Exhibicionismo y Sexo en Público

Pibeman dijo:
Masturbación en el tren de una chica guapa...

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Que juego dan esos vestidos jejeje, un poco hacia arriba y a darse placer

Pibeman dijo:
Este pensaba q lo había posteado pero he echado un vistazo y no lo veo... Quizás lo quise subir un día q no funcionaba el servidor 🤔. Merece la pena q lo veáis y si ya está posteado, mis disculpas 🙏

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tremendo espectáculo dioss... que piernas, está genial con esos tacones ^^
 
modosito69bcn dijo:
Las pillan en el lavabo 😛
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Yo tenía unas amigas que hacían esto mismo. Lo peor (y lo mejor, ahora que lo pienso) es que una era la novia de mi mejor amigo y la otra era mi pretendida. Cuando salíamos de fiesta se iban al baño juntas y tardaban mucho en volver, pero mucho, mucho. Yo creo que tanto mi amigo como yo sospechábamos que algo "raro" pasaba dentro de esas cabinas, pero nunca lo hablamos entre nosotros.

Una vez en un bar de una zona de fiesta de nuestra ciudad, muy popular entre los universitarios, entraron a un baño que no estaba separado de la sala donde la gente bebía y bailaba salvo por unos paneles de madera, de esos que no llegan hasta el techo ni hasta el suelo.

Mi amigo y yo estábamos en un sitio algo apartado de las cabinas, pero al poco de entrar ellas un grupo de chicos que sí estaba al lado empezó a mirar por debajo de la puerta, a reírse, a asomarse por encima, a tirar alguna servilleta y a decir burradas. Nosotros nos acercamos para pedirles que no molestaran a la chicas y que se fueran. Al cabo de poco rato salieron nuestras amigas, hablando y riendo como si no hubiera pasado nada con los chicos esos y, aunque las preguntamos, nos dijeron que no las habían molestado o que al menos ellas no se habían enterado...
Al salir de bar uno de los chicos se me acercó para decirme que les perdonáramos, que no sabían que ellas estaban con nosotros y que era raro que saliéramos con unas lesbianas. Yo le mandé a tomar por culo y me fui con mis amigos a seguir la fiesta.

Pasaron algunos años y con los estudios y los trabajos nos fuimos distanciando unos de otros un poco. Nos seguíamos viendo pero menos a menudo. Mi amigo dejó de salir con mi amiga (María), fue una ruptura un poco traumática, y aunque yo seguía enamorado de la otra chica (Eva) ella pasaba de mi como de tener un chalet en la Antártida. En el momento que cuento ella estaba enrollada con su jefe.

Un día quedé con María para salir a tomar algo y acabamos enrollándonos (no era la primera vez). Nos fuimos a una casa que yo tenía prestada de un familiar y nos pasamos el fin de semana follando. En medio de la noche me apeteció comerle el coño, pues tenía un coño precioso, toda ella era preciosa la verdad, y me puse a ello con alegría. Cuando llevaba un tiempo largo aplicado a la tarea y ella estaba a punto de correrse, me apartó de su coño y me pidió que, por favor, no siguiera. Yo naturalmente la hice caso, pero le pregunté el porqué. Me contestó que le había prometido a mi amigo (que ya no era su novio pero estaba en ese momento de luto de todas la separaciones) que solo se iba a dejar comer el coño por él. Le recordé que no estaba ya con él y le pregunté que a qué venía semejante promesa.

Ella me contó entonces lo que era una evidencia que yo no quería reconocer, que María y Eva llevaban enrollándose desde que descubrieron su sexualidad siendo bien pequeñas. Que era algo que le proporcionaba mucho placer y que no había renunciado nunca a ello hasta poco antes de esa fecha (y solo porque ellas se habían enfadado por alguna cosa). Que se enrollaban cada vez que tenían ocasión. Cuando iban juntas de vacaciones; cuando se quedaba la casa de alguna sola; alguna vez que salían de fiesta por ahí; en la universidad...

Le pregunté que si era eso lo que hacía que tardaran tanto en salir del baño cuando iban a mear juntas y se rió reconociéndome que si. Le pregunté que porqué lo hacían si estábamos nosotros, su novio y yo, si no le parecía un poco de falta de respeto y de cariño. Me dijo que no lo pensaban así. Que incluso les excitaba que estuviéramos fuera esperando.

La cosa es que un fin de semana Ángel, mi amigo, se había quedado en su casa con ella pues los padres de María se habían ido. Ángel se fue unas horas para jugar un partido de baloncesto con nuestro equipo y ella le dio las llaves de casa para que no llamara al portero y que los vecinos no le escucharan. El caso es que se suspendió el partido porque no se presentó el equipo rival y en lugar de quedarse a tomar unas cervezas con nosotros, Ángel decidió volver a casa de María. La distancia entre la cancha donde jugábamos y la casa de María no es mucha y mi amigo volvió corriendo. Ya que no habíamos jugado, por lo menos haría algo de deporte (era muy deportista entonces).
Llegó en una media hora, un par de horas antes de lo que había dicho a María. Subió al segundo pisó sin encontrarse con nadie en la escalera y abrió la puerta. En el salón estaba María, desnuda de cintura para abajo, con Eva entre su piernas lamiéndole el chocho.

La cosa fue un poco dramática según me contó María. Ángel se fue dando un portazo, María se vistió y salió tras él pero no le alcanzó. Estuvo un tiempo sin contestar al teléfono y todo eso. Cuando se calmaron las aguas hablaron, se sinceró María con él, Ángel, muy enamorado, siguió con ella un tiempo y le puso solo una condición. Que nadie más que él la chuparía el coño. María aceptó. Y como os cuento cumplió su promesa (o lo intentó).

Le pregunté si en algún momento, después de eso, había dejado de follar con Eva y me dijo que no. Que el mismo fin de semana de la reconciliación, el domingo por la tarde, Eva la invitó a tomar café (no había nadie en su casa) y que se estuvieron enrollando hasta la cena. Que no la dejó chuparle, pero hicieron "muchas otras cosas" hasta "quedarse muy a gusto".
 
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