Mi Primera Vez

Vantheway

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15 Abr 2024
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Cadizfornia
Mi primera vez



Hola a todos. Después de todo este tiempo ausente y casi repuesto ya de lo pasado, me dispongo a volver a escribir…a ver si las musas se acuerdan de mí (o yo de ellas) y me ayudan con la inspiración.



Me llamo Álvaro y tengo 35 años, tengo pareja digamos estable, con eso de “digamos estable” me refiero que cada uno en su casa. A veces “dormimos” en mi casa o en la suya, dependiendo del “sueño” que tengamos…ya me entendéis.

Trabajo en la oficina de un conocido banco en una ciudad del sur de España, en la sección de Negocios Internacionales. Con esto quiero decir que soy independiente, tengo casa propia, coche y moto, además de un chalecito en la Costa de la Luz, en la provincia de Cádiz, donde suelo pasar los días de vacaciones.

No me considero homosexual, pero desde hace unos meses me llama la atención el sexo entre hombres, bueno no tanto el sexo en sí, me llaman mucho la atención las pollas. Últimamente me paso bastante tiempo viendo vídeos de hombres con las pollas duras, eyaculando sobre mujeres, otros hombres o sobre ellos mismos. A veces cuando mi novia y yo follamos en casa, imagino que es un hombre y le acaricio el coño esperando encontrar una verga bien dura y mojada, lógicamente ella no sabe nada y le acaricio el clítoris como si fuese una minipolla.

En las vacaciones de Navidad, estas últimas, después de una discusión con mi novia decidí escaparme al chalecito de la Costa de la Luz, en El Palmar de Vejer. Ella daba por hecho que pasaríamos esas fechas con su familia, todos los días. Cosa que lógicamente me negué, yo quería pasar parte de las vacaciones en el chalet con ella, y la otra parte con su familia. Ella no dio su brazo a torcer ni yo tampoco, por lo que ella se quedó con su familia y yo me marché, solo, a mi casa de la costa. Y así empezó esta historia.

En cuanto llegué a la casa, bien cargado de viandas y botellas, guardé cada cosa en su sitio y decidí dar una vuelta por la playa. Hacía un día casi de verano, con 24º al sol. La playa estaba con bastante gente, en bañador y algunos y algunas sin él. Comencé a andar alejándome de la zona donde se encuentran las viviendas, en dirección al faro del Cabo de Trafalgar para despejar mi cabeza y pensar sobre la situación con mi pareja. Aquella zona siempre está más vacía, incluso en verano. Me fijé que había algunos hombres, unos desnudos y otros no, pero separados entre sí. Tumbados en la arena unos, y otros sentados observando el mar, hablando por teléfono, etc…. Ya llevaba un buen rato caminando y dándole vueltas a la cabeza por la discusión con mi novia, estaba tan abstraído que sin pensar me dirigí hacia la zona donde hay vegetación, para orinar. Me interné entre la vegetación y me puse a orinar cuando oí suspiros y gemidos. Con mucha cautela, me dirigí hacia donde venían los sonidos y, escondido pude ver a dos hombres a unos 8 metros de distancia, uno de ellos de unos 55-58 años y otro de mi edad más o menos. Se tocaban las pollas y se besaban, sus pollas estaban duras y de la del hombre más mayor colgaba un hilo de líquido preseminal. No tenían pelos en la entrepierna ninguno de los dos, por lo que podía contemplar aquellas pollas totalmente empalmadas, el movimiento de vaivén de aquellos huevos, como se pajeaban entre sí, se tocaban los culos para volver de nuevo a las pollas y a los cojones. Me excitó mucho el verlos besarse con tanto énfasis. El más joven desnudó completamente al mayor, éste tenía buen cuerpo a pesar de su edad, y buena polla, sobre unos 16 o 17 centímetros, la del joven era un poco más pequeña y algo más delgada. El mayor procedió a desnudar completamente al joven también, tenía un cuerpo bastante llamativo, no excesivamente musculado pero sí con la musculación bien definida. El mayor pajeaba al joven sin dejar de comerle la boca mientras el joven se dejaba hacer y le pellizcaba los pezones al mayor.

Los gemidos se hacían más fuertes, las respiraciones se aceleraban más, notaba como mi pantalón molestaba a la fuerte erección que estaba sufriendo en ese momento. No lo pensé y desabroché mi pantalón, lo bajé así como los slips, mi polla salió como un resorte, apuntando al cielo y bastante mojada. Bajé mi ropa hasta los tobillos y comencé a pajearme mientras seguía mirando con detenimiento lo que pasaba a esos metros de mí. Me notaba tremendamente excitado, muy caliente. En ese momento el joven se arrodilló y comenzó a mamarle la polla a su “amigo”, la trabajaba muy bien, pasaba su lengua por el tronco de la polla, bajaba hasta los huevos y los dejaba bien ensalivados para volver por el tronco hasta el capullo. Lamía el frenillo con la punta de la lengua sin parar de pajearlo, y acababa metiéndose la polla en la boca. Su compañero le agarraba la cabeza y se movía como si le follara la boca. Aquella imagen me puso a mil, de mi polla salía el líquido preseminal en cantidades industriales, mi mano y mi polla brillaban por él, mi mano se deslizaba con mucha suavidad.

El más joven se levantó y se giró, se agarró a una rama fina de uno de los árboles y se inclinó dejando su culo hacia su compañero. Éste no perdió el tiempo, se colocó detrás abriéndole las nalgas, dejó que su saliva empapase su polla y con dos dedos ensalivados los pasó por el ojal de su “pareja”. Colocó su polla en el ojal del otro y apretando con delicadeza fue entrando en él, partiéndole el culo. Las respiraciones se aceleraron, los gemidos subieron de nivel. Estoy seguro que los míos también, pero estaba tan concentrado que no sabía realmente si gemía, gritaba, jadeaba…. El hombre más mayor comenzó a acelerar las embestidas una vez que se la metió hasta el fondo. Me cambié de sitio a pequeños pasos para no hacer ruido y porque mi pantalón y mi slip estaban en mis tobillos, quería ver la follada desde atrás y un poco de lado. Encontré un sitio con menos ramas por medio y ahí me coloqué. Seguía pajeándome mientras veía los huevos del hombre más mayor moviéndose, como su polla entraba en el culo de su amigo. El hombre más joven comenzó a gemir más fuerte.

-Dame más fuerte cabrón, voy a correrme -le decía entre gemidos el más joven- Párteme el culo, préñameeee.

El más mayor aceleró los movimientos mientras el más joven soltaba su corrida a la arena en unos chorros con fuerza, sus gemidos eran más fuertes en cada embestida.

-Ahí voy putita -le dijo el hombre mayor- Notas mi leche entrando y llenándote? A partir de hoy serás para mí, zorrita.

Yo me corrí a la vez, soltando leche con fuerza hacia delante, no tengo claro que no gimiese, pero ellos se volvieron hacia donde yo estaba como si hubiesen oído algo. Me subí la ropa y salí lo más rápido y en silencio que pude, creo que no me llegaron a ver.

Salí de la zona de vegetación y retomé el camino de vuelta a casa, seguía excitado con lo que había visto y me di cuenta que no había orinado, así que aceleré el paso para llegar a casa lo más pronto posible, no quería meterme de nuevo entre la vegetación para no encontrarme con algo similar, seguro que hubiese participado activamente. De eso no tenía ninguna duda.

Al llegar a casa fui al baño, abrí una botella de vino, un Beronia 198 Barricas, un buen Rioja para aquella ocasión. Tomé la copa mirando al jardín con la cabeza aún en aquella zona de la playa, entre aquella vegetación, con aquellas pollas, aquellos culos, aquellos huevos…y aquellas corridas. Mi polla volvió a ponerse dura, no se había relajado en ningún momento. Acabé la copa y fui a darme una ducha, una vez que me desnudé, mi polla salió con fuerza igual que hacía un rato. Me metí en la ducha y con el agua cayendo me pajeé hasta correrme nuevamente.

Al día siguiente me desperté temprano con la polla dura como si fuese un chaval de 15 años, bajé a desayunar en bolas, la temperatura era excepcional, y decidí tomar el sol en la jardín tal y como estaba. Antes de comer decidí dará un paseo por la playa, me puse el bañador por si me apeteciese un baño en el mar. Salí de casa y al llegar a la playa tomé la misma dirección que la del día anterior, ir hacia el faro del Cabo de Trafalgar. Al cabo de bastantes minutos vi que de frente venía el hombre mayor que había visto follando con el otro, nos quedamos mirando el uno al otro y al pasar junto a mí me dijo:

-Buenas tardes -soltó con una voz clara y bien alta-

-Buenas tardes -le respondí nervioso-

Aminoré la marcha, el corazón me latía mucho y las palmas de las manos comenzaron a sudarme. Transcurridos unos minutos decidí girarme y volver a casa, me había puesto nervioso al ver a aquel hombre. Al llegar para tomar el camino hacia mi casa, vi que había un coche arrancado al comienzo del camino, el conductor era el hombre mayor con el que me había cruzado, y parecía que me esperaba. Me hizo señales con la mano para que me acercara, me acerqué y bajó su ventanilla.

-Hola, me llamo Julián. ¿Podemos hablar un momento? -me dijo con mucha tranquilidad en su voz y alargando su mano para saludarme- Me gustaría conversar contigo un momento. Puedes subirte al coche para estar más cómodo.

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije estrechándole la mano- Encantado. Es que mi madre me decía de pequeño que no me subiera a un coche con un desconocido, jejejeje. ¿En qué te puedo ayudar?

-Verás Álvaro -me dijo con un tono de voz que transmitía relajación- Me gustaría hablar contigo de lo que pasó ayer, en la zona de árboles…

-Bueno, siento decepcionarte pero no sé de qué me hablas -le dije ya algo nervioso- parece que te has equivocado de hombre.

-Jajaja, no lo creo. Te vimos Ángel y yo, Ángel es mi…digamos amante, el hombre que estaba ayer conmigo. -dijo sin quitar la sonrisa de su cara- Vimos tu polla, tu paja y cómo te corrías mirando el polvo que echábamos. Me gustó tu polla, estabas muy gracioso con los pantalones en los tobillos, la polla muy dura, tu mano que no paraba de meneártela, tus huevos tan colgones y con aquel movimiento, y tu cara, cara de excitación, de placer, algo de miedo… pero sobre todo de mucho placer.

Me sentía incómodo pero no podía dejar de oírlo, él se dio cuenta y comenzó a tocarse el paquete mientras me miraba fijamente a los ojos. Me dirigí a la puerta del copiloto, abrí y me senté.

-Bueno, hablemos -le dije algo serio, pero con un poco de temblor en mis palabras- Pero no te muevas de aquí, aquí podemos hablar de lo que quieras. Si quieres que no diga nada de lo que vi, no te preocupes que no se lo pienso contar a nadie. Además no os conozco, ni vosotros a mí.

-No te preocupes, no te pongas a la defensiva -dijo intentando tranquilizarme- Soy…bueno te da igual si soy casado, soltero, viudo o separado… y sé que no vas a decir nada de lo que viste. Lo sé por la forma que te pajeabas, parecías un adolescente, estabas muy excitado, y eso me excitó mucho. Además tienes una buena polla. No pienses que le hablo así a todo el mundo, ni que lo que vistes ayer lo hago normalmente. La última vez sería por Semana Santa, y fue también por la zona de ayer pero con otro hombre. Bueno, no quiero alargar esto, solo decirte que cuentes conmigo si quieres disfrutar con un hombre, ya me entiendes. Te dejo mi número de teléfono y me llamas cuando quieras, estaré aquí hasta el día 7 de enero. Llámame si te apetece. -Me dio una tarjeta de visita del trabajo, en ella estaba su nombre completo, empresa y cargo que ocupaba además de su número de teléfono-

-Muy bien, pero no te hagas ilusiones -le dije cogiendo su tarjeta- no soy gay.

-Jajajaja, ni yo, me encantan las mujeres pero hay momentos en los que disfruto mucho con una polla que no sea la mía -me dijo sin parar de reír- Además para no ser gay, muy rápido has cogido la tarjeta y la has metido dentro de la funda del móvil. Es broma, no me tengas eso en cuenta, sé que no eres gay y si lo fueras no pasaría nada, nada cambiaría.

-Bueno, debo irme ya -le dije bastante nervioso abriendo la puerta del copiloto- he de preparar la comida.

-Vale, no te quiero entretener más -me dijo con ese tono de voz que conseguía relajarme- Esperaré tu llamada impaciente, no te arrepentirás. Ya sabes, estaré aquí hasta el día 7 de enero, pero espero de verdad que me llames antes.

Salí del coche y comencé a andar hacia mi casa, sonó el claxon de su coche y me giré, me hizo señales para que me acercara, así que me aproximé a la ventanilla del conductor.

-Otra cosa más -dijo sacando disimuladamente la mano por la ventanilla y acariciándome el paquete- Necesito acariciarte lo que tienes entre las piernas. Gracias por permitírmelo.

Aquello me cogió de improviso, me quedé helado. Miré hacia los lados por si alguien nos había visto pero en ese momento el camino estaba desierto, no había nadie. Su mano seguía tocando mi bulto que cada vez se hacía más grande, y yo no hacía nada por evitarlo. Mi respiración estaba bastante agitada. Era una sensación un tanto extraña el que otro hombre me estuviese acariciando mis partes, pero me gustaba y bastante.

Él dejó de tocarme y girando el volante aproximó el coche hasta el cruce.

-Recuerda que me encantaría que me llamaras -me dijo, y señalando mi entrepierna me soltó- Aunque veo que parece que también te gustaría llamarme.

Miré hacia mi paquete y se distinguía perfectamente lo empalmada que llevaba la polla. Intenté cubrirme la entrepierna con la camiseta y me marché con urgencia a mi casa.

Ya en la casa, mi respiración seguía agitada y mi polla seguía empalmada, me desnudé completamente. Tenía ganas de estar desnudo, de dejar que mi polla estuviese empinada y babeando, por un lado no quería masturbarme, pero por otro lo estaba deseando. Me preparé algo para comer, pero no podía quitarme de la cabeza las imágenes de Julián con Ángel follando el día anterior ni la imagen de Julián tocándome la polla y hablándome con aquel tono de voz tan relajante. Apenas probé bocado, saqué la tarjeta de Julián y marqué su número.

-Hola, ¿dígame? ¿Hola? -su voz sonó al otro lado, parecía como si estuviese esperando la llamada-

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije con muchísimos nervios-

-Hola Álvaro -me dijo con ese tono que conseguía relajarme- Has tardado menos de lo que pensaba en llamarme, me alegro mucho que lo hayas hecho. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

-¿Podríamos vernos ahora? Puedo acercarme donde estés -le dije sin pensarlo-

-Bueno, ahora en el hotel en el que me hospedo está complicado -me contestó- si quieres puedo acercarme donde tú estés.

-Perdóname, ha sido una tontería por mi parte, no me hagas caso -le dije y colgué-

Me enfadé conmigo mismo porque no quería quedar con él, pero quería hacerlo, volví a coger el teléfono y remarqué.

-Apunta mi dirección: Camino de Guerrero, la tercera bocacalle a la derecha, la primera casa que te encuentras a la derecha nada más pasar el sembrado. Es la primera casa, la que hace esquina -le dije muy nervioso- Toca el claxon cuando estés en la puerta, te abriré la cancela para que metas el coche.

Colgué sin dejar que me dijese si podría venir o no, pero ya estaba hecho. Notaba un poco de presión en mi pecho, pero me sentía liberado en cierta medida. Decidí ponerme algo de ropa, no creo que el recibirlo totalmente desnudo le gustase, al menos a mí no me hubiese parecido correcto, claro que un hombre heterosexual con una pareja más o menos estable, que llame a otro para tener sexo de una manera u otra tampoco lo podría considerar muy correcto.

Me serví una Bombay con limón mientras esperaba, el alcohol me ayudaría a sentirme más seguro, o eso pensaba. Al cabo de media hora más o menos y acabando la ginebra sonó un claxon en la puerta de entrada al jardín, abrí la puerta a distancia y apareció el coche de Julián, salí a recibirlo.

-Veo que no te has liado con las calles -le dije mientras él salía del coche-

-Bueno, lo explicaste muy bien -me respondió con ese tono de voz relajante- Te sigo.

-¿Te apetece tomar algo? -le pregunté- Yo estoy tomando Bombay con limón.

-Mira, ponme otro igual -me contestó y señalando mi vaso añadió- Y rellena el tuyo, que está casi vacío.

Fuimos a la cocina y preparé las bebidas mientras él observaba la estancia con detenimiento. Le alcancé su copa y salimos al salón.

-Bueno, ¿no vas a hablar?¿No vas a decir nada? -me preguntó-

-¿Qué quieres que diga? -le respondí- Estoy muy nervioso, llevo toda la tarde bastante alterado…

-No sabía que el acariciarte el nabo te pusiese de esa manera -me cortó-

-Es la primera vez que un hombre me mete mano -le dije- Ayer fue la primera vez que he visto a dos hombres teniendo sexo…

-Tres, éramos tres hombres -me volvió a cortar- Tú tenías la polla en la mano y te la meneaste hasta correrte.

Se acercó a mí dejando su copa sobre la mesa, cogió mi copa y la puso junto a la suya. Me agarró la mano y la llevo a su paquete, notaba perfectamente su polla y sus huevos. Mi mano comenzó a moverse por su entrepierna mientras acercaba su cara a la mía. Su polla se estaba poniendo dura. De repente noté su mano en mi paquete, me acerqué más a él y lo besé con delicadeza en los labios, su boca se entreabrió y su lengua entró en mi boca, buscando mi lengua. Me desabrochó el pantalón mientras yo le bajaba el suyo, no llevaba slips y su polla apareció ante mí, la agarré y comencé a pajearlo. Mi pantalón cayó hasta el suelo, junto con mis slips. Nuestras pollas se rozaban, yo le acariciaba los huevos, las nalgas. Notaba como cada vez su polla se ponía más dura en mi mano.

-Podríamos irnos a la cama -me susurró-

-No me vas a follar, aún no estoy preparado -le contesté- Ni creo que lo quiera.

-Nadie ha dicho de follar a nadie -me dijo- Relájate y disfruta del sexo entre hombres.

Lo guie hasta mi dormitorio, junto a la cama nos quedamos mirándonos frente a frente. Él se acercó y comenzó a besarme en los labios, su polla estaba dura y me daba pequeños golpes en el vientre. La agarré y automáticamente mi mano comenzó a pajearlo, con la otra mano le empecé a acariciar los huevos, unos huevos grandes y colgones que me dejaron hipnotizado por un momento. Una de sus manos acariciaba mis pelotas mientras la otra acariciaba mis nalgas. Mi polla estaba empalmada, con un color ligeramente morado y segregando líquido preseminal. Él lo recogió con sus dedos y se los llevó a su boca, saboreaba mi precum y eso me estaba excitando.

Nos sentamos en el borde de la cama, cada uno pajeaba la polla del otro, me sentía muy excitado. Su polla estaba muy mojada, él recogió el precum con un dedo y lo llevó hasta mis labios, saqué tímidamente la lengua y lo saboreé, estaba un poco salado pero tenía un sabor que me agradó. Me senté más al interior de la cama, con mis piernas ligeramente flexionadas hacia arriba, Julián hizo lo mismo, metiéndose entre mis piernas. Nos pegamos el uno al otro hasta hacer que prácticamente nuestros huevos se rozasen. En mi mano notaba su polla bien dura, sus latidos, las venas hinchadas…pero lo que más me llamaba la atención era su dureza, su dureza y su calor. Lo estaba pajeando a una velocidad un poco elevada.

-Baja un poco la velocidad, Álvaro -me dijo entre gemidos y suspiros- Vas a conseguir que me corra antes de tiempo.

-Uff, perdóname -le dije un tanto avergonzado- Estoy bastante nervioso y no…

-Ya noto que estás nervioso -me cortó como hacía muchas veces- Tu polla no está dura del todo, debes relajarte o no podrás disfrutarlo. Sácate de la cabeza que estás haciendo algo malo y disfruta.

Lo pensé y le hice caso, fui dejando mi mente en blanco, solo concentrado en disfrutar de su polla. Al cabo de unos minutos ya notaba mi polla más dura.

-Joder Álvaro, esto es cosa otra -me dijo- Vaya pollón que se te está poniendo, y lo dura que la tienes ya.

Su mano derecha aceleró el movimiento, mientras la izquierda me acariciaba los huevos con suavidad, los agarraba y los soltaba, jugaba con ellos y eso me estaba poniendo a mil. Mi precum salía en bastante cantidad mojando todo el tronco de mi polla y la mano de Julián. Yo me estaba dejando llevar, lo pajeaba y magreaba sus pelotas. Acariciaba su perineo y, al ver que no me decía nada, seguí haciendo que el dedo avanzara buscando su ojal. En el momento que lo encontré, comencé a moverlo en círculos, frotando la yema de mi dedo y provocando en él que sus gemidos y suspiros subiesen de volumen. Era algo que le hacía a Ana, mi novia, y a ella le encantaba.

-Vas a conseguir que me corra -me soltó entre gemidos- No se te ocurra parar, quiero correrme.

-Tranquilo, no pararé -le contesté- Solo si me prometes que vas a hacer que me corra como nunca lo he hecho.

-Ummm, claro que te lo prometo…pero dale más rápido…Me corroooo -me dijo poniendo sus piernas casi rígidas-

En ese momento, de su polla salieron unas cuantas gotas de semen, pero más líquido de lo normal, imagino que sería semen mezclado con líquido preseminal. En cuanto aquello salió, el primer trallazo de su corrida me llegó al pecho, notaba en mi mano las contracciones de su polla. Siguió soltando trallazo que me dejaron el vientre, mi polla, mis muslos y mis huevos llenos de leche caliente.

Le exprimí bien su polla, que ya se estaba poniendo fláccida y retiré mi dedo de su culo.

-Ummmm cabrón -dijo entre suspiros- Te lo digo de verdad, ha sido una de mis mejores pajas.

-Bueno, para ser novato me alegro que te haya gustado -le dije-

-Serás novato pajeando a otro hombre -me dijo entre risas- Pero seguro que de pajas te haces bastantes, jajajajaja. Y ahora ponte cómodo porque vas a sentir como un hombre te hace una paja.

Se acomodó mejor, me agarró la polla y con su mano derecha recogió el semen que había caído sobre mi cuerpo y lo usó como si fuese crema lubricante para mi polla y mis huevos. Comenzó a mover su mano derecha arriba y abajo, con la izquierda me magreaba el vientre, los huevos… De repente noté como uno de sus dedos se escapaba hacia mi ojal, eso me puso tenso, pero entendí que donde las dan las toman, acababa de hacérselo y no debería de impedírselo, me dejé hacer. Me volví a concentrar en mi polla y en su mano, notaba la yema de su dedo girando en círculos en mi ojal y, la verdad, me encantaba. Notaba que se acercaba el momento de soltar mi leche, mi respiración se aceleró, mis gemidos aumentaron en volumen.

-Vaya, parece ser que alguien va a empezar a soltar leche -me dijo excitado- A ver si esto te gusta.

Sin esperarlo, el dedo que me masajeaba el culo se introdujo en él, al menos la primera falange entró en mí. No me lo esperaba, mi primera intención fue sacarlo, pero enseguida tener aquel dedo dentro de mí me estaba poniendo más excitado, más caliente.

-Cabrón, me estás follando con el dedo -le dije entre gemidos y a punto de explotar-

-Jejeje, si quieres te lo saco. Aunque creo que no te disgusta nada tenerlo ahí

-No lo saques, cabrón -le contesté- Ni se te ocurra sacarlo…Me corroooo.

No podía dejar de moverme, intentaba que su dedo entrase más, y a la vez movía mis caderas más rápido, como si estuviese follando. Mi leche salió por todos lados, le llegué a la cara, al pecho, al vientre… sacó su dedo de mi culo mientras se reía. Me tumbé en la cama recobrando la respiración, Julián se tumbó a mi lado, ambos con la cara de felicidad.

-¿Qué te ha parecido? -me preguntó Julián al cabo de los minutos- A mí me ha parecido genial, es cierto que he echado de menos más variedad. Mamadas, algo de sexo… pero entiendo que es tu primera vez.

-Joder, me ha encantado -le respondí- Quizá el sexo sea demasiado pronto, no me veo poniendo el culo y tú dándome, la verdad. Por lo demás…creo que sí, te la hubiese mamado pero sin que te corrieras en la boca, no estoy preparado para eso tampoco. Pero bueno, yo no tengo prisa. ¿Tienes prisa por irte?





Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado y os invito a que me digáis qué os parece.

P.D.: Es un solo relato, no será una serie…salvo que me convenzáis para ello…jejejeje.



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Mi primera vez



Hola a todos. Después de todo este tiempo ausente y casi repuesto ya de lo pasado, me dispongo a volver a escribir…a ver si las musas se acuerdan de mí (o yo de ellas) y me ayudan con la inspiración.



Me llamo Álvaro y tengo 35 años, tengo pareja digamos estable, con eso de “digamos estable” me refiero que cada uno en su casa. A veces “dormimos” en mi casa o en la suya, dependiendo del “sueño” que tengamos…ya me entendéis.

Trabajo en la oficina de un conocido banco en una ciudad del sur de España, en la sección de Negocios Internacionales. Con esto quiero decir que soy independiente, tengo casa propia, coche y moto, además de un chalecito en la Costa de la Luz, en la provincia de Cádiz, donde suelo pasar los días de vacaciones.

No me considero homosexual, pero desde hace unos meses me llama la atención el sexo entre hombres, bueno no tanto el sexo en sí, me llaman mucho la atención las pollas. Últimamente me paso bastante tiempo viendo vídeos de hombres con las pollas duras, eyaculando sobre mujeres, otros hombres o sobre ellos mismos. A veces cuando mi novia y yo follamos en casa, imagino que es un hombre y le acaricio el coño esperando encontrar una verga bien dura y mojada, lógicamente ella no sabe nada y le acaricio el clítoris como si fuese una minipolla.

En las vacaciones de Navidad, estas últimas, después de una discusión con mi novia decidí escaparme al chalecito de la Costa de la Luz, en El Palmar de Vejer. Ella daba por hecho que pasaríamos esas fechas con su familia, todos los días. Cosa que lógicamente me negué, yo quería pasar parte de las vacaciones en el chalet con ella, y la otra parte con su familia. Ella no dio su brazo a torcer ni yo tampoco, por lo que ella se quedó con su familia y yo me marché, solo, a mi casa de la costa. Y así empezó esta historia.

En cuanto llegué a la casa, bien cargado de viandas y botellas, guardé cada cosa en su sitio y decidí dar una vuelta por la playa. Hacía un día casi de verano, con 24º al sol. La playa estaba con bastante gente, en bañador y algunos y algunas sin él. Comencé a andar alejándome de la zona donde se encuentran las viviendas, en dirección al faro del Cabo de Trafalgar para despejar mi cabeza y pensar sobre la situación con mi pareja. Aquella zona siempre está más vacía, incluso en verano. Me fijé que había algunos hombres, unos desnudos y otros no, pero separados entre sí. Tumbados en la arena unos, y otros sentados observando el mar, hablando por teléfono, etc…. Ya llevaba un buen rato caminando y dándole vueltas a la cabeza por la discusión con mi novia, estaba tan abstraído que sin pensar me dirigí hacia la zona donde hay vegetación, para orinar. Me interné entre la vegetación y me puse a orinar cuando oí suspiros y gemidos. Con mucha cautela, me dirigí hacia donde venían los sonidos y, escondido pude ver a dos hombres a unos 8 metros de distancia, uno de ellos de unos 55-58 años y otro de mi edad más o menos. Se tocaban las pollas y se besaban, sus pollas estaban duras y de la del hombre más mayor colgaba un hilo de líquido preseminal. No tenían pelos en la entrepierna ninguno de los dos, por lo que podía contemplar aquellas pollas totalmente empalmadas, el movimiento de vaivén de aquellos huevos, como se pajeaban entre sí, se tocaban los culos para volver de nuevo a las pollas y a los cojones. Me excitó mucho el verlos besarse con tanto énfasis. El más joven desnudó completamente al mayor, éste tenía buen cuerpo a pesar de su edad, y buena polla, sobre unos 16 o 17 centímetros, la del joven era un poco más pequeña y algo más delgada. El mayor procedió a desnudar completamente al joven también, tenía un cuerpo bastante llamativo, no excesivamente musculado pero sí con la musculación bien definida. El mayor pajeaba al joven sin dejar de comerle la boca mientras el joven se dejaba hacer y le pellizcaba los pezones al mayor.

Los gemidos se hacían más fuertes, las respiraciones se aceleraban más, notaba como mi pantalón molestaba a la fuerte erección que estaba sufriendo en ese momento. No lo pensé y desabroché mi pantalón, lo bajé así como los slips, mi polla salió como un resorte, apuntando al cielo y bastante mojada. Bajé mi ropa hasta los tobillos y comencé a pajearme mientras seguía mirando con detenimiento lo que pasaba a esos metros de mí. Me notaba tremendamente excitado, muy caliente. En ese momento el joven se arrodilló y comenzó a mamarle la polla a su “amigo”, la trabajaba muy bien, pasaba su lengua por el tronco de la polla, bajaba hasta los huevos y los dejaba bien ensalivados para volver por el tronco hasta el capullo. Lamía el frenillo con la punta de la lengua sin parar de pajearlo, y acababa metiéndose la polla en la boca. Su compañero le agarraba la cabeza y se movía como si le follara la boca. Aquella imagen me puso a mil, de mi polla salía el líquido preseminal en cantidades industriales, mi mano y mi polla brillaban por él, mi mano se deslizaba con mucha suavidad.

El más joven se levantó y se giró, se agarró a una rama fina de uno de los árboles y se inclinó dejando su culo hacia su compañero. Éste no perdió el tiempo, se colocó detrás abriéndole las nalgas, dejó que su saliva empapase su polla y con dos dedos ensalivados los pasó por el ojal de su “pareja”. Colocó su polla en el ojal del otro y apretando con delicadeza fue entrando en él, partiéndole el culo. Las respiraciones se aceleraron, los gemidos subieron de nivel. Estoy seguro que los míos también, pero estaba tan concentrado que no sabía realmente si gemía, gritaba, jadeaba…. El hombre más mayor comenzó a acelerar las embestidas una vez que se la metió hasta el fondo. Me cambié de sitio a pequeños pasos para no hacer ruido y porque mi pantalón y mi slip estaban en mis tobillos, quería ver la follada desde atrás y un poco de lado. Encontré un sitio con menos ramas por medio y ahí me coloqué. Seguía pajeándome mientras veía los huevos del hombre más mayor moviéndose, como su polla entraba en el culo de su amigo. El hombre más joven comenzó a gemir más fuerte.

-Dame más fuerte cabrón, voy a correrme -le decía entre gemidos el más joven- Párteme el culo, préñameeee.

El más mayor aceleró los movimientos mientras el más joven soltaba su corrida a la arena en unos chorros con fuerza, sus gemidos eran más fuertes en cada embestida.

-Ahí voy putita -le dijo el hombre mayor- Notas mi leche entrando y llenándote? A partir de hoy serás para mí, zorrita.

Yo me corrí a la vez, soltando leche con fuerza hacia delante, no tengo claro que no gimiese, pero ellos se volvieron hacia donde yo estaba como si hubiesen oído algo. Me subí la ropa y salí lo más rápido y en silencio que pude, creo que no me llegaron a ver.

Salí de la zona de vegetación y retomé el camino de vuelta a casa, seguía excitado con lo que había visto y me di cuenta que no había orinado, así que aceleré el paso para llegar a casa lo más pronto posible, no quería meterme de nuevo entre la vegetación para no encontrarme con algo similar, seguro que hubiese participado activamente. De eso no tenía ninguna duda.

Al llegar a casa fui al baño, abrí una botella de vino, un Beronia 198 Barricas, un buen Rioja para aquella ocasión. Tomé la copa mirando al jardín con la cabeza aún en aquella zona de la playa, entre aquella vegetación, con aquellas pollas, aquellos culos, aquellos huevos…y aquellas corridas. Mi polla volvió a ponerse dura, no se había relajado en ningún momento. Acabé la copa y fui a darme una ducha, una vez que me desnudé, mi polla salió con fuerza igual que hacía un rato. Me metí en la ducha y con el agua cayendo me pajeé hasta correrme nuevamente.

Al día siguiente me desperté temprano con la polla dura como si fuese un chaval de 15 años, bajé a desayunar en bolas, la temperatura era excepcional, y decidí tomar el sol en la jardín tal y como estaba. Antes de comer decidí dará un paseo por la playa, me puse el bañador por si me apeteciese un baño en el mar. Salí de casa y al llegar a la playa tomé la misma dirección que la del día anterior, ir hacia el faro del Cabo de Trafalgar. Al cabo de bastantes minutos vi que de frente venía el hombre mayor que había visto follando con el otro, nos quedamos mirando el uno al otro y al pasar junto a mí me dijo:

-Buenas tardes -soltó con una voz clara y bien alta-

-Buenas tardes -le respondí nervioso-

Aminoré la marcha, el corazón me latía mucho y las palmas de las manos comenzaron a sudarme. Transcurridos unos minutos decidí girarme y volver a casa, me había puesto nervioso al ver a aquel hombre. Al llegar para tomar el camino hacia mi casa, vi que había un coche arrancado al comienzo del camino, el conductor era el hombre mayor con el que me había cruzado, y parecía que me esperaba. Me hizo señales con la mano para que me acercara, me acerqué y bajó su ventanilla.

-Hola, me llamo Julián. ¿Podemos hablar un momento? -me dijo con mucha tranquilidad en su voz y alargando su mano para saludarme- Me gustaría conversar contigo un momento. Puedes subirte al coche para estar más cómodo.

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije estrechándole la mano- Encantado. Es que mi madre me decía de pequeño que no me subiera a un coche con un desconocido, jejejeje. ¿En qué te puedo ayudar?

-Verás Álvaro -me dijo con un tono de voz que transmitía relajación- Me gustaría hablar contigo de lo que pasó ayer, en la zona de árboles…

-Bueno, siento decepcionarte pero no sé de qué me hablas -le dije ya algo nervioso- parece que te has equivocado de hombre.

-Jajaja, no lo creo. Te vimos Ángel y yo, Ángel es mi…digamos amante, el hombre que estaba ayer conmigo. -dijo sin quitar la sonrisa de su cara- Vimos tu polla, tu paja y cómo te corrías mirando el polvo que echábamos. Me gustó tu polla, estabas muy gracioso con los pantalones en los tobillos, la polla muy dura, tu mano que no paraba de meneártela, tus huevos tan colgones y con aquel movimiento, y tu cara, cara de excitación, de placer, algo de miedo… pero sobre todo de mucho placer.

Me sentía incómodo pero no podía dejar de oírlo, él se dio cuenta y comenzó a tocarse el paquete mientras me miraba fijamente a los ojos. Me dirigí a la puerta del copiloto, abrí y me senté.

-Bueno, hablemos -le dije algo serio, pero con un poco de temblor en mis palabras- Pero no te muevas de aquí, aquí podemos hablar de lo que quieras. Si quieres que no diga nada de lo que vi, no te preocupes que no se lo pienso contar a nadie. Además no os conozco, ni vosotros a mí.

-No te preocupes, no te pongas a la defensiva -dijo intentando tranquilizarme- Soy…bueno te da igual si soy casado, soltero, viudo o separado… y sé que no vas a decir nada de lo que viste. Lo sé por la forma que te pajeabas, parecías un adolescente, estabas muy excitado, y eso me excitó mucho. Además tienes una buena polla. No pienses que le hablo así a todo el mundo, ni que lo que vistes ayer lo hago normalmente. La última vez sería por Semana Santa, y fue también por la zona de ayer pero con otro hombre. Bueno, no quiero alargar esto, solo decirte que cuentes conmigo si quieres disfrutar con un hombre, ya me entiendes. Te dejo mi número de teléfono y me llamas cuando quieras, estaré aquí hasta el día 7 de enero. Llámame si te apetece. -Me dio una tarjeta de visita del trabajo, en ella estaba su nombre completo, empresa y cargo que ocupaba además de su número de teléfono-

-Muy bien, pero no te hagas ilusiones -le dije cogiendo su tarjeta- no soy gay.

-Jajajaja, ni yo, me encantan las mujeres pero hay momentos en los que disfruto mucho con una polla que no sea la mía -me dijo sin parar de reír- Además para no ser gay, muy rápido has cogido la tarjeta y la has metido dentro de la funda del móvil. Es broma, no me tengas eso en cuenta, sé que no eres gay y si lo fueras no pasaría nada, nada cambiaría.

-Bueno, debo irme ya -le dije bastante nervioso abriendo la puerta del copiloto- he de preparar la comida.

-Vale, no te quiero entretener más -me dijo con ese tono de voz que conseguía relajarme- Esperaré tu llamada impaciente, no te arrepentirás. Ya sabes, estaré aquí hasta el día 7 de enero, pero espero de verdad que me llames antes.

Salí del coche y comencé a andar hacia mi casa, sonó el claxon de su coche y me giré, me hizo señales para que me acercara, así que me aproximé a la ventanilla del conductor.

-Otra cosa más -dijo sacando disimuladamente la mano por la ventanilla y acariciándome el paquete- Necesito acariciarte lo que tienes entre las piernas. Gracias por permitírmelo.

Aquello me cogió de improviso, me quedé helado. Miré hacia los lados por si alguien nos había visto pero en ese momento el camino estaba desierto, no había nadie. Su mano seguía tocando mi bulto que cada vez se hacía más grande, y yo no hacía nada por evitarlo. Mi respiración estaba bastante agitada. Era una sensación un tanto extraña el que otro hombre me estuviese acariciando mis partes, pero me gustaba y bastante.

Él dejó de tocarme y girando el volante aproximó el coche hasta el cruce.

-Recuerda que me encantaría que me llamaras -me dijo, y señalando mi entrepierna me soltó- Aunque veo que parece que también te gustaría llamarme.

Miré hacia mi paquete y se distinguía perfectamente lo empalmada que llevaba la polla. Intenté cubrirme la entrepierna con la camiseta y me marché con urgencia a mi casa.

Ya en la casa, mi respiración seguía agitada y mi polla seguía empalmada, me desnudé completamente. Tenía ganas de estar desnudo, de dejar que mi polla estuviese empinada y babeando, por un lado no quería masturbarme, pero por otro lo estaba deseando. Me preparé algo para comer, pero no podía quitarme de la cabeza las imágenes de Julián con Ángel follando el día anterior ni la imagen de Julián tocándome la polla y hablándome con aquel tono de voz tan relajante. Apenas probé bocado, saqué la tarjeta de Julián y marqué su número.

-Hola, ¿dígame? ¿Hola? -su voz sonó al otro lado, parecía como si estuviese esperando la llamada-

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije con muchísimos nervios-

-Hola Álvaro -me dijo con ese tono que conseguía relajarme- Has tardado menos de lo que pensaba en llamarme, me alegro mucho que lo hayas hecho. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

-¿Podríamos vernos ahora? Puedo acercarme donde estés -le dije sin pensarlo-

-Bueno, ahora en el hotel en el que me hospedo está complicado -me contestó- si quieres puedo acercarme donde tú estés.

-Perdóname, ha sido una tontería por mi parte, no me hagas caso -le dije y colgué-

Me enfadé conmigo mismo porque no quería quedar con él, pero quería hacerlo, volví a coger el teléfono y remarqué.

-Apunta mi dirección: Camino de Guerrero, la tercera bocacalle a la derecha, la primera casa que te encuentras a la derecha nada más pasar el sembrado. Es la primera casa, la que hace esquina -le dije muy nervioso- Toca el claxon cuando estés en la puerta, te abriré la cancela para que metas el coche.

Colgué sin dejar que me dijese si podría venir o no, pero ya estaba hecho. Notaba un poco de presión en mi pecho, pero me sentía liberado en cierta medida. Decidí ponerme algo de ropa, no creo que el recibirlo totalmente desnudo le gustase, al menos a mí no me hubiese parecido correcto, claro que un hombre heterosexual con una pareja más o menos estable, que llame a otro para tener sexo de una manera u otra tampoco lo podría considerar muy correcto.

Me serví una Bombay con limón mientras esperaba, el alcohol me ayudaría a sentirme más seguro, o eso pensaba. Al cabo de media hora más o menos y acabando la ginebra sonó un claxon en la puerta de entrada al jardín, abrí la puerta a distancia y apareció el coche de Julián, salí a recibirlo.

-Veo que no te has liado con las calles -le dije mientras él salía del coche-

-Bueno, lo explicaste muy bien -me respondió con ese tono de voz relajante- Te sigo.

-¿Te apetece tomar algo? -le pregunté- Yo estoy tomando Bombay con limón.

-Mira, ponme otro igual -me contestó y señalando mi vaso añadió- Y rellena el tuyo, que está casi vacío.

Fuimos a la cocina y preparé las bebidas mientras él observaba la estancia con detenimiento. Le alcancé su copa y salimos al salón.

-Bueno, ¿no vas a hablar?¿No vas a decir nada? -me preguntó-

-¿Qué quieres que diga? -le respondí- Estoy muy nervioso, llevo toda la tarde bastante alterado…

-No sabía que el acariciarte el nabo te pusiese de esa manera -me cortó-

-Es la primera vez que un hombre me mete mano -le dije- Ayer fue la primera vez que he visto a dos hombres teniendo sexo…

-Tres, éramos tres hombres -me volvió a cortar- Tú tenías la polla en la mano y te la meneaste hasta correrte.

Se acercó a mí dejando su copa sobre la mesa, cogió mi copa y la puso junto a la suya. Me agarró la mano y la llevo a su paquete, notaba perfectamente su polla y sus huevos. Mi mano comenzó a moverse por su entrepierna mientras acercaba su cara a la mía. Su polla se estaba poniendo dura. De repente noté su mano en mi paquete, me acerqué más a él y lo besé con delicadeza en los labios, su boca se entreabrió y su lengua entró en mi boca, buscando mi lengua. Me desabrochó el pantalón mientras yo le bajaba el suyo, no llevaba slips y su polla apareció ante mí, la agarré y comencé a pajearlo. Mi pantalón cayó hasta el suelo, junto con mis slips. Nuestras pollas se rozaban, yo le acariciaba los huevos, las nalgas. Notaba como cada vez su polla se ponía más dura en mi mano.

-Podríamos irnos a la cama -me susurró-

-No me vas a follar, aún no estoy preparado -le contesté- Ni creo que lo quiera.

-Nadie ha dicho de follar a nadie -me dijo- Relájate y disfruta del sexo entre hombres.

Lo guie hasta mi dormitorio, junto a la cama nos quedamos mirándonos frente a frente. Él se acercó y comenzó a besarme en los labios, su polla estaba dura y me daba pequeños golpes en el vientre. La agarré y automáticamente mi mano comenzó a pajearlo, con la otra mano le empecé a acariciar los huevos, unos huevos grandes y colgones que me dejaron hipnotizado por un momento. Una de sus manos acariciaba mis pelotas mientras la otra acariciaba mis nalgas. Mi polla estaba empalmada, con un color ligeramente morado y segregando líquido preseminal. Él lo recogió con sus dedos y se los llevó a su boca, saboreaba mi precum y eso me estaba excitando.

Nos sentamos en el borde de la cama, cada uno pajeaba la polla del otro, me sentía muy excitado. Su polla estaba muy mojada, él recogió el precum con un dedo y lo llevó hasta mis labios, saqué tímidamente la lengua y lo saboreé, estaba un poco salado pero tenía un sabor que me agradó. Me senté más al interior de la cama, con mis piernas ligeramente flexionadas hacia arriba, Julián hizo lo mismo, metiéndose entre mis piernas. Nos pegamos el uno al otro hasta hacer que prácticamente nuestros huevos se rozasen. En mi mano notaba su polla bien dura, sus latidos, las venas hinchadas…pero lo que más me llamaba la atención era su dureza, su dureza y su calor. Lo estaba pajeando a una velocidad un poco elevada.

-Baja un poco la velocidad, Álvaro -me dijo entre gemidos y suspiros- Vas a conseguir que me corra antes de tiempo.

-Uff, perdóname -le dije un tanto avergonzado- Estoy bastante nervioso y no…

-Ya noto que estás nervioso -me cortó como hacía muchas veces- Tu polla no está dura del todo, debes relajarte o no podrás disfrutarlo. Sácate de la cabeza que estás haciendo algo malo y disfruta.

Lo pensé y le hice caso, fui dejando mi mente en blanco, solo concentrado en disfrutar de su polla. Al cabo de unos minutos ya notaba mi polla más dura.

-Joder Álvaro, esto es cosa otra -me dijo- Vaya pollón que se te está poniendo, y lo dura que la tienes ya.

Su mano derecha aceleró el movimiento, mientras la izquierda me acariciaba los huevos con suavidad, los agarraba y los soltaba, jugaba con ellos y eso me estaba poniendo a mil. Mi precum salía en bastante cantidad mojando todo el tronco de mi polla y la mano de Julián. Yo me estaba dejando llevar, lo pajeaba y magreaba sus pelotas. Acariciaba su perineo y, al ver que no me decía nada, seguí haciendo que el dedo avanzara buscando su ojal. En el momento que lo encontré, comencé a moverlo en círculos, frotando la yema de mi dedo y provocando en él que sus gemidos y suspiros subiesen de volumen. Era algo que le hacía a Ana, mi novia, y a ella le encantaba.

-Vas a conseguir que me corra -me soltó entre gemidos- No se te ocurra parar, quiero correrme.

-Tranquilo, no pararé -le contesté- Solo si me prometes que vas a hacer que me corra como nunca lo he hecho.

-Ummm, claro que te lo prometo…pero dale más rápido…Me corroooo -me dijo poniendo sus piernas casi rígidas-

En ese momento, de su polla salieron unas cuantas gotas de semen, pero más líquido de lo normal, imagino que sería semen mezclado con líquido preseminal. En cuanto aquello salió, el primer trallazo de su corrida me llegó al pecho, notaba en mi mano las contracciones de su polla. Siguió soltando trallazo que me dejaron el vientre, mi polla, mis muslos y mis huevos llenos de leche caliente.

Le exprimí bien su polla, que ya se estaba poniendo fláccida y retiré mi dedo de su culo.

-Ummmm cabrón -dijo entre suspiros- Te lo digo de verdad, ha sido una de mis mejores pajas.

-Bueno, para ser novato me alegro que te haya gustado -le dije-

-Serás novato pajeando a otro hombre -me dijo entre risas- Pero seguro que de pajas te haces bastantes, jajajajaja. Y ahora ponte cómodo porque vas a sentir como un hombre te hace una paja.

Se acomodó mejor, me agarró la polla y con su mano derecha recogió el semen que había caído sobre mi cuerpo y lo usó como si fuese crema lubricante para mi polla y mis huevos. Comenzó a mover su mano derecha arriba y abajo, con la izquierda me magreaba el vientre, los huevos… De repente noté como uno de sus dedos se escapaba hacia mi ojal, eso me puso tenso, pero entendí que donde las dan las toman, acababa de hacérselo y no debería de impedírselo, me dejé hacer. Me volví a concentrar en mi polla y en su mano, notaba la yema de su dedo girando en círculos en mi ojal y, la verdad, me encantaba. Notaba que se acercaba el momento de soltar mi leche, mi respiración se aceleró, mis gemidos aumentaron en volumen.

-Vaya, parece ser que alguien va a empezar a soltar leche -me dijo excitado- A ver si esto te gusta.

Sin esperarlo, el dedo que me masajeaba el culo se introdujo en él, al menos la primera falange entró en mí. No me lo esperaba, mi primera intención fue sacarlo, pero enseguida tener aquel dedo dentro de mí me estaba poniendo más excitado, más caliente.

-Cabrón, me estás follando con el dedo -le dije entre gemidos y a punto de explotar-

-Jejeje, si quieres te lo saco. Aunque creo que no te disgusta nada tenerlo ahí

-No lo saques, cabrón -le contesté- Ni se te ocurra sacarlo…Me corroooo.

No podía dejar de moverme, intentaba que su dedo entrase más, y a la vez movía mis caderas más rápido, como si estuviese follando. Mi leche salió por todos lados, le llegué a la cara, al pecho, al vientre… sacó su dedo de mi culo mientras se reía. Me tumbé en la cama recobrando la respiración, Julián se tumbó a mi lado, ambos con la cara de felicidad.

-¿Qué te ha parecido? -me preguntó Julián al cabo de los minutos- A mí me ha parecido genial, es cierto que he echado de menos más variedad. Mamadas, algo de sexo… pero entiendo que es tu primera vez.

-Joder, me ha encantado -le respondí- Quizá el sexo sea demasiado pronto, no me veo poniendo el culo y tú dándome, la verdad. Por lo demás…creo que sí, te la hubiese mamado pero sin que te corrieras en la boca, no estoy preparado para eso tampoco. Pero bueno, yo no tengo prisa. ¿Tienes prisa por irte?





Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado y os invito a que me digáis qué os parece.

P.D.: Es un solo relato, no será una serie…salvo que me convenzáis para ello…jejejeje.



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
Que morbo
 
Mi primera vez



Hola a todos. Después de todo este tiempo ausente y casi repuesto ya de lo pasado, me dispongo a volver a escribir…a ver si las musas se acuerdan de mí (o yo de ellas) y me ayudan con la inspiración.



Me llamo Álvaro y tengo 35 años, tengo pareja digamos estable, con eso de “digamos estable” me refiero que cada uno en su casa. A veces “dormimos” en mi casa o en la suya, dependiendo del “sueño” que tengamos…ya me entendéis.

Trabajo en la oficina de un conocido banco en una ciudad del sur de España, en la sección de Negocios Internacionales. Con esto quiero decir que soy independiente, tengo casa propia, coche y moto, además de un chalecito en la Costa de la Luz, en la provincia de Cádiz, donde suelo pasar los días de vacaciones.

No me considero homosexual, pero desde hace unos meses me llama la atención el sexo entre hombres, bueno no tanto el sexo en sí, me llaman mucho la atención las pollas. Últimamente me paso bastante tiempo viendo vídeos de hombres con las pollas duras, eyaculando sobre mujeres, otros hombres o sobre ellos mismos. A veces cuando mi novia y yo follamos en casa, imagino que es un hombre y le acaricio el coño esperando encontrar una verga bien dura y mojada, lógicamente ella no sabe nada y le acaricio el clítoris como si fuese una minipolla.

En las vacaciones de Navidad, estas últimas, después de una discusión con mi novia decidí escaparme al chalecito de la Costa de la Luz, en El Palmar de Vejer. Ella daba por hecho que pasaríamos esas fechas con su familia, todos los días. Cosa que lógicamente me negué, yo quería pasar parte de las vacaciones en el chalet con ella, y la otra parte con su familia. Ella no dio su brazo a torcer ni yo tampoco, por lo que ella se quedó con su familia y yo me marché, solo, a mi casa de la costa. Y así empezó esta historia.

En cuanto llegué a la casa, bien cargado de viandas y botellas, guardé cada cosa en su sitio y decidí dar una vuelta por la playa. Hacía un día casi de verano, con 24º al sol. La playa estaba con bastante gente, en bañador y algunos y algunas sin él. Comencé a andar alejándome de la zona donde se encuentran las viviendas, en dirección al faro del Cabo de Trafalgar para despejar mi cabeza y pensar sobre la situación con mi pareja. Aquella zona siempre está más vacía, incluso en verano. Me fijé que había algunos hombres, unos desnudos y otros no, pero separados entre sí. Tumbados en la arena unos, y otros sentados observando el mar, hablando por teléfono, etc…. Ya llevaba un buen rato caminando y dándole vueltas a la cabeza por la discusión con mi novia, estaba tan abstraído que sin pensar me dirigí hacia la zona donde hay vegetación, para orinar. Me interné entre la vegetación y me puse a orinar cuando oí suspiros y gemidos. Con mucha cautela, me dirigí hacia donde venían los sonidos y, escondido pude ver a dos hombres a unos 8 metros de distancia, uno de ellos de unos 55-58 años y otro de mi edad más o menos. Se tocaban las pollas y se besaban, sus pollas estaban duras y de la del hombre más mayor colgaba un hilo de líquido preseminal. No tenían pelos en la entrepierna ninguno de los dos, por lo que podía contemplar aquellas pollas totalmente empalmadas, el movimiento de vaivén de aquellos huevos, como se pajeaban entre sí, se tocaban los culos para volver de nuevo a las pollas y a los cojones. Me excitó mucho el verlos besarse con tanto énfasis. El más joven desnudó completamente al mayor, éste tenía buen cuerpo a pesar de su edad, y buena polla, sobre unos 16 o 17 centímetros, la del joven era un poco más pequeña y algo más delgada. El mayor procedió a desnudar completamente al joven también, tenía un cuerpo bastante llamativo, no excesivamente musculado pero sí con la musculación bien definida. El mayor pajeaba al joven sin dejar de comerle la boca mientras el joven se dejaba hacer y le pellizcaba los pezones al mayor.

Los gemidos se hacían más fuertes, las respiraciones se aceleraban más, notaba como mi pantalón molestaba a la fuerte erección que estaba sufriendo en ese momento. No lo pensé y desabroché mi pantalón, lo bajé así como los slips, mi polla salió como un resorte, apuntando al cielo y bastante mojada. Bajé mi ropa hasta los tobillos y comencé a pajearme mientras seguía mirando con detenimiento lo que pasaba a esos metros de mí. Me notaba tremendamente excitado, muy caliente. En ese momento el joven se arrodilló y comenzó a mamarle la polla a su “amigo”, la trabajaba muy bien, pasaba su lengua por el tronco de la polla, bajaba hasta los huevos y los dejaba bien ensalivados para volver por el tronco hasta el capullo. Lamía el frenillo con la punta de la lengua sin parar de pajearlo, y acababa metiéndose la polla en la boca. Su compañero le agarraba la cabeza y se movía como si le follara la boca. Aquella imagen me puso a mil, de mi polla salía el líquido preseminal en cantidades industriales, mi mano y mi polla brillaban por él, mi mano se deslizaba con mucha suavidad.

El más joven se levantó y se giró, se agarró a una rama fina de uno de los árboles y se inclinó dejando su culo hacia su compañero. Éste no perdió el tiempo, se colocó detrás abriéndole las nalgas, dejó que su saliva empapase su polla y con dos dedos ensalivados los pasó por el ojal de su “pareja”. Colocó su polla en el ojal del otro y apretando con delicadeza fue entrando en él, partiéndole el culo. Las respiraciones se aceleraron, los gemidos subieron de nivel. Estoy seguro que los míos también, pero estaba tan concentrado que no sabía realmente si gemía, gritaba, jadeaba…. El hombre más mayor comenzó a acelerar las embestidas una vez que se la metió hasta el fondo. Me cambié de sitio a pequeños pasos para no hacer ruido y porque mi pantalón y mi slip estaban en mis tobillos, quería ver la follada desde atrás y un poco de lado. Encontré un sitio con menos ramas por medio y ahí me coloqué. Seguía pajeándome mientras veía los huevos del hombre más mayor moviéndose, como su polla entraba en el culo de su amigo. El hombre más joven comenzó a gemir más fuerte.

-Dame más fuerte cabrón, voy a correrme -le decía entre gemidos el más joven- Párteme el culo, préñameeee.

El más mayor aceleró los movimientos mientras el más joven soltaba su corrida a la arena en unos chorros con fuerza, sus gemidos eran más fuertes en cada embestida.

-Ahí voy putita -le dijo el hombre mayor- Notas mi leche entrando y llenándote? A partir de hoy serás para mí, zorrita.

Yo me corrí a la vez, soltando leche con fuerza hacia delante, no tengo claro que no gimiese, pero ellos se volvieron hacia donde yo estaba como si hubiesen oído algo. Me subí la ropa y salí lo más rápido y en silencio que pude, creo que no me llegaron a ver.

Salí de la zona de vegetación y retomé el camino de vuelta a casa, seguía excitado con lo que había visto y me di cuenta que no había orinado, así que aceleré el paso para llegar a casa lo más pronto posible, no quería meterme de nuevo entre la vegetación para no encontrarme con algo similar, seguro que hubiese participado activamente. De eso no tenía ninguna duda.

Al llegar a casa fui al baño, abrí una botella de vino, un Beronia 198 Barricas, un buen Rioja para aquella ocasión. Tomé la copa mirando al jardín con la cabeza aún en aquella zona de la playa, entre aquella vegetación, con aquellas pollas, aquellos culos, aquellos huevos…y aquellas corridas. Mi polla volvió a ponerse dura, no se había relajado en ningún momento. Acabé la copa y fui a darme una ducha, una vez que me desnudé, mi polla salió con fuerza igual que hacía un rato. Me metí en la ducha y con el agua cayendo me pajeé hasta correrme nuevamente.

Al día siguiente me desperté temprano con la polla dura como si fuese un chaval de 15 años, bajé a desayunar en bolas, la temperatura era excepcional, y decidí tomar el sol en la jardín tal y como estaba. Antes de comer decidí dará un paseo por la playa, me puse el bañador por si me apeteciese un baño en el mar. Salí de casa y al llegar a la playa tomé la misma dirección que la del día anterior, ir hacia el faro del Cabo de Trafalgar. Al cabo de bastantes minutos vi que de frente venía el hombre mayor que había visto follando con el otro, nos quedamos mirando el uno al otro y al pasar junto a mí me dijo:

-Buenas tardes -soltó con una voz clara y bien alta-

-Buenas tardes -le respondí nervioso-

Aminoré la marcha, el corazón me latía mucho y las palmas de las manos comenzaron a sudarme. Transcurridos unos minutos decidí girarme y volver a casa, me había puesto nervioso al ver a aquel hombre. Al llegar para tomar el camino hacia mi casa, vi que había un coche arrancado al comienzo del camino, el conductor era el hombre mayor con el que me había cruzado, y parecía que me esperaba. Me hizo señales con la mano para que me acercara, me acerqué y bajó su ventanilla.

-Hola, me llamo Julián. ¿Podemos hablar un momento? -me dijo con mucha tranquilidad en su voz y alargando su mano para saludarme- Me gustaría conversar contigo un momento. Puedes subirte al coche para estar más cómodo.

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije estrechándole la mano- Encantado. Es que mi madre me decía de pequeño que no me subiera a un coche con un desconocido, jejejeje. ¿En qué te puedo ayudar?

-Verás Álvaro -me dijo con un tono de voz que transmitía relajación- Me gustaría hablar contigo de lo que pasó ayer, en la zona de árboles…

-Bueno, siento decepcionarte pero no sé de qué me hablas -le dije ya algo nervioso- parece que te has equivocado de hombre.

-Jajaja, no lo creo. Te vimos Ángel y yo, Ángel es mi…digamos amante, el hombre que estaba ayer conmigo. -dijo sin quitar la sonrisa de su cara- Vimos tu polla, tu paja y cómo te corrías mirando el polvo que echábamos. Me gustó tu polla, estabas muy gracioso con los pantalones en los tobillos, la polla muy dura, tu mano que no paraba de meneártela, tus huevos tan colgones y con aquel movimiento, y tu cara, cara de excitación, de placer, algo de miedo… pero sobre todo de mucho placer.

Me sentía incómodo pero no podía dejar de oírlo, él se dio cuenta y comenzó a tocarse el paquete mientras me miraba fijamente a los ojos. Me dirigí a la puerta del copiloto, abrí y me senté.

-Bueno, hablemos -le dije algo serio, pero con un poco de temblor en mis palabras- Pero no te muevas de aquí, aquí podemos hablar de lo que quieras. Si quieres que no diga nada de lo que vi, no te preocupes que no se lo pienso contar a nadie. Además no os conozco, ni vosotros a mí.

-No te preocupes, no te pongas a la defensiva -dijo intentando tranquilizarme- Soy…bueno te da igual si soy casado, soltero, viudo o separado… y sé que no vas a decir nada de lo que viste. Lo sé por la forma que te pajeabas, parecías un adolescente, estabas muy excitado, y eso me excitó mucho. Además tienes una buena polla. No pienses que le hablo así a todo el mundo, ni que lo que vistes ayer lo hago normalmente. La última vez sería por Semana Santa, y fue también por la zona de ayer pero con otro hombre. Bueno, no quiero alargar esto, solo decirte que cuentes conmigo si quieres disfrutar con un hombre, ya me entiendes. Te dejo mi número de teléfono y me llamas cuando quieras, estaré aquí hasta el día 7 de enero. Llámame si te apetece. -Me dio una tarjeta de visita del trabajo, en ella estaba su nombre completo, empresa y cargo que ocupaba además de su número de teléfono-

-Muy bien, pero no te hagas ilusiones -le dije cogiendo su tarjeta- no soy gay.

-Jajajaja, ni yo, me encantan las mujeres pero hay momentos en los que disfruto mucho con una polla que no sea la mía -me dijo sin parar de reír- Además para no ser gay, muy rápido has cogido la tarjeta y la has metido dentro de la funda del móvil. Es broma, no me tengas eso en cuenta, sé que no eres gay y si lo fueras no pasaría nada, nada cambiaría.

-Bueno, debo irme ya -le dije bastante nervioso abriendo la puerta del copiloto- he de preparar la comida.

-Vale, no te quiero entretener más -me dijo con ese tono de voz que conseguía relajarme- Esperaré tu llamada impaciente, no te arrepentirás. Ya sabes, estaré aquí hasta el día 7 de enero, pero espero de verdad que me llames antes.

Salí del coche y comencé a andar hacia mi casa, sonó el claxon de su coche y me giré, me hizo señales para que me acercara, así que me aproximé a la ventanilla del conductor.

-Otra cosa más -dijo sacando disimuladamente la mano por la ventanilla y acariciándome el paquete- Necesito acariciarte lo que tienes entre las piernas. Gracias por permitírmelo.

Aquello me cogió de improviso, me quedé helado. Miré hacia los lados por si alguien nos había visto pero en ese momento el camino estaba desierto, no había nadie. Su mano seguía tocando mi bulto que cada vez se hacía más grande, y yo no hacía nada por evitarlo. Mi respiración estaba bastante agitada. Era una sensación un tanto extraña el que otro hombre me estuviese acariciando mis partes, pero me gustaba y bastante.

Él dejó de tocarme y girando el volante aproximó el coche hasta el cruce.

-Recuerda que me encantaría que me llamaras -me dijo, y señalando mi entrepierna me soltó- Aunque veo que parece que también te gustaría llamarme.

Miré hacia mi paquete y se distinguía perfectamente lo empalmada que llevaba la polla. Intenté cubrirme la entrepierna con la camiseta y me marché con urgencia a mi casa.

Ya en la casa, mi respiración seguía agitada y mi polla seguía empalmada, me desnudé completamente. Tenía ganas de estar desnudo, de dejar que mi polla estuviese empinada y babeando, por un lado no quería masturbarme, pero por otro lo estaba deseando. Me preparé algo para comer, pero no podía quitarme de la cabeza las imágenes de Julián con Ángel follando el día anterior ni la imagen de Julián tocándome la polla y hablándome con aquel tono de voz tan relajante. Apenas probé bocado, saqué la tarjeta de Julián y marqué su número.

-Hola, ¿dígame? ¿Hola? -su voz sonó al otro lado, parecía como si estuviese esperando la llamada-

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije con muchísimos nervios-

-Hola Álvaro -me dijo con ese tono que conseguía relajarme- Has tardado menos de lo que pensaba en llamarme, me alegro mucho que lo hayas hecho. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

-¿Podríamos vernos ahora? Puedo acercarme donde estés -le dije sin pensarlo-

-Bueno, ahora en el hotel en el que me hospedo está complicado -me contestó- si quieres puedo acercarme donde tú estés.

-Perdóname, ha sido una tontería por mi parte, no me hagas caso -le dije y colgué-

Me enfadé conmigo mismo porque no quería quedar con él, pero quería hacerlo, volví a coger el teléfono y remarqué.

-Apunta mi dirección: Camino de Guerrero, la tercera bocacalle a la derecha, la primera casa que te encuentras a la derecha nada más pasar el sembrado. Es la primera casa, la que hace esquina -le dije muy nervioso- Toca el claxon cuando estés en la puerta, te abriré la cancela para que metas el coche.

Colgué sin dejar que me dijese si podría venir o no, pero ya estaba hecho. Notaba un poco de presión en mi pecho, pero me sentía liberado en cierta medida. Decidí ponerme algo de ropa, no creo que el recibirlo totalmente desnudo le gustase, al menos a mí no me hubiese parecido correcto, claro que un hombre heterosexual con una pareja más o menos estable, que llame a otro para tener sexo de una manera u otra tampoco lo podría considerar muy correcto.

Me serví una Bombay con limón mientras esperaba, el alcohol me ayudaría a sentirme más seguro, o eso pensaba. Al cabo de media hora más o menos y acabando la ginebra sonó un claxon en la puerta de entrada al jardín, abrí la puerta a distancia y apareció el coche de Julián, salí a recibirlo.

-Veo que no te has liado con las calles -le dije mientras él salía del coche-

-Bueno, lo explicaste muy bien -me respondió con ese tono de voz relajante- Te sigo.

-¿Te apetece tomar algo? -le pregunté- Yo estoy tomando Bombay con limón.

-Mira, ponme otro igual -me contestó y señalando mi vaso añadió- Y rellena el tuyo, que está casi vacío.

Fuimos a la cocina y preparé las bebidas mientras él observaba la estancia con detenimiento. Le alcancé su copa y salimos al salón.

-Bueno, ¿no vas a hablar?¿No vas a decir nada? -me preguntó-

-¿Qué quieres que diga? -le respondí- Estoy muy nervioso, llevo toda la tarde bastante alterado…

-No sabía que el acariciarte el nabo te pusiese de esa manera -me cortó-

-Es la primera vez que un hombre me mete mano -le dije- Ayer fue la primera vez que he visto a dos hombres teniendo sexo…

-Tres, éramos tres hombres -me volvió a cortar- Tú tenías la polla en la mano y te la meneaste hasta correrte.

Se acercó a mí dejando su copa sobre la mesa, cogió mi copa y la puso junto a la suya. Me agarró la mano y la llevo a su paquete, notaba perfectamente su polla y sus huevos. Mi mano comenzó a moverse por su entrepierna mientras acercaba su cara a la mía. Su polla se estaba poniendo dura. De repente noté su mano en mi paquete, me acerqué más a él y lo besé con delicadeza en los labios, su boca se entreabrió y su lengua entró en mi boca, buscando mi lengua. Me desabrochó el pantalón mientras yo le bajaba el suyo, no llevaba slips y su polla apareció ante mí, la agarré y comencé a pajearlo. Mi pantalón cayó hasta el suelo, junto con mis slips. Nuestras pollas se rozaban, yo le acariciaba los huevos, las nalgas. Notaba como cada vez su polla se ponía más dura en mi mano.

-Podríamos irnos a la cama -me susurró-

-No me vas a follar, aún no estoy preparado -le contesté- Ni creo que lo quiera.

-Nadie ha dicho de follar a nadie -me dijo- Relájate y disfruta del sexo entre hombres.

Lo guie hasta mi dormitorio, junto a la cama nos quedamos mirándonos frente a frente. Él se acercó y comenzó a besarme en los labios, su polla estaba dura y me daba pequeños golpes en el vientre. La agarré y automáticamente mi mano comenzó a pajearlo, con la otra mano le empecé a acariciar los huevos, unos huevos grandes y colgones que me dejaron hipnotizado por un momento. Una de sus manos acariciaba mis pelotas mientras la otra acariciaba mis nalgas. Mi polla estaba empalmada, con un color ligeramente morado y segregando líquido preseminal. Él lo recogió con sus dedos y se los llevó a su boca, saboreaba mi precum y eso me estaba excitando.

Nos sentamos en el borde de la cama, cada uno pajeaba la polla del otro, me sentía muy excitado. Su polla estaba muy mojada, él recogió el precum con un dedo y lo llevó hasta mis labios, saqué tímidamente la lengua y lo saboreé, estaba un poco salado pero tenía un sabor que me agradó. Me senté más al interior de la cama, con mis piernas ligeramente flexionadas hacia arriba, Julián hizo lo mismo, metiéndose entre mis piernas. Nos pegamos el uno al otro hasta hacer que prácticamente nuestros huevos se rozasen. En mi mano notaba su polla bien dura, sus latidos, las venas hinchadas…pero lo que más me llamaba la atención era su dureza, su dureza y su calor. Lo estaba pajeando a una velocidad un poco elevada.

-Baja un poco la velocidad, Álvaro -me dijo entre gemidos y suspiros- Vas a conseguir que me corra antes de tiempo.

-Uff, perdóname -le dije un tanto avergonzado- Estoy bastante nervioso y no…

-Ya noto que estás nervioso -me cortó como hacía muchas veces- Tu polla no está dura del todo, debes relajarte o no podrás disfrutarlo. Sácate de la cabeza que estás haciendo algo malo y disfruta.

Lo pensé y le hice caso, fui dejando mi mente en blanco, solo concentrado en disfrutar de su polla. Al cabo de unos minutos ya notaba mi polla más dura.

-Joder Álvaro, esto es cosa otra -me dijo- Vaya pollón que se te está poniendo, y lo dura que la tienes ya.

Su mano derecha aceleró el movimiento, mientras la izquierda me acariciaba los huevos con suavidad, los agarraba y los soltaba, jugaba con ellos y eso me estaba poniendo a mil. Mi precum salía en bastante cantidad mojando todo el tronco de mi polla y la mano de Julián. Yo me estaba dejando llevar, lo pajeaba y magreaba sus pelotas. Acariciaba su perineo y, al ver que no me decía nada, seguí haciendo que el dedo avanzara buscando su ojal. En el momento que lo encontré, comencé a moverlo en círculos, frotando la yema de mi dedo y provocando en él que sus gemidos y suspiros subiesen de volumen. Era algo que le hacía a Ana, mi novia, y a ella le encantaba.

-Vas a conseguir que me corra -me soltó entre gemidos- No se te ocurra parar, quiero correrme.

-Tranquilo, no pararé -le contesté- Solo si me prometes que vas a hacer que me corra como nunca lo he hecho.

-Ummm, claro que te lo prometo…pero dale más rápido…Me corroooo -me dijo poniendo sus piernas casi rígidas-

En ese momento, de su polla salieron unas cuantas gotas de semen, pero más líquido de lo normal, imagino que sería semen mezclado con líquido preseminal. En cuanto aquello salió, el primer trallazo de su corrida me llegó al pecho, notaba en mi mano las contracciones de su polla. Siguió soltando trallazo que me dejaron el vientre, mi polla, mis muslos y mis huevos llenos de leche caliente.

Le exprimí bien su polla, que ya se estaba poniendo fláccida y retiré mi dedo de su culo.

-Ummmm cabrón -dijo entre suspiros- Te lo digo de verdad, ha sido una de mis mejores pajas.

-Bueno, para ser novato me alegro que te haya gustado -le dije-

-Serás novato pajeando a otro hombre -me dijo entre risas- Pero seguro que de pajas te haces bastantes, jajajajaja. Y ahora ponte cómodo porque vas a sentir como un hombre te hace una paja.

Se acomodó mejor, me agarró la polla y con su mano derecha recogió el semen que había caído sobre mi cuerpo y lo usó como si fuese crema lubricante para mi polla y mis huevos. Comenzó a mover su mano derecha arriba y abajo, con la izquierda me magreaba el vientre, los huevos… De repente noté como uno de sus dedos se escapaba hacia mi ojal, eso me puso tenso, pero entendí que donde las dan las toman, acababa de hacérselo y no debería de impedírselo, me dejé hacer. Me volví a concentrar en mi polla y en su mano, notaba la yema de su dedo girando en círculos en mi ojal y, la verdad, me encantaba. Notaba que se acercaba el momento de soltar mi leche, mi respiración se aceleró, mis gemidos aumentaron en volumen.

-Vaya, parece ser que alguien va a empezar a soltar leche -me dijo excitado- A ver si esto te gusta.

Sin esperarlo, el dedo que me masajeaba el culo se introdujo en él, al menos la primera falange entró en mí. No me lo esperaba, mi primera intención fue sacarlo, pero enseguida tener aquel dedo dentro de mí me estaba poniendo más excitado, más caliente.

-Cabrón, me estás follando con el dedo -le dije entre gemidos y a punto de explotar-

-Jejeje, si quieres te lo saco. Aunque creo que no te disgusta nada tenerlo ahí

-No lo saques, cabrón -le contesté- Ni se te ocurra sacarlo…Me corroooo.

No podía dejar de moverme, intentaba que su dedo entrase más, y a la vez movía mis caderas más rápido, como si estuviese follando. Mi leche salió por todos lados, le llegué a la cara, al pecho, al vientre… sacó su dedo de mi culo mientras se reía. Me tumbé en la cama recobrando la respiración, Julián se tumbó a mi lado, ambos con la cara de felicidad.

-¿Qué te ha parecido? -me preguntó Julián al cabo de los minutos- A mí me ha parecido genial, es cierto que he echado de menos más variedad. Mamadas, algo de sexo… pero entiendo que es tu primera vez.

-Joder, me ha encantado -le respondí- Quizá el sexo sea demasiado pronto, no me veo poniendo el culo y tú dándome, la verdad. Por lo demás…creo que sí, te la hubiese mamado pero sin que te corrieras en la boca, no estoy preparado para eso tampoco. Pero bueno, yo no tengo prisa. ¿Tienes prisa por irte?





Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado y os invito a que me digáis qué os parece.

P.D.: Es un solo relato, no será una serie…salvo que me convenzáis para ello…jejejeje.



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
Me has tenido con la polla babeando en todo momento, vaya morbazo
 
Mi primera vez



Hola a todos. Después de todo este tiempo ausente y casi repuesto ya de lo pasado, me dispongo a volver a escribir…a ver si las musas se acuerdan de mí (o yo de ellas) y me ayudan con la inspiración.



Me llamo Álvaro y tengo 35 años, tengo pareja digamos estable, con eso de “digamos estable” me refiero que cada uno en su casa. A veces “dormimos” en mi casa o en la suya, dependiendo del “sueño” que tengamos…ya me entendéis.

Trabajo en la oficina de un conocido banco en una ciudad del sur de España, en la sección de Negocios Internacionales. Con esto quiero decir que soy independiente, tengo casa propia, coche y moto, además de un chalecito en la Costa de la Luz, en la provincia de Cádiz, donde suelo pasar los días de vacaciones.

No me considero homosexual, pero desde hace unos meses me llama la atención el sexo entre hombres, bueno no tanto el sexo en sí, me llaman mucho la atención las pollas. Últimamente me paso bastante tiempo viendo vídeos de hombres con las pollas duras, eyaculando sobre mujeres, otros hombres o sobre ellos mismos. A veces cuando mi novia y yo follamos en casa, imagino que es un hombre y le acaricio el coño esperando encontrar una verga bien dura y mojada, lógicamente ella no sabe nada y le acaricio el clítoris como si fuese una minipolla.

En las vacaciones de Navidad, estas últimas, después de una discusión con mi novia decidí escaparme al chalecito de la Costa de la Luz, en El Palmar de Vejer. Ella daba por hecho que pasaríamos esas fechas con su familia, todos los días. Cosa que lógicamente me negué, yo quería pasar parte de las vacaciones en el chalet con ella, y la otra parte con su familia. Ella no dio su brazo a torcer ni yo tampoco, por lo que ella se quedó con su familia y yo me marché, solo, a mi casa de la costa. Y así empezó esta historia.

En cuanto llegué a la casa, bien cargado de viandas y botellas, guardé cada cosa en su sitio y decidí dar una vuelta por la playa. Hacía un día casi de verano, con 24º al sol. La playa estaba con bastante gente, en bañador y algunos y algunas sin él. Comencé a andar alejándome de la zona donde se encuentran las viviendas, en dirección al faro del Cabo de Trafalgar para despejar mi cabeza y pensar sobre la situación con mi pareja. Aquella zona siempre está más vacía, incluso en verano. Me fijé que había algunos hombres, unos desnudos y otros no, pero separados entre sí. Tumbados en la arena unos, y otros sentados observando el mar, hablando por teléfono, etc…. Ya llevaba un buen rato caminando y dándole vueltas a la cabeza por la discusión con mi novia, estaba tan abstraído que sin pensar me dirigí hacia la zona donde hay vegetación, para orinar. Me interné entre la vegetación y me puse a orinar cuando oí suspiros y gemidos. Con mucha cautela, me dirigí hacia donde venían los sonidos y, escondido pude ver a dos hombres a unos 8 metros de distancia, uno de ellos de unos 55-58 años y otro de mi edad más o menos. Se tocaban las pollas y se besaban, sus pollas estaban duras y de la del hombre más mayor colgaba un hilo de líquido preseminal. No tenían pelos en la entrepierna ninguno de los dos, por lo que podía contemplar aquellas pollas totalmente empalmadas, el movimiento de vaivén de aquellos huevos, como se pajeaban entre sí, se tocaban los culos para volver de nuevo a las pollas y a los cojones. Me excitó mucho el verlos besarse con tanto énfasis. El más joven desnudó completamente al mayor, éste tenía buen cuerpo a pesar de su edad, y buena polla, sobre unos 16 o 17 centímetros, la del joven era un poco más pequeña y algo más delgada. El mayor procedió a desnudar completamente al joven también, tenía un cuerpo bastante llamativo, no excesivamente musculado pero sí con la musculación bien definida. El mayor pajeaba al joven sin dejar de comerle la boca mientras el joven se dejaba hacer y le pellizcaba los pezones al mayor.

Los gemidos se hacían más fuertes, las respiraciones se aceleraban más, notaba como mi pantalón molestaba a la fuerte erección que estaba sufriendo en ese momento. No lo pensé y desabroché mi pantalón, lo bajé así como los slips, mi polla salió como un resorte, apuntando al cielo y bastante mojada. Bajé mi ropa hasta los tobillos y comencé a pajearme mientras seguía mirando con detenimiento lo que pasaba a esos metros de mí. Me notaba tremendamente excitado, muy caliente. En ese momento el joven se arrodilló y comenzó a mamarle la polla a su “amigo”, la trabajaba muy bien, pasaba su lengua por el tronco de la polla, bajaba hasta los huevos y los dejaba bien ensalivados para volver por el tronco hasta el capullo. Lamía el frenillo con la punta de la lengua sin parar de pajearlo, y acababa metiéndose la polla en la boca. Su compañero le agarraba la cabeza y se movía como si le follara la boca. Aquella imagen me puso a mil, de mi polla salía el líquido preseminal en cantidades industriales, mi mano y mi polla brillaban por él, mi mano se deslizaba con mucha suavidad.

El más joven se levantó y se giró, se agarró a una rama fina de uno de los árboles y se inclinó dejando su culo hacia su compañero. Éste no perdió el tiempo, se colocó detrás abriéndole las nalgas, dejó que su saliva empapase su polla y con dos dedos ensalivados los pasó por el ojal de su “pareja”. Colocó su polla en el ojal del otro y apretando con delicadeza fue entrando en él, partiéndole el culo. Las respiraciones se aceleraron, los gemidos subieron de nivel. Estoy seguro que los míos también, pero estaba tan concentrado que no sabía realmente si gemía, gritaba, jadeaba…. El hombre más mayor comenzó a acelerar las embestidas una vez que se la metió hasta el fondo. Me cambié de sitio a pequeños pasos para no hacer ruido y porque mi pantalón y mi slip estaban en mis tobillos, quería ver la follada desde atrás y un poco de lado. Encontré un sitio con menos ramas por medio y ahí me coloqué. Seguía pajeándome mientras veía los huevos del hombre más mayor moviéndose, como su polla entraba en el culo de su amigo. El hombre más joven comenzó a gemir más fuerte.

-Dame más fuerte cabrón, voy a correrme -le decía entre gemidos el más joven- Párteme el culo, préñameeee.

El más mayor aceleró los movimientos mientras el más joven soltaba su corrida a la arena en unos chorros con fuerza, sus gemidos eran más fuertes en cada embestida.

-Ahí voy putita -le dijo el hombre mayor- Notas mi leche entrando y llenándote? A partir de hoy serás para mí, zorrita.

Yo me corrí a la vez, soltando leche con fuerza hacia delante, no tengo claro que no gimiese, pero ellos se volvieron hacia donde yo estaba como si hubiesen oído algo. Me subí la ropa y salí lo más rápido y en silencio que pude, creo que no me llegaron a ver.

Salí de la zona de vegetación y retomé el camino de vuelta a casa, seguía excitado con lo que había visto y me di cuenta que no había orinado, así que aceleré el paso para llegar a casa lo más pronto posible, no quería meterme de nuevo entre la vegetación para no encontrarme con algo similar, seguro que hubiese participado activamente. De eso no tenía ninguna duda.

Al llegar a casa fui al baño, abrí una botella de vino, un Beronia 198 Barricas, un buen Rioja para aquella ocasión. Tomé la copa mirando al jardín con la cabeza aún en aquella zona de la playa, entre aquella vegetación, con aquellas pollas, aquellos culos, aquellos huevos…y aquellas corridas. Mi polla volvió a ponerse dura, no se había relajado en ningún momento. Acabé la copa y fui a darme una ducha, una vez que me desnudé, mi polla salió con fuerza igual que hacía un rato. Me metí en la ducha y con el agua cayendo me pajeé hasta correrme nuevamente.

Al día siguiente me desperté temprano con la polla dura como si fuese un chaval de 15 años, bajé a desayunar en bolas, la temperatura era excepcional, y decidí tomar el sol en la jardín tal y como estaba. Antes de comer decidí dará un paseo por la playa, me puse el bañador por si me apeteciese un baño en el mar. Salí de casa y al llegar a la playa tomé la misma dirección que la del día anterior, ir hacia el faro del Cabo de Trafalgar. Al cabo de bastantes minutos vi que de frente venía el hombre mayor que había visto follando con el otro, nos quedamos mirando el uno al otro y al pasar junto a mí me dijo:

-Buenas tardes -soltó con una voz clara y bien alta-

-Buenas tardes -le respondí nervioso-

Aminoré la marcha, el corazón me latía mucho y las palmas de las manos comenzaron a sudarme. Transcurridos unos minutos decidí girarme y volver a casa, me había puesto nervioso al ver a aquel hombre. Al llegar para tomar el camino hacia mi casa, vi que había un coche arrancado al comienzo del camino, el conductor era el hombre mayor con el que me había cruzado, y parecía que me esperaba. Me hizo señales con la mano para que me acercara, me acerqué y bajó su ventanilla.

-Hola, me llamo Julián. ¿Podemos hablar un momento? -me dijo con mucha tranquilidad en su voz y alargando su mano para saludarme- Me gustaría conversar contigo un momento. Puedes subirte al coche para estar más cómodo.

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije estrechándole la mano- Encantado. Es que mi madre me decía de pequeño que no me subiera a un coche con un desconocido, jejejeje. ¿En qué te puedo ayudar?

-Verás Álvaro -me dijo con un tono de voz que transmitía relajación- Me gustaría hablar contigo de lo que pasó ayer, en la zona de árboles…

-Bueno, siento decepcionarte pero no sé de qué me hablas -le dije ya algo nervioso- parece que te has equivocado de hombre.

-Jajaja, no lo creo. Te vimos Ángel y yo, Ángel es mi…digamos amante, el hombre que estaba ayer conmigo. -dijo sin quitar la sonrisa de su cara- Vimos tu polla, tu paja y cómo te corrías mirando el polvo que echábamos. Me gustó tu polla, estabas muy gracioso con los pantalones en los tobillos, la polla muy dura, tu mano que no paraba de meneártela, tus huevos tan colgones y con aquel movimiento, y tu cara, cara de excitación, de placer, algo de miedo… pero sobre todo de mucho placer.

Me sentía incómodo pero no podía dejar de oírlo, él se dio cuenta y comenzó a tocarse el paquete mientras me miraba fijamente a los ojos. Me dirigí a la puerta del copiloto, abrí y me senté.

-Bueno, hablemos -le dije algo serio, pero con un poco de temblor en mis palabras- Pero no te muevas de aquí, aquí podemos hablar de lo que quieras. Si quieres que no diga nada de lo que vi, no te preocupes que no se lo pienso contar a nadie. Además no os conozco, ni vosotros a mí.

-No te preocupes, no te pongas a la defensiva -dijo intentando tranquilizarme- Soy…bueno te da igual si soy casado, soltero, viudo o separado… y sé que no vas a decir nada de lo que viste. Lo sé por la forma que te pajeabas, parecías un adolescente, estabas muy excitado, y eso me excitó mucho. Además tienes una buena polla. No pienses que le hablo así a todo el mundo, ni que lo que vistes ayer lo hago normalmente. La última vez sería por Semana Santa, y fue también por la zona de ayer pero con otro hombre. Bueno, no quiero alargar esto, solo decirte que cuentes conmigo si quieres disfrutar con un hombre, ya me entiendes. Te dejo mi número de teléfono y me llamas cuando quieras, estaré aquí hasta el día 7 de enero. Llámame si te apetece. -Me dio una tarjeta de visita del trabajo, en ella estaba su nombre completo, empresa y cargo que ocupaba además de su número de teléfono-

-Muy bien, pero no te hagas ilusiones -le dije cogiendo su tarjeta- no soy gay.

-Jajajaja, ni yo, me encantan las mujeres pero hay momentos en los que disfruto mucho con una polla que no sea la mía -me dijo sin parar de reír- Además para no ser gay, muy rápido has cogido la tarjeta y la has metido dentro de la funda del móvil. Es broma, no me tengas eso en cuenta, sé que no eres gay y si lo fueras no pasaría nada, nada cambiaría.

-Bueno, debo irme ya -le dije bastante nervioso abriendo la puerta del copiloto- he de preparar la comida.

-Vale, no te quiero entretener más -me dijo con ese tono de voz que conseguía relajarme- Esperaré tu llamada impaciente, no te arrepentirás. Ya sabes, estaré aquí hasta el día 7 de enero, pero espero de verdad que me llames antes.

Salí del coche y comencé a andar hacia mi casa, sonó el claxon de su coche y me giré, me hizo señales para que me acercara, así que me aproximé a la ventanilla del conductor.

-Otra cosa más -dijo sacando disimuladamente la mano por la ventanilla y acariciándome el paquete- Necesito acariciarte lo que tienes entre las piernas. Gracias por permitírmelo.

Aquello me cogió de improviso, me quedé helado. Miré hacia los lados por si alguien nos había visto pero en ese momento el camino estaba desierto, no había nadie. Su mano seguía tocando mi bulto que cada vez se hacía más grande, y yo no hacía nada por evitarlo. Mi respiración estaba bastante agitada. Era una sensación un tanto extraña el que otro hombre me estuviese acariciando mis partes, pero me gustaba y bastante.

Él dejó de tocarme y girando el volante aproximó el coche hasta el cruce.

-Recuerda que me encantaría que me llamaras -me dijo, y señalando mi entrepierna me soltó- Aunque veo que parece que también te gustaría llamarme.

Miré hacia mi paquete y se distinguía perfectamente lo empalmada que llevaba la polla. Intenté cubrirme la entrepierna con la camiseta y me marché con urgencia a mi casa.

Ya en la casa, mi respiración seguía agitada y mi polla seguía empalmada, me desnudé completamente. Tenía ganas de estar desnudo, de dejar que mi polla estuviese empinada y babeando, por un lado no quería masturbarme, pero por otro lo estaba deseando. Me preparé algo para comer, pero no podía quitarme de la cabeza las imágenes de Julián con Ángel follando el día anterior ni la imagen de Julián tocándome la polla y hablándome con aquel tono de voz tan relajante. Apenas probé bocado, saqué la tarjeta de Julián y marqué su número.

-Hola, ¿dígame? ¿Hola? -su voz sonó al otro lado, parecía como si estuviese esperando la llamada-

-Hola Julián, soy Álvaro -le dije con muchísimos nervios-

-Hola Álvaro -me dijo con ese tono que conseguía relajarme- Has tardado menos de lo que pensaba en llamarme, me alegro mucho que lo hayas hecho. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?

-¿Podríamos vernos ahora? Puedo acercarme donde estés -le dije sin pensarlo-

-Bueno, ahora en el hotel en el que me hospedo está complicado -me contestó- si quieres puedo acercarme donde tú estés.

-Perdóname, ha sido una tontería por mi parte, no me hagas caso -le dije y colgué-

Me enfadé conmigo mismo porque no quería quedar con él, pero quería hacerlo, volví a coger el teléfono y remarqué.

-Apunta mi dirección: Camino de Guerrero, la tercera bocacalle a la derecha, la primera casa que te encuentras a la derecha nada más pasar el sembrado. Es la primera casa, la que hace esquina -le dije muy nervioso- Toca el claxon cuando estés en la puerta, te abriré la cancela para que metas el coche.

Colgué sin dejar que me dijese si podría venir o no, pero ya estaba hecho. Notaba un poco de presión en mi pecho, pero me sentía liberado en cierta medida. Decidí ponerme algo de ropa, no creo que el recibirlo totalmente desnudo le gustase, al menos a mí no me hubiese parecido correcto, claro que un hombre heterosexual con una pareja más o menos estable, que llame a otro para tener sexo de una manera u otra tampoco lo podría considerar muy correcto.

Me serví una Bombay con limón mientras esperaba, el alcohol me ayudaría a sentirme más seguro, o eso pensaba. Al cabo de media hora más o menos y acabando la ginebra sonó un claxon en la puerta de entrada al jardín, abrí la puerta a distancia y apareció el coche de Julián, salí a recibirlo.

-Veo que no te has liado con las calles -le dije mientras él salía del coche-

-Bueno, lo explicaste muy bien -me respondió con ese tono de voz relajante- Te sigo.

-¿Te apetece tomar algo? -le pregunté- Yo estoy tomando Bombay con limón.

-Mira, ponme otro igual -me contestó y señalando mi vaso añadió- Y rellena el tuyo, que está casi vacío.

Fuimos a la cocina y preparé las bebidas mientras él observaba la estancia con detenimiento. Le alcancé su copa y salimos al salón.

-Bueno, ¿no vas a hablar?¿No vas a decir nada? -me preguntó-

-¿Qué quieres que diga? -le respondí- Estoy muy nervioso, llevo toda la tarde bastante alterado…

-No sabía que el acariciarte el nabo te pusiese de esa manera -me cortó-

-Es la primera vez que un hombre me mete mano -le dije- Ayer fue la primera vez que he visto a dos hombres teniendo sexo…

-Tres, éramos tres hombres -me volvió a cortar- Tú tenías la polla en la mano y te la meneaste hasta correrte.

Se acercó a mí dejando su copa sobre la mesa, cogió mi copa y la puso junto a la suya. Me agarró la mano y la llevo a su paquete, notaba perfectamente su polla y sus huevos. Mi mano comenzó a moverse por su entrepierna mientras acercaba su cara a la mía. Su polla se estaba poniendo dura. De repente noté su mano en mi paquete, me acerqué más a él y lo besé con delicadeza en los labios, su boca se entreabrió y su lengua entró en mi boca, buscando mi lengua. Me desabrochó el pantalón mientras yo le bajaba el suyo, no llevaba slips y su polla apareció ante mí, la agarré y comencé a pajearlo. Mi pantalón cayó hasta el suelo, junto con mis slips. Nuestras pollas se rozaban, yo le acariciaba los huevos, las nalgas. Notaba como cada vez su polla se ponía más dura en mi mano.

-Podríamos irnos a la cama -me susurró-

-No me vas a follar, aún no estoy preparado -le contesté- Ni creo que lo quiera.

-Nadie ha dicho de follar a nadie -me dijo- Relájate y disfruta del sexo entre hombres.

Lo guie hasta mi dormitorio, junto a la cama nos quedamos mirándonos frente a frente. Él se acercó y comenzó a besarme en los labios, su polla estaba dura y me daba pequeños golpes en el vientre. La agarré y automáticamente mi mano comenzó a pajearlo, con la otra mano le empecé a acariciar los huevos, unos huevos grandes y colgones que me dejaron hipnotizado por un momento. Una de sus manos acariciaba mis pelotas mientras la otra acariciaba mis nalgas. Mi polla estaba empalmada, con un color ligeramente morado y segregando líquido preseminal. Él lo recogió con sus dedos y se los llevó a su boca, saboreaba mi precum y eso me estaba excitando.

Nos sentamos en el borde de la cama, cada uno pajeaba la polla del otro, me sentía muy excitado. Su polla estaba muy mojada, él recogió el precum con un dedo y lo llevó hasta mis labios, saqué tímidamente la lengua y lo saboreé, estaba un poco salado pero tenía un sabor que me agradó. Me senté más al interior de la cama, con mis piernas ligeramente flexionadas hacia arriba, Julián hizo lo mismo, metiéndose entre mis piernas. Nos pegamos el uno al otro hasta hacer que prácticamente nuestros huevos se rozasen. En mi mano notaba su polla bien dura, sus latidos, las venas hinchadas…pero lo que más me llamaba la atención era su dureza, su dureza y su calor. Lo estaba pajeando a una velocidad un poco elevada.

-Baja un poco la velocidad, Álvaro -me dijo entre gemidos y suspiros- Vas a conseguir que me corra antes de tiempo.

-Uff, perdóname -le dije un tanto avergonzado- Estoy bastante nervioso y no…

-Ya noto que estás nervioso -me cortó como hacía muchas veces- Tu polla no está dura del todo, debes relajarte o no podrás disfrutarlo. Sácate de la cabeza que estás haciendo algo malo y disfruta.

Lo pensé y le hice caso, fui dejando mi mente en blanco, solo concentrado en disfrutar de su polla. Al cabo de unos minutos ya notaba mi polla más dura.

-Joder Álvaro, esto es cosa otra -me dijo- Vaya pollón que se te está poniendo, y lo dura que la tienes ya.

Su mano derecha aceleró el movimiento, mientras la izquierda me acariciaba los huevos con suavidad, los agarraba y los soltaba, jugaba con ellos y eso me estaba poniendo a mil. Mi precum salía en bastante cantidad mojando todo el tronco de mi polla y la mano de Julián. Yo me estaba dejando llevar, lo pajeaba y magreaba sus pelotas. Acariciaba su perineo y, al ver que no me decía nada, seguí haciendo que el dedo avanzara buscando su ojal. En el momento que lo encontré, comencé a moverlo en círculos, frotando la yema de mi dedo y provocando en él que sus gemidos y suspiros subiesen de volumen. Era algo que le hacía a Ana, mi novia, y a ella le encantaba.

-Vas a conseguir que me corra -me soltó entre gemidos- No se te ocurra parar, quiero correrme.

-Tranquilo, no pararé -le contesté- Solo si me prometes que vas a hacer que me corra como nunca lo he hecho.

-Ummm, claro que te lo prometo…pero dale más rápido…Me corroooo -me dijo poniendo sus piernas casi rígidas-

En ese momento, de su polla salieron unas cuantas gotas de semen, pero más líquido de lo normal, imagino que sería semen mezclado con líquido preseminal. En cuanto aquello salió, el primer trallazo de su corrida me llegó al pecho, notaba en mi mano las contracciones de su polla. Siguió soltando trallazo que me dejaron el vientre, mi polla, mis muslos y mis huevos llenos de leche caliente.

Le exprimí bien su polla, que ya se estaba poniendo fláccida y retiré mi dedo de su culo.

-Ummmm cabrón -dijo entre suspiros- Te lo digo de verdad, ha sido una de mis mejores pajas.

-Bueno, para ser novato me alegro que te haya gustado -le dije-

-Serás novato pajeando a otro hombre -me dijo entre risas- Pero seguro que de pajas te haces bastantes, jajajajaja. Y ahora ponte cómodo porque vas a sentir como un hombre te hace una paja.

Se acomodó mejor, me agarró la polla y con su mano derecha recogió el semen que había caído sobre mi cuerpo y lo usó como si fuese crema lubricante para mi polla y mis huevos. Comenzó a mover su mano derecha arriba y abajo, con la izquierda me magreaba el vientre, los huevos… De repente noté como uno de sus dedos se escapaba hacia mi ojal, eso me puso tenso, pero entendí que donde las dan las toman, acababa de hacérselo y no debería de impedírselo, me dejé hacer. Me volví a concentrar en mi polla y en su mano, notaba la yema de su dedo girando en círculos en mi ojal y, la verdad, me encantaba. Notaba que se acercaba el momento de soltar mi leche, mi respiración se aceleró, mis gemidos aumentaron en volumen.

-Vaya, parece ser que alguien va a empezar a soltar leche -me dijo excitado- A ver si esto te gusta.

Sin esperarlo, el dedo que me masajeaba el culo se introdujo en él, al menos la primera falange entró en mí. No me lo esperaba, mi primera intención fue sacarlo, pero enseguida tener aquel dedo dentro de mí me estaba poniendo más excitado, más caliente.

-Cabrón, me estás follando con el dedo -le dije entre gemidos y a punto de explotar-

-Jejeje, si quieres te lo saco. Aunque creo que no te disgusta nada tenerlo ahí

-No lo saques, cabrón -le contesté- Ni se te ocurra sacarlo…Me corroooo.

No podía dejar de moverme, intentaba que su dedo entrase más, y a la vez movía mis caderas más rápido, como si estuviese follando. Mi leche salió por todos lados, le llegué a la cara, al pecho, al vientre… sacó su dedo de mi culo mientras se reía. Me tumbé en la cama recobrando la respiración, Julián se tumbó a mi lado, ambos con la cara de felicidad.

-¿Qué te ha parecido? -me preguntó Julián al cabo de los minutos- A mí me ha parecido genial, es cierto que he echado de menos más variedad. Mamadas, algo de sexo… pero entiendo que es tu primera vez.

-Joder, me ha encantado -le respondí- Quizá el sexo sea demasiado pronto, no me veo poniendo el culo y tú dándome, la verdad. Por lo demás…creo que sí, te la hubiese mamado pero sin que te corrieras en la boca, no estoy preparado para eso tampoco. Pero bueno, yo no tengo prisa. ¿Tienes prisa por irte?





Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado y os invito a que me digáis qué os parece.

P.D.: Es un solo relato, no será una serie…salvo que me convenzáis para ello…jejejeje.



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
Uffff, me ha encantado y me ha puesto a mil. Lo peor es que tengo que volver al trabajo con dolor de huevos😭😭😭.
Deseando que continúes con el relato 🥰
 
Hola de nuevo, aquí tenéis la segunda parte de “Mi Primera Vez”, dije que no sería una saga, pero por los correos recibidos pidiendo que siguiera me habéis convencido.



-Joder, me ha encantado -le respondí- Quizá el sexo sea demasiado pronto, no me veo poniendo el culo y tú dándome, la verdad. Por lo demás…creo que sí, te la hubiese mamado pero sin que te corrieras en la boca, no estoy preparado para eso tampoco. Pero bueno, yo no tengo prisa. ¿Tienes prisa por irte?



Me desperté al cabo de algo menos de una hora por el sonido de llamada a un móvil que no era el mío, Julián lo cogió para contestar, era su teléfono. Se levantó y se metió en el baño para responder. Mientras lo hacía, observé su cuerpo, su polla fláccida y grande, creo que tendría casi la mismas dimensiones que empalmado. Mi polla se veía pequeña pero cuando me empalmaba no tenía nada que ver, el largo se multiplicaba varias veces, y el grosor también (no tanto como el largo, pero se ponía bastante más gorda). Es lo que se conoce como “pene de sangre”, la polla de Julián es el típico “pene de carne” (tiene poca variación entre empalmado y fláccido, aunque hay diferencia). Sus huevos colgones y depilados completamente y su culo completaban la visión, a su culo se le notaba un poco que era de un hombre ya entrado en cierta edad, las nalgas las tenía un pelín caídas… pero lo ganaba por la redondez y la dureza.

Al cabo del rato salió del baño, su cara la traía un poco contraída, en sus ojos veía cierta preocupación.

-Me ha llamado mi mujer -dijo con un tono de voz bastante neutro- ¿puedo ducharme? Tienes un plato de ducha bastante grande.

-Vaya, espero que no haya ningún problema, que todo esté bien -le contesté- Y por supuesto que puedes ducharte, hay toallas dentro del armario que está a la derecha del lavabo, ahí también puedes coger una manopla para enjabonarte.

-Sí, todo está bien. Me ha dicho que se viene a pasar unos días aquí la semana que viene -me dijo ahora más contrariado- Eso implica que se me van a cortar muchas cosas. Voy a ducharme, tengo que ver que el hotel tenga una habitación algo más grande para cuando ella se venga. En la que estoy ahora, la cama es individual.

-Bueno, no te preocupes -le dije con cierta pena- Si el hotel no tiene habitación me lo dices, por aquí conozco a bastante gente que tiene las casas libres y te la podrían dejar a buen precio. Por si te interesa.

-Ya te diré. Prefiero un hotel, cuando regreso a la habitación siempre me la encuentro arreglada -me dijo- Aunque en una casa tengo más independencia…

Se acercó a la cama y metió su mano entre mis piernas mientras acercaba su boca a la mía.

-Espero que tu primera experiencia con un hombre haya valido la pena -me dijo con su boca pegada a la mía-

-No te puedes hacer una idea -le contesté echando mano también a su entrepierna- Tengo ganas de seguir aprendiendo.

-Ummm, buena respuesta -me dijo- creo que la ducha puede esperar. Tengo muchas cosas que enseñarte.

-Y yo estoy deseando aprender -le contesté muy excitado-

Mi polla ya estaba dura al igual que la suya. Se subió a la cama, junto a mí y comenzó a acariciar mi pecho. Me agarraba los pezones como si los estuviera pellizcando, pero lo hacía con extrema delicadeza. Me besó en los labios bajando por mi cuello, besaba y lamía con la punta de la lengua por donde su boca pasaba. Notaba mi polla más dura aún, la suya la seguía teniendo en mi mano endureciéndose también por momentos. Su boca llegó a mi pecho, se deslizó hacia el pezón derecho, lo lamió como si fuese el pecho de una mujer, mi pezón estaba bien duro. Sus manos mientras acariciaban mis pelotas y mi polla, pero sin pajearla. Del pezón derecho pasó al izquierdo con el mismo resultado, ambos pezones parecían los mandos de un equipo de música de los antiguos, los mandos del tono y el balance, de los analógicos.

De vez en cuando, subía su boca buscando la mía para bajar de inmediato a mis pechos nuevamente. Al cabo de los minutos su boca bajaba por mi abdomen llegando a mi vientre, se entretuvo un ratillo pasando su lengua por alrededor de mi ombligo, mis manos agarraron su cabeza presionándola ligeramente hacia abajo, sabía lo que pasaría y lo estaba deseando. Siguió bajando, me abrió las piernas, su lengua lamía mi bajo vientre…pero se desvió hacia el muslo izquierdo, lo besaba y lo lamía mientras mis gemidos eran cada vez más fuertes, resoplaba, jadeaba… Del muslo izquierdo pasó al derecho sin despegar su boca de mi cuerpo, pasando por mi bajo vientre hasta llegar a él. Yo ya no sabía qué hacer, Ana me la había comido muchas veces, pero jamás de esa manera, no era lo mismo. Quería sentir como se metía mi polla en su boca, sentir el calor de su boca, la humedad, su lengua… no era igual que cuando Ana me lo hacía.

Mis piernas estaban abiertas, metió su mano por debajo de mi cuerpo para que levantase las caderas, cosa que lógicamente hice. Su boca pasó del muslo derecho a mis pelotas, que lamía y besaba con muchas ganas. Mi respiración estaba muy agitada, no recuerdo si gemía fuerte o flojo, tampoco me importaba. Ni si jadeaba, hablaba, gritaba… no me daba cuenta de nada, solo quería el placer que me estaba dando, y quería más. Su lengua abandonó mis pelotas subiendo por el tronco de mi polla, creí que me daba algo. Lamía todo el tronco y lo besaba, cuando estaba a punto de llegar al capullo, bajaba de nuevo hasta mis huevos. Eso hizo unas tres o cuatro veces.

-Joder Julián, por favor -le dije entre gemidos- Termina lo que los dos sabemos que va a pasar de una puta vez. ¡¡¡Haré lo que quieras pero métetela en la boca, por Dios!!!

-Shhh, claro que harás lo que yo quiera -me dijo sonriendo- Pero todo a su tiempo.

Su lengua llegó al frenillo, con la punta de su lengua frotaba mi frenillo mientras que sus manos masajeaban mis cojones ensalivados. Me miró a los ojos con una sonrisa pícara en su cara, y se metió el capullo en la boca. Lo chupaba como si de un chupachups se tratara. Notaba su lengua frotándose contra mi capullo, como lo metía entre sus labios que lo apretaban con delicadeza. Al cabo de los minutos, no sé el tiempo que pasó, no tenía la cabeza para calcular tiempos ni nada, comenzó a tragarse la polla. Cada vez la metía más en su boca, una vez llegó a metérsela entera, solo se veían sus labios y mis huevos por debajo. Él me miraba con excitación, su cara estaba colorada y aparecieron de pronto las arcadas. Le saqué la polla de la boca, no quería que pasase de ahí, me iba a cortar el momento. Siguió comiéndome la polla, pero sin llegar a tragársela entera. Con sus manos me obligaba a levantar de nuevo las caderas. Uno de sus dedos rozó mi ojal y suspiré. Con mi polla en su boca, levanté mis caderas todo lo que pude, su dedo empezó a masajearme el ojal. Notaba mi culo mojado, como si fuese el coño de una mujer a la que la están excitando. Ese dedo se coló dentro sin apenas esfuerzo, eso me hizo gemir más, y yo quería más, quería más placer, quería más excitación, quería lujuria…

Me giró sin darme cuenta o me giré, no recuerdo como fue. Si sé que de pronto me vi con las rodillas apoyadas en la cama, mi cabeza en la almohada…en la posición en la que rezan los musulmanes…pero yo no estaba rezando en ese momento, al menos a ningún dios conocido, rezaba para que aquello no parara. Noté como con sus dedos separaba mis nalgas, colocaba su boca entre ellas y como su lengua lamía mi ojal. Ese placer no lo olvidaré nunca, jamás me habían comido el culo, nunca, y eso es algo que todo hombre debería experimentar. Empezó lamiendo mi ojal en pequeños círculos para después follarme con la lengua mientras me agarraba la polla y me pajeaba, de vez en cuando bajaba su boca para comerme los huevos y volvía a subir a mi culo.

-Dios cabrón -le dije sin apenas poder hablar- ¿porqué no me has hecho esto antes? Lo quiero todo.

-Jajaja, si tú estás excitado, imagínate yo -me dijo sin parar de pajearme- Con esta visión me cuesta mucho contenerme.

-Pues no te contengas -le dije sin ser plenamente consciente de lo que eso significaba-

Siguió pasando su lengua por mi ojal follándome con ella a la que en se momento se unió un dedo, metía un dedo mientras que con su lengua hacía círculos por el ojal. El placer que estaba sintiendo superaba todo lo que yo había pensado en una relación entre hombres, no podía creer que entre hombres, ese placer fuese de tales dimensiones. En ese momento noté como otro dedo se introducía en mí, Julián comenzaba a gemir y resoplar.

-Deja que te la coma un poco -le dije sin pensarlo, como si otra persona hablase por mí- Me apetece que tu polla sea la primera que me coma.

-Ya estás tardando -me dijo sonriendo-

Se quedó de rodillas, me giré y me topé con su polla a la altura de mi boca. La agarré y se la meneé un poco, observaba como sus huevos se balanceaban a la par, como la canción de los elefantes, los elefantes en la tela de araña. Julián agarró mi cabeza y aproximó su polla pero de manera delicada, la tenía cerca, muy cerca, su olor me llenaba la nariz, ese olor a polla excitada, salía bastante líquido preseminal de ella. Acerqué mi lengua y lo lamí, estaba un poco salado pero ese sabor hizo que quisiera más, abrí la boca y metí su capullo en ella, mi lengua comenzó a moverse, pasaba por el frenillo frotándose con fuerza, seguía todo el contorno del capullo mientras notaba como la respiración de Julián se entrecortaba, señal de que lo estaba haciendo bien. Le agarré los huevos, los acariciaba mientras mi lengua no paraba de moverse por el glande de Julián. Tenía el sabor un poco salado de su precum, y eso me excitaba. Sus manos apretaron ligeramente mi cabeza, así que empecé a tragarme su polla. Me tragué solo la mitad, la sacaba y la volvía a meter hasta ese mismo sitio, lo hacía cada vez más rápido, eso me excitaba mucho, me imaginaba verme comiéndome esa polla, en esa postura… se la agarré y comencé a pajearlo mientras seguía comiéndosela, a ratos la sacaba de mi boca y lamía todo el tronco hasta meterme los huevos en la boca para sacarlos y volver a empezar.

Julián gemía como no lo había escuchado antes, o no le había prestado atención.

-Sigue cabrón, sigue -me decía entre gemidos- Me vas a sacar toda la leche, putita.

-Ummmm, no sabes cuánto me gusta comértela -le dije con su polla en la boca- ¡Me encanta! Pero no te corras en mi boca, no quiero eso, aún.

-Pues me queda poco para correrme -me dijo totalmente excitado- deja que me corra en tu culo, ¡gírate!

Obedecí sin rechistar, a cuatro patas me giré, él se colocó de rodillas detrás de mí y puso su polla en mi ojal, lo presionó un poco cuando noté como se corría, como su leche golpeaba en mi ojal y resbalaba por mis huevos, como me llenaba la espalda, las nalgas. Oía a Julián gimiendo sin parar, jadeando… olía a semen, semen caliente y que no era mío. Era la primera vez que olía a semen y yo no era su dueño.

-Dios cabrón -me dijo intentando recobrar la respiración- Vaya polvazo…joder…esto ha sido increíble pero…

-¿Pero…? -le pregunté-

-Pero ahora quedas tú, y quiero que me la metas, que me des por el culo, necesito tu polla enculándome -me soltó de esa forma-

-Ummm, nunca he follado un culo varonil, y la verdad es que tengo muchas ganas -le dije colocándome por detrás de él y haciendo que se pusiese a 4 patas-

-Todo tuyo, hazme lo que te dé la real gana -me soltó- ahora soy tu putita y tú mi macho.

Desde detrás tenía una vista increíble, veía su ojal abierto, sus huevos colgando…y mi polla, mi polla morada y dura, con líquido preseminal saliendo en hilos. Coloqué mi polla en su ojal y él solo se encargó de metérsela, despacio, con tranquilidad. Iba notando como mi polla iba abriendo por dentro, la rugosidad que notaba en mi polla me daba más placer aún. Su culo estaba caliente y húmedo. Le agarré de las caderas y comencé a moverme, primero despacio. Me estaba excitando cada vez más de ver como me follaba a un hombre. Aceleré el movimiento, me di cuenta que estaba gimiendo y Julián también. Notaba que me quedaba poco para correrme, me agarré con fuerza a sus caderas y mis movimientos se hicieron más bruscos, notaba como si una corriente eléctrica comenzase en mi perineo y se extendiese por mis huevos…estaba a punto de correrme. Apreté con fuerza mis manos en sus caderas, saqué mi polla de su culo, y el primer trallazo le llegó a la nuca, los siguientes cayeron en su espalda poniéndolo perdido, lo que no cayó en su espalda, cayó sobre las sábanas. Me derrumbé a su lado para recuperar mi respiración, había sido increíble el polvo que había echado.

-Joder, espero que te haya gustado, por como has gemido parece que ha sido uno de los mejores polvos de tu vida -me dijo riéndose-

-Creo -dije intentando recobrar el aliento- que ha sido el mejor polvo que he echado con diferencia.

-Bueno, ahora sí que me voy a duchar -dijo Julián- Me has puesto pringando la espalda de tu leche. Tú deberías ducharte también…tampoco has salido muy seco que digamos, jejejeje

-Voy a recobrar el aire primero, aún sigo sofocado -le dije-

Se levantó y se metió en la ducha, al cabo del rato salió y se vistió mientras yo me duchaba. Al salir de la ducha me vestí y nos besamos un par de veces.

-Espero tu llamada -me dijo-

-También puedes llamarme tú -le solté- De todas formas, por mi parte sí quiero que nos sigamos viendo, si no tienes inconveniente.

-Por el amor de Dios, dalo por hecho -me dijo- claro que quiero repetir lo de hoy pero… la próxima vez habrá penetración por ambas partes, si te apetece.

-Hoy has estado a punto de clavármela -le dije- y la verdad, lo esperaba con ansias pero entiendo que mi culo lo tendrás que preparar mejor, dilatarlo y eso…

-Por supuesto -me contestó- además traía lubricante pero lo dejé en el coche. Cuando te vi la cara pensé que no íbamos a follar nada.



Salió de la casa a los 30 minutos, yo ya me había vestido y salí al jardín para despedirlo.

-Te llamaré en cuanto tenga un minuto y sepa algo más por lo de mi mujer -me dijo mientras arrancaba el coche-

-De acuerdo -le contesté-

Entré de nuevo en la casa, no podía creer que lo había hecho, me había acostado con un hombre, además casado y maduro. Los remordimientos empezaron a llegar a mi cabeza al poco tiempo de recordar lo que había pasado, la paja que Julián me hizo, la que le hice yo, los besos, las caricias, el calor corporal, el olor a excitación, a polla caliente, el líquido preseminal, el olor a semen, su leche en mi espalda, la mía en la suya, el darle por el culo… Los remordimientos se convirtieron en excitación, en lujuria… Mi teléfono comenzó a sonar, me acerqué pensando que sería Julián pero no, era Ana mi novia. La había olvidado casi por completo.

-Hola Ana -contesté-

-Hola mi amor -me dijo muy dulce- ¿Cómo estás? Quiero que sepas que siento lo que ha pasado, de verdad, he sido muy egoísta. El pensar que como no te queda familia con la que pasar las Fiestas, la pasarías con mi familia dándolo por hecho no ha estado bien, y te pido disculpas por ello.

-Vale -le dije- Me alegro que te hayas dado cuenta. Simplemente quería pasar algunos días contigo a solas, dedicarnos más tiempo el uno al otro, sin nadie por medio. Sin formalismos, sin tener que estar arreglados, estar en bolas los dos la cena de Nochebuena por ejemplo…

-Te entiendo y te pido perdón nuevamente por ello -se reafirmó- Si quieres cojo el coche y me voy para allá ahora mismo.

Me quedé callado, no sabía qué contestar. Acababa de darme cuenta que si venía no podría tener más momentos como el que acababa de tener con Julián… claro que si le decía que no, se presentaría de igual forma pero pensando que tenía una aventura con alguien…

-¿Hola?¿estás ahí? -preguntó Ana un tanto intrigada- ¿Me oyes?

-Hola, hola…sí…perdona, es que acabo de ver un gato con un ratoncillo en la boca en el jardín -me inventé-

-¡Ay por Dios! ¡Qué asco! -soltó sin pensarlo- Bueno, dime…¿quieres que vaya y que esté contigo estos días allí?

-Eso lo dejo a tu elección, Ana -intenté salir por la calle del medio- Haz lo que realmente consideres que debes hacer. Yo estaré aquí no sé aún por cuántos días, pero seguro que hasta el día 28 o 30 estaré aquí. Ya tú me dices lo que quieras hacer.

-Vale, entiendo… -me contestó con cierta tristeza- Si no te importa te llamaré mañana o pasado para saber cómo vas.

-Perfecto, mañana está bien -le dije para no hacerla sentir peor de lo que se sentía-

-Genial, con lo que sea solo tienes que llamarme -se alegró por mi contestación- Mañana hablamos entonces. Un beso y que sepas que te quiero mucho.

-Gracias Ana por entenderlo -le mentí- Mañana hablamos, y también te quiero.

Colgué y me sentí culpable por no decirle la verdad, pero contento por sentirme con más libertad.



Y hasta aquí este capítulo



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
-Gracias Ana por entenderlo -le mentí- Mañana hablamos, y también te quiero.

Colgué y me sentí culpable por no decirle la verdad, pero contento por sentirme con más libertad.




Lo que quedaba de tarde la pasé en el jardín tomando un Beefeater con limón, no podía quitarme de la cabeza lo que había pasado. Sobre las 20:00 horas decidí que cenaría algo en alguno de los bares que estaban abierto en el Paseo Marítimo, si el “Baranda 22” estaba abierto, allí iría. Era un restaurante tipo chiringuito, bastante bien de precio y con mucha calidad, quedaba a no más de 500 metros de mi casa, un pequeño paseo hasta allí. La tarde estaba espectacular, cualquiera diría que era diciembre hasta hacía algo de calor para esas fechas. Así que me preparé y salí dando un paseo hasta el “Baranda 22”. Me llevé una cazadora vaquera por si las moscas, aunque hiciese calor no podía olvidar que estábamos en diciembre.

Llegué sobre las 21:15, el lugar estaba a medio llenar cosa que me extrañó un poco por ser las fechas que eran. Me senté en una mesa para dos, en nada se acercó una camarera con la carta, pedí una copa de Ribera del Duero y elegí algo de carne para cenar. Mientras comía me iba fijando en la gente, había grupos de 3 o 4 hombres, parejas mixtas, parejas del mismo sexo, y conmigo éramos 3 los hombres que estábamos solos. Imaginaba quien de los que estaban allí podrían ser bisexuales. En determinado momento oí que en la cocina había problemas, gritos y caída al suelo de utensilios de cocina… al poco salió la camarera que me había atendido bastante irritada, con la cara roja de rabia y lágrimas en los ojos, se fue directamente hacia salida, con un salto libró los peldaños de entrada y se dirigió a la playa.

Acabé de cenar y pedí la cuenta, todo exquisito y nada de caro. Salí y me fui por el paseo marítimo, dando un paseo. Se oían las olas romper en la orilla, se respiraba el olor a mar, era una noche de las que apenas hay. Decidí meterme por la playa, me quité los zapatos y avancé por la arena hasta llegar a la orilla, caminé mojándome los pies en dirección al Faro de Trafalgar, ya llevaba un rato andando cuando decidí volver, al cabo de andar unos 150 metros, me fijé que en la parte de la arena seca había un bulto, una persona acurrucada, se levantó y se dirigió a mí.

-Perdona, ¿tienes fuego? – me dijo la joven- Mi mechero se ha quedado sin gas.

-No fumo, pero suelo tener algún mechero en la cazadora -saqué un mechero del bolsillo derecho de la cazadora y lo encendí, ella se colocó el cigarro en la boca y la llama iluminó su cara. Era la camarera del “Baranda 22”, tenía los ojos llorosos-

-Gracias, me has salvado la vida -me dijo-

-Perdona que te moleste -le dije- eres la camarera del “Baranda 22”. Me has atendido antes, para la cena.

-Ah sí, ya decía yo que me sonaba tu cara cuando has encendido el mechero -me contestó- Pero soy la “excamarera”. Me han despedido, o me he ido. Ya no lo sé.

-Bueno, tus razones tendrías para irte -le dije son saber que contestarle-

-Y tanto que tengo mis razones -me dijo sentándose en la arena y dando un golpecito en la arena con la palma de la mano, invitándome a que me sentara- Pero voy a denunciarles ya, fíjate la fecha en la que estamos, y aún me deben 3 meses…ya no puedo más.

-¿Ves?, eso es una muy buena razón -le dije- No sabía que les deben dinero a los empleados. No iré más ahí.

-Lo peor de todo es que Juan Carlos, el que tiene alquilado el “Baranda 22” en invierno, me tiene alquilada una habitación ahí mismo, junto al bar -dijo con un deje de preocupación- He recogido mis cosas y le he mandado un WhatsApp diciéndole que dejo la habitación.

Un viento más frío de lo normal, empezó a soplar con fuerza. Me levanté el cuello de la cazadora y ella se subió el cuello de la camisa, aún llevaba el uniforme de camarera.

-Y no tienes donde pasar la noche, ¿verdad? -le pregunté- ¿De dónde eres?

-No, no tengo donde pasar la noche -me respondió- He llamado a una amiga de Úbeda, soy de allí. Pero hasta las doce no sale de trabajar, vendrá mañana por la mañana a por mí.

-Vaya, ¿y sabes dónde vas a dormir esta noche? -me estaba preocupando la situación de aquella mujer-

-Iré al hotel “El pájaro verde” a ver si hay habitaciones -me respondió-

-Bueno, empieza a hacer frío y parece que puede llover y todo -dije mirando al cielo- Era raro el calor que estaba haciendo… Mira puedes hacer una cosa si quieres, vivo cerca de aquí en una casa solo para mí. Si quieres puedes quedarte y ya mañana, más calmada puedes hacer lo que te apetezca, si te quieres quedar o si prefieres irte a Úbeda.

-De acuerdo, pero primero preguntaré en “El pájaro verde” -me dijo cogiendo el móvil para llamar al hotel-

Llamó al hotel mientras el viento arreciaba, la temperatura estaba bajando y unos destellos iluminaban el cielo por Tánger.

-Bien parece ser que hoy no es mí día -me dijo cuando colgó- está completo… Por cierto, si voy a dormir en tu casa, me llamo Lola.

-Bien, soy Álvaro, Álvaro Cárdenas -le dije dándole dos besos en la mejilla- Creo que es el momento oportuno para irnos a casa.

La ayudé a levantarse, cogió su mochila y nos fuimos andando hasta la casa. Antes de coger el camino que llega a la casa comenzó a llover, aligeramos el paso hasta que llegamos a la cancela de entrada al jardín. La lluvia arreciaba y entramos corriendo, al legar a la puerta de la casa abrí como pude. Se había metido un frío tremendo, y encima íbamos chorreando.

-Pasa, pasa sin problema -le dije- Ahora te enseño tu habitación. Y después encenderemos la chimenea.

-Uuuhh, vaya casoplón -dijo Lola- No te preocupes, enciende la chimenea para que esto se vaya caldeando, vaya frío que se ha metido, joder.

-Si quiere ducharte, hazlo. Así entrarás en calor antes -le dije mostrándole el cuarto de baño- Tienes toallas en el mueble que está junto al lavabo, ahí también tienes una manopla para enjabonarte. Yo me ducharé después.

-Voy a hacerte caso -me dijo sin pensárselo- Estoy aterida de frío y necesito entrar en calor. Si no te importa, saco las toallas y me ducho. Nos vemos ahora.

Al poco tiempo salió envuelta en la toalla, fue entonces cuando me fijé en ella. Sus piernas eran largas y torneadas, la toalla le cubría justo por debajo de las nalgas, sus pechos eras normalitos tirando a grandes, se le veía el canalillo. Era una chica bastante guapa. Se vino hasta el salón con la toalla puesta.

-Uy, ya se nota el calorcito aquí -me dijo- ¿Puedo pedirte un favor? ¿Tendrías una camiseta o parte de arriba de un pijama, chándal o lo que sea? No he recordado que tenía mi ropa para lavar y no tengo nada para estar aquí en el salón, para dormir no tengo problema pero para estar aquí no voy a estar en bolas…jejeje

-Claro, no te preocupes. Tengo camisetas, pantalón de pijamas cortos, porque esta casa la uso para el verano más que nada. -le dije sin decirle que tenía ropa de Ana, no sé por qué me lo callé, pero me apetecía verla con ropa mía- Mañana, si quieres, puedes poner la lavadora con la ropa que necesites lavar-

-¡Estupendo! -me dijo ilusionada- no sabes cuánto te lo agradezco Álvaro.

Salí con un pantalón de pijama algo ancho, de color verde, y una camiseta de mangas largas blanca. Le saqué también una camiseta blanca de mangas cortas, por si le apetecía.

Cogió todo y se metió en su habitación. Al cabo de los minutos, salió con el pantalón del pijama puesto, le quedaba bastante ancho, lo llevaba con un par de vueltas, o tres, en la cintura, así le dejaba los muslos a la vista. Se había puesto también la camiseta de mangas largas, se acercó y se sentó en el sofá sobre uno de sus pies. El verla así me excitó bastante, el pantalón se le había subido hasta el final de su pierna y, por lo que pude apreciar, parecía que no llevaba braguitas puestas.

-¿Tú no te cambias? -me dijo- Tienes la ropa mojada…

-Sí, claro -le dije- como buen anfitrión he esperado a que estuvieses cómoda. ¿Te apetece una copa? En el mueble bar hay varias botellas de licor, yo me tomaré un Beefeater con limón, ahora prepararé lo que quieras.

Me coloqué un pantalón gris de chándal, sin ropa interior, y una camiseta. Cuando salí, en el salón se notaba ya el calorcito de la chimenea. Lola estaba sentada en la misma posición que antes, no quería ser muy descarado, pero estaba seguro que no llevaba braguita alguna…y eso me estaba poniendo a mil.

-Bueno, ¿qué te apetece tomar? -le pregunté- O si quieres algo de picar, también te puedo ofrecer algo.

-No, tomaré lo que tú tomes -me respondió- No me apetece comer nada, hoy necesito beber.

-Pues que no se diga más, dos gin lemons en marcha -le dije sonriendo- pondré unos altramuces para picar, me apetece.

-Venga, te ayudo -me dijo levantándose del sofá- De alguna forma he de pagarte el favor que me estás haciendo.

La miré sin querer decirle lo que estaba pensando en ese momento, ya me gustaría que me lo pagara de determinada forma…

-Anda no seas tonta -le contesté- seguro que tú hubieses hecho por mí lo mismo que yo.

-Bueno, no estés tan seguro -me dijo- hoy en día no te puedes fiar mucho de la gente…

-Venga, sentémonos en el sofá -dije para cambiar de tema- Y háblame de ti.

-Pues nada, soy Lola Jaurena, tengo 28 años. Nací en Úbeda, pero como habrás visto por mi apellido, mi familia es del norte, concretamente de Navarra. Tengo pareja digamos que liberal, es decir tengo un follamigo pero está en Jaén. Ya no trabajo, aunque sabías donde lo hacía -me soltó de corrido- ¿Y tú?

-Pues me llamo Álvaro Cárdenas, tengo 35 años, trabajo en un banco, en la sección de Negocios Internacional. He tenido pareja hasta hace bien poco, no sé si lo volveremos a retomar, ahora mismo te diría que no. Esta es mi casa del verano, pero estas Navidades quería pasarlas aquí, o solo o acompañado… -le dije dejándole caer lo último-

-Interesante -dijo girándose más hacia mí con lo que le llegué a ver como se le abría más el pantalón y, de un vistazo, vi que no llevaba braguitas, tenía el coño depilado- Esta noche me apetece beber un poco más de lo normal, solo un poco. Mañana no quiero levantarme con dolor de cabeza ni mal cuerpo.

Seguimos bebiendo y charlando, el tiempo estaba pasando y fuera, la lluvia arreciaba más y el viento era cada más fuerte. Me levanté y eché un tronco más en la chimenea, la polla empezaba a despertar dentro de mi pantalón a pesar que se notaba frío, bastante frío.

-Joder, parece que todo el frío que no hacía ha venido de golpe, encima no tengo edredones para las camas… creo que solo hay una manta -dije preocupado- Échate tú la manta, pero no sé si lograrás abrigarte bien. En mi habitación tengo aire acondicionado con bomba de calor, o cambiamos las habitaciones.

-Bueno, si no te molesta, y para no pasar frío ninguno de los dos, puedo dormir contigo en tu cama, con la manta, el aire acondicionado y el calor que generan nuestros cuerpos -me dijo sin pestañear- ¿Te parece bien?

Lógicamente asentí con la cabeza. Pasamos a la habitación, Lola se metió con la ropa que llevaba, lo que me obligó a hacer lo mismo, sus pezones se marcaban en la camiseta, no sé si sería por el frío…. Las sábanas estaban heladas y Lola se pegó a mí cuerpo como una lapa, enredó sus piernas en las mías e hizo que le pasara un brazo por sus hombres mientras ella reposaba la cabeza en mi pecho.

-Dios, las sábanas están heladas -me dijo medio tiritando- ¿te molesto así?

-No te preocupes -le dije- es verdad que hace frío, bastante frío, y así entraremos antes en calor…

-Jajaja, ya se está empezando a notar el calor dentro, al menos las sábanas no están tan frías -dijo pasando su mano por mi vientre varias veces, como para acariciarme- Qué bien se está contigo así. He de reconocer que eres muy cómodo.

-Jajajaja, eso es porque estás cansada -le dije sin parar de reírme-

-No, que va. No te creas que estoy muy cansada. Lo que sí es que tengo frío, y así tumbada, contigo a mi lado, estoy en la gloria -me dijo moviendo su mano algo más abajo que mi vientre-

Al llevar chándal, empecé a tener calor, las piernas comenzaron a sudarme y eso me estaba poniendo nervioso. No paraba de mover las piernas, intentaba sacar una de debajo de la manta, pero hacía frío aún para dormir con una pierna fuera.

-Vaya, ¿te ocurre algo? -me preguntó- No paras de mover las piernas.

-No, no te preocupes. Es que el chándal es gordito, y empiezan a sudarme las piernas -le contesté-

-Pues quítatelo -me dijo metiendo sus manos por la cinturilla del pantalón para bajarlo, pero lo agarré-

-No llevo ropa interior -le dije de buenas maneras- no quiero que pienses lo que no soy.

-Yo tampoco llevo ropa interior -me dijo acercando su cara a la mía y comenzando a bajar mi pantalón- y piensa lo que quieras, no te pongas nervioso que no pasa nada.

Bajó el pantalón del chándal, pasó sus manos por mi polla y mis huevos, y siguió bajando el pantalón hasta tenerlo en los tobillos. Con los talones saqué los dos pies y saqué el pantalón de la cama.

-Ummm, así mejor. Si quieres te quito la camiseta -me dijo sin esperarlo, metiendo sus manos por debajo y tirando de ella- Deja que te la quite.

La agarré de la cintura y empecé a bajarle el pantalón del pijama que le estaba enorme, ella se lo sacó por abajo. Planté mi mano en su entrepierna, había visto bien, tenía el coño totalmente depilado. Abrió un poco las piernas y metí un dedo en su rajita, estaba mojada. Ella suspiró y me agarró la polla que comenzaba a ponerse dura, pasaba su otra mano por mis huevos, mientras acercaba su boca a la mía.

-Ummm, vaya herramienta tienes -me dijo sin cortarse- y además sin pelos, eso me encanta.

Metí las manos por debajo de su camiseta, sus tetas tenían la medida ideal, levanté la camiseta hasta dejarle las tetas al aire y las admiré, señalaban hacia arriba, eran tetas naturales, se quitó la camiseta. Ahora estábamos los dos completamente desnudos.

Comenzamos a besarnos, su lengua entraba en mi boca, buscando enredarse con la mía y lo conseguía. Sus manos me acariciaban la polla y los huevos, se sentó sobre mis muslos apoyando sus tetas en mi pecho. Seguíamos besándonos mientras ella se intentaba tapar la espalda con la manta. Acercó su coño a mi polla, yo la tenía abrazada por la cintura, me daba cuenta que mi abrazo la abarcaba casi completamente, siguió acercándose hasta que su coño topó con mi polla, abrió la raja y ahí colocó mi nabo, entre los dos labios. Comenzó a masturbarme con el coño, notaba el calor de su coño en mi polla, notaba como se le mojaba, como mis huevos se empapaban de su flujo caliente y viscoso, se movía cada vez más rápida, sus tetas botaban delante de mi cara.

-Uffff, me…me encanta tu…tu polla, Álvaro -me dijo excitada- sabía que la debías… tener así, por cómo se te…ummmmm, se te notaba con el…chándal.

-Ummmmm, no se te ocurra…parar -le dije con la polla muy dura y soltando hilos de líquido preseminal-

-¿Prefieres esto a que estés dentro de mí? -me preguntó agarrándome las pelotas- Porque yo prefiero lo segundo.

Me quedé sorprendido con lo que acababa de oír, ella se montó sobre mi polla y comenzó a galoparme, tenía el coño empapado y caliente. Notaba que mi polla se empapaba de sus jugos dentro de ella. Toqué sus tetas, las agarraba y las estrujaba con algo de delicadeza, se inclinó hacia mí y, estando cerca de mi boca me preguntó:

-¿Qué soy para ti ahora mismo?

-No sé -le respondí-

-Joder Álvaro -me dijo enfadada- lo mejor será que lo dejemos y nos pongamos a dormir.

Se bajó de mi polla y se tumbó junto a mí, mirando hacia la pared. Me quedé helado, no sabía qué coño buscaba, qué quería que le dijera o que le hiciera.

-Mira, creo que lo mejor será que nos olvidemos de esto -le dije- No sé qué es lo que quieres. Y si no lo sé, no te lo puedo dar. Creí que echaríamos un polvo, pero parece que estaba equivocado.

-Déjalo Álvaro, es culpa mía si así te sientes mejor -me dijo-

Aquello me hirvió la sangre, intenté tranquilizarme pero lo que no quería que saliera, acabó saliendo.

-Voy a decirte algo -comencé diciéndole- No sé de quién coño es la culpa, pero sé que no es mía. Esto me pasa por intentar ayudar a alguien que parece que no sabe comportarse con quien le ayuda, y no hablo de sexo.

Lola se giró con cara de cabreo, me miró con rabia en los ojos.

-Mira capullo, no me vengas con tonterías, yo no te pedí ayuda, salió de ti. Te pedí algo de ropa, me la puse sin nada debajo y me di cuenta de cómo me mirabas el coño cuando me senté a conciencia para que lo vieras en su plenitud, vi como se te iba subiendo la polla, incluso llegaste a mojar un poco el pantalón del chándal…y seguía portándome como una puta…

-A lo mejor es que lo eres -le dije-

-¿Qué soy qué? -me preguntó levantando la voz-

-Que eres una puta -ahora fui yo quien levantó la voz- Una puta, una zorra…

Me sorprendió que me agarrase la polla y comenzase a meneármela. Se me puso muy dura de nuevo. Ahora me sentía envalentonado.

-¿Vas a ser mi macho de verdad? -me dijo ya con otro tono de voz-

Pegó su culo a mí, con ambas manos se lo abrí y uno de mis dedos acariciaba las nalgas hasta llegar a su ojal. Comencé a masajearlo en círculos, ella gemía y pegaba más su culo a mí.

-Pero qué buena estás -le dije- ahora sabrás lo que llevo toda la noche pensando en hacerte.

-Ummm, sigue con el dedito donde lo tienes, cabrón -dijo bastante excitada- Ya empieza a hacer calor…

Tiré de sus caderas hacia mí hasta que mi capullo topó con sus nalgas. Retiré el dedo que fue sustituido por mi polla.

-Despacio Álvaro, no han entrado muchas en él -me pidió-

La penetré lentamente mientras acariciaba sus tetas, su reparación se aceleraba. Notaba como su esfínter cedía a la presión de mi capullo, éste se abría paso lentamente hasta que entró por completo. Con sólo el capullo dentro decidí parar, le besaba el cuello mientras mis manos pellizcaban sus pezones que los tenía más duros que antes. Ella inclinaba su cabeza hacia atrás para que mi boca pudiese llegar a todas las zonas de su cuello.

Fui apretando mis caderas para metérsela toda, mi polla cada vez entraba más a la par que sus gemidos se hacían más fuertes. Cuando llegué al fondo, me detuve por un momento para después comenzar con un movimiento de mete y saca lento, notaba como mi polla se iba lubricando, imagino que sería de sus fluidos. Aceleraba el movimiento notando como entraba cada vez con más facilidad, como nuestras respiraciones se entrecortaban, nuestros gemidos se hacían más fuertes… Decidí sacársela, se giró y me miró con los ojos bastante abiertos pidiendo una explicación.

-Ahora mi putita va a comerse lo que tengo entre las piernas -le dije colocándome boca arriba y quitando sábana y manta. El aire acondicionado tenía ya caldeada la habitación, además del calor generado por nosotros- Seguro que sabes comértela bien, ¿a que no es la primera que te comes?

-No, no es la primera que me como, me he comido muchas -me dijo poniéndose de rodillas a mi costado y sujetando mi polla con una mano-

Se metió mi polla en la boca, apretaba los labios contra ella mientras su lengua acariciaba mi frenillo, pasaba la punta de la lengua por él haciéndome sentir cosas que ni imaginaba que se podían hacer con la lengua. Decididamente Ana, mi novia o exnovia, no sabía comérsela, al menos no como lo hacía Lola. Comenzó a mover su cabeza adelante y atrás dejando que mi polla se impregnase de su saliva, mi mano se abrió paso entre sus piernas hasta encontrar su coño, pellizqué con dos dedos sus labios para después dedicarme al clítoris, que lo tenía tremendamente dilatado, cosa que me puso a mil.

-¿Te gusta cómo te la como? -me preguntó- Me encanta tenerla dura en mi boca, lamerte la punta para tomarme todo el precum que produces, y acariciarte los cojones mientras.

-Sí putita, la comes muy bien -le dije muy excitado- Ahora siéntate sobre mi cara, quiero comerte el coñito que tienes, follarte con mi lengua mientras me la sigues comiendo.´

Se sentó sobre mi cara, mientras no soltaba mi polla. Una vez puesta en posición, volvió a meterse mi polla en la boca mientras yo le abrí el coñito con los dedos, dejando a la vista sus labios bien abiertos, la entrada a su vagina y su clítoris, clítoris bastante dilatado ya. Pasé mi lengua por toda su raja, desde la parte inferior hasta llegar a su clítoris. Lo agarré con los labios y lo succionada mientras dos de mis dedos entraban y salían de ella totalmente empapados en sus fluidos, unos fluidos viscosos y calientes. Su respiración se aceleró, sus caderas empezaron a moverse arriba y abajo mientras su polla se dislocaba con mi polla dentro de ella. Estaba a punto de correrse, se sacó su polla de la boca y se incorporó, colocó sus manos en mi pecho.

-¡¡¡Uffff cabrón!!! ¡Sigue igual, no te pares! -dijo entre gemidos y jadeos- Voy a correrme ya…

Noté como su coño se contraía y se expandía consecutivamente, me llenaba la boca con fluidos que salían de ella, sus gemidos se hicieron más fuertes, sus uñas se clavaron en mi pecho. Se levantó entre temblores de su cuerpo, se puso a un lado y se tragó mi polla nuevamente, pero esta vez se la comía como una auténtica zorra, me la meneaba a la vez, su lengua la pasaba desde los huevos hasta el capullo, todo ello con mucha cantidad de saliva.

-Si sigues así…vas a hacer…que me corra -le dije sin estar convencido que parase-

La obligué a que se sacara mi polla de la boca, me miró con media sonrisa en la cara. Me incorporé, me coloqué de rodillas y la puse a 4 patas.

-Así me follo a las putas -le dije mientras la agarraba de las caderas y la follaba por el coño- ¿Verdad que te gusta así, zorra?

-Ummmm, se está genial en esta postura…ufff…y teniendo tu nabo entrando y saliendo de mí…¡joder! -me dijo con la respiración entrecortada- Voy a correrme otra vez…

Notaba en mi polla como su coño la apretaba, señal de que se estaba corriendo, aceleré mis movimientos, notaba como la corrida se acercaba. Notaba el placer desde el perineo, como pasaba a mis testículos y como subía hacia mi vientre.

-Me corro, puta -le dije sacando mi polla en el momento en que empezaba a lanzar mi leche con el primer trallazo- ¡Diooossss!

La leche le cayó por toda la espalda, el segundo trallazo le cayó en el culo y en el coño, parte caía a las sábanas, yo e la meneaba para exprimirla completamente. No salió demasiada, ya que por la tarde me había corrido con Julián.

-Ummm, me ha encantado, tío -me dijo Lola, preparándose para dormir- Habrá que repetir, ¿no?

-Por supuesto, pero…¿no se te olvida algo? -le dije, ella me miró intrigada- Debes limpiarme la polla con la boca, no quiero que lo vuelvas a olvidar.

Ella me miró con sorpresa, se incorporó y tumbándose sobre mí, se metió mi polla en la boca nuevamente y con su lengua me la dejó reluciente.

-Ahora sí -le dije- Ya podemos dormir tranquilos…que mañana habrá más, porque mañana no te vas. Mándale un WhatsApp a tu amiga diciéndole que no hace falta que venga mañana, que vas a pasar las navidades aquí con…un amigo.

Ella me miró, se levantó y cogió el móvil, escribió algo y dejó el teléfono sobre la mesilla de noche.

-Listo, enviado -me dijo- Entonces me quedo en tu casa estos días… tengo ganas de que llegue mañana ya.

-Jejeje, creo que tu desayuno será nabo crudo -le dije entre risas y guiñándole un ojo- acompañado de huevos.

-Bueno, si viene Julián podremos desayunar nabos, huevos y, como dicen los sudamericanos, concha…

-¿Qué sabes de Julián? -le pregunté mirándola fijamente-

-Conozco de él lo mismo que tú -me respondió- pero no te alteres, mañana lo llamamos y hablamos entre los tres.

Me dio un beso en la boca y se tumbó a dormir, me levanté cogí una toalla y me incliné hacia ella para limpiarle mi corrida de su espalda, su culo, su coño…cuando terminé me volvió a besar, me tumbé junto a ella dispuesto a dormir…no entendía lo de Julián….



Y hasta aquí este capítulo



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Me dio un beso en la boca y se tumbó a dormir, me levanté cogí una toalla y me incliné hacia ella para limpiarle mi corrida de su espalda, su culo, su coño…cuando terminé me volvió a besar, me tumbé junto a ella dispuesto a dormir…no entendía lo de Julián….



A la mañana siguiente me desperté temprano, Lola no estaba en la cama. Hacía calor en el dormitorio, el aire seguía encendido. Lo apagué y me levanté, olía a café. Me dirigí a la cocina y allí estaba ella, solo con la camiseta que le dejé la noche anterior. Estaba de pie intentando coger una taza de uno de los muebles superiores, me acerqué por detrás y extendiendo mi brazo llegué a coger la taza. Ella dio un respingo.

-Joder Álvaro, que susto me has dado -me dijo entre risas abrazándome por la cintura y plantándome un beso en los labios- ¿Te apetece un café? Perdona si te molesta que haya inspeccionado la cocina, pero buscaba el café y cosas para desayunar.

-No mujer, no -le dije abrazándola con fuerza- Mientras vistas de esa manera, tienes permiso para cotillearlo todo.

-Ummm, y mientras tú vistas como ahora, conseguirás que vaya de esta manera vestida -me dijo pasando su mano por mis huevos y besándome en la boca-

Agarré sus nalgas y apreté mis labios contra los suyos, mi polla comenzaba a despertarse. Se retiró lentamente observando como mi polla se iba levantando y endureciendo.

-Vamos a tomar café -me dijo separándose de mí- No quiero dejarte seco tan temprano…jajajaja

-Uffff, por eso no te preocupes -le contesté- me recupero con cierta facilidad.

-Todos decís lo mismo -dijo riéndose- pero la cantidad de leche que soltáis no es abundante precisamente.

Cogí otra taza para mí y sirvió los dos cafés. Nos sentamos junto a la mesa de la cocina observando el jardín y la piscina. Probé el café y estaba delicioso. La miré a los ojos y me sonrió, apoyó su mano en mi muslo, me excitaba poniéndose de esa manera.

-Bueno, ahora vamos a aclarar lo de anoche -le dije notando como me estaba calentando- Creo que debes explicarme el tema de Julián que anoche me comentaste.

-A ver, no te rayes por eso -me dijo- Julián es algo más que un amigo, pero no me malinterpretes. Sé que el otro día vino aquí, quedasteis para, digamos que practicar un tipo de sexo que tú no habías practicado.

-Pero… -intenté cortarla-

-No, déjame seguir -me dijo levantando una mano para que no siguiera hablando- El tema es fácil, yo he follado y follo con él, a él le gustan los hombres y las mujeres, creo que por aquí a eso se le dice ser redondo, pues él es redondo igual que yo. Pero me encanta como folla, la delicadeza que tiene, pero también lo imperativo que es, él es el que manda por muy delicado que sea. Y eso me pone mucho, me excita no sabes cuánto. A veces, solo hablando por teléfono con él, acabo con el coño empapado y tengo que masturbarme.

Me miró sonriéndome.

-Espera, no sigas -prosiguió- Déjame acabar. Él me contó que lo habías visto follar con Ángel, que no es santo de mi devoción, y que os encontrasteis e intercambiasteis los números de teléfono. Que lo llamaste y acudió para hacer realidad uno de tus sueños. Me dijo también que quedaste muy contento con él, que le diste por el culo y que no llegó a consumar contigo, por lo que, si quieres, hoy podemos pasar un día excelente los tres. Yo lo he llamado en cuanto me desperté, me ha dicho que si tú quieres, él se viene a pasar un rato con nosotros. Ahora ya, sí puedes hablar.

-Vale, no sabía que supieses todo eso -le dije molesto con Julián, él no tenía ningún derecho a contarle a nadie lo que habíamos hecho- Sé que no tienes la culpa de que te lo contara, pero la verdad, no estoy acostumbrado a estas cosas, me refiero a tener relaciones con otros hombres, y mucho menos a ir pregonándolo por ahí. Ahora llamaré a Julián y le diré que no hace falta que venga, esto no es como yo lo había imaginado.

-Siento que te lo estés tomando así -me dijo apoyando sus manos en mis rodillas e inclinándose hacia mí- pero Julián no es como lo estás imaginando. Quizá lo estás pintando todo mal, cuando es todo lo contrario. Ya me estaba imaginando con los dos en tu cama…

-Jajaja, si quieres nos metemos en la cama tú y yo, y nos olvidamos de Julián -le dije cogiendo una de sus manos y poniéndola sobre mi polla- Ahora la habitación está caldeada ya…

-Perdona pero prefiero hacerlo participando Julián también -me dijo apretándome la polla- el pensar en veros los dos en la cama me está excitando mucho. Podrías salir ya de ese antojo, o mejor dicho, de esa curiosidad, verás como lo vas a disfrutar. Además, no te hará lo que no quieras, eso tenlo muy seguro.

Se levantó y se sentó sobre mis rodillas abriendo sus piernas y dejando las mías entre ellas. Mi polla ya empalmada, estaba delante de su coño abierto. Acercó su boca a la mía, con su lengua lamió mi labio inferior. Se quitó la camiseta, sus pezones estaban duros.

-Además, desde anoche soy tu putita -me dijo- y necesito lo que tienes entre las piernas…

-¿Follas mucho con Julián? -le pregunté- ¿O sólo habláis?

-Jajajaja, follo con él cuando quiero -me dijo- él debe hacer lo que yo quiero, me pertenece.

Me quedé mirándola, ese cuerpazo que tiene se levantó y se dirigió hacia la mesa, donde estaba mi teléfono móvil. Lo cogió y me lo acercó.

-No seas malo y llámalo -me rogó- me vas a follar de todas formas y cuando quieras, pero me harías muy feliz verte con él.

Me levanté y me eché más café, mi polla se había bajado pero un hilo de líquido preseminal colgaba de mi capullo, denso, pegajoso, transparente, acabado en una gota. Lola lo recogió con un dedo y se lo llevó a la boca, saboreándolo.

-Por favor -me insistió- haré todo lo que me pidas, soy tu puta y él es mi putita.

-De acuerdo -le dije- Lo llamaré en un ratillo. Primero quiero desayunar con tranquilidad. Prepárame unas tostadas con zurrapa blanca de lomo que hay en la despensa.

-Sííííí -me dijo besándome en la boca y agarrándome de nuevo la polla- No te vas a arrepentir. Voy a prepararte lo que deseas.

La veía preparándome el desayuno totalmente desnuda, su coñito depilado sin sombra alguna de crecimiento del pelo, sus nalgas redondas y consistentes, sus piernas estilizadas y un poco musculadas…, desayuné como un marqués.

-Puedes recoger la cocina mientras hablo con Julián -le dije acariciándole una de las nalgas- Estoy deseando montarte de nuevo, zorrita.

Llamé a Julián, a la cuarta llamada descolgó.

-Hola Álvaro -me dijo con la voz muy seductora- estaba deseando que me llamases, ya he hablado con Lola esta mañana.

-Hola Julián -le devolví el saludo- Sí, me lo ha dicho, también me ha dicho que se lo has contado todo, todo lo que hicimos, que os estuve mirando cuando follabais Ángel y tú… Eso no se hace, hombre. Que yo sepa, no te di autorización para que le contaras a nadie lo que hicimos…

-Ya, ya sé qué piensas -me cortó- y no es eso. Si me dejas te lo explico. Ella no es cualquiera, yo soy su putita, hace conmigo lo que quiera y le debo obediencia total y absoluta. Me preguntó y tuve que responderle.

Se hizo el silencio mientras yo asimilaba todo lo que me acababa de decir. Julián estaba sometido a Lola…

-¿Estás ahí? -me preguntó cortando mis pensamientos- ¿hola?

-Sí, sí estoy aquí, estaba pensando -le contesté- Vale, vente a casa y seguiremos hablando.

-De acuerdo -me contestó- en 10 minutos estaré allí.

Al cabo de unos 15 minutos sonó el portero automático, era Julián, me vestí y le abrí, entró al jardín y salí a recibirle. Pasamos al interior de la casa, Lola estaba con la camiseta puesta nada más, lo esperaba en el salón, de pie con los brazos en jarra.

-Vaya, ¡mira a quien tenemos aquí! -soltó Lola- Puedes venir a saludarme.

Me quedé asombrado con la reacción de Julián, se acercó a Lola con la cabeza baja, la barbilla pegada al pecho. Se arrodilló ante ella y metió su cara entre sus piernas, ella las abrió algo y me sonrió mientras estaban en esa postura.

-Bueno vale -dijo Lola- Levántate ya.

Me senté en el sofá observando la situación, Julián tenía la boca mojada, no sé si de saliva o del flujo de Lola. Todo aquello me superaba, no estaba acostumbrado, pero me provocaba muchísimo morbo. Lola se sentó junto a mí, pasó su pierna derecha por encima de mi pierna izquierda, apoyándola en ella, con ello conseguía que su coño estuviese abierto. Julián lo miraba con mucho deseo y aquello aumentaba más aún mi lívido. Pasé mis dedos por el coño de Lola, estaba mojado, ella gimió levemente y Julián se removió inquieto, se sentó en el sillón que estaba frente a nosotros. Se apreciaba bastante claro el bulto que tenía entre las piernas, no paraba de tocárselo.

-Anda, quítate el pantalón y los slips, que los vas a deformar -le dijo Lola-

Julián se levantó y se quitó rápidamente lo que ella le había mandado, su polla saltó como si tuviera un resorte, la tenía mojada, con hilos de líquido preseminal saliendo de su capullo y colgando. Comencé a acariciar el clítoris de Lola, Julián observaba mi mano, como se mojaban mis dedos con el flujo del coño caliente de Lola, ella me agarraba el antebrazo y me miraba caliente. Abría más sus piernas, levantaba su cadera, sus gemidos se hacían más fuertes. La ropa que llevaba me molestaba, necesitaba sacar mi polla, el olor del coño caliente de Lola me estaba excitando mucho, así como la polla de Julián, dura y mojada.

-Quítame la ropa, Lola -le ordené-

-Por supuesto -me contestó- estoy deseando verte la polla…

Se incorporó y me levantó, me desabrochó el pantalón y los bajó hasta los tobillos, me los sacó por ellos mientras con la otra mano me acariciaba el paquete, el slip lo tenía empapado y con un bulto bastante grande. Metió dos dedos entre la liguilla del slip y tiró de él hacia abajo, mi polla salió en todo su esplendor, me sacó el slip por los tobillos también. Se levantó y me quitó la camiseta. La agarré de la mano y fuimos hacia mi cama.

-¿Puede venirse Julián? -me preguntó Lola- Los tres podemos pasarlo muy bien.

-Pues claro -contesté para que él se enterara- dile a tu putita que se venga.

-Ya has oído a mi macho, maricón -le dijo a Julián- Vente detrás de nosotros, a ver cómo te vas a portar hoy.

Senté a Lola al borde de la cama, abrí sus piernas y me coloqué entre ellas, quería saborear aquel maravilloso coño mojado y caliente. Acerqué mi boca a él, con mis labios tiraba de los suyos, mojados y calientes, mi lengua recorría toda su raja, se estaba mojando más aún. Llevé la punta de mi lengua hasta su clítoris, la frotaba contra él mientras un dedo se deslizaba por su raja hasta penetrarla.

-Julián -gritó Lola entre gemidos y jadeos- cómele el culo.

Noté como Julián se ponía detrás de mí, acariciaba mis nalgas, pasaba un dedo por mi ojal, acercaba su boca a él. De repente noté algo cálido y suave deslizarse por él y frotarlo, era la punta de su lengua y me estaba dando bastante placer. Uno de sus dedos se turnaba con la lengua para acariciármelo, hacía el intento por entrar, su mano bajaba por el perineo hasta agarrar mis pelotas y acariciarlas mientras su lengua retoma la fricción con mi ojal. Aquello estaba consiguiendo desconcentrarme del coño de Lola, y ella se dio cuenta. Agarró mi cabeza pegándola con fuerza contra su coño.

-Sigue así putita -le dijo a Julián- Vas a conseguir que mi macho sea tu zorrita.

Aquello, en lugar de molestarme me provocó más morbo aún. La verdad es que el placer que me estaba dando mientras pasaba la punta de su lengua por mi ojal era indescriptible. En un momento dado, noté como su lengua comenzaba a introducirse en mi ano, tuve que separar mi boca del coño de Lola para poder coger aire mientras gemía. Me gustaba, me excitaba, me daba muchísimo placer…y quería más.

Lola se tumbó a todo lo largo en mi cama, yo me coloqué entre sus piernas, con mi boca pegada a su coño y Julián se colocó detrás de mí, con su boca pegada a mi culo. Comencé a subir mi boca por su vientre, por su abdomen, me detuve en sus tetas, las besaba, las lamía y le mordisqueaba los pezones que estaban rígidos como nuestras pollas. Subí por su cuello hasta llegar a su boca, mi polla quedó a la altura de su entrepierna.

-A ver Julián -dijo Lola- Haz de mamporrero, coge su polla y métemela, la necesito dentro.

Julián agarró mi nabo y, notando como sus dedos tocaban toda la zona, colocó mi polla en la entrada del coño de Lola, apreté mis caderas y entró con mucha suavidad, su coño estaba muy lubricado de su flujo y de mi saliva. Con mi polla en su interior, me puse de rodillas y levantando sus caderas, empecé a moverme clavándole mi nabo lo más adentro posible. Observé como Julián me miraba mientras se pajeaba. Agarré su polla y comencé a pajearlo, notaba su polla muy dura, sus venas en mi mano me producían más morbo aún. Se puso de pie sobre la cama y se colocó junto a mí, su polla quedaba a la altura de mi cara. Lola me miró y me sonrió.

-Venga, cómete esa polla jugosa -me dijo entre jadeos- Verás como te gusta tenerla en la boca.

Alargué mi mano y la cogí, la acerqué a mi boca. La coloqué entre mis labios, la besé tímidamente, mi lengua salió para recibir aquel capullo mojado, lamí la punta del glande, estaba un poco salado pero me gustaba el sabor. Abrí mi boca y, lentamente, se fue introduciendo en ella. Entró algo menos de la mitad, me excitaba pensar que me estaba comiendo la polla de Julián mientras Lola observaba todo y se excitaba. Mi lengua se frotaba contra el tronco de la polla de Julián, buscaba su frenillo para frotarla contra él, como me hacía Ana, mi novia o mi exnovia. Julián se estaba excitando, notaba como su polla segregaba precum dentro de mi boca, me estaba encantando aquel sabor. Su respiración se aceleraba, le cogí los huevos, los acariciaba sin dejar de comerle el nabo. Aquello me estaba gustando muchísimo, mi primera polla en la boca. Me la saqué de la boca y la besé por todos lados, me metí los huevos en la boca y mientras, Lola se había incorporado y estaba de rodillas junto a mí, con su boca esperando la polla de Julián, comenzó a comérsela mientras yo le comía los huevos, ella metió su mano entre las piernas de Julián y sus dedos buscaban el ojal. Julián jadeaba y gemía mientras Lola le comía la polla y yo los huevos. Lola acercó su boca a la mía, con la polla de Julián por medio, se enredaron nuestras lenguas y la polla. Julián gemía mientras Lola y yo nos turnábamos en comernos su polla, de vez en cuando nuestras lenguas se enredaban para, acto seguido, volver a introducirse en una de las bocas.

Lola parecía que empezaba a pasar de la polla de Julián, me besaba por el cuello, bajaba por mi pecho hasta llegar a mi polla, que se metió en la boca. Notaba su lengua recorriendo el tronco de mi nabo, lamiendo el frenillo y acariciando con la lengua todo el contorno del capullo. Me separé de Julián y me puse a acariciar el coño de Lola, ella me lamía los huevos, la polla. Con sus dedos pretendía llegar a mi ojal, por lo que me coloqué en una posición que le permitiera hacerlo, cosa que consiguió. Mientras tanto, Julián se había puesto de rodillas junto a mí, me acariciaba los pezones como si fuesen de una mujer, consiguió ponérmelos duros, erectos. Con los movimientos que Lola hacía para acariciarme el culo, hizo que me colocara a 4 patas, ella se abrió de piernas delante de mi cara, me agaché y, sin pensarlo, bajé mi pecho hasta pegarlo a la cama, así tenía su coño en mi boca. Julián no perdió el tiempo, notaba sus manos acariciando mis huevos, mis nalgas, las abría para pasar la yema de un dedo por mi ojal, pegó su cara y noté como su lengua se deslizaba por él, lo que hizo que mi respiración se acelerara y se escaparan algunos gemidos.

Así estuvimos unos minutos, ya no me preocupaba lo que me estuviese haciendo un hombre, lo que notaba era el tremendo placer del que estaba gozando. Subí mi boca por la entrepierna de Lola, llegué a su vientre, seguí subiendo hasta llegar a sus pechos. Sus pezones estaban duros, los metí en mi boca, mi lengua jugaba con ellos mientras mi polla intentaba penetrar el coño de Lola, mis labios apretaban sus pezones para después soltarlos. Subí por el cuello hasta llegar a su boca, la besé.

-Prepárate, voy a clavártela -le dije al oído pero con el suficiente volumen para que Julián me oyese- Me tienes la polla muy dura, putita.

Ella levantó sus caderas, noté como Julián actuaba de nuevo como un mamporrero, guiando mi polla hasta la entrada de su coño. Se la metí con un movimiento de cadera, le entró hasta el final, Lola gimió. Se colocó una almohada debajo de su zona lumbar para levantar sus caderas, de esa forma mi polla le entraba hasta el fondo. Su coño estaba empapado y caliente, notaba la rugosidad de sus paredes vaginales. Me tumbé sobre ella mientras mis caderas no paraban de moverse adelante y atrás, extendí mis brazos apoyando mis puños en la cama, le veía su cara de placer a unos 40-50 centímetros de su cara, estaba gozándolo. Noté como Julián me acariciaba el culo, como abría mis nalgas y untaba algo en mi ojal metiendo y sacando un dedo de él. Lola me agarró la cara y me guiñó un ojo mientras su lengua relamía su labio superior. Julián acomodó su postura, sabía lo que iba a venir después, me asustaba pero lo deseaba.

-Relájate -me dijo Lola- Sé que te va a encantar. Se nota que llevas tiempo deseando lo que mi putita va a hacerte.

Noté el capullo de Julián en mi ojal, lo presionaba suavemente, como se iba introduciendo dentro de mí. Dejé mi polla dentro de Lola, sin moverme, esperando lo que iba a suceder por “mi puerta de atrás”. Mi ojal se iba abriendo mientras su polla iba entrando, en el momento en que su capullo entró completamente, sentí un latigazo de dolor en mi culo, él se quedó inmóvil mientras mi culo me ardía, me dolía. Ese dolor fue pasando, mi respiración se fue normalizando, al cabo de un minuto, su cadera empezó de nuevo a presionar, entraba un poco y retrocedía un poco menos. Su polla estaba entrando en mí, me estaba follando Julián, me desvirgaba, me estaba dando por el culo. Y me estaba excitando a pesar del dolor. Entraba lentamente en mí con delicadeza que no sin dolor, hasta llegar al fondo. Notaba su vientre sobre mis nalgas, sus pelotas rozaban las mías. Se quedó un par de minutos con su polla allí, el dolor se fue mitigando poco a poco. En el momento en el que el dolor estaba pasando, me di cuenta que notaba las venas y los latidos de su polla. Sus manos se agarraron mejor a mis caderas y comenzó su movimiento de mete y saca. Con el lubricante su polla se desplazaba con mucha suavidad, el movimiento que me estaba dando lo transmitía a mis caderas con lo que, mientras me follaba el culo, yo follaba el coño de Lola. Julián se echó sobre mi espalda, con sus manos me pellizcaba los pezones.

-A partir de hoy serás mi putita -me dijo al oído con su respiración entrecortada- Sé que te está gustando que te dé por el culo, lo noto en tu culo y lo nota Lola en su coño, ¿verdad Lola? ¿Verdad que notas que le gusta ser empalado por mí?

-Ufffff, ya te digo -respondió entre gemidos y jadeos- Desde que se la has metido, se le ha puesto más dura y… ¡¡¡dios!!! Me encanta como la tiene ahora.

La sensación de ser penetrado por otro hombre era algo que hacía un tiempo deseaba conocer. En ese momento sentía dolor, quemazón…pero sobre todo mucho placer y muchísimo morbo. Julián comenzó a acelerar los movimientos, su respiración se aceleraba también, notaba dentro de mí como su polla tenía pequeñas contracciones que hacían que me excitara más.

-No te vayas a correr dentro, Julián -le dije muy excitado- Échamela por la espalda…

-Shhhh, calla zorrita -me dijo entrecortadamente- Te echaré la leche donde me dé la gana, para eso eres mi putita.

Sus movimientos eran ya más rápidos y más violentos, se oía los golpes que daba contra mis nalgas y las respiraciones y gemidos de los tres.

-Me corro, me corroooo -dijo Julián sacando su polla de mi culo y soltando su leche sobre mi espalda- Ufffffff, qué buena putita me has buscado, Lola.

Sentí su lefa caer por mi espalda, caliente y espesa, estaba muy excitado.

-Avisa antes de correrte -me dijo Lola- hoy quiero tomar ese tipo de leche.

A los pocos minutos notaba como el placer recorría desde mi culo a mis pelotas y llegaba hasta mi vientre. Saqué la polla del coño de Lola. Ella se colocó, junto a Julián, delante de mi nabo que empezó a escupir leche mientras yo me la meneaba para sacarla toda. Tanto Julián como Lola tenían la boca abierta, sus lenguas se enredaban entre ellas cada vez que rebañaban las gotas de mi leche, que tenían en la cara. El ver a los dos tomándose mi semen me excitó muchísimo, me senté delante de ellos y le comí la boca a Lola, saboreando por primera vez el jugo que me habían exprimido, mientras Julián limpiaba mi polla, tomando las últimas gotas que salían de ella.

-Zorrita, ahora me toca a mí -dijo Lola dirigiéndose a Julián- cómeme el coño como tú sabes.

-Por supuesto Lola -le respondió- será todo un placer.

Lola se colocó en la cabecera de la cama, abrió sus piernas y Julián hundió su cabeza entre ellas. En nada de tiempo, Lola estaba gimiendo y jadeando. Me puse a su lado observando como Julián le practicaba el cunnilingus. Me excitaba ver todo aquello, metí mi mano por debajo de las nalgas de Lola, yo quería participar, mis dedos buscaban su ojal, ella levantaba sus caderas para que mi mano se metiera por debajo sin problema alguno, hasta que lo conseguí. Comencé a masajear su ojal con la yema de un dedo mientras oía los ruidos que Julián hacía, sorbiendo, besando, lamiendo… Me dedo consiguió entrar en el culo de Lola, después entró otro dedo más, y después otro, tenía tres de mis dedos metidos en su culo. La cabeza de Julián se movía sin parar, a veces lograba verle la lengua frotando el clítoris, pasando por toda la raja de su coño, sus labios apretaban los labios mayores del coño de Lola…

-Seguid, no os paréis -dijo de repente entre gemidos- voy a correrme, cabrones. Me corrooo

Yo seguí con mis dedos en su culo, metiéndolos y sacándolos más rápido. Julián aumentó también la velocidad. A la par que su lengua no paraba de moverse, Lola dejó escapar un gemido intenso y la cara de Julián comenzó a mojarse. Yo saqué mis dedos del ojal de Lola y observaba como Julián se incorporaba con toda la cara empapada y relamiéndose.

Nos dejamos caer los dos a ambos lados de Lola que estaba recuperando la respiración.

-Uffff, que maravilla -dijo Lola- Tiene gracia, Julián es mi putita, yo soy la putita tuya, Álvaro, y a la vez, eres la putita de Julián… jajajaja.

Nos relajamos en la cama, yo pensaba en lo que acababa de pasar, me acababan de dar por el culo, mi primera vez, y deseaba que no fuese la última, a pesar de las molestias que tenía en mi ano.

Y hasta aquí este capítulo



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Maravilloso, soberbio capitulo. me has puesto super duro y a vibrar mi ojal , esperando con ansias el siguiente capitulo,
Gracias por calentarnos tan bien
 
Maravilloso, soberbio capitulo. me has puesto super duro y a vibrar mi ojal , esperando con ansias el siguiente capitulo,
Gracias por calentarnos tan bien
Gracias a tí por molestarte en escribirme. En unos días empezaré con el siguiente capítulo, espero que te guste.
 
Me dio un beso en la boca y se tumbó a dormir, me levanté cogí una toalla y me incliné hacia ella para limpiarle mi corrida de su espalda, su culo, su coño…cuando terminé me volvió a besar, me tumbé junto a ella dispuesto a dormir…no entendía lo de Julián….



A la mañana siguiente me desperté temprano, Lola no estaba en la cama. Hacía calor en el dormitorio, el aire seguía encendido. Lo apagué y me levanté, olía a café. Me dirigí a la cocina y allí estaba ella, solo con la camiseta que le dejé la noche anterior. Estaba de pie intentando coger una taza de uno de los muebles superiores, me acerqué por detrás y extendiendo mi brazo llegué a coger la taza. Ella dio un respingo.

-Joder Álvaro, que susto me has dado -me dijo entre risas abrazándome por la cintura y plantándome un beso en los labios- ¿Te apetece un café? Perdona si te molesta que haya inspeccionado la cocina, pero buscaba el café y cosas para desayunar.

-No mujer, no -le dije abrazándola con fuerza- Mientras vistas de esa manera, tienes permiso para cotillearlo todo.

-Ummm, y mientras tú vistas como ahora, conseguirás que vaya de esta manera vestida -me dijo pasando su mano por mis huevos y besándome en la boca-

Agarré sus nalgas y apreté mis labios contra los suyos, mi polla comenzaba a despertarse. Se retiró lentamente observando como mi polla se iba levantando y endureciendo.

-Vamos a tomar café -me dijo separándose de mí- No quiero dejarte seco tan temprano…jajajaja

-Uffff, por eso no te preocupes -le contesté- me recupero con cierta facilidad.

-Todos decís lo mismo -dijo riéndose- pero la cantidad de leche que soltáis no es abundante precisamente.

Cogí otra taza para mí y sirvió los dos cafés. Nos sentamos junto a la mesa de la cocina observando el jardín y la piscina. Probé el café y estaba delicioso. La miré a los ojos y me sonrió, apoyó su mano en mi muslo, me excitaba poniéndose de esa manera.

-Bueno, ahora vamos a aclarar lo de anoche -le dije notando como me estaba calentando- Creo que debes explicarme el tema de Julián que anoche me comentaste.

-A ver, no te rayes por eso -me dijo- Julián es algo más que un amigo, pero no me malinterpretes. Sé que el otro día vino aquí, quedasteis para, digamos que practicar un tipo de sexo que tú no habías practicado.

-Pero… -intenté cortarla-

-No, déjame seguir -me dijo levantando una mano para que no siguiera hablando- El tema es fácil, yo he follado y follo con él, a él le gustan los hombres y las mujeres, creo que por aquí a eso se le dice ser redondo, pues él es redondo igual que yo. Pero me encanta como folla, la delicadeza que tiene, pero también lo imperativo que es, él es el que manda por muy delicado que sea. Y eso me pone mucho, me excita no sabes cuánto. A veces, solo hablando por teléfono con él, acabo con el coño empapado y tengo que masturbarme.

Me miró sonriéndome.

-Espera, no sigas -prosiguió- Déjame acabar. Él me contó que lo habías visto follar con Ángel, que no es santo de mi devoción, y que os encontrasteis e intercambiasteis los números de teléfono. Que lo llamaste y acudió para hacer realidad uno de tus sueños. Me dijo también que quedaste muy contento con él, que le diste por el culo y que no llegó a consumar contigo, por lo que, si quieres, hoy podemos pasar un día excelente los tres. Yo lo he llamado en cuanto me desperté, me ha dicho que si tú quieres, él se viene a pasar un rato con nosotros. Ahora ya, sí puedes hablar.

-Vale, no sabía que supieses todo eso -le dije molesto con Julián, él no tenía ningún derecho a contarle a nadie lo que habíamos hecho- Sé que no tienes la culpa de que te lo contara, pero la verdad, no estoy acostumbrado a estas cosas, me refiero a tener relaciones con otros hombres, y mucho menos a ir pregonándolo por ahí. Ahora llamaré a Julián y le diré que no hace falta que venga, esto no es como yo lo había imaginado.

-Siento que te lo estés tomando así -me dijo apoyando sus manos en mis rodillas e inclinándose hacia mí- pero Julián no es como lo estás imaginando. Quizá lo estás pintando todo mal, cuando es todo lo contrario. Ya me estaba imaginando con los dos en tu cama…

-Jajaja, si quieres nos metemos en la cama tú y yo, y nos olvidamos de Julián -le dije cogiendo una de sus manos y poniéndola sobre mi polla- Ahora la habitación está caldeada ya…

-Perdona pero prefiero hacerlo participando Julián también -me dijo apretándome la polla- el pensar en veros los dos en la cama me está excitando mucho. Podrías salir ya de ese antojo, o mejor dicho, de esa curiosidad, verás como lo vas a disfrutar. Además, no te hará lo que no quieras, eso tenlo muy seguro.

Se levantó y se sentó sobre mis rodillas abriendo sus piernas y dejando las mías entre ellas. Mi polla ya empalmada, estaba delante de su coño abierto. Acercó su boca a la mía, con su lengua lamió mi labio inferior. Se quitó la camiseta, sus pezones estaban duros.

-Además, desde anoche soy tu putita -me dijo- y necesito lo que tienes entre las piernas…

-¿Follas mucho con Julián? -le pregunté- ¿O sólo habláis?

-Jajajaja, follo con él cuando quiero -me dijo- él debe hacer lo que yo quiero, me pertenece.

Me quedé mirándola, ese cuerpazo que tiene se levantó y se dirigió hacia la mesa, donde estaba mi teléfono móvil. Lo cogió y me lo acercó.

-No seas malo y llámalo -me rogó- me vas a follar de todas formas y cuando quieras, pero me harías muy feliz verte con él.

Me levanté y me eché más café, mi polla se había bajado pero un hilo de líquido preseminal colgaba de mi capullo, denso, pegajoso, transparente, acabado en una gota. Lola lo recogió con un dedo y se lo llevó a la boca, saboreándolo.

-Por favor -me insistió- haré todo lo que me pidas, soy tu puta y él es mi putita.

-De acuerdo -le dije- Lo llamaré en un ratillo. Primero quiero desayunar con tranquilidad. Prepárame unas tostadas con zurrapa blanca de lomo que hay en la despensa.

-Sííííí -me dijo besándome en la boca y agarrándome de nuevo la polla- No te vas a arrepentir. Voy a prepararte lo que deseas.

La veía preparándome el desayuno totalmente desnuda, su coñito depilado sin sombra alguna de crecimiento del pelo, sus nalgas redondas y consistentes, sus piernas estilizadas y un poco musculadas…, desayuné como un marqués.

-Puedes recoger la cocina mientras hablo con Julián -le dije acariciándole una de las nalgas- Estoy deseando montarte de nuevo, zorrita.

Llamé a Julián, a la cuarta llamada descolgó.

-Hola Álvaro -me dijo con la voz muy seductora- estaba deseando que me llamases, ya he hablado con Lola esta mañana.

-Hola Julián -le devolví el saludo- Sí, me lo ha dicho, también me ha dicho que se lo has contado todo, todo lo que hicimos, que os estuve mirando cuando follabais Ángel y tú… Eso no se hace, hombre. Que yo sepa, no te di autorización para que le contaras a nadie lo que hicimos…

-Ya, ya sé qué piensas -me cortó- y no es eso. Si me dejas te lo explico. Ella no es cualquiera, yo soy su putita, hace conmigo lo que quiera y le debo obediencia total y absoluta. Me preguntó y tuve que responderle.

Se hizo el silencio mientras yo asimilaba todo lo que me acababa de decir. Julián estaba sometido a Lola…

-¿Estás ahí? -me preguntó cortando mis pensamientos- ¿hola?

-Sí, sí estoy aquí, estaba pensando -le contesté- Vale, vente a casa y seguiremos hablando.

-De acuerdo -me contestó- en 10 minutos estaré allí.

Al cabo de unos 15 minutos sonó el portero automático, era Julián, me vestí y le abrí, entró al jardín y salí a recibirle. Pasamos al interior de la casa, Lola estaba con la camiseta puesta nada más, lo esperaba en el salón, de pie con los brazos en jarra.

-Vaya, ¡mira a quien tenemos aquí! -soltó Lola- Puedes venir a saludarme.

Me quedé asombrado con la reacción de Julián, se acercó a Lola con la cabeza baja, la barbilla pegada al pecho. Se arrodilló ante ella y metió su cara entre sus piernas, ella las abrió algo y me sonrió mientras estaban en esa postura.

-Bueno vale -dijo Lola- Levántate ya.

Me senté en el sofá observando la situación, Julián tenía la boca mojada, no sé si de saliva o del flujo de Lola. Todo aquello me superaba, no estaba acostumbrado, pero me provocaba muchísimo morbo. Lola se sentó junto a mí, pasó su pierna derecha por encima de mi pierna izquierda, apoyándola en ella, con ello conseguía que su coño estuviese abierto. Julián lo miraba con mucho deseo y aquello aumentaba más aún mi lívido. Pasé mis dedos por el coño de Lola, estaba mojado, ella gimió levemente y Julián se removió inquieto, se sentó en el sillón que estaba frente a nosotros. Se apreciaba bastante claro el bulto que tenía entre las piernas, no paraba de tocárselo.

-Anda, quítate el pantalón y los slips, que los vas a deformar -le dijo Lola-

Julián se levantó y se quitó rápidamente lo que ella le había mandado, su polla saltó como si tuviera un resorte, la tenía mojada, con hilos de líquido preseminal saliendo de su capullo y colgando. Comencé a acariciar el clítoris de Lola, Julián observaba mi mano, como se mojaban mis dedos con el flujo del coño caliente de Lola, ella me agarraba el antebrazo y me miraba caliente. Abría más sus piernas, levantaba su cadera, sus gemidos se hacían más fuertes. La ropa que llevaba me molestaba, necesitaba sacar mi polla, el olor del coño caliente de Lola me estaba excitando mucho, así como la polla de Julián, dura y mojada.

-Quítame la ropa, Lola -le ordené-

-Por supuesto -me contestó- estoy deseando verte la polla…

Se incorporó y me levantó, me desabrochó el pantalón y los bajó hasta los tobillos, me los sacó por ellos mientras con la otra mano me acariciaba el paquete, el slip lo tenía empapado y con un bulto bastante grande. Metió dos dedos entre la liguilla del slip y tiró de él hacia abajo, mi polla salió en todo su esplendor, me sacó el slip por los tobillos también. Se levantó y me quitó la camiseta. La agarré de la mano y fuimos hacia mi cama.

-¿Puede venirse Julián? -me preguntó Lola- Los tres podemos pasarlo muy bien.

-Pues claro -contesté para que él se enterara- dile a tu putita que se venga.

-Ya has oído a mi macho, maricón -le dijo a Julián- Vente detrás de nosotros, a ver cómo te vas a portar hoy.

Senté a Lola al borde de la cama, abrí sus piernas y me coloqué entre ellas, quería saborear aquel maravilloso coño mojado y caliente. Acerqué mi boca a él, con mis labios tiraba de los suyos, mojados y calientes, mi lengua recorría toda su raja, se estaba mojando más aún. Llevé la punta de mi lengua hasta su clítoris, la frotaba contra él mientras un dedo se deslizaba por su raja hasta penetrarla.

-Julián -gritó Lola entre gemidos y jadeos- cómele el culo.

Noté como Julián se ponía detrás de mí, acariciaba mis nalgas, pasaba un dedo por mi ojal, acercaba su boca a él. De repente noté algo cálido y suave deslizarse por él y frotarlo, era la punta de su lengua y me estaba dando bastante placer. Uno de sus dedos se turnaba con la lengua para acariciármelo, hacía el intento por entrar, su mano bajaba por el perineo hasta agarrar mis pelotas y acariciarlas mientras su lengua retoma la fricción con mi ojal. Aquello estaba consiguiendo desconcentrarme del coño de Lola, y ella se dio cuenta. Agarró mi cabeza pegándola con fuerza contra su coño.

-Sigue así putita -le dijo a Julián- Vas a conseguir que mi macho sea tu zorrita.

Aquello, en lugar de molestarme me provocó más morbo aún. La verdad es que el placer que me estaba dando mientras pasaba la punta de su lengua por mi ojal era indescriptible. En un momento dado, noté como su lengua comenzaba a introducirse en mi ano, tuve que separar mi boca del coño de Lola para poder coger aire mientras gemía. Me gustaba, me excitaba, me daba muchísimo placer…y quería más.

Lola se tumbó a todo lo largo en mi cama, yo me coloqué entre sus piernas, con mi boca pegada a su coño y Julián se colocó detrás de mí, con su boca pegada a mi culo. Comencé a subir mi boca por su vientre, por su abdomen, me detuve en sus tetas, las besaba, las lamía y le mordisqueaba los pezones que estaban rígidos como nuestras pollas. Subí por su cuello hasta llegar a su boca, mi polla quedó a la altura de su entrepierna.

-A ver Julián -dijo Lola- Haz de mamporrero, coge su polla y métemela, la necesito dentro.

Julián agarró mi nabo y, notando como sus dedos tocaban toda la zona, colocó mi polla en la entrada del coño de Lola, apreté mis caderas y entró con mucha suavidad, su coño estaba muy lubricado de su flujo y de mi saliva. Con mi polla en su interior, me puse de rodillas y levantando sus caderas, empecé a moverme clavándole mi nabo lo más adentro posible. Observé como Julián me miraba mientras se pajeaba. Agarré su polla y comencé a pajearlo, notaba su polla muy dura, sus venas en mi mano me producían más morbo aún. Se puso de pie sobre la cama y se colocó junto a mí, su polla quedaba a la altura de mi cara. Lola me miró y me sonrió.

-Venga, cómete esa polla jugosa -me dijo entre jadeos- Verás como te gusta tenerla en la boca.

Alargué mi mano y la cogí, la acerqué a mi boca. La coloqué entre mis labios, la besé tímidamente, mi lengua salió para recibir aquel capullo mojado, lamí la punta del glande, estaba un poco salado pero me gustaba el sabor. Abrí mi boca y, lentamente, se fue introduciendo en ella. Entró algo menos de la mitad, me excitaba pensar que me estaba comiendo la polla de Julián mientras Lola observaba todo y se excitaba. Mi lengua se frotaba contra el tronco de la polla de Julián, buscaba su frenillo para frotarla contra él, como me hacía Ana, mi novia o mi exnovia. Julián se estaba excitando, notaba como su polla segregaba precum dentro de mi boca, me estaba encantando aquel sabor. Su respiración se aceleraba, le cogí los huevos, los acariciaba sin dejar de comerle el nabo. Aquello me estaba gustando muchísimo, mi primera polla en la boca. Me la saqué de la boca y la besé por todos lados, me metí los huevos en la boca y mientras, Lola se había incorporado y estaba de rodillas junto a mí, con su boca esperando la polla de Julián, comenzó a comérsela mientras yo le comía los huevos, ella metió su mano entre las piernas de Julián y sus dedos buscaban el ojal. Julián jadeaba y gemía mientras Lola le comía la polla y yo los huevos. Lola acercó su boca a la mía, con la polla de Julián por medio, se enredaron nuestras lenguas y la polla. Julián gemía mientras Lola y yo nos turnábamos en comernos su polla, de vez en cuando nuestras lenguas se enredaban para, acto seguido, volver a introducirse en una de las bocas.

Lola parecía que empezaba a pasar de la polla de Julián, me besaba por el cuello, bajaba por mi pecho hasta llegar a mi polla, que se metió en la boca. Notaba su lengua recorriendo el tronco de mi nabo, lamiendo el frenillo y acariciando con la lengua todo el contorno del capullo. Me separé de Julián y me puse a acariciar el coño de Lola, ella me lamía los huevos, la polla. Con sus dedos pretendía llegar a mi ojal, por lo que me coloqué en una posición que le permitiera hacerlo, cosa que consiguió. Mientras tanto, Julián se había puesto de rodillas junto a mí, me acariciaba los pezones como si fuesen de una mujer, consiguió ponérmelos duros, erectos. Con los movimientos que Lola hacía para acariciarme el culo, hizo que me colocara a 4 patas, ella se abrió de piernas delante de mi cara, me agaché y, sin pensarlo, bajé mi pecho hasta pegarlo a la cama, así tenía su coño en mi boca. Julián no perdió el tiempo, notaba sus manos acariciando mis huevos, mis nalgas, las abría para pasar la yema de un dedo por mi ojal, pegó su cara y noté como su lengua se deslizaba por él, lo que hizo que mi respiración se acelerara y se escaparan algunos gemidos.

Así estuvimos unos minutos, ya no me preocupaba lo que me estuviese haciendo un hombre, lo que notaba era el tremendo placer del que estaba gozando. Subí mi boca por la entrepierna de Lola, llegué a su vientre, seguí subiendo hasta llegar a sus pechos. Sus pezones estaban duros, los metí en mi boca, mi lengua jugaba con ellos mientras mi polla intentaba penetrar el coño de Lola, mis labios apretaban sus pezones para después soltarlos. Subí por el cuello hasta llegar a su boca, la besé.

-Prepárate, voy a clavártela -le dije al oído pero con el suficiente volumen para que Julián me oyese- Me tienes la polla muy dura, putita.

Ella levantó sus caderas, noté como Julián actuaba de nuevo como un mamporrero, guiando mi polla hasta la entrada de su coño. Se la metí con un movimiento de cadera, le entró hasta el final, Lola gimió. Se colocó una almohada debajo de su zona lumbar para levantar sus caderas, de esa forma mi polla le entraba hasta el fondo. Su coño estaba empapado y caliente, notaba la rugosidad de sus paredes vaginales. Me tumbé sobre ella mientras mis caderas no paraban de moverse adelante y atrás, extendí mis brazos apoyando mis puños en la cama, le veía su cara de placer a unos 40-50 centímetros de su cara, estaba gozándolo. Noté como Julián me acariciaba el culo, como abría mis nalgas y untaba algo en mi ojal metiendo y sacando un dedo de él. Lola me agarró la cara y me guiñó un ojo mientras su lengua relamía su labio superior. Julián acomodó su postura, sabía lo que iba a venir después, me asustaba pero lo deseaba.

-Relájate -me dijo Lola- Sé que te va a encantar. Se nota que llevas tiempo deseando lo que mi putita va a hacerte.

Noté el capullo de Julián en mi ojal, lo presionaba suavemente, como se iba introduciendo dentro de mí. Dejé mi polla dentro de Lola, sin moverme, esperando lo que iba a suceder por “mi puerta de atrás”. Mi ojal se iba abriendo mientras su polla iba entrando, en el momento en que su capullo entró completamente, sentí un latigazo de dolor en mi culo, él se quedó inmóvil mientras mi culo me ardía, me dolía. Ese dolor fue pasando, mi respiración se fue normalizando, al cabo de un minuto, su cadera empezó de nuevo a presionar, entraba un poco y retrocedía un poco menos. Su polla estaba entrando en mí, me estaba follando Julián, me desvirgaba, me estaba dando por el culo. Y me estaba excitando a pesar del dolor. Entraba lentamente en mí con delicadeza que no sin dolor, hasta llegar al fondo. Notaba su vientre sobre mis nalgas, sus pelotas rozaban las mías. Se quedó un par de minutos con su polla allí, el dolor se fue mitigando poco a poco. En el momento en el que el dolor estaba pasando, me di cuenta que notaba las venas y los latidos de su polla. Sus manos se agarraron mejor a mis caderas y comenzó su movimiento de mete y saca. Con el lubricante su polla se desplazaba con mucha suavidad, el movimiento que me estaba dando lo transmitía a mis caderas con lo que, mientras me follaba el culo, yo follaba el coño de Lola. Julián se echó sobre mi espalda, con sus manos me pellizcaba los pezones.

-A partir de hoy serás mi putita -me dijo al oído con su respiración entrecortada- Sé que te está gustando que te dé por el culo, lo noto en tu culo y lo nota Lola en su coño, ¿verdad Lola? ¿Verdad que notas que le gusta ser empalado por mí?

-Ufffff, ya te digo -respondió entre gemidos y jadeos- Desde que se la has metido, se le ha puesto más dura y… ¡¡¡dios!!! Me encanta como la tiene ahora.

La sensación de ser penetrado por otro hombre era algo que hacía un tiempo deseaba conocer. En ese momento sentía dolor, quemazón…pero sobre todo mucho placer y muchísimo morbo. Julián comenzó a acelerar los movimientos, su respiración se aceleraba también, notaba dentro de mí como su polla tenía pequeñas contracciones que hacían que me excitara más.

-No te vayas a correr dentro, Julián -le dije muy excitado- Échamela por la espalda…

-Shhhh, calla zorrita -me dijo entrecortadamente- Te echaré la leche donde me dé la gana, para eso eres mi putita.

Sus movimientos eran ya más rápidos y más violentos, se oía los golpes que daba contra mis nalgas y las respiraciones y gemidos de los tres.

-Me corro, me corroooo -dijo Julián sacando su polla de mi culo y soltando su leche sobre mi espalda- Ufffffff, qué buena putita me has buscado, Lola.

Sentí su lefa caer por mi espalda, caliente y espesa, estaba muy excitado.

-Avisa antes de correrte -me dijo Lola- hoy quiero tomar ese tipo de leche.

A los pocos minutos notaba como el placer recorría desde mi culo a mis pelotas y llegaba hasta mi vientre. Saqué la polla del coño de Lola. Ella se colocó, junto a Julián, delante de mi nabo que empezó a escupir leche mientras yo me la meneaba para sacarla toda. Tanto Julián como Lola tenían la boca abierta, sus lenguas se enredaban entre ellas cada vez que rebañaban las gotas de mi leche, que tenían en la cara. El ver a los dos tomándose mi semen me excitó muchísimo, me senté delante de ellos y le comí la boca a Lola, saboreando por primera vez el jugo que me habían exprimido, mientras Julián limpiaba mi polla, tomando las últimas gotas que salían de ella.

-Zorrita, ahora me toca a mí -dijo Lola dirigiéndose a Julián- cómeme el coño como tú sabes.

-Por supuesto Lola -le respondió- será todo un placer.

Lola se colocó en la cabecera de la cama, abrió sus piernas y Julián hundió su cabeza entre ellas. En nada de tiempo, Lola estaba gimiendo y jadeando. Me puse a su lado observando como Julián le practicaba el cunnilingus. Me excitaba ver todo aquello, metí mi mano por debajo de las nalgas de Lola, yo quería participar, mis dedos buscaban su ojal, ella levantaba sus caderas para que mi mano se metiera por debajo sin problema alguno, hasta que lo conseguí. Comencé a masajear su ojal con la yema de un dedo mientras oía los ruidos que Julián hacía, sorbiendo, besando, lamiendo… Me dedo consiguió entrar en el culo de Lola, después entró otro dedo más, y después otro, tenía tres de mis dedos metidos en su culo. La cabeza de Julián se movía sin parar, a veces lograba verle la lengua frotando el clítoris, pasando por toda la raja de su coño, sus labios apretaban los labios mayores del coño de Lola…

-Seguid, no os paréis -dijo de repente entre gemidos- voy a correrme, cabrones. Me corrooo

Yo seguí con mis dedos en su culo, metiéndolos y sacándolos más rápido. Julián aumentó también la velocidad. A la par que su lengua no paraba de moverse, Lola dejó escapar un gemido intenso y la cara de Julián comenzó a mojarse. Yo saqué mis dedos del ojal de Lola y observaba como Julián se incorporaba con toda la cara empapada y relamiéndose.

Nos dejamos caer los dos a ambos lados de Lola que estaba recuperando la respiración.

-Uffff, que maravilla -dijo Lola- Tiene gracia, Julián es mi putita, yo soy la putita tuya, Álvaro, y a la vez, eres la putita de Julián… jajajaja.

Nos relajamos en la cama, yo pensaba en lo que acababa de pasar, me acababan de dar por el culo, mi primera vez, y deseaba que no fuese la última, a pesar de las molestias que tenía en mi ano.

Y hasta aquí este capítulo



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
intenso y muy excitante... esperando más capítulos
 

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