Reflexiones sobre temática incestuosa

calvason

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13 Ago 2023
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MADRID
Si os fijáis en los relatos eróticos la mayoría de lecturas son en la temática de incesto, en la cultura occidental el incesto es tema tabú y si leeis literatura al respecto es más por un tema de evitar la endogamia y sus problemas que por otra cosa.
Yo desde que empecé a sentir deseo sexual me fijé en las mujeres de mi familia. Como dije en el relato de "La abuela" mi historia se basa en parte en mis experiencias con mi abuela, aunque la única parte real es que le veía las tetazas que tenía y me pajeaba pensando en ellas. Ahí acaba todo aunque lo demás de la historia no me hubiera importado que pasara.
Pero donde de verdad si que disfruté durante años y ojalá hubiera podido llegar a algo más de lo que conseguí fué con mi madre y con mi hermana.
Con mi madre fue fácil y a pesar de lo que algunos penséis he conocido más de tres casos como el mío, directos no contados si no vividos personalmente. Época de los 80 España, lo más cercano que teníamos para iniciarnos en el sexo era lo que teníamos en casa, en mi caso mi hermana 5 años menor que yo era una niña y no me atraía, al contrario que amigos míos que tenían hermanas en la flor de la juventud para experimentar. La suerte que tuve es que mi madre como otras que después contaré era mas adelantada, abierta o simplemente que también a ella le daba morbo el tema.
Recuerdo que de niño nos bañábamos mi hermana mi madre y yo juntos. Mi padre salía a las 7 de la mañana a trabajar y volvía sobre las 20:00 horas a casa, el momento de baño después de venir del cole era lo mejor de casa jugábamos con nuestra madre hasta que el agua se quedaba tan fría que nos obligaba a salir. Todo terminó cuando comenzaron mis primeras erecciones y como todos recordareis eran imposible de controlar.
Aunque ya no me dejaba participar seguía entrando en el baño y casi era mejor, podía ver a mi madre desde cualquier ángulo, mis empalmadas no se podían tapar y llegué a acostumbrarme, mi madre me miraba el paquete y no sólo no decía nada si no que incluso a veces no podía evitar sonreír. Las pajas no tardaron en caer y ya os podéis imaginar quien fue la musa de la primera.
Al principio me escondía para hacérmelas, pero me acuerdo una tarde en que yo estaba a lo mío en el baño y como en casa no había cerrojos en las puertas, mi madre entró en el baño y me pilló en plena acción. No me dijo nada, entró se lavó las manos y mientras lo hacía podía ver como me miraba por el espejo, yo paré pero la empalmada ahí seguía, después de acabar y secarse las manos se fue y yo sentí una excitación bestial por la situación así que en vez de una cayeron dos de seguido.
Tengo que reconocer que mi madre estaba bastante buena en aquella época y ella lo sabía, yo veía como la miraban los hombres y como buen observador tambien veía la reacción de mi madre. La gustaba, disfrutaba cuando pasaba por una obra y la decían burradas, ya os contaré más anécdotas en otros relatos de como mi madre era una experta en enseñar y que pareciera un accidente.
Aunque lo puse en otro hilo os pongo una foto de las pocas que tengo de mi madre en bañador, sería de finales de los 80 principios de los 90.
 

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Siempre he dicho que si mi madre hubiera sido gorda y fea no me hubiera fijado en ella. Nunca he estado enamorado de ella, simplemente me excitaba tener una mujer buenorra en casa y en aquella época sin internet ni tv en la que ver "carne"era lo que teníamos para desahogarnos.
Como conté mi caso no era el único. En el mismo bloque y en la misma planta, en el B vivía la mejor amiga de mi madre, en palabras de ellas mismas eran hermanas más que amigas y podía ser verdad por que compartían aficiones.
María, la llamaré así tenía la misma edad que mi madre, era en rasgos generales más fea y con peor cuerpo que mi madre pero tambien estaba bastante buena para cuarentonas de aquella época, tenía las tetas bastante grandes y era rellenita, pero no se le caía nada y es de los mejores culos que recuerdo.
Jose era su hijo y era tres años mayor que yo, éramos amiguetes y la verdad es que el fue mi mentor en el tema del sexo. A el le gustaba mi madre y no se cortaba en decírmelo, como os imaginaréis no tardó en salir el tema de madres, el también espiaba a la suya y para mi sorpresa la madre ponía toda clase de facilidades, igual que la mía.
Si quereis ya lo contaré más adelante pero María fue la primera mujer con la que estuve, unos años después de lo que estoy relatando y estuve haciendo con ella 6 años, incluso teniendo novia.
El caso es que como iba contando Jose me contó que su madre tampoco cerraba la puerta del baño y que en la casa iba ligera de ropa. La verdad es que al principio no me lo creía, yo sabía que a Jose mi madre le ponía burrísimo y pensaba que era una estratagema para que le dejara ver a la mía, así que cuando me invitó una tarde a su casa para que lo pudiera ver por mis propios ojos me quedé muy sorprendido.
Efectivamente su madre se duchaba y entornaba la puerta, en vez de cerrarla. La verdad es que mi madre ni se molestaba en entornarla la dejaba completamente abierta, pero el efecto era el mismo, se las podía ver completamente desnudas y las dos sabían perfectamente que sus hijos adolescentes las miraban.
En el caso de María ademas era plenamente consciente de que además de su hijo, el amigo, el hijo de su mejor amiga también la espiaba. Tengo miles de anécdotas que contar, pero os aseguro que ella y mi madre sabían perfectamente los deseos que despertaban en sus hijos.
Mi madre al contrario que María nunca fue tan descarada, cuando Jose estaba en casa enseñaba pero lo justo, se dejaba algún botón de más desabrochado de la blusa, cruzaba las piernas para que se le abriese la bata que llevaba y se le vieran las piernas o se ponía alguna camisola que transparentaba de más. Pero nunca dejo que la viera completamente desnuda y menos si mi padre estaba en casa, al contrario que Maria, a la que le era indiferente quien estuviera en aquel momento.
 
Última edición:
Aquí voy a hacer un inciso para hablar de mi pueblo, bueno el pueblo de mi madre y de mi abuela. Como conté en el hilo de "La abuela", allí pasaba la mayoría de fines de semanas y vacaciones, era donde tenía mas amigos, llegamos a ser mas de 50 en el grupo y durante un tiempo yo fui el mas popular de todos por lo que os contaré.
Primero porque durante muchos años sólo hubo 2 piscinas en el pueblo, la mía y la municipal y segundo por mi madre y mi abuela.
Os cuento, lo de las tetazas de mi abuela era voz populi en el pueblo, mi abuela a pesar de que nació en la primera mitad del siglo XX era una mujer abierta de mente, tenía don de gentes y era muy alegre y habladora, una relaciones públicas como diríamos ahora. En la fecha que os estoy contando esto ella tenía sobre los 60 años y su descripción es como os conté en el relato. 1,60 y unas tetas enormes y bonitas para su edad. Aunque no participaba de nuestros juegos, su simple presencia hacía que a mis amigos se les salieran los ojos de sus orbitas.
Mi abuela sólo tenia dos bañadores y como era de talla pequeña sus tetas parecían quererse salir del bañador, ademas eran bañadores con muchos años y la tela estaba bastante desgastada, así que no veas como se le marcaban los pezones. El resultado era espectacular y lo mejor de todo es que mi abuela lo sabía, a veces cuando se iban todos comentaba - Fulano de tal se le iban los ojos, o a tu amigo tal madre mía que tienda de campaña.
Mi abuela disfrutaba y se lo pasaba bien, de hecho no faltaba cuando había visitas masculinas a la piscina, en ausencia de mi madre mis pajas tenia como inspiración las tetas de mi abuela, cuando nos quedábamos solos aprovechaba e intentaba tocar un poco, mi abuela que era muy lista me dejaba y os juro que siempre decía "toma teta que te la da la abuela".
Me gustaría deciros que se las sobaba y que me ponía las botas con ellas, pues no, era tan joven que cuando me contestaba eso me cortaba y dejaba de tocárselas, con los años llegué a pensar que era una táctica de mi abuela para que se las dejara de manosear.
De todas formas tengo que decir que la relación con mi abuela fue especial, con ninguna persona ni siquiera con mi madre o mi mujer he tenido la confianza que tenía con ella, se lo contaba todo y ella me aconsejaba, incluso o debería decir sobre todo en temas sexuales. A ella sin embargo nunca la vi completamente desnuda, lo máximo que llegue a verla es en bragas, esas blancas de punto que eran antisexo, pero que se le notaba el peludonegro debajo. Por lo visto mi afición por las mujeres de mi familia viene de lejos, mi abuela me contó cosas que ya contaré en otra ocasión. Pero a lo que si me aficioné durante varios años es a visitarla mientras dormía, aunque sólo en verano. Dormía con una "combinación" como ella la llamaba, de tirantes y muy fina, que aunque le llegaba casi hasta los piesen la parte de arriba casi no tapaba nada, sobre todo cuando estaba tumbada se le solían salir las tetas por algún lado y como la puerta y la ventana estaban abiertas había suficiente luz para no perderse detalle. Yo aprovechaba cundo roncaba para aproximarme todo lo que podía y hacerme una paja junto a esas tetazas buffff que recuerdos.
La otra animadora de la piscina era mi madre, al contrario que mi abuela mi madre tenía varios bañadores y biquinis siempre del ultimo año y estos eran todo lo provocativos que podían ser en aquella época. Me encantaba ver como a todos los hombres que iban a la piscina se les caía la baba mirándola, ella ademas participaba en los juegos que hacíamos incluido el rugbypolo, que era donde más mano podías meter. Ahora entenderéis mi popularidad, a más de un amigo vi como se le iba la mano al culo o a las tetas, mi madre no decía nada y seguía como si no pasara nada
 
Última edición:
Pensareis que no he hablado de mi padre todavía, pues ahora lo haré. Mi padre era una bellísima persona, aunque muy serio, responsable y trabajador. Estaba completamente enamorado de mi madre y tenían relaciones sexuales frecuentes, como mínimo una vez a la semana, se podría decir que bebía los vientos por ella. Pero también era un hombre y a pesar de estar loco por mi madre, cosa que demostraba continuamente, también tenía sus.... digamos vicios secretos. El primero de ellos y del que primero me dí cuenta fue mi abuela, aunque solo miraba, al pobre se le iban los ojos a las tetas cuando estas amenazaban con salirse de los camisones que usaba. También me fijé cuando salía con los bañadores gastados, no podía evitar mirarla. Mi abuela lo sabía perfectamente y creo que disfrutaba haciéndole sufrir, mi madre también se daba cuenta, pero creo que no decía nada ya que a ella tambien le iba el tema de calentar.
A mi padre se le veía que no le gustaba como actuaba mi madre, ni tampoco los bañadores que llevaba, recuerdo que eran los mas provocativos que había por entonces los llamaban de natación y eran como los de la foto que puse anteriormente. A veces se le metía un poco por el culo y dejaba ver uno de sus preciosos cachetes, a mediados-finales de los 80 era miel para los ojos.
Mi padre muchas veces se metía dentro de casa y solo salía cuando no había nadie, mi madre decía que era por que era un poco antisocial, pero yo creo que no le gustaba ver a un montón de chavales poniéndose cachondos con su mujer y a ella disfrutándolo.
Mi madre era muy guapa, me gustaría poner una foto de ella entera, pero como comprenderéis no puedo, cuando mis padres hacían fiestas en casa mi madre se ponía unos vestidos espectaculares. Me acuerdo de una siendo niño que llevaba un vestido que parecía oriental, verde y con una raja en un lado que se la veía toda la pierna, simplemente espectacular. También recuerdo como los amigos de mis padres revoloteaban alrededor de ella y a mi padre con una sonrisa de orgullo que no podía ocultar.
El caso es que mi padre estaba tan loco por mi. madre que creo que la hubiera consentido cualquier cosa.
 
Como veis el inicio de mi adolescencia fue entretenido, aunque hubo un episodio que voy a contar que fue uno de los mayores disgustos que he tenido en mi vida.
Estaba acostumbrado a ver a mi madre en bolas y a pajearme continuamente con ella, pero recuerdo que ese verano vi algo que ya contaré en otra ocasión, a dos personas follando. Nunca lo había visto y ni siquiera sabía como se hacía hasta ese momento. Luego estaba el tema de mi amiguete Jose que no paraba de calentarme con el tema de nuestras madres.
Imaginaros con las hormonas disparadas y lo que veía y oía todos los días. La confianza con mi madre llegaba al extremo de que ya ni cerraba la puerta del baño cuando me estaba pajeando, ella como ya os conté ni siquiera la entornaba cuando no estaba mi padre y lo hacía todo con completa normalidad, incluida la depilación, que era algo que me volvía loco. Todavía recuerdo el olor de la cera caliente y de como se la aplicaba mi madre, primero por las piernas y luego por la ingle, siempre lo hacía antes de su baño y yo no podía evitar entrar y fijarme, me ponía directamente enfrente de ella, siempre sacaba algún tema para poder hablar y que no se notara tanto que lo único que quería era mirarla.
Ella no se cortaba y seguía, a pesar de que lo hacía con las bragas puestas se las tenía que retirar para darse la cera. Me volvía loco cuando veía sus labios abrirse, tenía hasta sueños húmedos con aquello, luego cuando acababa se levantaba se quitaba las bragas y se metía en la bañera.
Enseguida me percaté que si me sentaba rápido en la taza del water podía ver a mi madre cuando se metía en la bañera, al subir una de las piernas para meterse la podía ver completamente por detrás y ver como sele separaban los labios del coño. La de pajas que me he hecho con esa visión.
El caso es que con mi corta edad, mi salidez y los consejos de mierda de mis amigos un día se me ocurrió una idea que me jodió la vida durante bastante tiempo. Me acuerdo perfectamente que era a principios de curso, finales de septiembre, no recuerdo si estábamos solos mi madre y yo o si también estaba mi hermana, el caso es que mi madre se iba a meter a duchar y yo como un perrillo faldero entre detrás, ella esta haciendo algo en el espejo del lavabo, no recuerdo bien, el caso es que me senté en el water donde tenía una visión privilegiada de la parte que mas me gustaba, estaba completamente empalmado, mi madre ya ni se sorprendía, era lo habitual. El caso es que ese día se me paso una idea estúpida por la cabeza, el verano anterior había visto lo que era follar y se idea no se me iba de la cabeza, ni recuerdo las veces que soñaba que hacía lo mismo con mi madre y acababa con los calzoncillos llenos de semen.
Me baje el pantalón y el calzoncillo, lo recuerdo todo perfectamente, me arrime por detrás y metí mi polla entre las piernas de mi madre, fue una décima de segundo pero recuerdo que la punta de mi polla tocó los labios de mi madre, en ese mismo instante ella se giró como una exhalación y me pegó tal bofetón que me caí contra el water y me partió el labio, recuerdo perfectamente ala sensación de aturdimiento y mi madre gritándome como una loca, no la había visto así en mi vida, me echó del baño y por primera vez en la vida cerró la puerta.
No recuerdo bien lo que me dijo en el baño, pero salió rápidamente con una toalla cubriéndola el cuerpo y se fue al baño donde estaba intentando que mi labio dejara de sangrar. Me acojiné pensaba que me iba a dar otra vez, pero en vez de eso empezó a decirme que era un enfermo, que como me atrevía a hacer eso a su madre, que me iba a llevar a un psiquiátrico, que si se lo decía a mi padre me iba a matar, que me iba a castrar....... Recuerdo prácticamente todas las cosas que me dijo ese día como si fuera ayer y han pasado casi 40 años.
 
Si os fijáis en los relatos eróticos la mayoría de lecturas son en la temática de incesto, en la cultura occidental el incesto es tema tabú y si leeis literatura al respecto es más por un tema de evitar la endogamia y sus problemas que por otra cosa.
Yo desde que empecé a sentir deseo sexual me fijé en las mujeres de mi familia. Como dije en el relato de "La abuela" mi historia se basa en parte en mis experiencias con mi abuela, aunque la única parte real es que le veía las tetazas que tenía y me pajeaba pensando en ellas. Ahí acaba todo aunque lo demás de la historia no me hubiera importado que pasara.
Pero donde de verdad si que disfruté durante años y ojalá hubiera podido llegar a algo más de lo que conseguí fué con mi madre y con mi hermana.
Con mi madre fue fácil y a pesar de lo que algunos penséis he conocido más de tres casos como el mío, directos no contados si no vividos personalmente. Época de los 80 España, lo más cercano que teníamos para iniciarnos en el sexo era lo que teníamos en casa, en mi caso mi hermana 5 años menor que yo era una niña y no me atraía, al contrario que amigos míos que tenían hermanas en la flor de la juventud para experimentar. La suerte que tuve es que mi madre como otras que después contaré era mas adelantada, abierta o simplemente que también a ella le daba morbo el tema.
Recuerdo que de niño nos bañábamos mi hermana mi madre y yo juntos. Mi padre salía a las 7 de la mañana a trabajar y volvía sobre las 20:00 horas a casa, el momento de baño después de venir del cole era lo mejor de casa jugábamos con nuestra madre hasta que el agua se quedaba tan fría que nos obligaba a salir. Todo terminó cuando comenzaron mis primeras erecciones y como todos recordareis eran imposible de controlar.
Aunque ya no me dejaba participar seguía entrando en el baño y casi era mejor, podía ver a mi madre desde cualquier ángulo, mis empalmadas no se podían tapar y llegué a acostumbrarme, mi madre me miraba el paquete y no sólo no decía nada si no que incluso a veces no podía evitar sonreír. Las pajas no tardaron en caer y ya os podéis imaginar quien fue la musa de la primera.
Al principio me escondía para hacérmelas, pero me acuerdo una tarde en que yo estaba a lo mío en el baño y como en casa no había cerrojos en las puertas, mi madre entró en el baño y me pilló en plena acción. No me dijo nada, entró se lavó las manos y mientras lo hacía podía ver como me miraba por el espejo, yo paré pero la empalmada ahí seguía, después de acabar y secarse las manos se fue y yo sentí una excitación bestial por la situación así que en vez de una cayeron dos de seguido.
Tengo que reconocer que mi madre estaba bastante buena en aquella época y ella lo sabía, yo veía como la miraban los hombres y como buen observador tambien veía la reacción de mi madre. La gustaba, disfrutaba cuando pasaba por una obra y la decían burradas, ya os contaré más anécdotas en otros relatos de como mi madre era una experta en enseñar y que pareciera un accidente.
Aunque lo puse en otro hilo os pongo una foto de las pocas que tengo de mi madre en bañador, sería de finales de los 80 principios de los 90.
Quién tuvo, retuvo..debe ser muy guapa hoy
 
Aquello fue lo peor que me había pasado en mi corta vida, mi madre cambió su actitud hacia mi completamente. Cerraba las puertas de su habitación y del baño, estaba fría y distante conmigo, hablaba lo justo y casi siempre para darme ordenes de forma seca.
No fue un enfado de momento, esa situación duró hasta el siguiente verano.
Durante ese tiempo encontré consuelo en mi abuela, aunque os suene extraño la primera charla sexual que tuve fue con ella. Mi madre se lo había contado todo, me sorprendió que no había ahorrado ningún detalle.
Yo encontré refugio en ella, intentaba irme al pueblo siempre que no tenía cole, lejos de regañarme o criticarme me dijo que a mi edad me estaban pasando cosas que a todos los hombres le pasaban, hablaba con una naturalidad que me sorprende, hasta hoy en día me sorprende que una mujer hable así con un chaval y más si es su nieto.
Se puede decir que mi abuela se convirtió en mi confidente, le contaba todo y tengo que decir que a mi aquello no solo me gustaba, si no que me excitaba. Por lo visto yo no era el único de la familia con esas aficiones, Mi abuela me dijo que a mi tío también le gustaba mirar, me contó como en la casa antigua sólo tenían un baño, cosa que yo recordaba, que tenía una cortina en lugar de puertas y que mi tío desde bien jovencito había espiado a ella y a su hermana, ósea mi madre.
Imaginaos mi sorpresa, no era el único de la familia, le pregunté si alguna vez le había regañado y me dijo que nunca, que era algo normal, que los hombres tirábamos de lo que teníamos en casa. También le pregunté por mi madre si ella lo sabía y me dijo que sí, que tampoco la molestaba.
Aquellos meses fueron de los mejores que pase con mi abuela, hasta el punto que cuando estábamos solos me recostaba encima de ella, más bien de sus tetas, cuando veíamos la tv, ella no me decía nada incluso cuando a veces me empalmaba, intentaba aguantar todo lo que podía pero al final tenía que salir corriendo al baño para pegármela.
Me encantaría contaros que llegué a algo más con mi abuela, pero la vida real es así, la ficción es el relato de "La abuela".
 
No hay mal que 100 años dure, después de un curso bastante duro llegaron las vacaciones, mi madre mi hermana y yo en cuanto acabamos el cole nos fuimos al pueblo, finales de junio y todo el mes de julio nos íbamos solos porque mi padre trabajaba, aunque venía los fines de semana.
Fue llegar y noté un cambio en mi madre, estaba más contenta y me empezó a tratar como antes del incidente, yo seguía con miedo y guardaba las distancias, pero en seguida me percaté de algo, el primer día que estábamos solos se metió en su habitación a ponerse el bañador y dejo la puerta abierta, estábamos hablando y comenzó a quitarse la ropa como siempre había hecho, estuve a punto de irme, pero como mi madre no decía nada me quedé.
No lo pude evitar, fue verla desnuda y tuve un empalme bestial, llevaba un bañador antiguo de esos que no podías esconder nada, no sabía que hacer, llevaba tantos meses sin ver a mi madre desnuda que me parecía otra mujer, me pareció mas deseable que nunca. Ella se comportó como solía hacer, me miró el bulto y creo que se le escapo una sonrisa, cuando acabo de ponerse el bañador salí corriendo y me hice dos pajas, aún así no me quedé a gusto, pero mi madre iba a la piscina y tenía que estar allí.
No sé como explicarlo, pero la sola proximidad de mi madre hacía que mi polla se pusiera morcillona, ni la presencia de mi hermana que todavía era una niña lo evitaba, aunque yo trataba de evitar que se diera cuenta, en aquella ocasión fue imposible.
Recuerdo ese verano como uno de los mejores de mi vida, mi madre estaba como siempre o incluso mejor, tenía más roce con ella, no solo no me rehuía si no que era ella la que parecía que me buscaba. Los primeros días intentaba no propasarme mucho, tan sólo algún roce inocente, pero según pasó el tiempo los roces se convirtieron en toqueteos y posteriormente en sobes, aunque siempre cuando estábamos mas o menos solos, mi hermana y mi abuela no contaban.
Ese verano me pasó una de las cosas que mas me ha gustado de todas, fue la primera vez y aunque hubo otras la primera siempre es la mejor.
Por la mañana mi madre salió a tomar el sol, siempre loo hacía se daba el bronceador y se tumbaba en una de la hamacas que había en el jardín, pero ese día fue especial, se dio el bronceador por las piernas, pero ese día me dijo que si se lo podía dar por la espalda. Se tumbo boca abajo y se bajo los tirantes , me puse bastante nervioso por que nunca lo había hecho además extrañamente ese día iba en biquini. Mi madre pocas veces se ponía en biquini una de las pocas cosas de que se quejaba era de que tenía tripa, después de los embarazos le quedó un poco de tripa, es lo único que le afeaba el cuerpo, a mi no me parecía tan fea pero a ella no le gustaba y sólo usaba el biquini cuando no había nadie que no fuera de la familia.
Comencé a darle el bronceador y enseguida me di cuenta que tenía los tirantes en la tumbona, se la veía el inicio de las tetas, no mucho por que las tiene pequeñas, ya sabéis lo que pasó se me fue la mano todo lo que pude con el bronceador, aunque con mucho cuidado porque no quería cagarla como la otra vez. Ese día no paso nada.
 
No hay mal que 100 años dure, después de un curso bastante duro llegaron las vacaciones, mi madre mi hermana y yo en cuanto acabamos el cole nos fuimos al pueblo, finales de junio y todo el mes de julio nos íbamos solos porque mi padre trabajaba, aunque venía los fines de semana.
Fue llegar y noté un cambio en mi madre, estaba más contenta y me empezó a tratar como antes del incidente, yo seguía con miedo y guardaba las distancias, pero en seguida me percaté de algo, el primer día que estábamos solos se metió en su habitación a ponerse el bañador y dejo la puerta abierta, estábamos hablando y comenzó a quitarse la ropa como siempre había hecho, estuve a punto de irme, pero como mi madre no decía nada me quedé.
No lo pude evitar, fue verla desnuda y tuve un empalme bestial, llevaba un bañador antiguo de esos que no podías esconder nada, no sabía que hacer, llevaba tantos meses sin ver a mi madre desnuda que me parecía otra mujer, me pareció mas deseable que nunca. Ella se comportó como solía hacer, me miró el bulto y creo que se le escapo una sonrisa, cuando acabo de ponerse el bañador salí corriendo y me hice dos pajas, aún así no me quedé a gusto, pero mi madre iba a la piscina y tenía que estar allí.
No sé como explicarlo, pero la sola proximidad de mi madre hacía que mi polla se pusiera morcillona, ni la presencia de mi hermana que todavía era una niña lo evitaba, aunque yo trataba de evitar que se diera cuenta, en aquella ocasión fue imposible.
Recuerdo ese verano como uno de los mejores de mi vida, mi madre estaba como siempre o incluso mejor, tenía más roce con ella, no solo no me rehuía si no que era ella la que parecía que me buscaba. Los primeros días intentaba no propasarme mucho, tan sólo algún roce inocente, pero según pasó el tiempo los roces se convirtieron en toqueteos y posteriormente en sobes, aunque siempre cuando estábamos mas o menos solos, mi hermana y mi abuela no contaban.
Ese verano me pasó una de las cosas que mas me ha gustado de todas, fue la primera vez y aunque hubo otras la primera siempre es la mejor.
Por la mañana mi madre salió a tomar el sol, siempre loo hacía se daba el bronceador y se tumbaba en una de la hamacas que había en el jardín, pero ese día fue especial, se dio el bronceador por las piernas, pero ese día me dijo que si se lo podía dar por la espalda. Se tumbo boca abajo y se bajo los tirantes , me puse bastante nervioso por que nunca lo había hecho además extrañamente ese día iba en biquini. Mi madre pocas veces se ponía en biquini una de las pocas cosas de que se quejaba era de que tenía tripa, después de los embarazos le quedó un poco de tripa, es lo único que le afeaba el cuerpo, a mi no me parecía tan fea pero a ella no le gustaba y sólo usaba el biquini cuando no había nadie que no fuera de la familia.
Comencé a darle el bronceador y enseguida me di cuenta que tenía los tirantes en la tumbona, se la veía el inicio de las tetas, no mucho por que las tiene pequeñas, ya sabéis lo que pasó se me fue la mano todo lo que pude con el bronceador, aunque con mucho cuidado porque no quería cagarla como la otra vez. Ese día no paso nada.
Que gran experiencia tío, me siento identificado, tengo muchas historias con mamá y sobre todo deseos ya que ella fue muy abierta sexualmente y yo en mi infancia lo viví... Aún guardo fotos incluso relatos de ella misma.
Ojalá algún día compartirlas amigo
 
En unn programa de T5 el hijo de Barbara Rey dijo que su madre le obligaba a darle masajes desnuda. A mi nunca me obligó y me hubiera encantado darle masajes desnuda aunque me tuve que conformar con dárselos en biquini o en bañador, pero enseguida quedo claro que a mi madre le gustaba, al poco tiempo de empezar ya me atrevía a ir más lejos, descendía de la espalda hacia sus tetas, cada día un poco más hasta que conseguí prácticamente darla el bronceador en casi toda la teta. Mi madre no se movía pero tampoco decía nada, a veces tenía que salir corriendo al baño a pajearme de la excitación.
Un día que le estaba dando el bronceador en la espalda me dijo que le diera también por las piernas, aquello fue una bendición, ya sabeis que confundí el inicio de las piernas y poco a poco me fui haciendo más atrevido hasta que empece a dejar los dedos cuando me aproximaba a su sexo. Lo recuerdo como una delicia y una tortura al mismo tiempo, no solo mis manos se iban al coño de mi madre, aunque siempre eran roces y por encima del bañador, también al culo, las primeras veces mas disimulado , pero con el tiempo le llegué a meter la mano por el bañador o el biquini.
A partir de ese verano tuve una complicidad con mi madre que aunque no os lo creáis es más común de lo que muchos pensáis entre madre e hijo. Se que a mi madre le gustaba sentirse deseada y nunca me dejó pasar de unos límites, la de sueños que tuve con ella en la que pasábamos todos lo límites.
Tengo miles de anécdotas morbosas que contar, no hay sexo pero si mucho morbo, incluso yo ya con treinta años tengo alguna anécdota muy morbosa que contar y en la que estuve apunto de cumplir mi sueño.
He visto el programa de T5 varias veces, y no me creo todo lo que contó el hijo de Barbara Rey, los hombres somos hombres y teniendo una hembra como esa no me creo que no tuviera deseos sexuales como yo, y como multitud de amigos y conocidos tenían con sus madres.
 
Antes de contaros la de los 30 años os contaré una muy morbosa que me sucedió en la Playa de San Juan. Mi abuelos por parte de padre tenían un apartamento allí, siempre íbamos en agosto entre 15 y 20 días, por las mañanas siempre íbamos toda la familia a la playa, pero por las tardes muchas veces íbamos solos mi madre y yo. Mi hermana se quedaba viendo la tv y mi padre se echaba la siesta, el caso es que después de lo que os conté con el bronceador cuando íbamos solos a la playa también le echaba el bronceador. Una tarde que la playa estaba hasta arriba teníamos a una familia como la nuestra al lado, el hijo debía tener mi edad, cuando llegamos ellos ya estaban allí, extendimos las toallas a su lado mi madre, se quitó la camisola y me fijé como la miraba, mi madre se empezó a dar el bronceador por la cara el cuello y los brazos, luego me paso el bote y se tumbó boca abajo, el no quitaba ojo y se me ocurrió una maldad. A mi madre se le olvidó bajarse los tirantes del bañador, así que se los bajé yo con tanto esmero que casi le saco las tetas, mi madre ni se movió, pero el resultado fue mejor de lo que yo esperaba, prácticamente se le veían las tetas. Por entonces en una playa familiar como San Juan no se veía a nadie haciendo top less así que imaginaros la cara del chaval.
Me eché la crema en las manos y se la empecé a untar, el chaval no quitaba ojo y cuando llegué a la zona de las tetas me recreé, jode como lo disfruté, ademas de la excitación de lo que estaba haciendo se unía la de estar siendo observado. Buffff me puse burrísimo no podía esconder la erección, el chaval flipaba, luego bajé a las piernas y ya os imagináis, me recreé.
Esa experiencia me resultó supermorbosa, lo más curioso es que yo estaba completamente empalmado y al chaval no se le notaba nada. Cuando acabé me di cuenta que había un señor mayor al otro lado que también había sido espectador, pensaba que era por mi madre pero enseguida me di cuenta que lo que miraba era mi rabo, aquello me dejó muy sorprendido pero lejos de disgustarme también me gustó. El hombre no dejaba de mirarme a pesar de que su mujer estaba tumbada a su lado.
Esa fue la primera pero después hubo muchas, a partir de entonces la relación con mi madre fue espectacular, teníamos una complicidad que hasta el día de hoy sigue y hablamos de cosas que no se si alguien que lea esto también lo hace.
 
Si por aquella época hubiera tenido los medios tecnológicos de hoy en día, tendría gigas y gigas de fotos y videos, pero en aquella época hasta las fotos eran escasas. He visto una foto que me recuerda muchísimo a lo que os comente de mi abuela y los camisones en verano.
https://www.foroporno.com/attachments/img_5201-jpg.585084/
Este es el enlace de la foto, jode parece que me retrotraigo en el tiempo.
 
Muy interesante y morboso, deseando leer más. Gracias por compartirlo con nosotros 😉
 
yo nunca tuve deseos por mi madre,si lo tuve por una hermana mia tres años menor que yo,pero ella nunca consintió
en mi casa con frecuencia habia una tia mia que a la hora de acostarse se ponia una combinacion esta era una prenda que por aquellos tiempos las mujeres llevaban debajo del vestido y solian ser de un tejido como de seda (aunque no lo era) muy delgado y transparente yo como adolescente cuando la veia asi me empalmaba como un burro,un dia que mis padres no estaban en casa al quedarse en combinacion para acostarse transparentandosele todo el coño me metí en la cama con ella que se sorprendió y cuando me acerqué a ella me hizo como a ti tu madre,menos mal que no se lo contó a mis padres que si lo hubiera hecho me habrian apaleado
creo que desde aquel dia hasta su muerte su relaccion conmigo fueron muy distantes
 
Antes de contaros la de los 30 años os contaré una muy morbosa que me sucedió en la Playa de San Juan. Mi abuelos por parte de padre tenían un apartamento allí, siempre íbamos en agosto entre 15 y 20 días, por las mañanas siempre íbamos toda la familia a la playa, pero por las tardes muchas veces íbamos solos mi madre y yo. Mi hermana se quedaba viendo la tv y mi padre se echaba la siesta, el caso es que después de lo que os conté con el bronceador cuando íbamos solos a la playa también le echaba el bronceador. Una tarde que la playa estaba hasta arriba teníamos a una familia como la nuestra al lado, el hijo debía tener mi edad, cuando llegamos ellos ya estaban allí, extendimos las toallas a su lado mi madre, se quitó la camisola y me fijé como la miraba, mi madre se empezó a dar el bronceador por la cara el cuello y los brazos, luego me paso el bote y se tumbó boca abajo, el no quitaba ojo y se me ocurrió una maldad. A mi madre se le olvidó bajarse los tirantes del bañador, así que se los bajé yo con tanto esmero que casi le saco las tetas, mi madre ni se movió, pero el resultado fue mejor de lo que yo esperaba, prácticamente se le veían las tetas. Por entonces en una playa familiar como San Juan no se veía a nadie haciendo top less así que imaginaros la cara del chaval.
Me eché la crema en las manos y se la empecé a untar, el chaval no quitaba ojo y cuando llegué a la zona de las tetas me recreé, jode como lo disfruté, ademas de la excitación de lo que estaba haciendo se unía la de estar siendo observado. Buffff me puse burrísimo no podía esconder la erección, el chaval flipaba, luego bajé a las piernas y ya os imagináis, me recreé.
Esa experiencia me resultó supermorbosa, lo más curioso es que yo estaba completamente empalmado y al chaval no se le notaba nada. Cuando acabé me di cuenta que había un señor mayor al otro lado que también había sido espectador, pensaba que era por mi madre pero enseguida me di cuenta que lo que miraba era mi rabo, aquello me dejó muy sorprendido pero lejos de disgustarme también me gustó. El hombre no dejaba de mirarme a pesar de que su mujer estaba tumbada a su lado.
Esa fue la primera pero después hubo muchas, a partir de entonces la relación con mi madre fue espectacular, teníamos una complicidad que hasta el día de hoy sigue y hablamos de cosas que no se si alguien que lea esto también lo hace.
me gusta tu historia, si puedes continuar
 
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