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Invitado
Entrar en este mundo supone tener las ideas claras sobre lo que va a pasar y sobre las consecuencias. Fue bien hablar de lo que paso con ella, solo espero que ella no se sienta culpable por lo que paso y que tenga tendencia a frenarse un poco. Hay que recordar que somos animales inteligentes. Que el placer del sexo no es solo lo que se siente fisicamente pero tambien el morbo de una situacion. Y una follada con un desconocido puede resultar màs morbosa que la misma con el marido.Hola a todos, quiero contaros como fui convenciendo a mi mujer para tener mis primeros cuernos.
Llevo con mi mujer más de 25 años, tenemos ahora sobre 45.
Desde siempre he fantaseado con la idea de ver como se la follaba otro tío, aunque ella siempre fue muy reticente. Miles de horas de morbo imaginándomelo, viendo videos, leyendo foros...
Al entrar en los cuarenta conseguí convencerla de acudir a un club swinger, simplemente a tomar algo y ver el ambiente, sin forzar nada.
En primer lugar nos sorprendió el absoluto respeto de la gente que acude a estos lugares. Nadie te acosa, nadie te presiona, estás a tu aire y haces lo que te apetezca. Eso fue un punto a favor para que ella estuviera más tranquila y quisiera repetir.
Las primeras veces simplemente tomábamos algo, veíamos a otras parejas follar, nos metíamos en el jacuzzi y disfrutábamos del morbo de la situación.
Poco a poco fuimos yendo a más. Empezamos follando en una habitación donde nos observaban desde el exterior. Después lo hacíamos en una habitación donde había glory hole y ella se animaba a tocar y chupar pollas mientras me la zumbaba. Todo eso nos ponía a mil.
Luego empezamos a follar en habitaciones donde había otras parejas haciendo lo mismo. Tocábamos a los de al lado, nos tocaban, todo una puta maravilla.
Finalmente un día en el jacuzzi había un chavalito joven, de veintipocos, con una buena herramienta. Cogí la mano de ella y se la acerqué a su polla para que la pajeara mientras que él le metía los dedos. Eso la puso a mil.
Le dije a mi mujer a ver si quería que lo metiéramos en una habitación, a la cual accedió. Era mi gran oportunidad, lo que durante tanto tiempo había soñado.
Pasamos a una habitación y la puse a cuatro patas. Mientras ella me la chupaba le dijo al tío que se la metiera. El gran momento había llegado.
Lo que pasó después fue contradictorio. El tío le empezó a dar unas embestidas brutales. Nunca había oído a mi mujer chillar tanto como ese día. Seguramente los gritos se escuchaban hasta fuera del local. Fue algo que me descolocó, aunque ella se lo pasó genial.
A partir de ese día dejamos de ir durante un tiempo largo al club. No me encontraba bien. Era una mezcla de celos y frustración. En 25 años yo nunca había sido capaz de darle ese placer, nunca había visto a mi mujer así, gozar tanto, de una manera tan desenfrenada, y eso me dolía.
Estuve unas semanas con un pequeño trauma. Me sentía una mierda, un inútil. Estaba mal.
Llegué a pensar que las fantasías tenían que quedarse en ese plano porque cuando se hacen realidad pueden generarse sentimientos o sensaciones que no esperabas y para las que no estamos preparados.
No obstante, lo superé, lo hablamos y volvimos a ir a clubs swingers. Acudimos con frecuencia y nos lo pasamos como enanos, aunque sufrí ese pequeño bache que no esperaba.
Por lo tanto mi consejo es que lo tengáis muy claro, yo creía que era muy fuerte mentalmente pero estaba equivocado. Me derrumbé.
Pero superada esa frustración de la primera vez todas las demás experiencias han sido satisfactorias, una auténtica pasada.
Esta es mi experiencia y quería compartirla con vosotros.