Todo sea por el Wifi

XtremMan

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12 Jun 2024
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Todo sea por el Wifi



Era una mañana de otoño, los chicos se habían ido a la escuela y mi marido a trabajar. Estaba sola como todas las mañanas, en las cuales aprovecho a limpiar y hacer mis cosas tranquila y a mi manera. Aunque recordé que esa mañana debía venir el técnico de la compañía de internet ya que hacía una semana que luego de una tormenta nos quedamos sin servicio.

No suelo dejar entrar a nadie a casa cuando no está mi marido porque siempre tuve temor, pero por suerte el técnico que iba a venir era un conocido de él. Y la verdad que tampoco quería estar más tiempo sin internet y siempre las visitas técnicas son de mañana.

Aproveché para darme una ducha rápida antes que venga el técnico aunque reconozco que no fue muy rápida ya que me gusta tomarme mi tiempo, depilarme, pasarme crema corporal y un poco de perfume. Justo cuando estaba terminando escucho el timbre, me pongo rápido la bombacha, la bata y miro para ver quién es. Era Javier, el técnico amigo de mi marido.

- Hola! Pasá! - Le respondí gritando desde la ventana y activando la cerradura automática.

Estaba en bata, pero no quería que se vaya por no atenderlo rápido, así que lo hice pasar y lo saludé con un beso sin darme cuenta que tenía aún todo el pelo mojado, mojándole así parte de su cara.

- Perdón! no me di cuenta. - Le dije de forma tímida.

- No hay problema! me contestó seguido de una risita de esas que ayudan a cortar lo tenso haciendo más amigable la conversación.

Sonriendo le digo que bajo la tele, en la mesita, estaba el equipo de internet y que mientras lo chequeaba me iba a cambiar.

- No hay problema, son 2 minutos, por lo que chequé antes de venir creo que es una tontería, solo se desconfiguró el router.- Me comentó.

- Bueno. Le respondí. (la verdad es que tampoco quería dejarlo solo ya que no era de tanta confianza para mí)

Me senté frente a él en el sillón, cruzando las piernas y cerrando mi bata mientras esperaba que terminé con la configuración.

No sé si por aburrida o qué, pero sin darme cuenta comencé a fijarme en el cuerpo de Javier, se lo veía fuerte, de gran espalda y brazos anchos. Vestía una camisa un poco desabotonada y un pantalón de gabardina bastante ajustado.

No doy detalles sobre mí, para que cada quien, pueda usar su imaginación o imagine a si misma, su pareja o alguna conocida. Aunque me considero una mujer promedio y si bien soy madre me considero joven y atractiva.

Volviendo al tema, no suelo ver otros hombres y jamás le sería infiel a mi marido, pero es verdad que ya hace un tiempo que en nuestra intimidad fantaseamos con hacerlo con alguien más y en esa situación nos calienta aunque no me creo capaz de llevarlo a cabo... o al menos eso creía.

La cuestión es que esas fantasías me llevaban a imaginar, cuando veía un hombre si estaría con él , como una especie de juego mental. Y la verdad es que si lo veía como alguien con quien podría al menos ser parte de mi fantasía. O nuestras fantasías debería decir.

Mis pensamientos son interrumpidos al ver al técnico que me miraba disimuladamente de reojo, que al darse cuenta que lo ví, me comentó que iba a llamar a la central para pedir una activación o algo así.

Esa situación más que molestarme o incomodarme por lo contrario me provocó cierto morbo. Recapitulemos, estoy sola recién bañada, encremada y perfumada, apenas tapando mi desnudez con una bata y sentada a metros de un extraño. Me sentí caliente y quería aprovechar la situación, para mí y porque no, quizás contarle a mi marido...

Me levanté a buscar un vaso de agua para ofrecerle a Javier y al agacharme para dejárselo sobre la mesa ratona se abre un poco mi bata y me siento en el sillón ahora sin cruzar mis piernas, incluso separándolas un poco mientras miraba la pantalla de mi celular.

Le respondo a mi marido, que me había enviado un mensaje, para saber si había venido el técnico.

- Si amor, está acá. Justo me estaba bañando cuando llegó. Cuando lo solucione te aviso.

Mientras estoy terminando de enviar el mensaje veo apenas sobre la pantalla de mi celular como Javier me miraba, ya no tan de reojo y con disimulo.

- Voy a buscar otro equipo a la camioneta. -Me dice el técnico prácticamente sin verme a la cara, como con cierta vergüenza.

- Si no hay problema, está la puerta abierta.- Le digo (mientras veo cuando se levanta como su entrepierna estaba bastante abultada. Será que eso lo provoqué yo? jaja. Me sentía sensual y con cierto poder)

La situación me estaba calentando cada vez más, sentía mis pezones duros y llevando una mano a mi entrepierna me doy cuenta que estaba bastante húmeda. En ese momento recordé que mi marido había instalado unas cámaras de seguridad para cuando no estábamos en casa y me asusté porque no sabía si estaban funcionando o si él podría estar viendo! En parte eso me asustó aunque también le agregaba cierto morbo a la situación.

Igual me di cuenta que al no haber internet las cámaras no podían transmitir nada, así que en lugar de parar con todo, me decidí a seguir con el juego y subir la apuesta. Antes de que vuelva a entrar Javier, rápidamente me saqué mi bombacha y la tiré bajó la mesa ratona, escondida, pero donde la pueda llegar a encontrar. Y levantando una pierna y apoyándola sobre la mesita me comencé lentamente a pintar las uñas de los pies.

El técnico vuelve y sigue con lo suyo, mientras en este punto yo estaba totalmente desnuda apenas cubierta con una bata la cual no podía tapar mucho teniendo una pierna levantada. Y menos aún para la vista de quien estaba a pocos metros agachado a la misma altura.

Yo me tomaba todo mi tiempo en pintarme mis uñas, cuando en ese momento veo que Javier se agacha mirando bajo la mesa. Creo que obviamente había encontrado mi prenda ya que, intentando disimular algo que era prácticamente imposible, veo que mantiene su mirada en mi, específicamente bajo mi bata, mientras "buscaba alguna de sus herramientas".

Aprovechando ese momento me dispongo a cambiar de pie, bajando el pie y subiendo rápidamente el otro, con un ligero movimiento que hizo caer un poco la bata ya dejando poco a la imaginación.

Su entrepierna parecía estar por explotar, eso me calentaba, el saber que yo lo ponía así. En ese momento sentí una cosquilla bajando por mi pierna, parecía un bicho, pero al llevar mi mano me doy cuenta que eran mis jugos que se deslizaban por mi pierna! Eso ya no era humedad, estaba más que mojada, empapada! la situación me había encendido por completo pero no solo no me animaba a hacer nada más, sino que pensé que todo había llegado demasiado lejos.

Javier me dice que ya estaba solucionado y ya había internet, que pruebe bien todo mientras el guardaba sus herramientas.

En ese momento le mando mensaje a mi marido avisándole que ya estaba solucionado todo.

Enseguida me responde diciendo: qué bueno! dale alguna propina a Javier y decile que gracias.

- No me dejaste plata, no tengo para darle propina.- Le contesto nuevamente.

A lo cual me responde: Uhh! bueno fijate sino alguna otra propina. Seguido de un emoji guiñando el ojo y el fueguito.

Por cierto, te queda lindo ese color de esmalte....

No puedo creerlo! me había estado viendo??? desde cuando había internet? que llegó a ver?? y lo más importante... me estaba incentivando a lo que yo creo??

No pude responderle más que un "OK", estaba confundida, no enojada sino que seguía caliente y no sabía cómo actuar o si debía seguir mis instintos.

Javier ya estaba con sus herramientas esperando en la puerta. Guardaste todas las herramientas? le digo mirándolo a los ojos y bajando mi mirada mientras mordía suavemente mi labio inferior.

Si, guardé todo. - Alcanza a decirme Javier.

En ese momento sin pensar, me acerco pegando mi cuerpo al suyo y bajando mi mano a su entrepierna y apretando suavemente con mis dedos por encima de su pantalón, intentando adivinar la figura de ese bulto le digo: y esta herramienta también la guardaste?

El dejó caer su maletín al suelo sin decir palabra alguna, mientras delicadamente desataba mi bata dejándola caer al piso dejándome completamente desnuda ante su vista. Yo había hecho lo propio con su cinturón dejando caer su pesado pantalón quedando en bóxer ante mí.

Yo solo me dispuse a frotar ese miembro por sobre la prenda, sin saber si había llegado demasiado lejos o como aquello podía terminar y en cierto modo me frenaba la culpa. Él, por su lado, ya tenía una mano sobre mis pechos jugando suavemente con mis pezones que estaban duros como roca mientras con la otra mano acariciaba mi vagina, jugando con leves movimientos sobre mi clítoris para luego intentar meter uno de sus grandes y gruesos dedos, el cual entró deslizándose suavemente sin ningún impedimento debido a lo mojada que estaba. Solo cerré mis ojos, echando mi cabeza hacia atrás y sosteniéndome de sus hombros para que aquella hermosa sensación de placer que aflojaba mis piernas no me deje caer.

Así estuvo un largo rato, jugando con uno y luego con dos dedos dentro de mí, sentía como entraban y salían mientras su boca chupaba y mordía dulcemente mis pezones alternando entre ambos. Solo se escuchaba su fuerte respiración, sus dedos penetrándome ( ya no sabía si eran 2 o 3, solo que eran gruesos y sentía como abrían mi concha pero sin provocarme ningún dolor, solo espasmos y gemidos que no podía controlar aunque lo intentara).

Tuve un momento de cordura o culpa, no sé. Pero creí que si eso continuaba así, luego me podría arrepentir. No sé hasta qué punto mi marido lo pueda comprender. Nos estaría viendo?

Había una forma de terminar la situación bien, así que me dejé caer de rodillas frente a Javier y bajando lentamente su bóxer saltó su enorme pene como si de un resorte se tratase, golpeando incluso un poco mi cara. Aquello era grande, quizás no muy largo, pero grueso, duro y venoso, con un gran glande rojo y brillante por su liquido pre seminal el cual al tomarlo con mis manos y apretarlo comenzaba a deslizar una gota sobre mis dedos.

Comencé a masturbarlo moviendo mis manos como sé, ya que me considero muy buena dando placer a un hombre (bueno al menos a MI hombre, quien en varias ocasiones me dijo que era excelente). Mi plan era que acabe y así dar por finalizada mi "propina", disfrutando ambos, sin llegar a algo más.. después vería como aplacar mi calentura, ya que, si bien sus dedos me habían provocado más de un orgasmo, aún sentía fuego en mi interior.

Mi plan no estaba dando resultado, hacía varios minutos que lo masturbaba y sabia que necesitaba el plan B. Así fue como me abalancé ante esa enorme verga abriendo mi boca intentando saborear cada centímetro, aunque era difícil. Comencé a chuparla como si del caramelo más rico se tratara y así hacer que acabe lo antes posible. El plan estaba funcionando, ahora era él quien no paraba de gemir y tirar su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y poniendo duras sus piernas. Estaba en mi poder jajaja y sabía que iba a acabar en cualquier momento, su pene estaba durísimo al igual que sus huevos, y mirando a la cámara de seguridad, (como si fuera mi marido) apuré mis movimientos jugando también con mi lengua sobre aquel caliente glande. En ese momento sin avisarme siento un primer chorro de semen en mi boca, sacando rápidamente su pija de mi boca y continuando masturbándolo comienza a acabar sobre mí, siento un par de chorros golpeando mis labios y cara y luego mis pechos para terminar acabando sobre mi panza. La verdad que el semen no es algo que me guste, pero el primer chorro que llegó a mi boca la verdad que no me había disgustado.

El agradeció, se acomodó sus prendas y se retiró dejándome completamente desnuda y totalmente cubierta de semen. La situación me había enloquecido y no sé si el sentirme llena de semen, con ese olor, o el que mi marido me haya podido ver o incluso me esté viendo me hizo llevarme mis manos a mi vagina ubicándome de frente a aquella cámara y dándome ese placer que necesitaba, incluso se me dió por mirar a la cámara dando un guiño y tomé con mis dedos otro poco de semen que estaba sobre mis pechos y los metí en mi boca, para finalmente pajearme como nunca logrando un gran orgasmo. Aunque más necesitaba la verga de mi marido para apagar mi fuego...
 
Todo sea por el Wifi



Era una mañana de otoño, los chicos se habían ido a la escuela y mi marido a trabajar. Estaba sola como todas las mañanas, en las cuales aprovecho a limpiar y hacer mis cosas tranquila y a mi manera. Aunque recordé que esa mañana debía venir el técnico de la compañía de internet ya que hacía una semana que luego de una tormenta nos quedamos sin servicio.

No suelo dejar entrar a nadie a casa cuando no está mi marido porque siempre tuve temor, pero por suerte el técnico que iba a venir era un conocido de él. Y la verdad que tampoco quería estar más tiempo sin internet y siempre las visitas técnicas son de mañana.

Aproveché para darme una ducha rápida antes que venga el técnico aunque reconozco que no fue muy rápida ya que me gusta tomarme mi tiempo, depilarme, pasarme crema corporal y un poco de perfume. Justo cuando estaba terminando escucho el timbre, me pongo rápido la bombacha, la bata y miro para ver quién es. Era Javier, el técnico amigo de mi marido.

- Hola! Pasá! - Le respondí gritando desde la ventana y activando la cerradura automática.

Estaba en bata, pero no quería que se vaya por no atenderlo rápido, así que lo hice pasar y lo saludé con un beso sin darme cuenta que tenía aún todo el pelo mojado, mojándole así parte de su cara.

- Perdón! no me di cuenta. - Le dije de forma tímida.

- No hay problema! me contestó seguido de una risita de esas que ayudan a cortar lo tenso haciendo más amigable la conversación.

Sonriendo le digo que bajo la tele, en la mesita, estaba el equipo de internet y que mientras lo chequeaba me iba a cambiar.

- No hay problema, son 2 minutos, por lo que chequé antes de venir creo que es una tontería, solo se desconfiguró el router.- Me comentó.

- Bueno. Le respondí. (la verdad es que tampoco quería dejarlo solo ya que no era de tanta confianza para mí)

Me senté frente a él en el sillón, cruzando las piernas y cerrando mi bata mientras esperaba que terminé con la configuración.

No sé si por aburrida o qué, pero sin darme cuenta comencé a fijarme en el cuerpo de Javier, se lo veía fuerte, de gran espalda y brazos anchos. Vestía una camisa un poco desabotonada y un pantalón de gabardina bastante ajustado.

No doy detalles sobre mí, para que cada quien, pueda usar su imaginación o imagine a si misma, su pareja o alguna conocida. Aunque me considero una mujer promedio y si bien soy madre me considero joven y atractiva.

Volviendo al tema, no suelo ver otros hombres y jamás le sería infiel a mi marido, pero es verdad que ya hace un tiempo que en nuestra intimidad fantaseamos con hacerlo con alguien más y en esa situación nos calienta aunque no me creo capaz de llevarlo a cabo... o al menos eso creía.

La cuestión es que esas fantasías me llevaban a imaginar, cuando veía un hombre si estaría con él , como una especie de juego mental. Y la verdad es que si lo veía como alguien con quien podría al menos ser parte de mi fantasía. O nuestras fantasías debería decir.

Mis pensamientos son interrumpidos al ver al técnico que me miraba disimuladamente de reojo, que al darse cuenta que lo ví, me comentó que iba a llamar a la central para pedir una activación o algo así.

Esa situación más que molestarme o incomodarme por lo contrario me provocó cierto morbo. Recapitulemos, estoy sola recién bañada, encremada y perfumada, apenas tapando mi desnudez con una bata y sentada a metros de un extraño. Me sentí caliente y quería aprovechar la situación, para mí y porque no, quizás contarle a mi marido...

Me levanté a buscar un vaso de agua para ofrecerle a Javier y al agacharme para dejárselo sobre la mesa ratona se abre un poco mi bata y me siento en el sillón ahora sin cruzar mis piernas, incluso separándolas un poco mientras miraba la pantalla de mi celular.

Le respondo a mi marido, que me había enviado un mensaje, para saber si había venido el técnico.

- Si amor, está acá. Justo me estaba bañando cuando llegó. Cuando lo solucione te aviso.

Mientras estoy terminando de enviar el mensaje veo apenas sobre la pantalla de mi celular como Javier me miraba, ya no tan de reojo y con disimulo.

- Voy a buscar otro equipo a la camioneta. -Me dice el técnico prácticamente sin verme a la cara, como con cierta vergüenza.

- Si no hay problema, está la puerta abierta.- Le digo (mientras veo cuando se levanta como su entrepierna estaba bastante abultada. Será que eso lo provoqué yo? jaja. Me sentía sensual y con cierto poder)

La situación me estaba calentando cada vez más, sentía mis pezones duros y llevando una mano a mi entrepierna me doy cuenta que estaba bastante húmeda. En ese momento recordé que mi marido había instalado unas cámaras de seguridad para cuando no estábamos en casa y me asusté porque no sabía si estaban funcionando o si él podría estar viendo! En parte eso me asustó aunque también le agregaba cierto morbo a la situación.

Igual me di cuenta que al no haber internet las cámaras no podían transmitir nada, así que en lugar de parar con todo, me decidí a seguir con el juego y subir la apuesta. Antes de que vuelva a entrar Javier, rápidamente me saqué mi bombacha y la tiré bajó la mesa ratona, escondida, pero donde la pueda llegar a encontrar. Y levantando una pierna y apoyándola sobre la mesita me comencé lentamente a pintar las uñas de los pies.

El técnico vuelve y sigue con lo suyo, mientras en este punto yo estaba totalmente desnuda apenas cubierta con una bata la cual no podía tapar mucho teniendo una pierna levantada. Y menos aún para la vista de quien estaba a pocos metros agachado a la misma altura.

Yo me tomaba todo mi tiempo en pintarme mis uñas, cuando en ese momento veo que Javier se agacha mirando bajo la mesa. Creo que obviamente había encontrado mi prenda ya que, intentando disimular algo que era prácticamente imposible, veo que mantiene su mirada en mi, específicamente bajo mi bata, mientras "buscaba alguna de sus herramientas".

Aprovechando ese momento me dispongo a cambiar de pie, bajando el pie y subiendo rápidamente el otro, con un ligero movimiento que hizo caer un poco la bata ya dejando poco a la imaginación.

Su entrepierna parecía estar por explotar, eso me calentaba, el saber que yo lo ponía así. En ese momento sentí una cosquilla bajando por mi pierna, parecía un bicho, pero al llevar mi mano me doy cuenta que eran mis jugos que se deslizaban por mi pierna! Eso ya no era humedad, estaba más que mojada, empapada! la situación me había encendido por completo pero no solo no me animaba a hacer nada más, sino que pensé que todo había llegado demasiado lejos.

Javier me dice que ya estaba solucionado y ya había internet, que pruebe bien todo mientras el guardaba sus herramientas.

En ese momento le mando mensaje a mi marido avisándole que ya estaba solucionado todo.

Enseguida me responde diciendo: qué bueno! dale alguna propina a Javier y decile que gracias.

- No me dejaste plata, no tengo para darle propina.- Le contesto nuevamente.

A lo cual me responde: Uhh! bueno fijate sino alguna otra propina. Seguido de un emoji guiñando el ojo y el fueguito.

Por cierto, te queda lindo ese color de esmalte....

No puedo creerlo! me había estado viendo??? desde cuando había internet? que llegó a ver?? y lo más importante... me estaba incentivando a lo que yo creo??

No pude responderle más que un "OK", estaba confundida, no enojada sino que seguía caliente y no sabía cómo actuar o si debía seguir mis instintos.

Javier ya estaba con sus herramientas esperando en la puerta. Guardaste todas las herramientas? le digo mirándolo a los ojos y bajando mi mirada mientras mordía suavemente mi labio inferior.

Si, guardé todo. - Alcanza a decirme Javier.

En ese momento sin pensar, me acerco pegando mi cuerpo al suyo y bajando mi mano a su entrepierna y apretando suavemente con mis dedos por encima de su pantalón, intentando adivinar la figura de ese bulto le digo: y esta herramienta también la guardaste?

El dejó caer su maletín al suelo sin decir palabra alguna, mientras delicadamente desataba mi bata dejándola caer al piso dejándome completamente desnuda ante su vista. Yo había hecho lo propio con su cinturón dejando caer su pesado pantalón quedando en bóxer ante mí.

Yo solo me dispuse a frotar ese miembro por sobre la prenda, sin saber si había llegado demasiado lejos o como aquello podía terminar y en cierto modo me frenaba la culpa. Él, por su lado, ya tenía una mano sobre mis pechos jugando suavemente con mis pezones que estaban duros como roca mientras con la otra mano acariciaba mi vagina, jugando con leves movimientos sobre mi clítoris para luego intentar meter uno de sus grandes y gruesos dedos, el cual entró deslizándose suavemente sin ningún impedimento debido a lo mojada que estaba. Solo cerré mis ojos, echando mi cabeza hacia atrás y sosteniéndome de sus hombros para que aquella hermosa sensación de placer que aflojaba mis piernas no me deje caer.

Así estuvo un largo rato, jugando con uno y luego con dos dedos dentro de mí, sentía como entraban y salían mientras su boca chupaba y mordía dulcemente mis pezones alternando entre ambos. Solo se escuchaba su fuerte respiración, sus dedos penetrándome ( ya no sabía si eran 2 o 3, solo que eran gruesos y sentía como abrían mi concha pero sin provocarme ningún dolor, solo espasmos y gemidos que no podía controlar aunque lo intentara).

Tuve un momento de cordura o culpa, no sé. Pero creí que si eso continuaba así, luego me podría arrepentir. No sé hasta qué punto mi marido lo pueda comprender. Nos estaría viendo?

Había una forma de terminar la situación bien, así que me dejé caer de rodillas frente a Javier y bajando lentamente su bóxer saltó su enorme pene como si de un resorte se tratase, golpeando incluso un poco mi cara. Aquello era grande, quizás no muy largo, pero grueso, duro y venoso, con un gran glande rojo y brillante por su liquido pre seminal el cual al tomarlo con mis manos y apretarlo comenzaba a deslizar una gota sobre mis dedos.

Comencé a masturbarlo moviendo mis manos como sé, ya que me considero muy buena dando placer a un hombre (bueno al menos a MI hombre, quien en varias ocasiones me dijo que era excelente). Mi plan era que acabe y así dar por finalizada mi "propina", disfrutando ambos, sin llegar a algo más.. después vería como aplacar mi calentura, ya que, si bien sus dedos me habían provocado más de un orgasmo, aún sentía fuego en mi interior.

Mi plan no estaba dando resultado, hacía varios minutos que lo masturbaba y sabia que necesitaba el plan B. Así fue como me abalancé ante esa enorme verga abriendo mi boca intentando saborear cada centímetro, aunque era difícil. Comencé a chuparla como si del caramelo más rico se tratara y así hacer que acabe lo antes posible. El plan estaba funcionando, ahora era él quien no paraba de gemir y tirar su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y poniendo duras sus piernas. Estaba en mi poder jajaja y sabía que iba a acabar en cualquier momento, su pene estaba durísimo al igual que sus huevos, y mirando a la cámara de seguridad, (como si fuera mi marido) apuré mis movimientos jugando también con mi lengua sobre aquel caliente glande. En ese momento sin avisarme siento un primer chorro de semen en mi boca, sacando rápidamente su pija de mi boca y continuando masturbándolo comienza a acabar sobre mí, siento un par de chorros golpeando mis labios y cara y luego mis pechos para terminar acabando sobre mi panza. La verdad que el semen no es algo que me guste, pero el primer chorro que llegó a mi boca la verdad que no me había disgustado.

El agradeció, se acomodó sus prendas y se retiró dejándome completamente desnuda y totalmente cubierta de semen. La situación me había enloquecido y no sé si el sentirme llena de semen, con ese olor, o el que mi marido me haya podido ver o incluso me esté viendo me hizo llevarme mis manos a mi vagina ubicándome de frente a aquella cámara y dándome ese placer que necesitaba, incluso se me dió por mirar a la cámara dando un guiño y tomé con mis dedos otro poco de semen que estaba sobre mis pechos y los metí en mi boca, para finalmente pajearme como nunca logrando un gran orgasmo. Aunque más necesitaba la verga de mi marido para apagar mi fuego...
Yo no me hubiese quedado con las ganas de follarte ese coño
 
Todo sea por el Wifi



Era una mañana de otoño, los chicos se habían ido a la escuela y mi marido a trabajar. Estaba sola como todas las mañanas, en las cuales aprovecho a limpiar y hacer mis cosas tranquila y a mi manera. Aunque recordé que esa mañana debía venir el técnico de la compañía de internet ya que hacía una semana que luego de una tormenta nos quedamos sin servicio.

No suelo dejar entrar a nadie a casa cuando no está mi marido porque siempre tuve temor, pero por suerte el técnico que iba a venir era un conocido de él. Y la verdad que tampoco quería estar más tiempo sin internet y siempre las visitas técnicas son de mañana.

Aproveché para darme una ducha rápida antes que venga el técnico aunque reconozco que no fue muy rápida ya que me gusta tomarme mi tiempo, depilarme, pasarme crema corporal y un poco de perfume. Justo cuando estaba terminando escucho el timbre, me pongo rápido la bombacha, la bata y miro para ver quién es. Era Javier, el técnico amigo de mi marido.

- Hola! Pasá! - Le respondí gritando desde la ventana y activando la cerradura automática.

Estaba en bata, pero no quería que se vaya por no atenderlo rápido, así que lo hice pasar y lo saludé con un beso sin darme cuenta que tenía aún todo el pelo mojado, mojándole así parte de su cara.

- Perdón! no me di cuenta. - Le dije de forma tímida.

- No hay problema! me contestó seguido de una risita de esas que ayudan a cortar lo tenso haciendo más amigable la conversación.

Sonriendo le digo que bajo la tele, en la mesita, estaba el equipo de internet y que mientras lo chequeaba me iba a cambiar.

- No hay problema, son 2 minutos, por lo que chequé antes de venir creo que es una tontería, solo se desconfiguró el router.- Me comentó.

- Bueno. Le respondí. (la verdad es que tampoco quería dejarlo solo ya que no era de tanta confianza para mí)

Me senté frente a él en el sillón, cruzando las piernas y cerrando mi bata mientras esperaba que terminé con la configuración.

No sé si por aburrida o qué, pero sin darme cuenta comencé a fijarme en el cuerpo de Javier, se lo veía fuerte, de gran espalda y brazos anchos. Vestía una camisa un poco desabotonada y un pantalón de gabardina bastante ajustado.

No doy detalles sobre mí, para que cada quien, pueda usar su imaginación o imagine a si misma, su pareja o alguna conocida. Aunque me considero una mujer promedio y si bien soy madre me considero joven y atractiva.

Volviendo al tema, no suelo ver otros hombres y jamás le sería infiel a mi marido, pero es verdad que ya hace un tiempo que en nuestra intimidad fantaseamos con hacerlo con alguien más y en esa situación nos calienta aunque no me creo capaz de llevarlo a cabo... o al menos eso creía.

La cuestión es que esas fantasías me llevaban a imaginar, cuando veía un hombre si estaría con él , como una especie de juego mental. Y la verdad es que si lo veía como alguien con quien podría al menos ser parte de mi fantasía. O nuestras fantasías debería decir.

Mis pensamientos son interrumpidos al ver al técnico que me miraba disimuladamente de reojo, que al darse cuenta que lo ví, me comentó que iba a llamar a la central para pedir una activación o algo así.

Esa situación más que molestarme o incomodarme por lo contrario me provocó cierto morbo. Recapitulemos, estoy sola recién bañada, encremada y perfumada, apenas tapando mi desnudez con una bata y sentada a metros de un extraño. Me sentí caliente y quería aprovechar la situación, para mí y porque no, quizás contarle a mi marido...

Me levanté a buscar un vaso de agua para ofrecerle a Javier y al agacharme para dejárselo sobre la mesa ratona se abre un poco mi bata y me siento en el sillón ahora sin cruzar mis piernas, incluso separándolas un poco mientras miraba la pantalla de mi celular.

Le respondo a mi marido, que me había enviado un mensaje, para saber si había venido el técnico.

- Si amor, está acá. Justo me estaba bañando cuando llegó. Cuando lo solucione te aviso.

Mientras estoy terminando de enviar el mensaje veo apenas sobre la pantalla de mi celular como Javier me miraba, ya no tan de reojo y con disimulo.

- Voy a buscar otro equipo a la camioneta. -Me dice el técnico prácticamente sin verme a la cara, como con cierta vergüenza.

- Si no hay problema, está la puerta abierta.- Le digo (mientras veo cuando se levanta como su entrepierna estaba bastante abultada. Será que eso lo provoqué yo? jaja. Me sentía sensual y con cierto poder)

La situación me estaba calentando cada vez más, sentía mis pezones duros y llevando una mano a mi entrepierna me doy cuenta que estaba bastante húmeda. En ese momento recordé que mi marido había instalado unas cámaras de seguridad para cuando no estábamos en casa y me asusté porque no sabía si estaban funcionando o si él podría estar viendo! En parte eso me asustó aunque también le agregaba cierto morbo a la situación.

Igual me di cuenta que al no haber internet las cámaras no podían transmitir nada, así que en lugar de parar con todo, me decidí a seguir con el juego y subir la apuesta. Antes de que vuelva a entrar Javier, rápidamente me saqué mi bombacha y la tiré bajó la mesa ratona, escondida, pero donde la pueda llegar a encontrar. Y levantando una pierna y apoyándola sobre la mesita me comencé lentamente a pintar las uñas de los pies.

El técnico vuelve y sigue con lo suyo, mientras en este punto yo estaba totalmente desnuda apenas cubierta con una bata la cual no podía tapar mucho teniendo una pierna levantada. Y menos aún para la vista de quien estaba a pocos metros agachado a la misma altura.

Yo me tomaba todo mi tiempo en pintarme mis uñas, cuando en ese momento veo que Javier se agacha mirando bajo la mesa. Creo que obviamente había encontrado mi prenda ya que, intentando disimular algo que era prácticamente imposible, veo que mantiene su mirada en mi, específicamente bajo mi bata, mientras "buscaba alguna de sus herramientas".

Aprovechando ese momento me dispongo a cambiar de pie, bajando el pie y subiendo rápidamente el otro, con un ligero movimiento que hizo caer un poco la bata ya dejando poco a la imaginación.

Su entrepierna parecía estar por explotar, eso me calentaba, el saber que yo lo ponía así. En ese momento sentí una cosquilla bajando por mi pierna, parecía un bicho, pero al llevar mi mano me doy cuenta que eran mis jugos que se deslizaban por mi pierna! Eso ya no era humedad, estaba más que mojada, empapada! la situación me había encendido por completo pero no solo no me animaba a hacer nada más, sino que pensé que todo había llegado demasiado lejos.

Javier me dice que ya estaba solucionado y ya había internet, que pruebe bien todo mientras el guardaba sus herramientas.

En ese momento le mando mensaje a mi marido avisándole que ya estaba solucionado todo.

Enseguida me responde diciendo: qué bueno! dale alguna propina a Javier y decile que gracias.

- No me dejaste plata, no tengo para darle propina.- Le contesto nuevamente.

A lo cual me responde: Uhh! bueno fijate sino alguna otra propina. Seguido de un emoji guiñando el ojo y el fueguito.

Por cierto, te queda lindo ese color de esmalte....

No puedo creerlo! me había estado viendo??? desde cuando había internet? que llegó a ver?? y lo más importante... me estaba incentivando a lo que yo creo??

No pude responderle más que un "OK", estaba confundida, no enojada sino que seguía caliente y no sabía cómo actuar o si debía seguir mis instintos.

Javier ya estaba con sus herramientas esperando en la puerta. Guardaste todas las herramientas? le digo mirándolo a los ojos y bajando mi mirada mientras mordía suavemente mi labio inferior.

Si, guardé todo. - Alcanza a decirme Javier.

En ese momento sin pensar, me acerco pegando mi cuerpo al suyo y bajando mi mano a su entrepierna y apretando suavemente con mis dedos por encima de su pantalón, intentando adivinar la figura de ese bulto le digo: y esta herramienta también la guardaste?

El dejó caer su maletín al suelo sin decir palabra alguna, mientras delicadamente desataba mi bata dejándola caer al piso dejándome completamente desnuda ante su vista. Yo había hecho lo propio con su cinturón dejando caer su pesado pantalón quedando en bóxer ante mí.

Yo solo me dispuse a frotar ese miembro por sobre la prenda, sin saber si había llegado demasiado lejos o como aquello podía terminar y en cierto modo me frenaba la culpa. Él, por su lado, ya tenía una mano sobre mis pechos jugando suavemente con mis pezones que estaban duros como roca mientras con la otra mano acariciaba mi vagina, jugando con leves movimientos sobre mi clítoris para luego intentar meter uno de sus grandes y gruesos dedos, el cual entró deslizándose suavemente sin ningún impedimento debido a lo mojada que estaba. Solo cerré mis ojos, echando mi cabeza hacia atrás y sosteniéndome de sus hombros para que aquella hermosa sensación de placer que aflojaba mis piernas no me deje caer.

Así estuvo un largo rato, jugando con uno y luego con dos dedos dentro de mí, sentía como entraban y salían mientras su boca chupaba y mordía dulcemente mis pezones alternando entre ambos. Solo se escuchaba su fuerte respiración, sus dedos penetrándome ( ya no sabía si eran 2 o 3, solo que eran gruesos y sentía como abrían mi concha pero sin provocarme ningún dolor, solo espasmos y gemidos que no podía controlar aunque lo intentara).

Tuve un momento de cordura o culpa, no sé. Pero creí que si eso continuaba así, luego me podría arrepentir. No sé hasta qué punto mi marido lo pueda comprender. Nos estaría viendo?

Había una forma de terminar la situación bien, así que me dejé caer de rodillas frente a Javier y bajando lentamente su bóxer saltó su enorme pene como si de un resorte se tratase, golpeando incluso un poco mi cara. Aquello era grande, quizás no muy largo, pero grueso, duro y venoso, con un gran glande rojo y brillante por su liquido pre seminal el cual al tomarlo con mis manos y apretarlo comenzaba a deslizar una gota sobre mis dedos.

Comencé a masturbarlo moviendo mis manos como sé, ya que me considero muy buena dando placer a un hombre (bueno al menos a MI hombre, quien en varias ocasiones me dijo que era excelente). Mi plan era que acabe y así dar por finalizada mi "propina", disfrutando ambos, sin llegar a algo más.. después vería como aplacar mi calentura, ya que, si bien sus dedos me habían provocado más de un orgasmo, aún sentía fuego en mi interior.

Mi plan no estaba dando resultado, hacía varios minutos que lo masturbaba y sabia que necesitaba el plan B. Así fue como me abalancé ante esa enorme verga abriendo mi boca intentando saborear cada centímetro, aunque era difícil. Comencé a chuparla como si del caramelo más rico se tratara y así hacer que acabe lo antes posible. El plan estaba funcionando, ahora era él quien no paraba de gemir y tirar su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y poniendo duras sus piernas. Estaba en mi poder jajaja y sabía que iba a acabar en cualquier momento, su pene estaba durísimo al igual que sus huevos, y mirando a la cámara de seguridad, (como si fuera mi marido) apuré mis movimientos jugando también con mi lengua sobre aquel caliente glande. En ese momento sin avisarme siento un primer chorro de semen en mi boca, sacando rápidamente su pija de mi boca y continuando masturbándolo comienza a acabar sobre mí, siento un par de chorros golpeando mis labios y cara y luego mis pechos para terminar acabando sobre mi panza. La verdad que el semen no es algo que me guste, pero el primer chorro que llegó a mi boca la verdad que no me había disgustado.

El agradeció, se acomodó sus prendas y se retiró dejándome completamente desnuda y totalmente cubierta de semen. La situación me había enloquecido y no sé si el sentirme llena de semen, con ese olor, o el que mi marido me haya podido ver o incluso me esté viendo me hizo llevarme mis manos a mi vagina ubicándome de frente a aquella cámara y dándome ese placer que necesitaba, incluso se me dió por mirar a la cámara dando un guiño y tomé con mis dedos otro poco de semen que estaba sobre mis pechos y los metí en mi boca, para finalmente pajearme como nunca logrando un gran orgasmo. Aunque más necesitaba la verga de mi marido para apagar mi fuego...
Excelente y calentito relato xtremMan
 
Todo sea por el Wifi



Era una mañana de otoño, los chicos se habían ido a la escuela y mi marido a trabajar. Estaba sola como todas las mañanas, en las cuales aprovecho a limpiar y hacer mis cosas tranquila y a mi manera. Aunque recordé que esa mañana debía venir el técnico de la compañía de internet ya que hacía una semana que luego de una tormenta nos quedamos sin servicio.

No suelo dejar entrar a nadie a casa cuando no está mi marido porque siempre tuve temor, pero por suerte el técnico que iba a venir era un conocido de él. Y la verdad que tampoco quería estar más tiempo sin internet y siempre las visitas técnicas son de mañana.

Aproveché para darme una ducha rápida antes que venga el técnico aunque reconozco que no fue muy rápida ya que me gusta tomarme mi tiempo, depilarme, pasarme crema corporal y un poco de perfume. Justo cuando estaba terminando escucho el timbre, me pongo rápido la bombacha, la bata y miro para ver quién es. Era Javier, el técnico amigo de mi marido.

- Hola! Pasá! - Le respondí gritando desde la ventana y activando la cerradura automática.

Estaba en bata, pero no quería que se vaya por no atenderlo rápido, así que lo hice pasar y lo saludé con un beso sin darme cuenta que tenía aún todo el pelo mojado, mojándole así parte de su cara.

- Perdón! no me di cuenta. - Le dije de forma tímida.

- No hay problema! me contestó seguido de una risita de esas que ayudan a cortar lo tenso haciendo más amigable la conversación.

Sonriendo le digo que bajo la tele, en la mesita, estaba el equipo de internet y que mientras lo chequeaba me iba a cambiar.

- No hay problema, son 2 minutos, por lo que chequé antes de venir creo que es una tontería, solo se desconfiguró el router.- Me comentó.

- Bueno. Le respondí. (la verdad es que tampoco quería dejarlo solo ya que no era de tanta confianza para mí)

Me senté frente a él en el sillón, cruzando las piernas y cerrando mi bata mientras esperaba que terminé con la configuración.

No sé si por aburrida o qué, pero sin darme cuenta comencé a fijarme en el cuerpo de Javier, se lo veía fuerte, de gran espalda y brazos anchos. Vestía una camisa un poco desabotonada y un pantalón de gabardina bastante ajustado.

No doy detalles sobre mí, para que cada quien, pueda usar su imaginación o imagine a si misma, su pareja o alguna conocida. Aunque me considero una mujer promedio y si bien soy madre me considero joven y atractiva.

Volviendo al tema, no suelo ver otros hombres y jamás le sería infiel a mi marido, pero es verdad que ya hace un tiempo que en nuestra intimidad fantaseamos con hacerlo con alguien más y en esa situación nos calienta aunque no me creo capaz de llevarlo a cabo... o al menos eso creía.

La cuestión es que esas fantasías me llevaban a imaginar, cuando veía un hombre si estaría con él , como una especie de juego mental. Y la verdad es que si lo veía como alguien con quien podría al menos ser parte de mi fantasía. O nuestras fantasías debería decir.

Mis pensamientos son interrumpidos al ver al técnico que me miraba disimuladamente de reojo, que al darse cuenta que lo ví, me comentó que iba a llamar a la central para pedir una activación o algo así.

Esa situación más que molestarme o incomodarme por lo contrario me provocó cierto morbo. Recapitulemos, estoy sola recién bañada, encremada y perfumada, apenas tapando mi desnudez con una bata y sentada a metros de un extraño. Me sentí caliente y quería aprovechar la situación, para mí y porque no, quizás contarle a mi marido...

Me levanté a buscar un vaso de agua para ofrecerle a Javier y al agacharme para dejárselo sobre la mesa ratona se abre un poco mi bata y me siento en el sillón ahora sin cruzar mis piernas, incluso separándolas un poco mientras miraba la pantalla de mi celular.

Le respondo a mi marido, que me había enviado un mensaje, para saber si había venido el técnico.

- Si amor, está acá. Justo me estaba bañando cuando llegó. Cuando lo solucione te aviso.

Mientras estoy terminando de enviar el mensaje veo apenas sobre la pantalla de mi celular como Javier me miraba, ya no tan de reojo y con disimulo.

- Voy a buscar otro equipo a la camioneta. -Me dice el técnico prácticamente sin verme a la cara, como con cierta vergüenza.

- Si no hay problema, está la puerta abierta.- Le digo (mientras veo cuando se levanta como su entrepierna estaba bastante abultada. Será que eso lo provoqué yo? jaja. Me sentía sensual y con cierto poder)

La situación me estaba calentando cada vez más, sentía mis pezones duros y llevando una mano a mi entrepierna me doy cuenta que estaba bastante húmeda. En ese momento recordé que mi marido había instalado unas cámaras de seguridad para cuando no estábamos en casa y me asusté porque no sabía si estaban funcionando o si él podría estar viendo! En parte eso me asustó aunque también le agregaba cierto morbo a la situación.

Igual me di cuenta que al no haber internet las cámaras no podían transmitir nada, así que en lugar de parar con todo, me decidí a seguir con el juego y subir la apuesta. Antes de que vuelva a entrar Javier, rápidamente me saqué mi bombacha y la tiré bajó la mesa ratona, escondida, pero donde la pueda llegar a encontrar. Y levantando una pierna y apoyándola sobre la mesita me comencé lentamente a pintar las uñas de los pies.

El técnico vuelve y sigue con lo suyo, mientras en este punto yo estaba totalmente desnuda apenas cubierta con una bata la cual no podía tapar mucho teniendo una pierna levantada. Y menos aún para la vista de quien estaba a pocos metros agachado a la misma altura.

Yo me tomaba todo mi tiempo en pintarme mis uñas, cuando en ese momento veo que Javier se agacha mirando bajo la mesa. Creo que obviamente había encontrado mi prenda ya que, intentando disimular algo que era prácticamente imposible, veo que mantiene su mirada en mi, específicamente bajo mi bata, mientras "buscaba alguna de sus herramientas".

Aprovechando ese momento me dispongo a cambiar de pie, bajando el pie y subiendo rápidamente el otro, con un ligero movimiento que hizo caer un poco la bata ya dejando poco a la imaginación.

Su entrepierna parecía estar por explotar, eso me calentaba, el saber que yo lo ponía así. En ese momento sentí una cosquilla bajando por mi pierna, parecía un bicho, pero al llevar mi mano me doy cuenta que eran mis jugos que se deslizaban por mi pierna! Eso ya no era humedad, estaba más que mojada, empapada! la situación me había encendido por completo pero no solo no me animaba a hacer nada más, sino que pensé que todo había llegado demasiado lejos.

Javier me dice que ya estaba solucionado y ya había internet, que pruebe bien todo mientras el guardaba sus herramientas.

En ese momento le mando mensaje a mi marido avisándole que ya estaba solucionado todo.

Enseguida me responde diciendo: qué bueno! dale alguna propina a Javier y decile que gracias.

- No me dejaste plata, no tengo para darle propina.- Le contesto nuevamente.

A lo cual me responde: Uhh! bueno fijate sino alguna otra propina. Seguido de un emoji guiñando el ojo y el fueguito.

Por cierto, te queda lindo ese color de esmalte....

No puedo creerlo! me había estado viendo??? desde cuando había internet? que llegó a ver?? y lo más importante... me estaba incentivando a lo que yo creo??

No pude responderle más que un "OK", estaba confundida, no enojada sino que seguía caliente y no sabía cómo actuar o si debía seguir mis instintos.

Javier ya estaba con sus herramientas esperando en la puerta. Guardaste todas las herramientas? le digo mirándolo a los ojos y bajando mi mirada mientras mordía suavemente mi labio inferior.

Si, guardé todo. - Alcanza a decirme Javier.

En ese momento sin pensar, me acerco pegando mi cuerpo al suyo y bajando mi mano a su entrepierna y apretando suavemente con mis dedos por encima de su pantalón, intentando adivinar la figura de ese bulto le digo: y esta herramienta también la guardaste?

El dejó caer su maletín al suelo sin decir palabra alguna, mientras delicadamente desataba mi bata dejándola caer al piso dejándome completamente desnuda ante su vista. Yo había hecho lo propio con su cinturón dejando caer su pesado pantalón quedando en bóxer ante mí.

Yo solo me dispuse a frotar ese miembro por sobre la prenda, sin saber si había llegado demasiado lejos o como aquello podía terminar y en cierto modo me frenaba la culpa. Él, por su lado, ya tenía una mano sobre mis pechos jugando suavemente con mis pezones que estaban duros como roca mientras con la otra mano acariciaba mi vagina, jugando con leves movimientos sobre mi clítoris para luego intentar meter uno de sus grandes y gruesos dedos, el cual entró deslizándose suavemente sin ningún impedimento debido a lo mojada que estaba. Solo cerré mis ojos, echando mi cabeza hacia atrás y sosteniéndome de sus hombros para que aquella hermosa sensación de placer que aflojaba mis piernas no me deje caer.

Así estuvo un largo rato, jugando con uno y luego con dos dedos dentro de mí, sentía como entraban y salían mientras su boca chupaba y mordía dulcemente mis pezones alternando entre ambos. Solo se escuchaba su fuerte respiración, sus dedos penetrándome ( ya no sabía si eran 2 o 3, solo que eran gruesos y sentía como abrían mi concha pero sin provocarme ningún dolor, solo espasmos y gemidos que no podía controlar aunque lo intentara).

Tuve un momento de cordura o culpa, no sé. Pero creí que si eso continuaba así, luego me podría arrepentir. No sé hasta qué punto mi marido lo pueda comprender. Nos estaría viendo?

Había una forma de terminar la situación bien, así que me dejé caer de rodillas frente a Javier y bajando lentamente su bóxer saltó su enorme pene como si de un resorte se tratase, golpeando incluso un poco mi cara. Aquello era grande, quizás no muy largo, pero grueso, duro y venoso, con un gran glande rojo y brillante por su liquido pre seminal el cual al tomarlo con mis manos y apretarlo comenzaba a deslizar una gota sobre mis dedos.

Comencé a masturbarlo moviendo mis manos como sé, ya que me considero muy buena dando placer a un hombre (bueno al menos a MI hombre, quien en varias ocasiones me dijo que era excelente). Mi plan era que acabe y así dar por finalizada mi "propina", disfrutando ambos, sin llegar a algo más.. después vería como aplacar mi calentura, ya que, si bien sus dedos me habían provocado más de un orgasmo, aún sentía fuego en mi interior.

Mi plan no estaba dando resultado, hacía varios minutos que lo masturbaba y sabia que necesitaba el plan B. Así fue como me abalancé ante esa enorme verga abriendo mi boca intentando saborear cada centímetro, aunque era difícil. Comencé a chuparla como si del caramelo más rico se tratara y así hacer que acabe lo antes posible. El plan estaba funcionando, ahora era él quien no paraba de gemir y tirar su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y poniendo duras sus piernas. Estaba en mi poder jajaja y sabía que iba a acabar en cualquier momento, su pene estaba durísimo al igual que sus huevos, y mirando a la cámara de seguridad, (como si fuera mi marido) apuré mis movimientos jugando también con mi lengua sobre aquel caliente glande. En ese momento sin avisarme siento un primer chorro de semen en mi boca, sacando rápidamente su pija de mi boca y continuando masturbándolo comienza a acabar sobre mí, siento un par de chorros golpeando mis labios y cara y luego mis pechos para terminar acabando sobre mi panza. La verdad que el semen no es algo que me guste, pero el primer chorro que llegó a mi boca la verdad que no me había disgustado.

El agradeció, se acomodó sus prendas y se retiró dejándome completamente desnuda y totalmente cubierta de semen. La situación me había enloquecido y no sé si el sentirme llena de semen, con ese olor, o el que mi marido me haya podido ver o incluso me esté viendo me hizo llevarme mis manos a mi vagina ubicándome de frente a aquella cámara y dándome ese placer que necesitaba, incluso se me dió por mirar a la cámara dando un guiño y tomé con mis dedos otro poco de semen que estaba sobre mis pechos y los metí en mi boca, para finalmente pajearme como nunca logrando un gran orgasmo. Aunque más necesitaba la verga de mi marido para apagar mi fuego...
Buen relato
 
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