enseñarle a Emilio qué es lo que te gusta. Dile para que se entere bien quién eres y a quién perteneces.

- Ummm Señor estoy deseando tenerle dentro. -Me contestó con la voz muy excitada- Emilio, soy la puta de David, hago lo que me mande y me recompensa con su polla y con su leche, soy su puta más incondicional, hasta mi marido es su puta también.

Mientras Susana hablaba, se fue girando hasta darme la espalda y se tumbó sobre la mesa, miraba a Emilio que seguía pajeándose y ella relamía sus labios. Me coloqué detrás de ella y acerqué mi polla a su coño, se lo abrí con dos dedos, lo tenía muy mojado, se veía como alguna gota de su lubricación bajaba por la parte interna de su muslo izquierdo. Puse mi nabo en la entrada del coño y ella sola tiró hacia atrás, clavándose mi polla en le coño hasta el fondo.

- Dios, Señor…uffff, como necesito su polla…mmmmmm, dentro de mi cuerpo -me dijo entre gemidos- deme fuerte Señor, y pí…dame lo que…uffff… quiera que le obedeceré en todo.

- Muy bien zorra, descríbele a Emilio lo que sientes mientras te la meto -le contesté muy excitado- Así ayudamos a Emilio a que suelte un buen trallazo de leche, jejeje.

- Sí Señor, ummmm. Emilio, noto como la polla del Señor, muy dura, llega hasta el final de mi…mi interiorrrr….uffffff. Como toca la pared final de mi…útero…noto hasta las venas de la polla de mi Señor….diosss siga así, más fuerteeeee….ummmm.

Emilio aceleró el movimiento de su mano sobre la polla, sus huevos colgaban y se movían como un péndulo, pero hacia atrás y hacia delante. En ese momento, Alejandro se despertó por el cimbreo de la mesa al follarme a Susana, sonreía hasta que vio a Emilio pajeándose.

- Vaya follada que te está dando el Señor, Susana -dijo empalmado ya- Y este caballero que se la está jalando…¿quién es?

- Es un voyeur que se la estaba meneando desde el muro -le dije mientras aminoraba la velocidad de penetración- Le hemos dicho que se la meneé aquí, así no podrás caerse de donde estaba subido. Se llama Emilio

- Encantado Emilio, soy Alejandro marido de Susana y puta también de David -le dijo cada vez más excitado- Me gusta su polla…muy marcada las venas…

- Lo mismo te digo, Alejandro -le dijo Emilio más excitado al ver a Alejandro empalmado y mirando su polla- Si quieres probarla, no tengo problema por dártela, al contrario…sería un honor tirarme a una de las putas de David…con su consentimiento, y el tuyo por supuesto.

Miré a Alejandro y lo vi deseoso de catar esa polla, me miró y asentí con la cabeza.

- Alejandro si tú quieres, túmbate al otro lado de la mesa frente a Susana, para que Emilio te dé por el culo si le apetece. Así aprenderás bien como se folla -le dije excitándome la idea de ver como Emilio le daba por el culo- Me gustaría ver como te la clava delante de tu mujer. Pero antes, ve por el lubricante que hay en la habitación, no quiero que te haga daño.

Se levantó y fue hacia la habitación por el lubricante, en cuanto llegó se echó en una mano y se la pasó por el ojal, Emilio se levantó y Alejandro le puso lubricante por toda la polla, disfrutaba tocándole todo el tronco del nabo aplicándole el lubricante, y Emilio entrecerraba los ojos mientras le sobaba toda la verga poniéndole el lubricante.

Alejandro se tumbó delante de Susana, con el pecho pegado a la mesa, Emilio se arrodilló detrás de él y comenzó a comerle los huevos pasando su lengua de los huevos al culo, Alejandro aceleraba la respiración y se mordía el labio inferior mientras me miraba con mucha lujuria. Emilio se puso de pie y colocó su polla en la entrada del culo de Alejandro.

- No seas brusco Emilio -le dije- Trátalo como si fuese virgen, métesela con delicadeza. No lo lastimes.

- Pierde cuidado -me dijo Emilio- no tengo ganas que nada más metérsela tenga que sacarla y deba seguir a mano…jejeje. Seré delicado con él.

Con mucha delicadeza le fue metiendo la polla, yo estaba pendiente de la cara de Alejandro por si le dolía, pero la cara reflejaba otra cosa, reflejaba excitación, placer…

- Ya ha entrado la cabeza, lo notas, ¿no? -le dijo Emilio- si te molesta o te duele me lo dices y la saco…

- Por ahora va bien, Emilio. Noto el capullo dentro y…joder cómo me gusta -dijo Alejandro muy excitado- sigue metiéndomela como vas.

Yo seguía entrando y saliendo del coño de Susana, miraba hacia su culo y como se movía su cuerpo. Le separé las nalgas, chupé uno de mis dedos y se lo metí por el culo, ella gemía muy excitada mientras besaba a su marido, tenían ambos las bocas que se rozaban la una con la otra, sus lenguas se enredaban, sus respiraciones se aceleraban…

Emilio seguía metiendo su polla dentro de Alejandro, éste no se quejaba en ningún momento, Emilio lo tenía cogido por las caderas, y con delicadeza le iba metiendo su polla por el culo hasta que entró totalmente. La dejó un par de minutos dentro, sin moverse, para que su culo se fuera dilatando y acostumbrando a esa polla. Una vez pasado ese tiempo, comenzó a moverse con un ritmo sosegado para ir subiendo el ritmo y con ello los gemidos de ambos.

- Dios mío Emilio, uffffff…esto me encan…ta, joder -le decía Alejandro mientras besaba a Susana- Si David quiere, sería tu puta desde ya…dame más fuerteee.

- Eres una buena putaaa…me queda poco diossss -le contestó Emilio entre gemido, sacando su polla del culo de Alejandro- Voy a corrermeeeee

Alejandro se giró en cuanto Emilio le sacó la polla del culo, Emilio se colocó entre sus piernas y meneándosela, comenzó a soltar trallazos de leche que llenaron el pecho de Alejandro mientras él se pajeaba también hasta correrse. Tenía el pecho y la barriga llenos de la leche de los dos, se bajó de la mesa con la leche escurriéndole por el cuerpo y se arrodilló ante Emilio para limpiarle la polla con la boca.

Al ver aquello, le saqué la polla del coño a Susana y la enculé sin miramiento, se la clavé hasta el fondo y comencé a moverme rápido, noté como ella comenzaba a tener espasmos de su ojal en mi polla, señal de que se estaba corriendo. La agarré con fuerza de las caderas y aceleré el movimiento, mis huevos golpeaban sus nalgas haciendo el típico ruido de palmas, gemíamos mirando a Emilio y a Alejandro limpiándole la polla con la boca. Notaba que me quedaba poco y aceleré aún más el movimiento hasta que empecé a correrme, me detuve en seco, apretando con fuerza mi pelvis contra sus nalgas y soltando toda mi leche dentro de su culo abierto y caliente. La saqué cuando ya me había vaciado completamente y mi polla comenzaba a menguar, cayeron gotas de mi semen por sus muslos, resbalando hacia sus rodillas. Me apoyé en la espalda de ella mientras recobrábamos la respiración.

-Vaya polvos, jodeer -dijo entusiasmado Emilio- pensé que no follaría nunca más, aunque sea la primera vez que me tiro a un hombre. Me he perdido muchas cosas buenas en la vida, y acabo de darme cuenta que ésta ha sido una de ellas: no follarme a hombres…

Comenzó a subirse calzoncillos y pantalón, pero al ver que nosotros tres estábamos desnudos, decidió quitárselos completamente. Alejandro fue a limpiarse las corridas de su cuerpo y Susana, fue al expulsar mi leche de su culo, así que nos quedamos Emilio y yo solos, sentados a la mesa. Cuando regresaron Alejandro y Susana, Emilio nos contó su historia muy brevemente.

Hacía cosa de 3 años que había enviudado, su mujer había fallecido de un cáncer de mama muy agresivo y con metástasis. De joven había sido un cabeza loca hasta que conoció a la que sería su mujer, Laura, una joven venezolana, de Caracas, que conoció en Sevilla en la boda de unos amigos. Ella era de la rama venezolana de la familia del novio, estaba estudiando en Sevilla. Se conocieron y en tres años se casaron, no tuvieron hijos porque él no podía, era estéril según le dijeron en unos análisis que se hizo a los 2 años de casados. Era químico, y había trabajado en una de las refinerías que Cepsa tiene en el Campo de Gibraltar hasta su jubilación, que coincidió con la muerte de su mujer. Desde que ella enfermó, no había tenido relaciones, es obvio que no las tuvo con ella pero tampoco con ninguna mujer. Llevaba bastante tiempo a base de pajas…

- Bueno Emilio -dijo Susana- ya es hora de prepararnos para dormir, mañana tendremos que regresar. Como dice el dicho: “Cada mochuelo a su olivo”.

- Muy bien Susana -contestó Emilio- Me encantaría volver a vernos…si os apetece, claro…

- Yo lo estoy deseando ya -le cortó Alejandro- después de lo vivido hoy…me ha sabido a poco, jajajaja.

- Pues solo tenéis que intercambiar los números de teléfono -les dije algo cansado- Ahora, sintiéndolo mucho, voy a dormir ya. Estoy agotado y mañana tenemos que regresar, tengo que preparar el trabajo para la semana.

En ese momento sonó mi teléfono móvil, me extrañó por la hora que era y por quien llamaba…era mi exmujer.

- Hola Mónica, ¿qué tal? ¿pasa algo?.....vaya por dios…y ¿cómo ha sido?…entiendo…me pillas fuera de la ciudad pero voy a intentar irme ahora para allá…bueno, tranquilízate…tienes que relajarte…lo sé, pero piensa que en ese estado no ayudas en nada…no, no pienso dejarte sola…¿tus hermanas están allí contigo?...ah, van de camino ya… Vale, estoy con unos amigos en Zahora...sí…voy a gestionar un coche para ir para allá…no te puedo decir sobre qué hora llegaré…claro…no te preocupes por eso…ahora llamaré a Elvira y que sea ella la que organice la semana, y si hay alguna duda que me llame…¿a qué hospital la han llevado?...al Virgen del Rocío…perfecto…pues en un rato te llamo, cuando tenga todo preparado…claro que sí…y Mónica, lo siento mucho. Nos vemos en un rato.

Colgué y me quedé perplejo, Susana me sacó de mi abstracción.

- Por Dios David, ¿qué ha pasado? -Me preguntó Susana preocupada-

- Era mi ex, Mónica -le dije sin mirarla- Un camión ha arrollado al coche de sus padres, su padre ha fallecido y han evacuado a su madre en helicóptero al Virgen del Rocío, en Sevilla, está muy grave, la están operando ahora mismo, ha entrado a quirófano hace una media hora…Tengo que buscar la forma de ir a Sevilla ahora, no puedo dejarla sola en este momento…

Susana me cogió ambas manos, en ese momento me di cuenta de que me temblaban.

- Tranquilízate David -me dijo intentando calmarme- vamos a ver como hacerlo para que puedas ir a Sevilla…

- Tengo que llamar a mi secretaria, Elvira -le dije, ahora sí, mirándola a los ojos- Tiene que preparar el trabajo de la semana.

Cogí de nuevo el teléfono y busqué en la agenda el número de Elvira, la llamé y le conté lo que había sucedido. Me dijo que no había problema, que se encargaría de todo.

- Mira David -me dijo Susana- hemos estado hablando Alejandro y yo, hemos pensado que te puedes llevar nuestro coche. Nos quedaremos un par de días más aquí, si en ese periodo de tiempo no has regresado, Emilio nos ha dicho que puede llevarnos a casa sin ningún problema. De todas formas te iremos preguntando por teléfono, a ver si hubiese mejoría.

- No es necesario Susana -les dije a ambos- puedo llamar a un taxi o un Uber…

- A ver David -me dijo Alejandro- ya está todo hablado. Llévate el coche, así llegarás a Sevilla antes, de lo contrario tendrás que esperar…y por desgracia para tu ex, el estar allí sola los minutos se le hará horas. Así que déjate de tonterías y llévate el coche. Prepara la maleta y, lo único que te pido es que no corras, no vaya a ser que tengas un accidente también.

- No sé que decir -les contesté emocionado- no sabéis cuanto os lo agradezco. Mónica sigue siendo una parte importante en mi vida. Voy a por la maleta.

Subí y preparé la bolsa que me traje. Por suerte al estar en bolas todo el tiempo, la ropa interior que me traje estaba sin usar. Bajé y ya me estaban esperando con las llaves del coche. Se lo volví a agradecer a los dos, y me despedí de ellos. Emilio seguía allí pero ahora totalmente desnudo…algo me decía que ocuparía mi sitio durante esos dos días… Me monté en el coche y llamé a Mónica para decirle que salía en ese momento para Sevilla, que mis amigos me habían facilitado el vehículo con el que iría para estar con ella, de camino le pregunté si había alguna novedad, pero por desgracia no había nada nuevo aún, la madre seguía en el quirófano.

Y hasta aquí este séptimo y último relato. Como veis, dejo algunas puertas abiertas por si las musas me inspiran para sacar alguna serie de ésta misma. Espero que os haya gustado esta serie, yo he disfrutado escribiéndola, un saludo.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Gracias por el relato, ha sido muy morboso…
Si tenemos suerte de seguir leyendo sobre estos personajes, me encantaría la posibilidad de que se uniera alguna mujer más al grupo y que Susana y ella tengan mucho sexo entre ellas.
 
Susana salió cuando Alejandro y yo teníamos las copas llenas, él le sirvió otra copa a Susana. Cuando la tuvo llena brindamos los tres extendiendo nuestros brazos y chocando con delicadeza las copas.

- Por esta relación, que se repita cuando lo necesitemos, por nuestra amistad, independientemente del sexo, y por la nueva incorporación a nuestra familia -dijo Alejandro emocionado- Mañana toca ya el regreso a la rutina, a la sociedad…lo único que me tranquiliza es pensar que volveremos pronto.

- Por un regreso lo más temprano posible -dije yo-

- Por todo lo que ambos decís, pero con más sexo…jajajaja -dijo Susana entre risas y tristeza-

- Por más sexo -dijimos a la vez Alejandro y yo-

Tomamos el vino, el Torre Muga del 2016 estaba espectacular, en su punto de temperatura. Susana y yo nos sentamos en las hamacas mientras Alejandro le daba un golpe de calor a la comida.

- Esto ya está, os voy pasando platos con un poco de todo, si os parece -nos dijo Alejandro-

- Por mi perfecto, Alejandro -le dije- yo me sentaré en la mesa mejor que en la hamaca, prefiero comer sentado a la mesa.

- Yo haré lo mismo -dijo Susana- Alejandro, comes en la mesa también, ¿verdad?

- Por supuesto, esto se merece comer como Dios manda -contestó Alejandro-

Las costillas estaban riquísimas, estaban aderezadas con especias y el tiempo justo por cada cara en la barbacoa les daba un sabor buenísimo, y las verduras tres cuartos de lo mismo, estaban deliciosas.

Estábamos algo tristes, ya se notaba que al día siguiente tendríamos que recoger y tirar de vuelta a casa. Una vez acabada las costillas y las verduras, me sorprendieron sacando un tiramisú de postre, hecho por Alejandro. Realmente estaba increíblemente bueno. Después del tiramisú Susana preparó unas copas, yo como siempre, le pedí que me preparase una ginebra, y mirándome mientras sonreía me dijo:

- Ahora mismo te la pongo, vas a probar una de nuestras ginebras preferidas, ahora me dirás…pero te aconsejo que la tomes con tónica neutra, sin sabor alguno para que puedas notar claramente todos los botánicos que lleva, romero y albahaca entre ellos… -me contestó-



Vino con un vaso con mucho hielo, vaso grande y ancho, con una rodaja de limón, y en la otra mano traía una botella de Spirito Vetton, una ginebra extremeña de la que no había oído hablar nunca, pero con muy buena pinta. Me sirvió la ginebra y le eché la tónica, esperé que la tónica perdiera un poco la fuerza al echarla en el vaso y la probé…jamás hubiese pensado que una ginebra pidiera hacerme revivir sabores de cuando era pequeño, de cuando tenía 12 o 14 años, sabores a campo, a pueblo…

Alejandro se sentó a mi lado y se sirvió de la misma botella. Se le notaba caliente y algo bebido, su polla estaba morcillona, pero me dio la impresión de que se había pasado con el vino. Susana se sentó a su lado con su vaso de gin tonic, su mano acariciaba la polla de su marido mientras me hablaba sobre el sabor de la ginebra, Alejandro entrecerraba los ojos, estaba subiendo su nivel de excitación y su nivel de somnolencia, yo respondía a Susana mirando como su mano se movía pajeando a su marido, ella vio como mi polla se levantaba y, con la otra mano comenzó a pajearme también. Así estuvimos un buen rato hasta que nos terminamos los gin tonics, Alejandro se había quedado dormido sobre la mesa usando sus brazos como almohada, definitivamente el vino más el gin tonic fue demasiado para él.

Me puse en pie con la polla bastante tiesa cuando mi fijé que alguien nos espiaba desde el muro que rodeaba el terreno de la casa, era un hombre mayor de unos 68 o 70 años. Debía estar subido en algo porque el muro era de unos 2,50 metros de altura y le llegaba por encima del pecho, notándosele como movía uno de sus brazos rítmicamente…se estaba pajeando mientras nos miraba. Estaba en la parte del contorno de la casa que no se le veía salvo que estuviese alguien muy cerca de él.

Se lo comenté a Susana con la idea de excitarlo mucho más, el hombre estaría como a dos metros de nosotros, así que ella se acercó a mí y me abrazó mientras orientaba su culo hacia el mirón, yo le agarré las nalgas y se las abrí para que él pudiera verlo bien, era consciente que estaba oscuro aunque teníamos las luces de esa zona del jardín encendidas. Le propuse a Susana dejarlo entrar pero solo de voyeur, sin que pudiese tocarla si ella no quería.

- De acuerdo, pero sin entrar en la casa, solo aquí -me dijo excitada con la idea- no quiero meter a nadie más en casa.

- Lo que tu digas -le respondí- me parece bien.

Susana se giró y mirándolo le dijo:

- Perdone caballero, si tanto le gusta lo que ve podría venirse junto a nosotros, así podrá vernos más de cerca -le dijo con un tono de voz muy sensual- y acabar con lo que está haciendo desde ese lado del muro.

- Ummm, perdón…si les molesto me marcho, pero me han puesto muy caliente. Hace tiempo que no veía a una mujer como usted, desnuda -le contestó sin apenas cortarse-

- No se preocupe -le dije- véngase aquí, estará más cómodo. Susana, indícale por donde entrar.

- Caballero, baje de donde esté y vaya hacia su izquierda, encontrará una puerta metálica como a unos 20 metros de donde está, yo le abro la puerta para que pueda pasar -le dijo Susana- Tenga cuidado y no vaya a caerse. Voy hacia la puerta para abrirle.

Cuando el hombre entró, ya lo vi mejor, andaría sobre los 65-68 años, vestía unas bermudas verdes, sandalias, y un polo de Tommy Hilfiger, lucía un anillo de casado en su mano derecha. Se le notaba un buen bulto dentro de su pantalón, le dije que se sentara en una de las tumbonas que estaban cerca nuestra. No se cortó un pelo, se bajó el pantalón y los calzoncillos y se sentó con la polla tiesa en la hamaca, su polla era normalita, unos 16 centímetros, y algo gruesa, con un capullo bien gordo y con las venas del tronco muy marcadas.

- Por cierto, me llamo Emilio, es un placer teneros cerca -dijo sin dejar de mover su mano arriba y abajo del tronco de su polla-

- Encantada Emilio, soy Susana, este hombre que está dormido, y algo borracho sobre la mesa, es mi marido Alejandro, y este señor que está a mi lado es un buen amigo, se llama David.

- Hola Emilio -le dije para ser educado y romper el hielo-

- Hola David, hola Susana -nos contestó- Vaya putita estás hecha, con tu marido en la mesa y pajeando a tu amigo…jejeje menudo zorrón estás hecha…jijiji. Si quieres, aquí tienes otro nabo, aunque más viejecito pero que aún funciona…

- No te emociones Emilio -le dije cortándolo- has entrado aquí para pajearte más tranquilo y más cómodo, pero ella no te tocará si no quiere, ¿lo has entendido bien?

- Por supuesto David, lo tengo claro -me contestó- Si quiere tocarme, que lo haga, si no quiere…me toco yo. Todo muy claro y me parece bien, es lo suyo. Te pido perdón Susana, por si te ha molestado mi comentario…

- No te preocupes Emilio -le contestó Susana- ya está todo aclarado.

Nada más decir Susana eso, se puso en cuclillas ante mí y, mirando a Emilio, agarró mi polla y comenzó a acariciarla con una mano mientras con la otra me acariciaba los cojones, seguidamente sacó la lengua y lamió la punta de mi capullo, hacía círculos con la lengua hasta meterse el capullo en la boca.

- A ver zorrita -le dije a Susana- deja que te toque el coño para ver como lo tienes…ahora te digo lo caliente que está esta putita, Emilio…

- Joder sí -me dijo Emilio muy excitado, con un ritmo quizás más lento del que yo hubiese llevado- me encantaría saberlo.

Susana se levantó, se le notaba muy excitada, no paraba de mirar a Emilio, la excitación de tener a alguien pajeándose mirando como era acariciada la excitaba más de lo que ella se hubiese imaginado. Le acaricié el coño, los labios los tenía hinchados. Metí uno de mis dedos en su coño, lo tenía empapado, lo saqué deslizándolo a lo largo de su raja buscando el clítoris. Al llegar a él Susana ya estaba gimiendo, su clítoris lo tenía bastante hinchado.

- Uy, uy, uyyy, pero qué mojada estás, putita -le dije a Susana pero mirando a Emilio, que comenzó a acelerar el movimiento de su mano- Yo creo que estás deseando tener un nabo en tu coño, ¿verdad? Seguro que tienes muchas ganas de cabalgarme…como el maricón de tu marido no sabe hacértelo…

- Señor, usted sabe lo que deseo más que nada en el mundo -me dijo muy excitada- ya ha comprobado como estoy de caliente y con mi marido borracho sobre la mesa, su polla podría aplacar esta necesidad que tengo…

- Muy bien zorrita, gírate y recuéstate sobre la mesa -le dije con la polla muy dura y mojada- vamos a enseñarle a Emilio qué es lo que te gusta. Dile para que se entere bien quién eres y a quién perteneces.

- Ummm Señor estoy deseando tenerle dentro. -Me contestó con la voz muy excitada- Emilio, soy la puta de David, hago lo que me mande y me recompensa con su polla y con su leche, soy su puta más incondicional, hasta mi marido es su puta también.

Mientras Susana hablaba, se fue girando hasta darme la espalda y se tumbó sobre la mesa, miraba a Emilio que seguía pajeándose y ella relamía sus labios. Me coloqué detrás de ella y acerqué mi polla a su coño, se lo abrí con dos dedos, lo tenía muy mojado, se veía como alguna gota de su lubricación bajaba por la parte interna de su muslo izquierdo. Puse mi nabo en la entrada del coño y ella sola tiró hacia atrás, clavándose mi polla en le coño hasta el fondo.

- Dios, Señor…uffff, como necesito su polla…mmmmmm, dentro de mi cuerpo -me dijo entre gemidos- deme fuerte Señor, y pí…dame lo que…uffff… quiera que le obedeceré en todo.

- Muy bien zorra, descríbele a Emilio lo que sientes mientras te la meto -le contesté muy excitado- Así ayudamos a Emilio a que suelte un buen trallazo de leche, jejeje.

- Sí Señor, ummmm. Emilio, noto como la polla del Señor, muy dura, llega hasta el final de mi…mi interiorrrr….uffffff. Como toca la pared final de mi…útero…noto hasta las venas de la polla de mi Señor….diosss siga así, más fuerteeeee….ummmm.

Emilio aceleró el movimiento de su mano sobre la polla, sus huevos colgaban y se movían como un péndulo, pero hacia atrás y hacia delante. En ese momento, Alejandro se despertó por el cimbreo de la mesa al follarme a Susana, sonreía hasta que vio a Emilio pajeándose.

- Vaya follada que te está dando el Señor, Susana -dijo empalmado ya- Y este caballero que se la está jalando…¿quién es?

- Es un voyeur que se la estaba meneando desde el muro -le dije mientras aminoraba la velocidad de penetración- Le hemos dicho que se la meneé aquí, así no podrás caerse de donde estaba subido. Se llama Emilio

- Encantado Emilio, soy Alejandro marido de Susana y puta también de David -le dijo cada vez más excitado- Me gusta su polla…muy marcada las venas…

- Lo mismo te digo, Alejandro -le dijo Emilio más excitado al ver a Alejandro empalmado y mirando su polla- Si quieres probarla, no tengo problema por dártela, al contrario…sería un honor tirarme a una de las putas de David…con su consentimiento, y el tuyo por supuesto.

Miré a Alejandro y lo vi deseoso de catar esa polla, me miró y asentí con la cabeza.

- Alejandro si tú quieres, túmbate al otro lado de la mesa frente a Susana, para que Emilio te dé por el culo si le apetece. Así aprenderás bien como se folla -le dije excitándome la idea de ver como Emilio le daba por el culo- Me gustaría ver como te la clava delante de tu mujer. Pero antes, ve por el lubricante que hay en la habitación, no quiero que te haga daño.

Se levantó y fue hacia la habitación por el lubricante, en cuanto llegó se echó en una mano y se la pasó por el ojal, Emilio se levantó y Alejandro le puso lubricante por toda la polla, disfrutaba tocándole todo el tronco del nabo aplicándole el lubricante, y Emilio entrecerraba los ojos mientras le sobaba toda la verga poniéndole el lubricante.

Alejandro se tumbó delante de Susana, con el pecho pegado a la mesa, Emilio se arrodilló detrás de él y comenzó a comerle los huevos pasando su lengua de los huevos al culo, Alejandro aceleraba la respiración y se mordía el labio inferior mientras me miraba con mucha lujuria. Emilio se puso de pie y colocó su polla en la entrada del culo de Alejandro.

- No seas brusco Emilio -le dije- Trátalo como si fuese virgen, métesela con delicadeza. No lo lastimes.

- Pierde cuidado -me dijo Emilio- no tengo ganas que nada más metérsela tenga que sacarla y deba seguir a mano…jejeje. Seré delicado con él.

Con mucha delicadeza le fue metiendo la polla, yo estaba pendiente de la cara de Alejandro por si le dolía, pero la cara reflejaba otra cosa, reflejaba excitación, placer…

- Ya ha entrado la cabeza, lo notas, ¿no? -le dijo Emilio- si te molesta o te duele me lo dices y la saco…

- Por ahora va bien, Emilio. Noto el capullo dentro y…joder cómo me gusta -dijo Alejandro muy excitado- sigue metiéndomela como vas.

Yo seguía entrando y saliendo del coño de Susana, miraba hacia su culo y como se movía su cuerpo. Le separé las nalgas, chupé uno de mis dedos y se lo metí por el culo, ella gemía muy excitada mientras besaba a su marido, tenían ambos las bocas que se rozaban la una con la otra, sus lenguas se enredaban, sus respiraciones se aceleraban…

Emilio seguía metiendo su polla dentro de Alejandro, éste no se quejaba en ningún momento, Emilio lo tenía cogido por las caderas, y con delicadeza le iba metiendo su polla por el culo hasta que entró totalmente. La dejó un par de minutos dentro, sin moverse, para que su culo se fuera dilatando y acostumbrando a esa polla. Una vez pasado ese tiempo, comenzó a moverse con un ritmo sosegado para ir subiendo el ritmo y con ello los gemidos de ambos.

- Dios mío Emilio, uffffff…esto me encan…ta, joder -le decía Alejandro mientras besaba a Susana- Si David quiere, sería tu puta desde ya…dame más fuerteee.

- Eres una buena putaaa…me queda poco diossss -le contestó Emilio entre gemido, sacando su polla del culo de Alejandro- Voy a corrermeeeee

Alejandro se giró en cuanto Emilio le sacó la polla del culo, Emilio se colocó entre sus piernas y meneándosela, comenzó a soltar trallazos de leche que llenaron el pecho de Alejandro mientras él se pajeaba también hasta correrse. Tenía el pecho y la barriga llenos de la leche de los dos, se bajó de la mesa con la leche escurriéndole por el cuerpo y se arrodilló ante Emilio para limpiarle la polla con la boca.

Al ver aquello, le saqué la polla del coño a Susana y la enculé sin miramiento, se la clavé hasta el fondo y comencé a moverme rápido, noté como ella comenzaba a tener espasmos de su ojal en mi polla, señal de que se estaba corriendo. La agarré con fuerza de las caderas y aceleré el movimiento, mis huevos golpeaban sus nalgas haciendo el típico ruido de palmas, gemíamos mirando a Emilio y a Alejandro limpiándole la polla con la boca. Notaba que me quedaba poco y aceleré aún más el movimiento hasta que empecé a correrme, me detuve en seco, apretando con fuerza mi pelvis contra sus nalgas y soltando toda mi leche dentro de su culo abierto y caliente. La saqué cuando ya me había vaciado completamente y mi polla comenzaba a menguar, cayeron gotas de mi semen por sus muslos, resbalando hacia sus rodillas. Me apoyé en la espalda de ella mientras recobrábamos la respiración.

-Vaya polvos, jodeer -dijo entusiasmado Emilio- pensé que no follaría nunca más, aunque sea la primera vez que me tiro a un hombre. Me he perdido muchas cosas buenas en la vida, y acabo de darme cuenta que ésta ha sido una de ellas: no follarme a hombres…

Comenzó a subirse calzoncillos y pantalón, pero al ver que nosotros tres estábamos desnudos, decidió quitárselos completamente. Alejandro fue a limpiarse las corridas de su cuerpo y Susana, fue al expulsar mi leche de su culo, así que nos quedamos Emilio y yo solos, sentados a la mesa. Cuando regresaron Alejandro y Susana, Emilio nos contó su historia muy brevemente.

Hacía cosa de 3 años que había enviudado, su mujer había fallecido de un cáncer de mama muy agresivo y con metástasis. De joven había sido un cabeza loca hasta que conoció a la que sería su mujer, Laura, una joven venezolana, de Caracas, que conoció en Sevilla en la boda de unos amigos. Ella era de la rama venezolana de la familia del novio, estaba estudiando en Sevilla. Se conocieron y en tres años se casaron, no tuvieron hijos porque él no podía, era estéril según le dijeron en unos análisis que se hizo a los 2 años de casados. Era químico, y había trabajado en una de las refinerías que Cepsa tiene en el Campo de Gibraltar hasta su jubilación, que coincidió con la muerte de su mujer. Desde que ella enfermó, no había tenido relaciones, es obvio que no las tuvo con ella pero tampoco con ninguna mujer. Llevaba bastante tiempo a base de pajas…

- Bueno Emilio -dijo Susana- ya es hora de prepararnos para dormir, mañana tendremos que regresar. Como dice el dicho: “Cada mochuelo a su olivo”.

- Muy bien Susana -contestó Emilio- Me encantaría volver a vernos…si os apetece, claro…

- Yo lo estoy deseando ya -le cortó Alejandro- después de lo vivido hoy…me ha sabido a poco, jajajaja.

- Pues solo tenéis que intercambiar los números de teléfono -les dije algo cansado- Ahora, sintiéndolo mucho, voy a dormir ya. Estoy agotado y mañana tenemos que regresar, tengo que preparar el trabajo para la semana.

En ese momento sonó mi teléfono móvil, me extrañó por la hora que era y por quien llamaba…era mi exmujer.

- Hola Mónica, ¿qué tal? ¿pasa algo?.....vaya por dios…y ¿cómo ha sido?…entiendo…me pillas fuera de la ciudad pero voy a intentar irme ahora para allá…bueno, tranquilízate…tienes que relajarte…lo sé, pero piensa que en ese estado no ayudas en nada…no, no pienso dejarte sola…¿tus hermanas están allí contigo?...ah, van de camino ya… Vale, estoy con unos amigos en Zahora...sí…voy a gestionar un coche para ir para allá…no te puedo decir sobre qué hora llegaré…claro…no te preocupes por eso…ahora llamaré a Elvira y que sea ella la que organice la semana, y si hay alguna duda que me llame…¿a qué hospital la han llevado?...al Virgen del Rocío…perfecto…pues en un rato te llamo, cuando tenga todo preparado…claro que sí…y Mónica, lo siento mucho. Nos vemos en un rato.

Colgué y me quedé perplejo, Susana me sacó de mi abstracción.

- Por Dios David, ¿qué ha pasado? -Me preguntó Susana preocupada-

- Era mi ex, Mónica -le dije sin mirarla- Un camión ha arrollado al coche de sus padres, su padre ha fallecido y han evacuado a su madre en helicóptero al Virgen del Rocío, en Sevilla, está muy grave, la están operando ahora mismo, ha entrado a quirófano hace una media hora…Tengo que buscar la forma de ir a Sevilla ahora, no puedo dejarla sola en este momento…

Susana me cogió ambas manos, en ese momento me di cuenta de que me temblaban.

- Tranquilízate David -me dijo intentando calmarme- vamos a ver como hacerlo para que puedas ir a Sevilla…

- Tengo que llamar a mi secretaria, Elvira -le dije, ahora sí, mirándola a los ojos- Tiene que preparar el trabajo de la semana.

Cogí de nuevo el teléfono y busqué en la agenda el número de Elvira, la llamé y le conté lo que había sucedido. Me dijo que no había problema, que se encargaría de todo.

- Mira David -me dijo Susana- hemos estado hablando Alejandro y yo, hemos pensado que te puedes llevar nuestro coche. Nos quedaremos un par de días más aquí, si en ese periodo de tiempo no has regresado, Emilio nos ha dicho que puede llevarnos a casa sin ningún problema. De todas formas te iremos preguntando por teléfono, a ver si hubiese mejoría.

- No es necesario Susana -les dije a ambos- puedo llamar a un taxi o un Uber…

- A ver David -me dijo Alejandro- ya está todo hablado. Llévate el coche, así llegarás a Sevilla antes, de lo contrario tendrás que esperar…y por desgracia para tu ex, el estar allí sola los minutos se le hará horas. Así que déjate de tonterías y llévate el coche. Prepara la maleta y, lo único que te pido es que no corras, no vaya a ser que tengas un accidente también.

- No sé que decir -les contesté emocionado- no sabéis cuanto os lo agradezco. Mónica sigue siendo una parte importante en mi vida. Voy a por la maleta.

Subí y preparé la bolsa que me traje. Por suerte al estar en bolas todo el tiempo, la ropa interior que me traje estaba sin usar. Bajé y ya me estaban esperando con las llaves del coche. Se lo volví a agradecer a los dos, y me despedí de ellos. Emilio seguía allí pero ahora totalmente desnudo…algo me decía que ocuparía mi sitio durante esos dos días… Me monté en el coche y llamé a Mónica para decirle que salía en ese momento para Sevilla, que mis amigos me habían facilitado el vehículo con el que iría para estar con ella, de camino le pregunté si había alguna novedad, pero por desgracia no había nada nuevo aún, la madre seguía en el quirófano.

Y hasta aquí este séptimo y último relato. Como veis, dejo algunas puertas abiertas por si las musas me inspiran para sacar alguna serie de ésta misma. Espero que os haya gustado esta serie, yo he disfrutado escribiéndola, un saludo.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
Esperamos seguir leyendo.
La historia puede dar giros interesantes. Por un lado queda Emilio,tu ex,tu suegra si sale bien del accidente...
 

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