Hola a todos. Este relato lo publiqué en la oTRa orilla hace aproximadamente dos años.
Cuando esta página dejó de ser Pajilleros, perdí mi cuenta. Hace algunas semanas publiqué
“Crónica de una traición” con el seudónimo de chabomperdido. Ahora me registré con mi seudónimo de siempre. Espero que les guste.
Subyugada (Viaje a una ventana del infierno)
Presa de una oscura pasión, que doblega su voluntad, y la conduce por una realidad que no puede controlar y, que terminará destruyendo, todo aquello por lo que alguna vez soñó, luchó y amó.
Capítulo 1
Stella Maris, una amiga de ********, que vive en una ciudad, cuya geografía está muy alejada de mi lugar en el mundo; lugar este, donde mi vida de adulto mayor —así nos llaman a los viejos— transcurre en una cotidianidad sin muchos contratiempos ni sobresaltos. Entre las obligaciones laborales y familiares, canalizo mis inquietudes escribiendo historias, poemas y reflexiones, que luego publico en distintas páginas en la web.
Stella Maris me cuenta que, con este territorio, cuyos paisajes de inmensas llanuras, donde se juntan el verde infinito con el celeste del cielo, en ese lejano horizonte de rojos atardeceres y, al que arrullan los intensos vientos meridionales, que es por donde transcurren mis días. Ella, tiene con esta geografía, tan alejados de su cotidianidad, un entrañable romance. Porque, teniendo tan solo díez años, vino de paseo, traída por sus abuelos paterno, que son oriundos de estas pampas. El recuerdo la transporta a aquellos días, cuando de las manos de sus abuelos hizo el viaje más feliz que ella recuerde de su infancia.
Stella quedó con deseos de volver, y lo hizo, pero siendo una joven muchacha. Con una mirada distinta, a la que tuvo siendo apenas una niña, porque pudo percatarse, no de cuestiones paisajísticas, sino de los peculiares usos y costumbres de por aquí. Esto la llevó a conocer y a presenciar diversas formas y maneras de los aspectos culturales, tanto en su fase artísticas, como antropológica. Tuvo vinculaciones con distintos grupos de personas y lugares que la conectaron con aquellos recuerdos que la sedujeron, cuando sus abuelos contaban aquellas anécdotas e historias de sus años jóvenes, vividos por estas latitudes.
Ella se sintió un poco parte de este alejado rincón del planeta. Es probable que esas sean las razones por lo que, además de tomar mate, siempre está muy actualizada del día a día de nuestra cotidiana realidad.
Con el surgimiento de las redes sociales, ******** en este caso y, a través de amigos en común en la red, comenzó a leer y comentar algunos de los escritos que suelo publicar en mi muro.
Esta querida amiga, cuya amistad no me animo a llamarla "virtual", porque ese término, pone una distancia que por nuestros afectos, no tenemos. Mis posteos suelen estar referidos a cuestiones políticas, de actualidad, eventos culturales, deportivos y, fundamentalmente, cuestiones literarias.
A ambos nos gusta intercambiar comentarios sobre novelas; cuentos, relatos, poesía y también películas y series.
…….
Despues de un tiempo de escasos intercambios y, seguido de un abrupto corte, que me preocupó. Eso por eso que le mandé algunos mensajes, interesándome, por saber cómo se encontraba. Me envió un messenger pidiéndome disculpas por haber interrumpido la comunicación que, ya se contaba en meses. Me dijo que tenía pensado llamarme. no para nuestro habitual intercambio sino por cuestiones que tienen que ver con lo que la ha tenido sustraída y alejada de su cotidianidad, que incluyen nuestros intercambios.
Me hizo saber de los terribles momentos que le tocó vivir por lo ocurrido a quién fue, desde muy pequeña, su amiga y confidente. Esto explica su absoluto e involuntario alejamiento de cuestiones que tengan que ver con nuestro metier; comentar e intercambiar opiniones sobre temas diversos..
Me puso en autos de lo acontecido en su entorno más íntimo, en este caso su amiga y confidente de toda la vida, una hermana, al decir de ella.
Lo hicimos por videoconferencia, y realmente se la veía bastante afectada. Su semblante entristecido no lograba afectar su fisonomía de bella y madura señora. Madura, para los estándares que se manejan en los distintos espacios de la web. Sí, habitualmente, la belleza, está asociada a la juventud, en este caso, sería menester decir, que Stela Maris, es una mujer definitivamente joven. Ella cuenta con cuarenta y tres años al igual que su querida amiga. Mujeres cultas, inteligentes, profesionales. Brillantes en lo suyo.
La historia acontecida en su ciudad de residencia y que, involucró a su más cercana amiga que, en el último año, entró en un descontrol que la fue llevando a este desgraciado y triste final.
En varias parte de su exposición tuvo que suspender su relato, afectada por un llanto que me conmovió. Después de una sucinta exposición me mostró unos escritos que su amiga le envió, antes de haber dado fin a su existencia.
En ese momento comenzó a llorar. Me pidió que la disculpe, pero a pesar que ya habían pasado algún tiempo, todavía estaba muy afectada. Me pidió que le diera tiempo, que iba a redactar todo y, me iba a enviar por escrito, todo lo acontecido, junto con una solicitud que pensaba hacerme.
…
Después de algunos meses, Stella Maris, me escribe: Dani, mi querido amigo. Estoy aún tomándome un retiro en una zona rural, donde está ubicada la que fue la casa de mis abuelos maternos. Allí, después de unas cuantas caminatas y de escuchar música, fundamentalmente los valses y nocturnos de Chopin. No te sorprendas, que al igual que tú, además del heavy metal, me gusta la música clásica.
Bueno, aún sigo en la casa de mis abuelos. Tomé las vacaciones que me debían y solicité un permiso médico por mi estado depresivo. Mariano, mi actual pareja, ha estado viniendo todos los fines de semana para hacerme compañía y, esta última semana, ha acomodado todo en su empresa para quedarse conmigo el tiempo que haga falta. El permiso médico ya terminó y las vacaciones ya están a punto de concluir. Pero, desde la universidad, me hicieron saber que me quede el tiempo que sea necesario.
Tengo que decirte que no me siento del todo recuperada, pero he salido del pozo en el que estaba. Gracias a Mariano, que es un sol, he vuelto a reír. No es fácil, se murió alguien que era la hermana que no tuve.
Mi amiga acabó con su vida; pero antes de eso, me envió el escrito de todo lo que vivió en este último año, algo que conocía, por ser tan cercana y confidente de ella. Cada vez que me contaba las cosas que estaba haciendo, no podía parar de aconsejarle, de pedirle, de suplicarle, que detuviera todo eso. Pero ella estaba como enajenada y, a pesar de aceptar todas mis súplicas, sencillamente no podía sustraerse a la seducción que su amante ejercía sobre ella, y, la manera demencial en que las realizaba, sometiéndose a un tenebroso y oscuro proxeneta.
Lo que te voy a enviar es la historia que ella contó en ese largo y doloroso escrito que me llegó por correo, cuando ya todo había sucedido y nada pude hacer para evitarlo.
Espero que puedas entender y comprender todo este inmenso dolor que aún golpea mi alma.
Su carta inicial, donde cuenta todo lo que le había ocurrido hasta ese momento, haciendo Previamente un resumen de cómo había sido su vida al lado de Ramiro el único y verdadero amor de su vida, cuando sus hijos, partieron para estudiar en la universidad de una ciudad distante. El tiempo libre y cierta monotonía los llevó a intentar darle a sus vidas algo que los saque de la rutina.
En esta parte se nota una cierta inconsistencia en su narrativa, producto de su inestabilidad emocional, por cómo se había dado todo hasta ese momento, pero se entiende perfectamente.
Esta primera parte la escribió, cuando creyó, que había podido dar un primer paso para superar lo que la tenía totalmente doblegada.
La segunda parte la escribió cuando ya todo había acontecido y ya había tomado la terrible determinación.
Teniendo en cuenta su estado de absoluta alienación, por el dolor, la culpa y el remordimiento, su escrito, resultó caótico y de difícil lectura.
Debido a mi estado depresivo, por haber perdido a una amiga de toda la vida, y, te reitero, una hermana. Me resulta muy complicado poder ordenar dicho escrito.
Así, tal cual lo recibí, te lo enviaré por email en formato pdf
Mi reticencia a realizar las correcciones, forma y legibilidad, reside en la poca predisposición anímica que tengo para revivir toda esta secuencia de situaciones, que me harían volver a tener que sufrir otra recaída.
Quise buscar ayuda con gente conocida, pero sería dar a conocer la verdad de lo ocurrido. Por ahora, todo está visto como un accidente, el de Ramiro y, el de ella. Se cree que la maniobra que produjo el “accidente”fue producto de su estado emocional, por la pérdida de su marido.
Si aceptas el pedido, tratá de darle coherencia, forma y legibilidad; para que la historia, su versión de los hechos, quede de modo tal que algún día pueda ser leído por aquellos que quieran saber y conocer su verdad.
Algo sucedió en su mente, en su alma que le cambió la percepción de la realidad y que destruyó su vida, la de su marido y la de todos los que la queríamos, que no éramos pocos. Porque tanto ella como Ramiro eran personas amorosas llenas de bondad, dos seres maravillosos.
Te pido qué, cuando lo tengas listo, me lo envíes. Cualquier duda que pueda surgir consultarme por favor. Sé que vas a tener que echar mano a tu imaginación para cubrir algunos tramos de la carta que son confusos. Se que lo vas a hacer sin salirte de lo esencial del contenido de la misma y, que no se aleje de lo conceptualmente epistolar.
Por la temática, un tanto concupiscente. Si decides publicarla, en el sitio donde, con tu seudónimo de danny 52 o, en alguna otra página. Tendrás que darle a la historia un concepto narrativo distinto. Te suplico que, para ese propósito, cambies los nombres, la geografía, la época y cualquier detalle que pueda hacer alusión y dar referencias, que den alguna precisión, que puedan permitir ser identificado, estos acontecimientos y a los involucrados en los mismos.
A pesar de la distancia que nos separa y, de no conocernos personalmente, siempre hemos tenido el afecto que nos permite ser confidentes y hablamos sin tapujos de todo lo que nos sucede a nosotros y a nuestro entorno. En este convencimiento y en tu ya conocida discreción es que deposito en ti toda mi confianza.
Lo primero que te voy a enviar es, la historia de Samantha y la mía. Desde que nos conocimos en la escuela primaria, y que juntas llegamos hasta el inicio de la universidad, cuando por cuestiones que tienen que ver con las vocaciones, nos separamos , pero no por eso dejamos de ser lo que siempre fuimos, amigas y cómplices.
Con el respeto y la consideración de siempre, un beso inmenso para ti, mi querido amigo.
Stella Maris
…
Parte 2
Stela Maris
Con Samantha iniciamos nuestro primer año en la escuela que corresponde a nuestro distrito escolar, ubicada en el mismo barrio, ella vivía a algunas calles de mi casa, a esa edad, las distancias son inmensas. El maravilloso destino hizo que sin conocernos nos sentáramos en el mismo pupitre. Desde ese día fuimos inseparables, hasta que las vicisitudes de la vida nos pudo tener temporalmente separadas. Fuimos las hermanas que ni ella ni yo tuvimos, salvo hermanos, uno en su caso y dos en el mío y tanto en su caso como en el mio siendo niñas, nuestros hermanos, ya eran personas adultas. Éramos las consentidas de cada familia.
Tuvimos una infancia feliz de niñas alegres que, en la escuela, éramos convocadas cada vez que había que preparar una actuación alegórica, para alguna celebración de efemérides patria, ahí estábamos nosotras. Éramos dos mocosas caraduras que nos animábamos a todo.
Samantha (Sami) era, y siempre lo fue, una mujer preciosa, y, según decían (dicen) yo no le iba a la saga. Será por eso que, cuando empezamos la etapa de nuestros estudios secundarios, comenzamos a recibir todo tipo de insinuaciones, de algunos chicos sacados que se nos acercaban. En esa época no nos entusiasmaba tanto el tema chicos. Pero, en cuarto año, ya éramos señoritas de dieciséis, y muy bien dotadas. ¿Se entiende? Sí Dani: buenos culos y buenas tetas. Pero nosotras nos fijamos en los chicos más grandes y que estaban a punto de terminar ese periodo de formación. La primera en enganchar fui yo, que comencé a salir con Darío, un chico muy guapo que, a su vez, tenía un amigo de otro colegio que se llamaba Ramiro. Ramiro era un chico muy inteligente y desenvuelto, y con una personalidad acorde a su bagaje cultural, pero muy tímido con las chicas, a tal punto, que él no se levantó a Samantha, sino, que ella se lo levantó a él.
Despues de un tiempo, mi relación con Darío, el chico que salía conmigo, se terminó. Lo que no se terminó fue lo de Samantha y Ramiro. Digamos que Sami ya había tenido algunos escarceos con otros chicos, que no eran compañeros de estudios sino, que eran chicos que había conocido en las discotecas y, en fiestas, a las que solíamos concurrir y, generalmente, eran chicos que tenían algunos años más que nosotras.
En uno de esos escarceos fue que perdió la virginidad. Después salió con otros chicos, con los que también, con algunos de ellos, tuvo relaciones, hasta que apareció Ramiro. Después jamás se separaría de él.
Ella decía que Ramiro era el hombre perfecto; inteligente, culto, enamorado, tímido con las mujeres, y, a su vez, desenvuelto socialmente. Cada vez que había que enfrentar algún problema lo hacía él; con firmeza, temperamento y admirable solvencia, y, a su vez, comía de la mano de Samantha, que imponía siempre sus criterios por encima de los de él. Pero Samantha no tuvo ojos para ningún otro chico. Lo adoraba.
Digamos que Ramiro era alto, delgado, fibroso, bien musculado y guapisimo de cara.
Ramiro se había trasladado a una ciudad que está a más de cien kilómetros de distancia de la nuestra, porqué la facultad de ingeniería electrónica de ahí, era de un gran prestigio.
Él había rendido todas las materias que corresponden al segundo año y llevaba adelantada unas cuantas materias que corresponden al tercer año.
Cuando con Samantha terminamos los estudios secundarios; yo me incliné por la comunicación, y ella, por las ciencias económicas.
Con dieciocho años recién cumplidos, Samantha comenzó la universidad, en la misma universidad que cursaba Ramiro. Por una cuestión académica, seguro que no. Dos años, viéndose cada tanto con Ramiro, no lo soportó. Se fue a vivir con él.
Al cumplir Sami los diecinueve años, nació Nicolas. Los padres de Ramiro le prometieron soporte económico para que pueda hacerse cargo de la situación y no se distraiga en los estudios. Los padres de Samantha no eran tan pudientes, pero eran solventes y le pusieron dinero para poner una niñera y que no distrajera los estudios, más la cuota que recibía cada mes. pero era inevitable que sufriría un retraso, y, por decisión, más que por descuido, con veinte años cumplidos, fue mamá de Aurora. Cuando fue al parto ya tenía acordado, con el ginecólogo, ligarse las trompas de falopio. Inventaron una cesárea, y así pasó todo sin inconveniente. Nunca le comentó esto a Ramiro, que jamás se enteró de esta circunstancia. No podés ocultarle algo así a la persona que amás y puedo asegurar que Ramiro comía de la mano de ella, pero eso sí, ella vivía para él. Por eso, el ocultamiento, no tenía sentido.
Antes del tiempo que se estipula para el logro de alcanzar el título, Ramiro obtuvo el suyo y se quedó en la ciudad trabajando para una pyme tecnológica. Hasta que Samantha se recibió como licenciada en economía. Entonces volvieron a la ciudad, con sus pequeños, y Ramiro, con un importante cargo en una importante empresa de productos tecnológicos para equipamiento industrial. Es decir: una industria de industrias. La facturación de esta empresa era astronómica y eso se notaba en los ingresos de Ramiro y del resto del personal. Para trabajar en esa empresa había que superar altísimos estándares de capacitación y Ramiro cumplía con suficiencia esos requisitors.
Con el transcurrir de los años Samantha también logró ubicarse como directiva en una empresa comercial muy importante.
Los años transcurrieron entre el trabajo, el cuidado de los niños, los viajes de trabajo de ella y los viajes de trabajo de él.
Promediando la etapa secundaria de sus hijos, que ya habían ingresado a la adolescencia y no requerían de tanta atención o mejor dicho la atención ya no pasaba por estar encima de ellos todo el tiempo, sino que se tomaba desde otros criterios.
Esto permitió la posibilidad de salir a reunirse con amigos y de viajar juntos.
Al tiempo, sus hijos comenzaron la universidad en otra ciudad, y ahí, se encontraron con un tedio que lo combatieron asumiendo responsabilidades laborales que los tenían muy ocupados y, de esa manera, hacer más intensos los momentos de estar juntos y de poder disfrutarlos.
Ella, cuando se estabilizó como directiva, pudo acomodar sus horarios laborales para dar mejor atención al cuidado de sus hijos.
Cuando sus hijos ya no necesitaban tanta atención comenzó por asistir al gimnasio tres veces por semana, y así, adquirir una tonicidad muscular envidiable. Estaba mejor, aproximándose a los cuarenta, que cuando tenía veinte y, cuando tenía veinte, más de uno se daba vuelta para mirarla.
…..
En mi caso personal debo decir que también tuve mi ciclo de estudios y, a los veinticuatro años, como no tenía a mi novio estudiando en otra universidad, me recibí en nuestra ciudad como licenciada en la carrera de comunicación y, al poco tiempo, comencé a ejercer la docencia en dicha carrera y en la misma facultad. Durante bastante tiempo, formé parte del staff de producción de contenido, en programas de información de la televisión local.
Al igual que Sami, cuando recibí el diploma de licenciada en comunicación, lo hice con mis dos niños presente en el acto académico: Felipe y Julián.
Adrian, mi marido, por ese entonces era periodista en la radio y televisión local y editorializaba para dos agencias de noticias nacionales. Por aquellos años aún no habían aparecido las redes sociales.
Ni bien quedé embarazada nos casamos y me fui a vivir con él. A diferencia de Sami, yo tenía dos niñeras: mi madre y mi suegra. Después que nació Felipe y dos años más tarde Julián. Acordamos con Adrián realizarme la operación de ligadura de las trompas de falopio.
Los años vividos con Adrian fueron intensos y maravillosos. Teníamos proyectos para llevar adelante, y planes para realizarlos. Pero, en algún momento se frustraron, y comenzó la debacle en nuestra relación. Discusiones y peleas que nos llevaron a la separación. Era tan intenso nuestros momentos de intimidad que no pasaba una semana sin que nos citáramos en algún lugar para tener sexo. Esto nos llevó a reveer la separación y volvimos a estar juntos. La continuidad trajo nuevas desavenencias y peleas. Las discusiones nos llevaron de nuevo a la separación y, ante la posibilidad de volver a las citas sexuales, acordamos que no podíamos seguir. Nos merecíamos poder intentar rehacer nuestras vidas con otra parejas, donde la convivencia no sea tan complicada.
Adrian alquiló un departamento y le ayudé a amueblarlo, para que nuestros hijos tuvieran las comodidades necesarias, cuando tengan que estar con su padre.
Hasta que pudiera sufragar los gastos, que le significó toda esta movida; le dije que, por un tiempo, la cuota alimentaria de los chicos la utilice para ese fin.
Más adelante, él comenzó una relación con una joven muy bonita y talentosa periodista. La conozco, porque fue alumna mía.
Con nuestros hijos entrados en la adolescencia y cursando los últimos años de la educación media; comencé a tener tiempo libre para dedicárselo un poco a la distracción y el entretenimiento. Hace tiempo que conocía a Mariano, por ese entonces, él todavía estaba casado, así que nuestras citas eran totalmente clandestinas y, por no desatender a mis hijos, eran bastante espaciadas.
Cuando mis chicos ingresaron a la universidad Mariano dormía más en mi casa que en la de él.
Después de su divorcio formalizamos nuestra relación. El estaba al frente de una financiera con algunas sucursales. La posesión de esos bienes fue la razón de su difícil divorcio. Me fui a vivir con él. Por supuesto que mi situación económica cambió. Él preguntó sí ¿el trabajo en la productora de contenidos lo hacía por necesidad o por vocación? Le dije que, gracias a ese trabajo y, la generosa cuota alimentaria de Adrian, que se convirtió en jefe de redacción en un medio muy importante, pude criar y educar a mis hijos y hacer frente, junto con mi ex, de los gastos de la universidad de los chicos y, también, gracias a ese trabajo, ocurrió algo maravilloso; conocerte a ti. La docencia sí es vocacional. Me abrazó y mientras me besaba me dijo: yo estoy delegando responsabilidad para tener tiempo y poder estar contigo, te amo con toda mi alma, Stella.
Yo estaba aproximándome a los cuarenta años, y él, hacía un buen tiempo que había pasado la barrera de los cuarenta. Atractivo, cuidado, gimnasio mediante. Una persona serena y tranquila. Un amante maravilloso.
Por supuesto que dejé el trabajo en la productora.
Un buen día, con mucho tiempo a mi disposición, moviendo y sacudiendo algunas cosas, para así poder ayudar un poco. a la buena señora que, desde siempre viene diariamente para hacer la limpieza. Descubro una caja de reducidas dimensiones, como si fuera una suerte de relicario pero un poco más grande, y muy coquetamente forrada en terciopelo. Lo abro y descubro algunos viejos dvd y unos cuantos pendrive. Llamé a Rosario, le muestro la cajita y le pregunto: si ha estado siempre aquí. Me respondió que sí, lo que no conozco, me dijo, es el contenido. Es decir, no estaba oculto, simplemente que recién ahora yo los había descubierto. En cuanto Charo se retiró me fui a ver de qué se trataban esos pendrive. Pornografía de las más variadas. Podría decirse que por el tipo de vida que he llevado: trabajo, hijos, marido y luego amante. Había visto cosas así, solo al pasar, y siempre con alguna compañía: Adrián, amigas. Que me vieran mirando esos videos, me daba pudor.
Esa tarde sola, sin pudor alguno, y ya grandecita, me excité viendo esos videos, no te miento Dani, me pasé la tarde viendo esos videos. Cuando llegó Mariano, directamente, me lo violé.
¿Qué te pasa bebe?, me dijo, que un recibimiento así por una diosa como tú es algo que no me pasó nunca en mi matrimonio. Bueno, dijo: mi ex era una linda mujer pero tú superas todos los estándares. .
Nos pasamos, lo que quedaba de la tarde y, hasta altas horas de la noche, haciéndolo como conejos.
A la mañana del día siguiente me levanté, preparé el desayuno, lo serví. Algunas veces lo preparo yo y, otras veces lo prepara él, esta vez, me tocó a mí. Cuando Mariano entró a la cocina, me arrojé sobre él, lo besé con locura, con desesperación.
Todavía no habíamos tomado un solo sorbo de café y, sentada en una silla de la cocina, bajé su pantalón y comencé una enloquecida felatio. Después me fui al baño, me higienicé, volví a la cocina, tomé un vaso de jugo, me puse a untar las tostadas con mermelada y desayunamos.
Solo habíamos pronunciado unas pocas palabras, cuando lo tomé de la mano y lo hice sentar en el sillón.
Lo cabalgue cuál valquiria enloquecida, llevando al Valhalla, el alma de un héroes caídos en combate, y así, dejarlo en los aposentos del gran Odín. Solo me faltó la música de Wagner.
Este fue el inicio de un tiempo de locura. Al preguntarle por la colección de videos me respondió: que él, supo participar de muchas fiestas íntimas. Partuzas dije, mirándolo con sorna. Él me respondió: sí, y eso me llevó al divorcio y no pienso repetir, no podría soportar perderte a ti. Me moriría. Te amo demasiado. Pregunté: ¿tu ex no quiso saber nada?. Sí que quiso, me respondió, pero no entendió el juego terminó enamorándose de un tipo que una vez que la convirtió en su puta sumisa vino por el dinero. Pretendía el cincuenta por ciento de mi empresa. Pero lo vi venir y tomé mis precauciones. Lo único que me pudo sacar fueron algunas propiedades. Al poco tiempo, cuando quiso vender las propiedades, la muy estúpida se despertó. Lo mandó a la mierda. Al tiempo volvió. Le compré las propiedades, la habilité como socia minoritaria. Había sido mi esposa y le correspondía una mayor parte de los bienes gananciales. No iba a permitir que lo que le correspondía a ella fuera a parar a manos de ese sinvergüenza. Me dijo: no quiero el dinero, quiero volver con vos. Ya estábamos divorciados y yo me había enamorado de una diosa total y absoluta, es decir: me había enamorado de ti.
Lo miré y entonces le dije algo que lo cambió todo: —No estamos casados, es difícil que alguien se acerque a mí por algún interés económico. —No tengo miedo por eso, el temor que tengo es de perderte a ti, no al dinero, que va y viene.
—Estoy llegando a los cuarenta, y te puedo asegurar que, a esta altura sé muy bien lo que quiero, y te quiero a ti, de eso, no tengo dudas.
Todo había cambiado, esos videos despertaron dentro de mí, toda la lujuria.
No pasó mucho tiempo en visitar clubes de intercambio y todas las movidas habidas y por haber. A Mariano le excitaba verme hacerlo con otros y a mí me gustaba hacerlo con otros. Pero, El sexo con él era algo sublime, lo amaba y lo deseaba. Un buen día apareció un macho alfa, lo hablamos con Mariano y el tipo se convirtió en mi amo yo en su puta y Mariano, en un cornudo sumiso. Nos dimos un plazo de tres meses; llegado ese plazo veríamos la situación y, si estábamos de acuerdo seguíamos o cortabamos.
La idea de perder a Mariano me trastornaba. Mi “amo” me pegaba unas arremetidas brutales y le encantaba humillar a Mariano y yo no me prendía en ese juego, no me gustaba. La diversión no debía pasar por ahí. Una tarde llegó Mariano yo estaba sola y me sorprendió llorando. Le dije: no soporto que te humillen. Él me dijo que eso era parte del juego y que eso lo excitaba. A la semana siguiente, el macho alfa, se batió en retirada, vencido por mi inmenso amor por Mariano. No habían pasado más de tres semanas.
Luego Mariano me reveló, que la razón de la ruptura con su ex, fue por una experiencia similar. De a poco nos fuimos alejando de esa vida y no hay deseos de volver.
Ha pasado mucho tiempo, Mariano insistió y nos casamos. Nos amamos y es hermoso estar juntos. Cuando nos gana el tedio, lo único que tenemos que hacer es recordar algunas cosas que hicimos, que no fueron pocas y algunas están grabadas. Nos ponemos como locos y tenemos sexo como animales. Una vez sosegados, volvemos a nuestra rutina, y el tedio se fue al carajo.
Las que acabo de reflejar, en este escrito, es tan solo una pequeña parte, una breve y sucinta cronología de las cosas que realmente hicimos. De lo que estoy arrepentida y, es la razón de darte a conocer esa parte tan privada de mi vida, es por haberle contado estás aventuras sexuales a Samantha, Le conté todas y cada una de las aventuras que tuvimos con Mariano, que repito, no fueron pocas. Aunque ella lo haya negado, yo no puedo dejar de suponer que, desperté en ella, ese deseo de tener ese tipo de aventuras. Creo que fue así y, las consecuencias, han sido las más dolorosas.
Continuará
Cuando esta página dejó de ser Pajilleros, perdí mi cuenta. Hace algunas semanas publiqué
“Crónica de una traición” con el seudónimo de chabomperdido. Ahora me registré con mi seudónimo de siempre. Espero que les guste.
Subyugada (Viaje a una ventana del infierno)
Presa de una oscura pasión, que doblega su voluntad, y la conduce por una realidad que no puede controlar y, que terminará destruyendo, todo aquello por lo que alguna vez soñó, luchó y amó.
Capítulo 1
Stella Maris, una amiga de ********, que vive en una ciudad, cuya geografía está muy alejada de mi lugar en el mundo; lugar este, donde mi vida de adulto mayor —así nos llaman a los viejos— transcurre en una cotidianidad sin muchos contratiempos ni sobresaltos. Entre las obligaciones laborales y familiares, canalizo mis inquietudes escribiendo historias, poemas y reflexiones, que luego publico en distintas páginas en la web.
Stella Maris me cuenta que, con este territorio, cuyos paisajes de inmensas llanuras, donde se juntan el verde infinito con el celeste del cielo, en ese lejano horizonte de rojos atardeceres y, al que arrullan los intensos vientos meridionales, que es por donde transcurren mis días. Ella, tiene con esta geografía, tan alejados de su cotidianidad, un entrañable romance. Porque, teniendo tan solo díez años, vino de paseo, traída por sus abuelos paterno, que son oriundos de estas pampas. El recuerdo la transporta a aquellos días, cuando de las manos de sus abuelos hizo el viaje más feliz que ella recuerde de su infancia.
Stella quedó con deseos de volver, y lo hizo, pero siendo una joven muchacha. Con una mirada distinta, a la que tuvo siendo apenas una niña, porque pudo percatarse, no de cuestiones paisajísticas, sino de los peculiares usos y costumbres de por aquí. Esto la llevó a conocer y a presenciar diversas formas y maneras de los aspectos culturales, tanto en su fase artísticas, como antropológica. Tuvo vinculaciones con distintos grupos de personas y lugares que la conectaron con aquellos recuerdos que la sedujeron, cuando sus abuelos contaban aquellas anécdotas e historias de sus años jóvenes, vividos por estas latitudes.
Ella se sintió un poco parte de este alejado rincón del planeta. Es probable que esas sean las razones por lo que, además de tomar mate, siempre está muy actualizada del día a día de nuestra cotidiana realidad.
Con el surgimiento de las redes sociales, ******** en este caso y, a través de amigos en común en la red, comenzó a leer y comentar algunos de los escritos que suelo publicar en mi muro.
Esta querida amiga, cuya amistad no me animo a llamarla "virtual", porque ese término, pone una distancia que por nuestros afectos, no tenemos. Mis posteos suelen estar referidos a cuestiones políticas, de actualidad, eventos culturales, deportivos y, fundamentalmente, cuestiones literarias.
A ambos nos gusta intercambiar comentarios sobre novelas; cuentos, relatos, poesía y también películas y series.
…….
Despues de un tiempo de escasos intercambios y, seguido de un abrupto corte, que me preocupó. Eso por eso que le mandé algunos mensajes, interesándome, por saber cómo se encontraba. Me envió un messenger pidiéndome disculpas por haber interrumpido la comunicación que, ya se contaba en meses. Me dijo que tenía pensado llamarme. no para nuestro habitual intercambio sino por cuestiones que tienen que ver con lo que la ha tenido sustraída y alejada de su cotidianidad, que incluyen nuestros intercambios.
Me hizo saber de los terribles momentos que le tocó vivir por lo ocurrido a quién fue, desde muy pequeña, su amiga y confidente. Esto explica su absoluto e involuntario alejamiento de cuestiones que tengan que ver con nuestro metier; comentar e intercambiar opiniones sobre temas diversos..
Me puso en autos de lo acontecido en su entorno más íntimo, en este caso su amiga y confidente de toda la vida, una hermana, al decir de ella.
Lo hicimos por videoconferencia, y realmente se la veía bastante afectada. Su semblante entristecido no lograba afectar su fisonomía de bella y madura señora. Madura, para los estándares que se manejan en los distintos espacios de la web. Sí, habitualmente, la belleza, está asociada a la juventud, en este caso, sería menester decir, que Stela Maris, es una mujer definitivamente joven. Ella cuenta con cuarenta y tres años al igual que su querida amiga. Mujeres cultas, inteligentes, profesionales. Brillantes en lo suyo.
La historia acontecida en su ciudad de residencia y que, involucró a su más cercana amiga que, en el último año, entró en un descontrol que la fue llevando a este desgraciado y triste final.
En varias parte de su exposición tuvo que suspender su relato, afectada por un llanto que me conmovió. Después de una sucinta exposición me mostró unos escritos que su amiga le envió, antes de haber dado fin a su existencia.
En ese momento comenzó a llorar. Me pidió que la disculpe, pero a pesar que ya habían pasado algún tiempo, todavía estaba muy afectada. Me pidió que le diera tiempo, que iba a redactar todo y, me iba a enviar por escrito, todo lo acontecido, junto con una solicitud que pensaba hacerme.
…
Después de algunos meses, Stella Maris, me escribe: Dani, mi querido amigo. Estoy aún tomándome un retiro en una zona rural, donde está ubicada la que fue la casa de mis abuelos maternos. Allí, después de unas cuantas caminatas y de escuchar música, fundamentalmente los valses y nocturnos de Chopin. No te sorprendas, que al igual que tú, además del heavy metal, me gusta la música clásica.
Bueno, aún sigo en la casa de mis abuelos. Tomé las vacaciones que me debían y solicité un permiso médico por mi estado depresivo. Mariano, mi actual pareja, ha estado viniendo todos los fines de semana para hacerme compañía y, esta última semana, ha acomodado todo en su empresa para quedarse conmigo el tiempo que haga falta. El permiso médico ya terminó y las vacaciones ya están a punto de concluir. Pero, desde la universidad, me hicieron saber que me quede el tiempo que sea necesario.
Tengo que decirte que no me siento del todo recuperada, pero he salido del pozo en el que estaba. Gracias a Mariano, que es un sol, he vuelto a reír. No es fácil, se murió alguien que era la hermana que no tuve.
Mi amiga acabó con su vida; pero antes de eso, me envió el escrito de todo lo que vivió en este último año, algo que conocía, por ser tan cercana y confidente de ella. Cada vez que me contaba las cosas que estaba haciendo, no podía parar de aconsejarle, de pedirle, de suplicarle, que detuviera todo eso. Pero ella estaba como enajenada y, a pesar de aceptar todas mis súplicas, sencillamente no podía sustraerse a la seducción que su amante ejercía sobre ella, y, la manera demencial en que las realizaba, sometiéndose a un tenebroso y oscuro proxeneta.
Lo que te voy a enviar es la historia que ella contó en ese largo y doloroso escrito que me llegó por correo, cuando ya todo había sucedido y nada pude hacer para evitarlo.
Espero que puedas entender y comprender todo este inmenso dolor que aún golpea mi alma.
Su carta inicial, donde cuenta todo lo que le había ocurrido hasta ese momento, haciendo Previamente un resumen de cómo había sido su vida al lado de Ramiro el único y verdadero amor de su vida, cuando sus hijos, partieron para estudiar en la universidad de una ciudad distante. El tiempo libre y cierta monotonía los llevó a intentar darle a sus vidas algo que los saque de la rutina.
En esta parte se nota una cierta inconsistencia en su narrativa, producto de su inestabilidad emocional, por cómo se había dado todo hasta ese momento, pero se entiende perfectamente.
Esta primera parte la escribió, cuando creyó, que había podido dar un primer paso para superar lo que la tenía totalmente doblegada.
La segunda parte la escribió cuando ya todo había acontecido y ya había tomado la terrible determinación.
Teniendo en cuenta su estado de absoluta alienación, por el dolor, la culpa y el remordimiento, su escrito, resultó caótico y de difícil lectura.
Debido a mi estado depresivo, por haber perdido a una amiga de toda la vida, y, te reitero, una hermana. Me resulta muy complicado poder ordenar dicho escrito.
Así, tal cual lo recibí, te lo enviaré por email en formato pdf
Mi reticencia a realizar las correcciones, forma y legibilidad, reside en la poca predisposición anímica que tengo para revivir toda esta secuencia de situaciones, que me harían volver a tener que sufrir otra recaída.
Quise buscar ayuda con gente conocida, pero sería dar a conocer la verdad de lo ocurrido. Por ahora, todo está visto como un accidente, el de Ramiro y, el de ella. Se cree que la maniobra que produjo el “accidente”fue producto de su estado emocional, por la pérdida de su marido.
Si aceptas el pedido, tratá de darle coherencia, forma y legibilidad; para que la historia, su versión de los hechos, quede de modo tal que algún día pueda ser leído por aquellos que quieran saber y conocer su verdad.
Algo sucedió en su mente, en su alma que le cambió la percepción de la realidad y que destruyó su vida, la de su marido y la de todos los que la queríamos, que no éramos pocos. Porque tanto ella como Ramiro eran personas amorosas llenas de bondad, dos seres maravillosos.
Te pido qué, cuando lo tengas listo, me lo envíes. Cualquier duda que pueda surgir consultarme por favor. Sé que vas a tener que echar mano a tu imaginación para cubrir algunos tramos de la carta que son confusos. Se que lo vas a hacer sin salirte de lo esencial del contenido de la misma y, que no se aleje de lo conceptualmente epistolar.
Por la temática, un tanto concupiscente. Si decides publicarla, en el sitio donde, con tu seudónimo de danny 52 o, en alguna otra página. Tendrás que darle a la historia un concepto narrativo distinto. Te suplico que, para ese propósito, cambies los nombres, la geografía, la época y cualquier detalle que pueda hacer alusión y dar referencias, que den alguna precisión, que puedan permitir ser identificado, estos acontecimientos y a los involucrados en los mismos.
A pesar de la distancia que nos separa y, de no conocernos personalmente, siempre hemos tenido el afecto que nos permite ser confidentes y hablamos sin tapujos de todo lo que nos sucede a nosotros y a nuestro entorno. En este convencimiento y en tu ya conocida discreción es que deposito en ti toda mi confianza.
Lo primero que te voy a enviar es, la historia de Samantha y la mía. Desde que nos conocimos en la escuela primaria, y que juntas llegamos hasta el inicio de la universidad, cuando por cuestiones que tienen que ver con las vocaciones, nos separamos , pero no por eso dejamos de ser lo que siempre fuimos, amigas y cómplices.
Con el respeto y la consideración de siempre, un beso inmenso para ti, mi querido amigo.
Stella Maris
…
Parte 2
Stela Maris
Con Samantha iniciamos nuestro primer año en la escuela que corresponde a nuestro distrito escolar, ubicada en el mismo barrio, ella vivía a algunas calles de mi casa, a esa edad, las distancias son inmensas. El maravilloso destino hizo que sin conocernos nos sentáramos en el mismo pupitre. Desde ese día fuimos inseparables, hasta que las vicisitudes de la vida nos pudo tener temporalmente separadas. Fuimos las hermanas que ni ella ni yo tuvimos, salvo hermanos, uno en su caso y dos en el mío y tanto en su caso como en el mio siendo niñas, nuestros hermanos, ya eran personas adultas. Éramos las consentidas de cada familia.
Tuvimos una infancia feliz de niñas alegres que, en la escuela, éramos convocadas cada vez que había que preparar una actuación alegórica, para alguna celebración de efemérides patria, ahí estábamos nosotras. Éramos dos mocosas caraduras que nos animábamos a todo.
Samantha (Sami) era, y siempre lo fue, una mujer preciosa, y, según decían (dicen) yo no le iba a la saga. Será por eso que, cuando empezamos la etapa de nuestros estudios secundarios, comenzamos a recibir todo tipo de insinuaciones, de algunos chicos sacados que se nos acercaban. En esa época no nos entusiasmaba tanto el tema chicos. Pero, en cuarto año, ya éramos señoritas de dieciséis, y muy bien dotadas. ¿Se entiende? Sí Dani: buenos culos y buenas tetas. Pero nosotras nos fijamos en los chicos más grandes y que estaban a punto de terminar ese periodo de formación. La primera en enganchar fui yo, que comencé a salir con Darío, un chico muy guapo que, a su vez, tenía un amigo de otro colegio que se llamaba Ramiro. Ramiro era un chico muy inteligente y desenvuelto, y con una personalidad acorde a su bagaje cultural, pero muy tímido con las chicas, a tal punto, que él no se levantó a Samantha, sino, que ella se lo levantó a él.
Despues de un tiempo, mi relación con Darío, el chico que salía conmigo, se terminó. Lo que no se terminó fue lo de Samantha y Ramiro. Digamos que Sami ya había tenido algunos escarceos con otros chicos, que no eran compañeros de estudios sino, que eran chicos que había conocido en las discotecas y, en fiestas, a las que solíamos concurrir y, generalmente, eran chicos que tenían algunos años más que nosotras.
En uno de esos escarceos fue que perdió la virginidad. Después salió con otros chicos, con los que también, con algunos de ellos, tuvo relaciones, hasta que apareció Ramiro. Después jamás se separaría de él.
Ella decía que Ramiro era el hombre perfecto; inteligente, culto, enamorado, tímido con las mujeres, y, a su vez, desenvuelto socialmente. Cada vez que había que enfrentar algún problema lo hacía él; con firmeza, temperamento y admirable solvencia, y, a su vez, comía de la mano de Samantha, que imponía siempre sus criterios por encima de los de él. Pero Samantha no tuvo ojos para ningún otro chico. Lo adoraba.
Digamos que Ramiro era alto, delgado, fibroso, bien musculado y guapisimo de cara.
Ramiro se había trasladado a una ciudad que está a más de cien kilómetros de distancia de la nuestra, porqué la facultad de ingeniería electrónica de ahí, era de un gran prestigio.
Él había rendido todas las materias que corresponden al segundo año y llevaba adelantada unas cuantas materias que corresponden al tercer año.
Cuando con Samantha terminamos los estudios secundarios; yo me incliné por la comunicación, y ella, por las ciencias económicas.
Con dieciocho años recién cumplidos, Samantha comenzó la universidad, en la misma universidad que cursaba Ramiro. Por una cuestión académica, seguro que no. Dos años, viéndose cada tanto con Ramiro, no lo soportó. Se fue a vivir con él.
Al cumplir Sami los diecinueve años, nació Nicolas. Los padres de Ramiro le prometieron soporte económico para que pueda hacerse cargo de la situación y no se distraiga en los estudios. Los padres de Samantha no eran tan pudientes, pero eran solventes y le pusieron dinero para poner una niñera y que no distrajera los estudios, más la cuota que recibía cada mes. pero era inevitable que sufriría un retraso, y, por decisión, más que por descuido, con veinte años cumplidos, fue mamá de Aurora. Cuando fue al parto ya tenía acordado, con el ginecólogo, ligarse las trompas de falopio. Inventaron una cesárea, y así pasó todo sin inconveniente. Nunca le comentó esto a Ramiro, que jamás se enteró de esta circunstancia. No podés ocultarle algo así a la persona que amás y puedo asegurar que Ramiro comía de la mano de ella, pero eso sí, ella vivía para él. Por eso, el ocultamiento, no tenía sentido.
Antes del tiempo que se estipula para el logro de alcanzar el título, Ramiro obtuvo el suyo y se quedó en la ciudad trabajando para una pyme tecnológica. Hasta que Samantha se recibió como licenciada en economía. Entonces volvieron a la ciudad, con sus pequeños, y Ramiro, con un importante cargo en una importante empresa de productos tecnológicos para equipamiento industrial. Es decir: una industria de industrias. La facturación de esta empresa era astronómica y eso se notaba en los ingresos de Ramiro y del resto del personal. Para trabajar en esa empresa había que superar altísimos estándares de capacitación y Ramiro cumplía con suficiencia esos requisitors.
Con el transcurrir de los años Samantha también logró ubicarse como directiva en una empresa comercial muy importante.
Los años transcurrieron entre el trabajo, el cuidado de los niños, los viajes de trabajo de ella y los viajes de trabajo de él.
Promediando la etapa secundaria de sus hijos, que ya habían ingresado a la adolescencia y no requerían de tanta atención o mejor dicho la atención ya no pasaba por estar encima de ellos todo el tiempo, sino que se tomaba desde otros criterios.
Esto permitió la posibilidad de salir a reunirse con amigos y de viajar juntos.
Al tiempo, sus hijos comenzaron la universidad en otra ciudad, y ahí, se encontraron con un tedio que lo combatieron asumiendo responsabilidades laborales que los tenían muy ocupados y, de esa manera, hacer más intensos los momentos de estar juntos y de poder disfrutarlos.
Ella, cuando se estabilizó como directiva, pudo acomodar sus horarios laborales para dar mejor atención al cuidado de sus hijos.
Cuando sus hijos ya no necesitaban tanta atención comenzó por asistir al gimnasio tres veces por semana, y así, adquirir una tonicidad muscular envidiable. Estaba mejor, aproximándose a los cuarenta, que cuando tenía veinte y, cuando tenía veinte, más de uno se daba vuelta para mirarla.
…..
En mi caso personal debo decir que también tuve mi ciclo de estudios y, a los veinticuatro años, como no tenía a mi novio estudiando en otra universidad, me recibí en nuestra ciudad como licenciada en la carrera de comunicación y, al poco tiempo, comencé a ejercer la docencia en dicha carrera y en la misma facultad. Durante bastante tiempo, formé parte del staff de producción de contenido, en programas de información de la televisión local.
Al igual que Sami, cuando recibí el diploma de licenciada en comunicación, lo hice con mis dos niños presente en el acto académico: Felipe y Julián.
Adrian, mi marido, por ese entonces era periodista en la radio y televisión local y editorializaba para dos agencias de noticias nacionales. Por aquellos años aún no habían aparecido las redes sociales.
Ni bien quedé embarazada nos casamos y me fui a vivir con él. A diferencia de Sami, yo tenía dos niñeras: mi madre y mi suegra. Después que nació Felipe y dos años más tarde Julián. Acordamos con Adrián realizarme la operación de ligadura de las trompas de falopio.
Los años vividos con Adrian fueron intensos y maravillosos. Teníamos proyectos para llevar adelante, y planes para realizarlos. Pero, en algún momento se frustraron, y comenzó la debacle en nuestra relación. Discusiones y peleas que nos llevaron a la separación. Era tan intenso nuestros momentos de intimidad que no pasaba una semana sin que nos citáramos en algún lugar para tener sexo. Esto nos llevó a reveer la separación y volvimos a estar juntos. La continuidad trajo nuevas desavenencias y peleas. Las discusiones nos llevaron de nuevo a la separación y, ante la posibilidad de volver a las citas sexuales, acordamos que no podíamos seguir. Nos merecíamos poder intentar rehacer nuestras vidas con otra parejas, donde la convivencia no sea tan complicada.
Adrian alquiló un departamento y le ayudé a amueblarlo, para que nuestros hijos tuvieran las comodidades necesarias, cuando tengan que estar con su padre.
Hasta que pudiera sufragar los gastos, que le significó toda esta movida; le dije que, por un tiempo, la cuota alimentaria de los chicos la utilice para ese fin.
Más adelante, él comenzó una relación con una joven muy bonita y talentosa periodista. La conozco, porque fue alumna mía.
Con nuestros hijos entrados en la adolescencia y cursando los últimos años de la educación media; comencé a tener tiempo libre para dedicárselo un poco a la distracción y el entretenimiento. Hace tiempo que conocía a Mariano, por ese entonces, él todavía estaba casado, así que nuestras citas eran totalmente clandestinas y, por no desatender a mis hijos, eran bastante espaciadas.
Cuando mis chicos ingresaron a la universidad Mariano dormía más en mi casa que en la de él.
Después de su divorcio formalizamos nuestra relación. El estaba al frente de una financiera con algunas sucursales. La posesión de esos bienes fue la razón de su difícil divorcio. Me fui a vivir con él. Por supuesto que mi situación económica cambió. Él preguntó sí ¿el trabajo en la productora de contenidos lo hacía por necesidad o por vocación? Le dije que, gracias a ese trabajo y, la generosa cuota alimentaria de Adrian, que se convirtió en jefe de redacción en un medio muy importante, pude criar y educar a mis hijos y hacer frente, junto con mi ex, de los gastos de la universidad de los chicos y, también, gracias a ese trabajo, ocurrió algo maravilloso; conocerte a ti. La docencia sí es vocacional. Me abrazó y mientras me besaba me dijo: yo estoy delegando responsabilidad para tener tiempo y poder estar contigo, te amo con toda mi alma, Stella.
Yo estaba aproximándome a los cuarenta años, y él, hacía un buen tiempo que había pasado la barrera de los cuarenta. Atractivo, cuidado, gimnasio mediante. Una persona serena y tranquila. Un amante maravilloso.
Por supuesto que dejé el trabajo en la productora.
Un buen día, con mucho tiempo a mi disposición, moviendo y sacudiendo algunas cosas, para así poder ayudar un poco. a la buena señora que, desde siempre viene diariamente para hacer la limpieza. Descubro una caja de reducidas dimensiones, como si fuera una suerte de relicario pero un poco más grande, y muy coquetamente forrada en terciopelo. Lo abro y descubro algunos viejos dvd y unos cuantos pendrive. Llamé a Rosario, le muestro la cajita y le pregunto: si ha estado siempre aquí. Me respondió que sí, lo que no conozco, me dijo, es el contenido. Es decir, no estaba oculto, simplemente que recién ahora yo los había descubierto. En cuanto Charo se retiró me fui a ver de qué se trataban esos pendrive. Pornografía de las más variadas. Podría decirse que por el tipo de vida que he llevado: trabajo, hijos, marido y luego amante. Había visto cosas así, solo al pasar, y siempre con alguna compañía: Adrián, amigas. Que me vieran mirando esos videos, me daba pudor.
Esa tarde sola, sin pudor alguno, y ya grandecita, me excité viendo esos videos, no te miento Dani, me pasé la tarde viendo esos videos. Cuando llegó Mariano, directamente, me lo violé.
¿Qué te pasa bebe?, me dijo, que un recibimiento así por una diosa como tú es algo que no me pasó nunca en mi matrimonio. Bueno, dijo: mi ex era una linda mujer pero tú superas todos los estándares. .
Nos pasamos, lo que quedaba de la tarde y, hasta altas horas de la noche, haciéndolo como conejos.
A la mañana del día siguiente me levanté, preparé el desayuno, lo serví. Algunas veces lo preparo yo y, otras veces lo prepara él, esta vez, me tocó a mí. Cuando Mariano entró a la cocina, me arrojé sobre él, lo besé con locura, con desesperación.
Todavía no habíamos tomado un solo sorbo de café y, sentada en una silla de la cocina, bajé su pantalón y comencé una enloquecida felatio. Después me fui al baño, me higienicé, volví a la cocina, tomé un vaso de jugo, me puse a untar las tostadas con mermelada y desayunamos.
Solo habíamos pronunciado unas pocas palabras, cuando lo tomé de la mano y lo hice sentar en el sillón.
Lo cabalgue cuál valquiria enloquecida, llevando al Valhalla, el alma de un héroes caídos en combate, y así, dejarlo en los aposentos del gran Odín. Solo me faltó la música de Wagner.
Este fue el inicio de un tiempo de locura. Al preguntarle por la colección de videos me respondió: que él, supo participar de muchas fiestas íntimas. Partuzas dije, mirándolo con sorna. Él me respondió: sí, y eso me llevó al divorcio y no pienso repetir, no podría soportar perderte a ti. Me moriría. Te amo demasiado. Pregunté: ¿tu ex no quiso saber nada?. Sí que quiso, me respondió, pero no entendió el juego terminó enamorándose de un tipo que una vez que la convirtió en su puta sumisa vino por el dinero. Pretendía el cincuenta por ciento de mi empresa. Pero lo vi venir y tomé mis precauciones. Lo único que me pudo sacar fueron algunas propiedades. Al poco tiempo, cuando quiso vender las propiedades, la muy estúpida se despertó. Lo mandó a la mierda. Al tiempo volvió. Le compré las propiedades, la habilité como socia minoritaria. Había sido mi esposa y le correspondía una mayor parte de los bienes gananciales. No iba a permitir que lo que le correspondía a ella fuera a parar a manos de ese sinvergüenza. Me dijo: no quiero el dinero, quiero volver con vos. Ya estábamos divorciados y yo me había enamorado de una diosa total y absoluta, es decir: me había enamorado de ti.
Lo miré y entonces le dije algo que lo cambió todo: —No estamos casados, es difícil que alguien se acerque a mí por algún interés económico. —No tengo miedo por eso, el temor que tengo es de perderte a ti, no al dinero, que va y viene.
—Estoy llegando a los cuarenta, y te puedo asegurar que, a esta altura sé muy bien lo que quiero, y te quiero a ti, de eso, no tengo dudas.
Todo había cambiado, esos videos despertaron dentro de mí, toda la lujuria.
No pasó mucho tiempo en visitar clubes de intercambio y todas las movidas habidas y por haber. A Mariano le excitaba verme hacerlo con otros y a mí me gustaba hacerlo con otros. Pero, El sexo con él era algo sublime, lo amaba y lo deseaba. Un buen día apareció un macho alfa, lo hablamos con Mariano y el tipo se convirtió en mi amo yo en su puta y Mariano, en un cornudo sumiso. Nos dimos un plazo de tres meses; llegado ese plazo veríamos la situación y, si estábamos de acuerdo seguíamos o cortabamos.
La idea de perder a Mariano me trastornaba. Mi “amo” me pegaba unas arremetidas brutales y le encantaba humillar a Mariano y yo no me prendía en ese juego, no me gustaba. La diversión no debía pasar por ahí. Una tarde llegó Mariano yo estaba sola y me sorprendió llorando. Le dije: no soporto que te humillen. Él me dijo que eso era parte del juego y que eso lo excitaba. A la semana siguiente, el macho alfa, se batió en retirada, vencido por mi inmenso amor por Mariano. No habían pasado más de tres semanas.
Luego Mariano me reveló, que la razón de la ruptura con su ex, fue por una experiencia similar. De a poco nos fuimos alejando de esa vida y no hay deseos de volver.
Ha pasado mucho tiempo, Mariano insistió y nos casamos. Nos amamos y es hermoso estar juntos. Cuando nos gana el tedio, lo único que tenemos que hacer es recordar algunas cosas que hicimos, que no fueron pocas y algunas están grabadas. Nos ponemos como locos y tenemos sexo como animales. Una vez sosegados, volvemos a nuestra rutina, y el tedio se fue al carajo.
Las que acabo de reflejar, en este escrito, es tan solo una pequeña parte, una breve y sucinta cronología de las cosas que realmente hicimos. De lo que estoy arrepentida y, es la razón de darte a conocer esa parte tan privada de mi vida, es por haberle contado estás aventuras sexuales a Samantha, Le conté todas y cada una de las aventuras que tuvimos con Mariano, que repito, no fueron pocas. Aunque ella lo haya negado, yo no puedo dejar de suponer que, desperté en ella, ese deseo de tener ese tipo de aventuras. Creo que fue así y, las consecuencias, han sido las más dolorosas.
Continuará
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