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Capítulo 6 -- Éxtasis
-Ya hemos comido todos y estamos ahí dentro jugando a las cartas, ¿no vais a venir? -preguntó Leticia extrañada.
-Es que a tu madre le han encantado mis masajes y me tiene aquí esclavizado.-se me ocurrió para salir del paso.
Nos reímos los tres.
Celia me lanzó una mirada de aprobación, como felicitándome por haber salido del paso ante la pregunta incriminadora de su hija.
Comenzó una conversación sin importancia entre Celia y Sofía, pero yo seguía a punto de explotar y con ganas de demostrarle a Celia que su seducción había funcionado y que seguía pudiendo poner cachondo a cualquiera, que el problema era de su marido y no de ella.
Queda mejor decir que lo que ocurrió a continuación lo hice para que Celia recuperara la confianza en su capacidad de seducción y no porque estaba tan caliente que no me funcionaba ni el sentido común.
-Tu madre flipa con los masajes que doy, debo tener un don para esto -dije comenzando un masaje en la espalda de Celia con mi mano izquierda.
Mientras ellas dos seguían hablando, con mi otra mano bajo el agua, empecé a acariciar el culo de Celia, el cual noté que se tensaba con el resto de su cuerpo por el imprevisto, ya que su hija seguía ahí al lado, de pie fuera de la piscina. Agarré sutilmente el tanga y lo aparté a un lado. Fruto de mi excitación, volví a sacarme la polla discretamente y la apoyé sobre el culo de Celia, buscando el ano, mientras con la otra mano fingía darle un masaje en la espalda. Muy lentamente fui introduciendo la polla dentro de su ano. Celia se reía nerviosa mientras hablaba con Sofía, sin saber muy bien qué decir ante la situación.
-En seguida iremos para allá, Leti. -dijo Celia despidiéndose de su hija.
-Nos vemos ahora! -añadí yo sonriente, con mi polla dentro en el ano de su madre.
-¿¡Tu eres gilipollas o que!? -me recriminó Celia girándose una vez volvimos a quedarnos solos. Me soltó una bofetada.
-Así de cachondo me pusiste, ¿no es lo que querías?
Volví a darle la vuelta y comencé a follarle el culo más rápido y sobre todo, más fuerte. Estábamos completamente arrimados al borde. Ella empotrada contra el muro de la piscina.
Colocó mis manos en sus tetas. Yo las agarré con fuerza.
-Pues ahora reviéntame entonces, ¿no? -me ordenó
Yo flipaba, estaba dándole con todas mis fuerzas, pero me seguía pidiendo más y más. Esta mujer era otro nivel, no era como las chicas de mi edad.
-Dime cosas guarras, dime cómo te he puesto de cachondo ahí arriba.
Como he ido diciendo, esta mujer no se callaba nunca. Creo que no pasamos ni 5 segundos seguidos follando callados, así que decidí entrar en su juego.
-Me has puesto tanto que antes pensé en irme al baño a pajearme pensando en tus tetas y cómo te sobresalía el coño por ese bañador enano.
-Jajaja, ¿y mi culo? ¿te gusta el hilito de zorra que me he puesto?
-Estaba deseando lamértelo todo.
-¿Te pongo más que mis hijas?
A esta mujer no le bastaba con que le follara el culo, tenía que hacerme un jodido cuestionario. Me estaban dando tremendas ganas de meterle la polla en la boca y que intentara seguir hablando y no pudiera hacerlo porque mi polla se lo impidiese.
-Si... -dije poco convencido recordando la de veces que me había tocado pensando en Sofía.
Empecé a follar aún más fuerte para intentar que no me preguntara nada más.
-Quiero saborear tu corrida -continuó-.Quiero notarla en mi boca.
-Dios mío. -gemí
-¡Dame más duro, joder! -insistió.
Yo ya no sabía qué más hacer, así que le di una bofetada. Esta mujer era insaciable.
-Ufff que rico joder. -respondió a mi bofetada-, ahora tírame del pelo.
Obecedí.
-Ahhh!, ahh!, ahhh!, ahhh! -gozaba la cincuentona al ritmo que yo le tiraba del pelo, le metía la polla por el culo y la empotraba contra el muro de la piscina. Por fin había conseguido estar al nivel de la intensidad que esta perra necesitaba.
-Me falta poco... -le avisé.
-¡Me voy a correr, no pares ahora ni de coña!.-me contestó ella dejando claro quien mandaba ahí.
Si toda la situación me tenía más caliente que nunca en mi vida, el comentario final de Celia supuso un terremoto interior con un inevitable desenlace, semen saliendo a toda presión de mi polla hacia el interior de su culo.
Mi orgasmo duró como 20 segundos, pero tenía que aguantar algo más para que ella también llegara a correrse. Me daba hasta miedo dejarla a medias con lo agresiva e impulsiva que era esa mujer.
Tras un minuto envuelto en una mezcla de dolor y placer, follándome a Celia mientras mi polla me suplicaba un descanso, noté como las piernas de Celia comenzaron a temblar.
Soltó un grito de placer que creo que nos pudieron oír desde todos los apartamentos del complejo.
Tras unos segundos, se giró, me dio un beso con exceso de lengua que cubrió más que mi boca, y me dijo dándome una palmadita:
-No has estado mal, ve a cambiarte anda.
Durante el resto del día aparentamos total normalidad, lo cual resultaba tremendamente extraño. Yo pasé la mayor parte del día con el móvil, a mi rollo y lo poco que interactué con Celia fue como si todo lo que pasó en la piscina hubiera sido fruto de mi imaginación.
Pasé algo más de tiempo con Sofía y Leticia, con las que me llevé bastante bien. Me llegué a replantear si podía haber llegado a tener algo con Sofía en un futuro, en caso de que no me hubiera follado a su madre. Me dio lástima, ya que era una chica que me gustaba mucho.
Al caer la noche, ya nos íbamos y nos despedimos de todos, uno por uno.
Cuando me fui a despedir de Celia me dio dos besos, se acercó a mi oído y me susurró:
-Me debes una corrida en la boca.
Me dio una bofetada amistosa y junto a Felipe y sus hijas se quedó observando cómo mis padres y yo nos marchábamos de vuelta a casa.
Capítulo 7 -- Un año después
Un año después de aquello, podría decir que yo no era el mismo. Seguramente 9 de cada 10 veces que me masturbaba, Celia estaba en mi cabeza. Las pocas veces que follé ese año también necesité tenerla en mi cabeza para poder disfrutar en condiciones. Al final, cuando has comido en el mejor restaurante del mundo, es mucho más difícil volver a comer las comidas precocinadas del supermercado.
Cuando mi madre anunció que Celia nos había invitado a pasar dos días en su apartamento no pude contener mi felicidad.
-¿Cómo es que tienes tantas ganas de ir? ¿es por que sabes que Sofía ahora está soltera?
Me reí, pero no respondí.
Era el momento, no tenía ni idea de qué iba a pasar, pero para lo bueno o para lo malo, estar cerca de Celia era algo que me apetecía más que nada en el mundo. Me preguntaba si alguien sabría lo que ocurrió. Si Celia se arrepentía o si al igual que yo deseaba repetir. ¿Cómo le habrían ido las cosas con Felipe después de aquello? ¿Tendría posibilidades de follarme a Sofía ahora que estaba soltera? ¿Cómo puedo pensar en tirarme a Sofía habiendo estado con su madre, qué me pasa?¿Y por qué me pone tanto la idea?
Nos habían invitado a pasar la noche. Por lo visto ese año habían abierto una nueva discoteca muy cerca del complejo de apartamentos y el plan era salir ahí por la noche.
La verdad es que el plan de ligar con Sofía se había vuelto mucho más factible ahora que estaba soltera y saldríamos de fiesta. Al fin y al cabo, tenía una cuenta pendiente con Sofía y a pesar de las circunstancias, eso no se me iba a quitar de la cabeza.
Cuando llegamos al apartamento me iba el corazón a mil. No tenía ni idea de cómo me iban a recibir. No sabía si sería incómodo para Celia ni si Felipe sabía que me había follado por el culo a su mujer. Por no hablar de si Sofía o Leticia sabían algo. ¿Y si todo el plan era una trampa para asesinarme por parte de la familia de Celia? Ya estaba delirando.
Finalmente, cuando nos abrieron la puerta, saludé a todos con absoluta normalidad y entablamos las primeras conversaciones cotidianas preguntando cómo había ido el año y qué tal nos iba a todos. Celia aparentó absoluta normalidad, fue cordial y no quiso hablar conmigo más de la cuenta. Me pareció la opción correcta para no llamar la atención.
Mis padres se quedaron en el salón charlando con Celia y Felipe. Las chicas me enseñaron la cama donde iba a dormir esa noche, una cama hinchable al lado de las camas de ellas, todas en la misma habitación. Parecía cómoda, les agradecí que la hubieran preparado ya.
Después nos despedimos de los padres y salimos los tres a tomar algo a un bar de la zona.
-Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo la otra vez. -Rompió el silencio Sofía una vez estábamos los tres sentados con una cerveza en la mano.
-Os recuerdo que estuvisteis todo el rato con el móvil hablando con vuestros novios.-dije riendo
-Bueno... es verdad. -intervino Leticia -.Vaya dos estúpidas creyendo en el amor.
-¿Salió mal la cosa? -me interesé.
-A mí me puso los cuernos en la puta discoteca de aquí al lado -respondió Leticia- y Sofi tuvo problemas porque a su novio no le gustaba que subiera fotos a las redes enseñando su cuerpo. ¡Que se vayan a la mierda!
Leticia estaba muy habladora y parecía una persona completamente distinta a la que conocí un año antes.
-Totalmente -respondí intentando ganarme su complicidad.
-¿Tú tampoco eres muy de novias por lo que veo en redes, no? -preguntó Sofía
-Estamos en edad de experimentar -respondí.
-Genial, porque esta noche salimos y tenemos que ligar los tres.
Tras varias cervezas y un paseo por la zona, volvimos al apartamento para comer.
Pasamos ahí la tarde, entre juegos de cartas y anécdotas, con tanta normalidad que la mayor parte del tiempo se me olvidaba que el año anterior había puesto a Celia contra la pared de la piscina hasta correrme dentro de su culo.
brutaaaaal. Todo un campeon....Buuuuffff.....!!!!! Brutallll... Intuyo que la noche acaba en trio... Primero la madre y luego las hijas; me da que al final vas a montartelo con las tres a la vez...
Un aplauso campeón...
woooow... ¡fantastico!Capítulo FINAL -- ¿Cornudo?
Sobre las dos y media de la mañana llegamos los tres al apartamento y, tratando de hacer el mínimo ruido posible, nos dirigimos a la habitación. Ellas no paraban de reír, ya que seguían totalmente borrachas. Yo estaba más bien en shock, intentando asumir lo que acababa de pasar. Haría poco menos de una hora que me había corrido sobre las nalgas de Sofía, pero no pude evitar desear continuar ahora en la habitación. No todos los días se presenta una oportunidad así.
Este deseo murió rápidamente, ya que nada más tumbarse en sus camas, ambas quedaron roncando como si llevaran meses sin dormir. Me tocaba conformarme con lo que había ocurrido en la discoteca, que no era poco. Decidí ir al baño a lavarme los dientes y quitarme el sabor a alcohol.
Salí de la habitación y me dirigí hacia el baño haciendo el mínimo ruido posible, pero al final del pasillo me encontré una figura que me estaba esperando, era Felipe.
-¿Felipe? -susurré para no despertar a nadie.
Sin decir nada me llevó hasta su habitación, donde estaba Celia tumbada en la cama, tapada hasta el cuello con las sábanas, pero despierta.
Mierda, mierda, mierda. No estaba seguro de si estaría enfadado debido a que un año antes me follé por el culo a su mujer o a que esa misma noche acababa de follarme a sus dos hijas en el baño de la discoteca. Fuera lo que fuera, era comprensible que quisiera matarme.
-Sé lo que pasó el año pasado en la piscina -dijo en un tono muy calmado. No parecía enfadado.
Yo le miré perplejo.
-Salvaste nuestra relación -continuó - .Esa misma noche, Celia no pudo aguantarlo y me confesó lo que había ocurrido. En un principio me sentí fatal, sentí que Celia me había faltado el respeto y que la situación era muy grave. Ella me fue explicando que yo hacía tiempo que no era capaz de complacerla, lo cual era cierto. Me explicó que necesitaba sentir a un hombre de verdad y que no era su intención hacerme daño. Le pedí que me contara los detalles para ver si lograba entender por qué yo no era capaz de complacerla y tú si. Entonces me explicó cómo te sedujo haciendo topless y enseñándote su coñito en aquel bikini tan pequeño. Me contó cómo te pidió que le pusieras crema para que te acercaras a su culo y cómo tú no pudiste resistir su tentación. Mientras me iba contando todos los detalles me di cuenta de que se me estaba poniendo muy dura. Yo estaba teniendo un problema de excitación, ¿sabes? Nuestra relación se estaba yendo a pique porque yo ya no era capaz de excitarme como antes y follármela como se merecía. Entonces ninguno de los dos podía quedar satisfecho sexualmente. Por eso digo que salvaste la relación. Ese día cambió todo para nosotros. Celia descubrió que otros hombres sí eran capaces de darle el placer que ella necesitaba. Por mi parte, yo descubrí que nada me ponía más cachondo que saber que otros hombres se follaban a mi mujer. Al final cada uno es como es. Tú eres un capullo que se folló a mi mujer en mi puta piscina, Celia es tan zorra que me puso los cuernos con un niño de 19 años y yo... yo me pongo cachondo cuando mi mujer se folla a otro. Por eso creemos que hoy podríamos ganar los tres.
-Quiere que me folles, cariño -intervino por fin Celia dirigiéndose a mí -. Quiere que follemos y que mañana le cuente todos los detalles de lo que hagamos. Sé que la situación puede ser intimidante para tí, pero se lo debes, te follaste a su mujer. -se río.
Felipe salió de la habitación y se fue a acostarse al sofá.
Celia se quitó las sábanas y se puso en pie frente a mí. Llevaba puesto un conjunto de lencería negra muy sexy. Se notaba que esto era algo que habían planeado con tiempo porque se habían esforzado en hacer que fuera lo más excitante posible para mí. Pensándolo mejor, probablemente la idea era que todo fuera lo más excitante posible para Felipe a la hora de escuchar la historia al día siguiente.
Celia estaba espectacular, aquel conjunto realzaba su pecho y cubría sensualmente sus piernas con medias de rejilla.
Me desnudé, me acerqué a ella y empezamos a besarnos. Yo coloqué ambas manos en su culo, mientras que ella acariciaba suavemente mi polla ya completamente dura.
La tumbé boca arriba sobre la cama y acerqué mi boca a su coño.
Decidí que esta vez lo disfrutaría más. La última vez ocurrió todo con impulsividad, pero esta vez no había prisa y podía tomarme mi tiempo en tocar y lamer todo su cuerpo. Además, cuanto más me lo currara, más lo agradecería después su marido.
Lentamente fui pasando mi lengua por los alrededores de su coñito maduro, realmente disfrutando de cada centímetro de contacto con su piel, como no lo había hecho nunca antes.
-Vienes caliente de la fiesta, ¿eh?
-Si...
Era imposible que supiera lo de la discoteca, por lo que no me alarmé.
Seguí comiéndole el coño durante unos minutos, mientras ella gemía en voz baja. Mientras, me iba diciendo cosas:
-No voy a negar que tenía muchas ganas de repetir contigo. Me he hinchado a follar este año, no te creas, pero el morbo de aquel día fue insuperable.
Sin tiempo para darme cuenta, me tumbó y pasó a ser ella la que paseaba su lengua por mi polla con movimientos que ninguna otra chica me había hecho antes.
-No sé si es que tienes más experiencia o es que eres una puta diosa o algo -le confesé.
Ella se río y se metió mi polla enterita en la boca.
Yo le acariciaba el pelo como señal de que me estaba gustando mucho. La verdad es que me activaba todas las zonas de mayor placer, se conocía todos los trucos y eso era de agradecer.
-Bueno, cariño, a ver si me das tan duro como la última vez.
La verdad es que era mucha presión porque aquella vez fui con todo y ahora mis huevos no estaban del todo recuperados de haberse corrido hacía cerca de una hora, pero realmente quería dar lo mejor de mí, ya que llevaba un año entero deseando estar en esa situación. Me vine un poco arriba y le dije:
-Vas a flipar.
Ella, como de costumbre, se descojonó. Impaciente, agarró mi polla y se la metió dentro con una facilidad brutal.
Mientras me la follaba empecé a pensar en cómo los coñitos de Sofi y Leti estaban mucho menos dilatados y me daban más placer.
<<¿Cómo puedo ser tan capullo de exigir más en esta situación?>> pensé.
Tras un buen rato follando, Celia se la sacó y dijo:
-Cariño, tenemos que hacer una cosa que le encanta a Felipe.
Sonriendo, me acercó un pie a la cara, cubierto parcialmente por las rejillas de sus medias.
-Venga, lámelo.
<<No es lo que buscaba, pero todo lo malo sea eso>> me dije a mí mismo.
Empecé a lamer con algo de inseguridad, pero poco a poco lo fui disfrutando más, hasta el punto de que no me parecía peor que lamerle las tetas. Celia hacía que cualquier cosa fuera sensual.
-¿Te gusta? -preguntó gimiendo.
-Me encanta.
-Pues ahora te toca flipar a ti.
Colocó ambos pies alrededor de mi polla y empezó a hacer unos movimientos perfectos, colocando los dedos de sus pies con precisión milimétrica en las zonas más sensibles del glande.
Me pilló tan de sorpresa que no pude evitar correrme pasados unos pocos segundos.
-¡No! Mierda, no sabía que te estaba gustando tanto. Podrías haberme avisado.
-Buf, perdona, ni yo mismo lo vi venir.
-Bueno -me dio un beso en la mejilla- espero que lo hayas disfrutado.
-Mucho, para tu edad lo tienes todo muy rico -dije con sinceridad.
Celia se molestó:
-¿Qué quieres decir? ¿Acaso prefieres a una niñita?
-No, joder, era un halago.
-Es que ahora parece que me follas porque con las de tu edad no puedes.
-Créeme que sí puedo.
-Pues a mí me da que no, chaval.
Su comentario me cabreó bastante, y esas estúpidas ganas de ganar la discusión me traicionaron:
-¿Que no? Pregúntale a Sofi a ver si puedo. O no, mejor pregúntale a Leti a ver que te dice.
Me llevé un buen y merecido bofetón.
-¿Que cojones estás diciendo?
Se levantó y fue corriendo a la habitación de las chicas. Yo la seguí, acojonado. Lo único que pasaba por mi mente en ese momento era que por favor ni mis padres ni Felipe se enterasen de nada. Por suerte, la casa era bastante grande y si conseguía calmarlas, podía evitar el desastre mayor.
-¡Niñas! -las despertó -. ¿Las dos? ¿Con este capullo?
Ellas aún borrachas se descojonaron. Yo, contagiado, me reí también y añadí:
-Esto mejor no se lo cuentes a Felipe.
Celia me miró enfadada, pero se notaba que le había hecho cierta gracia mi comentario.
-Eres un puto depravado. -dijo Celia
Mientras discutíamos, Sofi me bajó los pantalones y empezó a hacerme una paja muerta de risa. Yo no tenía intención de pararla, aunque ya me dolía un poco de tanta actividad.
-¡Sofi, joder! -le recriminó Celia.
-¡Me pido segun! -dijo Leti riendo cómplice con su hermana.
-Niñas, ¿qué cojones?
-Mamá, es una paja, no se va a morir nadie.
<<Si que es verdad que el alcohol las ponía cachondas, vaya locura>> pensé.
-Me toca -dijo Leti, llevándose mi polla a la boca.
-¡Ya está bien! ¿qué coño hacéis? y Leti, cariño -se río- así no se come una polla.
-A ver, enséñale -me vine arriba.
-No, chaval, no te flipes que esto no es un vídeo porno.
-Fuera de coñas, mami. ¿Cómo se hace bien?
-¿Me lo estás diciendo en serio?¿Tu te crees que esto es normal?
Leti continuó la mamada y yo empecé a gemir para demostrarle a Celia que esto no iba a parar.
-Venga, mamá, enséñanos -se animó Sofía.
Solo imaginaros mi situación mientras ocurría esta conversación entre madre e hija. Si no fuera porque me había corrido dos veces esa misma noche, me habría corrido ahí mismo solo de la excitación de ese momento.
-La hostia, Leti -suspiró Celia -trae anda.
Entonces comenzó a comérmela, mucho mejor que un rato antes en su habitación. Como si antes se hubiera estado guardando cosas y ahora realmente había decidido sacar todo su potencial.
-¿Ves?¿ves los movimientos con la lengua, cariño?
Yo solo podía pensar: <<Aguanta, por dios, aguanta, que esto dure lo máximo posible>>.
Leti le quitó mi polla a su madre y comenzó a poner en práctica lo aprendido. Debo decir que, aunque su madre era inimitable, se notaba la mejoría.
-Mejor, cariño.
Los siguientes minutos transcurrieron en un pique de Sofi y Leti tratando de ganarse la aprobación de su madre sobre su habilidad chupando penes.
Celia ya no mostraba desaprobación por la situación. No porque estuviera cachonda, sino que estaba concentradísima en ayudar a sus hijas con sus habilidades eróticas, sin pararse a pensar en lo rocambolesco de la situación, dadas las horas de la madrugada y la ilusión e interés mostrados por sus hijas.
Cuando terminó la lección sobre felación, la profesora Celia comenzó nuevas lecciones sobre cómo satisfacer a un hombre.
La situación era muy graciosa porque por un lado estaba Celia, totalmente concentrada y tomándose en serio las enseñanzas, y por otro lado, sus hijas se lo pasaban en grande sin parar de reír. Bueno y por el tercer lado estaba yo, gozándomelo.
Celia les enseñó cómo hacer mejor las pajas y cómo incorporar las tetas a la hora de hacerlas.
Cuando fue el turno de Sofi para masturbarme con sus tetas estuve a punto de correrme, ya que esas tetas eran mi debilidad, pero conseguí mantener el tipo porque necesitaba descubrir cuál iba a ser la siguiente lección impartida por Celia.
-Vale, niñas, este es mi secreto mejor guardado. Con esto vais a volver loco a cualquier tío -anunció Celia.
Mi corazón se aceleró.
-Primero, creas en su mente el deseo -dijo Celia acercando de nuevo a mi cara los pies que me habían hecho correrme unos minutos antes.
Me fue pasando los pies sensualmente por la cara, deteniéndose en mis labios. Mi cuerpo, sin consultarme, comenzó a lamerlos sutilmente, como víctimas de un conjuro invocado por Celia.
-Entonces cuando ves que ya has generado ese deseo, los colocas así sobre su polla y haces estos movimientos.
-Dios... -gemí.
-¡Hala que guay, déjame probar! -dijo Sofi.
Ambas hermanas repitieron el proceso de su madre, hasta que tuve que pararlas:
-No puedo más, me voy a correr.
-Quieto ahí -dijo Celia- tú me debes una corrida en la boca desde hace mucho tiempo.
-Es una larga historia -continuó Celia ante las miradas extrañadas de sus hijas.
Celia se puso de rodillas y me animó a terminar.
Sus dos hijas la imitaron.
Comencé a masturbarme mirando las tres caritas deseosas de mi semen.
Celia apartó mi mano y tomó el control sobre mi polla.
Las tres sacaron la lengua esperando recibir mi corrida.
En ese momento empecé a recordar todos los momentos en los que había deseado llenarles la cara de semen. Recordé todas las fotos subidas de tono que había visto de Sofía, recordé la primera vez que vi el coño de Celia sobresaliendo de su bikini. Los bailes en la discoteca, el sexo en el baño y aquella follada a Celia por el culo en la piscina.
Todos los pensamientos comenzaron a acelerar y a mezclarse con la imagen de sus caritas pidiendo que me corriera y exploté.
Dejé que saliera todo, no podía casi sostenerme en pie durante el orgasmo. Celia se llevó la mayor parte, pero en un hermoso acto de maternidad, apuntó mi polla a las bocas de sus hijas para dejarles probar.
Minutos después caí rendido en la cama, exhausto, pero orgulloso de haber cumplido todas mis fantasías.
Nunca se me iban a olvidar aquellos días de verano.
Mientras tenga un final feliz, lo que estimes más oportuno.¿Ideas para un nuevo relato? En este, como es casi mi primero, he tratado de incluir un poco de diferentes fantasías y pasar más tiempo narrando la acción que los previos. Ha servido un poco de calentamiento para tocar todos los palos. Para el siguiente me gustaría enfocarme más en un tema concreto y tratar mucho más a fondo los previos. Que haya que esperar más para la acción y haya muchas más ganas. Tengo varias ideas, puedo tirar por cuernos, incesto, dominación femenina, fetiche de pies (no sé si es tan popular) o una historia más normalita, pero bien detallada. ¿cuál creéis que gustaría mas?