Fantasías sexuales de las españolas 2º parte (sección infidelidad)

Hola mi amante querido.

Todavía vibro de éxtasis y placer cuando recuerdo nuestro encuentro de ayer. Dejas en mí una marca que va más allá del tiempo que pasamos juntos, siempre demasiado corto. Dicen que lo bueno si breve es mejor: los grandes perfumes en frasquitos pequeños, el caviar en cucharaditas, el buen licor en copa pequeña... que así se saborea mejor. Debe ser cierto porque los minutos que paso a tu lado son los mejores de mi vida. Tengo presente cada eslabón de esa cadena de placer: la urgencia de encontrarnos, de tenernos, la satisfacción de saber que se ha acabado la espera, de tener ese dulce néctar del sexo al alcance de la mano, de saber que ya solo faltan minutos para que comience el juego, los preliminares donde nos enredamos como si no tuviéramos prisa por amarnos, la intensidad del acto cuando por fin se da el cuerpo a cuerpo entre ambos o la relajación posterior, donde caemos agotados tras combatir el uno contra el otro. Y finalmente la separación, en la que siempre nos despedimos con un beso y con la promesa de volver a repetir. Todo ese proceso lo tengo siempre en mi cabeza y deja ecos en mi cuerpo hasta varios días después de haber estado contigo.

Esta mañana me he tenido que masturbar. Casi llego tarde al trabajo por tu culpa, aunque no estuvieras. Me he despertado soñando que dormías conmigo, que me abrazabas desde atrás y que presionabas con tu pene entre mis nalgas. Sentía tu cálido aliento en mi cuello, tus labios se cerraban sobre la tetilla de mi oreja y me la chupabas en esa caricia que sabes que tanto me gusta. Caricia que se transformaba en un mordisco salvaje a la vez que me la metías de golpe desde atrás, en mi coño ya lubricado por los húmedos sueños que he tenido. Me follabas así, de forma salvaje, frenética y te corrías en mi interior a la vez que yo me tocaba y tenía un orgasmo tremendo. Como podrás imaginar, no podía levantarme de la cama sin masturbarme pensando en ti, sin desahogarme, aunque me supiera a poco. No era capaz de empezar el día sin un orgasmo en tu honor.

¡Cuánto me gustaría disponer de ti una noche, una sola noche aunque fuera! ¿Es que tu mujer no viaja nunca? ¿No puedes buscar alguna excusa? Ojalá estuvieras en algún departamento que te obligará a pasar algún día fuera de casa. Ojalá pudieras encontrar la coartada perfecta ¿Te imaginas lo que sería toda una noche juntos?

Pero volviendo al día de ayer, tengo que decirte que jamás pensé que podríamos llegar a tal grado de exquisitez en nuestras perversiones. Creo que es porque hemos aceptado el reparto de papeles: tu esclavo y yo ama. Nos hemos metido de tal forma en el personaje que hemos alcanzado un grado de profesionalidad (no sé si esta es la palabra adecuada) sublime. La prueba es cuando ayer vi cómo te corrías solo con la caricia del látigo alrededor de tu pene, a la vez que con mis manos te aplastaba los huevos. Había visto vídeos mientras buscaba nuevas formas de cumplir con mi cometido de dómina, mientras trataba de aprender cómo hay que hacer para meterme más y mejor en el papel y darte todo el dolor que tú reclamas y que antecede al sublime placer. Ya otras veces he jugado a llevarte al límite solo con caricias, sin permitir que te corrieras, castigándote cuando me decías que ibas a llegar.

Todavía no ¡perro! te correrás cuando yo diga… el lenguaje también es importante ¿verdad? te gusta que te hable así en esos momentos. Es solo en esos momentos. Porque fuera de la cama yo jamás te trataría con desconsideración.

Aun me recuerdo sentada sobre tu vientre con mis muslos desparramándose a tus costados, mi chocho húmedo dejando un rastro de flujo en tu estómago a la vez que te lo aprisionaba, mis dedos retorciendo tus testículos mientras con el látigo te proporcionaba una caricia alrededor de tu pene que tenía la punta colorada por la excitación brutal. Tu verga estaba llena de sangre y se mantenía dura como una piedra. No pude evitar darte un par de lengüetazos en la punta y luego un mordisco. Mordisco y lengüetazo, dolor y caricia en la secuencia que tanto te gusta. Me sorprendió mucho ver tu pene estremecerse como queriendo contraerse y luego expandirse, y ver cómo un chorro de semen saltaba hacia arriba casi un metro de alto. Y no se detuvo ahí, sino que varios chorros más salieron brotando de la punta y corrieron por tu falo, hasta manchar tus huevos y mis dedos que los apretaban fuerte. Cuando te castigué por haberte corrido sin permiso moviendo mi cuerpo hacia atrás y poniendo todo mi coño en tu cara, casi asfixiándote y golpeándote en los muslos con el látigo, todavía pude ver como tu pene temblaba y varias gotas gordas de esperma caían sobre tu vientre. No pude evitar subirme encima y metérmela hasta el fondo, manchándome de tu leche por dentro y por fuera, y cabalgar hasta que yo tuve mi propio orgasmo. Estabas tan caliente que te aguantó dura todo el rato hasta que mis flujos se mezclaron con los restos de tu esperma. Qué asco tan rico, que delicioso gazpacho formamos entre los dos, que placer cuando te obligué a limpiarme con tu lengua y conseguí encadenar un nuevo orgasmo con mi botoncito entre tus labios. Con tu lengua como la de un perro estimulándome, no necesité ni siquiera que me metieras los dedos como otras veces ¡En qué pocas ocasiones puedo encadenar dos orgasmos seguidos y tú, sin embargo, mi joven amante me proporcionas ese y otros placeres que me hacen tan feliz!

Tenemos que tener cuidado porque se nos va la cabeza. Ayer te dejé marcas y no sé cómo podrás justificarlas si tu mujer te ve desnudo. Por un lado, me pone cachonda saber que te llevas esos recuerdos míos, pero por otro, no quiero ser causa de ninguna dificultad más en tu matrimonio. Yo soy tu válvula de escape, soy tu consuelo, soy tu placer, soy tu amante entregada, yo vengo a satisfacerte, a ayudarte, no a crearte problemas. Tenlo siempre presente amor.

Te deseo tanto…
 
La verdad es que desde que lo vi en internet mi fantasía era ir a un glory hole a comer pollas hasta hartarme. El mismo día que cumplí 18 años lo hice. Pedí permiso a mis padres para salir diciendo que iba con amigas y me fui a un local swinger, el de la entrada flipó un poco con que justo fuera el día de mi 18 cumpleaños, pero ya era legal así que no me puso ningún problema. Literalmente comí decenas de pollas anónimas esa noche
Cuando vayas la proxima vez avisa!!
 
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