Mi compañera de piso, una choni de 18.

Follaba con otros antes de ser tu sumisa y que nos confinasen??lo escuchabas??
 
Tras aquel suceso, entré a mi habitación para hacer unos trabajos que tenía pendientes y ya no la vi hasta el próximo día, que nos cruzamos en el pasillo. Ella con gesto pudoroso me dio los buenos días, a lo que yo respondí con un azote bastante firme que encendió sus ojos.

Dúchate, que cuando salgas te voy a dar el desayuno, o algo así le dije. Ella, con mirada lasciva me dijo "vale" y fue contorneando su culo bajo mi mirada, que lo siguió hasta perderlo tras la puerta del aseo. Tardó más que de normal y apareció con un peinado muy bonito, los leggings que tanto me gustaban y una camiseta corta bajo la que no llevaba sostén.

Al salir, yo le había hecho un desayuno -dos crepes y un café con leche- algo que agradeció bastante. Y mientras se lo comía, le dije: "ahora me vas a enseñar algo de ropa. Vamos a ver juntos qué modelitos tienes para ir por casa..."

Prácticamente engulló el último trozo sin masticar y me dirigió a su habitación, en la que nunca había estado. Abrió su enorme armario y comenzó a sacar vestidos bastante chonis, pero le dije que empezaríamos por el calzado y la ropa interior.

Dicho y hecho, cubrió la cama con una manta sobre la que organizó su calzado. En su mayoría eran zapatillas tipo Jordan, unas Fila bastante grandes, una especie de airmax falsas y un par de tacones. Elegí unos y le dije que tocaba la ropa interior, de la cual elegí media docena de tangas -todos de leopardo- y posteriormente tres vestidos de tubo -negro, rosa chicle y leopardo-

La ropa interior y los tacones eran exactamente así:


71zP5Wpo5zL.jpg51TaAxqSTJS._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg

Lo cierto es, que ese aire de choni poligonera me estaba poniendo bastante y le dije que entre el tanga y el vestido, tenía que elegir uno. Que nunca iría con los dos a la vez, que o en tanga, o con vestido y mis condiciones. Me dijo que le parecía genial y le respondí que fuera a cambiarse, que la esperaba en el salón, pero que no tardara.

Tardó más de lo que debía, pero al aparecer me quedé algo ojiplático. Iba perfectamente maquillada, con aquellos taconazos y se había decantado por la opción del vestido de leopardo.

Muy bien, ahora voy a comprobar que no llevas nada debajo -le dije-. Le ordené agacharse hasta el punto de coger sus propios tobillos con sus manos y no tuve ni que levantar aquel vestido de lo corto que era. Se veía perfectamente una vagina blanquita con labios rosados, brillante de la lubricación y un ano también muy rosado. Su coño tenía unos labios muy contenidos y su depilación era exquisita.

Se lo acaricié suavemente, para meterle un dedo muy despacio. Las contracciones vaginales me apretaban y soltaban el dedo, pero aquel agujero estaba realmente muy apretado. De hecho, su gemido fue prácticamente un grito.

Aún con mi dedo dentro y moviéndolo suavemente, le dije: Cuando te he dado la opción de tanga o vestido, te he dicho: "Nunca irás con los dos a la vez, en tanga, o con vestido y mis condiciones"

Su cuerpo se retorcía en aquella incómoda posición del placer que sentía, pero sus labios pudieron esbozar un "ssssi" entre gemidos y algún grito que junto con su abundante lubricación -que goteaba el suelo- me decía que estaba a punto de llegar al orgasmo.

Pues mis condiciones son estas... la puse en pie, saqué el dedo de su vagina y ella soltó un quejido -prácticamente un sollozo por no dejarla llegar al orgasmo una vez más- y aquel vestido de tubo lo remangué por la parte inferior hasta su cintura y por la superior por debajo de sus preciosos y contenidos pechos.

+ Así vas a ir a partir de ahora. Lo mismo el próximo día te lo piensas mejor y te pones el tanguita -le dije dándole un azote y marchándome-

Y así se fueron sucediendo los días, siempre vestida como debía y bien maquillada, lo que se tradujo en muchos momentos en los que al pasar por al lado de ella mientras limpiaba o hacía cualquier cosa, tocaba su vagina para dejarla una y otra vez al borde del orgasmo. También, en dos ocasiones, la arrodillé y pasé mi paquete en boxers por su cara, diciéndole que oliera bien lo que se iba a comer. Ella lo hacía con un vicio impresionante e intentaba sacar la lengua y chupar desesperadamente, pidiéndome por favor poder mamármela aunque solo fuera un segundo.


¿Continuará?
Mucho aguantaste sin follarla o que se tragara tu polla... yo no hubiera podido aguantar tanto.
 
La imaginacion es libre pero no sere el unico en desear alguna foto de ella...
 
Tras aquel suceso, entré a mi habitación para hacer unos trabajos que tenía pendientes y ya no la vi hasta el próximo día, que nos cruzamos en el pasillo. Ella con gesto pudoroso me dio los buenos días, a lo que yo respondí con un azote bastante firme que encendió sus ojos.

Dúchate, que cuando salgas te voy a dar el desayuno, o algo así le dije. Ella, con mirada lasciva me dijo "vale" y fue contorneando su culo bajo mi mirada, que lo siguió hasta perderlo tras la puerta del aseo. Tardó más que de normal y apareció con un peinado muy bonito, los leggings que tanto me gustaban y una camiseta corta bajo la que no llevaba sostén.

Al salir, yo le había hecho un desayuno -dos crepes y un café con leche- algo que agradeció bastante. Y mientras se lo comía, le dije: "ahora me vas a enseñar algo de ropa. Vamos a ver juntos qué modelitos tienes para ir por casa..."

Prácticamente engulló el último trozo sin masticar y me dirigió a su habitación, en la que nunca había estado. Abrió su enorme armario y comenzó a sacar vestidos bastante chonis, pero le dije que empezaríamos por el calzado y la ropa interior.

Dicho y hecho, cubrió la cama con una manta sobre la que organizó su calzado. En su mayoría eran zapatillas tipo Jordan, unas Fila bastante grandes, una especie de airmax falsas y un par de tacones. Elegí unos y le dije que tocaba la ropa interior, de la cual elegí media docena de tangas -todos de leopardo- y posteriormente tres vestidos de tubo -negro, rosa chicle y leopardo-

La ropa interior y los tacones eran exactamente así:


71zP5Wpo5zL.jpg51TaAxqSTJS._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg

Lo cierto es, que ese aire de choni poligonera me estaba poniendo bastante y le dije que entre el tanga y el vestido, tenía que elegir uno. Que nunca iría con los dos a la vez, que o en tanga, o con vestido y mis condiciones. Me dijo que le parecía genial y le respondí que fuera a cambiarse, que la esperaba en el salón, pero que no tardara.

Tardó más de lo que debía, pero al aparecer me quedé algo ojiplático. Iba perfectamente maquillada, con aquellos taconazos y se había decantado por la opción del vestido de leopardo.

Muy bien, ahora voy a comprobar que no llevas nada debajo -le dije-. Le ordené agacharse hasta el punto de coger sus propios tobillos con sus manos y no tuve ni que levantar aquel vestido de lo corto que era. Se veía perfectamente una vagina blanquita con labios rosados, brillante de la lubricación y un ano también muy rosado. Su coño tenía unos labios muy contenidos y su depilación era exquisita.

Se lo acaricié suavemente, para meterle un dedo muy despacio. Las contracciones vaginales me apretaban y soltaban el dedo, pero aquel agujero estaba realmente muy apretado. De hecho, su gemido fue prácticamente un grito.

Aún con mi dedo dentro y moviéndolo suavemente, le dije: Cuando te he dado la opción de tanga o vestido, te he dicho: "Nunca irás con los dos a la vez, en tanga, o con vestido y mis condiciones"

Su cuerpo se retorcía en aquella incómoda posición del placer que sentía, pero sus labios pudieron esbozar un "ssssi" entre gemidos y algún grito que junto con su abundante lubricación -que goteaba el suelo- me decía que estaba a punto de llegar al orgasmo.

Pues mis condiciones son estas... la puse en pie, saqué el dedo de su vagina y ella soltó un quejido -prácticamente un sollozo por no dejarla llegar al orgasmo una vez más- y aquel vestido de tubo lo remangué por la parte inferior hasta su cintura y por la superior por debajo de sus preciosos y contenidos pechos.

+ Así vas a ir a partir de ahora. Lo mismo el próximo día te lo piensas mejor y te pones el tanguita -le dije dándole un azote y marchándome-

Y así se fueron sucediendo los días, siempre vestida como debía y bien maquillada, lo que se tradujo en muchos momentos en los que al pasar por al lado de ella mientras limpiaba o hacía cualquier cosa, tocaba su vagina para dejarla una y otra vez al borde del orgasmo. También, en dos ocasiones, la arrodillé y pasé mi paquete en boxers por su cara, diciéndole que oliera bien lo que se iba a comer. Ella lo hacía con un vicio impresionante e intentaba sacar la lengua y chupar desesperadamente, pidiéndome por favor poder mamármela aunque solo fuera un segundo.


¿Continuará?
Una historia increíble, esperamos que nos actualice jejejeje🤤🤤🤤
 
Tras aquel suceso, entré a mi habitación para hacer unos trabajos que tenía pendientes y ya no la vi hasta el próximo día, que nos cruzamos en el pasillo. Ella con gesto pudoroso me dio los buenos días, a lo que yo respondí con un azote bastante firme que encendió sus ojos.

Dúchate, que cuando salgas te voy a dar el desayuno, o algo así le dije. Ella, con mirada lasciva me dijo "vale" y fue contorneando su culo bajo mi mirada, que lo siguió hasta perderlo tras la puerta del aseo. Tardó más que de normal y apareció con un peinado muy bonito, los leggings que tanto me gustaban y una camiseta corta bajo la que no llevaba sostén.

Al salir, yo le había hecho un desayuno -dos crepes y un café con leche- algo que agradeció bastante. Y mientras se lo comía, le dije: "ahora me vas a enseñar algo de ropa. Vamos a ver juntos qué modelitos tienes para ir por casa..."

Prácticamente engulló el último trozo sin masticar y me dirigió a su habitación, en la que nunca había estado. Abrió su enorme armario y comenzó a sacar vestidos bastante chonis, pero le dije que empezaríamos por el calzado y la ropa interior.

Dicho y hecho, cubrió la cama con una manta sobre la que organizó su calzado. En su mayoría eran zapatillas tipo Jordan, unas Fila bastante grandes, una especie de airmax falsas y un par de tacones. Elegí unos y le dije que tocaba la ropa interior, de la cual elegí media docena de tangas -todos de leopardo- y posteriormente tres vestidos de tubo -negro, rosa chicle y leopardo-

La ropa interior y los tacones eran exactamente así:


71zP5Wpo5zL.jpg51TaAxqSTJS._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg

Lo cierto es, que ese aire de choni poligonera me estaba poniendo bastante y le dije que entre el tanga y el vestido, tenía que elegir uno. Que nunca iría con los dos a la vez, que o en tanga, o con vestido y mis condiciones. Me dijo que le parecía genial y le respondí que fuera a cambiarse, que la esperaba en el salón, pero que no tardara.

Tardó más de lo que debía, pero al aparecer me quedé algo ojiplático. Iba perfectamente maquillada, con aquellos taconazos y se había decantado por la opción del vestido de leopardo.

Muy bien, ahora voy a comprobar que no llevas nada debajo -le dije-. Le ordené agacharse hasta el punto de coger sus propios tobillos con sus manos y no tuve ni que levantar aquel vestido de lo corto que era. Se veía perfectamente una vagina blanquita con labios rosados, brillante de la lubricación y un ano también muy rosado. Su coño tenía unos labios muy contenidos y su depilación era exquisita.

Se lo acaricié suavemente, para meterle un dedo muy despacio. Las contracciones vaginales me apretaban y soltaban el dedo, pero aquel agujero estaba realmente muy apretado. De hecho, su gemido fue prácticamente un grito.

Aún con mi dedo dentro y moviéndolo suavemente, le dije: Cuando te he dado la opción de tanga o vestido, te he dicho: "Nunca irás con los dos a la vez, en tanga, o con vestido y mis condiciones"

Su cuerpo se retorcía en aquella incómoda posición del placer que sentía, pero sus labios pudieron esbozar un "ssssi" entre gemidos y algún grito que junto con su abundante lubricación -que goteaba el suelo- me decía que estaba a punto de llegar al orgasmo.

Pues mis condiciones son estas... la puse en pie, saqué el dedo de su vagina y ella soltó un quejido -prácticamente un sollozo por no dejarla llegar al orgasmo una vez más- y aquel vestido de tubo lo remangué por la parte inferior hasta su cintura y por la superior por debajo de sus preciosos y contenidos pechos.

+ Así vas a ir a partir de ahora. Lo mismo el próximo día te lo piensas mejor y te pones el tanguita -le dije dándole un azote y marchándome-

Y así se fueron sucediendo los días, siempre vestida como debía y bien maquillada, lo que se tradujo en muchos momentos en los que al pasar por al lado de ella mientras limpiaba o hacía cualquier cosa, tocaba su vagina para dejarla una y otra vez al borde del orgasmo. También, en dos ocasiones, la arrodillé y pasé mi paquete en boxers por su cara, diciéndole que oliera bien lo que se iba a comer. Ella lo hacía con un vicio impresionante e intentaba sacar la lengua y chupar desesperadamente, pidiéndome por favor poder mamármela aunque solo fuera un segundo.


¿Continuará?
Buffff, esto promete…
Sigue, sigue 💪🏻
 
Así fueron pasando los días, y lo cierto que Yeni era muy obediente. Nada más despertarse se duchaba, depilaba y maquillaba, se ponía sus tacones y vestido o tanga, se peinaba y me hacía el desayuno.

+ Te estás portando realmente bien y ahora vas a tener tu recompensa, ven al salón -le escribí por mensaje-

Llegó en no más de veinte segundos y me encontró tocándome el paquete mientras veía porno en la tele del salón. Le dije que viniera a cuatro patas, y así lo hizo.
Apoyé mi paquete en su rostro y comencé a frotarlo, masturbándome aún con el boxer puesto con cada centímetro de su cara, agarrada del cabello.

+ ¿Quiere polla la puta?
- Sí, quiero polla, dame polla
+ Me vas a llamar amo o señor a partir de ahora.
- Quiero polla señor, amo necesito que me des polla por favor -la súplica era acompañada por una respiración agitada y jadeante-

Me saqué la polla y se la restregué por la cara, esta vez sin tela de por medio. La tenía chorreando y corrí su maquillaje de tanto restregon con mi pincel bañado en preseminal.

+Abre esa boca de puta

Abrió la boca y atragantándose me dijo: "es muy grande" " es muy grande" balbuceando más que hablando.

+Ahora vas a mamar, pero lo vas a hacer hasta que yo te diga que pares, y las manos... -paré y se las até a la espalda con un cinturón- Así mucho mejor. Chupa.

Mientras veía porno, la tuve mamando alrededor de 45 minutos hasta que no pude más, le clavé la polla en la garganta lo más profundo que pude y descargué como si se tratara de un coño que quisiera preñar. Ella paró y me dio las gracias, me dijo que la cantidad de lefa había sido increíble y que creía que se ahogaba.

+ Nadie te ha dicho que hables ni que dejes de mamar.

Y así la tuve toda la mañana, mamando sin poder usar las manos, acabando con la mandíbula al borde de la extenuación de tanto chupar polla y sus rodillas rojas de estar hincadas en el suelo. De vez en cuando yo iba a mear y le decía que usara su boca para limpiarme y así lo hacía.

Al cabo de una semana (7 días) y siendo conservador con las cuentas, probablemente la hubiese tenido mamando 15 horas, aunque el primer día fue toda la mañana y un rato por la tarde, por lo que probablemente fuera bastante más.

Fueron siete días placenteros para mí y duros para ella. La tenía privada de masturbación y mis tocamientos eran pellizcos en los pezones y algún que otro azote en el clítoris que casi acaba en orgasmo de lo excitada que se encontraba. También fue un periodo duro para sus rodillas, que presentaban algún morado de estar tanto rato hincadas y para sus labios, que entrando mi polla justa como entraba, los tenía en carne viva.
 
Así fueron pasando los días, y lo cierto que Yeni era muy obediente. Nada más despertarse se duchaba, depilaba y maquillaba, se ponía sus tacones y vestido o tanga, se peinaba y me hacía el desayuno.

+ Te estás portando realmente bien y ahora vas a tener tu recompensa, ven al salón -le escribí por mensaje-

Llegó en no más de veinte segundos y me encontró tocándome el paquete mientras veía porno en la tele del salón. Le dije que viniera a cuatro patas, y así lo hizo.
Apoyé mi paquete en su rostro y comencé a frotarlo, masturbándome aún con el boxer puesto con cada centímetro de su cara, agarrada del cabello.

+ ¿Quiere polla la puta?
- Sí, quiero polla, dame polla
+ Me vas a llamar amo o señor a partir de ahora.
- Quiero polla señor, amo necesito que me des polla por favor -la súplica era acompañada por una respiración agitada y jadeante-

Me saqué la polla y se la restregué por la cara, esta vez sin tela de por medio. La tenía chorreando y corrí su maquillaje de tanto restregon con mi pincel bañado en preseminal.

+Abre esa boca de puta

Abrió la boca y atragantándose me dijo: "es muy grande" " es muy grande" balbuceando más que hablando.

+Ahora vas a mamar, pero lo vas a hacer hasta que yo te diga que pares, y las manos... -paré y se las até a la espalda con un cinturón- Así mucho mejor. Chupa.

Mientras veía porno, la tuve mamando alrededor de 45 minutos hasta que no pude más, le clavé la polla en la garganta lo más profundo que pude y descargué como si se tratara de un coño que quisiera preñar. Ella paró y me dio las gracias, me dijo que la cantidad de lefa había sido increíble y que creía que se ahogaba.

+ Nadie te ha dicho que hables ni que dejes de mamar.

Y así la tuve toda la mañana, mamando sin poder usar las manos, acabando con la mandíbula al borde de la extenuación de tanto chupar polla y sus rodillas rojas de estar hincadas en el suelo. De vez en cuando yo iba a mear y le decía que usara su boca para limpiarme y así lo hacía.

Al cabo de una semana (7 días) y siendo conservador con las cuentas, probablemente la hubiese tenido mamando 15 horas, aunque el primer día fue toda la mañana y un rato por la tarde, por lo que probablemente fuera bastante más.

Fueron siete días placenteros para mí y duros para ella. La tenía privada de masturbación y mis tocamientos eran pellizcos en los pezones y algún que otro azote en el clítoris que casi acaba en orgasmo de lo excitada que se encontraba. También fue un periodo duro para sus rodillas, que presentaban algún morado de estar tanto rato hincadas y para sus labios, que entrando mi polla justa como entraba, los tenía en carne viva.
Muy bien entrenada la verdad
 

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