Pajas juveniles con amigos

Los veranos de la adolescencia solía pasar todas las tardes con un amigo en su piscina, que además entre semana soliamos estar solos.

Un día "peleando" me metió la mano en el bañador y me la cogió, me empalmé al instante y empezó a hacerme una paja. Cuando me corrí yo hice lo mismo y seguimos el día como si nada.

Pero a partir de entones, cada día con ese juego en algún momento me la cogía, me pajeaba yo a él, y los dos recién corridos seguíamos tan normales.

Nunca lo hablamos ni dijimos nada, y nunca más se repitió, pero menudo verano de pajas....
 
Los veranos de la adolescencia solía pasar todas las tardes con un amigo en su piscina, que además entre semana soliamos estar solos.

Un día "peleando" me metió la mano en el bañador y me la cogió, me empalmé al instante y empezó a hacerme una paja. Cuando me corrí yo hice lo mismo y seguimos el día como si nada.

Pero a partir de entones, cada día con ese juego en algún momento me la cogía, me pajeaba yo a él, y los dos recién corridos seguíamos tan normales.

Nunca lo hablamos ni dijimos nada, y nunca más se repitió, pero menudo verano de pajas....

Yo también recuerdo situaciones de piscina...

Recuerdo que mi madre nos llevaba a un compañero de clase y a mí a la piscina municipal, a nadar por las tardes tras el colegio.

Recuerdo que de repente un día estábamos jugando a pillar y se pegó a mí y pude notar su polla dura como una piedra pegada a mi culo. A partir de ese momento, él me hacía siempre huir y él me perseguía hasta que me pillaba, y cuando me pillaba me agarraba y me pegaba la polla al culo... Y se frotaba contra mí. Yo me ponía como una moto.

A veces llegaba a hacer el movimiento como si me follara... Yo no decía nada, él tampoco. Y luego me decía, "venga, escápate". Y otra vez.

Recuerdo que él me tocaba (yo no me atrevía) y algunas veces me cogía la mano y me la llevaba a su entrepierna para que lo tocara. Nunca llegamos a más, pero nos pegábamos unos calentones en la piscina increíbles. Teníamos que esperar un buen rato para salir por las "tiendas de campaña" que llevábamos en los bañadores. Nunca lo hablamos.

Lo curioso es que luego él iba de mega macho por el colegio, mientras por las tardes se frotaba contra mi cuerpo. Al cabo de un tiempo nos distanciamos como amigos y eso terminó.
 
Yo durante toda mi adolescencia me pajeaba con mi primo.
Empezamos siendo muy chicos, cuando dormíamos juntos en vacaciones en el pueblo. Al principio nos desnudábamos los dos y debajo de las sábanas nos tumbábamos uno encima de otro y nos rozábamos. Ese roce de piel con piel y pollita con pollita, todavía sin pelos ni nada, era super morboso.
De ahí pasamos a juntar las pollas y pajearlas juntas. Punta con punta y sube y baja de mi pellejo sobre las dos pollas, que mi primo no tenía pellejo.
Luego ya empezamos con pajas mutuas cuando nos íbamos haciendo mayores y nos fueron saliendo pelos y se nos ponía más dura. Yo le pajeaba a él y él a mí. Rozábamos las pollas, las metíamos en la raja del culo del otro y nos movíamos como su folláramos pero sin meterla.
Cada noche era un ritual, esperar a que se durmieran nuestros abuelos, desnudarnos completamente en la cama y empezar a sobarnos y pajearnos. Primero ni nos corríamos, luego ya nos corríamos como bestias. Mi primer lefazo fue encima de la polla de mi primo y él se asusto por si no se quitaba la mancha que dejó en sus calzones.
Una noche de calentón le propuse que nos la chupáramos y él aceptó. Empecé yo a lamérsela y luego él a mí. Pero a mi primo no le acabó de gustar comérmela y yo dije que si no lo hacíamos los dos no valía.
Estuvimos con esas pajas juntos más de 10 años, cada vez que dormíamos juntos. Algunas mañanas, el que se despertaba primero despertaba al otro haciéndole un buen pajote.
Luego ya dejamos de ir juntos de vacaciones al pueblo y se acabaron aquellas maravillosas pajas.
La última fue con 18 años yo y él uno menos. Y no fue en el pueblo aquella vez. Aquel año yo le daba a mi primo clases particulares de matemáticas. Los viernes, iba a comer a su casa y después teníamos dos horas de clases. Cuando mi tía se iba a recoger al colegio a mi otro primo, él se la sacaba y se pajeaba mientras yo seguía con la clase. Un día me dijo que dejara la clase y me pajeara yo también y acabamos los dos con los pantalones en los tobillos. De pie, uno al lado del otro. Empezamos cada uno con la suya, pero en un minuto él cogió mi polla y empezó a pajearme y yo automáticamente empecé a pajearlo a él. Fue un pajote con violencia, dándole a tope. Cuando estábamos a punto de corrernos el paró de repente y se fue a por papel para limpiarnos. Por aquel entonces él era muy asqueroso para las corridas y no quería tocar ni la suya ni la mia, así que envolvió las dos pollas con papel y seguimos dándole hasta que nos corrimos en el papel. Cuando acabamos de corrernos él cogió los dos papeles llenos de lefa y los tiró por la ventana. Me habría encantado comerme mi lefa, como hago siempre que me pajeo, y de paso la suya.
Ese fue el último pajote juntos, hace ya 18 años casi. Después yo me fui a estudiar fuera, él se echó novia y follaba con ella y dejamos de vernos y actualmente apenas nos vemos una vez al año y no hemos vuelto a hablar del tema.
 
Yo durante toda mi adolescencia me pajeaba con mi primo.
Empezamos siendo muy chicos, cuando dormíamos juntos en vacaciones en el pueblo. Al principio nos desnudábamos los dos y debajo de las sábanas nos tumbábamos uno encima de otro y nos rozábamos. Ese roce de piel con piel y pollita con pollita, todavía sin pelos ni nada, era super morboso.
De ahí pasamos a juntar las pollas y pajearlas juntas. Punta con punta y sube y baja de mi pellejo sobre las dos pollas, que mi primo no tenía pellejo.
Luego ya empezamos con pajas mutuas cuando nos íbamos haciendo mayores y nos fueron saliendo pelos y se nos ponía más dura. Yo le pajeaba a él y él a mí. Rozábamos las pollas, las metíamos en la raja del culo del otro y nos movíamos como su folláramos pero sin meterla.
Cada noche era un ritual, esperar a que se durmieran nuestros abuelos, desnudarnos completamente en la cama y empezar a sobarnos y pajearnos. Primero ni nos corríamos, luego ya nos corríamos como bestias. Mi primer lefazo fue encima de la polla de mi primo y él se asusto por si no se quitaba la mancha que dejó en sus calzones.
Una noche de calentón le propuse que nos la chupáramos y él aceptó. Empecé yo a lamérsela y luego él a mí. Pero a mi primo no le acabó de gustar comérmela y yo dije que si no lo hacíamos los dos no valía.
Estuvimos con esas pajas juntos más de 10 años, cada vez que dormíamos juntos. Algunas mañanas, el que se despertaba primero despertaba al otro haciéndole un buen pajote.
Luego ya dejamos de ir juntos de vacaciones al pueblo y se acabaron aquellas maravillosas pajas.
La última fue con 18 años yo y él uno menos. Y no fue en el pueblo aquella vez. Aquel año yo le daba a mi primo clases particulares de matemáticas. Los viernes, iba a comer a su casa y después teníamos dos horas de clases. Cuando mi tía se iba a recoger al colegio a mi otro primo, él se la sacaba y se pajeaba mientras yo seguía con la clase. Un día me dijo que dejara la clase y me pajeara yo también y acabamos los dos con los pantalones en los tobillos. De pie, uno al lado del otro. Empezamos cada uno con la suya, pero en un minuto él cogió mi polla y empezó a pajearme y yo automáticamente empecé a pajearlo a él. Fue un pajote con violencia, dándole a tope. Cuando estábamos a punto de corrernos el paró de repente y se fue a por papel para limpiarnos. Por aquel entonces él era muy asqueroso para las corridas y no quería tocar ni la suya ni la mia, así que envolvió las dos pollas con papel y seguimos dándole hasta que nos corrimos en el papel. Cuando acabamos de corrernos él cogió los dos papeles llenos de lefa y los tiró por la ventana. Me habría encantado comerme mi lefa, como hago siempre que me pajeo, y de paso la suya.
Ese fue el último pajote juntos, hace ya 18 años casi. Después yo me fui a estudiar fuera, él se echó novia y follaba con ella y dejamos de vernos y actualmente apenas nos vemos una vez al año y no hemos vuelto a hablar del tema.
Yo tuve un colega de la infancia, que empefemos con 10 añpos mirando la revista interviu haciendonos pajas,, y poco a poco ibamos subiendo de nivel pajas, cruzadas, mamadas,,
Durante la adolescencia hasta los 17 18 años tuvimos bastante contacto, luego se fue a vivir a otra ciudad, y solo ya era mas dificil pero alguna vez quedamos con 20 y pico 30 ,, la ultima vez creo ue fue cuando teniamos sobre los 42. Siempre tuvimos pareja o mjer.
Muy morbosa las situaionses
 
Creo haberlo contado en otro hilo. Éramos varios amigos, generalmente tres, que durante varios años, nos hacíamos pajas unos a otros, nos tocábamos por todo el cuerpo, restregabamos nuestras pollas en los culos, empujando pero sin meterlas. No nos chupamos las pollas. Una pena, pero no nos atrevimos a tanto. Luego, todos nos echamos novia y acabó, si bien, lo recuerdo muchas veces y prueba que sin Internet se podían hacer también muchas cosas.
 
Creo haberlo contado en otro hilo. Éramos varios amigos, generalmente tres, que durante varios años, nos hacíamos pajas unos a otros, nos tocábamos por todo el cuerpo, restregabamos nuestras pollas en los culos, empujando pero sin meterlas. No nos chupamos las pollas. Una pena, pero no nos atrevimos a tanto. Luego, todos nos echamos novia y acabó, si bien, lo recuerdo muchas veces y prueba que sin Internet se podían hacer también muchas cosas.
De hecho, sin Internet todo era (lógicamente) más real y menos virtual. Era más "anal-lógico".
:sneaky::sneaky::sneaky:
 
Yo durante toda mi adolescencia me pajeaba con mi primo.
Empezamos siendo muy chicos, cuando dormíamos juntos en vacaciones en el pueblo. Al principio nos desnudábamos los dos y debajo de las sábanas nos tumbábamos uno encima de otro y nos rozábamos. Ese roce de piel con piel y pollita con pollita, todavía sin pelos ni nada, era super morboso.
De ahí pasamos a juntar las pollas y pajearlas juntas. Punta con punta y sube y baja de mi pellejo sobre las dos pollas, que mi primo no tenía pellejo.
Luego ya empezamos con pajas mutuas cuando nos íbamos haciendo mayores y nos fueron saliendo pelos y se nos ponía más dura. Yo le pajeaba a él y él a mí. Rozábamos las pollas, las metíamos en la raja del culo del otro y nos movíamos como su folláramos pero sin meterla.
Cada noche era un ritual, esperar a que se durmieran nuestros abuelos, desnudarnos completamente en la cama y empezar a sobarnos y pajearnos. Primero ni nos corríamos, luego ya nos corríamos como bestias. Mi primer lefazo fue encima de la polla de mi primo y él se asusto por si no se quitaba la mancha que dejó en sus calzones.
Una noche de calentón le propuse que nos la chupáramos y él aceptó. Empecé yo a lamérsela y luego él a mí. Pero a mi primo no le acabó de gustar comérmela y yo dije que si no lo hacíamos los dos no valía.
Estuvimos con esas pajas juntos más de 10 años, cada vez que dormíamos juntos. Algunas mañanas, el que se despertaba primero despertaba al otro haciéndole un buen pajote.
Luego ya dejamos de ir juntos de vacaciones al pueblo y se acabaron aquellas maravillosas pajas.
La última fue con 18 años yo y él uno menos. Y no fue en el pueblo aquella vez. Aquel año yo le daba a mi primo clases particulares de matemáticas. Los viernes, iba a comer a su casa y después teníamos dos horas de clases. Cuando mi tía se iba a recoger al colegio a mi otro primo, él se la sacaba y se pajeaba mientras yo seguía con la clase. Un día me dijo que dejara la clase y me pajeara yo también y acabamos los dos con los pantalones en los tobillos. De pie, uno al lado del otro. Empezamos cada uno con la suya, pero en un minuto él cogió mi polla y empezó a pajearme y yo automáticamente empecé a pajearlo a él. Fue un pajote con violencia, dándole a tope. Cuando estábamos a punto de corrernos el paró de repente y se fue a por papel para limpiarnos. Por aquel entonces él era muy asqueroso para las corridas y no quería tocar ni la suya ni la mia, así que envolvió las dos pollas con papel y seguimos dándole hasta que nos corrimos en el papel. Cuando acabamos de corrernos él cogió los dos papeles llenos de lefa y los tiró por la ventana. Me habría encantado comerme mi lefa, como hago siempre que me pajeo, y de paso la suya.
Ese fue el último pajote juntos, hace ya 18 años casi. Después yo me fui a estudiar fuera, él se echó novia y follaba con ella y dejamos de vernos y actualmente apenas nos vemos una vez al año y no hemos vuelto a hablar del tema.
Ufff, que buena historia.

Tu historia y la de @chucky me recuerda mucho a mis historias de juventud con un amigo...
Pajas, chupadas y alguna vez por el culo todas las tardes de verano con alguna interviú, calendario o si había suerte alguna porno.
Con los años nos distanciamos un poco. Cada uno se fue mas hacia un tipo de vida/ amigos y empezamos a follar algo por ahí.
Seguimos siendo amigos, pero el tema es "tabú".
La ultima vez fue con 18 años (ya hace unos cuantos), una tarde en su casa le saque el tema y me dijo que podíamos repetir. Ese día no paso de unas pajas...yo le dije de chupárnosla pero no quiso, por lo que otras cosas ni pregunte.
Hace unos años (7-8), coincidimos un sábado noche en un bar. Yo un poco caliente (en todos los sentidos), le dije que después podíamos ir a mi casa a tomar la ultima y a recordar viejos tiempos.... El se reía pero me dijo que no.
En estos años no le he vuelto a sacar el tema, pero a mi me sigue picando...

No se si abordar el tema de nuevo, a veces aun seguimos quedando a entrenar o tomar algo, incluso hablamos de algún polvete con exnovias o rolletes.
¿vosotros le diriais algo de nuevo? ¿Como abordariais el tema?

Un saludo
 
Pues estábamos en casa de un amigo y empezamos a hablar de unas conocidas nuestras que habían estado de despedida de soltera y hablando de ellas nos pusimos cachondos y nos pajeamos viendo fotos suyas. Uno de mis colegas además enseñó fotos de su novia...
Jejeje...que buena pinta.
¿pero cada uno os hicisteis vuestra paja o entre vosotros os "ayudabais"?
 
yo siempre tuve colega de pajas, un vecino, siempre que se quedaba solo o me quedaba yo nos llamábamos, de hecho ahora ya en la cuarentena (edad) seguimos haciéndolo a veces, y ha visto fotos de mi ex y de mi mujer en situaciones mas que morbosas...jajaja.
Es la única polla que he tocado...bueno mentiría si dijera eso.
 
yo siempre tuve colega de pajas, un vecino, siempre que se quedaba solo o me quedaba yo nos llamábamos, de hecho ahora ya en la cuarentena (edad) seguimos haciéndolo a veces, y ha visto fotos de mi ex y de mi mujer en situaciones mas que morbosas...jajaja.
Es la única polla que he tocado...bueno mentiría si dijera eso.
Eso es un beun rollete para tener cerca de casa.. :)
 
Yo tuve un verano de pajas con un primo, pero cada uno con la suya. Y lo típico de rularnos una Private que valía unas 1000 pesetas y cada uno la tenía un par de dias. El último ya tenía que despegar las páginas....
 
Un día el hermano de una amiga de la pandilla me propuso alquilar una peli porno una tarde que se quedo solo. Empezamos a verla y empezamos a tocarnos debajo del pantalón. Yo note enseguida que el me miraba mas a mi que la película. Me bajé el pantalón para que se deleitase y noté su mirada clavada en mi polla. Me corrí y el seguía mirando fijamente. Así empezó una temporada de pajas en compañía. El alquilaba peliculas porno que luego me ponía en su casa. Un día me sugirió lo placentero que sería hacerselas uno a otro. Pero yo nunca di el paso.
 
Un día el hermano de una amiga de la pandilla me propuso alquilar una peli porno una tarde que se quedo solo. Empezamos a verla y empezamos a tocarnos debajo del pantalón. Yo note enseguida que el me miraba mas a mi que la película. Me bajé el pantalón para que se deleitase y noté su mirada clavada en mi polla. Me corrí y el seguía mirando fijamente. Así empezó una temporada de pajas en compañía. El alquilaba peliculas porno que luego me ponía en su casa. Un día me sugirió lo placentero que sería hacerselas uno a otro. Pero yo nunca di el paso.
Y durante las sucesivas sesiones de pajas en compañía de tu amigo, nunca surgió la fantasía de su hermana? Ropa interior, imaginar situaciones... etc? Hubiera sido súper morboso...
 
Yo tenía dos colegas con los que pasé varios años de la adolescencia haciéndonos pajas juntos. Solíamos pajearnos en la hora del recreo. Un día descubrimos que había unos baños a los que nadie entraba porque quedaban muy alejados del patio, entonces los convertimos en nuestro "escondite" para pajearnos allí. Cerrábamos la puerta, nos sacábamos las pollas y nos masturbábamos allí mientras comentábamos sobre alguna famosilla, actriz porno o alguna compañera.

Recuerdo que, por alguna razón, nos daba mucho morbo vernos los unos a los otros mear. Entonces antes o después de pajearnos solíamos echar una meada los tres juntos. Normalmente lo hacíamos en el váter, pero he de admitir que en varias ocasiones nos dejamos llevar y acabamos meando en el suelo o sobre las paredes. En una ocasión los conserjes se quejaron de que había alguien que se estaba meando en el suelo de aquellos baños, pero nunca nos pillaron.

También lo hacíamos fuera del insti, normalmente en la casa de uno de mis colegas. Por temas de trabajo, su madre solía estar fuera de casa casi todo el día, por lo que solíamos ir allí a ver porno y a rematar la faena. No éramos los mejores estudiantes, pero teníamos buenas notas, entonces ella confiaba en nosotros lo suficiente como para dejarnos solos algunas horas del día. Durante la ventana de tiempo que teníamos hasta que llegaba, aprovechábamos para quitarnos la ropa e ir desnudos por la casa. Nos poníamos porno en el ordenador o fotos de amigas y compañeras que teníamos guardadas y con eso nos la cascábamos.

Al principio éramos cada uno con su polla, pero a medida que fuimos cogiendo confianza y fuimos descubriendo cosas que nos gustaban, empezamos a hacernos pajas unos a otros, a tocarnos el culo, los huevos... pero nunca llegamos a chupárnoslas ni a follar. Ya luego de corrernos, pues nos duchábamos los tres juntos y allí extendíamos un poco más el morboseo. Que si te echo jabón por aquí, que si te froto por allá... al final acabábamos empalmados de nuevo.

Y bueno, obviamente nuestro morbo por vernos mear se incrementaba bastante en esos momentos. Recuerdo que en alguna ocasión llegamos a beber mucha pero mucha agua sólo para que nos dieran ganas de mear y poder irnos a la ducha a hacerlo. Nos sentamos en el suelo de la ducha y comenzamos a pajearnos, con el tiempo las ganas de mear llegaron y pues, simplemente en medio de la paja, cada uno iba soltando la meada según quisiera. Se meaba encima o dirigía la polla hacia el que tenía al lado y así... nos meábamos unos a otros hasta que nos corríamos.

Al final nos duchábamos, nos volvíamos a vestir y como si no hubiese pasado nada. Grandes recuerdos tengo de esa época.
 
Atrás
Top Abajo