Fantasia de un mirón

Anselmo

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21 Jun 2023
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Voy a escribir una fantasía...irrealizable, o no.
Perfectamente podría estar en relatos, porque son 9 mini entradas, pero me he decido a ponerlo aquí.

Ahí va la primera parte...

FANTASÍA DE UN MIRÓN

1

Estábamos tomando una cerveza en la terraza de la piscina. Ella estaba arriba, no había bajado todavía. Pero no iba a tardar. Sabía que no estaba solo, que estaba con nuestro amigo.

Bajó con una bata transparente, y con el bikini que le regalé. Es un bikini atrevido, azul claro, braga brasileña, anudada, que se le mete por su perfecto culo con excesiva frecuencia. El sujetador tipo palabra de honor es sin relleno ni aro, muy fino, notándosele el pezón al mínimo cambio de temperatura y de excitación, y que en cualquier movimiento se le puede escapar un juguetón pezón. Me dijo que le gustaba, pero que no era para ponérselo en cualquier sitio, solo cuando se sintiera muy cómoda. Y ahora lo llevaba.

Despues del beso de rigor, se puso delante de nosotros, y dándonos la espalda, se quitó la bata, dejándonos ver su espectacular bikini brasileño, con la tela dejada a la mínima expresión y sus nalgas suculentas a la vista para deleitarnos. Su lentitud en los movimientos, además de cautivarnos, demostraba que disfrutaba haciéndolo. Seguidamente se fue hacia la piscina y se puso en la tumbona, boca abajo. En ese momento decidimos acercarnos a la otra tumbona y la silla. Mientras nos acercamos, observamos su precioso culo, ya con el bikini metido por completo, dejando asomar algún vello. Seguidamente, nada más llegar nosotros, se desabrochó el bikini, pidiéndome, sin moverse de la tumbona, que le pusiera crema por la espalda. Comencé a ponerle crema, observando cómo mi amigo le repasaba con la mirada el culo, incluso descubrí como le hacia alguna foto con su móvil mientras nos mirábamos y le daba mi aprobación.
Cont...
 
Continuo con la fantasía...

2

Me recree poniéndole crema en su espalda, con parsimonia y deteniéndome en los laterales, mientras mi amigo se ponía las botas mirando. Notaba su excitación cuando le rozaba el lateral de su pecho y como se relajaba separando sutilmente sus piernas, dejando mas a la vista la fina tela del bikini y más nalga. Le pregunté si quería que le pusiera crema en las piernas, casi suplicándome que si. Mi amigo se ofreció a ayudar, respondiendo que hiciéramos lo que quisiéramos. Comenzamos a poner crema a 4 manos, por la espalda y mi amigo por las piernas, subiendo lentamente por la cara interna del muslo, casi rozando el bikini, y presionando para tener mejores vistas. Se estaba poniendo las botas y se notaba su erección bajo el bañador. Ya no quedaba mas crema por poner, y se notaba que estábamos disfrutando, con ella casi dormida. Pero nuestra erección nos hizo parar y meternos en el agua.

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Continuo con la fantasía...

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Me recree poniéndole crema en su espalda, con parsimonia y deteniéndome en los laterales, mientras mi amigo se ponía las botas mirando. Notaba su excitación cuando le rozaba el lateral de su pecho y como se relajaba separando sutilmente sus piernas, dejando mas a la vista la fina tela del bikini y más nalga. Le pregunté si quería que le pusiera crema en las piernas, casi suplicándome que si. Mi amigo se ofreció a ayudar, respondiendo que hiciéramos lo que quisiéramos. Comenzamos a poner crema a 4 manos, por la espalda y mi amigo por las piernas, subiendo lentamente por la cara interna del muslo, casi rozando el bikini, y presionando para tener mejores vistas. Se estaba poniendo las botas y se notaba su erección bajo el bañador. Ya no quedaba mas crema por poner, y se notaba que estábamos disfrutando, con ella casi dormida. Pero nuestra erección nos hizo parar y meternos en el agua.

Cont...
Haré de amigo, si me permites...nos bañamos sin perderle ojo a tu esposa. Te acercas pícaro y me preguntas si he llegado a ver los pelillos del culo y el chochete asomando...no solo eso, sino que los he llegado a tocar...estoy muy excitado y mi amigo Anselmo también..su mujer está muy buena y le encanta morbosear, al menos conmigo...puede que con otros...
Ella se ha tumbado en el cesped...sobre una manta de playa , y nos invita a tomar el sol con ella...Anselmo a un lado y yo al otro... ella cierra los ojos. Su esposo acaricia la espalda y baja hasta las nalgas, después vuelve al cuello siguiendo el camino de su columna. No veo su cara desde aquí...pero su mano se pasea descarada por la piel, todavía lubricada por la crema..en un momento dado, la mano se detiene. Se separa un poco de la espalda y el dedo índice hace el gesto de acercarse...
Acerco la mano y sigo yo ahora recorriendo la espalta con dos dedos, del cuello al culete y al revés...ella hace como que no ha notado nada...de vez en cuando se le escapa un suspirito...parece como dormida...¿soñará con los angelitos ?
 
Seguimos...

3

Desde la piscina pudimos ver cómo se ponía la parte de arriba del bikini y observar el descuido mientras se lo ajustaba, con su pecho colgando, dejando a la vista el pezón antes de levantarse y taparlo. Se sentó, y vimos la braguita del bikini, intuyendo que tapaba lo mínimo. Y al levantarse admiramos su figura y como se ajustaba la braguita dejando poco a la imaginación. Dijo que iba a refrescarse, entrar y salir del agua, y nosotros nos quedamos estratégicamente ubicados. Para salir tenia que pasar entre los dos.

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Más...
4

Así fue, se metió en el agua, cruzó la piscina y se dispuso a salir, subiendo las escaleras. Nosotros apoyados en los mismos escalones teníamos una visión perfecta de su cuerpo mientras salía del agua. Primero su espalda mojada y después su culo a la altura de nuestros ojos. El tanga se le había metido más si cabe y además, quedaba un poco holgado, no quedando ajustado a su coño. De tal manera que, al salir, y hacer el movimiento de subir escaleras, había un hueco entre el bikini y su coño. Dejando a la vista de manera casi completa, su húmedo coño. Fue un segundo, que disfruté yo, que estaba en el ángulo correcto.

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Hoy 2...
5

Al salir se ajustó el bikini, de tal manera que se le marcaban los labios en la tela del bikini, resaltandolos más al estar mojado. Y sus pezones, se le marcaban de una manera prominente. Se quedó un rato de pie, mostrándonos en todo su esplendor. Después se fue a la tumbona y se quedó boca arriba para tomar el sol. Ahí decidimos salir para seguir observándola. Pudimos admirar como tomaba el sol, y recorrer con nuestra vista su cuerpo. Sus pechos en el bikini, su braguita del tanga, dejando asomar algún atisbo de vello entre la ingle y la tela.



6

Me fui a la cocina a por cervezas y pude comprobar cómo mi amigo se deleitaba con mi mujer mientras le hacía fotos con parcial disimulo. Al llegar empezamos a beber las cervezas, sentándonos en el suelo y mi mujer sentada en la tumbona. En esa postura, el sujetador se quedaba en el límite del pezón, sin llegar a mostrarlo, y la braguita, al estar con las piernas semi abiertas, se le movía, dejando a nuestra vista el poco vello rasurado que tenía, y en algún momento, incluso se podía ver parte de su labio. La tela de la braguita dejaba que la imaginación hiciera poco trabajo, pues casi se le veía todo el pubis, incluso como ya he dicho, parte de los labios, oscuros y con el vello rasurado. Cada vez era más difícil disimular nuestra erección. A veces se inclinaba hacia delante, queriendo escapar sus tetitas, y mostrando esa barriguita tan sexi, y otras se inclinaba hacia detrás, aplanando sus tetitas, y exponiendo ese coño solo tapado por la fina tela del bikini, que además, dejaba notar los labios y algún vello.



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Acabando...

7

Después de tanta cerveza tuve que decir que me iba al baño. Les dije que iría al de arriba para hacer algo más que un pequeña meada. Así les dejaba tiempo mientras disimuladamente los observaba desde la cocina.

Pude ver cómo mantenían la conversación, con risas y como en un momento, una avispa pasaba cerca de ella, que empezó a hacer aspavientos para espantarla. El también movía los brazos y en uno de esos movimientos, le tocó el bikini, y casi se lo quitó. Se disculpó, pero mi mujer, le restó importancia a la vez que, con cara seductora, le preguntaba si le había gustado. Y sin esperar contestación, le cogió la mano y se la puso en la teta. Fue muy rápido, igual de rápido que la mano de mi mujer tocándole el bulto del bañador. Se miraron.

8

Decidí salir de la cocina y hacer ruido con la puerta del jardín. Y vi la erección de mi amigo mientras se metía en la piscina. Y mi mujer a punto de entrar también. Yo decidí meterme. Allí estábamos los tres. Nos pusimos a jugar a pasarnos la pelota. Que espectáculo ver saltar a mi mujer y como sus tetas subían y bajaban y casi se escapaba el pezón. No hacía mas que subirse el bikini, porque se daba cuenta que se le bajaba. No solo nos pasábamos la pelota, sino que intentábamos quitárnosla. Sobre todo mi amigo, que aprovechaba que ella la tenía para acercarse, y tocar todo lo que podía (luego me confesó que se había puesto las botas, agarrándole una teta, rozando le el culo con la mano y con la polla). Ella se dejaba hacer con disimulada ingenuidad.

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Y fin....

9

Decidimos salir y tomar un poco el sol para rebajar la excitación que se notaba.

Después de un rato nos pusimos recoger las cervezas, mientras ella se quedaba en la tumbona. Desde la cocina la veíamos como seguía tomando el sol. No tardó mucho en levantarse e ir hacia la ducha al lado de la piscina. Creo que pensaba que no la mirábamos, aunque no lo parecía.

El agua le caía por el cuerpo, estilizado, las gotas resbalaban por los hombros y caían por el pecho, con la frente alta para que el agua bajara por el pelo y la espalda, dejándonos ver cómo brillaban sus nalgas, con el bikini tapando lo mínimo para nuestro disfrute.

Fue rápido, pero lo mejor estaba por llegar. Dándonos la espalda se desabrochó el bikini, dejando una vista espectacular de su espalda libre de ataduras, rematada por la braguita brasileña. Casi no podíamos creérnoslo. Buscó sin girarse la bata para vestirse, pero no la tenía cerca, se giró , tapándose los pechos con una mano y cogiendo la bata con la otra. Pero en una decima de segundo, dejó los pechos libres y pudimos contemplar esa maravilla de tetas, redónditas, escasamente caidas y puntiagudas, apuntando con los pezones, rosados y erectos. Duro el tiempo suficiente para provocar nos una erección considerable.
 
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