Por culpa del Trópico

MemaMi56

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29 Jun 2023
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Lo veo todo negro, soy consciente de que estoy vivo pero mantengo mis ojos cerrados. Solo logro captar los sonidos de mi alrededor. Unos bichos parecidos a las cigarras taladrean mis oídos. Parece que estoy tumbado sobre una dulce y cómoda cama cálida, pero moviendo los dedos de mis manos logro descubrir que yazco sobre arena de playa. En ese momento logro escuchar entre el ruido de las cigarras, el cual parecería el ruido blanco de las televisiones antiguas, olas de mar chocando contra lo que parecen ser rocas.

Poco a poco abro los ojos para que mis retinas sean golpeadas con los rayos del Sol. Rápidamente me reincorporo como si hubiera acabado de tener una terrible pesadilla y descubro que estoy completamente desnudo y magullado en una playa completamente desierta. Me quedo analizando la situación durante varios minutos intentando descubrir si realmente eso es un sueño o si simplemente ha sido el resultado de una noche loca en el Caribe que ha acabado en desfase.

Voy recobrando un poco la consciencia y recuerdo que una de esas noches solo podría permitirmelas antes de haberme casado con mi mujer y haber tenido una hija preciosa.

- Coño, es verdad. Y mi familia!? -dije mientras mis pulsaciones se aceleraban más de lo que me gustaría. Me levanté rápido y sin ni siquiera sacudirme la arena que tenía metida hasta en el alma, empecé a andar por la playa mientras intentaba encontrar alguien, a ser posible alguna de las dos personas que más me importaban en ese momento.

Aunque no veía a nadie, iba tapándome mis partes nobles con ambas manos para cuando pudiera encontrarme con alguien, evitarle una imagen que seguramente no quisiera ver.

Seguía andando por una playa que parecía no tener fin mientras me fijaba en ambos lados. Tanto hacía donde la maleza verde empezaba a tener protagonismo como hacía el grandioso y plano escenario azul turquesa. Me resultó demasiado extraño no ver absolutamente nada de origen humano. No habían plásticos usados, carteles, botellas de cristal... y mucho menos algún tipo de embarcación.
Cualquiera en mi situación se adrentraria dejando atrás la playa, pero los años que serví de guía para un grupo de Boys Scouts sumado a un sin fin de cursos online que había realizado (los cuáles para mi mujer, Elisabeth, eran una perdida tanto de dinero como de tiempo) me sirvieron (chúpate esa Elisabeth) para saber que en las orillas es donde puedes encontrar cosas que te puedan servir.

Para ese punto todavía no sabía si seguía en un sueño o si realmente estaba despierto. El Sol calentaba mucho y la arena de la playa estaba haciendo mella en mis muslos de forma que no tenía pinta de estar en un sueño... - joder pero donde estoy? -dije angustiado mientras mi paso se aceleraba lo mucho que la arena caliente me dejaba.

Después de haber recorrido lo que parecería más o menos un kilómetro, conseguí ver una pequeña cala en la cuál habían varías rocas en las cuales el agua rompía y hacía lo que quitando mi situación, era un escenario bastante bonito. A medida que me iba acercando, achicando los ojos conseguí ver lo que parecía una larga melena negra la cual estaba pegada (por suerte) a un cuerpo de una mujer joven. Desde mi ángulo solo podía ver su cuerpo de cintura hacía arriba ya que sus piernas quedaban por detrás de la roca en la cual esa joven yacía lo que aparentemente era inconsciente.

Mientras me preocupaba y me alegraba a partes iguales, tengo que reconocer que se me pasó por la cabeza la imagen de una sirena al ver ese escenario ahora sumado con el cuerpo de aquella chica cuya identidad todavía no había descubierto.


[Ésto es un pequeño fragmento de todo lo que llevo escrito sobre éste relato incestuoso entre un trío amoroso madre, padre e hija. Si os interesa y veo apoyo, puedo seguir subiendo contenido. En caso de que no sea así, igualmente podéis hablarme al privado y os pasaré un enlace donde os llevará al lugar donde lo posteo, muchas gracias.]
 
Comienzo interesante.
Muchas gracias!! La verdad que me lo estoy intentando currar mucho para que no caer en el típico cliché de vídeo stepdad que a los 5 minutos ya ha hecho de todo con su hija. Busco hacerlo realista e ir creando tensión sexual poco a poco para que luego las escenas sexuales estén mucho más cargadas de morbo. Si tienes cualquier duda o propuesta eres libre de comentarmela!
 
Lo veo todo negro, soy consciente de que estoy vivo pero mantengo mis ojos cerrados. Solo logro captar los sonidos de mi alrededor. Unos bichos parecidos a las cigarras taladrean mis oídos. Parece que estoy tumbado sobre una dulce y cómoda cama cálida, pero moviendo los dedos de mis manos logro descubrir que yazco sobre arena de playa. En ese momento logro escuchar entre el ruido de las cigarras, el cual parecería el ruido blanco de las televisiones antiguas, olas de mar chocando contra lo que parecen ser rocas.

Poco a poco abro los ojos para que mis retinas sean golpeadas con los rayos del Sol. Rápidamente me reincorporo como si hubiera acabado de tener una terrible pesadilla y descubro que estoy completamente desnudo y magullado en una playa completamente desierta. Me quedo analizando la situación durante varios minutos intentando descubrir si realmente eso es un sueño o si simplemente ha sido el resultado de una noche loca en el Caribe que ha acabado en desfase.

Voy recobrando un poco la consciencia y recuerdo que una de esas noches solo podría permitirmelas antes de haberme casado con mi mujer y haber tenido una hija preciosa.

- Coño, es verdad. Y mi familia!? -dije mientras mis pulsaciones se aceleraban más de lo que me gustaría. Me levanté rápido y sin ni siquiera sacudirme la arena que tenía metida hasta en el alma, empecé a andar por la playa mientras intentaba encontrar alguien, a ser posible alguna de las dos personas que más me importaban en ese momento.

Aunque no veía a nadie, iba tapándome mis partes nobles con ambas manos para cuando pudiera encontrarme con alguien, evitarle una imagen que seguramente no quisiera ver.

Seguía andando por una playa que parecía no tener fin mientras me fijaba en ambos lados. Tanto hacía donde la maleza verde empezaba a tener protagonismo como hacía el grandioso y plano escenario azul turquesa. Me resultó demasiado extraño no ver absolutamente nada de origen humano. No habían plásticos usados, carteles, botellas de cristal... y mucho menos algún tipo de embarcación.
Cualquiera en mi situación se adrentraria dejando atrás la playa, pero los años que serví de guía para un grupo de Boys Scouts sumado a un sin fin de cursos online que había realizado (los cuáles para mi mujer, Elisabeth, eran una perdida tanto de dinero como de tiempo) me sirvieron (chúpate esa Elisabeth) para saber que en las orillas es donde puedes encontrar cosas que te puedan servir.

Para ese punto todavía no sabía si seguía en un sueño o si realmente estaba despierto. El Sol calentaba mucho y la arena de la playa estaba haciendo mella en mis muslos de forma que no tenía pinta de estar en un sueño... - joder pero donde estoy? -dije angustiado mientras mi paso se aceleraba lo mucho que la arena caliente me dejaba.

Después de haber recorrido lo que parecería más o menos un kilómetro, conseguí ver una pequeña cala en la cuál habían varías rocas en las cuales el agua rompía y hacía lo que quitando mi situación, era un escenario bastante bonito. A medida que me iba acercando, achicando los ojos conseguí ver lo que parecía una larga melena negra la cual estaba pegada (por suerte) a un cuerpo de una mujer joven. Desde mi ángulo solo podía ver su cuerpo de cintura hacía arriba ya que sus piernas quedaban por detrás de la roca en la cual esa joven yacía lo que aparentemente era inconsciente.

Mientras me preocupaba y me alegraba a partes iguales, tengo que reconocer que se me pasó por la cabeza la imagen de una sirena al ver ese escenario ahora sumado con el cuerpo de aquella chica cuya identidad todavía no había descubierto.


[Ésto es un pequeño fragmento de todo lo que llevo escrito sobre éste relato incestuoso entre un trío amoroso madre, padre e hija. Si os interesa y veo apoyo, puedo seguir subiendo contenido. En caso de que no sea así, igualmente podéis hablarme al privado y os pasaré un enlace donde os llevará al lugar donde lo posteo, muchas gracias.]
Gracias por compartirlo, esperando continuación
 
Buen comienzo. Empezamos con mil preguntas; quién es el prota, como ha llagado ahí, que ha pasado con su familia. Buenos ingredientes para un buen relato.
Esperando la continuación.

Gracias por escribir y compartir.
 
Estoy a unos 10 metros y su cuerpo empieza a parecerme conocido, un cuerpo de poco más de 1'60m, blanquita de piel y de complexión delgada. Se me eriza la piel a pesar de estar a mas de 35° y miles de pensamientos se me pasan por la cabeza. A pocos metros, logro ver en su muñeca derecha una pulsera, la cual reconozco al instante. Era una pulsera que yo mismo había comprado. En ese momento, el Sol ya no quema, la arena en mis partes íntimas ya no roza y tanto las olas como las cigarras ya no hacen ruido. Empiezo a correr hacía el cuerpo inconsciente y que ahora logro ver que al igual que yo, está completamente desnudo, pero en su caso, mojado por las olas que rompen en esas mismas rocas.
Coloco de lado el cuerpo, lo cual para ello simplemente agarro su hombro derecho y lo muevo hasta que queda en posición, su cara sigue tapada por el pelo mojado pero es imposible que no sea. Con las manos temblando, le quito el pelo de la cara lo suficiente como para reconocerla. Es Paula, mi hija. Tiene la cara pálida pero sin tener los labios morados, cosa que me tranquiliza un poco dentro de lo que cabe. Le miro el vientre desnudo y no logro ver que esté en movimiento, lo que significaría que respira por lo que le tomo el pulso en el cuello y al notar la primera pulsación, todo mi entorno vuelve a renacer. Ya siento el calor del Sol y vuelvo a escuchar las malditas cigarras, está viva.

[Llevo poco tiempo consciente en ésta isla desierta y la primera sorpresa que me he llevado ha sido encontrarme a mi hija inconsciente. Tengo demasiadas preguntas pero lo primero que debo hacer es que Paula también recobre la consciencia. Alomejor ella sabe algo.]


- Paula!? -grité al saber que tal vez podía escucharme, a lo cual no obtuve respuesta alguna. Al tener pulso, omití la necesidad de hacer un rcp, solamente la agarré con ambos brazos cuidadosamente evitando que tanto ella como yo nos hiciéramos cortes por culpa de lo filosas que estaban esas rocas y rápidamente la saqué de allí llevándola a la cálida arena, esa misma que hacía cuestión de media hora me estaba arropando cariñosamente.
La coloqué tumbada hacía arriba, clave las rodillas junto a su cabeza y apoyé la misma en mis muslos. Por mucho que me diera cosa, le di varias bofetadas mientras le hablaba sin saber muy bien si eso serviría de algo. - Vamos Paula, despierta joder. Paula dios mio... -dije con una voz temblorosa aún sabiendo que estaba viva.
Por suerte, a la tercera bofetada la cual ya le había dejado marca en su pálido moflete, reaccionó abriendo los ojos como platos y redirigiendo su boca hacia el lado exterior, expulsando algo de agua que había tragado (o al menos eso supuse yo). Tosió y se apoyó como pudo intentando reincorporarse algo alterada a lo cual yo intenté tranquilizarla.
- Paula, tranquila. Estás conmigo, mírame, mírame Paula, estás con papá -dije con voz tierna mientras se me hacían agua los ojos de la felicidad y le agarraba la cabeza con ambas manos de manera cariñosa mientras la obligaba (no en el mal sentido) a mirarme.

Todavía recuerdo su expresión facial. Era indescriptible, se le veía el miedo y el desconcierto en sus ojos a pesar de tener a su propio padre delante. Con la boca abierta permanecía callada, respirando de forma irregular notando lo castigada que tenía la garganta. Pude echar un vistazo a su cuerpo y vi como había llevado sus manos arriba, a la altura de su pecho, pero no para taparselo, si no para cubrirse como lo haría un mamífero acorralado por su presa. Llevé una de mis manos a las suyas y las agarré para que pudiera sentir mi calor corporal.

- Paula mi vida, soy Papa, de verdad. Ya estás a salvo, todo va a estar bien de acuerdo? Asiente con la cabeza si me has entendido por favor cielo -dije hablándole de nuevo mientras le miraba a los ojos los cuales ya no tenía tan abiertos. Le costó varios segundos pero al final asintió levemente con la cabeza mientras noté como su respiración se regulaba y cómo su cuerpo dejaba de temblar. Había aceptado mi mano entrelazando los dedos de las suyas con los míos y era sin duda algo que me había tranquilizado a mí también.
Mi mano en su nuca sujetando su cabeza ya no estaba tan húmeda como antes, el Sol estaba haciendo su efecto secando el pelo de mi joven hija.

Le levanté un poco más la cabeza y me agaché para darle un beso en la frente. Ella estaba ahí, callada. Más tranquila, pero callada. Parecía que tampoco tenía ni idea de cómo había acabado así, pero a ella le había invadido el miedo, lo cuál era normal. La pobre solo tenía 18 años y estaba pasando por el peor momento de su vida.

Noté como sus manos apretaban la mía y eché una mirada rápida hacía ellas. Cuando lo hice, me di cuenta de que su cuerpo de cintura para abajo no se había movido ni un poco, lo cuál me preocupó.

- Paula, puedes sentir tus piernas? -sin dejarle responder le lancé otra pregunta.
- Podrías mover los deditos de los pies para mí? -dirige mi mirada de nuevo hacía sus pies y por suerte, pude ver como sus dedos se movían. Lo cuál era señal de que todo estaba bien.

La reincorporé hasta que estuviera sentada, sin dejar de mantener contacto físico con ella, seguía agarrándole las manos y mi mano en su nuca a medida que ella se iba reincorporando, iba bajando por su espalda hasta acabar en la zona baja de la misma. En ese momento, pude ver como ella echaba una mirada a mi cuerpo, y cuando vio que estaba desnudo, apartó la mirada hacía nuestras manos entrelazadas.
 
Joer, que intriga. Que ha pasado para acabar en dos puntos tan distantes el uno del otro y desnudos? Y la madre?
Deseando seguir leyendo la continuación.
 
Es entendible, a pesar de la situación, en nuestra familia no era normal vernos desnudos. Cosa que si que había visto normalizado en otras familias de amigos donde por ejemplo a la hora de salir de la ducha, podían pasearse por la casa sin toalla alguna. En nuestra casa, eso era algo más Taboo.

Salí de ese escenario rápidamente preguntándole si podía hablar, ni que sea para decirme una sola palabra. - Me duele mucho la garganta papá -dijo Paula con la voz ronca y con matices de miedo en la misma. - Lo sé cariño, has debido de tragar mucha agua salada verdad? -dije con ese tono característico que estaba usando en todo momento para que se sintiera arropada, lo cual estaba consiguiendo. Sin embargo en éste caso, no dijo nada. Solo me miró con incertidumbre y confirmando que tampoco sabía cómo había acabado ahí.
Me llené de impotencia. Por qué ella yacía casi en el mar pálida y mojada encima de unas rocas afiladas y yo por lo contrario había amanecido en una cama de arena cálida? Se me pasó por la cabeza el típico pensamiento de padre/madre que ve a su hijo pequeño con fiebre y dice "Ojalá pudiera yo cambiarme por tí". Pero obviamente era algo imposible, era mejor tragarme esa impotencia y que mi hija no me viera nervioso o mucho menos enfadado, fuese por el motivo que fuera.

- Sabes algo? -dijo de forma inesperada Paula mientras miraba su alrededor sin girar mucho el cuello, centrando sobre todo su mirada en el mar y en sus pequeños pies los cuales había puesto uno encima de otro de manera tímida mientras movía sutilmente los dedos. - Al parecer lo mismo que tú cariño. Sabes donde está mamá? -dije preocupándome por el último pilar de la familia habiendo comprobado ya que el segundo estaba sana y salva (aunque con aspecto de haber estado de fiesta 3 días seguidos). Ella simplemente negó con la cabeza mientras cerraba los ojos a lo cual respondí suspirando y acariciando su desnuda espalda.

Por todo el agua salada que habría tragado, sabía perfectamente que estaría algo deshidratada por lo que teníamos que movernos si o si lejos de la costa para buscar algo de agua potable. Así que no tarde en animarla a levantarse poco a poco y comprobar si podía andar por ella sola. Más que limitación física, tenía limitación mental, ya que no la notaba débil pero si con la mente nublada. Yo sentía un nudo en la garganta al ver a mi hija en ese estado, era algo parecido a un niño que se queda embobado en un supermercado mirando una caja de cereales con su animal favorito en la portada y que cuando se da cuenta, ha perdido de vista a su madre y ahora la busca angustiado por los pasillos del super.

- Y bien? Te duele algo Paula? -dije mientras la miraba dar sus primeros pasos por si sola (desde que estábamos en la costa, claro)
- La barriga... -dijo con una sonrisa en la cara intentando romper un poco la angustia de la situación mientras se llevaba su mano derecha al vientre. Eso me sentó mejor que beberme 3 litros de agua y comerme 2 kilos de comida ahí mismo. Saber que mi chica estaba lo suficientemente bien como para bromear era más que suficiente valga la redundancia. - Entonces habrá que ponerle solución a eso no cariño? Jajaja. -le dije mientras le tendía la mano ofreciéndole caminar juntos de la misma a lo cual aceptó.

Al poco tiempo de estar caminando (todavía por la costa) la arena en mis partes nobles se hizo notar, y recordé que ella había estado sentada en la arena, sin ropa. Así que mientras caminabamos, tuve mi primer dilema. Y era como podía decirle que se quitase de forma literal la arena que le había podido quedar entre las nalgas y directamente en el coño. Esperé un poco para ver si ella misma sentía la incomodidad de la misma y lo hacía sin que tuviera que decírselo yo, pero no era el caso. Tenía pinta de que todavía no tenía su cabeza plenamente consciente de todo y las sensaciones físicas no estaban siendo prioridad. Mientras ibamos agarrados de la mano, eché mi mirada hacía la parte de atrás de su cuerpo y vi sus nalgas de perfil rebozadas en arena. Ella claramente me miró y aproveché para decírselo.

- Tienes.. el culo lleno de arena, saquede- sacúdete porque con el roce te empezará a escocer -dije a trompicones y casi pareciendo tartamudo. Ella, mientras le decía eso, me sorprendió echando su mirada a mi pene. Mirada la cual apartó rápido. - Tú también deberías sacudirte papá -dijo con la voz más baja de lo normal y mirando hacía delante mientras nuestras manos se separaban debido a que había parado para hacerme caso y yo había seguido un par de pasos más adelante. Todo para que pudieramos tener un pelín de intimidad a la hora de limpiar nuestras partes nobles. No hizo falta ninguna palabra más. Yo estaba de espaldas a ella y ella de frente a mí. A los pocos segundos de perderla de vista pude escuchar sus nalgas sacudirse y yo no perdí el tiempo. Me sacudí las nalgas lo primero y abriendo un poco las piernas, terminé sacudiendo mi pirineo (la parte entre los huevos y el ano), los huevos y el pene. Cuando me sacudí el pene, me volvió a la mente esa imagen de ella de hacía unos minutos echando su mirada de reojo a mi polla, mientras la misma estaba tambaleándose de un lado a otro por culpa del caminar. Mal momento para ser team carne. Para que entendáis a mi hija, mi polla en reposo mide unos 15 centímetros, de grosor es normal y estoy sin circuncidar. Era lo equivalente a ir con tu madre caminando por una playa nudista y que dicha mujer fuera la mismísima Ava Addams (guiño para los que tienen buen gusto pornográfico).

En ese momento, también dió lugar mi segundo dilema. Mientras me sacudía, escuchando las carnes de mi hija de fondo, noté como mi polla empezaba a sentir un pequeño hormigueo. Sinceramente en aquel momento quise pensar que era por el hecho de que yo mismo estuviera dándole estimulos a mi miembro, aunque no fueran con fines sexuales. Pero realmente era así?

-Ya estoy... -interrumpió ella mi pequeña batallita mental. Eché mi mirada hacía atrás y la observé. Fue la primera vez que no pude solo mirarla a la cara. Mis ojos se fueron a su vagina. Aunque no fue de manera sexual. Hasta el hombre más gay o la mujer mas lesbiana, hubieran llevado sus ojos a ese punto. Tenía algo de bello el cual se notaba que estaba rasurado de hacía poco, una capa fina de color negro para nada desagradable. Y su vagina hacía un bonito combo con sus piernas las cuales naturalmente dejaban un hueco entre muslo y muslo. Lugar en el cual, sin ropa, dejaba ver dos pequeños labios que sobresalían, ocupando algo de ese hueco tan simétrico. Quité mi mirada rápido y volví a mirar hacia delante, comenzando a caminar para evitar que ella pudiera ponerse a mi altura y se quedase detrás mía. Me da vergüenza decirlo pero entre el roce anterior, ese pequeño vistazo y ahora el tambaleo del caminar, hicieron que algo de sangre fuera a mi pene. Así que no quería que ella tuviera que ver algo así, menos de su propio padre.

En cuanto todo volvió a la normalidad (si es normal algo de lo que ha pasado desde que me levanté en esa playa) paré en seco y esperé a que Paula se pusiera a mi vera, girándome ya hacia ella. En cuánto lo hizo, me puse a observar la selva, que era ahora nuestro destino. - No estás cansada de playa cielo? -dije intentando quitarle peso al asunto como hacía en todo momento. Aunque realmente en mi cabeza desde que Paula estaba bien, no podía sacar a Elizabeth. Estaba realmente preocupado. Estaría ella ahí con nosotros? Y si estaba con Paula pero a ella se la llevó la marea? Y si está inconsciente en la playa solo un par de kilómetros más adelante? Y si estaba detrás de donde yo aparecí?
Miles de preguntas me llegaban a la cabeza pero tenía que centrarme y tener algo de frialdad. Tenía que asegurar lo que era tangible. Tenía a mi hija, sana y salva conmigo. Y debía de actuar con consecuencia.

La prioridad era dejar esa playa en busca de agua y comida ya que no íbamos a tardar en necesitar alguna de las dos cosas. Y por supuesto, crear un fuego para la noche. Solo en ese momento, y no antes, pensé en qué hora sería. Lo cual deduje que serían poco más de las 12 del medio día.

Me adentré cruzando la frontera entre la cálida arena y las grandes copas verdes seguido de mi hija sin ningún rumbo concreto al que ir. Mis pasos a seguir eran poder pasar por donde Paula pudiera cruzar sin problemas y por último y no menos importante, alejándonos de la playa. Ambos permanecíamos callados quitando los momentos breves donde yo me giraba para comprobar que too estuviera bien. Momentos los cuales a veces ni rompiamos el silencio comunicándonos solo con la mirada.

- Crees que mamá estará bien? -dijo finalmente Paula. - Cielo, tengo las mismas dudas que tú, pero por suerte sabes de sobra que tu madre es un hueso duro de roer -dije sin girarme manteniendo el ritmo de la caminata. Mientras caminábamos, noté algo inusual. Vi ramas altas que estabas rotas. Eran recientes, y eran varías en un punto concrentrado de las altas copas de los árboles que nos cubrían. Podrían haber sido anímales, pero ya los hubieramos escuchado en algún momento. Y ahí lo único que escuchabamos eran las malditas cigarras y un sin fin de pájaros haciendo el ritual de apareamiento y contándose cotilleos entre ellos (seguro).
Pasé de largo ya que tuve el tiempo suficiente para analizar el escenario mientras me acercaba a él y lo cruzaba así que seguí adelante. - Ahí hay ramas rotas papá has visto? -dijo Paula al darse cuenta una vez las tenía casi encima. - Sí cielo, las he visto. No tiene pinta de ser algo normal, aunque tampoco algo como para atemorizarse. Bien visto preciosa -dije halagandola sabiendo que eso le subiría el ánimo.
- Qué crees que es? -dijo llena de curiosidad mientras ya habíamos pasado de largo la escena y, notandolo por como su noto de voz cambiada, ella giraba su cabeza hacía atrás para seguir observándolo. - Creo que ya sé que es, y te va a encantar la respuesta -dije parándome en seco. Delante de mí tenía otro escenario igual. Ramas rotas en un punto concrentrado de los árboles. Pero en éste caso, había colgando a unos casi 3 metros, una caja de suministros la cual se sujetaba por un paracaídas enredado en las ramas. Me giré rápido hacia Paula y pude ver por primera vez desde que estábamos ahí una sonrisa de oreja a oreja mientras se mordía las uñas culpa probablemente del hambre que tendría mi chica.
 
Creo que no va a quedar mucho para que se encuentren con su mujer, al menos eso quiero creer, que está viva.
Tengo gran curiosidad para que salgamos de dudas y porque han llegado allí y están desnudos, porque me da la sensación de que alguien los ha drogado y dejado en la Isla sin ropa.
 

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