Gracias a la lencería

Cuando mi mujer me sacó esa cosa de ella, esa polla de silicona tan grande, la sensación en mi cola era distinta a otras veces.

Me sentía abierto, como que no iba a poder cerrarlo más. Por más que hacía fuerza para que contuviera tenía la sensación de que no se cerraba, que sus bordes no se apretaban uno con el otro, pese a que si me tocaba estaba cerrado. Me puse a hacer ejercicios apretando, cerrando, como uno cuando no quiere que se escape nada de adentro hasta llegar al baño.

De a poco se fue normalizando la sensación, pero no fue rápido. Caminaba y parecía seguir con algo adentro. Era raro, pero no era desagradable, era como un recordatorio de lo que había pasado, como me había follado tan duro, con algo tan grande. Lo mejor era que lo había disfrutado. Ese era un buen recuerdo de lo pasado.

Lo llamé al vecino.
Le conté lo que había pasado y como me había follado. No le dije nada de lo que me había dicho al final, de que ella quería conocerlo. Iba a pensarlo un poco.
Mi amante estaba entusiasmado y él también quería conocer a mi mujer, a la que identificaba por haberla visto muchas veces en el barrio, pero nunca había hablado con ella.
Decía que estaba buena y que se la follaría con mucho gusto. Me presionaba para que arreglara un encuentro con ella. Quería venir a visitarme cuando estuviera ella o invitarnos a los dos a cenar a su casa. ¡Eso me hizo gracia cuando recordé el desorden de su apartamento! Como para llevar a mi mujer, hahaha.

Yo tenía ganas de dejarlos que se encontraran ellos, siempre en mi papel de sumiso, pasivo, dejando que las cosas ocurrieran, no provocándolas.
 
Al final me decidí.
Lo llamé al vecino y le dije que íbamos a cenar, cuando él pudiera. Pero que, por favor, ordenara y limpiara porque si mi mujer entra a su casa como estaba el día que fui por primera vez, se va!.
Se rio, dijo que entonces mejor era el viernes, cuando venía su empleada y ordenaba todo. Dijo además que él cocinaba muy bien y que no me preocupara por eso. Preguntó además, si mi mujer tenía alguna limitación de comidas, si algo no le gustaba nada o qué prefería.
Riéndome le dije que le gustaban grandes, pero que por ahí no había problemas, hahaha!
Que cocinara lo que mejor se le daba. Pero que solo tomaba vino tinto.
Y así quedamos, para el viernes. Hoy.
Veremos si pasa algo, si le gusta a mi mujer cómo para follárselo o si no quiere saber de nada con él.
 
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Al final me decidí.
Lo llamé al vecino y le dije que íbamos a cenar, cuando él pudiera. Pero que, por favor, ordenara y limpiara porque si mi mujer entra a su casa como estaba el día que fui por primera vez, se va!.
Se rio, dijo que entonces mejor era el viernes, cuando venía su empleada y ordenaba todo. Dijo además que él cocinaba muy bien y que no me preocupara por eso. Preguntó además, si mi mujer tenía alguna limitación de comidas, si algo no le gustaba nada o qué prefería.
Riéndome le dije que le gustaban grandes, pero que por ahí no había problemas, hahaha!
Que cocinara lo que mejor se le daba. Pero que solo tomaba vino tinto.
Y así quedamos, para el viernes. Hoy.
Veremos si pasa algo, si le gusta a mi mujer cómo para follárselo o si no quiere saber de nada con él.
Esto suena a trio bi, que envidia!!
 
Esto suena a trio bi, que envidia!!
esa era mi fantasía! pero había una cantidad de incertidumbres: querría mi mujer algo con él? hay que reconocer que no es Harrison Ford! Otra duda, podría él con los dos? No es ningún yogurín potente, de dos o tres polvos por vez.
Había que ver que pasaba finalmente, con muchas expectativas de pasarla muy bien.
 
esa era mi fantasía! pero había una cantidad de incertidumbres: querría mi mujer algo con él? hay que reconocer que no es Harrison Ford! Otra duda, podría él con los dos? No es ningún yogurín potente, de dos o tres polvos por vez.
Había que ver que pasaba finalmente, con muchas expectativas de pasarla muy bien.
Si el clima es el apropiado y se calienta adecuadamente,lo demás se puede suplir con boca,manos,ect.. no todo es polla.
Deseando leer la continuación..😉
 
Al fin llego el día de la cena. Mi mujer se vistió muy sexy, pero elegante.

Una camisa de seda roja, desprendida lo justo para generar expectativa, pero sin que se viera casi nada. Era claro que no tenía sostén, por como se movían. En realidad los usa poco, no tenia tanta teta y no caían casi nada. El sostén lo que hacía era contener los pezones, que son largos y sensibles, marcándose cuando los,estimulaba el roce con la seda.
Se puso una tanga también roja, de encaje, con cola pero alta, descubriendo mucha nalga. Le quedaba muy bien. Abajo se puso una falda negra, a la rodilla, con tablas, suelta. Calzó unos zapatos negros de taco alto que le alargaban y formaban sus piernas. Estaba buena y fina, a la vez.

Puso en su bolso el consolador grande y el arnés. Cuando vio que la había visto hacerlo, se rio y dijo: - y jajaja, por las dudas, veremos que pasa, jajaja.
Habíamos comprado dos botellas de un buen Rioja, como atención.

Cuando nos abrió la puerta me sorprendió.
Muy bien vestido, pantalón, camisa y saco, todo de buen corte. La casa desconocida! Todo impecable, ordenado y arreglado, de buen gusto. Un gusto masculino, sin los detalles que dan una mano de mujer, pero agradable. Se oía una música suave, barroca, de fondo, que no molestaba.
Empezábamos muy bien. Lo noté además en mi mujer. Estaba gratamente sorprendida. Le cayó bien el vecino y le gustó su casa. Tal vez más porque yo la había prevenido, preocupado por un posible desorden.
 
Todo venia muy bien. La cena deliciosa, el vecino resultó ser un gran conversador y le gustó mucho a mi mujer.
Hablaban cada vez más sólo entre ellos. Yo era un mero espectador, sorprendido de la inmediata conexión y de lo agradable que venía la velada.

Esteban hablaba de cualquier tema con conocimiento, información y con respeto, oyendo atentamente lo que mi mujer opinaba. Acompañaba sus exposiciones con humor, generando frecuentes sonrisas y risas que se fueron haciendo más frecuentes e intensas a medida que bajaba el vino y pasaba el tiempo.

Los dos me ignoraban cada vez más. Faltaba nada más que empezaran a hablar de mí cómo si yo no estuviera.

Llegó el momento de los postres. Esteban fue a la cocina a por ellos y mi mujer se ofreció a acompañarlo, bueno más que se ofreció. Simplemente se levantó junto con él y lo acompañó, uniendo la palabra al hecho.

- te acompaño, para controlar que no te lo comas todo, ya que te gustan tanto los "dulces", jajajaj
- vení, sí, vas a volver empalagada, hahahha, - agregó él, mientras la tomaba de la cintura cómo para dirigirla, y para redondear, agrega, - a Pedro no le gustan los "dulces"? jajajaja.
- a éste? yo ya no sé qué le gusta! me sorprende todo el tiempo!

Y finalmente se había dado, hablaban pasando de mí.
 
Los oía hablar.

- y dime, cómo fue que conociste a mi marido? Nunca me lo explicó bien…
- nunca? Y me dijo que te había contado todo! pero vení que te muestro, acércate a la ventana. Ves esa allí? Esa es tu cocina, se ve perfecto de aquí. Ahí veía a tu marido limpiar la vajilla, desnudo o en tanga de mujer. Me encantaba verlo, siempre estaba empalmado. Pero nunca miraba para acá, le habría saludado, jhajaja
- yo le dije un día que lo iban a ver y sabes que contestó?
- no, dime
- pues eso, que le excitaba que pudieran verlo mariconeando.jajajaj
- entonces un día salgo de casa y lo veo venir con el perro, y le dije directamente, que lo veía. Me contó todo y lo invité a lavar mi vajilla. Lavó todo, en tanga como le pedí, perfecto, y entonces me lo follé, así fue que lo conocí.

De pronto un silencio. Algunos mmmm, ummmm ahhh. Otro silencio.

- sabes que tu fuiste su primer hombre? Yo le rompí el culito,. pero con silicona, siempre le dije que tenía que probar una de verdad
- me dijo eso, y le encantó una de carne! al otro día volvimos a follar, estaba emputecido, totalmente. Y la chupa muy bien tambien,jajajajaja
- ummmm si, tócame ahí, eso está muy bien…y qué hay por acá, opa! Mmme guuuuustaaammmmm si.que buena polla!

Como un resorte me levanté a mirar, ya empezaron!
Y era así. Se abrazaban en el medio de la cocina, mi vecino le agarraba una teta y la mano de mi mujer se perdía entre ambos, seguro había encontrado la buena polla de Estaban!
Las bocas estaban unidas en un morreo, abiertas, moviéndose y explorándose mutuamente.
Mi polla ya estaba dura.
Abrí mi pantalón y la saqué al aire, estaba grande y caliente.
La acaricie con placer mientras miraba a mis dos amantes, mi mujer y mi hombre, enrollarse entre ellos.
 
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- mira quien nos esta mirando desde la puerta, jajaja
- ah, Pedro, ven, mira lo que me contaba Esteban, desde aquí se ve muy bien nuestra cocina, nos debe haber visto a los dos muchas veces, no?
- uds ya están adelantando el postre? Jjeieie
- si, ven, que buena polla tiene tu hombre, haz hecho un buen hallazgo, bueno. Vamos a terminar de cenar y seguimos, que tengo una idea para hacer..

El postre, como todo lo demás, estaba delicioso. Yo lo disfruté poco, ansioso por terminarlo y pasar a cosas más serias que comer, hahahah. Mis dos amantes no pararon de tocarse y darse besitos en la boca, mientras se daban uno al otro cucharadas de postre, una escena repugnante de telenovela. Se morreaban con la boca llena de dulce, un asco!
Esteban le desprendió la camisa a mi mujer, con lo que se le veían chispazos de teta cuando movía los brazos. Aprovechaba tambien para acariciarle las tetas y pellizcarle los pezones, ya bien largos y duros como se le ponen cuando está cachonda.

Por fin terminamos.

- mi amor, cuentame que idea tienes para seguir, y no me digas que es tomar un café! - pregunté, entusiasmado por seguir.
- no, no, te va a encantar. Quiero que vayas a casa, te quites la ropa y te exhibas en la cocina en tanga de mujer mientras te miramos desde acá, y nos contemos uno al otro lo que se ve, no estaría bueno? Haznos ese favor, si? Si quieres te puedes hacer una paja mientras y nos muestras tu polla mientras nos miras.
- y uds van a hacer algo, tambien?
- no sé, tal vez, que dices Esteban? Hacemos algo para que el cornudo vea?
 
Cuando salí de departamento de Esteban ya estaban otra vez enrollándose. Se besaban y parecía que faltaban manos para todo lo que se querían tocar, las manos de él estaban a la vez en las tetas, el culo, los muslos, y ella recorría la polla, la espalda, el culo. La falda estaba en la cintura y la otra mano le apretaba la nalga desnuda, expuesta por la brevísima tanga que se había puesto.

Con esa imagen fui a mi casa. Me desnude en la entrada y fui a la cocina en tanga, como me pidió mi mujer.
Encendí las luces y corrí las cortinas, para la máxima exposición posible.

Luego miré hacia lo de Esteban.
Estaban los dos en la ventana. Mi mujer delante de el, en tetas, ya sin camisa. Sonriente, me saludó con su mano.

Él estaba parado detrás de ella y miraba por encima de su hombro, mientras acariciaba sus tetas, como dije, pequeñas, pero muy bien formadas y con largos pezones muy sensibles.
Seguro que se los pellizcaba fuerte con lo que aquella estaría gimiendo bajito, gozando.

Saque afuera mi polla, muy dura, y se las mostré, orgulloso de mi erección. Me masturbe despacio, disfrutando exponerme y mirar la escena que me regalaban.

Sabía que me humillaban al hacerme hacer esto, pero me gustaba, y mucho.

Ambos me estaban haciendo cornudo una vez más. Me reí pensando que esto valía doble! Mi mujer y mi hombre me eran infieles a la vez!
Eran 4 cuernos? Hajaja
 
Se giraron en la ventana. Por mi perspectiva, de abajo hacia arriba yo sólo los veía de la cintura hacia arriba. Ellos a mí me veían totalmente.

Se pusieron frente a frente, para que los viera en la ventana.

Ambos estaban desnudos de la cintura hacia arriba, por lo menos. Más abajo no los veía.
Se besaron, se volvieron a mirar, muy cerca ambas caras, entreabrieron sus bocas y se acercaron, despacio, hasta que sus labios se encontraron. Entonces se comieron, bocas abiertas, hambrientas, lengas buscándose, explorándose, ansiosas de encontrar al otro.
Mi mujer soltó una mano, la levantó en la ventana y me hizo la seña de los cuernos, dos veces, hahahaha!, -pensó lo mismo que yo!, doble cornudo, hahaha, -después me mostró el dedo del medio y Esteban le dijo algo en el oído, mi mujer asintió y se fueron de la ventana. Los dejé de ver.

No me hicieron ninguna indicación. No sabía qué hacer, si volver con ellos o si preferían estar solos. Tampoco sabía si preferían que los esperara acá o allá. Me vestí y volví a la casa del hombre. La puerta estaba cerrada con llave, no podía entrar.
Volví a mi casa. Me desnudé totalmente, pasé por la cocina, pero no había nadie en la ventana del vecino. Estaba muy cachondo, si me hacía la paja no sabía si iba a poder evitar venirme, y todavía no quería hacerlo.
Pero también saber que mi mujer y mi hombre estaban seguramente folllando y que querían estar solos me excitaba enormemente. Cómo me gustaría verlos!
 
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