Después de muchos años sin ninguna relación que no fuera con mi mujer, seguía participando en un foro amigo de este, en hilos, en chats y comentando algún que otro post, sobre todo de candaulismo, es decir de hombres que disfrutan enseñando a sus mujeres a otros hombres. Siempre con precaución, sin mostrar su cara ni detalles que pudieran ser reconocidos y por supuesto con su conocimiento y permiso explícito, que posaba de forma voluntaria sin problemas. Más tarde, yo le contaba los comentarios que hacían de sus fotos e incluso leíamos juntos estas respuestas. Este juego comenzó cuando pasados los 40 ella comenzó a dudar de su cuerpo y de que ya no era atractiva. Yo le decía que si que mirara como me ponía pero parecía que no era suficiente para ella. Siempre supe de su vena exhibicionista y le saqué partido porque, aunque no reconocía, los dos sabíamos que le ponía como una moto la oportunidad de poder ser vista desnuda o teniendo sexo donde pudieran vernos. Esta fue mi puerta de entrada a un mundo que 15 años después nos ha dado muy buenos momentos de sexo y morbo.
Como decía abrí un hilo en una página amateur donde comencé a recibir comentarios sobre el cuerpo y el morbo de mi mujer, sobre la suerte que tenía, etc.. También un montón de propuestas y peticiones de los de siempre que piden de forma borde y zafia y sin ofrecer nada y que poco a poco fueron filtrándose hasta quedar un grupo de seguidores más o menos constantes y corectos, siempre llegaba alguno nuevo por supuesto, con los que empecé a interactuar más.
Con los años me he dado cuenta que muchos de los que entran en estas páginas y eligen hilos amateur de mujeres “normales” con sus años, sus kilos y sus cosas son hombres como yo, con vidas familiares muy normales y con unas vidas sexuales bastante poco activas y buscan aquí un desahogo a esas ganas de un sexo que ven cercano en una pareja similar a ellos. En esto último yo no me quejo en absoluto de mi vida sexual con mi mujer, que es muy morbosa y que aunque con los años y la vida se ha bajado un poco la frecuencia, sigue siendo un sexo muy morboso y placentero. Algunos de los visitantes asiduos también compartían fotos de sus mujeres, aunque normalmente sin el conocimiento de ellas y que se excitaban tanto viendo como mostrando, esta interacción normalmente suele ser de las más duraderas ya que pone en el mismo nivel a uno y a otros. Otros simplemente buscaban poder hacerse unas pajas a la salud de un culo que podía ser el de su mujer, pero que no lo es. Otra de las situaciones que me he dado cuenta es que a muchos les gusta enseñar sus pollas más que a sus mujeres y que les vean masturbarse, aunque el que esté al otro lado sea otro hombre, exhibicionismo puro y duro.
Este hilo lo mantuvimos varios años y hemos hecho algún amigo que perdura en el tiempo. Con alguno de ellos interactuamos los dos, ya sea a través de correo, whatsapp o ***** ( siempre los dos juntos) y otros más conmigo porque al final ella es el vínculo inicial pero la relación la hemos mantenido ellos y yo. De estos últimos hay dos especiales, uno sobre todo con el que hemos mantenido el contacto e incluso nos hemos encontrado de forma “casual en la playa” o me ha visitado en mi trabajo o también cruzarnos en la calle o en centros comerciales con nuestras respectivas. Este último se ha convertido en un amigo más cercano y nuestra relación ha sido casi diaria y duradera en estos ya muchos años, por supuesto a espaldas de su mujer. Otro de los asiduos es otro casado que disfruta también mostrando a su mujer aunque se lamenta de una vida sexual cada vez menos activa, algo normal a nuestra edad por otra parte.
De este último es del que voy a hablar ahora. Como comentaba antes muchos de los hombres que entran en las páginas de parejas a ver fotos de “mujeres reales” tienen una vena exhibicionista y disfrutan tanto viendo como mostrando su polla y como se corren. Este amigo gozaba mostrando a su mujer y yo también disfrutaba pero a mí, que ella no participara de forma activa, es decir que no supiera que su marido mostraba fotos de ella, no me ponía demasiado ya que me parecía algo frio y menos morboso. Por su parte el sabía que mi mujer era cómplice ya que incluso participaba en alguna petición de alguna foto por parte de él que ella correspondía cuando se lo contaba. De vez en cuando y sin que su mujer lo supiera me la mostraba por webcam, “asaltándola” de forma casual mientras le comía las tetas o la metía mano sin que ella supiera por supuesto de esas “indiscreciones”. Eran momentos morbosos pero incómodos a la vez por lo que he comentado antes de falta de conocimiento de ella.
Así fue pasando el tiempo y entre confidencia y confidencia personal fuimos conociéndonos más y confesándonos secretos que, por lo menos por mi parte, nunca había compartido con nadie. Compartimos gustos, fantasías inconfesables, morbos y temores. Por otro lado y en paralelo, mi mujer también fue sintiéndose más cómoda y empezó a ponerle compartir también algunas de nuestras fantasías, de tríos HMH y de mi papel en ellos un tanto sumiso y humillado, algo que a mi mujer le ha puesto siempre mucho, fotos mías poco “masculinas” o con juguetes y otros complementos más femeninos. Ella me decía si quieres que él me vea así , que vea también como disfrutas tu o como te pones. Estas peticiones por parte de ella naturalmente eran inmediatamente obedecidas, pasando unos momentos de humillación y vergüenza al mostrarme así ante él, pero también de excitación y morbo al ser visto así por un tercero .
Desde el principio y a pesar de mi rubor, me día cuenta que el disfrutaba también de eso y que incluso le gustaba tanto o más que a mí. Por supuesto esto pasó a ser parte de nuestras conversaciones habituales y él me confesó, por ejemplo, que le encantaba que le azotasen el culo y lo humillasen. Yo también disfruto así, como ya he dicho, pero soy muy versátil en mi rol sexual, y me amoldo bien a mi pareja de sexo para hacer que disfrute, ese placer del otro es lo que hace que yo disfrute más aún. Nuestras fantasías ya volaban en que haríamos si nos encontráramos alguna vez y ya no teníamos freno, no nos cortábamos y soñábamos ya con sexo entre nosotros sin tapujos. Era su primera vez y yo ya hacía muchos años, desde mi adolescencia que no pensaba en nada de eso. Ahí comenzó una nuevo fase en nuestra relación, un tanto alejada de mi mujer que estaba al corriente de la parte en la que ella participaba, pero no de la evolución que iba tomando nuestras conversaciones.
En un determinado momento me mandó a una foto que se había hecho cerca de mí trabajo, algo que me sorprendió al no haberme avisado a lo que me contestó que no se había atrevido a decírmelo. Pasó el tiempo y seguimos con nuestras conversaciones y juegos en a distancia y sin esperarlo llegó la ocasión, él por trabajo iba a viajar , cerca de mi ciudad de residencia y tras mucho pensarlo y dudarlo decidió dar el paso, de encontrarnos.
Quedamos por la tarde en un bar cercano y con mucha vergüenza me presenté allí, me estaba esperando y nos saludamos con un apretón de manos. Tras pedir yo una cerveza, intentaba entablar conversación pero notaba que él estaba muy tenso y nervioso y pensé que estaba a punto de irse. Comencé a hablar de temas banales, para intentar que se relajara pero no lo conseguía, hasta que viendo que todo estaba a punto de irse al carajo, le dije de sopetón “ mi mujer está ahora mismo de 200 metros de aquí y no sabe que estoy aquí contigo apunto de enseñarte más fotos de ella”, el dio un bufido y noté que se relajaba un poco y con una sonrisa nerviosa me preguntó “ ¿pero va a venir?”. No, para nada, le dije, solos tu y yo pero podrás ver todo lo que quieras y más pero aquí no podremos, yo pensaba en ir a mi oficina. El estaba muy colorado y supongo que yo también, pero lo notaba ya más excitado y con ganas de seguir. Ahora fue él el me dijo: “ mi hotel esta aquí al lado, si quieres podemos ira mi habitación, estaremos más cómodos”. Yo contesté sin pensarlo que por supuesto.
Me levanté, pague la consumición, no le dije que en el bar me conocían, y sin pensar en nada más allí estábamos los dos, esperando el ascensor en el hall del Hotel a menos de 200 metros de mi casa. Mientras subíamos, el silencio era incomodo y cuando entramos en su habitación más aún. La cama estaba desecha y tras quitarme la chaqueta el me invitó a sentarme, no sabía qué hacer hasta que yo de nuevo tomé la iniciativa y le dije “si vas a ver a mi mujer follando, creo que es mejor que te sientes y te pongas cómodo”. El se rió y se sentó a mi lado mientras yo le pasaba el teléfono y le decía vete pasándolas. Había preparado un álbum que iba desde las fotos que conocía a otras que nunca había visto. Notaba como se iba excitando mientras yo ya estaba totalmente empalmado con un tío a mi lado babeando con las fotos de mi mujer. Miré a su entrepierna y se notaba una erección importante y ya sin vergüenza le dije “ a que esperas para meneártela, yo no me voy a asustar”. Me miro con cara de conejo asustado y a la vez notando que ya no había marcha atrás.
- “¿Estás seguro, no te importa?- dijo
- Al revés estoy deseándolo.
-¿Y tu?- preguntó
- ¿Yo qué?
- ¿Te la vas a menear?
- Si a ti no te importa, sólo esperaba que tú me lo dijeras.
Tenía ganas pero note que no se atrevía por lo que sin pensarlo me levanté y soltándome el cinturón me baje el pantalón dejando ver mi polla dura bajo el calzoncillo. El se quedó mirándome y yo me la saqué dejándola ver rasurada y muy dura. Comencé a masturbarme suave pero sin pausa. El estaba como hipnotizado mirando mi polla pero no hacía nada por lo que me acerqué a él y solté su cinturón y desabrochándolo le bajé a la vez pantalón y calzoncillos, dejando ver una polla dura, normal aunque más delgada y pequeña que la mía, descapullada y con el vello sin rasurar.
-¿Mejor así?- le pregunté
-Si- contestó tímidamente- mucho mejor,
- Siéntate- le dije mientras yo me ponía delante de él y trasteaba con el teléfono para abrir otro álbum de fotos, con videos y fotos que nunca le había enseñado antes.
Mi polla estaba a la altura de su cara y el no dejaba de mirarla pero sin atreverse a nada. Le pasé de nuevo el móvil rompiendo el tenso momento y comenzó a pasar las nuevas fotos.
-JODER! Como se la traga! ¿te has dado cuenta que me la estas enseñando con la cara descubierta? ( nunca le había mostrado su cara )
- Por supuesto, pero creo que en esta situación eso es algo secundario, ¿no?.
El se rió, y la situación se relajó de forma definitiva, los dos con las pollas mirando al techo y el viendo fotos y videos de mi mujer tragándose mi polla o de cuerpo entero mostrando su coño abierto y mojado y sus grandes tetas con los pezones duros. El estaba resoplando cuando alargué mi mano y le agarré la polla, dio un pequeño respingo pero no se retiró y siguió pasando fotos y videos. Yo, con una mano en la suya y otra en la mía, notaba que mi polla estaba cada vez más dura y mojada mientras la de él quizás había perdido un poco su dureza.
-¿Paro?- pregunté- ¿Estas incomodo?
-No, no, solo nervioso, es mi primera vez, pero me gusta, sigue.
-En serio si quieres paramos ahora mismo.
-No, no, sigue.- me repitió mientras dejando el teléfono a su lado se quito el resto de la ropa que le quedaba puesta quedando totalmente desnudo a mi lado.
Se echo hacia atrás apoyándose en las almohadas y me dijo
-¿ Por qué no te desnudas y te pones aquí a mi lado?
Estaba mucho más relajado y yo por supuesto no me hice de rogar, desnudándome rápidamente y me recosté a su lado y volviendo a agarrar su polla y la mía y continuar con el masaje anterior. Él, pasaba sus ojos de la pantalla a mi polla, hasta que sin decir nada alargó la mano y de forma algo torpe comenzó a masturbarme a mí. Ya no miraba el teléfono sólo mi miembro duro y húmedo con cara de vicio. Ahí me vine arriba y recordando sus fantasías de dominación y lo que le gustaba que le azotaran el culo comencé a hablarle con voz ronca.
-¿Te gusta mi polla eh maricón?. Pues deja de mirarla y empieza a mamarla que es lo que estás deseando.
El me miró con cara de sorpresa pero yo no le dejé reaccionar, y dándole un apretón en los huevos me moví hasta dejar mi polla delante de su boca acercándosela a los labios. Ahí ya estaba entregado y abriendo la boca comenzó a lamerme tímidamente el glande para luego pasar a meterlo en a boca y comenzar una mamada, tragándola casi entera y follándose el mismo la boca. Yo estaba disfrutando mucho pero necesitaba también sentir su polla y me moví de nuevo hasta quedar en un 69 algo incomodo, conmigo encima y con su polla en mi cara que, sin pensar, me trague entera y comencé a mamar con ganas. Me gustaba su sabor y al ser más pequeña me entraba entera sin problemas. Notaba que le gustaba ya que se movía subiendo el culo y oía sus gemidos con mi polla en su boca. Su miembro estaba cada vez más duro y yo también notaba que no me faltaba mucho por lo que opté por parar y quitarme de encima. El me miró sorprendido pero inmediatamente comprendió que aquello no había acabado aún.
-Ponte a cuatro patas- le ordené.
No se lo pensó y se puso en cuatro en el borde de la cama con su culo lampiño hacia mí. Sin esperarlo le di una sonora palmada en un cachete que lo sorprendió y volvió la cabeza para mirarme. Como respuesta le di otro, aún más fuerte en el otro cachete dejando las marcas de mis dedos en ambos. El gemía y su polla estaba goteando en la sábana.
-Sigue , por favor , no pares.
Como respuesta le di otro par de azotes más, respondidos con más gemidos. Su culo estaba ya muy rojo y se movía pidiendo más dejando a la vista su agujero, invitación que no pude rechazar y escupiendo en él y en mi mano para lubricarlo un poco apoyé mi polla en su esfínter, esperando su reacción. Al principio, se retiró un poco pero fueron segundos ya que al instante comenzó a apretar su culo contra mi polla. Yo me la agarre con una mano y la dirigí a su entrada, empezando él , en cuanto la sintió, a empujar contra mí . Yo veía mi glande dilatando su esfínter pero notaba que era demasiado gruesa para él, para un agujerito tan pequeño y tenso. Le di otro azote fuerte y volví a escupir intentando lubricar más y entró un poco más pero le hacía daño y lo notaba. Le pregunté si tenía algo que no pudiera servir de lubricante y al no tener nada opté por no seguir con algo que aunque nos apetecía a los dos no parecía poder llegar a buen fin.
Le día la vuelta en la cama y volví a ponerla en su agujero sólo para verlo en esa postura y que le me viera a mí. Con sus piernas en mis hombros empezó a acariciarse la polla mientras me miraba como yo intentaba puntear su culo. Era una postura a mi mujer le encanta y a mí también, es de dominio total y muy morbosa al poder verse la caras. Pero ver a mi amigo así con su culo expuesto y mi polla intentando entrar mientras su polla estaba dura sobre su vientre, era algo que no me esperaba y me estaba poniendo muy cerdo. El ya no se cortaba en gemir y se la meneaba sin complejos.
-¿Te gusta mi polla en tu culo?-
- ¡Siii! Me encantaría que me lo follases y sentirla dentro pero al tienes muy gorda y no creo que me entre.
- Eso parece, la próxima vez tendrás que traer lubricante porque tu culo va a ser mío.
-Si, si quiero que me la metas entera-gemía ya marcando su cercano fin.
En eso dio un bufido más profundo y empezó a derramarse sobre su vientre, sus chorros no eran muy fuertes pero su eche era muy blanca y contrastaba contra su vello negro. Yo al verlo así quise llegar también y sacándola de entre sus nalgas comencé a meneándomela de forma más rápida apuntando a su polla, sus huevos y su vientre y casi gritando comencé a soltar chorros de leche sobre él. Mis chorros suelen ser fuertes y cayeron donde apunté y también en su pecho cara y cuello . Mi semen es más claro y contrastaban mis restos con los de él. En ese momento, en que se pasa el calentón y todo se ve de otra manera, pensé que iba a molestarse pero sin embrago siguió resoplando fuerte y con la boca semiabierta y un lefazo atravesándola, sacó la lengua y relamió los restos. Me sorprendió mucho, lo reconozco, a mi me gusta besar a mi mujer después de correrme en su boca pero no pensé que él, en su primera vez, lo haría con la leche de otro y sin embargo parece que además le gustaba. Yo no quise se menos y alargué mi mano a su polla y pasando mis dedos por su leche me los lleve a mi boca y degusté el sabor de su semen y del mío mezclados. Me encantó lo reconozco y repetí mi degustación acercándome a lamer ligeramente la punta de su polla manchada con el jugo de ambos y ya empezando a perder la dureza.
Se notaba que el momento mágico había pasado y estábamos los dos cansados, desnudos uno al lado del otro jadeando.
( Dedicado a ese amigo que se que también ha recalado en este foro y al que hecho de menos)
Como decía abrí un hilo en una página amateur donde comencé a recibir comentarios sobre el cuerpo y el morbo de mi mujer, sobre la suerte que tenía, etc.. También un montón de propuestas y peticiones de los de siempre que piden de forma borde y zafia y sin ofrecer nada y que poco a poco fueron filtrándose hasta quedar un grupo de seguidores más o menos constantes y corectos, siempre llegaba alguno nuevo por supuesto, con los que empecé a interactuar más.
Con los años me he dado cuenta que muchos de los que entran en estas páginas y eligen hilos amateur de mujeres “normales” con sus años, sus kilos y sus cosas son hombres como yo, con vidas familiares muy normales y con unas vidas sexuales bastante poco activas y buscan aquí un desahogo a esas ganas de un sexo que ven cercano en una pareja similar a ellos. En esto último yo no me quejo en absoluto de mi vida sexual con mi mujer, que es muy morbosa y que aunque con los años y la vida se ha bajado un poco la frecuencia, sigue siendo un sexo muy morboso y placentero. Algunos de los visitantes asiduos también compartían fotos de sus mujeres, aunque normalmente sin el conocimiento de ellas y que se excitaban tanto viendo como mostrando, esta interacción normalmente suele ser de las más duraderas ya que pone en el mismo nivel a uno y a otros. Otros simplemente buscaban poder hacerse unas pajas a la salud de un culo que podía ser el de su mujer, pero que no lo es. Otra de las situaciones que me he dado cuenta es que a muchos les gusta enseñar sus pollas más que a sus mujeres y que les vean masturbarse, aunque el que esté al otro lado sea otro hombre, exhibicionismo puro y duro.
Este hilo lo mantuvimos varios años y hemos hecho algún amigo que perdura en el tiempo. Con alguno de ellos interactuamos los dos, ya sea a través de correo, whatsapp o ***** ( siempre los dos juntos) y otros más conmigo porque al final ella es el vínculo inicial pero la relación la hemos mantenido ellos y yo. De estos últimos hay dos especiales, uno sobre todo con el que hemos mantenido el contacto e incluso nos hemos encontrado de forma “casual en la playa” o me ha visitado en mi trabajo o también cruzarnos en la calle o en centros comerciales con nuestras respectivas. Este último se ha convertido en un amigo más cercano y nuestra relación ha sido casi diaria y duradera en estos ya muchos años, por supuesto a espaldas de su mujer. Otro de los asiduos es otro casado que disfruta también mostrando a su mujer aunque se lamenta de una vida sexual cada vez menos activa, algo normal a nuestra edad por otra parte.
De este último es del que voy a hablar ahora. Como comentaba antes muchos de los hombres que entran en las páginas de parejas a ver fotos de “mujeres reales” tienen una vena exhibicionista y disfrutan tanto viendo como mostrando su polla y como se corren. Este amigo gozaba mostrando a su mujer y yo también disfrutaba pero a mí, que ella no participara de forma activa, es decir que no supiera que su marido mostraba fotos de ella, no me ponía demasiado ya que me parecía algo frio y menos morboso. Por su parte el sabía que mi mujer era cómplice ya que incluso participaba en alguna petición de alguna foto por parte de él que ella correspondía cuando se lo contaba. De vez en cuando y sin que su mujer lo supiera me la mostraba por webcam, “asaltándola” de forma casual mientras le comía las tetas o la metía mano sin que ella supiera por supuesto de esas “indiscreciones”. Eran momentos morbosos pero incómodos a la vez por lo que he comentado antes de falta de conocimiento de ella.
Así fue pasando el tiempo y entre confidencia y confidencia personal fuimos conociéndonos más y confesándonos secretos que, por lo menos por mi parte, nunca había compartido con nadie. Compartimos gustos, fantasías inconfesables, morbos y temores. Por otro lado y en paralelo, mi mujer también fue sintiéndose más cómoda y empezó a ponerle compartir también algunas de nuestras fantasías, de tríos HMH y de mi papel en ellos un tanto sumiso y humillado, algo que a mi mujer le ha puesto siempre mucho, fotos mías poco “masculinas” o con juguetes y otros complementos más femeninos. Ella me decía si quieres que él me vea así , que vea también como disfrutas tu o como te pones. Estas peticiones por parte de ella naturalmente eran inmediatamente obedecidas, pasando unos momentos de humillación y vergüenza al mostrarme así ante él, pero también de excitación y morbo al ser visto así por un tercero .
Desde el principio y a pesar de mi rubor, me día cuenta que el disfrutaba también de eso y que incluso le gustaba tanto o más que a mí. Por supuesto esto pasó a ser parte de nuestras conversaciones habituales y él me confesó, por ejemplo, que le encantaba que le azotasen el culo y lo humillasen. Yo también disfruto así, como ya he dicho, pero soy muy versátil en mi rol sexual, y me amoldo bien a mi pareja de sexo para hacer que disfrute, ese placer del otro es lo que hace que yo disfrute más aún. Nuestras fantasías ya volaban en que haríamos si nos encontráramos alguna vez y ya no teníamos freno, no nos cortábamos y soñábamos ya con sexo entre nosotros sin tapujos. Era su primera vez y yo ya hacía muchos años, desde mi adolescencia que no pensaba en nada de eso. Ahí comenzó una nuevo fase en nuestra relación, un tanto alejada de mi mujer que estaba al corriente de la parte en la que ella participaba, pero no de la evolución que iba tomando nuestras conversaciones.
En un determinado momento me mandó a una foto que se había hecho cerca de mí trabajo, algo que me sorprendió al no haberme avisado a lo que me contestó que no se había atrevido a decírmelo. Pasó el tiempo y seguimos con nuestras conversaciones y juegos en a distancia y sin esperarlo llegó la ocasión, él por trabajo iba a viajar , cerca de mi ciudad de residencia y tras mucho pensarlo y dudarlo decidió dar el paso, de encontrarnos.
Quedamos por la tarde en un bar cercano y con mucha vergüenza me presenté allí, me estaba esperando y nos saludamos con un apretón de manos. Tras pedir yo una cerveza, intentaba entablar conversación pero notaba que él estaba muy tenso y nervioso y pensé que estaba a punto de irse. Comencé a hablar de temas banales, para intentar que se relajara pero no lo conseguía, hasta que viendo que todo estaba a punto de irse al carajo, le dije de sopetón “ mi mujer está ahora mismo de 200 metros de aquí y no sabe que estoy aquí contigo apunto de enseñarte más fotos de ella”, el dio un bufido y noté que se relajaba un poco y con una sonrisa nerviosa me preguntó “ ¿pero va a venir?”. No, para nada, le dije, solos tu y yo pero podrás ver todo lo que quieras y más pero aquí no podremos, yo pensaba en ir a mi oficina. El estaba muy colorado y supongo que yo también, pero lo notaba ya más excitado y con ganas de seguir. Ahora fue él el me dijo: “ mi hotel esta aquí al lado, si quieres podemos ira mi habitación, estaremos más cómodos”. Yo contesté sin pensarlo que por supuesto.
Me levanté, pague la consumición, no le dije que en el bar me conocían, y sin pensar en nada más allí estábamos los dos, esperando el ascensor en el hall del Hotel a menos de 200 metros de mi casa. Mientras subíamos, el silencio era incomodo y cuando entramos en su habitación más aún. La cama estaba desecha y tras quitarme la chaqueta el me invitó a sentarme, no sabía qué hacer hasta que yo de nuevo tomé la iniciativa y le dije “si vas a ver a mi mujer follando, creo que es mejor que te sientes y te pongas cómodo”. El se rió y se sentó a mi lado mientras yo le pasaba el teléfono y le decía vete pasándolas. Había preparado un álbum que iba desde las fotos que conocía a otras que nunca había visto. Notaba como se iba excitando mientras yo ya estaba totalmente empalmado con un tío a mi lado babeando con las fotos de mi mujer. Miré a su entrepierna y se notaba una erección importante y ya sin vergüenza le dije “ a que esperas para meneártela, yo no me voy a asustar”. Me miro con cara de conejo asustado y a la vez notando que ya no había marcha atrás.
- “¿Estás seguro, no te importa?- dijo
- Al revés estoy deseándolo.
-¿Y tu?- preguntó
- ¿Yo qué?
- ¿Te la vas a menear?
- Si a ti no te importa, sólo esperaba que tú me lo dijeras.
Tenía ganas pero note que no se atrevía por lo que sin pensarlo me levanté y soltándome el cinturón me baje el pantalón dejando ver mi polla dura bajo el calzoncillo. El se quedó mirándome y yo me la saqué dejándola ver rasurada y muy dura. Comencé a masturbarme suave pero sin pausa. El estaba como hipnotizado mirando mi polla pero no hacía nada por lo que me acerqué a él y solté su cinturón y desabrochándolo le bajé a la vez pantalón y calzoncillos, dejando ver una polla dura, normal aunque más delgada y pequeña que la mía, descapullada y con el vello sin rasurar.
-¿Mejor así?- le pregunté
-Si- contestó tímidamente- mucho mejor,
- Siéntate- le dije mientras yo me ponía delante de él y trasteaba con el teléfono para abrir otro álbum de fotos, con videos y fotos que nunca le había enseñado antes.
Mi polla estaba a la altura de su cara y el no dejaba de mirarla pero sin atreverse a nada. Le pasé de nuevo el móvil rompiendo el tenso momento y comenzó a pasar las nuevas fotos.
-JODER! Como se la traga! ¿te has dado cuenta que me la estas enseñando con la cara descubierta? ( nunca le había mostrado su cara )
- Por supuesto, pero creo que en esta situación eso es algo secundario, ¿no?.
El se rió, y la situación se relajó de forma definitiva, los dos con las pollas mirando al techo y el viendo fotos y videos de mi mujer tragándose mi polla o de cuerpo entero mostrando su coño abierto y mojado y sus grandes tetas con los pezones duros. El estaba resoplando cuando alargué mi mano y le agarré la polla, dio un pequeño respingo pero no se retiró y siguió pasando fotos y videos. Yo, con una mano en la suya y otra en la mía, notaba que mi polla estaba cada vez más dura y mojada mientras la de él quizás había perdido un poco su dureza.
-¿Paro?- pregunté- ¿Estas incomodo?
-No, no, solo nervioso, es mi primera vez, pero me gusta, sigue.
-En serio si quieres paramos ahora mismo.
-No, no, sigue.- me repitió mientras dejando el teléfono a su lado se quito el resto de la ropa que le quedaba puesta quedando totalmente desnudo a mi lado.
Se echo hacia atrás apoyándose en las almohadas y me dijo
-¿ Por qué no te desnudas y te pones aquí a mi lado?
Estaba mucho más relajado y yo por supuesto no me hice de rogar, desnudándome rápidamente y me recosté a su lado y volviendo a agarrar su polla y la mía y continuar con el masaje anterior. Él, pasaba sus ojos de la pantalla a mi polla, hasta que sin decir nada alargó la mano y de forma algo torpe comenzó a masturbarme a mí. Ya no miraba el teléfono sólo mi miembro duro y húmedo con cara de vicio. Ahí me vine arriba y recordando sus fantasías de dominación y lo que le gustaba que le azotaran el culo comencé a hablarle con voz ronca.
-¿Te gusta mi polla eh maricón?. Pues deja de mirarla y empieza a mamarla que es lo que estás deseando.
El me miró con cara de sorpresa pero yo no le dejé reaccionar, y dándole un apretón en los huevos me moví hasta dejar mi polla delante de su boca acercándosela a los labios. Ahí ya estaba entregado y abriendo la boca comenzó a lamerme tímidamente el glande para luego pasar a meterlo en a boca y comenzar una mamada, tragándola casi entera y follándose el mismo la boca. Yo estaba disfrutando mucho pero necesitaba también sentir su polla y me moví de nuevo hasta quedar en un 69 algo incomodo, conmigo encima y con su polla en mi cara que, sin pensar, me trague entera y comencé a mamar con ganas. Me gustaba su sabor y al ser más pequeña me entraba entera sin problemas. Notaba que le gustaba ya que se movía subiendo el culo y oía sus gemidos con mi polla en su boca. Su miembro estaba cada vez más duro y yo también notaba que no me faltaba mucho por lo que opté por parar y quitarme de encima. El me miró sorprendido pero inmediatamente comprendió que aquello no había acabado aún.
-Ponte a cuatro patas- le ordené.
No se lo pensó y se puso en cuatro en el borde de la cama con su culo lampiño hacia mí. Sin esperarlo le di una sonora palmada en un cachete que lo sorprendió y volvió la cabeza para mirarme. Como respuesta le di otro, aún más fuerte en el otro cachete dejando las marcas de mis dedos en ambos. El gemía y su polla estaba goteando en la sábana.
-Sigue , por favor , no pares.
Como respuesta le di otro par de azotes más, respondidos con más gemidos. Su culo estaba ya muy rojo y se movía pidiendo más dejando a la vista su agujero, invitación que no pude rechazar y escupiendo en él y en mi mano para lubricarlo un poco apoyé mi polla en su esfínter, esperando su reacción. Al principio, se retiró un poco pero fueron segundos ya que al instante comenzó a apretar su culo contra mi polla. Yo me la agarre con una mano y la dirigí a su entrada, empezando él , en cuanto la sintió, a empujar contra mí . Yo veía mi glande dilatando su esfínter pero notaba que era demasiado gruesa para él, para un agujerito tan pequeño y tenso. Le di otro azote fuerte y volví a escupir intentando lubricar más y entró un poco más pero le hacía daño y lo notaba. Le pregunté si tenía algo que no pudiera servir de lubricante y al no tener nada opté por no seguir con algo que aunque nos apetecía a los dos no parecía poder llegar a buen fin.
Le día la vuelta en la cama y volví a ponerla en su agujero sólo para verlo en esa postura y que le me viera a mí. Con sus piernas en mis hombros empezó a acariciarse la polla mientras me miraba como yo intentaba puntear su culo. Era una postura a mi mujer le encanta y a mí también, es de dominio total y muy morbosa al poder verse la caras. Pero ver a mi amigo así con su culo expuesto y mi polla intentando entrar mientras su polla estaba dura sobre su vientre, era algo que no me esperaba y me estaba poniendo muy cerdo. El ya no se cortaba en gemir y se la meneaba sin complejos.
-¿Te gusta mi polla en tu culo?-
- ¡Siii! Me encantaría que me lo follases y sentirla dentro pero al tienes muy gorda y no creo que me entre.
- Eso parece, la próxima vez tendrás que traer lubricante porque tu culo va a ser mío.
-Si, si quiero que me la metas entera-gemía ya marcando su cercano fin.
En eso dio un bufido más profundo y empezó a derramarse sobre su vientre, sus chorros no eran muy fuertes pero su eche era muy blanca y contrastaba contra su vello negro. Yo al verlo así quise llegar también y sacándola de entre sus nalgas comencé a meneándomela de forma más rápida apuntando a su polla, sus huevos y su vientre y casi gritando comencé a soltar chorros de leche sobre él. Mis chorros suelen ser fuertes y cayeron donde apunté y también en su pecho cara y cuello . Mi semen es más claro y contrastaban mis restos con los de él. En ese momento, en que se pasa el calentón y todo se ve de otra manera, pensé que iba a molestarse pero sin embrago siguió resoplando fuerte y con la boca semiabierta y un lefazo atravesándola, sacó la lengua y relamió los restos. Me sorprendió mucho, lo reconozco, a mi me gusta besar a mi mujer después de correrme en su boca pero no pensé que él, en su primera vez, lo haría con la leche de otro y sin embargo parece que además le gustaba. Yo no quise se menos y alargué mi mano a su polla y pasando mis dedos por su leche me los lleve a mi boca y degusté el sabor de su semen y del mío mezclados. Me encantó lo reconozco y repetí mi degustación acercándome a lamer ligeramente la punta de su polla manchada con el jugo de ambos y ya empezando a perder la dureza.
Se notaba que el momento mágico había pasado y estábamos los dos cansados, desnudos uno al lado del otro jadeando.
( Dedicado a ese amigo que se que también ha recalado en este foro y al que hecho de menos)