Mi marido y sus dos amigos

Mi mujer siempre fue rarita para el sexo y el hacerlo en la cama al acostarse o levantarseno nunca ha despertado mucho interés en ella. Ahora hace años que se lo monta como hotwife y eso le proporciona la excitación que necesita. La verdad, follar, follar, follamos poco (entre nosotros). Ella folla más con su macho (tiene uno fijo hace años) y yo me lo monto a mi manera con mis pajas y mis morbos. Pero hubo un tiempo en que éramos más jóvenes y aún estaba lejos esta etapa, digamos liberal. Cuando por aquel entonces cada noche me metía en la cama con ella, tenía ganas de sexo con mi mujer, que me ponía mucho. Un sexo que ella rechazaba casi sistemáticamente, llegando hasta a darme gritos para que no intentase hacer nada.

Yo, como en la canción, me mojaba las ganas no en el café, pero como podía. A veces me despertaba en mitad de la noche y, si en un rato no conseguía dormir, estiraba mi brazo hasta llegar a tocarla. Empezaba a acariciarla con cuidado y si no gruñía o me daba un rugido, intentaba poco a poco ir acercándome a su coño.

Me extrañaba que a menudo, pese de estar aparentemente dormida, rechazase rápidamente y con vehemencia mis intentos de aproximación, y en otras ocasiones, hay que decir que minoritarias, después de haber conseguido llegar a su coño, le abría las piernas, la recolocaba haciéndola girar, etc. y, pese a todo lo que este traqueteo suponía, permanecía impasible y aparentemente dormida.

Cuando esto ocurría, comenzaba a masajearle el clítoris y a continuación la penetraba, primero con un dedo, luego con dos, trabajando bien su punto G. Cuando le metía tres o cuatro dedos siempre llegaba un momento en que empezaba a notar sus contracciones pélvicas. A partir de ahí insistía e incrementaba la intensidad y a veces se corría así. Otras, la mayoría, llegados a un punto solía decirme con una voz tenue, como si estuviese medio sonámbula:
- Métemela.
Se la clavaba y me la follaba.
No hablábamos, por lo general, luego nada. Una vez corridos, nos dormíamos otra vez y no comentábamos tampoco nada al día siguiente.

Tiempo después, diría que muchos años, no sabría decir si ya incluso después de haber ella empezado a probar otros rabos, un día en la cama me confesó que cuando eso ocurría ella estaba consciente y me permitía hacer. No podía ella asegurar si siempre sucedía así, pero sí que había habido muchas veces en que había notado mi mano y me había dejado progresar hasta llegar al final.

Lo cuento porque el leer la experiencia de "soy_mollete" me lo ha recordado. Hacerlo con amigos tiene un plus :babeando1:
 
No te preocupes lo que importa es que nos sigas respondiendo y contando lo que te gusta y pone caliente,en lo personal me gustó que te hicieras la dormida y sintieras como te manoseaban y sin saber exactamente quien lo hacía y además que ya sabes que tú pareja es capaz de compartirte con otros hombres,la verdad me puse muy caliente de imaginarte desnuda y con las piernas abiertas espero sigas aquí
Un placer.
No te preocupes q andare dias x aqui.
Un abrazo.
 
Atrás
Top Abajo