ottot
Miembro muy activo
- Desde
- 7 Abr 2024
- Mensajes
- 98
- Reputación
- 631
Hace veinticinco años, (tenia 25 años) conocí a una mujer con la que descubrí una forma distinta de estar con alguien: sin compromisos, sin promesas, pero con una conexión sexual intensa. Entre nosotros había una complicidad silenciosa, una atracción que parecía no tener fin.
Nos gustaba escapar juntos a playas nudistas, donde el mar y el viento nos dejaban sin máscaras. Allí todo era natural. La piel, el sol, las miradas, la sensualidad… todo formaba parte de un mismo lenguaje. No necesitábamos hablar demasiado; bastaba con un gesto, una sonrisa o un roce para que el deseo hablara por los dos.
Con ello descubrimos muchas variantes sexuales y nos dejamos ir en muchismas situaciones morbosas y fantasias.
El tiempo pasó y cada uno siguió su vida. A veces pasaban meses, sin saber del otro, pero cuando volvíamos a encontrarnos, era como si nada hubiera cambiado. La chispa seguía ahí, intacta, esperando.
Durante años, incluso cuando yo tenía pareja, volvimos a cruzar esa línea que conocíamos de memoria. Volviamos a tener sexo secreto, a escondidas. Con ella fui infiel con mis ultimas dos parejas. No de forma continua pero si intermitente. Y cuando estaba solo volviamos a la relación de antes, de follamigos sin compromiso, donde nos contabamos otras historias sexuales que teniamos. No era rutina ni costumbre; era algo que simplemente ocurría.
Desde hace una década ella tiene pareja. Ya no ha vuelto a pasar nada entre nosotros, pero seguimos en contacto. Cada cierto tiempo nos escribimos, nos ponemos al dia y siempre acabamos hablando de los tiempos pasados y de como era el sexo enre nosotros, muy pocas veces nos tomamos un café a escondidas, hasta una vez fuimos a una playa nudista, donde yo me desnude y ella se quedo en bikini,...antes se hubiera desnudado, o una excursion de una mañana por el campo.
Si estamos en persona somos mas neutros, y guardamos las distancias pero si hablamos por mensaje todo acaba en recordar nuestras folladas. . Ella nunca corta el juego por washapp.
Esta semana volvió a suceder. Hablábamos por WhatsApp, y me confesó que mientras conversábamos recordaba cómo era estar conmigo en la cama. Yo, como otras veces, le pregunté si alguna vez le apetecería volver a dejarse llevar.
Sonrió —lo sé, aunque no la veía— y me respondió que no… pero también que, si un día quisiera, me lo diría.
Después de esas charlas, el silencio vuelve. Pasa un mes, a veces más. Pero volvemos al saludo, y la conversación sobre como era estar sexualmente juntos.
Siempre me quedo con la duda de que es lo que realmente quiero, porque yo siempre le soy muy sincero que me gustaria repetir aunque fura solo una vez mas. Siempre rie y se siente halagada.
Ahora pasamos los 50 y la rueda sigue girando una y otra vez....
¿Que opinas?
Nos gustaba escapar juntos a playas nudistas, donde el mar y el viento nos dejaban sin máscaras. Allí todo era natural. La piel, el sol, las miradas, la sensualidad… todo formaba parte de un mismo lenguaje. No necesitábamos hablar demasiado; bastaba con un gesto, una sonrisa o un roce para que el deseo hablara por los dos.
Con ello descubrimos muchas variantes sexuales y nos dejamos ir en muchismas situaciones morbosas y fantasias.
El tiempo pasó y cada uno siguió su vida. A veces pasaban meses, sin saber del otro, pero cuando volvíamos a encontrarnos, era como si nada hubiera cambiado. La chispa seguía ahí, intacta, esperando.
Durante años, incluso cuando yo tenía pareja, volvimos a cruzar esa línea que conocíamos de memoria. Volviamos a tener sexo secreto, a escondidas. Con ella fui infiel con mis ultimas dos parejas. No de forma continua pero si intermitente. Y cuando estaba solo volviamos a la relación de antes, de follamigos sin compromiso, donde nos contabamos otras historias sexuales que teniamos. No era rutina ni costumbre; era algo que simplemente ocurría.
Desde hace una década ella tiene pareja. Ya no ha vuelto a pasar nada entre nosotros, pero seguimos en contacto. Cada cierto tiempo nos escribimos, nos ponemos al dia y siempre acabamos hablando de los tiempos pasados y de como era el sexo enre nosotros, muy pocas veces nos tomamos un café a escondidas, hasta una vez fuimos a una playa nudista, donde yo me desnude y ella se quedo en bikini,...antes se hubiera desnudado, o una excursion de una mañana por el campo.
Si estamos en persona somos mas neutros, y guardamos las distancias pero si hablamos por mensaje todo acaba en recordar nuestras folladas. . Ella nunca corta el juego por washapp.
Esta semana volvió a suceder. Hablábamos por WhatsApp, y me confesó que mientras conversábamos recordaba cómo era estar conmigo en la cama. Yo, como otras veces, le pregunté si alguna vez le apetecería volver a dejarse llevar.
Sonrió —lo sé, aunque no la veía— y me respondió que no… pero también que, si un día quisiera, me lo diría.
Después de esas charlas, el silencio vuelve. Pasa un mes, a veces más. Pero volvemos al saludo, y la conversación sobre como era estar sexualmente juntos.
Siempre me quedo con la duda de que es lo que realmente quiero, porque yo siempre le soy muy sincero que me gustaria repetir aunque fura solo una vez mas. Siempre rie y se siente halagada.
Ahora pasamos los 50 y la rueda sigue girando una y otra vez....
¿Que opinas?