En nuestro caso nuestra habitación está junto al dormitorio de los vecinos, pared con pared, y los hemos escuchado unas cuantas veces follar... nos da un morbo tremendo. Una vez fue muy bestia, los gritos que daba el vecino al correrse, podíamos contar los chorretones de lefa que soltaba por los gritos y gemidos...
Y a nosotros nos pone supercachondos saber que nos escuchan cuando follamos nosotros, a veces lo hacemos sin cortarnos a lo perrito para que escuchen los aplausos... jajajajajaj... y casualmente por la mañana se ponen a follar ellos... no falla...