Mi compañera de piso, una choni de 18.

dom99

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19 Mar 2025
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AVISO: TODO EL CONTENIDO DEL HILO ES TOTALMENTE VERÍDICO, CAMBIANDO LIGEROS DETALLES COMO EL NOMBRE POR ALGUNOS MUY SIMILARES PARA PRESERVAR LA INTIMIDAD DE TODOS. POR ELLO OMITO DATOS COMO LA CIUDAD Y OTROS.


Durante mis años universitarios tuve que compartir piso con una poligonera llamada Jennifer, aunque para su entorno era "La Yeni".

Yeni era una chica que acababa de cumplir la mayoría de edad y vivía de los padres sin dar palo al agua, aunque supuestamente se estaba sacando una FP. Medía alrededor de 1,60 y pesaría no más de 50kg. Morena, de ojos marrones y piel blanca. Lo más destacable era su culo, que aunque no era enorme, sobresalía bastante en un cuerpo tan delgado. Era conocida en la zona por, además de su poca educación, afición al fumeteo y ser problemática, ir siempre vestida con ropa de leopardo.

A mí, para ser honesto, me generaba repulsión. Dejaba la cocina hecha un desastre, el baño igual, y el olor a porro era a veces insoportable. No salía de su habitación para algo que no fuera recibir a algún colega cani o alguien de similar nivel con quienes hablaba de física cuántica en el salón (véase la ironía).

Por mi parte, he sido siempre un chico normal. Bastante deportista, guapo según me han dicho y tatuado. Para ser honesto y aunque pueda sonar mal, nunca he tenido problema en el ámbito sexual. Siempre he tenido algún rollete, o cuando he salido de fiesta me he llevado a alguna chica a casa. A mis 25 años, ya tenía algo de experiencia.

Cierto día nos confinaron y supe que si no ponía cartas en el asunto, aquel tiempo que por el momento era indefinido sería insufrible. Toqué la puerta de su habitación y le dije que saliera.
+ ¿Has visto las noticias, sabes que nos van a confinar?
- Que va, ¿pero que pasa?
+ Que nos van a confinar para intentar controlar las infecciones. Confinar significa que no podemos salir del piso.
- Ostia que dices, ¿pero cuanto tiempo?

Prosiguió la conversación de forma poco relevante, explicándole cosas como que no podía meter amigos en casa, salir de fiesta, y otras cosas que deberían haberle explicado sus padres o haber sabido por sí misma, para acabar diciéndole que si no llevábamos un orden y una limpieza, la convivencia iba a ser jodida. No se quedó muy convencida, pero tampoco era mi intención convencerla de absolutamente nada.

Pasaron los días y como no podía salir, comenzó a ducharse como 4 o 5 veces al día. La música por todo lo alto... y para colmo, se depilaba con la cuchilla y dejaba la pared de la ducha llena de pelos de su coño. Se me hincharon y fui a su habitación.

+ ¿Crees que te puedes dejar el aseo así?
- Ostia tio, perdona pero tampoco creo que sea para tanto, porque le echas agua y se van
+ Ya, pero son los pelos de tu coño y el agua se la echas tú
- A mí así no me hables que la tenemos, que estoy hasta el coño de estar aquí metida todo el puto día
+ Vaya educación tienes, niñata
- En el coño la tengo
+ Sí, eso digo. Qué puta maleducada eres
- Edúcame tú, chulo, venga
+¿Que te eduque? No te preocupes, que si te educara en una semana serías normal



Seguiré si lo pedís y os gusta, porque es largo.
 
AVISO: TODO EL CONTENIDO DEL HILO ES TOTALMENTE VERÍDICO, CAMBIANDO LIGEROS DETALLES COMO EL NOMBRE POR ALGUNOS MUY SIMILARES PARA PRESERVAR LA INTIMIDAD DE TODOS. POR ELLO OMITO DATOS COMO LA CIUDAD Y OTROS.


Durante mis años universitarios tuve que compartir piso con una poligonera llamada Jennifer, aunque para su entorno era "La Yeni".

Yeni era una chica que acababa de cumplir la mayoría de edad y vivía de los padres sin dar palo al agua, aunque supuestamente se estaba sacando una FP. Medía alrededor de 1,60 y pesaría no más de 50kg. Morena, de ojos marrones y piel blanca. Lo más destacable era su culo, que aunque no era enorme, sobresalía bastante en un cuerpo tan delgado. Era conocida en la zona por, además de su poca educación, afición al fumeteo y ser problemática, ir siempre vestida con ropa de leopardo.

A mí, para ser honesto, me generaba repulsión. Dejaba la cocina hecha un desastre, el baño igual, y el olor a porro era a veces insoportable. No salía de su habitación para algo que no fuera recibir a algún colega cani o alguien de similar nivel con quienes hablaba de física cuántica en el salón (véase la ironía).

Por mi parte, he sido siempre un chico normal. Bastante deportista, guapo según me han dicho y tatuado. Para ser honesto y aunque pueda sonar mal, nunca he tenido problema en el ámbito sexual. Siempre he tenido algún rollete, o cuando he salido de fiesta me he llevado a alguna chica a casa. A mis 25 años, ya tenía algo de experiencia.

Cierto día nos confinaron y supe que si no ponía cartas en el asunto, aquel tiempo que por el momento era indefinido sería insufrible. Toqué la puerta de su habitación y le dije que saliera.
+ ¿Has visto las noticias, sabes que nos van a confinar?
- Que va, ¿pero que pasa?
+ Que nos van a confinar para intentar controlar las infecciones. Confinar significa que no podemos salir del piso.
- Ostia que dices, ¿pero cuanto tiempo?

Prosiguió la conversación de forma poco relevante, explicándole cosas como que no podía meter amigos en casa, salir de fiesta, y otras cosas que deberían haberle explicado sus padres o haber sabido por sí misma, para acabar diciéndole que si no llevábamos un orden y una limpieza, la convivencia iba a ser jodida. No se quedó muy convencida, pero tampoco era mi intención convencerla de absolutamente nada.

Pasaron los días y como no podía salir, comenzó a ducharse como 4 o 5 veces al día. La música por todo lo alto... y para colmo, se depilaba con la cuchilla y dejaba la pared de la ducha llena de pelos de su coño. Se me hincharon y fui a su habitación.

+ ¿Crees que te puedes dejar el aseo así?
- Ostia tio, perdona pero tampoco creo que sea para tanto, porque le echas agua y se van
+ Ya, pero son los pelos de tu coño y el agua se la echas tú
- A mí así no me hables que la tenemos, que estoy hasta el coño de estar aquí metida todo el puto día
+ Vaya educación tienes, niñata
- En el coño la tengo
+ Sí, eso digo. Qué puta maleducada eres
- Edúcame tú, chulo, venga
+¿Que te eduque? No te preocupes, que si te educara en una semana serías normal



Seguiré si lo pedís y os gusta, porque es largo.
Buena pinta, sigue que se a quedado en la riña a medias
 
AVISO: TODO EL CONTENIDO DEL HILO ES TOTALMENTE VERÍDICO, CAMBIANDO LIGEROS DETALLES COMO EL NOMBRE POR ALGUNOS MUY SIMILARES PARA PRESERVAR LA INTIMIDAD DE TODOS. POR ELLO OMITO DATOS COMO LA CIUDAD Y OTROS.


Durante mis años universitarios tuve que compartir piso con una poligonera llamada Jennifer, aunque para su entorno era "La Yeni".

Yeni era una chica que acababa de cumplir la mayoría de edad y vivía de los padres sin dar palo al agua, aunque supuestamente se estaba sacando una FP. Medía alrededor de 1,60 y pesaría no más de 50kg. Morena, de ojos marrones y piel blanca. Lo más destacable era su culo, que aunque no era enorme, sobresalía bastante en un cuerpo tan delgado. Era conocida en la zona por, además de su poca educación, afición al fumeteo y ser problemática, ir siempre vestida con ropa de leopardo.

A mí, para ser honesto, me generaba repulsión. Dejaba la cocina hecha un desastre, el baño igual, y el olor a porro era a veces insoportable. No salía de su habitación para algo que no fuera recibir a algún colega cani o alguien de similar nivel con quienes hablaba de física cuántica en el salón (véase la ironía).

Por mi parte, he sido siempre un chico normal. Bastante deportista, guapo según me han dicho y tatuado. Para ser honesto y aunque pueda sonar mal, nunca he tenido problema en el ámbito sexual. Siempre he tenido algún rollete, o cuando he salido de fiesta me he llevado a alguna chica a casa. A mis 25 años, ya tenía algo de experiencia.

Cierto día nos confinaron y supe que si no ponía cartas en el asunto, aquel tiempo que por el momento era indefinido sería insufrible. Toqué la puerta de su habitación y le dije que saliera.
+ ¿Has visto las noticias, sabes que nos van a confinar?
- Que va, ¿pero que pasa?
+ Que nos van a confinar para intentar controlar las infecciones. Confinar significa que no podemos salir del piso.
- Ostia que dices, ¿pero cuanto tiempo?

Prosiguió la conversación de forma poco relevante, explicándole cosas como que no podía meter amigos en casa, salir de fiesta, y otras cosas que deberían haberle explicado sus padres o haber sabido por sí misma, para acabar diciéndole que si no llevábamos un orden y una limpieza, la convivencia iba a ser jodida. No se quedó muy convencida, pero tampoco era mi intención convencerla de absolutamente nada.

Pasaron los días y como no podía salir, comenzó a ducharse como 4 o 5 veces al día. La música por todo lo alto... y para colmo, se depilaba con la cuchilla y dejaba la pared de la ducha llena de pelos de su coño. Se me hincharon y fui a su habitación.

+ ¿Crees que te puedes dejar el aseo así?
- Ostia tio, perdona pero tampoco creo que sea para tanto, porque le echas agua y se van
+ Ya, pero son los pelos de tu coño y el agua se la echas tú
- A mí así no me hables que la tenemos, que estoy hasta el coño de estar aquí metida todo el puto día
+ Vaya educación tienes, niñata
- En el coño la tengo
+ Sí, eso digo. Qué puta maleducada eres
- Edúcame tú, chulo, venga
+¿Que te eduque? No te preocupes, que si te educara en una semana serías normal



Seguiré si lo pedís y os gusta, porque es largo.
Sigue sigue…
 
- Venga, a ver si es verdad, si no se hacer nada me enseñas tú, que como no tenemos nada que hacer...
+ No tendrás nada que hacer tú, pero si insistes te voy a enseñar a tener una casa como hay que tenerla

La verdad que en ciertos casos y por lo quemado que estaba, era duro con ella, pero la chica en el fondo parecía noble y era obediente. Esa semana la enseñé a fregar los platos, barrer y fregar el suelo, los baños... un poco todo. Y Yeni, por obediencia o aburrimiento, limpiaba mucho a lo largo del día.

La semana siguiente estaba limpiando el fondo de un armario bastante bajo que había en el salón, a cuatro patas con unas mallas cortas del decathlon, ya tan desgastadas que dejaban ver el tanga de leopardo que llevaba debajo.

- Te quejarás de como limpio eh, yo aquí puteada entera y tú mirándome el culo, estarás a gusto ahí sentado
+ Limpias bien. Te pones a cuatro patas porque quieres
- Aaaanda, como si no te gustara... pero sé más disimulado o algo, ¿no?
+ ¿Vas con unas mallas con las que veo hasta el estampado del tanga y tengo que ser yo el disimulado?
- Jajajaja es es verdad. Bueno, he terminado esto y voy a ducharme

La verdad que la niñata me había puesto la polla dura, y yo, tenía puesta la calefacción todo el día porque se paseaba por casa descalza, con un top y pantalones extracortos que se lo marcaban todo. El rollo había cambiado y ella, además de tener mejor convivencia, era bastante dócil.
 
Pasó una semana y ella seguía en sus trece. Vestida de aquella forma y mirándome buscando aprobación cada vez que hacía algo bien en casa.

Comencé a darle un ligero azote como en la parte baja de la lumbar mientras le decía "muy bien", para posteriormente dárselos en el culo. Cada vez más cerca de la parte baja y de su zona vaginal.

La verdad que la notaba muy cachonda todo el día, y no solo se dejaba tocar, sino que cuando hacía algo bien era ella misma la que me ponía su culo para que lo azotara o sobara un poco. Así la tuve otra semana, tocándole ese duro y blanco culito mientras ella se moría por seguir haciendo tareas y obtener su recompensa.
 
Pasó una semana y ella seguía en sus trece. Vestida de aquella forma y mirándome buscando aprobación cada vez que hacía algo bien en casa.

Comencé a darle un ligero azote como en la parte baja de la lumbar mientras le decía "muy bien", para posteriormente dárselos en el culo. Cada vez más cerca de la parte baja y de su zona vaginal.

La verdad que la notaba muy cachonda todo el día, y no solo se dejaba tocar, sino que cuando hacía algo bien era ella misma la que me ponía su culo para que lo azotara o sobara un poco. Así la tuve otra semana, tocándole ese duro y blanco culito mientras ella se moría por seguir haciendo tareas y obtener su recompensa.

Qué buena chica!
 
- Venga, a ver si es verdad, si no se hacer nada me enseñas tú, que como no tenemos nada que hacer...
+ No tendrás nada que hacer tú, pero si insistes te voy a enseñar a tener una casa como hay que tenerla

La verdad que en ciertos casos y por lo quemado que estaba, era duro con ella, pero la chica en el fondo parecía noble y era obediente. Esa semana la enseñé a fregar los platos, barrer y fregar el suelo, los baños... un poco todo. Y Yeni, por obediencia o aburrimiento, limpiaba mucho a lo largo del día.

La semana siguiente estaba limpiando el fondo de un armario bastante bajo que había en el salón, a cuatro patas con unas mallas cortas del decathlon, ya tan desgastadas que dejaban ver el tanga de leopardo que llevaba debajo.

- Te quejarás de como limpio eh, yo aquí puteada entera y tú mirándome el culo, estarás a gusto ahí sentado
+ Limpias bien. Te pones a cuatro patas porque quieres
- Aaaanda, como si no te gustara... pero sé más disimulado o algo, ¿no?
+ ¿Vas con unas mallas con las que veo hasta el estampado del tanga y tengo que ser yo el disimulado?
- Jajajaja es es verdad. Bueno, he terminado esto y voy a ducharme

La verdad que la niñata me había puesto la polla dura, y yo, tenía puesta la calefacción todo el día porque se paseaba por casa descalza, con un top y pantalones extracortos que se lo marcaban todo. El rollo había cambiado y ella, además de tener mejor convivencia, era bastante dócil.
Poco a poco ende rezando le
 
Pasó una semana y ella seguía en sus trece. Vestida de aquella forma y mirándome buscando aprobación cada vez que hacía algo bien en casa.

Comencé a darle un ligero azote como en la parte baja de la lumbar mientras le decía "muy bien", para posteriormente dárselos en el culo. Cada vez más cerca de la parte baja y de su zona vaginal.

La verdad que la notaba muy cachonda todo el día, y no solo se dejaba tocar, sino que cuando hacía algo bien era ella misma la que me ponía su culo para que lo azotara o sobara un poco. Así la tuve otra semana, tocándole ese duro y blanco culito mientras ella se moría por seguir haciendo tareas y obtener su recompensa.
Jo que buena pinta
 
Así estuve unos días. No soy un ansioso ni un desesperado y me gusta tener la situación en mi mano.

Yo iba marcando polla habitualmente, y aunque no tengo un pollón enorme, tengo unos 18 centímetros, es bastante gruesa, venosa y el glande tiene buenas dimensiones. Ella miraba embobada mientras iba todo el día poniendo el culo para que se lo viera y azotara.

Un día, tras azotarla varias veces la cogí del cuello y le dije al oído:
+ En esta casa hay un macho y una puta, ¿lo entiendes?
- Sí
+ Y te gusta
- Mucho
+ No es una pregunta. ¿Qué eres?
- Una puta
+ Mi puta -le dije mientas empujaba mi polla dura, aún bajo el pantalón sobre su abdomen-
- Tu puta, soy tu puta, soy tu puta -me dijo con la voz entrecortada de lo cachonda que estaba-
+ Ahora dúchate, termino yo de hacer estas cosas, pero no te masturbes... no puedes hacerlo
- Joder -soltó sin darse cuenta-
+ Aquí mando yo
- Lo sé

Se fue a ducharse y tardó unos diez minutos, y al salir la intercepté en el pasillo.

+ Qué educada estás... recogiendo tu ropa y todo...

Entré al aseo y se le había quedado bajo la alfombra su tanga. Estaba húmedo, o más bien chorreando. Parecía que hasta pesaba de la cantidad de lubricación que había dejado en él.
No pude evitar llevármelo a la nariz y deleitarme con aquel olor a flujo vaginal, a excitación de aquella choni que ahora estaba bien sometida. Me saqué la polla y la pasé por él. Tan mojado estaba que me lubricó el glande y solté mínimo diez chorros de semen sobre él. la parte delantera prácticamente no se distinguía de tanta leche que había caído encima. Lo dejé y me di una ducha.

+Ts, zorrita, te has dejado tu tanga en el baño
- Perdón, perdón, ¿donde está?
+ Si lo quieres, me lo pides de rodillas
Puso sus rodillas en el suelo y volvió a pedirlo.

+Lo vas a coger, pero con la boca.

Sin pedírselo siquiera, abrió la boca mientas me miraba a los ojos y ahí lo metí

+ No te lo saques de la boca, ¿a qué sabe?
- A lefa
+ A mi lefa. Te puedes masturbar tal cual estás. Sin sacarlo de tu boca y de rodillas donde estás y déjalo bien limpio con tu lengua.

Yo estaba por el piso mientras Yeni, de rodillas en el suelo, metía sus dedos dentro del pantalón y soltaba gemidos ahogados por el tanga de su boca, hasta que llegó al orgasmo y quedó temblando.
 
Así estuve unos días. No soy un ansioso ni un desesperado y me gusta tener la situación en mi mano.

Yo iba marcando polla habitualmente, y aunque no tengo un pollón enorme, tengo unos 18 centímetros, es bastante gruesa, venosa y el glande tiene buenas dimensiones. Ella miraba embobada mientras iba todo el día poniendo el culo para que se lo viera y azotara.

Un día, tras azotarla varias veces la cogí del cuello y le dije al oído:
+ En esta casa hay un macho y una puta, ¿lo entiendes?
- Sí
+ Y te gusta
- Mucho
+ No es una pregunta. ¿Qué eres?
- Una puta
+ Mi puta -le dije mientas empujaba mi polla dura, aún bajo el pantalón sobre su abdomen-
- Tu puta, soy tu puta, soy tu puta -me dijo con la voz entrecortada de lo cachonda que estaba-
+ Ahora dúchate, termino yo de hacer estas cosas, pero no te masturbes... no puedes hacerlo
- Joder -soltó sin darse cuenta-
+ Aquí mando yo
- Lo sé

Se fue a ducharse y tardó unos diez minutos, y al salir la intercepté en el pasillo.

+ Qué educada estás... recogiendo tu ropa y todo...

Entré al aseo y se le había quedado bajo la alfombra su tanga. Estaba húmedo, o más bien chorreando. Parecía que hasta pesaba de la cantidad de lubricación que había dejado en él.
No pude evitar llevármelo a la nariz y deleitarme con aquel olor a flujo vaginal, a excitación de aquella choni que ahora estaba bien sometida. Me saqué la polla y la pasé por él. Tan mojado estaba que me lubricó el glande y solté mínimo diez chorros de semen sobre él. la parte delantera prácticamente no se distinguía de tanta leche que había caído encima. Lo dejé y me di una ducha.

+Ts, zorrita, te has dejado tu tanga en el baño
- Perdón, perdón, ¿donde está?
+ Si lo quieres, me lo pides de rodillas
Puso sus rodillas en el suelo y volvió a pedirlo.

+Lo vas a coger, pero con la boca.

Sin pedírselo siquiera, abrió la boca mientas me miraba a los ojos y ahí lo metí

+ No te lo saques de la boca, ¿a qué sabe?
- A lefa
+ A mi lefa. Te puedes masturbar tal cual estás. Sin sacarlo de tu boca y de rodillas donde estás y déjalo bien limpio con tu lengua.

Yo estaba por el piso mientras Yeni, de rodillas en el suelo, metía sus dedos dentro del pantalón y soltaba gemidos ahogados por el tanga de su boca, hasta que llegó al orgasmo y quedó temblando.
Explosión de sexo en su coño
 
Así estuve unos días. No soy un ansioso ni un desesperado y me gusta tener la situación en mi mano.

Yo iba marcando polla habitualmente, y aunque no tengo un pollón enorme, tengo unos 18 centímetros, es bastante gruesa, venosa y el glande tiene buenas dimensiones. Ella miraba embobada mientras iba todo el día poniendo el culo para que se lo viera y azotara.

Un día, tras azotarla varias veces la cogí del cuello y le dije al oído:
+ En esta casa hay un macho y una puta, ¿lo entiendes?
- Sí
+ Y te gusta
- Mucho
+ No es una pregunta. ¿Qué eres?
- Una puta
+ Mi puta -le dije mientas empujaba mi polla dura, aún bajo el pantalón sobre su abdomen-
- Tu puta, soy tu puta, soy tu puta -me dijo con la voz entrecortada de lo cachonda que estaba-
+ Ahora dúchate, termino yo de hacer estas cosas, pero no te masturbes... no puedes hacerlo
- Joder -soltó sin darse cuenta-
+ Aquí mando yo
- Lo sé

Se fue a ducharse y tardó unos diez minutos, y al salir la intercepté en el pasillo.

+ Qué educada estás... recogiendo tu ropa y todo...

Entré al aseo y se le había quedado bajo la alfombra su tanga. Estaba húmedo, o más bien chorreando. Parecía que hasta pesaba de la cantidad de lubricación que había dejado en él.
No pude evitar llevármelo a la nariz y deleitarme con aquel olor a flujo vaginal, a excitación de aquella choni que ahora estaba bien sometida. Me saqué la polla y la pasé por él. Tan mojado estaba que me lubricó el glande y solté mínimo diez chorros de semen sobre él. la parte delantera prácticamente no se distinguía de tanta leche que había caído encima. Lo dejé y me di una ducha.

+Ts, zorrita, te has dejado tu tanga en el baño
- Perdón, perdón, ¿donde está?
+ Si lo quieres, me lo pides de rodillas
Puso sus rodillas en el suelo y volvió a pedirlo.

+Lo vas a coger, pero con la boca.

Sin pedírselo siquiera, abrió la boca mientas me miraba a los ojos y ahí lo metí

+ No te lo saques de la boca, ¿a qué sabe?
- A lefa
+ A mi lefa. Te puedes masturbar tal cual estás. Sin sacarlo de tu boca y de rodillas donde estás y déjalo bien limpio con tu lengua.

Yo estaba por el piso mientras Yeni, de rodillas en el suelo, metía sus dedos dentro del pantalón y soltaba gemidos ahogados por el tanga de su boca, hasta que llegó al orgasmo y quedó temblando.
Bufffff que bueno, esto promete
 
Tras aquel suceso, entré a mi habitación para hacer unos trabajos que tenía pendientes y ya no la vi hasta el próximo día, que nos cruzamos en el pasillo. Ella con gesto pudoroso me dio los buenos días, a lo que yo respondí con un azote bastante firme que encendió sus ojos.

Dúchate, que cuando salgas te voy a dar el desayuno, o algo así le dije. Ella, con mirada lasciva me dijo "vale" y fue contorneando su culo bajo mi mirada, que lo siguió hasta perderlo tras la puerta del aseo. Tardó más que de normal y apareció con un peinado muy bonito, los leggings que tanto me gustaban y una camiseta corta bajo la que no llevaba sostén.

Al salir, yo le había hecho un desayuno -dos crepes y un café con leche- algo que agradeció bastante. Y mientras se lo comía, le dije: "ahora me vas a enseñar algo de ropa. Vamos a ver juntos qué modelitos tienes para ir por casa..."

Prácticamente engulló el último trozo sin masticar y me dirigió a su habitación, en la que nunca había estado. Abrió su enorme armario y comenzó a sacar vestidos bastante chonis, pero le dije que empezaríamos por el calzado y la ropa interior.

Dicho y hecho, cubrió la cama con una manta sobre la que organizó su calzado. En su mayoría eran zapatillas tipo Jordan, unas Fila bastante grandes, una especie de airmax falsas y un par de tacones. Elegí unos y le dije que tocaba la ropa interior, de la cual elegí media docena de tangas -todos de leopardo- y posteriormente tres vestidos de tubo -negro, rosa chicle y leopardo-

La ropa interior y los tacones eran exactamente así:


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Lo cierto es, que ese aire de choni poligonera me estaba poniendo bastante y le dije que entre el tanga y el vestido, tenía que elegir uno. Que nunca iría con los dos a la vez, que o en tanga, o con vestido y mis condiciones. Me dijo que le parecía genial y le respondí que fuera a cambiarse, que la esperaba en el salón, pero que no tardara.

Tardó más de lo que debía, pero al aparecer me quedé algo ojiplático. Iba perfectamente maquillada, con aquellos taconazos y se había decantado por la opción del vestido de leopardo.

Muy bien, ahora voy a comprobar que no llevas nada debajo -le dije-. Le ordené agacharse hasta el punto de coger sus propios tobillos con sus manos y no tuve ni que levantar aquel vestido de lo corto que era. Se veía perfectamente una vagina blanquita con labios rosados, brillante de la lubricación y un ano también muy rosado. Su coño tenía unos labios muy contenidos y su depilación era exquisita.

Se lo acaricié suavemente, para meterle un dedo muy despacio. Las contracciones vaginales me apretaban y soltaban el dedo, pero aquel agujero estaba realmente muy apretado. De hecho, su gemido fue prácticamente un grito.

Aún con mi dedo dentro y moviéndolo suavemente, le dije: Cuando te he dado la opción de tanga o vestido, te he dicho: "Nunca irás con los dos a la vez, en tanga, o con vestido y mis condiciones"

Su cuerpo se retorcía en aquella incómoda posición del placer que sentía, pero sus labios pudieron esbozar un "ssssi" entre gemidos y algún grito que junto con su abundante lubricación -que goteaba el suelo- me decía que estaba a punto de llegar al orgasmo.

Pues mis condiciones son estas... la puse en pie, saqué el dedo de su vagina y ella soltó un quejido -prácticamente un sollozo por no dejarla llegar al orgasmo una vez más- y aquel vestido de tubo lo remangué por la parte inferior hasta su cintura y por la superior por debajo de sus preciosos y contenidos pechos.

+ Así vas a ir a partir de ahora. Lo mismo el próximo día te lo piensas mejor y te pones el tanguita -le dije dándole un azote y marchándome-

Y así se fueron sucediendo los días, siempre vestida como debía y bien maquillada, lo que se tradujo en muchos momentos en los que al pasar por al lado de ella mientras limpiaba o hacía cualquier cosa, tocaba su vagina para dejarla una y otra vez al borde del orgasmo. También, en dos ocasiones, la arrodillé y pasé mi paquete en boxers por su cara, diciéndole que oliera bien lo que se iba a comer. Ella lo hacía con un vicio impresionante e intentaba sacar la lengua y chupar desesperadamente, pidiéndome por favor poder mamármela aunque solo fuera un segundo.


¿Continuará?
 

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