La buena Jefa

Pues no se donde ves tu un ataque del autor.
Y si lo ves, también entiendo que ves un ataque en el comentario a un personaje, un supuesto personaje que podría ser yo, ya que es un relato en primera persona.
Y resulta que los autores no podemos responder a esos ataques y los demás pueden como en este caso, juzgar y desear lo pero a mi persona??
Está claro que a ti lo que más te gusta, incluso más que escribir, es discutir 😂😂
 
Pues no se donde ves tu un ataque del autor.
Y si lo ves, también entiendo que ves un ataque en el comentario a un personaje, un supuesto personaje que podría ser yo, ya que es un relato en primera persona.
Y resulta que los autores no podemos responder a esos ataques y los demás pueden como en este caso, juzgar y desear lo pero a mi persona??
Le dices a un lector que no sabe distinguir ficción de realidad.

Y lo de atacar a los personajes es totalmente normal, así esté en primera persona. Si el autor no aclara que es autobiográfica, es normal tomarlo como ficción. Más aún si el seudónimo no coincide con el género del personaje.

Hay muchas historias contadas en primera persona, incluso asesinos o de lo peor del ser humano, también de no humanos.

Acaso por eso yo voy a pensar "Es un monstruo extraterrestre malvado que vuela y escupe ácido, pero no voy a decirle nada porque está contado en primera persona, uno nunca sabe"? 🤓

jajajaja, que hablen que hablen, aunque sea para criticar jajaja
La idea es hablar sobre lo que pasa en la historia, y no sobre ti, o no?
 
Le dices a un lector que no sabe distinguir ficción de realidad.

Y lo de atacar a los personajes es totalmente normal, así esté en primera persona. Si el autor no aclara que es autobiográfica, es normal tomarlo como ficción. Más aún si el seudónimo no coincide con el género del personaje.

Hay muchas historias contadas en primera persona, incluso asesinos o de lo peor del ser humano, también de no humanos.

Acaso por eso yo voy a pensar "Es un monstruo extraterrestre malvado que vuela y escupe ácido, pero no voy a decirle nada porque está contado en primera persona, uno nunca sabe"? 🤓


La idea es hablar sobre lo que pasa en la historia, y no sobre ti, o no?
Habla de lo que quiereas
 
Tengo 50 años, me llamo Marta.

Llevo más de 29 años casada, con 2 hijos mayores, 19 y 24.
Mi relación con Mario, mi marido, es excelente, pero con el paso de los años nuestra actividad sexual se ha ido deteriorando. No es que hayamos sido unos innovadores en el sexo, pero manteníamos nuestra actividad, veíamos porno juntos, hacíamos juegos, me vestía con lencería para él, en alguna ocasión lo hicimos en el ascensor de nuestro bloque (creo que eso fue lo más fuera de lo corriente que hicimos)

Aunque teníamos sexo oral, casi nunca conseguí que se corriera en mi boca, curiosamente a él no le gustaba, y tampoco le decía que del porno que veía lo que más me gustaba es ver como esas actrices devoraban pollas y las llenaban de leche la cara y boca.

Por el culo lo hicimos en alguna ocasión, pero sinceramente no se si es que no estaba lo suficiente excitada o qué, pero no lo disfrutaba, por lo tanto, no lo practicamos a menudo. Creo que ya hace más de 5 años que no me da por el culo, y el tampoco parece necesitarlo.

Como digo, llevamos una vida muy normal, nos queremos, aunque en el sexo llevemos tiempo sin complementarnos.

Ayer mismo follamos (Hacia ya un mes que no lo hacíamos) desde primeros de año.

Trabajo en un departamento comercial de una empresa, soy digamos un poco jefa.
A mi edad me cuido lo suficiente para no parecer demasiado estropeada.
Pelo rizado media melena, morena, ojos negros, pechos no demasiado grandes, pero tampoco pequeños, soy bajita, y no estoy ni flaca ni delgada, cuando me miro en el espejo desnuda, yo creo que muchas de mi edad tendrían envidia de mí.
Lógicamente, con la edad todo se va cayendo, jaja, mi culo, aunque hermoso, no es lo que era.

Esto que voy a contar, sucedió estas navidades, en la cena de empresa.

Al ser una corporación muy grande, preparamos un catering en nuestro edificio, 6 plantas.
Como casi todos, ese día nos vestimos de forma especial, aunque suelo ir arreglada al trabajo, debido a mi responsabilidad, ese día me sentía muy sexy.

Decidí ponerme unas medias que compre para estrenar ese día, negras con dibujitos de corazones, y con una blonda ancha para ajustar al muslo, saque el liguero que en alguna ocasión me había puesto con Marcos, y un tanga negro que hacía juego con el mismo.
Un sujetador que me resaltaba el pecho (negro) con unas tiras decorativas.
Me mire en el espejo así vestida y me invadió una sensación de tristeza al pensar que era una pena que mi marido no pudiera verme así, ese conjunto era para lucirlo, y me quedaba muy provocador. Seguramente, que cuando llegase de la cena, Mario estaría ya en el séptimo sueño.

Elegí unos zapatos de charol rojo que tengo, con un buen tacón, que me levantaba más el culo, y un vestido gris con detales rojo, los tirantes eran unas cadenitas de color dorado, y el escote, aunque no pronunciado, sí que era más sugerente que lo que me pongo a diario, pero qué demonios, es la cena de empresa.

Cuando que quité el abrigo en la sala de reuniones donde nos habíamos concentrado los empleados, desperté algunas miradas de admiración, y eso me gusto, me hizo sentir muy bien.

Alberto es un becario que lleva con nosotros un tiempo, está a mi cargo. Tiene 28 años, pelo corto, moreno y con la barba de 3 días como se lleva ahora. Diría que es atractivo, pero nunca me había fijado en el hasta esa noche. Lucia unos vaqueros desteñidos y una camisa blanca. Tiene cuerpo trabajado en el gym, de eso estoy segura.

La cena era tipo informal, y poco a poco se fue animando, y yo también, con el vino y alguna copa que tome luego, me sentía muy risueña.
Se me empezó a pasar por la cabaza que pasaría si Alberto pudiera disfrutar de mi conjunto de lencería. Lo cierto es que él estaba siempre muy pendiente de mí, y yo siempre creía que era peloteo, al ser su jefa.
Esa noche me lanzo varios piropos, al principio inofensivos, pero la verdad es que yo le empecé a dar pie que subiera un poco el listón.
Una de las veces se atrevió a decirme que seguro que mi marido estaría ansioso de que volviese a casa. Dando a entender lo guapa que estaba y para que lógicamente, pusiera disfrutar de mi cuerpo.
Yo le reía las gracias, y cada vez íbamos más lanzados. Se me ocurrió decirle que, si le gustaba por fuera, no se podría imaginar lo que llevaba debajo del vestido.
Yo creo que hasta se le puso algo dura, no pude evitar mirar el bulto de su pantalón.
-Eso tiene fácil remedio- me dijo acercado peligrosamente su boca a mi cuello, con un susurro que ya denotaba lo que podía pasar si le seguí el juego.
Mi lógica de mujer casada, de ejecutiva de la empresa y además de su jefa me decía que debía cortar con eso de forma inmediata, pero estaba muy excitada, y haca tiempo que nadie me adulaba de esa manera, me sentía deseada, quería que me follara como una puta, que me hiciera suya.

-Pues seguramente que el remedio es más fácil de lo que piensas-me descubrí diciéndole en la misma manera, acercando mi boca a su oreja, y deslizando sutilmente mi dorso de la mano por su entrepierna como de forma accidental.

Después me di la vuelta, y camine hacia la salida de la sala, el muy tonto se quedó pasmado allí de pie, hasta que gire la cabeza para mirarle como en modo señal para que me siguiera.

Mi despacho tiene unos ventanales enormes que dan a la Castellana, con unos estores que estaba bajados, pero dejaba entrar la luz de las farolas de la calle, el suelo es de moqueta, y además de un pequeño sofá, tengo mi mesa con mi butaca, y 2 sillas delante.

Entre dejando la puerta abierta, y en un minuto entro Alberto. Se quedo parado en el quicio de la puerta, sin saber si seguir o no.
Yo estaba de espaldas a los ventanales, mirando hacia la puerta, y despacio baje un tirante de mi vestido, el dio un paso adelante, luego baje el otro tirante, y mi vestido se deslizo por mis caderas para caer a mis pies.
Alberto cerró la puerta y se acercó despacio. Me beso el cuello, un mano agarro mi culo, la otra jugaba con mi pelo, y su boca iba subiendo por mi cuello hasta llegar a mi boca, yo no dejaba de jadear, estaba deseando hacer todo lo que hacía tiempo no hacía con Marcos.

Su lengua se enredó con la mía, yo le besaba con desesperación, mientras le abría la camisa, luego le bese el cuello, el pecho y fui bajando hasta caer de rodillas con mi cabeza frente a su cintura, seguí besando su cuerpo, le abrí el pantalón, y lo baje con fuerza dejando su pene erecto frente a mí.
Lo agarré y lo empecé a besar, no lo hice de forma suave, me sentía como una puta, y quería precisamente eso, su polla.
De forma rápida comencé a pasar mi lengua de abajo arriba, por los lados, le escupía como había visto en las películas porno, lo restregaba por mi cara, hasta que me la metí en la boca, la chupe con desesperación, como si me fueran a quitar ese manjar, mire su cara y vi como estaba sonriendo, como diciendo…vaya con la puta de la jefa.
Todo fue muy rápido, me cogió de los brazos, me incorporo y con las tijeras que había en mi mesa corto mi tanga, dejando mi sexo completamente depilado (me hago el láser) metió la mano y descubrió lo mojada que estaba, no dijo nada, me dio la vuelta con violencia, me apoyo contra mi mesa, y empezó a jugar con su polla sobre mi culo.
Su polla recorría la raja de mi culo, que, con el líquido, luego de un empujón, entro en mi coño, primero pensé en que no se había puesto condón, pero el placer fue superior a la prudencia, y esto lo digo en todos los sentidos.
Yo creo que me corrí enseguida, jadeaba como una zorra, y el me agarraba del pelo, me besaba el cuello, me decía si me gustaba, me decía que era una zorra, me decía que estaba desando follarme, que se iba a correr en mi boca, que era una cerda. Me decía eso, y mucho más, pero la verdad es que no recuerdo muy bien, yo estaba completamente entregada a ese chico joven, ser su jefa creo que me excitaba aún más.
En eso sonó su teléfono móvil, y aunque quise parar, en me sujeto y seguí embistiendo mientras contesto.
Por la conversación deduje que eran amigos con los que parecía que había quedado para luego.
-Si tíos, aquí estoy en la fiesta, ya sabes, que tengo que quedar bien con mi jefa, si si, la que te dije que tiene pinta de muy zorra, y además hoy ha venido con un vestido super provocador, jaja-decía mientras seguía follándome-si veis que no llego es que me la estoy follando, seguro que esa quiere un jovencito que la de caña de verdad-continuaba diciéndoles a sus amigos. Hablaba de mí, y había hablado de mí ya con sus amigos, eso quería decir que se había planteado alguna vez tener algo conmigo, o solo fueron fantasías-bueno os dejo, que tengo que seguir siendo amable con mi jefa.

Luego acerco su cabeza a mi nuca, y me dijo.
-Quiero que me pidas que me corra en tu boca zorra
-Si, córrete en mi boca, quiero chuparte la polla y sacarte la leche

Se saco la polla y yo rápidamente me di la vuelta y me arrodillé para meterme su polla en la boca, no hizo falta mucho para que explotara.
Con un mano agarraba mi cabeza, acompañando el ritmo de sus envistes, la otra mano no me pare a pensar en ese momento donde la tenía.
estaba concentrado en su polla, en saborear su leche, en que recorriera toda mi cara.
-Te gusta zorra, dime si te gusta, dime que eres la más puta de la empresa-su polla entraba y salía, haciendo el típico ruido gutural, mezcla de fluidos, mezcla de mis jadeos de placer
-Si, soy la más zorra de ************ (aquí dije el nombre de la empresa)- le dije sacado la polla para volver a engullirla otra vez-me encanta tu polla, quiero que te corras en mi cara de puta
Alberto empezó a jadear y note como su polla se hinchaba, y bombeaba masa rápido, muestra inequívoca de lo que estaba por llegar.
Saco la polla y el primer chorro me salto en la cara y mejilla derecha, el segundo cayo en mis labios y lengua que saque, luego metió la polla dentro y siguió soltando leche, que yo intentaba tragar lo más rápido posible para no atragantarme, pero el líquido me caía por la comisura de los labios.
-Chupa Marta no dejes ni una gota
Y yo seguí chupando, no paraba de soltar leche, mi boca rodeaba completamente su polla y cuando note que dejaba de correrse, seguir chupando, como si me fuera la vida en ello, levante mi mirada para ver cómo estaba él y fui cuando lo vi.
La otra mano sujetaba el móvil con el que había estado grabando mi mamada y quien sabe que más.

-Estoy seguro que harás todo lo posible por que me hagan un buen contrato. ¿verdad "jefa"?

Tuve la sensación que mi vida desde ese momento iba a cambiar bastante
Te animo a que sigas con el siguiente capítulo… el día siguiente en la oficina…
 
El siguiente relato irá en la sección Infedelidades Cornudos

Avisaré aquí cuando esté publicado
 

Continuacion en el hilo Cornudos
 
A mi entender hay mucho que ven en este relato una situación inmoral por la cual la mujer que a su vez es jefa y esta casada debería sufrir un castigo por ser inmoral, pero quien decide lo que es inmoral ?
Yo a esos les diría que dejen de ser unos obtusos, que los ideales religiosos y que se actualicen.

El adulterio solo existe por la religión y solo ésta la castiga ya que todas las anteriores civilizaciones la toleraban. Igual seria bueno entender la procedencia de la palabra adulterio y quizás eso haga un tanto de conciencia sobre las creencias e ideas arcaicas en las que aun viven muchos que se creen moralmente correctos o por encima de..., pero que en una situación similar a la de Alberto se aprovecharían igualmente.

El siguiente texto lo podéis leer en su formato original aquí.
Se conoce como ‘adulterio’ al acto de mantener una relación amorosa o sexual con otra persona fuera del ámbito de la pareja formal (normalmente se aplica el término a las personas casadas).

Etimológicamente proviene del latín ‘adulterium’ y que se aplicaba con el mismo sentido y significado, derivando este vocablo del término ‘adulterāre’ (adulterar) que significaba alterar o falsear algo y que se aplicaba a aquellas cosas que, fraudulentamente, eran modificadas (como el vino, aceite, leche a los que se les echaba agua o harina de trigo que era mezclada con otras de menor calidad).

El hecho de incorporar un elemento que no correspondía a un producto (adulterar) fue lo que propició a que surgiese el término adulterio para referirse a la acción de meter a una tercera persona en una relación de pareja y se conociera como ‘adúltero’ o ‘adúltera’ a quienes lo realizaban.

Aunque no lo refleja no es difícil de adivinar quien introdujo dicho termino como tal.

Creo, pienso y defiendo que una mujer u hombre sea cual sea su estado civil debe ser libre a nivel sexual y sentimental, porque como he dicho muchas veces, somos capaces de amar a muchas personas y no solo a nuestro cónyuge y por eso deberíamos poder tener también sexo con aquellas personas con las cuales nos apetezca y nos sintamos a gusto y tomarlo como si fuese cualquier otra actividad sea ir al cine, tomar unas copas ó hablar por teléfono.

Lo que no me parece muy lógico ni honesto es que alguien use un dispositivo de grabación con un fin incierto y no me vale eso de "Que no hubiera sido infiel ella".
 
Tengo 50 años, me llamo Marta.

Llevo más de 29 años casada, con 2 hijos mayores, 19 y 24.
Mi relación con Mario, mi marido, es excelente, pero con el paso de los años nuestra actividad sexual se ha ido deteriorando. No es que hayamos sido unos innovadores en el sexo, pero manteníamos nuestra actividad, veíamos porno juntos, hacíamos juegos, me vestía con lencería para él, en alguna ocasión lo hicimos en el ascensor de nuestro bloque (creo que eso fue lo más fuera de lo corriente que hicimos)

Aunque teníamos sexo oral, casi nunca conseguí que se corriera en mi boca, curiosamente a él no le gustaba, y tampoco le decía que del porno que veía lo que más me gustaba es ver como esas actrices devoraban pollas y las llenaban de leche la cara y boca.

Por el culo lo hicimos en alguna ocasión, pero sinceramente no se si es que no estaba lo suficiente excitada o qué, pero no lo disfrutaba, por lo tanto, no lo practicamos a menudo. Creo que ya hace más de 5 años que no me da por el culo, y el tampoco parece necesitarlo.

Como digo, llevamos una vida muy normal, nos queremos, aunque en el sexo llevemos tiempo sin complementarnos.

Ayer mismo follamos (Hacia ya un mes que no lo hacíamos) desde primeros de año.

Trabajo en un departamento comercial de una empresa, soy digamos un poco jefa.
A mi edad me cuido lo suficiente para no parecer demasiado estropeada.
Pelo rizado media melena, morena, ojos negros, pechos no demasiado grandes, pero tampoco pequeños, soy bajita, y no estoy ni flaca ni delgada, cuando me miro en el espejo desnuda, yo creo que muchas de mi edad tendrían envidia de mí.
Lógicamente, con la edad todo se va cayendo, jaja, mi culo, aunque hermoso, no es lo que era.

Esto que voy a contar, sucedió estas navidades, en la cena de empresa.

Al ser una corporación muy grande, preparamos un catering en nuestro edificio, 6 plantas.
Como casi todos, ese día nos vestimos de forma especial, aunque suelo ir arreglada al trabajo, debido a mi responsabilidad, ese día me sentía muy sexy.

Decidí ponerme unas medias que compre para estrenar ese día, negras con dibujitos de corazones, y con una blonda ancha para ajustar al muslo, saque el liguero que en alguna ocasión me había puesto con Marcos, y un tanga negro que hacía juego con el mismo.
Un sujetador que me resaltaba el pecho (negro) con unas tiras decorativas.
Me mire en el espejo así vestida y me invadió una sensación de tristeza al pensar que era una pena que mi marido no pudiera verme así, ese conjunto era para lucirlo, y me quedaba muy provocador. Seguramente, que cuando llegase de la cena, Mario estaría ya en el séptimo sueño.

Elegí unos zapatos de charol rojo que tengo, con un buen tacón, que me levantaba más el culo, y un vestido gris con detales rojo, los tirantes eran unas cadenitas de color dorado, y el escote, aunque no pronunciado, sí que era más sugerente que lo que me pongo a diario, pero qué demonios, es la cena de empresa.

Cuando que quité el abrigo en la sala de reuniones donde nos habíamos concentrado los empleados, desperté algunas miradas de admiración, y eso me gusto, me hizo sentir muy bien.

Alberto es un becario que lleva con nosotros un tiempo, está a mi cargo. Tiene 28 años, pelo corto, moreno y con la barba de 3 días como se lleva ahora. Diría que es atractivo, pero nunca me había fijado en el hasta esa noche. Lucia unos vaqueros desteñidos y una camisa blanca. Tiene cuerpo trabajado en el gym, de eso estoy segura.

La cena era tipo informal, y poco a poco se fue animando, y yo también, con el vino y alguna copa que tome luego, me sentía muy risueña.
Se me empezó a pasar por la cabaza que pasaría si Alberto pudiera disfrutar de mi conjunto de lencería. Lo cierto es que él estaba siempre muy pendiente de mí, y yo siempre creía que era peloteo, al ser su jefa.
Esa noche me lanzo varios piropos, al principio inofensivos, pero la verdad es que yo le empecé a dar pie que subiera un poco el listón.
Una de las veces se atrevió a decirme que seguro que mi marido estaría ansioso de que volviese a casa. Dando a entender lo guapa que estaba y para que lógicamente, pusiera disfrutar de mi cuerpo.
Yo le reía las gracias, y cada vez íbamos más lanzados. Se me ocurrió decirle que, si le gustaba por fuera, no se podría imaginar lo que llevaba debajo del vestido.
Yo creo que hasta se le puso algo dura, no pude evitar mirar el bulto de su pantalón.
-Eso tiene fácil remedio- me dijo acercado peligrosamente su boca a mi cuello, con un susurro que ya denotaba lo que podía pasar si le seguí el juego.
Mi lógica de mujer casada, de ejecutiva de la empresa y además de su jefa me decía que debía cortar con eso de forma inmediata, pero estaba muy excitada, y haca tiempo que nadie me adulaba de esa manera, me sentía deseada, quería que me follara como una puta, que me hiciera suya.

-Pues seguramente que el remedio es más fácil de lo que piensas-me descubrí diciéndole en la misma manera, acercando mi boca a su oreja, y deslizando sutilmente mi dorso de la mano por su entrepierna como de forma accidental.

Después me di la vuelta, y camine hacia la salida de la sala, el muy tonto se quedó pasmado allí de pie, hasta que gire la cabeza para mirarle como en modo señal para que me siguiera.

Mi despacho tiene unos ventanales enormes que dan a la Castellana, con unos estores que estaba bajados, pero dejaba entrar la luz de las farolas de la calle, el suelo es de moqueta, y además de un pequeño sofá, tengo mi mesa con mi butaca, y 2 sillas delante.

Entre dejando la puerta abierta, y en un minuto entro Alberto. Se quedo parado en el quicio de la puerta, sin saber si seguir o no.
Yo estaba de espaldas a los ventanales, mirando hacia la puerta, y despacio baje un tirante de mi vestido, el dio un paso adelante, luego baje el otro tirante, y mi vestido se deslizo por mis caderas para caer a mis pies.
Alberto cerró la puerta y se acercó despacio. Me beso el cuello, un mano agarro mi culo, la otra jugaba con mi pelo, y su boca iba subiendo por mi cuello hasta llegar a mi boca, yo no dejaba de jadear, estaba deseando hacer todo lo que hacía tiempo no hacía con Marcos.

Su lengua se enredó con la mía, yo le besaba con desesperación, mientras le abría la camisa, luego le bese el cuello, el pecho y fui bajando hasta caer de rodillas con mi cabeza frente a su cintura, seguí besando su cuerpo, le abrí el pantalón, y lo baje con fuerza dejando su pene erecto frente a mí.
Lo agarré y lo empecé a besar, no lo hice de forma suave, me sentía como una puta, y quería precisamente eso, su polla.
De forma rápida comencé a pasar mi lengua de abajo arriba, por los lados, le escupía como había visto en las películas porno, lo restregaba por mi cara, hasta que me la metí en la boca, la chupe con desesperación, como si me fueran a quitar ese manjar, mire su cara y vi como estaba sonriendo, como diciendo…vaya con la puta de la jefa.
Todo fue muy rápido, me cogió de los brazos, me incorporo y con las tijeras que había en mi mesa corto mi tanga, dejando mi sexo completamente depilado (me hago el láser) metió la mano y descubrió lo mojada que estaba, no dijo nada, me dio la vuelta con violencia, me apoyo contra mi mesa, y empezó a jugar con su polla sobre mi culo.
Su polla recorría la raja de mi culo, que, con el líquido, luego de un empujón, entro en mi coño, primero pensé en que no se había puesto condón, pero el placer fue superior a la prudencia, y esto lo digo en todos los sentidos.
Yo creo que me corrí enseguida, jadeaba como una zorra, y el me agarraba del pelo, me besaba el cuello, me decía si me gustaba, me decía que era una zorra, me decía que estaba desando follarme, que se iba a correr en mi boca, que era una cerda. Me decía eso, y mucho más, pero la verdad es que no recuerdo muy bien, yo estaba completamente entregada a ese chico joven, ser su jefa creo que me excitaba aún más.
En eso sonó su teléfono móvil, y aunque quise parar, en me sujeto y seguí embistiendo mientras contesto.
Por la conversación deduje que eran amigos con los que parecía que había quedado para luego.
-Si tíos, aquí estoy en la fiesta, ya sabes, que tengo que quedar bien con mi jefa, si si, la que te dije que tiene pinta de muy zorra, y además hoy ha venido con un vestido super provocador, jaja-decía mientras seguía follándome-si veis que no llego es que me la estoy follando, seguro que esa quiere un jovencito que la de caña de verdad-continuaba diciéndoles a sus amigos. Hablaba de mí, y había hablado de mí ya con sus amigos, eso quería decir que se había planteado alguna vez tener algo conmigo, o solo fueron fantasías-bueno os dejo, que tengo que seguir siendo amable con mi jefa.

Luego acerco su cabeza a mi nuca, y me dijo.
-Quiero que me pidas que me corra en tu boca zorra
-Si, córrete en mi boca, quiero chuparte la polla y sacarte la leche

Se saco la polla y yo rápidamente me di la vuelta y me arrodillé para meterme su polla en la boca, no hizo falta mucho para que explotara.
Con un mano agarraba mi cabeza, acompañando el ritmo de sus envistes, la otra mano no me pare a pensar en ese momento donde la tenía.
estaba concentrado en su polla, en saborear su leche, en que recorriera toda mi cara.
-Te gusta zorra, dime si te gusta, dime que eres la más puta de la empresa-su polla entraba y salía, haciendo el típico ruido gutural, mezcla de fluidos, mezcla de mis jadeos de placer
-Si, soy la más zorra de ************ (aquí dije el nombre de la empresa)- le dije sacado la polla para volver a engullirla otra vez-me encanta tu polla, quiero que te corras en mi cara de puta
Alberto empezó a jadear y note como su polla se hinchaba, y bombeaba masa rápido, muestra inequívoca de lo que estaba por llegar.
Saco la polla y el primer chorro me salto en la cara y mejilla derecha, el segundo cayo en mis labios y lengua que saque, luego metió la polla dentro y siguió soltando leche, que yo intentaba tragar lo más rápido posible para no atragantarme, pero el líquido me caía por la comisura de los labios.
-Chupa Marta no dejes ni una gota
Y yo seguí chupando, no paraba de soltar leche, mi boca rodeaba completamente su polla y cuando note que dejaba de correrse, seguir chupando, como si me fuera la vida en ello, levante mi mirada para ver cómo estaba él y fui cuando lo vi.
La otra mano sujetaba el móvil con el que había estado grabando mi mamada y quien sabe que más.

-Estoy seguro que harás todo lo posible por que me hagan un buen contrato. ¿verdad "jefa"?

Tuve la sensación que mi vida desde ese momento iba a cambiar bastante
Uffffffffff joder q morbazoooooooo
 
Tengo 50 años, me llamo Marta.

Llevo más de 29 años casada, con 2 hijos mayores, 19 y 24.
Mi relación con Mario, mi marido, es excelente, pero con el paso de los años nuestra actividad sexual se ha ido deteriorando. No es que hayamos sido unos innovadores en el sexo, pero manteníamos nuestra actividad, veíamos porno juntos, hacíamos juegos, me vestía con lencería para él, en alguna ocasión lo hicimos en el ascensor de nuestro bloque (creo que eso fue lo más fuera de lo corriente que hicimos)

Aunque teníamos sexo oral, casi nunca conseguí que se corriera en mi boca, curiosamente a él no le gustaba, y tampoco le decía que del porno que veía lo que más me gustaba es ver como esas actrices devoraban pollas y las llenaban de leche la cara y boca.

Por el culo lo hicimos en alguna ocasión, pero sinceramente no se si es que no estaba lo suficiente excitada o qué, pero no lo disfrutaba, por lo tanto, no lo practicamos a menudo. Creo que ya hace más de 5 años que no me da por el culo, y el tampoco parece necesitarlo.

Como digo, llevamos una vida muy normal, nos queremos, aunque en el sexo llevemos tiempo sin complementarnos.

Ayer mismo follamos (Hacia ya un mes que no lo hacíamos) desde primeros de año.

Trabajo en un departamento comercial de una empresa, soy digamos un poco jefa.
A mi edad me cuido lo suficiente para no parecer demasiado estropeada.
Pelo rizado media melena, morena, ojos negros, pechos no demasiado grandes, pero tampoco pequeños, soy bajita, y no estoy ni flaca ni delgada, cuando me miro en el espejo desnuda, yo creo que muchas de mi edad tendrían envidia de mí.
Lógicamente, con la edad todo se va cayendo, jaja, mi culo, aunque hermoso, no es lo que era.

Esto que voy a contar, sucedió estas navidades, en la cena de empresa.

Al ser una corporación muy grande, preparamos un catering en nuestro edificio, 6 plantas.
Como casi todos, ese día nos vestimos de forma especial, aunque suelo ir arreglada al trabajo, debido a mi responsabilidad, ese día me sentía muy sexy.

Decidí ponerme unas medias que compre para estrenar ese día, negras con dibujitos de corazones, y con una blonda ancha para ajustar al muslo, saque el liguero que en alguna ocasión me había puesto con Marcos, y un tanga negro que hacía juego con el mismo.
Un sujetador que me resaltaba el pecho (negro) con unas tiras decorativas.
Me mire en el espejo así vestida y me invadió una sensación de tristeza al pensar que era una pena que mi marido no pudiera verme así, ese conjunto era para lucirlo, y me quedaba muy provocador. Seguramente, que cuando llegase de la cena, Mario estaría ya en el séptimo sueño.

Elegí unos zapatos de charol rojo que tengo, con un buen tacón, que me levantaba más el culo, y un vestido gris con detales rojo, los tirantes eran unas cadenitas de color dorado, y el escote, aunque no pronunciado, sí que era más sugerente que lo que me pongo a diario, pero qué demonios, es la cena de empresa.

Cuando que quité el abrigo en la sala de reuniones donde nos habíamos concentrado los empleados, desperté algunas miradas de admiración, y eso me gusto, me hizo sentir muy bien.

Alberto es un becario que lleva con nosotros un tiempo, está a mi cargo. Tiene 28 años, pelo corto, moreno y con la barba de 3 días como se lleva ahora. Diría que es atractivo, pero nunca me había fijado en el hasta esa noche. Lucia unos vaqueros desteñidos y una camisa blanca. Tiene cuerpo trabajado en el gym, de eso estoy segura.

La cena era tipo informal, y poco a poco se fue animando, y yo también, con el vino y alguna copa que tome luego, me sentía muy risueña.
Se me empezó a pasar por la cabaza que pasaría si Alberto pudiera disfrutar de mi conjunto de lencería. Lo cierto es que él estaba siempre muy pendiente de mí, y yo siempre creía que era peloteo, al ser su jefa.
Esa noche me lanzo varios piropos, al principio inofensivos, pero la verdad es que yo le empecé a dar pie que subiera un poco el listón.
Una de las veces se atrevió a decirme que seguro que mi marido estaría ansioso de que volviese a casa. Dando a entender lo guapa que estaba y para que lógicamente, pusiera disfrutar de mi cuerpo.
Yo le reía las gracias, y cada vez íbamos más lanzados. Se me ocurrió decirle que, si le gustaba por fuera, no se podría imaginar lo que llevaba debajo del vestido.
Yo creo que hasta se le puso algo dura, no pude evitar mirar el bulto de su pantalón.
-Eso tiene fácil remedio- me dijo acercado peligrosamente su boca a mi cuello, con un susurro que ya denotaba lo que podía pasar si le seguí el juego.
Mi lógica de mujer casada, de ejecutiva de la empresa y además de su jefa me decía que debía cortar con eso de forma inmediata, pero estaba muy excitada, y haca tiempo que nadie me adulaba de esa manera, me sentía deseada, quería que me follara como una puta, que me hiciera suya.

-Pues seguramente que el remedio es más fácil de lo que piensas-me descubrí diciéndole en la misma manera, acercando mi boca a su oreja, y deslizando sutilmente mi dorso de la mano por su entrepierna como de forma accidental.

Después me di la vuelta, y camine hacia la salida de la sala, el muy tonto se quedó pasmado allí de pie, hasta que gire la cabeza para mirarle como en modo señal para que me siguiera.

Mi despacho tiene unos ventanales enormes que dan a la Castellana, con unos estores que estaba bajados, pero dejaba entrar la luz de las farolas de la calle, el suelo es de moqueta, y además de un pequeño sofá, tengo mi mesa con mi butaca, y 2 sillas delante.

Entre dejando la puerta abierta, y en un minuto entro Alberto. Se quedo parado en el quicio de la puerta, sin saber si seguir o no.
Yo estaba de espaldas a los ventanales, mirando hacia la puerta, y despacio baje un tirante de mi vestido, el dio un paso adelante, luego baje el otro tirante, y mi vestido se deslizo por mis caderas para caer a mis pies.
Alberto cerró la puerta y se acercó despacio. Me beso el cuello, un mano agarro mi culo, la otra jugaba con mi pelo, y su boca iba subiendo por mi cuello hasta llegar a mi boca, yo no dejaba de jadear, estaba deseando hacer todo lo que hacía tiempo no hacía con Marcos.

Su lengua se enredó con la mía, yo le besaba con desesperación, mientras le abría la camisa, luego le bese el cuello, el pecho y fui bajando hasta caer de rodillas con mi cabeza frente a su cintura, seguí besando su cuerpo, le abrí el pantalón, y lo baje con fuerza dejando su pene erecto frente a mí.
Lo agarré y lo empecé a besar, no lo hice de forma suave, me sentía como una puta, y quería precisamente eso, su polla.
De forma rápida comencé a pasar mi lengua de abajo arriba, por los lados, le escupía como había visto en las películas porno, lo restregaba por mi cara, hasta que me la metí en la boca, la chupe con desesperación, como si me fueran a quitar ese manjar, mire su cara y vi como estaba sonriendo, como diciendo…vaya con la puta de la jefa.
Todo fue muy rápido, me cogió de los brazos, me incorporo y con las tijeras que había en mi mesa corto mi tanga, dejando mi sexo completamente depilado (me hago el láser) metió la mano y descubrió lo mojada que estaba, no dijo nada, me dio la vuelta con violencia, me apoyo contra mi mesa, y empezó a jugar con su polla sobre mi culo.
Su polla recorría la raja de mi culo, que, con el líquido, luego de un empujón, entro en mi coño, primero pensé en que no se había puesto condón, pero el placer fue superior a la prudencia, y esto lo digo en todos los sentidos.
Yo creo que me corrí enseguida, jadeaba como una zorra, y el me agarraba del pelo, me besaba el cuello, me decía si me gustaba, me decía que era una zorra, me decía que estaba desando follarme, que se iba a correr en mi boca, que era una cerda. Me decía eso, y mucho más, pero la verdad es que no recuerdo muy bien, yo estaba completamente entregada a ese chico joven, ser su jefa creo que me excitaba aún más.
En eso sonó su teléfono móvil, y aunque quise parar, en me sujeto y seguí embistiendo mientras contesto.
Por la conversación deduje que eran amigos con los que parecía que había quedado para luego.
-Si tíos, aquí estoy en la fiesta, ya sabes, que tengo que quedar bien con mi jefa, si si, la que te dije que tiene pinta de muy zorra, y además hoy ha venido con un vestido super provocador, jaja-decía mientras seguía follándome-si veis que no llego es que me la estoy follando, seguro que esa quiere un jovencito que la de caña de verdad-continuaba diciéndoles a sus amigos. Hablaba de mí, y había hablado de mí ya con sus amigos, eso quería decir que se había planteado alguna vez tener algo conmigo, o solo fueron fantasías-bueno os dejo, que tengo que seguir siendo amable con mi jefa.

Luego acerco su cabeza a mi nuca, y me dijo.
-Quiero que me pidas que me corra en tu boca zorra
-Si, córrete en mi boca, quiero chuparte la polla y sacarte la leche

Se saco la polla y yo rápidamente me di la vuelta y me arrodillé para meterme su polla en la boca, no hizo falta mucho para que explotara.
Con un mano agarraba mi cabeza, acompañando el ritmo de sus envistes, la otra mano no me pare a pensar en ese momento donde la tenía.
estaba concentrado en su polla, en saborear su leche, en que recorriera toda mi cara.
-Te gusta zorra, dime si te gusta, dime que eres la más puta de la empresa-su polla entraba y salía, haciendo el típico ruido gutural, mezcla de fluidos, mezcla de mis jadeos de placer
-Si, soy la más zorra de ************ (aquí dije el nombre de la empresa)- le dije sacado la polla para volver a engullirla otra vez-me encanta tu polla, quiero que te corras en mi cara de puta
Alberto empezó a jadear y note como su polla se hinchaba, y bombeaba masa rápido, muestra inequívoca de lo que estaba por llegar.
Saco la polla y el primer chorro me salto en la cara y mejilla derecha, el segundo cayo en mis labios y lengua que saque, luego metió la polla dentro y siguió soltando leche, que yo intentaba tragar lo más rápido posible para no atragantarme, pero el líquido me caía por la comisura de los labios.
-Chupa Marta no dejes ni una gota
Y yo seguí chupando, no paraba de soltar leche, mi boca rodeaba completamente su polla y cuando note que dejaba de correrse, seguir chupando, como si me fuera la vida en ello, levante mi mirada para ver cómo estaba él y fui cuando lo vi.
La otra mano sujetaba el móvil con el que había estado grabando mi mamada y quien sabe que más.

-Estoy seguro que harás todo lo posible por que me hagan un buen contrato. ¿verdad "jefa"?

Tuve la sensación que mi vida desde ese momento iba a cambiar bastante
Muy bueno! 👏🏻👏🏻
 

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