La vecina de enfrente

bacano05

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Parte 1

Recién me acababa de mudar al piso donde vivo hoy, todos los vecinos eran abuelos y abuelas, menos dos mujeres del edificio de enfrente que tendrían 22-23 años, yo tenía 24 años por aquel entonces. Nos quedamos mirando un instante y como que conectamos pero ahí quedó la cosa en ese momento.

Justo en la parte de mi habitación, faltaban hacer unas reformas, como reparar una pared, poner una puerta y cortinas en la ventana, que justo daba a la ventana de la vecina de enfrente, que vivía en el último piso y pues nos sonreíamos siempre que nos veíamos.

Un día salí por la noche, a un bar musical con unos amigos, ahí conocimos unas chicas que habían dejado plantadas, y pues para animarlas nos juntamos con ellas, conversando de todo un poco, mientras bebíamos alguna copa con juegos de por medio y bailamos también. Con una de ellas conecté de primeras, era morena de ojos claros, con el pelo largo y llevaba gafas, lo que me resultó más excitante.

Entre los dos habían ganas, y me lo hacia saber mientras bailábamos o con los juegos de mesa. Cada roce, cada abrazo y tal, elevaba más la situación.
Al salir del bar, pues ella me comentó que vivía un poco lejos y que tendría que esperar hasta las tantas para el próximo tren, y si podía quedarse a dormir en mi casa. Fue un si rotundo, no le puse peros. Estábamos cansados, solo nos dimos un par de besos apasionados y nos quedamos dormidos abrazados, porque hacia frio ya.

Al día siguiente, ella me despertó con besos por el cuello diciéndome que no se iba a ir sin antes terminar lo empezado anoche. Empezó a bajar su mano desde mi pecho hasta mi bóxer, apretando lo que ya tenia duro. Me salían unos pequeños gemidos y me quedaba oliendo su perfume del cuello mientras la besaba.
Hasta que se metió bajo las sábanas, sacó mi polla y empezó a lamerla de arriba a abajo. Ya empezaba a entrar en calor así que la destape y veía bien como la chupaba toda. En eso me pongo las gafas y veo como está la vecina de enfrente mirando por su ventana, apretándose las tetas y relamiéndose los labios.

Ya no me importaba si miraba, estaba disfrutando de lo lindo, así que la puse en cuatro y le quité el tanguita blanco que llevaba, lo olí y comencé a relamer esos labios que ya estaban jugosos, chuparlos y frotar su clítoris que tenia ya hinchado.
Se corría varias veces en mi boca y me pedía que le metiera mi polla dura. Fue meterle solo la puntita y comenzaba a chorrear, me ponía más cachondo así que la hundía lentamente hasta que la sintiera toda, notaba toda mi polla cubierta de flujos. Era adictivo su coño jugoso, no podía parar de follarla, se sentía bien a gusto dentro de ella, mientras gemía de placer y mordía la almohada.

Al mirar un momento por la ventana, la vecina ya tenia las tetas fuera, apretando sus piernas en una almohada. Se estaba corriendo con lo que tenia enfrente.

Le di la vuelta a la chica, nos seguimos besando intensamente mientras la follaba, hasta que no pude aguantar más y solté cada chorro en su cara y boca, ella no dejaba una gota por perdida, me relamía toda la polla.

Nos quedamos tumbados, uno al lado del otro, mientras nos acariciábamos y recordábamos cada momento. Nos duchamos juntos y la acompañe a la estación para despedirme allí de ella.
De regreso a casa, fui a comprar el pan y allí me encontré a la vecina de enfrente, esta vez no solo fueron miradas, la saludé como si no hubiera pasado nada y me comentó que había visto todo y a ver cuando la invitaba a tomar algo a mi casa.

Continuará.
 
Parte 1

Recién me acababa de mudar al piso donde vivo hoy, todos los vecinos eran abuelos y abuelas, menos dos mujeres del edificio de enfrente que tendrían 22-23 años, yo tenía 24 años por aquel entonces. Nos quedamos mirando un instante y como que conectamos pero ahí quedó la cosa en ese momento.

Justo en la parte de mi habitación, faltaban hacer unas reformas, como reparar una pared, poner una puerta y cortinas en la ventana, que justo daba a la ventana de la vecina de enfrente, que vivía en el último piso y pues nos sonreíamos siempre que nos veíamos.

Un día salí por la noche, a un bar musical con unos amigos, ahí conocimos unas chicas que habían dejado plantadas, y pues para animarlas nos juntamos con ellas, conversando de todo un poco, mientras bebíamos alguna copa con juegos de por medio y bailamos también. Con una de ellas conecté de primeras, era morena de ojos claros, con el pelo largo y llevaba gafas, lo que me resultó más excitante.

Entre los dos habían ganas, y me lo hacia saber mientras bailábamos o con los juegos de mesa. Cada roce, cada abrazo y tal, elevaba más la situación.
Al salir del bar, pues ella me comentó que vivía un poco lejos y que tendría que esperar hasta las tantas para el próximo tren, y si podía quedarse a dormir en mi casa. Fue un si rotundo, no le puse peros. Estábamos cansados, solo nos dimos un par de besos apasionados y nos quedamos dormidos abrazados, porque hacia frio ya.

Al día siguiente, ella me despertó con besos por el cuello diciéndome que no se iba a ir sin antes terminar lo empezado anoche. Empezó a bajar su mano desde mi pecho hasta mi bóxer, apretando lo que ya tenia duro. Me salían unos pequeños gemidos y me quedaba oliendo su perfume del cuello mientras la besaba.
Hasta que se metió bajo las sábanas, sacó mi polla y empezó a lamerla de arriba a abajo. Ya empezaba a entrar en calor así que la destape y veía bien como la chupaba toda. En eso me pongo las gafas y veo como está la vecina de enfrente mirando por su ventana, apretándose las tetas y relamiéndose los labios.

Ya no me importaba si miraba, estaba disfrutando de lo lindo, así que la puse en cuatro y le quité el tanguita blanco que llevaba, lo olí y comencé a relamer esos labios que ya estaban jugosos, chuparlos y frotar su clítoris que tenia ya hinchado.
Se corría varias veces en mi boca y me pedía que le metiera mi polla dura. Fue meterle solo la puntita y comenzaba a chorrear, me ponía más cachondo así que la hundía lentamente hasta que la sintiera toda, notaba toda mi polla cubierta de flujos. Era adictivo su coño jugoso, no podía parar de follarla, se sentía bien a gusto dentro de ella, mientras gemía de placer y mordía la almohada.

Al mirar un momento por la ventana, la vecina ya tenia las tetas fuera, apretando sus piernas en una almohada. Se estaba corriendo con lo que tenia enfrente.

Le di la vuelta a la chica, nos seguimos besando intensamente mientras la follaba, hasta que no pude aguantar más y solté cada chorro en su cara y boca, ella no dejaba una gota por perdida, me relamía toda la polla.

Nos quedamos tumbados, uno al lado del otro, mientras nos acariciábamos y recordábamos cada momento. Nos duchamos juntos y la acompañe a la estación para despedirme allí de ella.
De regreso a casa, fui a comprar el pan y allí me encontré a la vecina de enfrente, esta vez no solo fueron miradas, la saludé como si no hubiera pasado nada y me comentó que había visto todo y a ver cuando la invitaba a tomar algo a mi casa.

Continuará.
Qué suerte de vecina y qué directa.
Afortunado...
Ya nos contarás esa invitación.
 
Pues sí,muy directa esa vecina. Lastima que las de enfrente mio no sean asi de directas...
Pero vamos ni directas ni indirectas 🤣🤣.
Me alegro mucho por ti, sigue contando por favor
 
Parte 2

A partir de ese momento, fue un juego de miradas cruzadas día tras día, algún saludo de por medio, hasta que un día la vi grabando un video y le pregunté por curiosidad que hacia. Me comentaba que hacia reseñas de lugares donde iba a comer y los subía por insta. Se me acercó de una, me mostró su perfil y me dijo de seguirla. En la que estaba dando al botón de seguir, agarró mi móvil, fue a la agenda y anotó su número de móvil. Yo la verdad no esperaba tanto, ella era preciosa, de pelo rubio, ojos celestes, con gafas, un arito en la nariz y muy risueña. Yo en cambio soy lo más parecido a un ogro, así que no sé que vería de interesante.

Estuvimos chateando un par de noches, y nos quedábamos mirando por la ventana. Conversábamos de cosas generales, pero después fue subiendo el tono de la conversación.
En eso me dice de acompañarla al centro comercial para aconsejarle sobre unas vainas electrónicas que quería comprar. Cuando fui donde quedábamos, a la entrada, me encuentro con la sorpresa que está con amigas. Ella le había contado a una amiga que iba a quedar conmigo, y la sapa de su amiga llamó a su grupo para ir con ella. Compramos eso y deciden de ir al cine, aprovechando que las entradas estaban baratas. Mi vecina también estaba algo molesta con sus amigas, porque quería estar a solas conmigo, en cuanto nos sentamos en el cine, al fondo, me repite una y otra vez que lo sentía. Yo le decía que no se preocupe, y que nos podíamos fugar del cine si quería. Fue decirlo eso de cerca y le empezaron a entrar los calores, a morderse los labios y sin más les dijo a sus amigas que se iba porque tenia fiebre y aproveché también para acompañarla.

Fue salir del cine y en el mismo pasillo, la agarré de la cintura y ella cruzó sus manos por mi cuello y nos besamos de tantas ganas que teníamos. Nos chocábamos porque los dos llevábamos gafas pero seguíamos a lo nuestro, la seguía besando por el cuello, la alcé en brazos y ella solita se desabrochó la camisa que llevaba diciéndome al oído lo que me iba a comer. Yo todo feliz de ver a esas dos asomando pero justo pasaba un guardia de seguridad, nos llamó la atención pero no fue a más. Salimos de ahí, pero ambos teníamos familia en casa, así que le dije de ir a un hotel y aceptó sin más. En eso nos ponemos con el móvil a ver donde ir, y ella me comentó de un sitio elegante pero asequible.

Fuimos y al entrar a la habitación, había un arsenal de bdsm. Nos reímos los dos, pero al final estábamos solos.
Seguimos con la previa y a desnudarnos, al quedarse ella en ropa interior, me decía que se había puesto esa lencería de color blanca con transparencias para mi, yo mientras agradeciendo al de arriba por todo lo que me iba a comer. Nos fuimos a la ducha, mientras nos caía el agua tibia, la enjabonaba toda y ella a mi, agarrando bien mi polla dura mientras la frotaba en sus nalgas, Yo apretaba esos pechos, pellizcando sus pezones duros, era su debilidad, gemía con cada apretón de dedos y ahí mismo se la empecé a meter lentamente. Tenia un coñito bien apretadito y eso me daba más gusto, empezaba a acariciar sus labios vaginales y clítoris con mi glande mientras cruzaba las piernas, se la metía lentamente, lo tenia bien jugosito y me decía que llevaba unos días sin correrse, y yo al oído le susurraba lo mismo, que me estaba reservando para ella, para que disfrute toda esta leche.

La agarraba del cuello y al tenerla toda dentro, aumentaba un poco el ritmo, notando como estaba ella a punto de correrse, hasta que no aguantó y me dejó toda la polla impregnada. Sus gritos de placer erán música para mis oídos, le susurraba que no me importaba que me moje y que quería verla salpicar toda. La besaba, la acariciaba toda, disfruta cada parte de ella, hasta ver como se ponía de rodillas pidiéndome que me corra en su boquita mientras me la seguía chupando, con esos chupetones que le daba a mi glande no me pude contener, le llené la boca y un par de chorros en su carita y tetas. Se relamía los labios del gusto, saboreando mi semen espeso como si fuera un yogur danone, relamiendo las últimas gotas de mi glande y tragandosela toda.

Continuará.
 
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