PersonaFP
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- 9 Sep 2025
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Hace poco estábamos mi chica y yo en un hotel, descansando tras una buena comida al medio día. Ella se quedó dormida en mi pecho y yo, que no puedo dormir con el estomago vacío, me quedé esperando, pensando en mis cosas. En el silencio total de la habitación del hotel se empezaron a escuchar gemidos. En la habitación de la derecha estaba un hombre gimiendo cada vez mas fuerte. El gemido del hombre en sí no me provocó nada mas que una sensación de envidia e impaciencia; quería que mi chica se levantara ya para que me hiciera gemir así.
Pero lo que cambió la situación fue que la mujer que estaba con el hombre empezó a gemir, empezó a gritar como loca, expresiones que solo con recordarlas me calientan la sangre. Yo también quería que mi chica hiciera eso mismo. Estaba duro, estaba listo, así que con mucho cuidado me quité la ropa interior.
Ella seguía dormida, así que estornudé falsamente y cuando se despertó, lo primero que abrió fueron los ojos y para mi suerte, un par de segundos después, lo segundo que abrió fue la boca para comerme entero, sin preguntar, sin mirarme antes a la cara. Se despertó con mi miembro a unos palmos de su boca e hizo algo mas de lo que me esperaba; Me imaginaba una masturbación previa, unos besos. Pero no, fue directamente a saborear cada centímetro de mi.
Terminé corriéndome en su boca; Mejor dicho, hizo que me corriera en su boca mientras yo no podía quitarme de la mente los gemidos de esa mujer anónima en la habitación de al lado mientras mi chica se tragaba todo. Ahora era yo el hombre de la habitación de al lado de alguien que gemía.
Pero lo que cambió la situación fue que la mujer que estaba con el hombre empezó a gemir, empezó a gritar como loca, expresiones que solo con recordarlas me calientan la sangre. Yo también quería que mi chica hiciera eso mismo. Estaba duro, estaba listo, así que con mucho cuidado me quité la ropa interior.
Ella seguía dormida, así que estornudé falsamente y cuando se despertó, lo primero que abrió fueron los ojos y para mi suerte, un par de segundos después, lo segundo que abrió fue la boca para comerme entero, sin preguntar, sin mirarme antes a la cara. Se despertó con mi miembro a unos palmos de su boca e hizo algo mas de lo que me esperaba; Me imaginaba una masturbación previa, unos besos. Pero no, fue directamente a saborear cada centímetro de mi.
Terminé corriéndome en su boca; Mejor dicho, hizo que me corriera en su boca mientras yo no podía quitarme de la mente los gemidos de esa mujer anónima en la habitación de al lado mientras mi chica se tragaba todo. Ahora era yo el hombre de la habitación de al lado de alguien que gemía.