La otra vida de Julia [Verificada]

Qué pena que solo te digan ordinarieces. Ese melocotón que tienes no hay que comérselo con saliva ni penetrarlo, hay que adorarlo y cuando esté en su punto, dulce y jugoso hay que ponérselo en la boca y sentir el jugo del paraíso mientras el pene absorbe las vibraciones del entorno.
 
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