Soy relativamente nuevo en este exquisito universo de la lectura erótica, lo aclaro para no se confunda irrespeto con ignorancia.
Lo que siempre me llamó la atención desde que supe del relato Perdiendo a Sara era ese aire de misticismo que parecía envolverlo cuando alguien se refería a él, asumía conocer la razón suponiendo que era debido a que sólo algunos elegidos lograron hacerse de una copia, y que el resto sólo obtuvimos el fragmento que circula en la web, y que existía la posibilidad de que en algún momento alguno de los elegidos compartiera su copia, un verdadero mito urbano.
Bien, nada como acceder a la fuente del mito,
Required...publicaste alguna vez una copia completa de dicho relato???

Me parece una buena oportunidad para aclarar algunas cosas que he ido leyendo a lo largo de los años (si los magníficos, pero estrictos, administradores de esta web me permiten escribir, saliéndome momentáneamente de la rigurosa publicación del relato, a la que volveré en seguida, no os preocupéis, no quiero infringir vuestras leyes).
Veamos.
¿Publicaste alguna vez una copia completa de dicho relato?
No. Yo dejo de publicar en el verano de 2018, si no me equivoco, por un tema personal, y dejo el relato inconcluso, y además pido a la web que elimine mi relato. En las semanas siguientes, varias personas me contactarían pidiéndome el archivo original con todo lo que se había publicado hasta el momento, y yo doy mi permiso para que eso se comparta con quien se desee. El relato completo, la historia terminada, no existía, ni existe a día de hoy. Lo que sí existe es una versión del relato con un capítulo extra, que yo escribí tiempo después, y que añadí al relato original continuando la historia, pero que sólo compartí con algunos foreros con los que hablaba más.
¿Lo vas a terminar algún día?
Nunca ha dejado de ser mi intención, pese a que hayan pasado casi diez años. Igual sale antes el final de Juego de Tronos que el final de Sara, pero en estos años he escrito algún capítulo más, reestructurado el final varias veces, añadido y quitado cosas aquí y allá... Es un proyecto al que le tengo muchísimo cariño, que es enorme y en cierto momento se convirtió en un verdadero monstruo, pero que no me gustaría dejarlo inconcluso. De hecho, desde que desapareció el viejo "Pajilleros", siempre me ha sobrevolado la idea de volver a publicarlo, a poquitos, nuevamente por aquí. Y quizá lo haga, pero reformulando algunas partes, sobre todo del principio, que al leer ahora no me parece que estén a la altura de las partes más avanzadas, y también reescribiendo otras para que encajen con ideas que quiero incluir al final.
¿He visto tu relato firmado por otra persona en internet?
Sí. Hay un capullo por ahí que cogió el texto sin pasar a limpio, lo subió a una web, y creo que hasta cobra por la descarga. Es el archivo que yo compartí a ciertas personas que me lo pidieron tras pedir su eliminación del anterior foro, así que está inconcluso.
¿Si lo terminas algún día, intentarás sacarle provecho económico?
Puede ser, pero a un precio simbólico, no voy a hacer lo que hizo Tanatos y sacar
"Estirando el chicle hasta más de lo imposible - Volumen 8" a siete euros. Me pareció mucho más elegante lo que hizo Aran con su
Cena del Idiota, dividiéndolo en dos partes y por un precio más que razonable. Que por cierto, es un magnífico chaval, pero nunca le perdonaré que no me aceptara el consejo de no usar un narrador omnisciente, ni ese final en el que salva a su protagonista. (Tío, tu protagonista era un saco de hostias maravilloso, me dolió verlo salir triunfante. Yo le habría machacado).
¿Qué pasó con el capítulo/cameo con el personaje de Natalia de Cornidox?
Este fue un tema un poco delicado. Cornidox y yo hablábamos bastante, y en determinado momento surgió la idea de hacer un "intercambio" de personajes y que las chicas de nuestros relatos se dieran un paseo por el relato del otro. Sonaba muy divertido. Yo incluí a Natalia en un capítulo del mío, y tenía escrita una segunda aparición, más intensa, que quedó pendiente de su visto bueno, porque fue justo cuando yo desaparecí. Que yo sepa, él nunca llegó a escribir el cameo de Sara en su relato.
Lo que sí sé, es que en un momento posterior, contactó conmigo para pedirme ayuda redactando un capítulo del final de su libro. Éramos amigos, llevaba tiempo con ganas de escribir, y me pareció divertido. Le redacté un capítulo o dos, si no recuerdo mal. No volví a saber nada durante un tiempo, hasta que un día descubrí que tenía publicados (en una-conocida-web-de-compra-de-libros-digitales) cuatro volúmenes de su historia y que, en el último libro, estaban, prácticamente inalterados, mis dos capítulos. Me sudaba bastante la polla que sacara dinero con ello, pero me molestó profundamente que ni siquiera tuviese el detalle de decir en algún apartado del libro que había contado con la ayuda de otros escritores, o de hacer alguna mención a nuestros seudónimos. Creo que habría sido lo mínimo, teniendo en cuenta que le escribimos medio libro, y él juntó las partes. De hecho, si lo habéis leído, veréis los bandazos estilísticos que tiene ese libro, que parece escrito a ocho manos (porque lo está).
¿Por qué 'La Escuela de Arte' en lugar de continuar con Sara?
Como os decía antes, Sara es un monstruo. Es un mamut de libro, que ahora mismo necesita una buena reescritura de la parte inicial, y del que tendría que volver a revisar y releer todo con mucho cuidado para que todo tuviera sentido. Acabar ese mamotreto no es una tarea sencilla. Y mientras tanto, se me ocurren algunas cosas que me parecen interesantes, como este intento de mezclar una novela de Agatha Christie y un relato erótico, donde te preguntas todo el tiempo quién es el villano y lo descubres al final. Lo que sí os puedo decir es que este relato es algo mucho más corto y acotado que el de Sara. No sería capaz de embarcarme en una locura de esas dimensiones otra vez. Esto son ocho capitulitos, como si fuera una serie de Netflix. Una serie un poco guarra, eso sí.
¿Por qué no te has puesto a escribir en vez de soltarnos toda esta chapa?
Pues toda la razón. Pero llevo siete años leyendo comentarios de vez en cuando aquí y allá, sin decir nada, y me apetecía aclarar algunas cosas.