AugustoLanda
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Capítulo 1
Julieta es la protagonista de esta historia. De 1,65, linda, flaca, con unas increíbles piernas torneadas por el ejercicio, un culo armonioso y unas tetas medianas que me vuelven loco. Pero no todo es perfecto. Es la novia de mi amigo Carlos. Salen hace 5 años ya, y siempre tuvimos muy buena conexión. Nos caímos bien enseguida. En realidad Carlos es amigo de mi novia (Sole) e inmediatamente nos hicimos muy amigos nosotros. Compartimos con el grupo de amigos de Sole y sus novias asados, cenas, viajes, siempre con la mejor onda. Como las novias de mis amigos siempre son sagradas, los primeros 5 años transcurrieron sin ningún contratiempo. Pero un día algo cambió. Y asi empieza esta historia.
Nos habíamos ido todo el grupo un fin de semana a la costa y estábamos en la playa un día de sol y calor, aunque era noviembre. Los chicos nos pusimos a jugar al fútbol (no había nadie en la playa) y las chicas a tomar sol. Cuando terminamos, nos fuimos a la arena con ellas. Yo me senté enfrente a Julieta, que estaba sentada como de costado a mí. Mis ojos se posaron en ella y empecé a recorrerla con la vista. Primero sus piernas perfectas, su cintura, sus brazos y sus tetas. Fue en ese momento que algo despertó en mí. La empecé a desear. Mi vista siguió su cuerpo hasta que llegué a sus ojos, que me estaban mirando seria. Levanté las cejas y quité la mirada avergonzado, sabiendo que me había agarrado en pleno escaneo de su cuerpo. La miré un par de veces más, asegurándome primero que no me estaba viendo. Cuando volvimos a la tarde, me puse cachondo con Sole y después de largos besos le pedí que me hiciera una paja, que quería acabar en su mano. Mi novia aceptó y me hizo una deliciosa paja, aunque yo imaginé que me la hacía Julieta. Fue la primera vez que la imaginé en una situación sexual.
Al día siguiente volvimos a la playa y algunos nos sentamos en la arena (Julieta, dos más y yo). Por un instante, nos quedamos solos Julieta y yo. No sé de donde saqué el atrevimiento, pero mirándole las piernas le dije:
Capítulo 2
Otro día nos habíamos juntado para un asado y estábamos todos ahí. Casualmente con Julieta compartíamos profesión (financieros los dos) asi que eran habituales nuestras charlas. En este asado no fue la excepción, nos pusimos a hablar de cosas laborales, aunque para mí esta charla tenía un componente sexual. No podía evitarlo. Aunque la charla no tuviera nada que ver. En un momento le dije que me gustaría si me podía pasar unos datos que ella tenía y me dijo:
Si, dale. Escribime y te los paso.
Nada especial, ya que alguna vez habíamos chateado. Pero esta vez, me puse nervioso. No sé si mi calentura me estaba jugando una mala pasada pero me calentó que me dijiera eso. Aunque sabía que tenía que calmarme porque la podía cagar mal.
Al jueves siguiente todavía no le había escrito. Dudaba. Pero en un momento de morbo, le escribí:
Capítulo 3
Llegó el verano, y mis hormonas se dispararon. Nos juntamos en la casa de uno de los chicos que tenía pileta y Juli se había llevado una de esas bikinis que se atan de costado. Al verla me puse como una moto. No podía dejar de mirarla, aunque trataba de disimularlo. Sus tetas se veían perfectas y sus piernas me volaban la cabeza. En un momento que estábamos al lado me sorprendió mirándola y yo solo atiné a decir:
Wow – en clara alusión a su cuerpo.
Ella se sonrió, medio avergonzada.
Los días pasaron y no sabía que excusa poner para escribirle y que no quedara muy obvio. Aproveché de una resolución que había sacado el gobierno y le escribí a ver qué le parecía. Me contestó enseguida y nos pusimos a charlar. Enseguida la charla derivó en otros temas y cuando me quise dar cuenta hacía como 4 horas que chateábamos. Aunque con pausas largas. El mejor momento de la charla fue cuando nos pusimos a hablar del calor que hacía y le digo:
Julieta es la protagonista de esta historia. De 1,65, linda, flaca, con unas increíbles piernas torneadas por el ejercicio, un culo armonioso y unas tetas medianas que me vuelven loco. Pero no todo es perfecto. Es la novia de mi amigo Carlos. Salen hace 5 años ya, y siempre tuvimos muy buena conexión. Nos caímos bien enseguida. En realidad Carlos es amigo de mi novia (Sole) e inmediatamente nos hicimos muy amigos nosotros. Compartimos con el grupo de amigos de Sole y sus novias asados, cenas, viajes, siempre con la mejor onda. Como las novias de mis amigos siempre son sagradas, los primeros 5 años transcurrieron sin ningún contratiempo. Pero un día algo cambió. Y asi empieza esta historia.
Nos habíamos ido todo el grupo un fin de semana a la costa y estábamos en la playa un día de sol y calor, aunque era noviembre. Los chicos nos pusimos a jugar al fútbol (no había nadie en la playa) y las chicas a tomar sol. Cuando terminamos, nos fuimos a la arena con ellas. Yo me senté enfrente a Julieta, que estaba sentada como de costado a mí. Mis ojos se posaron en ella y empecé a recorrerla con la vista. Primero sus piernas perfectas, su cintura, sus brazos y sus tetas. Fue en ese momento que algo despertó en mí. La empecé a desear. Mi vista siguió su cuerpo hasta que llegué a sus ojos, que me estaban mirando seria. Levanté las cejas y quité la mirada avergonzado, sabiendo que me había agarrado en pleno escaneo de su cuerpo. La miré un par de veces más, asegurándome primero que no me estaba viendo. Cuando volvimos a la tarde, me puse cachondo con Sole y después de largos besos le pedí que me hiciera una paja, que quería acabar en su mano. Mi novia aceptó y me hizo una deliciosa paja, aunque yo imaginé que me la hacía Julieta. Fue la primera vez que la imaginé en una situación sexual.
Al día siguiente volvimos a la playa y algunos nos sentamos en la arena (Julieta, dos más y yo). Por un instante, nos quedamos solos Julieta y yo. No sé de donde saqué el atrevimiento, pero mirándole las piernas le dije:
- Que lindas piernas que tenés. Se ve que hacés ejercicio.
- Gracias… dijo Julieta, medio incómoda – SI, hago bastante. Estas piernas no se hacen solas jaja
- Jajajaj es verdad
Capítulo 2
Otro día nos habíamos juntado para un asado y estábamos todos ahí. Casualmente con Julieta compartíamos profesión (financieros los dos) asi que eran habituales nuestras charlas. En este asado no fue la excepción, nos pusimos a hablar de cosas laborales, aunque para mí esta charla tenía un componente sexual. No podía evitarlo. Aunque la charla no tuviera nada que ver. En un momento le dije que me gustaría si me podía pasar unos datos que ella tenía y me dijo:
Si, dale. Escribime y te los paso.
Nada especial, ya que alguna vez habíamos chateado. Pero esta vez, me puse nervioso. No sé si mi calentura me estaba jugando una mala pasada pero me calentó que me dijiera eso. Aunque sabía que tenía que calmarme porque la podía cagar mal.
Al jueves siguiente todavía no le había escrito. Dudaba. Pero en un momento de morbo, le escribí:
- Hola Juli! Acá Augusto! Cómo estás?
- Hola! – Me contestó enseguida – Ya sé quien sos jaja como estás vos?
- Bien! Acá pensando en vos! – Le escribí sin ninguna intención, pero cuando se lo mandé me puse nervioso porque me pareció zarpado
- Epa! – me contestó y me puso un emoticón de carita feliz.
- Jajaja - le respondí como para dejar un atisbo de duda de porqué estaba pensando en ella. Día duro hoy? – No quería pedirle la info todavía porque quería que la charla se vuelva algo más personal
- No tanto… vengo llevándola bien
Capítulo 3
Llegó el verano, y mis hormonas se dispararon. Nos juntamos en la casa de uno de los chicos que tenía pileta y Juli se había llevado una de esas bikinis que se atan de costado. Al verla me puse como una moto. No podía dejar de mirarla, aunque trataba de disimularlo. Sus tetas se veían perfectas y sus piernas me volaban la cabeza. En un momento que estábamos al lado me sorprendió mirándola y yo solo atiné a decir:
Wow – en clara alusión a su cuerpo.
Ella se sonrió, medio avergonzada.
Los días pasaron y no sabía que excusa poner para escribirle y que no quedara muy obvio. Aproveché de una resolución que había sacado el gobierno y le escribí a ver qué le parecía. Me contestó enseguida y nos pusimos a charlar. Enseguida la charla derivó en otros temas y cuando me quise dar cuenta hacía como 4 horas que chateábamos. Aunque con pausas largas. El mejor momento de la charla fue cuando nos pusimos a hablar del calor que hacía y le digo:
- Envidio a las mujeres que pueden ir a trabajar de vestidito corto
- Uy si, eso está buenísimo – me contesta – yo uso siempre
- Ayyyy – le puse seguido de unos fueguitos - Tus compañeros deben estar como locos..
- Jajaja que exagerado – me contesta, pero siguiéndome el juego.
- Para nada! Tu cuerpo en vestidito debe ser un oasis visual – Apenas se lo mandé tuve miedo de no haber ido demasiado lejos. Pero su respuesta me dejó tranquilo.
- Sos terrible Augusto! Jaja
- Que calor tremendo no? Quiero una pileta yaa – me dice
- Si, está terrible. Imagino que tus compañeros estarán teniendo un oasis visual no?
- Obviooooo – me contesta
- Uffff quisiera yo ver ese oasis visual
- Pero si ya me viste en malla muchas veces.
- Es verdad si. Pero esos vestidos son muy sexys y vos en uno de esos debes estar tremenda! … uy ahora no me puedo concentrar…
- Jajaj nabo! - Me dice.
- Vos crees que los distraigo? Jajaja
- Uy casi se me cae el teléfono de las manos jaja.. – le digo, aunque quería decirle algo más fuerte – sos increíble. Obvio que los volvés a todos locos…
- Gracias.. te gustó? Premio por nuestras charlas…
- Siiii… Me volvió loco…
- pregunta… alguna vez estuviste con alguien del laburo?
- Jajaj que es esto ahora? Preguntas y respuestas?
- Jajaj siii
- No! Me dice.. me voy a trabajar chau!