Una tarde de nuevas experiencias

Bcn_Bi

Miembro activo
Desde
6 Ago 2025
Mensajes
30
Reputación
117
Mi novio siempre me dice que cuando llega el calor yo también me caliento. Y tiene razón, porque es tiempo de ir con poca ropa (o casi nada) por casa y dormir desnudo. No son ni una ni dos las veces que me ha sorprendido tocándome distraídamente mientras estoy tumbado en el sofá o en la cama a su lado. Y son incontables las veces que ha recibido insinuaciones cuando sale desnudo de la ducha y que han terminado con nosotros dos necesitando pasar otra vez por el túnel de lavado.

¿Qué te parecería ir a una sauna, mañana? - Me dijo una noche, así por sorpresa.
¿Y eso? - Respondí yo.
Quiero probar cosas nuevas y quiero ver si fuera eres tan exhibicionista como en casa.

Ya sabía que él había ido alguna vez antes de estar juntos y quizás lo echa de menos. Para mí sería la primera vez y podría ser divertido, así que acepto y quedamos al día siguiente por la tarde en una sauna que tenemos cerca de casa.

*Mensaje de texto*
Llego tarde. Entra y empieza a investigar. No tardo.

Quizás lo ha hecho expresamente o realmente llega tarde, sea como sea, entro que ya llevo un rato esperándole. Es un tardón, siempre me hace esperar. Pago la entrada, me cambio y ya me siento diferente sólo con mis chanclas, mi toalla por la cintura cubriéndome muy poco y un par de condones en la mano.

Paso por delante de unas duchas con un par de hombres bastante mayores duchándose, cada uno en la suya. Paso el bar de largo y sigo descubriendo el resto de habitaciones: una sauna vacía en la que hace un calor asfixiante (normal que esté vacía), una sala de vídeo ocupada por un tío pajeándose, un par de cabinas con varios hombres follando, una sala con un columpio ocupado por una pareja que lo está dando todo, una zona oscura que despierta mi curiosidad y más cabinas con las puertas cerradas y gente gimiendo detrás. Un golpeteo que me parece excitante empieza a endurecerme el rabo.

Durante mi paseo, me he cruzado con muchos hombres con los que nos hemos mirado. La mayoría son bastante mayores que yo, rondando los cincuenta. No sé muy bien cómo desenvolverme en estas situaciones ni cómo romper el hielo, así que decido entrar en una sala bastante amplia que tiene una cama en el centro y me siento de cara a la puerta. Uno de esos hombres me ha seguido, un señor de unos 50 años que se queda en la puerta mirándome. Yo me inclino un poco para atrás y me abro la toalla para que vea mi erección. Él me imita y cuando se la quita veo que la tiene dura también.

Se acerca, su polla balanceándose en el aire. Me inclino para adelante para recibirla con mi boca, pero él me empuja tirándome contra la cama, se arrodilla y empieza a mamármela con fuerza. Si sigue así, me correré en diez segundos. Sin embargo, cuando la tengo bien dura se detiene y se sienta a mi lado. Yo me incorporo y me da un largo beso con lengua mientras me acaricia las piernas y yo empiezo a masturbarle. No tardo en bajar mi cabeza y empezar a mamársela. Tiene un sabor curioso, una mezcla de sudor con algo que no consigo identificar. No soy el primero de la tarde y me pone pensar que todavía tiene energías para mí.

Al cabo de un rato de estar mamando, ya de rodillas en el suelo y metiéndome toda la polla que puedo en mi boca, él me levanta y me pone contra la pared. Se arrodilla y hunde su cara entre mis nalgas, empezando a lamerme el ano. Esto va subiendo de temperatura. Me giro hacia la puerta y veo que hay otro tipo mirándonos. Nos vamos mirando a los ojos, él tocándose, yo excitado por los lametones y los dedos que juegan con mi culo.

El amigo deja de lamer y se levanta, quedándose a mi espalda. Yo me quedo quieto, esperando que me dé la siguiente indicación. Un envoltorio de condón cae al suelo delante de mí. Así que ya ha llegado el momento. Me inclino un poco para adelante, ofreciéndole mejor mi culo, y noto la presión de su rabo entrando suavemente dentro de mí. Me ha dilatado tanto que entra con mucha facilidad, bombeando suave y hasta el fondo, sus manos sujetando mi cintura.

El tío de la puerta parece más excitado, su rabo ha aumentado de tamaño. Mientras mi amigo me folla, nos vamos mirando. ¿Me atreveré con dos a la vez? Seguro que a él le interesa unirse.

Estoy con estas fantasías, cada vez más cachondo, cuando mi amigo se detiene y se tumba en la cama y yo me pongo encima suyo. Ahora es mí momento para cabalgarlo, mientras miro al otro en la puerta. Al cabo de un rato entra un tercero en la sala y me detengo de golpe. Vaya pillada, es mi novio…

El amigo se da cuenta que me he parado y empieza a bombear él, agarrándome bien fuerte el culo. Yo sigo petrificado mirando a mi chico, que le dice algo a la oreja al de cuarenta. Me sonríe y veo que el otro tío se arrodilla y empieza a mamarle el rabo.

Me relajo y sigo cabalgando a mi amigo, mientras el otro se la come a mi chico. Un rato así hasta que me pone a cuatro patas y empieza a follarme fuerte. Me duele un poco, pero el placer es mucho mayor. Entonces se acerca mi novio, me agarra la cara y me dice: “mi leche es solo para ti”, y me introduce su polla, recubierta de la saliva de otro, en mi boca.

Se la empiezo a mamar con ganas, dominado por dos hombres estoy cachondísimo, y pronto noto sus espasmos clásicos de correrse. Su leche inunda mi boca, tan rica como siempre, y yo sigo mamando y tragando hasta que se cansa y se tumba en la cama a nuestro lado, mirándonos y tocándose. Siempre ha tenido facilidad para excitarse y creo que no tardará en tener una nueva erección. Mientras, mi amigo empieza a estar en las últimas, sus bombeos son más intensos, pero más lentos, hasta que llega un último bombeo hasta el fondo y otros más suaves… Creo que ya se ha corrido, sus manos me sujetan con menos fuerza.

La saca y se va. Ni adiós ni nada. Cuando me giro para ver si queda alguien descubro que estamos solos mi chico, su nueva erección y yo. Aprovechando que tengo el culo abierto, me acerco y me siento encima de él.

Creo que te lo has pasado bien - me dice.
Cállate y fóllame, que todavía no me he corrido.

Y nos besamos. Más gente entrará y nos mirará, alguno nos tocará para unirse, pero esta tarde terminará así, con nosotros dos queriéndonos en uno de los lugares más frívolos donde quererse.
 
Mi novio siempre me dice que cuando llega el calor yo también me caliento. Y tiene razón, porque es tiempo de ir con poca ropa (o casi nada) por casa y dormir desnudo. No son ni una ni dos las veces que me ha sorprendido tocándome distraídamente mientras estoy tumbado en el sofá o en la cama a su lado. Y son incontables las veces que ha recibido insinuaciones cuando sale desnudo de la ducha y que han terminado con nosotros dos necesitando pasar otra vez por el túnel de lavado.

¿Qué te parecería ir a una sauna, mañana? - Me dijo una noche, así por sorpresa.
¿Y eso? - Respondí yo.
Quiero probar cosas nuevas y quiero ver si fuera eres tan exhibicionista como en casa.

Ya sabía que él había ido alguna vez antes de estar juntos y quizás lo echa de menos. Para mí sería la primera vez y podría ser divertido, así que acepto y quedamos al día siguiente por la tarde en una sauna que tenemos cerca de casa.

*Mensaje de texto*
Llego tarde. Entra y empieza a investigar. No tardo.

Quizás lo ha hecho expresamente o realmente llega tarde, sea como sea, entro que ya llevo un rato esperándole. Es un tardón, siempre me hace esperar. Pago la entrada, me cambio y ya me siento diferente sólo con mis chanclas, mi toalla por la cintura cubriéndome muy poco y un par de condones en la mano.

Paso por delante de unas duchas con un par de hombres bastante mayores duchándose, cada uno en la suya. Paso el bar de largo y sigo descubriendo el resto de habitaciones: una sauna vacía en la que hace un calor asfixiante (normal que esté vacía), una sala de vídeo ocupada por un tío pajeándose, un par de cabinas con varios hombres follando, una sala con un columpio ocupado por una pareja que lo está dando todo, una zona oscura que despierta mi curiosidad y más cabinas con las puertas cerradas y gente gimiendo detrás. Un golpeteo que me parece excitante empieza a endurecerme el rabo.

Durante mi paseo, me he cruzado con muchos hombres con los que nos hemos mirado. La mayoría son bastante mayores que yo, rondando los cincuenta. No sé muy bien cómo desenvolverme en estas situaciones ni cómo romper el hielo, así que decido entrar en una sala bastante amplia que tiene una cama en el centro y me siento de cara a la puerta. Uno de esos hombres me ha seguido, un señor de unos 50 años que se queda en la puerta mirándome. Yo me inclino un poco para atrás y me abro la toalla para que vea mi erección. Él me imita y cuando se la quita veo que la tiene dura también.

Se acerca, su polla balanceándose en el aire. Me inclino para adelante para recibirla con mi boca, pero él me empuja tirándome contra la cama, se arrodilla y empieza a mamármela con fuerza. Si sigue así, me correré en diez segundos. Sin embargo, cuando la tengo bien dura se detiene y se sienta a mi lado. Yo me incorporo y me da un largo beso con lengua mientras me acaricia las piernas y yo empiezo a masturbarle. No tardo en bajar mi cabeza y empezar a mamársela. Tiene un sabor curioso, una mezcla de sudor con algo que no consigo identificar. No soy el primero de la tarde y me pone pensar que todavía tiene energías para mí.

Al cabo de un rato de estar mamando, ya de rodillas en el suelo y metiéndome toda la polla que puedo en mi boca, él me levanta y me pone contra la pared. Se arrodilla y hunde su cara entre mis nalgas, empezando a lamerme el ano. Esto va subiendo de temperatura. Me giro hacia la puerta y veo que hay otro tipo mirándonos. Nos vamos mirando a los ojos, él tocándose, yo excitado por los lametones y los dedos que juegan con mi culo.

El amigo deja de lamer y se levanta, quedándose a mi espalda. Yo me quedo quieto, esperando que me dé la siguiente indicación. Un envoltorio de condón cae al suelo delante de mí. Así que ya ha llegado el momento. Me inclino un poco para adelante, ofreciéndole mejor mi culo, y noto la presión de su rabo entrando suavemente dentro de mí. Me ha dilatado tanto que entra con mucha facilidad, bombeando suave y hasta el fondo, sus manos sujetando mi cintura.

El tío de la puerta parece más excitado, su rabo ha aumentado de tamaño. Mientras mi amigo me folla, nos vamos mirando. ¿Me atreveré con dos a la vez? Seguro que a él le interesa unirse.

Estoy con estas fantasías, cada vez más cachondo, cuando mi amigo se detiene y se tumba en la cama y yo me pongo encima suyo. Ahora es mí momento para cabalgarlo, mientras miro al otro en la puerta. Al cabo de un rato entra un tercero en la sala y me detengo de golpe. Vaya pillada, es mi novio…

El amigo se da cuenta que me he parado y empieza a bombear él, agarrándome bien fuerte el culo. Yo sigo petrificado mirando a mi chico, que le dice algo a la oreja al de cuarenta. Me sonríe y veo que el otro tío se arrodilla y empieza a mamarle el rabo.

Me relajo y sigo cabalgando a mi amigo, mientras el otro se la come a mi chico. Un rato así hasta que me pone a cuatro patas y empieza a follarme fuerte. Me duele un poco, pero el placer es mucho mayor. Entonces se acerca mi novio, me agarra la cara y me dice: “mi leche es solo para ti”, y me introduce su polla, recubierta de la saliva de otro, en mi boca.

Se la empiezo a mamar con ganas, dominado por dos hombres estoy cachondísimo, y pronto noto sus espasmos clásicos de correrse. Su leche inunda mi boca, tan rica como siempre, y yo sigo mamando y tragando hasta que se cansa y se tumba en la cama a nuestro lado, mirándonos y tocándose. Siempre ha tenido facilidad para excitarse y creo que no tardará en tener una nueva erección. Mientras, mi amigo empieza a estar en las últimas, sus bombeos son más intensos, pero más lentos, hasta que llega un último bombeo hasta el fondo y otros más suaves… Creo que ya se ha corrido, sus manos me sujetan con menos fuerza.

La saca y se va. Ni adiós ni nada. Cuando me giro para ver si queda alguien descubro que estamos solos mi chico, su nueva erección y yo. Aprovechando que tengo el culo abierto, me acerco y me siento encima de él.

Creo que te lo has pasado bien - me dice.
Cállate y fóllame, que todavía no me he corrido.

Y nos besamos. Más gente entrará y nos mirará, alguno nos tocará para unirse, pero esta tarde terminará así, con nosotros dos queriéndonos en uno de los lugares más frívolos donde quererse.
Eso se llama complicidad total 😉
 
Se puede saber a qué sauna fuisteis? Me está dando curiosidad ir a una por Barcelona (soy heterocurioso)
 
Se puede saber a qué sauna fuisteis? Me está dando curiosidad ir a una por Barcelona (soy heterocurioso)
La del relato está inspirada en una de Madrid. De Barcelona no he ido a ninguna, pero hace tiempo que estoy pensando en ir a la Bruc, pero no he encontrado el momento todavía.
 
De la sauna casanova no sabes nada? Es que la hora que iría sería muy temprano, rollo 3-4 de la mañana antes del trabajo y la del bruc no es 24 horas
 
Sólo sé lo que he visto en las reseñas de Google, poco más.
 
Y buscarías compañía para ir a alguna de estas? O entiendo que irías con tu pareja no? Es que nose si ir solo es la mejor opción para mi, pero tampoco es fácil encontrar con quien ir jeje
 
Yo he ido solo a un par de saunas y alguna vez al Boyberry y puede dar corte al principio, pero dentro acabas encontrando alguien con quien follar. Al final todo el mundo va buscando lo mismo.

Un día quiero ir a la Bruc como te digo, pero tengo horarios variables de mañanas o tardes. Se puede intentar coincidir si te quedas más tranquilo y nos vamos a una cabina tu y yo. Viendo tu foto, podemos divertirnos... ;P
 
Pues si algún día quieres ir y te apetece ir juntos me lo comentas. Lo de la cabina al final en todo caso que primero quiero ver cómo es todo un poco jeje
 
Mi novio siempre me dice que cuando llega el calor yo también me caliento. Y tiene razón, porque es tiempo de ir con poca ropa (o casi nada) por casa y dormir desnudo. No son ni una ni dos las veces que me ha sorprendido tocándome distraídamente mientras estoy tumbado en el sofá o en la cama a su lado. Y son incontables las veces que ha recibido insinuaciones cuando sale desnudo de la ducha y que han terminado con nosotros dos necesitando pasar otra vez por el túnel de lavado.

¿Qué te parecería ir a una sauna, mañana? - Me dijo una noche, así por sorpresa.
¿Y eso? - Respondí yo.
Quiero probar cosas nuevas y quiero ver si fuera eres tan exhibicionista como en casa.

Ya sabía que él había ido alguna vez antes de estar juntos y quizás lo echa de menos. Para mí sería la primera vez y podría ser divertido, así que acepto y quedamos al día siguiente por la tarde en una sauna que tenemos cerca de casa.

*Mensaje de texto*
Llego tarde. Entra y empieza a investigar. No tardo.

Quizás lo ha hecho expresamente o realmente llega tarde, sea como sea, entro que ya llevo un rato esperándole. Es un tardón, siempre me hace esperar. Pago la entrada, me cambio y ya me siento diferente sólo con mis chanclas, mi toalla por la cintura cubriéndome muy poco y un par de condones en la mano.

Paso por delante de unas duchas con un par de hombres bastante mayores duchándose, cada uno en la suya. Paso el bar de largo y sigo descubriendo el resto de habitaciones: una sauna vacía en la que hace un calor asfixiante (normal que esté vacía), una sala de vídeo ocupada por un tío pajeándose, un par de cabinas con varios hombres follando, una sala con un columpio ocupado por una pareja que lo está dando todo, una zona oscura que despierta mi curiosidad y más cabinas con las puertas cerradas y gente gimiendo detrás. Un golpeteo que me parece excitante empieza a endurecerme el rabo.

Durante mi paseo, me he cruzado con muchos hombres con los que nos hemos mirado. La mayoría son bastante mayores que yo, rondando los cincuenta. No sé muy bien cómo desenvolverme en estas situaciones ni cómo romper el hielo, así que decido entrar en una sala bastante amplia que tiene una cama en el centro y me siento de cara a la puerta. Uno de esos hombres me ha seguido, un señor de unos 50 años que se queda en la puerta mirándome. Yo me inclino un poco para atrás y me abro la toalla para que vea mi erección. Él me imita y cuando se la quita veo que la tiene dura también.

Se acerca, su polla balanceándose en el aire. Me inclino para adelante para recibirla con mi boca, pero él me empuja tirándome contra la cama, se arrodilla y empieza a mamármela con fuerza. Si sigue así, me correré en diez segundos. Sin embargo, cuando la tengo bien dura se detiene y se sienta a mi lado. Yo me incorporo y me da un largo beso con lengua mientras me acaricia las piernas y yo empiezo a masturbarle. No tardo en bajar mi cabeza y empezar a mamársela. Tiene un sabor curioso, una mezcla de sudor con algo que no consigo identificar. No soy el primero de la tarde y me pone pensar que todavía tiene energías para mí.

Al cabo de un rato de estar mamando, ya de rodillas en el suelo y metiéndome toda la polla que puedo en mi boca, él me levanta y me pone contra la pared. Se arrodilla y hunde su cara entre mis nalgas, empezando a lamerme el ano. Esto va subiendo de temperatura. Me giro hacia la puerta y veo que hay otro tipo mirándonos. Nos vamos mirando a los ojos, él tocándose, yo excitado por los lametones y los dedos que juegan con mi culo.

El amigo deja de lamer y se levanta, quedándose a mi espalda. Yo me quedo quieto, esperando que me dé la siguiente indicación. Un envoltorio de condón cae al suelo delante de mí. Así que ya ha llegado el momento. Me inclino un poco para adelante, ofreciéndole mejor mi culo, y noto la presión de su rabo entrando suavemente dentro de mí. Me ha dilatado tanto que entra con mucha facilidad, bombeando suave y hasta el fondo, sus manos sujetando mi cintura.

El tío de la puerta parece más excitado, su rabo ha aumentado de tamaño. Mientras mi amigo me folla, nos vamos mirando. ¿Me atreveré con dos a la vez? Seguro que a él le interesa unirse.

Estoy con estas fantasías, cada vez más cachondo, cuando mi amigo se detiene y se tumba en la cama y yo me pongo encima suyo. Ahora es mí momento para cabalgarlo, mientras miro al otro en la puerta. Al cabo de un rato entra un tercero en la sala y me detengo de golpe. Vaya pillada, es mi novio…

El amigo se da cuenta que me he parado y empieza a bombear él, agarrándome bien fuerte el culo. Yo sigo petrificado mirando a mi chico, que le dice algo a la oreja al de cuarenta. Me sonríe y veo que el otro tío se arrodilla y empieza a mamarle el rabo.

Me relajo y sigo cabalgando a mi amigo, mientras el otro se la come a mi chico. Un rato así hasta que me pone a cuatro patas y empieza a follarme fuerte. Me duele un poco, pero el placer es mucho mayor. Entonces se acerca mi novio, me agarra la cara y me dice: “mi leche es solo para ti”, y me introduce su polla, recubierta de la saliva de otro, en mi boca.

Se la empiezo a mamar con ganas, dominado por dos hombres estoy cachondísimo, y pronto noto sus espasmos clásicos de correrse. Su leche inunda mi boca, tan rica como siempre, y yo sigo mamando y tragando hasta que se cansa y se tumba en la cama a nuestro lado, mirándonos y tocándose. Siempre ha tenido facilidad para excitarse y creo que no tardará en tener una nueva erección. Mientras, mi amigo empieza a estar en las últimas, sus bombeos son más intensos, pero más lentos, hasta que llega un último bombeo hasta el fondo y otros más suaves… Creo que ya se ha corrido, sus manos me sujetan con menos fuerza.

La saca y se va. Ni adiós ni nada. Cuando me giro para ver si queda alguien descubro que estamos solos mi chico, su nueva erección y yo. Aprovechando que tengo el culo abierto, me acerco y me siento encima de él.

Creo que te lo has pasado bien - me dice.
Cállate y fóllame, que todavía no me he corrido.

Y nos besamos. Más gente entrará y nos mirará, alguno nos tocará para unirse, pero esta tarde terminará así, con nosotros dos queriéndonos en uno de los lugares más frívolos donde quererse.
Vaya morbazo nen
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo