La Abuela

calvason

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13 Ago 2023
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MADRID
Una historia cualquiera entre un nieto y su abuela en España. .
Esta historia comienza en un pueblo de la España interior, Juan era un chaval adolescente, sin ninguna experiencia en el tema sexual excepto los típicos comentarios entre amigos y observar como su amigas se iban transformando en mujeres.

Juan no tenía nada de especial, era demasiado normal en todo y no destacaba en nada, esto hacía que no fuera popular y que su éxito con las mujeres fuera nulo. Sin embargo la vida de Juan era muy buena, familia acomodada y muchos amigos, en especial en el pueblo de su madre.

Por eso y desde que tenía uso de razón Juan había pasado mucho tiempo en el pueblo, aunque no vivía allí prácticamente iba todos los fines de semana y en vacaciones. La casa del pueblo era de su abuela, una casa grande de una planta y con un jardín muy grande con pozo y piscina. Juan se quedaba muchas veces con su abuela, los dos padres trabajaban y prefería estar en el pueblo que sólo en su casa.

La historia comienza un verano en el despertar sexual de Juan, era finales de junio y como hacía desde que recordaba se encontraba sólo con su abuela; Eva una mujer viuda de 65 años, Eva no tenía nada de especial era como cualquier otra abuela, o al menos eso había pensado siempre Juan. Esa mañana la abuela le despertó como siempre, serían las 9 de la mañana pero ya hacía mucho calor, se levantó y fue a desayunar a la cocina, Eva le había preparado la leche como a el le gustaba, pero ese día Juan se sorprendió mirando algo en lo que nunca se había fijado.

Eva como siempre hacía cuando se levantaba estaba en camisón, era un camisón fino de verano, como siempre había hecho al sentarse Juan le echó el Colacao en la leche. Fue la primera vez que Juan se fijó, al agacharse asomaron dos tetas enormes y blancas que resaltaban con la piel morena de la cara y los brazos, aquella visión le puso muy nervioso, aunque no se las vio por completo nunca había estado tan cerca de las tetas de una mujer y nunca había visto «tanto».

Sin poderlo evitar tuvo una erección, cosas de la edad, empezó a fijarse en su abuela como nunca lo había hecho; Eva medía 1,60 cm y era una mujer de caderas anchas y culo grande, también de tetas grandes, a Juan le parecieron descomunales por la poca experiencia que tenía. No sabía que le estaba pasando, no podía dejar de mirar las tetas de su abuela, por primera vez se dio cuenta de que su abuela recién levantada no llevaba ropa interior.

Empezó a subirle un calor que notaba hasta en la cara, el corazón le latía a mil y su polla había cobrado vida propia, Juan dormía sólo con un calzoncillo y el pantalón del pijama y sabía que esa ropa no escondería su erección. Cuando acabo de desayunar Eva le dijo que llevara la taza a la pila, donde estaba lavando el resto de los platos, se hizo el remolón hasta que debido a la insistencia de su abuela se tuvo que levantar, entonces pasó lo que Juan había estado temiendo.

Eva se dio cuenta de la erección de su nieto en cuanto este se levantó, para ella fue una sorpresa, «su niño chiquitito estaba empalmado». Al principio se quedó perpleja, cosas de la edad se dijo, cuando Juan se acercó no pudo evitar mirarle el bulto «bendita juventud» pensó para si misma. Su nieto dejo la taza y salió corriendo de la cocina.

Juan salió disparado al baño, se había dado cuenta de que su abuela le había visto empalmado y estaba a punto de correrse sin ni siquiera haberse tocado, se bajo los calzoncillos el pijama y apenas agarró su polla se corrió, no se le iba de la vista la imagen de las tetas y del culo de su abuela. Empezó a pensar, su abuela siempre estaba así por las mañanas, pero era la primera vez que el era consciente.

A Eva aquello le pilló de improviso, su nieto, su niño estaba completamente empalmado, mientras recogía no se le iba la imagen de la cabeza, llevaba muchos años sin ver una erección, aunque fuera dentro de unos pantalones. Entonces se le ocurrió algo ¿Donde ha ido Juan tan corriendo? Salió de la cocina y por instinto fue al baño que siempre utilizaba su nieto, sin saber porque abrió la puerta.

A Juan no se le iba de la cabeza la imagen de las tetas de su abuela, a pesar de haberse corrido seguía empalmado y el se agarraba la polla para hacerse una paja, estaba de pie con una mano en la pared y con la otra estaba empezando a meneármela cuando se abrió la puerta del baño. No pudo reaccionar su abuela estaba en la puerta con los ojos muy abiertos, se le abrió hasta la boca, Juan tenía los calzoncillos y los pantalones por los tobillos, se puso tan nervioso que le costó subírselos mientras su polla golpeaba su ombligo. Fueron segundos pero a ambos se les hicieron eternos.

Juan protestó con un «abueeelaaa», pero Eva ni lo oyó llevaba años sin ver una polla empalmada «que maravilla» pensó, pero automáticamente se dijo «¿ Como puedo pensar eso? Es tu nieto por Dios «.

-CONTINUARA-
 
Sigo con la historia de Juan y su abuela.
Eva fue a comprar al pueblo, Juan seguramente estaría con sus amigos, no se podía quitar la imagen de su polla empalmada, llevaba horas con esa imagen en la mente ¿Como se iba a confesar de aquello? Jamás podría confesarse otra vez con el señor Antonio.

Al llegar la comida la tensión era patente, ninguno se atrevía a hablar. Como siempre Eva se había quitado la ropa de calle y se había puesto una bata de verano con la que hacía las tareas de la casa, al servirle la comida se agachó para echarle el gazpacho en el plato y entonces vio como Juan la miraba el escote. De pronto sintió algo que llevaba muchos años dormido….Excitación.

Juan había pasado toda la mañana con sus amigos jugando al futbol y después en la piscina de Paco su mejor amigo, se le había pasado la mañana volando pero ahora a solas con su abuela se le volvió a la cabeza la imagen de sus tetas y luego la escena del baño, y la cara de su abuela, no sabía que le pasaba pero al recordar se le empezó a poner dura otra vez «al final no me pude pajear, es normal», pensó. Se le iban los ojos al escote de su abuela esta vez no vio nada sólo el sujetador, era enorme lo había visto tendido muchas veces, ahora entendía el tamaño.

Apenas hablaron en la comida, Eva estaba empezando a tener remordimientos, era una mujer religiosa y desde que murió su marido no había pensado en sexo, no se había fijado en otros hombres, ahora no se le iba de la cabeza la polla de su nieto, ni recordaba cuando había visto una erección de esa manera. Encima veía como cada vez que se agachaba Juan le miraba el escote y eso la ponía nerviosa ¿Como se va a fijar un chaval en una anciana?

Cuando acabaron de comer Eva le dijo que le ayudara a recoger la mesa y al levantarse ahí estaba otra vez, Juan estaba empalmado de nuevo, con la diferencia de que ahora llevaba puesto un bañador azul y se notaba una mancha oscura de liquido preseminal. No pudo evitar quedarse mirando, Juan se percató de la mancha en ese momento e intentó disculparse, su abuela le dijo que no importaba que era normal para su edad.

Cuando acabaron de recoger cada uno se fue a su habitación, a Juan no se le había bajado la erección ya sabía que o se pajeaba o se podía tirar así horas, así que se bajo el bañador y comenzó a masturbarse, por primera vez en su vida se hizo una paja pensando en su abuela ¿como serían sus tetas? ¿Y su culo? se sorprendió de correrse tan rápido, le gustaba disfrutar más antes de eyacular, pero se sorprendió de lo excitado que estaba.

Eva se tumbo en la cama, notaba el calor en su sexo, hacía muchos años que no sentía algo así, comenzó a tocarse por encima de las bragas, enseguida se las quitó y empezó a tocarse los labios primero y luego el clitorix, se sorprendió de notarse húmeda, entonces se le vino a la cabeza la imagen de la polla de su nieto, no se la podía quitar ¿Se habrá excitado conmigo? ¿como puede ser? Siguió acariciandose con mas fuerza, empezó a jadear y a Gemir hasta que llegó el orgasmo y se le escapó un grito. «Dios mío ni me acordaba» dijo en voz alta.

No se creía lo que acababa de hacer, lo peor es que lejos de sentir remordimiento se encontraba eufórica, se sentía rejuvenecer, se quitó la bata y el sujetador y se miro desnuda delante del espejo, tenía las tetas bastante grandes, el coño peludo y con canas aunque de siempre se lo había recortado con tijeras, el culo grande pero todavía duro pensó, igual que las piernas, no tenía el cuerpo de una veinteañera pero todavía estaba dura. Lo que menos le gustaba era la tripa, a pesar de que no era demasiado grande le estropeaba lo demás, «a la mierda» pensó «que sea lo que dios quiera». Se puso la bata sin nada debajo y se desabrochó un botón de arriba y de abajo; «lo que se coman los gusanos que lo disfruten los cristianos» y salió de su cuarto.

Juan se limpio el semen de su tripa y de su pecho, hacía poco más de un año que había empezado a pajearse y esta era la primera vez que había pensado en un familiar al hacerlo, se quedó pensando es extraño había oido a amigos hablar de ello pero siempre con madres, hermanas o tías ¿pero con su abuela? ¿A quien se lo iba a contar? se iban a reír de el «soy un bicho raro» pensó mientras salía de su habitación.

Juan había quedado con sus amigos por la tarde, pero antes de irse siempre se tomaba agua con limón que le preparaba su abuela, cuando entro en la cocina Eva estaba acabando de prepararlo «siéntate que áhora te lo echo» dijo, Juan se sentó Eva le puso el vaso y al agacharse, los ojos de Juan casi se salen de sus orbitas «Dios mío que tetas tiene mi abuela».

Eva nunca se había desabrochado «ese botón» al agacharse la fuerza de la gravedad hizo su trabajo y el efecto fue bestial, si no se las hubiera agarrado se le habrían salido por completo y ahí estaba su nieto con los ojos de lobo y la boca abierta, extrañamente se sentía pletórica el efecto era mejor de lo que se había imaginado, ahora si sabía que su nieto la devoraba con la mirada.

-CONTINUARÁ-
 
Sigo con la historia de Juan y su abuela ¿A alguno le trae recuerdos?.
De pronto a Juan se le quitaron las ganas de quedar con los amigos, «hace mucho calor, mejor me doy un baño en la piscina». Con 65 años Eva sabía el cambio de interés de su nieto, se encontraba eufórica, no se lo podía creer nunca había sentido algo así, su vida había sido de lo más normal y hasta aburrida, ni siquiera en su juventud había hecho algo atrevido, se casó con 20 años con el novio de siempre y después de 35 años se quedó viuda.
Juan nadaba y chapoteaba en la piscina, Eva se puso a quitar hierbas en el jardín, a pesar del calor no quería dejar pasar la oportunidad «te vas a hinchar mi niño vas a ver teta de la abuela hasta que te canses» se sorprendió de la malicia con que lo pensó. Juan enseguida se dio cuenta, sólo se le veía la cabeza pero no dejaba de mirar a su abuela, había dejado de nadar y a Eva le recordó a los cocodrilos acechando a su presa «creo que estoy humedeciendo» se sorprendió de su propia reacción.
Juan no se podía creer lo que estaba viendo, ni en sus mejores sueños habría imaginado eso, prácticamente a su abuela se le salían las tetas cada vez que se agachaba a arrancar hierbas, no supo el tiempo que pasó hasta que oyó a su abuela «niño sal de la piscina que llevas mucho tiempo». Obedeció y al salir el bañador mojado se le pegaba al cuerpo, otra vez estaba completamente empalmado y no dejaba lugar a la imaginación. Esta vez vio a su abuela mirarle detenidamente, no se lo podía creer, empezó a sentirse incomodo, su abuela no decía nada y el de pié sin saber que hacer, de pronto Eva dijo «coge la toalla que te vas a quedar frio». Juan obedeció y se la echó por encima, se dio cuenta de que no se le bajaba el empalme y empezó a ser embarazoso.
Eva se dio cuenta y a pesar de que no le apetecía se metió en casa, se notaba caliente, la cara. el pecho y lo que mas la sorprendía es que por primera vez en muchos años tenía los pezones erectos. «Que calentura por Dios» se dijo en voz alta, «este niño me va a matar». Al poco rato entro Juan, seguía empalmado, «Madre mía que vitalidad» Eva, se sorprendió así misma no podía dejar de mirarle. Juan estaba igual de sorprendido de la actitud de su abuela «joder mi abuela no deja de mirarme la polla no me lo puedo creer», el pensar eso le puso más caliente todavía se fue al baño y dejo la puerta entreabierta, no sabía bien porque lo hizo, se quitó el bañador mojado y entonces vio a su abuela en la puerta.
Eva se sorprendió así misma siguiendo a su nieto, no sabía como podía estar haciendo eso, «si la gente se enterara…» como puedo estar haciendo esto. Los remordimientos y el miedo pudieron y se fue, Juan se quedó sorprendido y sin saber que hacer se cambió y salió del baño.
El resto de la tarde y la noche hubo mucha tensión, casi no hablaron en la cena hasta que Eva dijo que se iba a cambiar, Eva se fue a su habitación e hizo lo que jamas pensó que haría, dejo la puerta entreabierta, no sabía por que lo hacía pero no pudo evitarlo, a los segundos pasó lo que sería que iba a pasar, Juan estaba en la puerta mirando, entonces la dio vergüenza pensó «estoy vieja y gorda le voy a dar asco» pero al mirarle se dio cuenta de su equivocación, ya no le miraba las tetas, le estaba mirando directamente el coño.
Juan no se lo podía creer cuando su abuela le dijo que se iba a cambiar parecía una invitación, se levantó y la siguió. Era la primera vez que veía una mujer desnuda, no se podía creer lo que estaba viendo, no era un cuerpo bonito como el de sus amigas en biquini, pero era la primera vez que veía un coño, tenía muchos pelos aunque cortos, se sorprendió de que era casi todo blanco, su abuela tenía el pelo negro, lo que mas le sorprendió fueron sus labios, no se imaginaba que un coño fuera tan grande.
Eva se sorprendió así misma cuando le pregunto ¿Habías visto antes a una mujer desnuda?, mas le sorprendió su respuesta » si a mama aunque ella no tiene pelos».» Ya soy una vieja y soy fea es normal que no te guste». Juan no contestó pero el bulto en los pantalones habló por el.
 
La historia entre Juan y su abuela continua y cada vez se va poniendo más caliente..
La situación no podía ser mas comprometida, ninguno de los dos se movía, Eva se sentía excitada como hacía años que no la pasaba, sentía su desnudez y la erección de su nieto y a pesar de que en su interior algo la decía que no debería estar haciendo eso, estaba disfrutando como ni recordaba.
Juan no se creía que estuviera viendo a una mujer completamente desnuda, que fuera su abuela no hacía mas que aumentar su excitación, después del bloqueo empezó a pensar
-He visto a mi madre y a mi abuela, soy un tío con suerte, jode nadie me va a creer cuando lo cuente.
Eva no paraba de mirar el bulto de su nieto, aquello era lo que más le gustaba
– A pesar de mi edad un adolescente se excita con mi cuerpo, no debo estar tan mal después de todo, madre de mi vida me esta comiendo con los ojos.
Los dos ni sabían el tiempo que estuvieron mirándose el uno al otro, Juan no paraba de soltar liquido preseminal, hasta el punto de que ya estaba traspasando el bañador que llevaba, la mancha era más que evidente y Eva no podía de dejar de mirarla. Fuera de sí se acerco a su nieto y sin ni siquiera mirarle le bajo el bañador de un tirón. Hay estaba otra vez no recordaba una erección igual, en ese momento le pareció la polla más bonita que había visto en su vida, sin saber como la agarró y empezó a masturbar a su nieto, podía sentir su corazón no sólo en su pecho sino en su sien, el calor le subía hasta la cara no recordó una excitación igual.
Juan se quedó paralizado, hasta que sintió las sacudidas de su abuela, antes casi de que pudiera pensar empezó a sentir oleadas de placer y sin poder controlarse empezó a eyacular.
Eva casi no era consciente de lo que estaba haciendo hasta que sintió las contracciones de la polla de su nieto, se sorprendió del chorro de semen que salió disparado hacia su cara, dio un respingo, pero al ver que la erección de su nieto no bajaba siguió masturbándole con más fuerza, el semen de su nieto le manchaba la mano y ya observaba como se estaba formando la espumilla blanca. El olor la volvía loca, en ese momento creyó sentir su vagina húmeda, no se lo podía creer era algo que pensaba que nunca volvería a sentir.
Juan no podía ni pensar a pesar de correrse su abuela seguía pajeándole, el placer ahora era casi insoportable, se le empezaron a doblar las piernas y se tuvo que sujetar en el quicio de la puerta, sin darse cuenta estaba jadeando y gimiendo, de pronto otra nueva descarga volvió a golpear a su abuela, aunque en menor cantidad.
Estaba desnuda, y con la cara las tetas y la mano derecha llena de semen de su nieto y más excitada de lo que recordaba haber estado en su vida, no sabía muy bien que hacer, así que paso al lado de su nieto, frotándole las tetas en el brazo al pasar, entonces se percató de que tenía los pezones erectos, se fue al baño que estaba enfrente de la habitación y comenzó a lavarse, la excitación no se iba murándose al espejo mientras se lavaba no se percató de que Juan estaba al lado suyo, no dejaba de mirarle las enormes tetas, las palabras le salieron de su boca sin ni siquiera pensarlo.
-¿Quieres tocarlas?
Juan ni siquiera contestó, antes de que su abuela se girara ya le estaba tocando una teta, estaba caliente, era blanda y suave, entonces vio el pezon en punta y al tocarlo se sorprendió de que estuviera duro, estaba extasiado con la visión, cuando su abuela le cogió la otra mano y se la llevo a la otra teta. Su abuela tenía una cara rara, nunca la había visto así, sentía su respiración se hacía cada vez más profunda y tenía los ojos cerrados, entonces se fijó que su abuela tenía una mano entre las piernas mientras que con la otra le hacía acariciarle las tetas.
Eva estaba fuera de sí, hacía tantos años que no sentía ese placer, ni siquiera pensaba en Juan, sólo en el placer que sentía, acariciaba su clitorix y sentía la humedad en su vagina, perdió la noción del tiempo abrió los ojos y vio a su nieto con ojos de deseo. Lo inimaginable se le paso por la cabeza, entones como un interruptor su cabeza la sobresaltó.
-¿Que estas haciendo por dios?
Se separo de su nieto que seguía empalmado seguía teniendo su mano en su sexo a pesar del tiempo que había pasado y del placer que había sentido no logró un orgasmo, no sabía que hacer ni como controlar la situación, había traspasado un punto de no retorno y lo peor es que a pesar de que lo intentaba el remordimiento que había sentido durante unos segundo se estaba diluyendo.
 
Que más puede pasar entre Abuela y nieto.
A partir de ese momento no hubo vuelta atrás, ninguno de los dos se arrepintió de lo que pasó aquella tarde, esa noche ni Eva ni Juan pudieron dormir bien, Juan seguía excitado aunque también perplejo, por un lado había sido delicioso, le habían hecho su primera paja y había tocado sus primeras tetas, pero por otro había sido todo muy extraño, con una vieja y encima su abuela, para su sorpresa lo que más le extrañaba era que se sintiera atraído por una vieja.

Eva seguía excitada, en la cena no se le iba de la cabeza lo que acababa de ocurrir, apenas hablaron y ella se fue pronto a la cama, le dolía la cabeza, seguía sintiendo el calor por todo su cuerpo y en especial en su vagina, su nieto se había quedado viendo la tele, casi lo prefería así. Los pensamientos se arremolinaban en su cerebro, lo que más la extrañaba es que no tenía ya ni la mínima pizca de arrepentimiento. Como ya había hecho antes se quitó el camisón y comenzó a tocarse, esta vez ni siquiera cerró la puerta, no se le iba la imagen de la polla de su nieto, ni del olor de su semen, sentía cada vez más placer pero el orgasmo no llegaba, estaba demasiado nerviosa.

Juan estaba viendo la tele pero no la estaba haciendo caso, seguía empalmado y no se le iba de la cabeza su abuela.

-Joder si es una vieja, pero que tetas madre mía y que culazo buff joder aunque lo cuente nadie me va a creer ¿que estará haciendo ahora?

Se levantó del sofá y fue a la habitación de su abuela, cuando se acercó vio que la luz estaba apagada pero la puerta abierta, la luz de la farola que había en el jardín estaba encendida, así que cuando se asomó por la puerta se quedó de piedra. Su abuela estaba con una mano frotándose entre las piernas y con la otra se estrujaba una teta, lo había visto en los wassap que se mandaba con los amigos, así que ya sabía lo que su abuela estaba haciendo.

Eva estaba tan concentrada que en un primer momento no se percató de que Juan estaba en la puerta, llevaba tiempo tocándose pero estaba tan nerviosa que no conseguía llegar al orgasmo, de pronto un movimiento la sobresaltó. En la puerta estaba su nieto con la boca abierta, Eva estaba tan excitada que no podía dejar de tocarse su nieto entró en la habitación y se puso a los pies de la cama, Eva paró quitó su mano y abrió las piernas.

A pesar de que la luz estaba apagada la farola del jardín iluminaba lo suficiente para que Juan pudiera observar a su abuela con detalle. Había visto coños antes pero todos estaban rasurados, incluyendo el de su madre y su hermana, también en las fotos y videos que compartía con sus amigos. Le sorprendió los pelos, pero más le sorprendió el tamaño, le pareció enorme, con unos labios supergrandes que se abrieron al mismo tiempo que su abuela abría las piernas, de pronto oyó un – Ven.

Ni se lo pensó se bajó el pijama y los calzoncillos completamente empalmado y se tiró encima de su abuela, dirigió su polla al coño de su abuela y lo intentó meter, extrañamente no podía, cuando estaba intentando meterla oyó a su abuela decirle tranquilo, le agarró la polla y la llevo a su orificio. Juan empujó con todas sus fuerzas, pero extrañamente le costaba mucho meterla su abuela se quejaba y le decía que despacio pero el no podía hacerlo más despacio, comenzó a apretar mientras su abuela se quejaba de dolor, de pronto se dio cuenta que la tenía metida por completo y empezó a empujar como si estuviera poseído su abuela seguía quejándose y le intentaba frenar las caderas pero era inútil, Juan seguía empujando como un desesperado, de pronto empezó a notar como era más fácil entrar y salir de su abuela, su abuela había dejado de gritar y protestar y ahora la sentía gemir mientras le agarraba el culo, de pronto sintió una oleada de placer y se corrió sin poder evitarlo, se quedó parado fastidiado, pero entonces oyó a su abuela. -No pares, sigue mi niño sigue.

Juan siguió estaba tan excitado que no se le había bajado la empalmada, estaba sudando y jadeando de la excitación y del esfuerzo, su abuela le seguía agarrando el culo mientras sentía como cada vez gemía mas fuerte, cada vez era mas fácil meterla y sacarla de su abuela sentía un placer bestial ademas se daba cuenta que esta vez iba a tardar en correrse, estaba empezando a disfrutar de verdad cuando sintio a su abuela que gritaba- Aahh, Aahhhh, Aaaahhhhh y decía Dios mío Dios mío, aquello sin saber por que le excitó más todavía y siguió entrando y saliendo de su abuela hasta que uno minutos después volvió a correrse, esta vez como nunca antes y se desplomó agotado sobre las tetas de su abuela.

Eva no se podía creer lo que acababa de pasar, se había sorprendido al ver a su nieto en la puerta, pero estaba tan excitada que abrió las piernas por instinto, ni siquiera lo pensó. Al principió había sentido mucho dolor, como si la estuvieran rompiendo por dentro, estuvo a punto de quitarle de de encima, pero de pronto el dolor pasó y comenzó el placer, cada vez más, sintió la primera eyaculación de su nieto y a raíz de hay fue como una explosión, estaba exhausta, extasiada y eufórica, no recordaba un orgasmo así ni con su difunto marido.
 
Buffff magnifico relato de un tema no muy común, he de reconocer que ha sido muy excitante leerlo y he terminado con un erección, no porque pensara en mi abuela, pero si en mi vecina que tendrá unos 70 años y la descripción de Eva encaja perfectamente con ella..
Te animo a que sigas con el relato, estoy deseando leer más.

Enhorabuena
 
Esta historia en parte esta basada en hechos reales. Juan soy yo y Eva es mi abuela, aunque obviamente no me la follé si que tuve una relación muy cercana con ella, la vi desnuda muchas veces y tengo que reconocer que me gustaban mucho sus tetas, pero ahí se acaba todo. Ella sabía que me gustaban y se reía y decía toma teta q t la dá abuela. Los camisones son de verdad, no solo yo la disfrutaba jejeje a mi padre se le iban los ojos cuando se agachaba y prácticamente se le salían.
Hasta ahí lo real, todo lo demás fruto d mi mente calenturienta, el incesto ha sido parte de mi desde niño, creo que he deseado a todas las mujeres de mi familia.
 
Esta historia en parte esta basada en hechos reales. Juan soy yo y Eva es mi abuela, aunque obviamente no me la follé si que tuve una relación muy cercana con ella, la vi desnuda muchas veces y tengo que reconocer que me gustaban mucho sus tetas, pero ahí se acaba todo. Ella sabía que me gustaban y se reía y decía toma teta q t la dá abuela. Los camisones son de verdad, no solo yo la disfrutaba jejeje a mi padre se le iban los ojos cuando se agachaba y prácticamente se le salían.
Hasta ahí lo real, todo lo demás fruto d mi mente calenturienta, el incesto ha sido parte de mi desde niño, creo que he deseado a todas las mujeres de mi familia.
Hola,
¿Era madre de tu padre o de tu madre?
Yo también le miró todas las veces que puedo a mí suegra e incluso, cuando me da dos besos para saludar, pongo la mano entre entre su teta y mi cuerpo. Todas las veces, con su marido, su hija o alguna de mis hijas a menos de 50 CMS.
 
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