littletits36
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Como regalo de Reyes, pillé para una escapadita para mi novio y para mí la típica habitación en plan suite con su chimenea y su jacuzzi.
Yo ya le había avisado de que se llevase el bañador, y yo me llevé el bikini. Mi intención era darnos un baño, comernos un poco la boca y tal y acabar con una sesión de sexo en la cama, que estaba al lado del jacuzzi. Lo que yo no podía imaginar es que en un jacuzzi, con el tema de las burbujas te excitas mucho más rápido que en otra situación. Nos empezamos a besar apasionadamente y mi chico metió la mano por debajo de la parte de arriba de mi bikini, empezando a sobarme el pezón, que yo ya tenía durísimo. Recuerdo que no pude reprimir un gemido de placer en aquel momento.
Mientras tanto, yo le quité a él su bañador , dejando su polla al aire entre las burbujas, con el capullo asomándo. Procedí a quitarme la parte de arriba del bikini para que mis pequeñas tetas y mis erectos pezones quedaran a la vista, y me monté sobre su polla, solo para restregar un poco mi culo en ella. Él, ansioso por chuparme los pezones, se abalanzó sobre ellos. Pocas veces me he puesto más cachonda que en esa situación: entre el placer por la comida de pezones, el sentir su polla tan cerca de mi coño y las burbujas...uffff.
Le propuse quitarme la parte de abajo del bikini, y así lo hice. Ahora notaba mucha más el agua caliente en mi coño, y empecé a restregar mi clítoris sobre su capullo. Llegamos al acuerdo de intentar aguantar todo lo posible en esa situación tan morbosa, aunque yo no paraba de decirle que quería sentirle dentro.
A continuación decidí cambiar de posición, me senté a su lado y empecé a comerle la punta de su polla, mientras el me acariciaba ligeramente el clítoris. De verdad que nunca me había sentido tan excitada como aquella noche.
Entonces él me hizo parar, no quería correrse sin antes meterme una buena follada. Me hizo ponerme en una esquina del jacuzzi, de espaldas a él, y me la metió por detrás mientras me comía el cuello con ganas. Yo sentía ya escalofríos, y entre la excitación y el calor del agua empezaba a sentirme medio mareada, así que decidí tomar el control de la situación girándome, haciéndole sentarse y cabalgando yo. Así al menos yo podía controlar mi orgasmo, y volverle a poner las tetas en la cara para que me las comiera. Cada embestida era más fuerte que la anterior, yo no paraba de gemir y sentíamos el sonido de nuestros genitales generando olas en el jacuzzi. Empecé a sentir que me iba a correr, y se lo dije a mi novio: "no pares, que me corro, sigue dándome". Sentí una oleada de placer inmenso, todo mi cuerpo se estremeció, de hecho creo que tuve un leve vaido del calor y placer.
Pero él aún no se habia corrido, me dijo que prefería correrse fuera, para no manchar de semen el jacuzzi. Sin embargo, se lo impedí, abalanzándome sobre tu polla. Empecé a chuparla con muchas muchas ganas, y a continuación paré en seco para empezar a comerle el cuello mientras con la mano seguía masturbándole. Creo que no duró ni 30 segundos, noté primero sus gemidos y a continuación su polla se puso tiesa y empezó a contraerse al tiempo que un enorme chorro de leche salía a toda velocidad. Jamás vi tanta leche y salir con tanta fuerza, la verdad . El primer chorro paró, pero la polla seguía palpitante, y vino otro segundo.
"Ufff, creo que nunca había disfrutado tanto, menuda corrida".
"Ha sido increíble, mi amor. Felices Reyes".
Cada vez que recuerdo la historia no puedo evitar volver a excitarme. Mi mejor polvo, sin duda.
Yo ya le había avisado de que se llevase el bañador, y yo me llevé el bikini. Mi intención era darnos un baño, comernos un poco la boca y tal y acabar con una sesión de sexo en la cama, que estaba al lado del jacuzzi. Lo que yo no podía imaginar es que en un jacuzzi, con el tema de las burbujas te excitas mucho más rápido que en otra situación. Nos empezamos a besar apasionadamente y mi chico metió la mano por debajo de la parte de arriba de mi bikini, empezando a sobarme el pezón, que yo ya tenía durísimo. Recuerdo que no pude reprimir un gemido de placer en aquel momento.
Mientras tanto, yo le quité a él su bañador , dejando su polla al aire entre las burbujas, con el capullo asomándo. Procedí a quitarme la parte de arriba del bikini para que mis pequeñas tetas y mis erectos pezones quedaran a la vista, y me monté sobre su polla, solo para restregar un poco mi culo en ella. Él, ansioso por chuparme los pezones, se abalanzó sobre ellos. Pocas veces me he puesto más cachonda que en esa situación: entre el placer por la comida de pezones, el sentir su polla tan cerca de mi coño y las burbujas...uffff.
Le propuse quitarme la parte de abajo del bikini, y así lo hice. Ahora notaba mucha más el agua caliente en mi coño, y empecé a restregar mi clítoris sobre su capullo. Llegamos al acuerdo de intentar aguantar todo lo posible en esa situación tan morbosa, aunque yo no paraba de decirle que quería sentirle dentro.
A continuación decidí cambiar de posición, me senté a su lado y empecé a comerle la punta de su polla, mientras el me acariciaba ligeramente el clítoris. De verdad que nunca me había sentido tan excitada como aquella noche.
Entonces él me hizo parar, no quería correrse sin antes meterme una buena follada. Me hizo ponerme en una esquina del jacuzzi, de espaldas a él, y me la metió por detrás mientras me comía el cuello con ganas. Yo sentía ya escalofríos, y entre la excitación y el calor del agua empezaba a sentirme medio mareada, así que decidí tomar el control de la situación girándome, haciéndole sentarse y cabalgando yo. Así al menos yo podía controlar mi orgasmo, y volverle a poner las tetas en la cara para que me las comiera. Cada embestida era más fuerte que la anterior, yo no paraba de gemir y sentíamos el sonido de nuestros genitales generando olas en el jacuzzi. Empecé a sentir que me iba a correr, y se lo dije a mi novio: "no pares, que me corro, sigue dándome". Sentí una oleada de placer inmenso, todo mi cuerpo se estremeció, de hecho creo que tuve un leve vaido del calor y placer.
Pero él aún no se habia corrido, me dijo que prefería correrse fuera, para no manchar de semen el jacuzzi. Sin embargo, se lo impedí, abalanzándome sobre tu polla. Empecé a chuparla con muchas muchas ganas, y a continuación paré en seco para empezar a comerle el cuello mientras con la mano seguía masturbándole. Creo que no duró ni 30 segundos, noté primero sus gemidos y a continuación su polla se puso tiesa y empezó a contraerse al tiempo que un enorme chorro de leche salía a toda velocidad. Jamás vi tanta leche y salir con tanta fuerza, la verdad . El primer chorro paró, pero la polla seguía palpitante, y vino otro segundo.
"Ufff, creo que nunca había disfrutado tanto, menuda corrida".
"Ha sido increíble, mi amor. Felices Reyes".
Cada vez que recuerdo la historia no puedo evitar volver a excitarme. Mi mejor polvo, sin duda.