Mi primer agosto como cornudo consentido

EL DÍA DESPUÉS

La verdad que uno dedica todos los preparativos a pensar cómo será el momento, cómo reaccionaremos, pero nunca pensamos en el momento de después.

Yo pensaba que daría un bajón y brotarían las dudas. Pero no, le quitamos el corcho a la botella de champán.

Lo que eran ganas, se convirtió en deseo. Ya queríamos repetir. Volvernos a estar bajo el mando de fontanero. Relajarnos en nuestros roles de pareja y ser el objeto de deseo de otra persona.

Mi inseguridad se fue cuando tuve que volver a metérsela a la señora hasta el fondo. Ella arriba, porque fontanero no duró 3 minutos.

Tras decenas de sesiones de sexo en las ultimas semanas, mi fondo en el acto se convirtió en carrera de fondo. Ya he dejado de correrme a ritmo normal. Me la tengo que mover a un ritmo descomunal para sacar lo poco que me queda.

Y ya ves si me corrí, como nunca. Sexo de 40 minutos. Sudor de agosto. Mitsubishi eléctric mi mejor aliado en ese bochorno que se vive en el sur.

Yo tenía miedo a decirlo, miedo a decir que quería repetir. Porque no sé si me ponía más haberme comido un rabo, o haber visto un multiorgasmo de mi señora como espectador.

Pero ella también quería. Así lo hicimos.

La segunda batalla estaba planteada.
 
EL SEGUNDO ROUND

No pudimos esperar más de dos días para repetir. Yo ya era un mero comentarista postbatalla con fontanero.

Mi señora quería squirt, quería volver a exponer su clítoris a tremenda sesión de cunnilingus, quería que nos corriésemos encima de ella. Y así lo pidió. No se ni cómo pasaron dos días en dos minutos. Gracias a los abuelos que tenían los niños, no paramos ni un segundo de disfrutar. Entre nosotros, y pensando en repetir.

Así que consultamos la siguiente reparación de fontanero en la comunidad vecina, y el día 3 de agosto pasó lo que tenía que pasar. Que volvimos a romper otras pocas de barreras.

IMG_1526.jpeg


Misma dinámica, esperamos a fontanero en la habitación. Yo abrí la puerta. Mismas velas. Misma música. Pero fontanero pidió mi lado de la cama. Al ser diestro, el estar a la derecha de la señora. Le permitiría con su muñeca fuerte de autónomo, no de ingeniero pajillero, investigar las entrañas de la que esa su damisela esa mañana.

Esperamos a que terminase, toda la mañana cachondos. Dos o tres duchas frías, bodi de Hunkemoller morado. Este sin botones. Pero no iba a ser una barrera. Yo a la izquierda.

Fontanero llega, se ducha, entra a la habitación. Y esboza una leve sonrisa de chico pillín. Y de nuevo a comer coño como si no hubiese un mañana.

Yo creo que no había pasado el tiempo en esos 3 días, y yo creo que el nivel de cachondismo de mi señora no bajó esa semana, a pesar de sus orgasmos. Y nuevo volvió a correrse una y otra vez. Mientras me miraba agradecida.

La realidad es que todavía estamos pudorosos de nosotros mismos. Poca luz, ninguna conversación, sólo placer.

Hasta que cansada después de un cuarto de hora de comer coño sin fin. Ella lo paró, se levantó para respirar. Y yo ocupé su espacio en la cama.

En ese momento yo, grande, llenaba el espacio. Fontanero se subió por mi derecha y me la metió entera en la boca. Mientras notaba que la suya se ponía enorme, la mía iba a explotar. Más adentro la metía, notaba su piercing en mi garganta.

Mientras disfrutaba comiéndome mi segundo rabo, yo tumbado el cama y el de rodillas. Mi señora se puso a mi izquierda y empezó a comerle la boca. Como nunca se la había comido. Mientras yo con su rabo en la boca miraba desde abajo.

Mi señora unos segundos maravillosos después. Bajó a besarme a mi, mientras fontanero aprovechó para metérnosla en la boca a los dos. Mientras se la comimos sin parar.

Fontanero pidió a la señora volver a su posición original, se puso entre sus piernas abiertas. Ya sin nada que protegiera. Y empezó a martillearle el clítoris con la polla. Plaf plaf, haciendo que tocase el piercing todos sus labios menores. Mientras subía y bajaba todo su coño.

No se cómo se controló, y no la metió hasta el fondo. Pero fue respetuoso con hacerlo todo con condón. Mientras yo me corría encima de ella.

Ya me tuve que levantar a beber agua, mientras fontanero metía su mano oscura con el anillo de casado. Buscando el punto g. Ella gritaba. El no aguantaba.

Sin mediar palabra se corrió en sus pechos, que ya estaban sudorosos. Aproveché para probar el semen por primera vez en mi vida.

Se duchó, y se fue. Sin meterla ni una vez.

El segundo round estaba echado.
 
Pues así es, me presento como la otra parte de esta historia. Chica de 39, con una educación más bien conservadora, nada de hablar de sexo en casa, ni de muchas otras cosas vaya…

En la universidad sí que abrí mucho las miras, pero cierto es que me rodeé de un círculo bastante sanote y en el que lo que primaba era aprender, reivindicar y también pasarlo bien, por supuesto, pero no a nivel sexual.

Siempre he sido una tía que me ha dado mucho pudor el “ligar” como todos lo conocemos. Yo salía a pasármelo bien, y vaya que lo hacía, pero siempre he sido la tímida del grupo en ese sentido, y, aunque tampoco es que fuese más fea o guapa que las demás, normalmente no era la que se llevaba al guapo de la fiesta.

Si andamos un poco más adelante en mi vida, hace cuestión de un año estaba en la mierda más absoluta. La maternidad me había consumido a unos niveles que jamás pensé que lo haría. A nivel laboral tampoco estaba en mi mejor momento, por cosas de la vida, había quedado “relegada” a ser ama de casa, una gran losa en mi espalda por mi juventud de fieles valores feministas. Como pareja, hacía tiempo que andábamos perdidos, estábamos, pero a la vez estábamos ausentes. Y por fin, hace un año decidimos cambiar eso.

Poco a poco fuimos volviendo a conectar, a ponernos en el centro, a que nos gustara y nos apeteciera mucho estar juntos. Y, poco a poco, se fue abriendo esa ventana que tan buenos ratos nos ha traído hasta ahora.

Mi inseguridad era bestial. Casi 40, después de dos embarazos y partos bastante jodidos, pero desde hace un año intentando reconciliarme con mi cuerpo, cuidándolo más y sintiéndome poco a poco más segura. Aunque claro, una cosa era sentirme más segura y otra, pensar que iba a gustar a otros tíos.

La semana antes del día D mi seguridad fue creciendo. Sólo ver cómo ponía a mi chico con sólo mirarlo, no hacía falta que hiciera nada, sólo con ver lo cachonda que estaba con la situación, más cachondo se ponía él. Y entramos en esa espiral de tener que follar 3 veces al día, con los niños en el salón, encerrados en el baño, en la terraza… Jamás me he sentido tan deseada ni tan cómoda en una situación así. Y jamás pensé que pudiera pasar.

¿Sabéis cuando tienes un run run en la cabeza que no te deja dormir, no te deja comer, no te deja ni respirar hondo? pues durante el mes de julio esa idea era invitar a otro chico a pasar un buen rato con nosotros. Y después de mucho hablarlo entre nosotros, decidimos que el día D tenía que llegar.

Yo llevaba ya una semana hablando con fontanero, para mi era muy importante que me diera buen rollo hablar con él, que yo me sintiera cómoda, que hubiera cierta complicidad…

Y esa mañana yo estaba como un flan pero, a la vez, me sentía empoderada con mi ropa sexy, me sentía GUAPA, así en mayúsculas. Algo que hace mucho tiempo que no sentía.

Si os digo la verdad, de ese primer encuentro, no recuerdo ni su cara. Para mi fue abrir una puerta al placer y al deseo más visceral que nunca he sentido. Sin necesitad de decir nada, de presentaciones incómodas… sólo eso, placer por placer. Y joder que placer. En mi mente cuadriculada de hetero tradicional, jamás hubiera entrado que me produjera placer ver a mi chico, el padre de mis hijos, después de 20 años, comerle el rabo otro tío. Pero así fue, era tal el grado de morbo que hubo ese primer encuentro, que pasamos límites que jamás hubiéramos pensado. Y, además de descubrir mi multiorgasmia, que una vez acabamos tuve que estar 10 minutos en la cama porque no me paraba de palpitar el coño… mi momentazo fue ver a mi chico y a fontanero comiéndome las tetas mientras me daban placer abajo, los dos a la vez, mano a mano. Creo que cuando mire hacía abajo y los vi a los dos, fue cuando realmente fui consciente de que lo había hecho, y que lo había disfrutado, como jamás pensé que lo haría.
 
Pues así es, me presento como la otra parte de esta historia. Chica de 39, con una educación más bien conservadora, nada de hablar de sexo en casa, ni de muchas otras cosas vaya…

En la universidad sí que abrí mucho las miras, pero cierto es que me rodeé de un círculo bastante sanote y en el que lo que primaba era aprender, reivindicar y también pasarlo bien, por supuesto, pero no a nivel sexual.

Siempre he sido una tía que me ha dado mucho pudor el “ligar” como todos lo conocemos. Yo salía a pasármelo bien, y vaya que lo hacía, pero siempre he sido la tímida del grupo en ese sentido, y, aunque tampoco es que fuese más fea o guapa que las demás, normalmente no era la que se llevaba al guapo de la fiesta.

Si andamos un poco más adelante en mi vida, hace cuestión de un año estaba en la mierda más absoluta. La maternidad me había consumido a unos niveles que jamás pensé que lo haría. A nivel laboral tampoco estaba en mi mejor momento, por cosas de la vida, había quedado “relegada” a ser ama de casa, una gran losa en mi espalda por mi juventud de fieles valores feministas. Como pareja, hacía tiempo que andábamos perdidos, estábamos, pero a la vez estábamos ausentes. Y por fin, hace un año decidimos cambiar eso.

Poco a poco fuimos volviendo a conectar, a ponernos en el centro, a que nos gustara y nos apeteciera mucho estar juntos. Y, poco a poco, se fue abriendo esa ventana que tan buenos ratos nos ha traído hasta ahora.

Mi inseguridad era bestial. Casi 40, después de dos embarazos y partos bastante jodidos, pero desde hace un año intentando reconciliarme con mi cuerpo, cuidándolo más y sintiéndome poco a poco más segura. Aunque claro, una cosa era sentirme más segura y otra, pensar que iba a gustar a otros tíos.

La semana antes del día D mi seguridad fue creciendo. Sólo ver cómo ponía a mi chico con sólo mirarlo, no hacía falta que hiciera nada, sólo con ver lo cachonda que estaba con la situación, más cachondo se ponía él. Y entramos en esa espiral de tener que follar 3 veces al día, con los niños en el salón, encerrados en el baño, en la terraza… Jamás me he sentido tan deseada ni tan cómoda en una situación así. Y jamás pensé que pudiera pasar.

¿Sabéis cuando tienes un run run en la cabeza que no te deja dormir, no te deja comer, no te deja ni respirar hondo? pues durante el mes de julio esa idea era invitar a otro chico a pasar un buen rato con nosotros. Y después de mucho hablarlo entre nosotros, decidimos que el día D tenía que llegar.

Yo llevaba ya una semana hablando con fontanero, para mi era muy importante que me diera buen rollo hablar con él, que yo me sintiera cómoda, que hubiera cierta complicidad…

Y esa mañana yo estaba como un flan pero, a la vez, me sentía empoderada con mi ropa sexy, me sentía GUAPA, así en mayúsculas. Algo que hace mucho tiempo que no sentía.

Si os digo la verdad, de ese primer encuentro, no recuerdo ni su cara. Para mi fue abrir una puerta al placer y al deseo más visceral que nunca he sentido. Sin necesitad de decir nada, de presentaciones incómodas… sólo eso, placer por placer. Y joder que placer. En mi mente cuadriculada de hetero tradicional, jamás hubiera entrado que me produjera placer ver a mi chico, el padre de mis hijos, después de 20 años, comerle el rabo otro tío. Pero así fue, era tal el grado de morbo que hubo ese primer encuentro, que pasamos límites que jamás hubiéramos pensado. Y, además de descubrir mi multiorgasmia, que una vez acabamos tuve que estar 10 minutos en la cama porque no me paraba de palpitar el coño… mi momentazo fue ver a mi chico y a fontanero comiéndome las tetas mientras me daban placer abajo, los dos a la vez, mano a mano. Creo que cuando mire hacía abajo y los vi a los dos, fue cuando realmente fui consciente de que lo había hecho, y que lo había disfrutado, como jamás pensé que lo haría.
Telita!! Gracias por compartir tú punto de vista. Es un privilegio leer un relato desde dos puntos de vista y con ese nivel de morbo. Fontanero es un tío con suerte ;)
 
EL SEGUNDO ROUND

No pudimos esperar más de dos días para repetir. Yo ya era un mero comentarista postbatalla con fontanero.

Mi señora quería squirt, quería volver a exponer su clítoris a tremenda sesión de cunnilingus, quería que nos corriésemos encima de ella. Y así lo pidió. No se ni cómo pasaron dos días en dos minutos. Gracias a los abuelos que tenían los niños, no paramos ni un segundo de disfrutar. Entre nosotros, y pensando en repetir.

Así que consultamos la siguiente reparación de fontanero en la comunidad vecina, y el día 3 de agosto pasó lo que tenía que pasar. Que volvimos a romper otras pocas de barreras.

IMG_1526.jpeg


Misma dinámica, esperamos a fontanero en la habitación. Yo abrí la puerta. Mismas velas. Misma música. Pero fontanero pidió mi lado de la cama. Al ser diestro, el estar a la derecha de la señora. Le permitiría con su muñeca fuerte de autónomo, no de ingeniero pajillero, investigar las entrañas de la que esa su damisela esa mañana.

Esperamos a que terminase, toda la mañana cachondos. Dos o tres duchas frías, bodi de Hunkemoller morado. Este sin botones. Pero no iba a ser una barrera. Yo a la izquierda.

Fontanero llega, se ducha, entra a la habitación. Y esboza una leve sonrisa de chico pillín. Y de nuevo a comer coño como si no hubiese un mañana.

Yo creo que no había pasado el tiempo en esos 3 días, y yo creo que el nivel de cachondismo de mi señora no bajó esa semana, a pesar de sus orgasmos. Y nuevo volvió a correrse una y otra vez. Mientras me miraba agradecida.

La realidad es que todavía estamos pudorosos de nosotros mismos. Poca luz, ninguna conversación, sólo placer.

Hasta que cansada después de un cuarto de hora de comer coño sin fin. Ella lo paró, se levantó para respirar. Y yo ocupé su espacio en la cama.

En ese momento yo, grande, llenaba el espacio. Fontanero se subió por mi derecha y me la metió entera en la boca. Mientras notaba que la suya se ponía enorme, la mía iba a explotar. Más adentro la metía, notaba su piercing en mi garganta.

Mientras disfrutaba comiéndome mi segundo rabo, yo tumbado el cama y el de rodillas. Mi señora se puso a mi izquierda y empezó a comerle la boca. Como nunca se la había comido. Mientras yo con su rabo en la boca miraba desde abajo.

Mi señora unos segundos maravillosos después. Bajó a besarme a mi, mientras fontanero aprovechó para metérnosla en la boca a los dos. Mientras se la comimos sin parar.

Fontanero pidió a la señora volver a su posición original, se puso entre sus piernas abiertas. Ya sin nada que protegiera. Y empezó a martillearle el clítoris con la polla. Plaf plaf, haciendo que tocase el piercing todos sus labios menores. Mientras subía y bajaba todo su coño.

No se cómo se controló, y no la metió hasta el fondo. Pero fue respetuoso con hacerlo todo con condón. Mientras yo me corría encima de ella.

Ya me tuve que levantar a beber agua, mientras fontanero metía su mano oscura con el anillo de casado. Buscando el punto g. Ella gritaba. El no aguantaba.

Sin mediar palabra se corrió en sus pechos, que ya estaban sudorosos. Aproveché para probar el semen por primera vez en mi vida.

Se duchó, y se fue. Sin meterla ni una vez.

El segundo round estaba echado.

💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦
 
VACACIONES

La siguiente quincena, la primera de agosto. Me iba a llevar a una parada biológica tras el mes con más sexo de mi vida. De todas las formas y colores.

Pensaba que podía ser un punto y final a esta historia. Que nos ibamos a enfriar, que ibamos a recapacitar y sentirnos culpables.

Pero nada más lejos de la realidad. Al ella irse al pueblo con los niños. Fontanero pasaba a otro horizonte temporal.

Pero mi cuerpo se había acostumbrado a ese ritmo de descarga, de hormonas, de pasión. Y no encontraba el momento para tocarme.

Pensaba que me iba a poner la recordad la situación, los momentos de fontanero y mi señora. Pero no, me pone yo a mi mismo en la situación. El saber como me la comí, como me ponía cuando ella lo besaba.

Tuve que subir un par de veces al pueblo simplemente por tener un sexo bestia, animal, meramente corporal. Fue simplemente meterla y notar los orgasmos que le producía el estar dentro de nuevo. Nunca había habido tanta pasión.

Y si, dedicimos que tras las vacaciones. Teníamos que repetir con fontanero.
 
VACACIONES

La siguiente quincena, la primera de agosto. Me iba a llevar a una parada biológica tras el mes con más sexo de mi vida. De todas las formas y colores.

Pensaba que podía ser un punto y final a esta historia. Que nos ibamos a enfriar, que ibamos a recapacitar y sentirnos culpables.

Pero nada más lejos de la realidad. Al ella irse al pueblo con los niños. Fontanero pasaba a otro horizonte temporal.

Pero mi cuerpo se había acostumbrado a ese ritmo de descarga, de hormonas, de pasión. Y no encontraba el momento para tocarme.

Pensaba que me iba a poner la recordad la situación, los momentos de fontanero y mi señora. Pero no, me pone yo a mi mismo en la situación. El saber como me la comí, como me ponía cuando ella lo besaba.

Tuve que subir un par de veces al pueblo simplemente por tener un sexo bestia, animal, meramente corporal. Fue simplemente meterla y notar los orgasmos que le producía el estar dentro de nuevo. Nunca había habido tanta pasión.

Y si, dedicimos que tras las vacaciones. Teníamos que repetir con fontanero.
no dejes de publicar,que se hace corto!jajaja
 
TERCER ROUND

La subida de tono era tal, que hubo que dejar los niños con los abuelos y volver a quedar apenas una semana después de la última.



Fontanero no sabía que atranque desatorar en sus conversaciones con mi señora. Ella no podía concentrase. Y yo vivía exaltado. Necesitando que pasase.

Esta vez la volvimos a preparar en casa. Pero en vez de con un bodi, con un conjunto sujetador y braguitas rojo pasión. Esta vez queríamos estrenar el sofá.

Ya no abriría yo la puerta, esperaría en el sofá. Y la recepción la haría de pie mi hotwife con el kimono.

Mientras yo me hacía trabajando con el ordenador.

Llego fontanero. Le comió la boca con la ropa del trabajo. Mientras vi como el dedo anular le iba directamente al clítoris. Le costaba a la señora mantenerse erguida. Mientras a mi no me cabía en los calzoncillos.

Entró a ducharse, y mi señora decidió volvernos a la cama. Demasiada luz en el salón. Así que a tumbarnos. La oscuridad favorece la pasión.

Yo ocupé la cama, mientras ella empezó a comerme la polla a cuatro patas. No pude ver cuando entró fontanero en la habitación, mientras las primeras chupadas me hacían retorcerme. Y aprovechó que la tenía en pompa para comerle de atrás adelante. Cuando sentí sus gemidos supe que fontanero estaba haciendo su trabajo.

La comida duró unos minutos, hasta que ella se tumbó boca arriba en mi lugar. Yo a su izquierda. Y fontanero empezó a rozarle el clítoris con su piercing. Yo le hacía la presión con mi mano izquierda entre su rabo y su coño. Mientras la besaba.

Se puso el condón, y estando abierta a tope. Se la metió hasta el fondo. Varias sacudidas completas. Mientras ella miraba para arriba sin fin. Pero meterla con condón no es la especialidad de fontanero.

Me puse de pie en una esquina de la cama. Ella sentada siguió comiéndomela. Estaba a punto de reventar. Mientras fontanero descansaba. Soltó un "descansaré cuando me muera" y la abrazó por detrás. Metiéndole dos dedos dentro. Mientras se retorcía entre orgasmos. El le besaba el hombro.

Yo no pude más que correrme encima de ella sentaba con fontanero detrás. El primer golpe llegó al cabecero de la cama.

En ese momento fontanero se levantó para ocupar mi posición. Ella se la comía como nunca me la había comido a mi. Le achuchaba la cabeza contra su poya mientras se ponía de cuclillas. El silencioso invitado gemía como nunca.

Ahogada y cansada de correrse se tumbó boca arriba en la parte de abajo de la cama.

Fontanero se corrió en su coño tembloroso, yo volví a probar tremendo regalo.

Siempre agradecidos…
 
Última edición:
enhorabuena pareja, es de las historias mas calientes que he visto en el foro
 
Lo escrito por ti es espectacular y lo de ella de locura, teneis un fan, admirador,pretendiente
 
Y SEGUIMOS…



Las últimas semanas de agosto, con los peques de vacaciones, fue fácil tirar de abuelos, así que otra vez solos…

Ver a fontanero una vez a la semana se había convertido en algo NECESARIO. Una semana calentando por el chat, con videos, con fotos y muuucho morbo hacían que llegásemos a los encuentros con unas ganas irrefrenables.

Esa mañana decidimos que sólo llevaría un tanga negro y un kimono corto. Lo esperé en la puerta con algo más de seguridad y confianza que la vez anterior, y no decepcionó. La comida de boca acompañada de un dedo directamente dentro hicieron que me tuviera que coger fuerte de sus brazos. Además, recuerdo perfectamente como escuchaba la respiración del jefe desde el sofá mirándonos. No lo veía directamente, pero sabía con certeza que la situación lo ponía totalmente encendido.

Ese día llegamos con tantas ganas que no dio tiempo ni a ir a la cama. Todo ocurrió en le sofá. Primero le tocó a él, me senté en el filo del sofá y le apreté fuerte el culo acercándolo a mi boca. Duró escasos minutos porque sentía que se corría. Me tumbó en el sofá y llegó la experta comida de coño de fontanero. Me corrí tantas veces que tuve que pararlo para respirar un poco y beber algo. Además, así daba paso a que los dos tuvieran un momento para estar solos. Y si yo tenía ganas de fontanero, el jefe no era para menos. Cuando volví encontré a fontanero de pie metiéndole la polla en la boca mi chico y, por muy contrario que pareciera a mi mente retrógrada, me puso muchísimo.

Y no se podía acabar de otra forma, me senté al lado de él y comenzamos a besarnos y comerle la polla hasta que fontanero se corrió en nuestras bocas como nunca lo habíamos visto correrse hasta ahora.

Se metió a la ducha y nosotros a la habitación. Nos habíamos quedado con ganas y queríamos seguir disfrutando. Cuando acabó asomó la cabeza por la puerta y sólo dijo, ahí os dejo vecinos….
 
LA DESPEDIDA

Ya casi un mes después de la primera vez. Hablando pasado la cuarta que ha narrado la jefa un poco más arriba. Vino la última con fontanero.

Ninguno de los presentes sabíamos que iba a ser la última. Pero fue la que necesitábamos para cerrar una etapa, y abrir una puerta.

Ya jamás volveremos a ser una pareja en la que siempre hemos sido monógamos en el sexo, pero si en el amor.

Esta última vez, directamente ella le abrió la puerta. Con el kimono y un tanga. Pezones al cielo. Esperaba con deseo a su toro.

Yo miraba desde el sofá como se comían la boca. El la tumbó en el chaise longue. Y empezó a comerle el coño como solo sabe fontanero.

Si las otras veces los orgasmos fueron muchos, esta no iba a ser menos. Le faltaba el aire. Como la pone fontanero.

Una vez terminó el carrusel de orgasmos clitorianos. Decidimos ir a la habitación.

Yo me tumbé en la cama. Mientras ella me la chupaba, notaba como me iba a reventar. Fontanero llegó por detrás y se la metió hasta el fondo. A pelo. Con el piercing tocando el cervix.

A ella le costaba mantener la cabeza en alto. Mientras el achuchaba como si no hubiese un mañana.

Habíamos roto todas las reglas. Fontanero estaba empotrando con todo su cuerpo a la mujer de mi vida.

No aguantaba más a cuatro patas y se tumbó boca arriba. Abriendo las piernas y las caderas. Yo a su izquierda. Fontanero subió y se la metió de nuevo hasta el fondo.

No se me olvidará nunca las sacudidas y como ella levantaba el torso en cada metida. En ese momento yo exploté al lado. Fontanero tras unos pocos minutos se corrió en su pubis. No lo he visto correrse así en las 5 quedadas que hemos tenido.

Con esa explosión de placer se cierra esa historia.

Por ahora…
 
Atrás
Top Abajo