Viejos amigos

Lo primero de todo es manifestar a los valencianos que lean mis relatos mi más sentido pésame y mandarles, desde estas líneas, toda la fuerza y el ánimo para que se recuperen lo antes posible y que vuelvan a ser lo que siempre han sido: una importante parte de España en todos los sentidos.

Força València, Visca València


Capítulo 10



Durante un rato estuvimos en la misma postura, Leylak sentada sobre la cara de Carlos, yo sentado sobre su polla y las manos de ambos pajeándome y acariciando mis pelotas. Leylak se levantó y, en la otra parte de la cama se colocó tumbada boca arriba mientras yo seguía con la polla de Carlos clavada en mi culo. Carlos me miró y me sonrió, su cara mostraba el tremendo placer que estaba disfrutando. Me incliné sobre Carlos, me agarró de la cintura y nos comimos las bocas, notaba su polla muy dura dentro de mí y como mi ojal se abría y cerraba elásticamente con cada movimiento que yo hacía. Acabé levantándome, me coloqué de rodillas junto a Carlos mientras Leylak se acariciaba el clítoris con una mano y con la otra abría los grandes labios vaginales y se introducía un par de dedos por el coño. Agarré la polla de Carlos, efectivamente la tenía muy dura, notaba sus venas en mi mano, el calor que emitía, la rigidez de su miembro en mi mano me excitaba mucho. Nos seguimos besando, él agarró mi polla y empezó a meneármela mientras yo hacía lo mismo con la suya. Al cabo de unos minutos, soltó mi polla y se incorporó, miró a Leylak a la cara, fue bajando su vista por sus grandes tetas y su vientre hasta llegar a su coño, se puso de rodillas entre sus piernas y levantó un poco las caderas de ella mientras ésta abría más las piernas y agarraba el nabo de Carlos para metérselo en el coño. Carlos, de rodillas aún, embestía con sus caderas el coño de Leylak, sus tetas se movían con un movimiento de vaivén que me hipnotizaba. Me dirigí hacia ella y me senté sobre su vientre mientras notaba como Carlos me besaba los hombros, metí mi polla entre sus tetas y me puse a hacerme una paja cubana, mi polla entre sus tetas aparecía y desaparecía mientras su boca entreabierta dejaba salir su lengua que, de vez en cuando lamía mi capullo. Noté como Carlos introducía un dedo en mi culo, aquello me puso a mil. Me pajeaba con semejantes tetas mientras él me follaba el culo con un dedo, que en poco tiempo fueron dos y a los pocos minutos, tres. El placer que sentía era tremendo, Carlos jadeaba, Leylak gemía y yo…yo hacía ambas cosas, gemía y jadeaba, sin dejar de mover mis caderas por la paja cubana y por los dedos de Carlos dentro de mí. A mi espalda notaba los suspiros de Carlos mientras se follaba a Leylak, los resoplidos me daban en la espalda aportando algo de frescor al calor que había en la habitación, a pesar de tener el aire acondicionado en funcionamiento. Leylak comenzó a gemir más fuerte, movía todo su cuerpo mientras Carlos aceleraba el ritmo de penetración, se agarró las tetas y comenzó a apretarlas contra mi polla con energía. Entre aquello y lo que me estaba haciendo Carlos por detrás, notaba como mi orgasmo empezaba a manifestarse, a querer sacar la leche que tenía dentro y verterla por la cara y el pecho de Leylak. Me puse a gemir y a mover mis caderas con fuerza, notando como mi leche subía hacia mi polla, mis gemidos se hicieron más fuertes, los dedos de Carlos se movían más rápidos aún. Leylak me miró

-Vamos cabrón, suelta lo que tienes ahí -me dijo mirando la punta de mi capullo- Me voy a correr también.

En cuanto dijo aquello, me detuve por un segundo para ver como de mi nabo salía un primer trallazo de leche que caía en la boca y barbilla de Leylak, los siguientes trallazos le llenaron el pecho hasta que me agarró la polla y se la metió en la boca. Movía su lengua limpiándomela hasta dejarla totalmente limpia. Carlos iba sacando sus dedos de mi ojal mientras que aceleraba sus movimientos, me giré en el momento que sacaba su polla del coño de ella y comenzaba a salir leche, leche que se posó en mi vientre y comenzó a escurrir hasta llenar el vientre de Leylak.

-Dios, qué maravilla Carlos -dijo Leylak con la respiración alterada aún- Nico, vaya dureza tienes en la polla, creo que me van a salir ampollas en las tetas…jajajaja

-Sí que ha sido una maravilla de paja -le dije mientras extendía la leche de Carlos por el vientre de ella- Tienes unas tetas maravillosas…y además naturales ¡Qué más se puede pedir!

-Jajajaja, y el coño que tienes es una auténtica maravilla -soltó Carlos inclinándose para besarme-

-¿Desde cuándo estáis juntos? Sabes lo que me excitan los bisexuales, Carlos -preguntó Leylak acariciándome el culo mientras Carlos y yo seguíamos besándonos- Parece que lo has hecho a posta…¿hasta cuándo os quedáis en Tánger?

-No te emociones Leylak -le contestó Carlos- esta tarde a nos volvemos en el barco de las 16:30…tenemos que estar allí antes de las 21:00

-No, saldremos en el barco de las 17:30 -rectifiqué a Carlos- Nos cambiaron el billete, ¿no recuerdas?

-Pero cogeremos el barco que teníamos de primera -me dijo Carlos con una sonrisa de medio lado- Déjame hacer las cosas bien…

-Nico -me dijo Leylak- veo que eres nuevo en las sorpresas de Carlos, acostúmbrate a esos cambios… Ni sé ni quiero saber en lo que está metido, pero esos cambios son normales en él, al menos aquí en Marruecos, por tu cara veo que en España no hace esas cosas…jejejeje Aunque para tu tranquilidad, todo lo que hace en Marruecos es legal, tengo amigos en altos círculos policiales y me han dicho que todo está bien…así que no es un tema de narcotráfico ni tráfico de personas…Fue lo primero que hice cuando empezó con esas, digamos “reacciones distintas de lo esperado”.

La yema de uno de sus dedos ahora me acariciaba el ojal mientras con la otra acariciaba una de mis nalgas.

-¿No me decías que no tenías ningún tipo de relación fuera de tu matrimonio? -le pregunté a Carlos- Veo que eso es otra “reacción distinta de lo esperado”

-A ver -contestó Carlos- Leylak no es una relación como tal, cuando nos quedamos, quedamos para follar, ella lo necesita y yo también, ¿verdad Leylak?

-Eres un cabrón, Carlos -dijo Leylak- pero es la verdad Nico, me encantan mucho las pollas, y la de Carlos me pone a mil…Ya veis, solo hablar de ello se me está mojando el coño.

Carlos abrió los labios vaginales de ella y yo metí un dedo, lo saqué brillante y mojado y se lo metí en la boca a Carlos que lo lamió con muchas ganas. Aproveché ese momento para girarme y besar a Leylak mientras me tumbaba junto a ella, mi polla empezó a agrandarse pero sin ponerse dura, acababa de correrme al igual que Carlos que estaba entre las piernas de ella, acariciando su coño con los dedos mientras que su lengua acariciaba el clítoris. Pero su polla estaba igual que la mía.

-Bueno, parece ser que tendré que echar mano del air jeruk -dijo Leylak bajándose de la cama-

Carlos sonrió y me miró, nos acomodamos el uno al lado del otro contemplando el cuerpazo de Leylak, sus tetas grandes pero perfectas que desafiaban a la fuerza de la gravedad, sus piernas imponentes y largas sin final, su culo espectacular, redondo, duro y apetitoso y su coño, su coño depilado con unos labios vaginales grandes y algo colgones los superiores. Los tenía para cogerlos entre los labios de la boca y tirar de ellos. Cogió su bolso, un bolso grande, y sacó un termo grande, metálico. Fue al baño y cogió los dos vasos de cristal, en ellos vertió el líquido que tenía la botella, echaba un poco de humo pero dejó un olor dulzón a canela, naranja…que aromatizó toda la habitación. Nos acercó los vasos a Carlos y a mí, lo probamos y estaba riquísimo, sabía a naranjas, a canela, y a más cosas que no podía descifrar pero que dejaban un sabor increíble.

-Venga, tomad la viagra marroquí…jajajaja -dijo Leylak tomando un poco en la taza que hace de tapón del termo- Se llama air jeruk, le dicen la bebida del amor, dicen que es afrodisíaca.

Se arrodilló delante de los dos y agarró nuestras pollas mientras bebíamos. Los dos a la vez estiramos nuestras piernas para que se colocase mejor e hiciese lo que quisiera con nuestras pollas, pero esperábamos que fuese algo espectacular como parecía que sería. Acercó su boca a mi nabo y comenzó a lamerlo, primero lo chupaba como un crío toma un helado, después con la punta de la lengua la pasaba por el frenillo mientras acariciaba mis cojones con una mano, con la otra masturbaba a Carlos. Se metió el capullo entero en la boca sin parar de mirarme a la cara, con una sonrisa de excitada que estaba logrando que la polla se me pusiera dura. Le agarré la cabeza y moví mis caderas notando como entraba toda mi polla en su boca, seguía mirándome cuando bajó la mano con la que me acariciaba las pelotas y comenzó a tocarse el coño. Sacó mi polla de su boca y se metió la de Carlos, para ese momento los dos teníamos ya las pollas duras. Con la mano con la que se tocaba comenzó a pajearme, notaba sus dedos brillantes y mojados sobre mi polla ya bastante dura y soltando líquido preseminal. Con la posición en la que estaba, arrodillada con el pecho pegado a la cama mientras le comía la polla a Carlos, me levanté y me coloqué detrás de ella, su coño estaba muy abierto, como su culo, pero su coño brillaba por sus flujos. Acerqué mi boca y con mi lengua recogí esos flujos sabrosos, calientes, excitantes, salados… ella suspiró. Con mis dedos abrí el coño, atrapé con mis labios sus labios vaginales superiores y tiré de ellos, noté como se mojaba más aún y suspiraba con su boca llena por la polla de Carlos. Subí mi boca hacia su ojal, pasé la punta de mi lengua por él, estaba abierto, metí un dedo y se abrió sin ninguna dificultad, metí un segundo dedo y su ano se abría sin ningún problema. Me incorporé y coloqué mi polla en la entrada de su coño mientras le metía un tercer dedo en el culo. Con un movimiento de mis caderas, le metí la polla en el coño y comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás. La agarré de las caderas y ella levantó su pecho de la cama, momento que aprovechó Carlos para agarrarle y acariciarle las tetas mientras metía su polla completamente en la boca de Leylak. Yo apretaba mis caderas contra sus nalgas, notaba su coño empapado, como me apretaba la polla con las paredes vaginales queriendo ordeñármela, los movimientos de mis caderas aceleraron, su cabeza se movía al mismo ritmo que mis golpes de cadera y, por la cara de Carlos, sabía que la mamada que le estaba dando era de las que hacen historia. Carlos me guiñó un ojo mientras su respiración se aceleraba, por su cara sabía que se iba a correr, así que aumenté mis movimientos y ella aumentó el volumen de sus gemidos.

-Me voy a correr, zorrita -dijo Carlos muy excitado- Ni se te ocurra dejar de mamar lo que tienes en la boca.

-Ummmm, ummmm -soltó Leylak- Ni aunque me lo mandes dejo de comerte esta delicia, cabrón. Quiero tomarme tu leche. Dame fuerte Nico, estoy a punto.

Aceleré más aún los movimientos cuando Carlos soltó un gemido tremendo.

-Traga cabrona…me estoy corriendo -le dijo aguantándole la cabeza entre sus piernas- Joderrrr

Saqué mi polla del coño de Leylak y me coloqué junto a Carlos, los dos abrieron las bocas y sacaron sus lenguas, puse mi polla sobre la lengua de ella y solté el primer trallazo, no salió mucho, pero lo que salió se lo tragó, después pasé la polla a la boca de Carlos que recibió el segundo y tercer trallazo, con poca bastante poca leche y acabó limpiándome la polla con la lengua. Los tres caímos sobre la cama intentando recuperar el aire, estábamos agotados.

Al cabo de los minutos nos duchamos los tres juntos, la verdad que Leylak, además de ser muy guapa era una auténtica diosa. Acabamos de vestirnos y salimos del hotel los tres, nos dirigimos hacia el puerto, faltaban 45 minutos para que el barco zarpara. Leylak se despidió de nosotros en la entrada al puerto, me dejó una tarjeta con su número de teléfono.

-Toma Nico, en cuanto puedas guarda mi número en tu teléfono -me dijo besándome en los labios suavemente- Me encantaría repetir contigo a solas o acompañados.

-No te preocupes Leylak -le dije- Te tendré en mis contactos, te lo prometo.

-Bueno Leylak -dijo Carlos- Volveremos a vernos con total seguridad, ya vamos hablando.

Ella saludó con su mano y se alejó andando mientras nosotros entrábamos en la zona portuaria y nos dirigíamos a la estación marítima. Una vez en ella, buscamos en las pantallas el amarre del barco y nos dirigimos para embarcar. Ya dentro del fast ferry, nos sentamos relajados.

-Lo primero que quiero que sepas -me dijo algo serio- y no quiero que armes ningún revuelo es que Leylak es una agente del DSM (Direction de la Securite Militaire), el servicio de contraespionaje militar de Marruecos… Lo que pasa es que le encanta una polla más que a un tonto una tiza, y si son dos pollas mejor que mejor.

-Hala, me siento como metido en las historias de James Bond sin quererlo, joder -le respondí bastante agobiado- Debería habérmelo imaginado, si ando con espías…lo normal es que todos lo sean…menos yo. Por cierto…¿dónde has dejado la pistola? Porque el arco de seguridad no ha pitado.

-Jajajaja buen apunte -me dijo riéndose- La dejé bajo el colchón de la habitación. Tranquilo, cuando Marcos vaya al hotel, le dirán que nos cabíamos de habitación y seguro que rebusca hasta encontrarla. La he dejado cerca del borde, en cuanto meta la mano la tocará. Por otro lado, no soy un espía no pertenezco al CNI, ni al MEAT, ni al CITCO, CCN, ONS ni ONIC, simplemente soy un agente de la Guardia Civil, dentro del SIGC…

-Me he perdido con tantas iniciales -le corté- Pensaba que solo era el CNI…

-Jajajaja, hay algunos organismos más, los que pertenecen a cada cuerpo militar -me dijo riéndose- Pero dejémoslo así, que como dicen los espías: contra menos sepas, mejor para ti.

-Qué cabrón eres -me reí- De todas formas, ¿puedes decirme porqué nos hemos ido tan pronto? Marcos nos dio el billete de vuelta para las 17:30, podríamos haber aprovechado más con Leylak…qué buena está la jodida.

-Si nos hubiésemos venido a la hora que nos indicaron no hubiésemos venido solos -me contestó Carlos- y, en cuanto llegásemos a la Aduana de Tarifa nos hubiesen metido para dentro…El estado es muy curioso y siempre quiere saber, si tiene la oportunidad, para qué hemos ido a Tánger, y yo no le voy a dar ese gusto.

-No, no, por supuesto -le dije- el gusto se lo das a Leylak

-Y a ti -me respondió rápido- no lo olvides…

-Lo confirmo, eres un cabrón -le dije entre risas- ¿Por qué no me dijiste que follabas con Leylak siempre que podías, cuando hablamos en su momento de si alguna vez habíamos engañado a nuestras mujeres?

-Simplemente porque no la engañé -me respondió- digamos que eran órdenes de arriba.

-¿Cómo? -me giré bruscamente hacia él- ¿Me estás diciendo que tus jefes te ordenaron que follaras con Leylak sabiendo que estás casado?

-Igual no lo crees, pero así es -me dijo con esa sonrisa que él sabía que me desarmaba- No sé si lo entenderías…

-Bueno, cuéntame y después te digo -le contesté mirándolo fijamente- Esto me interesa bastante.

-Verás, todo lo que te voy a contar es confidencial, ni puedes ni debes decírselo a nadie, ¿de acuerdo? – comenzó diciendo mientras asentí con la cabeza- Leylak es una agente del servicio de inteligencia marroquí pero a la vez es la cabecilla de una organización que trafica con droga, concretamente con hachís. La estábamos siguiendo en Tánger porque sabíamos que era la cabecilla de la organización de narcotráfico, el CNI nos pasó un dato de que pertenecía a la inteligencia marroquí, contraespionaje para ser precisos. Y aquí viene lo gordo, la propia inteligencia marroquí pidió al CNI que siguiera controlándola por el tema del narcotráfico, pensaban que yo era un agente del CNI. En resumidas cuentas, el CNI presionó al SIGC para que yo siguiera controlándola pero más de cerca, mucho más de cerca. Las palabras de mis jefes fueron: Tienes que saber de ella hasta si usa tanga o bragas y el color de éstas todos los días, o si no las lleva, cuando tiene la regla, los días que no, si duerme desnuda o vestida…ya nos entiendes. Y básicamente hasta ahí te puedo contar.

-Te ha faltado: “sin que peligre tu vida” -le dije ya algo más asustado- Creo que no quiero saber nada más, bueno estoy seguro de que no quiero saber nada más, pero algo me dice que seguiré enterándome de más cosas.

Atracamos en Tarifa sobre las 17:40, pasamos por la aduana sin ningún problema, recogimos el coche y nos marchamos a casa, tenía muchísimas ganas de llegar, ducharme y relajarme hasta que llegaran las mujeres en el tren. Teníamos que ver como íbamos a tratar todo esto.

Una vez llegamos a casa me dirigí a mi dormitorio, Carlos me siguió. Comencé a desnudarme y se me quedó mirando, me quité la camiseta, me desabroché el pantalón que cayó hasta las rodillas, me senté en la cama para quitarme los zapatos, me levanté y terminé de quitarme pantalón y slips. Una vez desnudo, me dirigí al baño, necesitaba una ducha con urgencia. Carlos me cortó el paso, se me quedó mirando, acarició mi cintura y me besó en la boca.

-No me seas cabrón, Carlos -le dije con mi boca pegada a la suya- Quiero ducharme y si echamos otro polvo, los huevos se me van a meter hacia dentro de lo exprimidos que me los dejas.

Le toqué el paquete que estaba un poco abultado, me besó de nuevo y me abrazó.

-Vale, vale -me dijo- capto el mensaje, pero quiero ducharme contigo. Es que me pone a mil verte desnudo.

Se desnudó delante de mí, creo que lo hacía para excitarme, cosa que estando yo desnudo no hizo falta que lo dijera, se veía a simple vista, consiguió que mi polla se levantara y, claro la suya no tenía flaccidez alguna. Se le notaban las venas de la polla, el capullo de color morado…me estaba excitando demasiado pero teníamos bastantes cosas que aclarar pendientes aún. Decidí girarme e irme a la ducha, Carlos se vino detrás acariciando mis nalgas. Entré primero en el plato de ducha, abrí el grifo y comenzó el agua tibia a caer, en ese momento Carlos ya estaba pegado a mí, nuestras pollas se tocaban duras y calientes.

-Joder Carlos tenemos cosas aún por tener claras y creo que lo que menos nos conviene es ponernos a follar, que ganas no me faltan, ya lo ves -le dije totalmente excitado señalando mi polla empalmada- Pero debemos centrarnos en lo que nos viene ahora.

-Perdóname, tienes toda la razón -me dijo separándose un poco- Te veo en bolas y solo quiero follarte y que me folles.

-Me pasa igual -le dije- Pero hoy vienen Irene y Carmen, tenemos que tener claro cómo vamos a proceder con ellas. Y te prometo que en cuanto podamos, aunque tengamos que coger un hotel, nos damos por el culo mutuamente.

Lo besé y me salí de la ducha, él se vino detrás, nos secamos y salimos al salón. Nos estábamos acostumbrando a ir desnudos por la casa, el vernos nos excitaba y eso se notaba en nuestras pollas. El teléfono de Carlos empezó a sonar, miró la pantalla y me la enseñó, era Carmen. Descolgó y lo puso en manos libres.

-Hola mi vida -le dijo- ¿Cómo va la cosa, por dónde vais? Estamos Nico y yo en su casa, os vamos a recibir con una cena como la que os merecéis, tengo el teléfono en manos libres por lo mismo, para seguir preparando cosillas.

-Hola Carlos…hola Nico -dijo un poco seria- no tengo ni idea de por dónde vamos, solo sé que llegaremos dentro de dos horas y media nos están diciendo, por cierto, no venid a recogernos que nos llevan hasta la casa de Irene y Nico, ¿de acuerdo? ¿qué tal estáis?

-Estamos bien Carmen -le dije- Aquí preparando algunas viandas para cuando lleguéis, Irene está contigo, ¿verdad?

-Sí, aquí estoy -me dijo Irene- Con ganas de llegar ya…a ver que sorpresa nos tenéis preparada…

-Pues hasta que no lleguéis, no sabréis nada -le contestó Carlos- Ya cuando lleguéis veréis os sorprenderemos, al menos eso creemos. ¿Quién os trae? Si se puede saber, claro.

-O igual nos sorprendéis vosotras -solté- Todo es posible.

-Verdad -dijo Carmen- a lo mejor os sorprendemos nosotras, jejeje. Nos lleva un Uber que hemos pillado junto a otra compañera, que le pilla de camino a casa de Irene, así que tendréis más tiempo para la sorpresa. Bueno, cuelgo que perdemos cobertura. Un beso enorme, ciao.

-Adiós -dijo Irene-

-Bueno, a ver qué sorpresa nos dan -le dije- y les damos, porque ni idea de qué le vamos a preparar.

-¿Recuerdas el restaurante colombiano? -me preguntó- podemos pedir comida y que nos la traigan, creo que por Glovo podemos hacerlo, así nos libramos de cocinar, ¿te parece bien?

-De lujo -le contesté- Llámalos tú y pides lo que tomamos la otra vez, pero para cuatro esta vez.

Carlos llamó al restaurante y tenían servicio a domicilio, así que estaríamos más tranquilos ahora, pidió la comida y le contestaron que estaría en casa en una hora aproximadamente.

Me senté en el sofá y Carlos a mi lado, nos miramos y le puse la mano en la parte interna del muslo, comencé a pasar la mano, acariciándole, de la rodilla hasta la parte que los huevos se pegan al muslo, metí los dedos por debajo de los huevos y su polla comenzó a ponerse más gorda y más grande.

-Eres un cabrón -me dijo- me estás calentando y me hace falta nada para que lo consigas.

-Jejeje, me encanta ver como se te empalma la polla -le dije sin parar de mover la mano- Cuando te miro y veo como te cuelga, como al andar se mueve tu polla y tus huevos, si te miro por detrás me encanta ver el cimbreo de tus nalgas…me escitas muchísimo.

-Ummm cabrón -me dijo señalando a mi polla- ya veo que te gusta mi nabo por la reacción del tuyo.

Le agarré la polla mientras me giré para comerla la boca, la notaba dura en mi mano, latiendo y caliente. Pasé uno de mis dedos por la punta de su capullo y arrastré una gota de líquido preseminal con él, me lo llevé a la boca y lo lamí. Me levanté y me arrodillé entre sus piernas, su cara lo decía todo. Se acomodó en el sofá y agaché mi cabeza buscando con mi boca esa maravilla que Carlos tenía entre las piernas, puse mis labios sobre su capullo y lo besé, pasé mi lengua por la punta, la bajé hasta el frenillo para volver a subirla de nuevo. Volví a bajar, pero esta vez, con la punta de la lengua, recorrí todo el perímetro del glande, la cabeza del nabo. Lo metí en mi boca y comencé a mamar. Carlos respiraba más agitadamente, mientras yo me excitaba más con su polla en mi boca. La saqué de la boca y giré la cabeza, quería lamer todo el tronco de su polla y eso hice, bajaba y subía mi cabeza por él mientras con mi lengua la saboreaba. Notaba todas las venas en mi lengua, la rigidez de su polla, el calor que irradiaba…con mi mano libre le acariciaba las pelotas, pelotas que notaba hinchadas a pesar de haber descargado ese día dos veces y casi seguidas. Levantó las caderas para dejar su culo libre, por lo que uno de mis dedos empezó a acariciarle el ojal. Pasaba la yema del dedo por el ojal, notando lo caliente que estaba, lo presionaba y notaba los latidos en él, se abría un poco y metí la primera falange del dedo. Carlos suspiró en ese momento, su polla emanaba más líquido preseminal que mi lengua recogía.

-Anda -le dije- prueba de mi boca el sabor de tu polla.

Me levanté un poco para besarlo, y me besó con mucha pasión, su lengua entraba en mi boca buscando mi lengua, se enredaron ambas dentro y fuera de la boca, tomaba todo el sabor de su nabo en mi boca, lamía y relamía mis labios, aspiraba mi lengua con sus labios queriendo arrancar el sabor dulzón de su polla en mi boca. Mientras lo pajeaba sin descanso hasta que volví a arrodillarme delante de él. Era como arrodillarme ante un dios, adorarlo, en este caso era adorar a una diosa, la diosa polla. Un falo bien duro, vigoroso, con unas venas totalmente marcadas y manando néctar de la misma diosa.

Volví a metérmela en la boca y, apretando mis labios contra su tronco, pasaba la lengua por el capullo mientras subía y bajaba mi boca. La respiración de Carlos se hizo más intensa cuando aceleré el movimiento de mi cabeza. Me la saqué de la boca y me puse a pajearlo, quería verlo disfrutar desde ese punto de vista. Desde abajo y con su polla cerca de mi cara mientras mi mano lo pajeaba. Daba la sensación de sometimiento hacia él, cosa que en verdad no era falso, estaba sometido a él siendo consciente de ello, y orgulloso también por qué no decirlo. Levantó sus caderas y le metí un dedo de nuevo en el culo, él gimió más aún. Mi polla estaba segregando precum en grandes cantidades, estaba muy caliente, así que hice lo único que necesitaba en ese momento. Me levanté y me senté sobre la polla de Carlos, me clavé su nabo sin pensarlo, su polla se abría paso, con algo de dolor pero me daba igual, necesitaba tenerlo dentro y eso estaba haciendo. Cuando su polla entró completamente, me quedé parado unos minutos para que mi esfínter se acomodara a el grosor de su polla, aunque el esfínter es elástico hay que dejar un tiempo prudencial para que dilate sin prisas. Una vez que el poco dolor había pasado me puse a subir y bajar, frotando con mis paredes anales su polla, me agarró la polla y se puso a pajearme mientras su boca se comía la mía. Las lenguas se enredaban, los labios se frotaban entre ellos, su polla me perforaba hasta el alma, su mano se deslizaba sobre mi polla envuelta en el líquido preseminal. Y ante semejante espectáculo no quedaba otra que soltar el esperma y eso hicimos.

-Ummm cabrón cómo me pones -me dijo Carlos entre suspiros- Voy a correrme

-No se te ocurra sacarla -le dije subiendo y bajando con más ímpetu- Córrete dentro

En cuestión de segundos, sus gemidos se convirtieron en jadeos, notaba su polla como si tuviese espasmos y de pronto noté como mi culo se llenaba de algo caliente mientras Carlos no paraba de besarme ni de pajearme. En cuanto acabó de correrse y notando su polla dentro, noté como una corriente de placer se dirigía de mi culo a mis pelotas, y de mis pelotas a mi vientre, de mi polla salió un primer trallazo que nos dio en el pecho a los dos, los siguientes no tengo ni idea de donde cayeron, solo quería clavarme más su polla, no parar de besarlo y que su mano acelerara el movimiento, cosa que hizo.

-Dios santo -le dije una vez recuperado el aire- esto cada vez sube de nivel, jajaja

-Ya te digo -contestó Carlos- si pienso en sexo, pienso en ti, ni en Carmen, ni en…Leylak…

-Uyy, creí que ibas a decir ni en Irene -le dije riéndome- Estaría bien, eh?

-Jajajaja -se río Carlos pero algo serio- ¿Estaría bien que pensase en follarme a tu mujer?

-Bueno, si lo hubiese pensado no me habría sentado mal…creo -le contesté con sinceridad- No lo sé, pero creo que no me hubiese disgustado.

-Me gustaría follarme a Irene -me soltó de repente- ¿Cómo te ha sentado?

-Bueno -le dije- la verdad no me ha provocado nada. Joder, si nos follamos el uno al otro, nos hemos follado entre los dos a Leylak…Lo que no sé es que después de lo visto, igual a mi mujer no le importaría, parece ser que folla con los demás más que conmigo.

-Jajaja lo mismo le pasa a Carmen -me dijo- Por lo que hemos visto folla más con los dos ancianos que conmigo.

Me levanté colocando mi mano en el ojal y me fui al baño, cuando salí Carlos estaba en el mismo lugar, se había limpiado la polla con una toallita húmeda y ya estaba de nuevo sentado en el sofá. Me senté a su lado y me besó en la boca.

-Quiero follarme a Carmen -le dije sin venir a cuento-

Me miró y comenzó a reírse, una risa contagiosa sin poder pararla. Al verlo así, me contagió la risa y me puse a reír también, estuvimos un ratillo así hasta que nos fuimos calmando. Era una mezcla de incertidumbre por lo que podía pasar y de nervios por lo que pasara.

-Creo que en cuanto lleguen tendrán que aclararnos algunas cosillas -me dijo-

Ding,dong, sonó el timbre de la puerta, nos miramos.

-Abre -me dijo mientras me lanzaba un pantalón de deporte y se ponía otro- ¿quién será?

Me puse el pantalón y abrí sin mirar por la mirilla de la puerta, era la comida del restaurante colombiano, me dio varias bolsas con la comida y las bebidas, le pagué y se marchó.

-Debemos relajarnos joder -dije un poco irritado- así no podemos vivir.

Carlos se acercó, me besó y me quitó las bolsas de la mano para llevarlas a la cocina. Colocamos todo sobre la mesa de la cocina y nos pusimos a prepararlo todo, faltaba poco para que Carmen e Irene llegasen. Las cervezas al frigorífico, la comida que debía ser caliente, metida en ollas preparadas para darles un calentamiento y tenerlas listas, la comida fría dispuesta en fuentes, la mesa puesta en el salón, con cuatro cubiertos, las copas de vino tinto y blanco…todo listo para el gran momento, la llegada de las mujeres. Decidimos vestirnos, así que fuimos al dormitorio y nos vestimos allí, otra vez ponernos la ropa interior… mientras nos vestíamos rajábamos sobre la ropa y sobre lo bien que estábamos desnudos los dos, a nuestro aire. Ya añorábamos el ir desnudo y eso que estábamos recién vestidos y aún nuestras mujeres no habían llegado.

Mi teléfono sonó pasados bastantes minutos, era Irene. Miré a Carlos nervioso, me hizo un gesto con la cabeza para que lo descolgara.

-Hey, holaaa ¿por dónde vais? -le pregunté sobreactuando- ¿Habéis llegado ya a la estación?

-Hola mi vida -me contestó con cierta alegría- Sí, sí, por eso te llamo. Tened todo preparado que llevamos un hambre… vamos a coger ya el Uber con Lorena, a ella la dejamos de camino y Carmen y yo seguiremos hasta la casa. En 15 o 20 minutos llegaremos. Te dejo que entro ya en el coche, un beso enorme…Ah Carmen le manda otro a Carlos… y Lorena os manda uno para cada uno de vosotros, jajajaja. Nos vemos en un ratillo, mi amor. Hasta ahora.

-Hasta ahora Irene -le contesté y colgué-

-¿Quién es Lorena? -me preguntó Carlos- ¿La conoces?

-Por lo que nos dijo, es una compañera de trabajo de ellas -le contesté pensando que ese nombre no me sonaba de que me hubiese hablado otras veces de ella- Pero no recuerdo que la haya nombrado nunca…o sí. No lo sé, y esto me saca de quicio. Igual es verdad y es su compañera de trabajo, creo que somos un poco mal pensado…

-¿Mal pensados Nico? -me preguntó Carlos algo alterado- ¿Qué somos un poco mal pensados? Solo te recuerdo que nos han chantajeado, nos han usado como esclavos sexuales, han venido a hablar con nosotros mostrando un arma, por otro lado unas tipas valencianas se acostaron con nosotros e intentaron entrar en mi casa no sabemos con qué motivos…¿y me dices que somos un poco mal pensados? No me toques los cojones, Nico.

-Tienes razón, tienes razón -le dije disculpándome- perdóname, pero no estoy acostumbrado a esto. La tensión de algo que no controlo y sobre todo, que no estoy acostumbrado a vivir situaciones similares puede conmigo…y otra cosa…ahora mismo me encantaría tocarte los cojones y comértelos.

Le dije aquello mientras le pasaba la mano por encima de su paquete, que respondió con unas leves sacudidas.

-Vale, perdóname tú -me dijo dándome un beso en los labios- también estoy algo nervioso. Vamos a echarnos un vino mientras esperamos, ¿te apetece? Sorpréndeme con uno de los vinos que tienes en la vinoteca.

Fui a buscar un vino para la ocasión, pero como estaba el tema no sabía si la ocasión merecía un buen vino o un vino de los que hacen que los invitados se vayan… opté por la primera opción. Me decidí por una botella de vino de Navarra, un “Santa Cruz de Artazu Crianza 2020”, nunca lo había probado pero las críticas eran tremendamente buenas. Lo descorché, lo decanté en un decantador de cristal y, esperé un par de minutos para servirlo en un par de copas, las llevé al salón y le tendí una a Carlos.

-Por nosotros -dije alzando mi copa hacia la de Carlos- porque lo que tenemos siga funcionando.

-Por nosotros -me respondió él chocando levemente la copa contra la mía- Seguiremos disfrutando de lo que tenemos.

Probamos el vino, realmente las críticas se habían quedado cortas, muy cortas. Sin querer parecer impertinente, le venía genial el calificativo de sublime.

-Joder -me dijo Carlos- ¿por qué no me has dado éste antes? Está de vicio, no me extrañaría que alguien se haga adicto a este vino.

-Nunca lo había probado -le contesté- pero la verdad es que está increíble.

¡Ding dong! Sonó el timbre de la puerta y me dispuse a abrir, por detrás de la puerta las oíamos hablar, pero me dio la impresión de que oía una voz más, una voz que no podía identificar. Abrí la puerta…



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Por fin he podido leer este nuevo capítulo, me deja con unas ganas enormes de poder leer el siguiente y tener en acción a Irene y Carmen!!!!
 
Capítulo 11


Abrí la puerta y allí estaba Irene, mi mujer, Carmen, la mujer de Carlos, y otra mujer más, unos pocos años mayor que ellas pero muy guapa, pelirroja natural y con un cuerpo bastante potente. Me quedé sonriéndoles pero sin dejarlas pasar. En ese momento mi mente me bombardeaba con imágenes de los vídeos de los discos duros y memorias USB: lo que nos habían hecho los “Señores” (Emilio y Pepeca), el encuentro con Alfonso Aramburu y David Hernández en Tánger acompañados de Emilio, lo que hicimos con Leylak, las veces que follamos Carlos y yo…

-¡Oye! ¿Es que no podemos pasar? -me dijo Irene agarrándome por la cintura- Te pegas días sin verme y parece que ni nos conoces, deja que entremos, traemos mucha hambre. Ah, ésta es Lorena Molina, secretaria personal de Alfonso nuestro jefe. Su marido no estaba en casa y le hemos dicho que se venga con nosotras, no os importa, ¿verdad?

-Joder, sí claro -le dije acercándome a ella y dándole un beso en los labios- Pasad, pasad. Hola Carmen, hola Lorena, soy Nico, estáis en vuestra casa.

-Hola Nico -me dijo Carmen dándome dos besos en la mejilla y se dirigió a Carlos- ¡Carlos! Dios, qué ganas tenía de verte ya.

-Encantada -me dijo Lorena dándome un beso en cada mejilla- Ummm, qué bien huele.

Irene se agarró a mi cintura mientras todos, en corro, hablábamos, su mano se deslizaba por mi nalga y la apretaba fuerte, la notaba excitada.

-Bueno, ¿qué habéis preparado para comer que huele de maravilla? -preguntó Irene apretándome la nalga-

-En realidad no hemos preparado nada -contestó Carlos- Hemos mandado pedir comida colombiana, menos mal que hemos comprado bastante, no sabíamos que Lorena vendría. Preparemos la mesa y hablamos mientras comemos, si os parece.

-Yo quiero un poco de ese vino que estáis tomando -me dijo Irene-

Fui a la cocina y saqué tres copas más que llené con el mismo vino que estábamos tomando Carlos y yo. Mientras, ellas ponían la mesa y Carlos servía los distintos platos de comida en fuentes para servirnos una vez sentados, sacamos también las cervezas colombianas y las repartimos por la mesa.

Ya una vez sentados empezamos a comer y a hablar de tonterías, de cómo lo habían pasado en Tarragona, de cómo era la gente con las que habían ido… hasta que Carlos dejó caer la bomba…

-Os hemos visto en unos vídeos con Alfonso y David, además de con un par de elementos que eran quienes os grababan -soltó Carlos dejando los cubiertos en el plato y con el semblante serio- Creo que deberíamos dejar de hablar de ñoñerías y tratar este tema que es bastante serio.

Ellas, las tres, dejaron los cubiertos sobre la mesa y sus caras se pusieron tensas, la de Lorena incluida que fue la que primero tomó la palabra.

-A ver, lo primero… -comenzó diciendo- no todo es lo que parece…

-Sí, vale -la corté- pero estamos hablando de nuestras mujeres, no de ti, a ti no te hemos visto en los vídeos.

-Mira Nico -me respondió siendo un poco borde- si no me habéis visto es porque habéis visto pocos vídeos, yo salgo y en bastantes de ellos. Pero déjame hablar antes, porque nosotras no hemos visto vídeos pero sí que sabemos lo que ha pasado con vosotros, así que creo que es justo que no se saquen las cosas de contexto ni se prejuzgue a nadie. Te garantizo que lo sabemos todo, soy la mujer de David Hernández, ese cabrón que ha estado con vosotros en Tánger, mejor dicho, que quedasteis con él en Tánger, con él y con Alfonso, otro cabrón. Por cierto también ha ido Emilio, pero lo han detenido en la Aduana de Tánger, por lo visto alguien ha dado el chivatazo de que llevaba un arma y lo han detenido. Claro que se lo merece…

Carlos y yo nos miramos, tenía cara de preocupación, imagino que igual que la mía.

-Nos contaron todo el tema vuestro -intervino Irene mirándome- no te reprocho nada, al contrario. Estamos muy agradecidas las tres por la vuelta que le habéis dado a la tortilla, nos chantajeaban también a nosotras, desde hace ya un mes más o menos. Éste viaje lo habían preparado muy meticulosamente, pero no contaron con vosotros, con que les robaríais los discos duros, estaban extorsionando a mucha gente, pero a nosotras nos tenían comiendo de sus manos. Y todo por un fallo de José Carlos, Pepeca creo que le decís, si supieseis lo nerviosos que se pusieron cuando los llamaron y le dijeron que se habían llevado todos los discos duros…creo que José Carlos sigue en el hospital…

-Muy bien -cortó Carlos- somos conscientes que sabéis lo nuestro como nosotros sabemos lo vuestro, pero si os podéis explicar mejor, nos enteraríamos del total de la historia.

-Muy bien Carlos -empezó Lorena- Me casé con David Hernández, Director de una contrata de la empresa de Alfonso y muy amigo de él, dos depravados, él era divorciado y me casé enamorada, muy enamorada. A día de hoy me pregunto a diario qué coño vi en él, en fin, los primeros meses fueron muy bien hasta que un día le dije que quería trabajar, pero no en su empresa. Al cabo de los días me llegó con la posibilidad de trabajar como secretaria personal de Alfonso Aramburu, y sin pensármelo le dije que sí, no sabía que el contrato tenía letra pequeña. En resumidas cuentas, Alfonso intentó sobrepasarse varias veces, pero pensaba o quería pensar que no era para tanto, hasta que una de las veces, con el despacho cerrado se sacó la polla y me dijo que se la chupase. Como os imaginaréis me descompuse y llamé a David, David se presentó en el despacho preguntando que qué pasaba, me dijo que se la chupara mientras él miraba y se pajeaba, que ya me había dicho que le encantaría compartirme con otro hombre, y que Alfonso no era un tipo joven, que su polla no era de las monstruosas y que no se ponía muy dura, que ya habían estado los dos compartiendo alguna que otra puta…

Irene le cogió la mano para darle su apoyo, cosa que Lorena le agradeció con su mirada. Todas estaban compungidas mientras Carlos me miró, se levantó y fue hacia ella, la abrazó estando ella sentada, cosa que tanto Carmen como Irene le agradecieron.

-Bueno, mejor será que acabemos de comer y después hablamos -dijo Carlos- Tranquilízate, toma algo de vino. Nico, rellena por favor las copas, tenemos que brindar por el regreso de las mujeres… y por Lorena.

-Eso está hecho, Carlos -le dije mientras iba a la cocina por un par de botellas de vino más-

En lo que restaba de comida estuvimos charlando de banalidades, gastando pequeñas bromas para evitar quedarnos en silencio. Ellas se fueron calmando y se les iba viendo más con ganas de charlar, de comentar… pero sabiendo todos que después teníamos que dar muchas explicaciones, tanto ellas como nosotros, y Lorena tendría que acabar de explicar el porqué estaba con nosotros en ese momento.

Acabada la cena, decidimos preparar unas copas. Las tres botellas de vino que abrí para la cena, la primera que abrí con Carlos más las otras dos que saqué después, a lo que hay que sumar las cervezas colombianas que tomamos más algunas españolas, estaban logrando que fuésemos perdiendo el miedo y la vergüenza de todo lo que habíamos vivido todos nosotros. Lorena quiso acabar de contar su experiencia una vez que estábamos sentado en la misma mesa.

-Bueno, ahora me siento con más fuerza para contaros -dijo retomando su relato- En resumidas cuentas, aquel día en el despacho de Alfonso, mi marido y él consiguieron que fuese su puta. Follaban conmigo cuando querían. Cuando se reunían los dos, me tenía que quedar en el despacho totalmente desnuda, a veces me metía por debajo de la mesa para comerles las pollas, otras veces, y siempre totalmente desnuda, les servía café o lo que pidieran mientras me acariciaban por todos lados, otras me tenía que poner un plug anal y andar a 4 patas, el plug imitaba la cola de un caballo y, si a alguno de los dos le apetecía, se colocaba detrás de mí y me follaba mientras el otro se pajeaba, eso sí, siempre con el plug dentro. Al final consiguieron lo que querían, que disfrutase con eso. Pasado un tiempo, deseaba que se reunieran para que me trataran de esa manera. En una de las reuniones me dijeron que iba a tener dos nuevas compañeras -dijo esto mirando tanto a Carmen como a Irene- Y ahora ellas pueden contarlo mejor, ya que lo vivieron en primera persona.

-Bien -continuó Irene- Cuando llegó Carmen para trabajar aquí, creo que fue a los 4 días de su llegada y siendo fin de semana salimos y acabamos las dos solas y algo bebidas, no sabemos cómo, fuimos al descampado que hay en…bueno ya sabéis cuál, estábamos un poco bastante perjudicadas con el alcohol y queríamos orinar, se me ocurrió parar allí, junto a la pared de un edificio que creía abandonado para poder orinar sin tener que andar mirando por todos lados. Cuando acabamos de orinar, nos metimos en el coche y no sé cómo ni porqué empezamos a besarnos… -me miró con tristeza y vergüenza, le sonreí para darle ánimos- decidimos pasarnos al asiento trasero y bueno, ya habréis visto los vídeos. No te voy a negar que lo disfruté mucho, no quiero decir que contigo no disfrute, pero es otra forma de disfrutar y no me arrepiento, ni de haberla conocido ni de hacer lo que hicimos. Después de aquello recibimos mediante emails, el vídeo y amenazaban con mandar a toda la plantilla del trabajo nuestro vídeo, en fin, que nos chantajearon y caímos en el chantaje…

-Después de aquello -le cortó Carmen prosiguiendo la historia- conocimos a Lorena y sus “reuniones” en el despacho de Alfonso, “reuniones” a las que fuimos…digamos que “invitadas”. En resumidas cuentas, acabamos siendo las esclavas sexuales de ellos, y la verdad, terminamos por, alguna veces, tener las riendas de las digamos relaciones que teníamos en determinados momentos. Y también he de reconocer que bastantes veces lo disfrutaba, no tanto como con Carlos, pero como estaba Irene… lo disfrutaba mucho. En este viaje “de trabajo”, les ha salido el tiro por la culata con vuestra reacción, Alfonso se quedó blanco cuando se enteró, y David rojo de ira que no os podéis hacer una idea… Y ahora os toca a vosotros.

-Bueno -comencé diciendo- empiezo yo porque fui quien quería probar algo nuevo después de leer un artículo en internet. En la fiesta de cumpleaños de alguien de vuestro trabajo en la que nos reencontramos Carlos y yo, pues…nos tocamos las pollas y bueno, más o menos acabamos en el mismo sitio que vosotras, en el descampado…

-Y como a vosotras -me cortó Carlos para continuar él con la historia- también nos chantajearon, pero no vuestros jefes, sino sus matones, los que os grababan…y bueno… Nico y yo hemos seguido con nuestros encuentros que, como dice Irene, no es que sean peor ni mejor que con nuestra pareja, es distinto pero muy placentero también, y no, no somos homosexuales…

Irene se giró en su silla y me besó poniendo su mano sobre mi muslo por debajo de la mesa, Carmen hizo lo mismo, pero sin poder ver si su mano estaba sobre su muslo de Carlos o no, Lorena nos miraba a todos.

-Vale, y ahora ¿qué haremos? -preguntó un poco incómoda- Yo no quiero irme a mi casa. No quiero volver con David, seguro que algo me tiene preparado, lo que no se esperaba era que ahora mandaseis vosotros.

-Bueno tranquilízate -le dijo Carlos- verás como todo se arregla, además puedes venirte a casa con Carmen y conmigo, o quedarte aquí, como prefieras…

Sonó un teléfono móvil, Lorena se levantó y sacó su teléfono de su bolso que estaba sobre el sofá.

-Es David, joder -dijo muy nerviosa- ¿Qué hago?

-Contesta -le dije- y tranquila, ponlo en manos libres que todos oigamos lo que te diga. Graba la contestación por si acaso, a ver qué quiere ese gilipollas.

Todo nos levantamos y nos colocamos junto a ella, era una manera de apoyarla en lo que fuese a decirle a David. Lorena se acomodó el pelo como si él pudiese verla, era un gesto nervioso pero reflejaba sumisión. Descolgó

-Hola -contestó con voz seria-

-Hola putilla -respondió David Hernández- ¿dónde estás? Nos tienes abandonados, abandonados y calientes…tenemos ganas de tu chochito mojado, seguro que tienes hambre de polla ¿verdad?

-No voy a volver, David
-le respondió Lorena- esto se ha acabado ya.

-A ver si te enteras, zorra
-contestó más enfadado David- Debes venir a casa para hacer lo que mejor sabes y lo que te gusta tanto…jejejeje. Alfonso y yo estamos ya desnudos deseando tenerte en casa…

-Parece ser que aún no te has enterado ni tú ni Alfonso, ¡capullos!
-le cortó Carlos muy enojado- Si estáis en bolas y además calientes, se me ocurren algunas cosillas que podéis empezar a hacer, como por ejemplo: comeros las pollas el uno al otro, daros por el culo… Estoy pensando que sería bueno quedar con ustedes mañana por la mañana… en caso contrario la Inspectora Rosa Márquez y la Subinspectora Maite Fenoy estarían muy interesadas en algunos de los vídeos que nosotros tenemos bien asegurados -estas palabras las dijo elevando bastante el tono de voz-. Ahora que lo pienso, la prensa estaría encantada de conocer que dos de los empresarios más importante de Andalucía están involucrados en una trama de extorsiones con el sexo de fondo… Sería estupendo. Bueno, mañana por la mañana os vamos a llamar por teléfono para quedar, estén atentos al teléfono, solo llamaremos una vez…

Sin dejar que contestara, Carlos colgó el teléfono de Lorena. Pasó la mirada uno a uno, una mirada que reflejaba preocupación y victoria, yo no estaba muy seguro de lo que transmitiría mi mirada, pero por la cara de ellas, creo que era más victoria que otra cosa, mucho más lejos de la realidad. Estaba asustado pero me encontraba tranquilo, tranquilo y caliente. Lorena se volvió a David y se abrazó a él, Carmen e Irene se unieron al abrazo. Irene me agarró de la cintura y me incorporó al abrazo en grupo, mientras su mano volvía a acariciar mi paquete. Me acomodé pegando mi entrepierna a sus nalgas, mi polla estaba creciendo, miré a Carlos, tenía los ojos muy abiertos, me asustó.

Me retiré del abrazo intentando preguntarle con la mirada qué pasaba, entonces vi que Lorena le había desabrochado el pantalón y le intentaba sacar la polla del slip. Mientras, Carmen acariciaba el pecho de Lorena, le abría la blusa y sacaba las tetas dentro de un sujetador “push up” negro de encajes. Irene se giró hacia mí y besándome en la boca comenzó a desabrocharme el pantalón, en ese momento la falda que llevaba Lorena cayó al suelo, Carlos le había soltado la cremallera dejando ver un trasero impresionante, de los que son un poco alargados desde la espalda a las piernas, con un tanga negro también de encajes, pero a la vez, si los miras de perfil son redondeados, con un volumen perfecto. Irene se arrodilló delante de mí y empezó a lamer la punta de mi nabo, Carmen me miró y, dirigiéndose hacia mí, empezó a besarme la boca mientras que me desnudaba de cintura para arriba. Le quité la camiseta y sus pechos salieron a la luz, una tetas muy hermosas, llevaba un sujetador color carne, lo desabroché y aparecieron unos pezones oscuros, con una aureola grande, los pezones erectos como mi polla que Irene se iba comiendo mirando como yo iba desnudando a Carmen.

-A ver -dije sin dejar de besar a Carmen- ¿qué pasa aquí? ¿estamos haciendo bien?

-Por como tienes la polla no parece que te disguste mucho -me dijo Carmen-

Miré a Carlos, Lorena acababa de arrodillarse delante de él y tenía su polla en la boca. Puso la mano derecha sobre el hombro de Carmen y la obligó, sin apenas esfuerzo, a que se arrodillara delante de mí. En ese momento Lorena le comía la polla a Carlos y Carmen e Irene me la comían a mí. Ellas de rodillas y nosotros de pie, nos estaban pasando el poder de dominantes a Carlos y a mí, el mismo poder que habían tenido David y Alfonso con ellas. Carlos se quitó la camiseta, quedándose totalmente desnudo, cogió la cabeza de Lorena y se puso a marcarle el ritmo de mamada mientras me sonreía.

-Parece ser que buscáis nuevos amos, ¿no? -preguntó Carlos-

-Así es -le contestó Irene- y no sabes qué alegría que seáis vosotros. Necesitamos unos machos que hagan con nosotras lo que ellos quieran, que sean inteligentes y decididos.

-Muy bien -volvió a decir- Todas en pie, y desnudaos completamente, Nico y yo queremos revisaros bien.

Se levantaron y se quitaron el resto de ropa que llevaban, las tres estaban impresionantes, coños depilados, piernas fuertes, culos duros…y nosotros con las pollas muy duras y mojadas.

-Carlos, revisa a Irene -le dije- Estoy deseando ver eso.

Carlos se acercó a Irene, tocó sus tetas con las palmas de las manos, con los dedos de una mano le pellizcaba los pezones que estaban duros y señalando al frente. Por la cara de Irene veía que estaba excitada, Carlos bajó la otra mano hasta su coño, metió dos dedos entre su raja y los sacó envueltos en un líquido espeso y transparente, tenía los dedos empapados. Me colocó los dedos en mi boca y los lamí, en ese momento Irene soltó un gemido de placer viendo como yo lamía los dedos con sus jugos. Carlos giró a Irene y le dijo que apoyara sus manos sobre el sofá, se arrodilló y abriéndole las nalgas observó su culo, un culo abierto, follado, delicioso y hambriento. Me llamó la atención que tuviese el culo tan abierto, yo se la había clavado por él en contadas ocasiones. Colocó uno de sus dedos en el ojal y comenzó a hacer pequeños giros acariciándolo, la respiración de Irene se aceleró, abrió más las piernas mientras Carlos ya había metido más de medio dedo, lo sacó y acercó su boca para lamerlo, ella gemía y movía sus caderas con mucho deseo. Al cabo del momento Carlos se incorporó.

-No sabes las ganas que tenía de hacerle esto a tu mujer delante de ti -me dijo agarrándome la polla y dándome un beso en la boca-

-Jajaja, no sabes cuánto me ha excitado verte hacérselo -le dije volviendo a besarlo- Ahora quiero revisar a Carmen, a ver cuánto disfrutas viéndolo…

Me dirigí a ella, le di un beso que me devolvió, pero abrí mi boca y dejé que mi lengua inspeccionara aquella boca, su lengua se enredó con la mía, me agarró la polla pero le solté la mano. Besé sus pechos, mordisqueando sus pezones duros, bajé mi mano hasta su coño, estaba empapado también, saqué los dedos y se los di a probar a Irene que los devoró, la giré y comprobé el culito de Carmen, al igual que el de Irene, también había sido follado, claro que Carlos ya me contó que a Carmen le gustaba mucho por el culo, le metí un dedo y después otro, su culo estaba caliente y algo mojado, se excitó al notas mis dedos dentro de ella. Me acerqué a Carlos.

-¿Qué te ha parecido? Por como tienes la polla veo que te ha gustado -le dije mientras observaba como de su polla salía gran cantidad de líquido preseminal que le quité con la yema de un dedo, y lo llevé hasta mi boca para saborearlo- Ahora vamos a inspeccionar a Lorena entre los dos, ¿te parece?

Lorena se giró hacia mí mientras abría sus piernas, Carlos le pellizcó los pezones, que al igual que los de las otras, estos también estaban duros. Me coloqué frente a ella, acaricié sus caderas bajando las manos hasta llegar a la parte superior de sus muslos, Carlos estaba a su espalda ya, le acariciaba las nalgas con una mano y con la otra las nalgas, mientras le besaba el cuello. Mi mano izquierda giró buscando su entrepierna, acaricié el monte de venus sin un solo pelo, la vulva…todo estaba caliente, metí dos dedos entre sus labios vaginales, tenía el coño muy caliente y mojado, saqué mis dedos y se los puse a Carlos en los labios, sacó su lengua y los lamió primero, para después metérselos en la boca y limpiarlos.

-Bueno, bueno -dije ahora más contento- parece que esta noche va a ser distinta, Carlos.

-Ufff, y no sabes qué ganas tengo de que lo sea -me respondió mientras se frotaba la polla con una mano de manera lenta- A ver qué saben hacer estas putitas…

-Haremos lo que queráis -le contestó Irene- siempre que no seáis muy malvados con nosotras.

-A ver, a ver si no confundís los términos -le dije a Irene- los amos somos nosotros, vosotras estáis aquí para obedecer, nada más.

-Obedecer para darnos placer -le dijo Carlos- Esa es vuestra obligación, darnos placer como sea, vaciarnos las pelotas de leche, hacernos disfrutar…aunque Nico y yo también disfrutemos entre nosotros a veces.

Se acercó a mí y me besó en la boca, su lengua entró buscando la mía, se enredaron nuestras lenguas mientras ellas se excitaban mirándonos. Agarré la polla de Carlos y se la meneé un momento nada más. Lo hice para ver la reacción de ellas, se excitaron bastante comenzando a tocarse unas a otras.

-Hey, ¿quién os ha dado permiso para tocaros? -soltó Carlos- que sepamos somos nosotros los que tenemos que deciros qué podéis hacer y qué no.

-Lo sentimos -dijo Carmen-

-Bueno, viendo cómo estamos creo que deberíamos irnos al dormitorio -dije muy excitado ya, mi polla goteaba precum y me dolía de lo dura que la tenía, necesitaba descargar- Primero iremos Carlos y yo, ahora os avisaremos para que entréis.

Una vez en el dormitorio los dos, Carlos me abrazó y me acarició los huevos y la polla.

-Joder qué caliente estoy -me dijo sin parar de frotarme la polla- pero ahora mismo necesito tu polla, tu culo, tu boca, tus pelotas…

-Y yo lo tuyo, pero tengo muchas ganas de follarme a Carmen y ver cómo te follas a Irene -le dije muy excitado- Lo que no sé es cuánto voy a aguantar sin correrme, estoy que no puedo más. Tengo en la cabeza el darle por el culo a tu mujer y llenarle el culo de leche, y ver como se lo haces a la mía.

Me agaché un poco y metí su polla en mi boca, la saboreé un ratillo y después hice que me hiciera lo mismo, cosa que hizo encantado. Nos acariciábamos el uno al otro, nalgas, ojal, huevos, nabo…todo ello acompañado de besos, de lametones.

A los pocos minutos les dijimos que entrasen ya al dormitorio. Primero entró Irene, detrás iba Carmen y por último Lorena. Se les notaba calientes a las tres, Carmen estaba espectacular, yo me senté en la cama y, con un gesto de mi mano, hice que viniese a mí. Cuando se me acercó, hice que diese un giro de 360º para admirarla, ella no dejaba de mirarme la polla. Su culo era un poco más grande que el de Irene, y sus tetas también. Me levanté y me acerqué a ella, le agarré las tetas y suspiraba mientras mis manos bajaban por su vientre. Abrió las piernas y su coño sonó cuando se abrió un poco debido a lo mojada que estaba. La besé en la boca y fui bajando por su cuello, sus manos ya me acariciaban los cojones y la polla. Me detuve en sus pechos, esas tetas grandes, bien formadas y con esas aureolas grandes y oscuras, con esos pezones duros como mi polla en ese momento. Su respiración se aceleraba por momentos, con las manos en sus hombros hice que se arrodillara. Miré a Irene, estaba apoyada en la cama mientras le estaba comiendo el coño a Lorena que estaba tumbada en la cama con las piernas bien abiertas y magreándose las tetas. Carlos se follaba a Irene por el coño con un ritmo acelerado, los gemidos de Lorena y de Irene eran muy excitantes.

Carmen pasaba su lengua por la punta del capullo, con ella recogía las gotas de líquido preseminal que salía de mi polla, después se metía la polla totalmente en la boca y hacía maravillas con la lengua. Mientras, sus manos acariciaban mis pelotas y mis nalgas. Pasados unos minutos, la levanté e hice que se tumbara boca abajo en la cama, me coloqué entre sus piernas y acerqué mis cara a sus nalgas, olía a excitación, a coño mojado y eso me excitó más. Giré mi cara hacia Carlos, seguía follándose a mi mujer, pero ahora el ritmo de penetración había aumentado. Él me miró y me sonrió.

-Nico, cómele el culo -me dijo muy excitado- verás que maravilla, y después se la metes por detrás, verás como le gusta…

-Esa es mi intención -le respondí abriendo sus nalgas con los dedos de una mano para que su ojal apareciese ante mí- Primero una buena comida, después una buena metida…jejejeje.

Con las nalgas separadas por mis dedos, el ojal de Carmen apareció, estaba húmedo y bastante abierto (se notaba que lo habían follado bastantes veces). Acerqué uno de mis dedos y entró sin dificultad alguna, se notaba bastante calor en su interior. Pegué mi cara y comencé a lamerlo con la punta de la lengua, estaba sabroso y jugoso, a la vez, los dedos de mi otra mano entraban y salían de su coño empapado. Carmen se movía entre gemidos y jadeos, abría sus piernas al máximo para que la follara con mis dedos. Lorena se movió para comerle la boca mientras Irene le comía el coño. Levanté las caderas de Carmen quedando su culo a la altura de mi polla, ensalivé mi nabo y lo coloqué en su ojal. Apreté mis caderas contra sus nalgas y mi polla entró en ella sin dificultad alguna, notaba como apretaba sus músculos para masajearme la polla, notaba esa rugosidad caliente de su interior en el tronco de mi polla. Con buen ritmo de penetración, Carmen se puso a pajearse mientras Lorena le comía la boca sin parar. Carlos le sacó la polla a Irene, que se unió a las dos tocando y acariciando los cuerpos de ellas. Carlos se colocó junto a mí y me acariciaba las nalgas mientras observaba como le daba por el culo a su mujer, sabía que eso lo estaba excitando mucho, así que le agarré la polla y me puse a pajearlo.

-Te pone ver como me tiro a tu mujer, ¿no? -le pregunté muy excitado- Está buenísima, sus tetas son preciosas, y su coño y su culo muy calientes…

-Sabes que sí, cabrón -me dijo moviendo sus caderas a la par que movía mi mano- Me excita mucho ver como la follas por el orificio que sea. Tu mujer también es tan puta como la mía… y como se come las pollas… Ufff, tengo muchas ganas de correrme, tío.

Paré de pajearlo y se tumbó junto a Irene, me miró y se agarró la polla.

-Será cabrón -le dije sacándole la polla a Carmen y montándome sobre la polla de Carlos- Como sabes lo que me gusta…

Ellas se quedaron mirándome mientras sus caricias, entre unas y otras, se hacían más efectivas. Lorena con las piernas abiertas al máximo recibía las caricias de Carmen, Irene acariciaba el coño de Carmen y Lorena acariciaba el coño y el culo de Irene. Todo ello acompañado de gemidos y jadeos. Mientras tanto yo, sentado ya sobre la polla de Carlos, notaba como me invadía completamente por dentro, como su polla ocupaba todo mi interior, notaba las pequeñas contracciones de la polla de Carlos, incluso me parecía notar las venas de su polla, el relieve se sus venas en mi culo. Me empecé a mover arriba y abajo, Carlos me pajeaba mientras mis movimientos eran más acentuados. Irene me miraba entre alucinando e incredulidad, pero en sus ojos veía que aquello la excitaba muchísimo. Se incorporó y vino hacia mí, me besó en la boca mientras hacía que Carlos soltara mi polla y ella la agarraba y con ella en su mano, se puso a pajearme a la vez que me besaba. Carlos, mientras que ella se ocupaba de mí, follaba el coño de mi mujer con dos dedos, el ruido que hacían los dedos al entrar y salir de él, indicaba lo mojado que tenía el coño debido a la excitación tan extrema que estaba viviendo.

Carmen se colocó sobre Lorena frotando coño con coño, se oía estupendamente el ruido que hacían los dos coños empapados de flujo. Sus bocas no paraban de besarse, sus lenguas se enredaban entre sí por fuera de la boca, sus respiraciones estaban muy aceleradas, sus gemidos y jadeos aumentaron de volumen… Mientras mi excitación subía de nivel, el placer que me estaba dando Carlos imagino que sumado a lo que estaba viendo, hizo que empezase a notar como mi semen se preparaba para salir disparado. Me levanté y mirando a Carlos me coloqué detrás de Carmen, Carlos me vio la intención y hizo lo mismo con Irene. Ambas se pusieron a 4 patas en la cama, delante de Lorena. Por la forma en se que miraron las tres y como se colocaron, sabía que no era la primera vez que hacían lo mismo. Me puse de rodillas detrás de Carmen y, agarrándola por las caderas, le metí la polla por el coño sin clemencia alguna. Entró con una suavidad increíble, su coño muy mojado sumado a todo el líquido preseminal que salía de mi polla, hacía que tuviese el coño totalmente lubricado. Los gemidos de Carmen se aceleraron junto a su respiración. Junto a mí, Carlos follaba a mi mujer de manera brutal, Irene no paraba de jadear, sonaban los envites que le estaba dando, el golpeteo de los huevos de Carlos en las nalgas de Irene… En ese momento notaba como me iba a correr, el placer que empezaba por mi culo, pasaba por mis pelotas y se hacía fuerte en mi vientre hizo que gimiera con fuerza, saqué mi polla del coño de Carmen y mi leche salió disparada hacia la nuca de ella, su espalda quedó completamente llena de mi semen.

Carlos, al mismo tiempo, sacó su polla de Irene y comenzó a soltar leche a borbotones, llenó la espalda de mi mujer, la cama, las piernas de Lorena… mientras Lorena llegaba al éxtasis con las lenguas de Carmen e Irene comiéndole el coño. Soltó una cantidad de líquido denso y transparente, parecido al líquido preseminal, que llenó las caras de las dos putitas.

Nos relajamos durante un ratillo, me levanté y vi la situación como estaba; las espaldas de Carmen e Irene estaban llenas de semen, sus caras empapadas del squirt de Lorena, todos intentando recuperar la respiración…

-Bueno, yo me voy a duchar -dije con la voz un poco temblorosa aún- necesito una ducha con urgencia.

-Si me esperas me ducho contigo -me dijo Irene- Tengo ganas de ducharme con mi marido…

Estando ya en la ducha apareció ella, se metió y me abrazó. Me besó con ganas, su boca se entreabrió y su lengua se enredó con la mía. Al momento se separó.

-Dios, que gusto follar con vosotros -me dijo riéndose- aunque me gustaría charlar un poco contigo, contarte lo que ha pasado y que me cuentes lo tuyo con Carlos, se os ve muy afines los dos. ¿Te gusta que te la meta? Tiene una buena polla, y se le pone muy dura, ¿eh? Jajaja

-A ver, la primera vez que me la metió me dolió un poco, bueno un poco bastante, pero después…es otra cosa, me da mucho morbo y placer, un placer distinto al que me puedes dar tú, pero me lo da, Y sí tiene una buena polla, jejeje. Te gusta ¿verdad?

-Ummm ya te digo -me contestó- ¿Te gusta ver como folla conmigo? A mí me excita ver como follas con Carmen, y te puedo decir que le encantas, la conozco bastante bien…jejeje Se te ve muy excitado cuando follas con ella, y como miras a Carlos…

-Me encanta que folle con Carmen, me pone a mil -dijo Carlos desde fuera de la ducha, pegado a la mampara- Como me encanta follarte a ti estando Nico al lado, jejejeje Y ahora salid ya, que queremos ducharnos los demás.

-Hay otra ducha en el otro baño -le contesté- aprovechadla

-¿Quién te crees que se ha metido en la otra ducha? Lorena está allí ahora mismo -contestó Carmen-

-Venga, nos salimos ya -dije- Pero voy a poner una norma, que Carlos conoce y la cumple: a partir de hoy, quien esté en mi casa debe estar desnudo completamente, de lo contrario tendrá un castigo y no va a ser un castigo de placer precisamente. Ahora se lo diré a Lorena -dije ya fuera de la ducha y acabando de secarme-

Una vez duchados y secos los cinco, nos sentamos en el salón, algunos en el sofá y otros en sillas.

-Bueno, ahora solo tengo una pregunta que aún no hemos podido responder -dijo Carlos- ¿Quiénes son Ana García y Silvia Mena?

-¿Quiénes? -preguntó Irene- No tengo ni idea ¿Quiénes son?

-Son las dos separadas valencianas que conocimos una noche -contesté- Follamos aquí en casa y se fueron. Nos contaron una historia que, al parecer y según la policía, no es real.

-¿Cómo que la policía os ha dicho eso? -preguntó Lorena-

-Veréis -cortó Carlos- Intentaron entrar en mi casa, nuestra casa -dijo mirando a Carmen- La policía las detuvo y están detenidas. Están en comisaría y las iban a mandar a Valencia. Están en busca y captura por extorsión, y algunas cosas más. Lo que no sabemos es como sabían la dirección de nuestra casa, no se les dijo nunca.

-Pues yo no las conozco -dijo Irene-

-Yo tampoco tengo idea de quienes son -dijo Carmen-

Todos miramos a Lorena que estaba callada, por su cara parecía que algo podría saber.

-A ver, yo tampoco tengo idea de quienes son -dijo un poco apurada- Estoy tratando de recordar si los escuché a Alfonso y a David hablar de ellas pero no me suenan los nombres. Sí es cierto que los oí hablar una vez sobre dos chicas que estaban buenas, y que querían que entrasen en vuestro grupo de amistades, para conseguir algo, pero esos nombres no eran… estoy tratando de recordarlos… Aunque lo de valencianas no me suena tampoco, creo que dijeron que eran de Altea.

-Bueno, Altea es de Alicante…y Alicante pertenece a la Comunidad Valenciana -solté- Muchas casualidades y Carlos me ha enseñado que las casualidades no existen…y tengo que darle la razón.

-Bueno, dicho ya todo -dijo Carlos- creo que deberíamos prepararnos para dormir. ¿Cómo lo vamos a hacer? Somos cinco.

-Jajajaja, eso tiene premio… -le dije riéndome- Y quiero ser el que te lo dé, jajajaja -todos nos echamos a reír- Bueno, ahora en serio, creo que cabemos los cinco en nuestra cama, que menos mal que es de las grandes, de lo contrario en una de las otras habitaciones hay otra cama grande. O si queréis dormir en vuestra casa… como queráis.

-Vamos a probar todos en la vuestra -dijo Carmen- pero habrá que cambiar las sábanas, entre el squirt de Lorena y la leche de Carlos, están pringadas. Y si no podemos dormir, pues nos vamos a la otra cama, o nos ponemos a follar de nuevo.

-Pues ya está hablado -dijo Carlos- Pues todos desfilando para el dormitorio, que mañana tenemos que llamar a los dos cabrones.

Nos acostamos y, aunque algo apretados, descansamos bien. A la mañana siguiente, cuando me desperté, veía piernas encima de otras, tetas con los pezones duros, olía a coño caliente, veía la polla de Carlos dura y apuntando al techo. El culo de Lorena parecía que me llamaba, la tenía junto a mí y me puse a acariciarle el culo, lo tenía apretado, suave y caliente. Deslicé mi dedo por la raja del culo hacia abajo, hasta tocar su coño que estaba empapado, saqué mi dedo húmedo y me lo llevé a la nariz, olía deliciosamente así que me lo metí en la boca.

-Me encantaría que me empales -me dijo Lorena al oído- Me encantas tú y tu polla, quiero ser vuestra putita.

-Joder Lorena -le dije excitado- me vas a poner la polla muy dura. También quiero empalarte, pero por todos lados, quiero follarte el coño, el culo, la boca…

-Para machote -me dijo Carlos- ahora tenemos que hacer una llamada importante. Y ya sé lo que les vamos a decir, así que habrá que levantarse, desayunar algo y llamarlos. Después, después podrás empalarla, o empalarme, que yo también tengo ganas de tenerte dentro.

Me besó en la boca y se levantó, al levantarse se apoyó en varios cuerpos que fueron volviendo del mundo de Morfeo. Protestaban pero aprovechaban para agarrarse a las pollas y a los huevos. Nos levantamos todos y fuimos hasta la cocina, cada uno preparó su desayuno y nos sentamos a tomarlo. Una vez desayunados y con cara de haber descansado, Carlos fue por su teléfono, se sentó a la mesa del salón, marcó el número y poniendo el manos libres, lo dejó en lo alto de la mesa. Dio solamente dos llamadas cuando lo descolgaron.

-Hola -dijo una voz que parecía ser la de David Hernández-

-Buenos días -contestó Carlos- Nos alegra mucho hablar con vosotros, y que hayáis sido tan rápidos en contestar, bueno vamos al lío. ¿Está Alfonso contigo?







Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente que espero que sea el último.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Capítulo 11


Abrí la puerta y allí estaba Irene, mi mujer, Carmen, la mujer de Carlos, y otra mujer más, unos pocos años mayor que ellas pero muy guapa, pelirroja natural y con un cuerpo bastante potente. Me quedé sonriéndoles pero sin dejarlas pasar. En ese momento mi mente me bombardeaba con imágenes de los vídeos de los discos duros y memorias USB: lo que nos habían hecho los “Señores” (Emilio y Pepeca), el encuentro con Alfonso Aramburu y David Hernández en Tánger acompañados de Emilio, lo que hicimos con Leylak, las veces que follamos Carlos y yo…

-¡Oye! ¿Es que no podemos pasar? -me dijo Irene agarrándome por la cintura- Te pegas días sin verme y parece que ni nos conoces, deja que entremos, traemos mucha hambre. Ah, ésta es Lorena Molina, secretaria personal de Alfonso nuestro jefe. Su marido no estaba en casa y le hemos dicho que se venga con nosotras, no os importa, ¿verdad?

-Joder, sí claro -le dije acercándome a ella y dándole un beso en los labios- Pasad, pasad. Hola Carmen, hola Lorena, soy Nico, estáis en vuestra casa.

-Hola Nico -me dijo Carmen dándome dos besos en la mejilla y se dirigió a Carlos- ¡Carlos! Dios, qué ganas tenía de verte ya.

-Encantada -me dijo Lorena dándome un beso en cada mejilla- Ummm, qué bien huele.

Irene se agarró a mi cintura mientras todos, en corro, hablábamos, su mano se deslizaba por mi nalga y la apretaba fuerte, la notaba excitada.

-Bueno, ¿qué habéis preparado para comer que huele de maravilla? -preguntó Irene apretándome la nalga-

-En realidad no hemos preparado nada -contestó Carlos- Hemos mandado pedir comida colombiana, menos mal que hemos comprado bastante, no sabíamos que Lorena vendría. Preparemos la mesa y hablamos mientras comemos, si os parece.

-Yo quiero un poco de ese vino que estáis tomando -me dijo Irene-

Fui a la cocina y saqué tres copas más que llené con el mismo vino que estábamos tomando Carlos y yo. Mientras, ellas ponían la mesa y Carlos servía los distintos platos de comida en fuentes para servirnos una vez sentados, sacamos también las cervezas colombianas y las repartimos por la mesa.

Ya una vez sentados empezamos a comer y a hablar de tonterías, de cómo lo habían pasado en Tarragona, de cómo era la gente con las que habían ido… hasta que Carlos dejó caer la bomba…

-Os hemos visto en unos vídeos con Alfonso y David, además de con un par de elementos que eran quienes os grababan -soltó Carlos dejando los cubiertos en el plato y con el semblante serio- Creo que deberíamos dejar de hablar de ñoñerías y tratar este tema que es bastante serio.

Ellas, las tres, dejaron los cubiertos sobre la mesa y sus caras se pusieron tensas, la de Lorena incluida que fue la que primero tomó la palabra.

-A ver, lo primero… -comenzó diciendo- no todo es lo que parece…

-Sí, vale -la corté- pero estamos hablando de nuestras mujeres, no de ti, a ti no te hemos visto en los vídeos.

-Mira Nico -me respondió siendo un poco borde- si no me habéis visto es porque habéis visto pocos vídeos, yo salgo y en bastantes de ellos. Pero déjame hablar antes, porque nosotras no hemos visto vídeos pero sí que sabemos lo que ha pasado con vosotros, así que creo que es justo que no se saquen las cosas de contexto ni se prejuzgue a nadie. Te garantizo que lo sabemos todo, soy la mujer de David Hernández, ese cabrón que ha estado con vosotros en Tánger, mejor dicho, que quedasteis con él en Tánger, con él y con Alfonso, otro cabrón. Por cierto también ha ido Emilio, pero lo han detenido en la Aduana de Tánger, por lo visto alguien ha dado el chivatazo de que llevaba un arma y lo han detenido. Claro que se lo merece…

Carlos y yo nos miramos, tenía cara de preocupación, imagino que igual que la mía.

-Nos contaron todo el tema vuestro -intervino Irene mirándome- no te reprocho nada, al contrario. Estamos muy agradecidas las tres por la vuelta que le habéis dado a la tortilla, nos chantajeaban también a nosotras, desde hace ya un mes más o menos. Éste viaje lo habían preparado muy meticulosamente, pero no contaron con vosotros, con que les robaríais los discos duros, estaban extorsionando a mucha gente, pero a nosotras nos tenían comiendo de sus manos. Y todo por un fallo de José Carlos, Pepeca creo que le decís, si supieseis lo nerviosos que se pusieron cuando los llamaron y le dijeron que se habían llevado todos los discos duros…creo que José Carlos sigue en el hospital…

-Muy bien -cortó Carlos- somos conscientes que sabéis lo nuestro como nosotros sabemos lo vuestro, pero si os podéis explicar mejor, nos enteraríamos del total de la historia.

-Muy bien Carlos -empezó Lorena- Me casé con David Hernández, Director de una contrata de la empresa de Alfonso y muy amigo de él, dos depravados, él era divorciado y me casé enamorada, muy enamorada. A día de hoy me pregunto a diario qué coño vi en él, en fin, los primeros meses fueron muy bien hasta que un día le dije que quería trabajar, pero no en su empresa. Al cabo de los días me llegó con la posibilidad de trabajar como secretaria personal de Alfonso Aramburu, y sin pensármelo le dije que sí, no sabía que el contrato tenía letra pequeña. En resumidas cuentas, Alfonso intentó sobrepasarse varias veces, pero pensaba o quería pensar que no era para tanto, hasta que una de las veces, con el despacho cerrado se sacó la polla y me dijo que se la chupase. Como os imaginaréis me descompuse y llamé a David, David se presentó en el despacho preguntando que qué pasaba, me dijo que se la chupara mientras él miraba y se pajeaba, que ya me había dicho que le encantaría compartirme con otro hombre, y que Alfonso no era un tipo joven, que su polla no era de las monstruosas y que no se ponía muy dura, que ya habían estado los dos compartiendo alguna que otra puta…

Irene le cogió la mano para darle su apoyo, cosa que Lorena le agradeció con su mirada. Todas estaban compungidas mientras Carlos me miró, se levantó y fue hacia ella, la abrazó estando ella sentada, cosa que tanto Carmen como Irene le agradecieron.

-Bueno, mejor será que acabemos de comer y después hablamos -dijo Carlos- Tranquilízate, toma algo de vino. Nico, rellena por favor las copas, tenemos que brindar por el regreso de las mujeres… y por Lorena.

-Eso está hecho, Carlos -le dije mientras iba a la cocina por un par de botellas de vino más-

En lo que restaba de comida estuvimos charlando de banalidades, gastando pequeñas bromas para evitar quedarnos en silencio. Ellas se fueron calmando y se les iba viendo más con ganas de charlar, de comentar… pero sabiendo todos que después teníamos que dar muchas explicaciones, tanto ellas como nosotros, y Lorena tendría que acabar de explicar el porqué estaba con nosotros en ese momento.

Acabada la cena, decidimos preparar unas copas. Las tres botellas de vino que abrí para la cena, la primera que abrí con Carlos más las otras dos que saqué después, a lo que hay que sumar las cervezas colombianas que tomamos más algunas españolas, estaban logrando que fuésemos perdiendo el miedo y la vergüenza de todo lo que habíamos vivido todos nosotros. Lorena quiso acabar de contar su experiencia una vez que estábamos sentado en la misma mesa.

-Bueno, ahora me siento con más fuerza para contaros -dijo retomando su relato- En resumidas cuentas, aquel día en el despacho de Alfonso, mi marido y él consiguieron que fuese su puta. Follaban conmigo cuando querían. Cuando se reunían los dos, me tenía que quedar en el despacho totalmente desnuda, a veces me metía por debajo de la mesa para comerles las pollas, otras veces, y siempre totalmente desnuda, les servía café o lo que pidieran mientras me acariciaban por todos lados, otras me tenía que poner un plug anal y andar a 4 patas, el plug imitaba la cola de un caballo y, si a alguno de los dos le apetecía, se colocaba detrás de mí y me follaba mientras el otro se pajeaba, eso sí, siempre con el plug dentro. Al final consiguieron lo que querían, que disfrutase con eso. Pasado un tiempo, deseaba que se reunieran para que me trataran de esa manera. En una de las reuniones me dijeron que iba a tener dos nuevas compañeras -dijo esto mirando tanto a Carmen como a Irene- Y ahora ellas pueden contarlo mejor, ya que lo vivieron en primera persona.

-Bien -continuó Irene- Cuando llegó Carmen para trabajar aquí, creo que fue a los 4 días de su llegada y siendo fin de semana salimos y acabamos las dos solas y algo bebidas, no sabemos cómo, fuimos al descampado que hay en…bueno ya sabéis cuál, estábamos un poco bastante perjudicadas con el alcohol y queríamos orinar, se me ocurrió parar allí, junto a la pared de un edificio que creía abandonado para poder orinar sin tener que andar mirando por todos lados. Cuando acabamos de orinar, nos metimos en el coche y no sé cómo ni porqué empezamos a besarnos… -me miró con tristeza y vergüenza, le sonreí para darle ánimos- decidimos pasarnos al asiento trasero y bueno, ya habréis visto los vídeos. No te voy a negar que lo disfruté mucho, no quiero decir que contigo no disfrute, pero es otra forma de disfrutar y no me arrepiento, ni de haberla conocido ni de hacer lo que hicimos. Después de aquello recibimos mediante emails, el vídeo y amenazaban con mandar a toda la plantilla del trabajo nuestro vídeo, en fin, que nos chantajearon y caímos en el chantaje…

-Después de aquello -le cortó Carmen prosiguiendo la historia- conocimos a Lorena y sus “reuniones” en el despacho de Alfonso, “reuniones” a las que fuimos…digamos que “invitadas”. En resumidas cuentas, acabamos siendo las esclavas sexuales de ellos, y la verdad, terminamos por, alguna veces, tener las riendas de las digamos relaciones que teníamos en determinados momentos. Y también he de reconocer que bastantes veces lo disfrutaba, no tanto como con Carlos, pero como estaba Irene… lo disfrutaba mucho. En este viaje “de trabajo”, les ha salido el tiro por la culata con vuestra reacción, Alfonso se quedó blanco cuando se enteró, y David rojo de ira que no os podéis hacer una idea… Y ahora os toca a vosotros.

-Bueno -comencé diciendo- empiezo yo porque fui quien quería probar algo nuevo después de leer un artículo en internet. En la fiesta de cumpleaños de alguien de vuestro trabajo en la que nos reencontramos Carlos y yo, pues…nos tocamos las pollas y bueno, más o menos acabamos en el mismo sitio que vosotras, en el descampado…

-Y como a vosotras -me cortó Carlos para continuar él con la historia- también nos chantajearon, pero no vuestros jefes, sino sus matones, los que os grababan…y bueno… Nico y yo hemos seguido con nuestros encuentros que, como dice Irene, no es que sean peor ni mejor que con nuestra pareja, es distinto pero muy placentero también, y no, no somos homosexuales…

Irene se giró en su silla y me besó poniendo su mano sobre mi muslo por debajo de la mesa, Carmen hizo lo mismo, pero sin poder ver si su mano estaba sobre su muslo de Carlos o no, Lorena nos miraba a todos.

-Vale, y ahora ¿qué haremos? -preguntó un poco incómoda- Yo no quiero irme a mi casa. No quiero volver con David, seguro que algo me tiene preparado, lo que no se esperaba era que ahora mandaseis vosotros.

-Bueno tranquilízate -le dijo Carlos- verás como todo se arregla, además puedes venirte a casa con Carmen y conmigo, o quedarte aquí, como prefieras…

Sonó un teléfono móvil, Lorena se levantó y sacó su teléfono de su bolso que estaba sobre el sofá.

-Es David, joder -dijo muy nerviosa- ¿Qué hago?

-Contesta -le dije- y tranquila, ponlo en manos libres que todos oigamos lo que te diga. Graba la contestación por si acaso, a ver qué quiere ese gilipollas.

Todo nos levantamos y nos colocamos junto a ella, era una manera de apoyarla en lo que fuese a decirle a David. Lorena se acomodó el pelo como si él pudiese verla, era un gesto nervioso pero reflejaba sumisión. Descolgó

-Hola -contestó con voz seria-

-Hola putilla -respondió David Hernández- ¿dónde estás? Nos tienes abandonados, abandonados y calientes…tenemos ganas de tu chochito mojado, seguro que tienes hambre de polla ¿verdad?

-No voy a volver, David -le respondió Lorena- esto se ha acabado ya.

-A ver si te enteras, zorra -contestó más enfadado David- Debes venir a casa para hacer lo que mejor sabes y lo que te gusta tanto…jejejeje. Alfonso y yo estamos ya desnudos deseando tenerte en casa…

-Parece ser que aún no te has enterado ni tú ni Alfonso, ¡capullos! -le cortó Carlos muy enojado- Si estáis en bolas y además calientes, se me ocurren algunas cosillas que podéis empezar a hacer, como por ejemplo: comeros las pollas el uno al otro, daros por el culo… Estoy pensando que sería bueno quedar con ustedes mañana por la mañana… en caso contrario la Inspectora Rosa Márquez y la Subinspectora Maite Fenoy estarían muy interesadas en algunos de los vídeos que nosotros tenemos bien asegurados -estas palabras las dijo elevando bastante el tono de voz-. Ahora que lo pienso, la prensa estaría encantada de conocer que dos de los empresarios más importante de Andalucía están involucrados en una trama de extorsiones con el sexo de fondo… Sería estupendo. Bueno, mañana por la mañana os vamos a llamar por teléfono para quedar, estén atentos al teléfono, solo llamaremos una vez…

Sin dejar que contestara, Carlos colgó el teléfono de Lorena. Pasó la mirada uno a uno, una mirada que reflejaba preocupación y victoria, yo no estaba muy seguro de lo que transmitiría mi mirada, pero por la cara de ellas, creo que era más victoria que otra cosa, mucho más lejos de la realidad. Estaba asustado pero me encontraba tranquilo, tranquilo y caliente. Lorena se volvió a David y se abrazó a él, Carmen e Irene se unieron al abrazo. Irene me agarró de la cintura y me incorporó al abrazo en grupo, mientras su mano volvía a acariciar mi paquete. Me acomodé pegando mi entrepierna a sus nalgas, mi polla estaba creciendo, miré a Carlos, tenía los ojos muy abiertos, me asustó.

Me retiré del abrazo intentando preguntarle con la mirada qué pasaba, entonces vi que Lorena le había desabrochado el pantalón y le intentaba sacar la polla del slip. Mientras, Carmen acariciaba el pecho de Lorena, le abría la blusa y sacaba las tetas dentro de un sujetador “push up” negro de encajes. Irene se giró hacia mí y besándome en la boca comenzó a desabrocharme el pantalón, en ese momento la falda que llevaba Lorena cayó al suelo, Carlos le había soltado la cremallera dejando ver un trasero impresionante, de los que son un poco alargados desde la espalda a las piernas, con un tanga negro también de encajes, pero a la vez, si los miras de perfil son redondeados, con un volumen perfecto. Irene se arrodilló delante de mí y empezó a lamer la punta de mi nabo, Carmen me miró y, dirigiéndose hacia mí, empezó a besarme la boca mientras que me desnudaba de cintura para arriba. Le quité la camiseta y sus pechos salieron a la luz, una tetas muy hermosas, llevaba un sujetador color carne, lo desabroché y aparecieron unos pezones oscuros, con una aureola grande, los pezones erectos como mi polla que Irene se iba comiendo mirando como yo iba desnudando a Carmen.

-A ver -dije sin dejar de besar a Carmen- ¿qué pasa aquí? ¿estamos haciendo bien?

-Por como tienes la polla no parece que te disguste mucho -me dijo Carmen-

Miré a Carlos, Lorena acababa de arrodillarse delante de él y tenía su polla en la boca. Puso la mano derecha sobre el hombro de Carmen y la obligó, sin apenas esfuerzo, a que se arrodillara delante de mí. En ese momento Lorena le comía la polla a Carlos y Carmen e Irene me la comían a mí. Ellas de rodillas y nosotros de pie, nos estaban pasando el poder de dominantes a Carlos y a mí, el mismo poder que habían tenido David y Alfonso con ellas. Carlos se quitó la camiseta, quedándose totalmente desnudo, cogió la cabeza de Lorena y se puso a marcarle el ritmo de mamada mientras me sonreía.

-Parece ser que buscáis nuevos amos, ¿no? -preguntó Carlos-

-Así es -le contestó Irene- y no sabes qué alegría que seáis vosotros. Necesitamos unos machos que hagan con nosotras lo que ellos quieran, que sean inteligentes y decididos.

-Muy bien -volvió a decir- Todas en pie, y desnudaos completamente, Nico y yo queremos revisaros bien.

Se levantaron y se quitaron el resto de ropa que llevaban, las tres estaban impresionantes, coños depilados, piernas fuertes, culos duros…y nosotros con las pollas muy duras y mojadas.

-Carlos, revisa a Irene -le dije- Estoy deseando ver eso.

Carlos se acercó a Irene, tocó sus tetas con las palmas de las manos, con los dedos de una mano le pellizcaba los pezones que estaban duros y señalando al frente. Por la cara de Irene veía que estaba excitada, Carlos bajó la otra mano hasta su coño, metió dos dedos entre su raja y los sacó envueltos en un líquido espeso y transparente, tenía los dedos empapados. Me colocó los dedos en mi boca y los lamí, en ese momento Irene soltó un gemido de placer viendo como yo lamía los dedos con sus jugos. Carlos giró a Irene y le dijo que apoyara sus manos sobre el sofá, se arrodilló y abriéndole las nalgas observó su culo, un culo abierto, follado, delicioso y hambriento. Me llamó la atención que tuviese el culo tan abierto, yo se la había clavado por él en contadas ocasiones. Colocó uno de sus dedos en el ojal y comenzó a hacer pequeños giros acariciándolo, la respiración de Irene se aceleró, abrió más las piernas mientras Carlos ya había metido más de medio dedo, lo sacó y acercó su boca para lamerlo, ella gemía y movía sus caderas con mucho deseo. Al cabo del momento Carlos se incorporó.

-No sabes las ganas que tenía de hacerle esto a tu mujer delante de ti -me dijo agarrándome la polla y dándome un beso en la boca-

-Jajaja, no sabes cuánto me ha excitado verte hacérselo -le dije volviendo a besarlo- Ahora quiero revisar a Carmen, a ver cuánto disfrutas viéndolo…

Me dirigí a ella, le di un beso que me devolvió, pero abrí mi boca y dejé que mi lengua inspeccionara aquella boca, su lengua se enredó con la mía, me agarró la polla pero le solté la mano. Besé sus pechos, mordisqueando sus pezones duros, bajé mi mano hasta su coño, estaba empapado también, saqué los dedos y se los di a probar a Irene que los devoró, la giré y comprobé el culito de Carmen, al igual que el de Irene, también había sido follado, claro que Carlos ya me contó que a Carmen le gustaba mucho por el culo, le metí un dedo y después otro, su culo estaba caliente y algo mojado, se excitó al notas mis dedos dentro de ella. Me acerqué a Carlos.

-¿Qué te ha parecido? Por como tienes la polla veo que te ha gustado -le dije mientras observaba como de su polla salía gran cantidad de líquido preseminal que le quité con la yema de un dedo, y lo llevé hasta mi boca para saborearlo- Ahora vamos a inspeccionar a Lorena entre los dos, ¿te parece?

Lorena se giró hacia mí mientras abría sus piernas, Carlos le pellizcó los pezones, que al igual que los de las otras, estos también estaban duros. Me coloqué frente a ella, acaricié sus caderas bajando las manos hasta llegar a la parte superior de sus muslos, Carlos estaba a su espalda ya, le acariciaba las nalgas con una mano y con la otra las nalgas, mientras le besaba el cuello. Mi mano izquierda giró buscando su entrepierna, acaricié el monte de venus sin un solo pelo, la vulva…todo estaba caliente, metí dos dedos entre sus labios vaginales, tenía el coño muy caliente y mojado, saqué mis dedos y se los puse a Carlos en los labios, sacó su lengua y los lamió primero, para después metérselos en la boca y limpiarlos.

-Bueno, bueno -dije ahora más contento- parece que esta noche va a ser distinta, Carlos.

-Ufff, y no sabes qué ganas tengo de que lo sea -me respondió mientras se frotaba la polla con una mano de manera lenta- A ver qué saben hacer estas putitas…

-Haremos lo que queráis -le contestó Irene- siempre que no seáis muy malvados con nosotras.

-A ver, a ver si no confundís los términos -le dije a Irene- los amos somos nosotros, vosotras estáis aquí para obedecer, nada más.

-Obedecer para darnos placer -le dijo Carlos- Esa es vuestra obligación, darnos placer como sea, vaciarnos las pelotas de leche, hacernos disfrutar…aunque Nico y yo también disfrutemos entre nosotros a veces.

Se acercó a mí y me besó en la boca, su lengua entró buscando la mía, se enredaron nuestras lenguas mientras ellas se excitaban mirándonos. Agarré la polla de Carlos y se la meneé un momento nada más. Lo hice para ver la reacción de ellas, se excitaron bastante comenzando a tocarse unas a otras.

-Hey, ¿quién os ha dado permiso para tocaros? -soltó Carlos- que sepamos somos nosotros los que tenemos que deciros qué podéis hacer y qué no.

-Lo sentimos -dijo Carmen-

-Bueno, viendo cómo estamos creo que deberíamos irnos al dormitorio -dije muy excitado ya, mi polla goteaba precum y me dolía de lo dura que la tenía, necesitaba descargar- Primero iremos Carlos y yo, ahora os avisaremos para que entréis.

Una vez en el dormitorio los dos, Carlos me abrazó y me acarició los huevos y la polla.

-Joder qué caliente estoy -me dijo sin parar de frotarme la polla- pero ahora mismo necesito tu polla, tu culo, tu boca, tus pelotas…

-Y yo lo tuyo, pero tengo muchas ganas de follarme a Carmen y ver cómo te follas a Irene -le dije muy excitado- Lo que no sé es cuánto voy a aguantar sin correrme, estoy que no puedo más. Tengo en la cabeza el darle por el culo a tu mujer y llenarle el culo de leche, y ver como se lo haces a la mía.

Me agaché un poco y metí su polla en mi boca, la saboreé un ratillo y después hice que me hiciera lo mismo, cosa que hizo encantado. Nos acariciábamos el uno al otro, nalgas, ojal, huevos, nabo…todo ello acompañado de besos, de lametones.

A los pocos minutos les dijimos que entrasen ya al dormitorio. Primero entró Irene, detrás iba Carmen y por último Lorena. Se les notaba calientes a las tres, Carmen estaba espectacular, yo me senté en la cama y, con un gesto de mi mano, hice que viniese a mí. Cuando se me acercó, hice que diese un giro de 360º para admirarla, ella no dejaba de mirarme la polla. Su culo era un poco más grande que el de Irene, y sus tetas también. Me levanté y me acerqué a ella, le agarré las tetas y suspiraba mientras mis manos bajaban por su vientre. Abrió las piernas y su coño sonó cuando se abrió un poco debido a lo mojada que estaba. La besé en la boca y fui bajando por su cuello, sus manos ya me acariciaban los cojones y la polla. Me detuve en sus pechos, esas tetas grandes, bien formadas y con esas aureolas grandes y oscuras, con esos pezones duros como mi polla en ese momento. Su respiración se aceleraba por momentos, con las manos en sus hombros hice que se arrodillara. Miré a Irene, estaba apoyada en la cama mientras le estaba comiendo el coño a Lorena que estaba tumbada en la cama con las piernas bien abiertas y magreándose las tetas. Carlos se follaba a Irene por el coño con un ritmo acelerado, los gemidos de Lorena y de Irene eran muy excitantes.

Carmen pasaba su lengua por la punta del capullo, con ella recogía las gotas de líquido preseminal que salía de mi polla, después se metía la polla totalmente en la boca y hacía maravillas con la lengua. Mientras, sus manos acariciaban mis pelotas y mis nalgas. Pasados unos minutos, la levanté e hice que se tumbara boca abajo en la cama, me coloqué entre sus piernas y acerqué mis cara a sus nalgas, olía a excitación, a coño mojado y eso me excitó más. Giré mi cara hacia Carlos, seguía follándose a mi mujer, pero ahora el ritmo de penetración había aumentado. Él me miró y me sonrió.

-Nico, cómele el culo -me dijo muy excitado- verás que maravilla, y después se la metes por detrás, verás como le gusta…

-Esa es mi intención -le respondí abriendo sus nalgas con los dedos de una mano para que su ojal apareciese ante mí- Primero una buena comida, después una buena metida…jejejeje.

Con las nalgas separadas por mis dedos, el ojal de Carmen apareció, estaba húmedo y bastante abierto (se notaba que lo habían follado bastantes veces). Acerqué uno de mis dedos y entró sin dificultad alguna, se notaba bastante calor en su interior. Pegué mi cara y comencé a lamerlo con la punta de la lengua, estaba sabroso y jugoso, a la vez, los dedos de mi otra mano entraban y salían de su coño empapado. Carmen se movía entre gemidos y jadeos, abría sus piernas al máximo para que la follara con mis dedos. Lorena se movió para comerle la boca mientras Irene le comía el coño. Levanté las caderas de Carmen quedando su culo a la altura de mi polla, ensalivé mi nabo y lo coloqué en su ojal. Apreté mis caderas contra sus nalgas y mi polla entró en ella sin dificultad alguna, notaba como apretaba sus músculos para masajearme la polla, notaba esa rugosidad caliente de su interior en el tronco de mi polla. Con buen ritmo de penetración, Carmen se puso a pajearse mientras Lorena le comía la boca sin parar. Carlos le sacó la polla a Irene, que se unió a las dos tocando y acariciando los cuerpos de ellas. Carlos se colocó junto a mí y me acariciaba las nalgas mientras observaba como le daba por el culo a su mujer, sabía que eso lo estaba excitando mucho, así que le agarré la polla y me puse a pajearlo.

-Te pone ver como me tiro a tu mujer, ¿no? -le pregunté muy excitado- Está buenísima, sus tetas son preciosas, y su coño y su culo muy calientes…

-Sabes que sí, cabrón -me dijo moviendo sus caderas a la par que movía mi mano- Me excita mucho ver como la follas por el orificio que sea. Tu mujer también es tan puta como la mía… y como se come las pollas… Ufff, tengo muchas ganas de correrme, tío.

Paré de pajearlo y se tumbó junto a Irene, me miró y se agarró la polla.

-Será cabrón -le dije sacándole la polla a Carmen y montándome sobre la polla de Carlos- Como sabes lo que me gusta…

Ellas se quedaron mirándome mientras sus caricias, entre unas y otras, se hacían más efectivas. Lorena con las piernas abiertas al máximo recibía las caricias de Carmen, Irene acariciaba el coño de Carmen y Lorena acariciaba el coño y el culo de Irene. Todo ello acompañado de gemidos y jadeos. Mientras tanto yo, sentado ya sobre la polla de Carlos, notaba como me invadía completamente por dentro, como su polla ocupaba todo mi interior, notaba las pequeñas contracciones de la polla de Carlos, incluso me parecía notar las venas de su polla, el relieve se sus venas en mi culo. Me empecé a mover arriba y abajo, Carlos me pajeaba mientras mis movimientos eran más acentuados. Irene me miraba entre alucinando e incredulidad, pero en sus ojos veía que aquello la excitaba muchísimo. Se incorporó y vino hacia mí, me besó en la boca mientras hacía que Carlos soltara mi polla y ella la agarraba y con ella en su mano, se puso a pajearme a la vez que me besaba. Carlos, mientras que ella se ocupaba de mí, follaba el coño de mi mujer con dos dedos, el ruido que hacían los dedos al entrar y salir de él, indicaba lo mojado que tenía el coño debido a la excitación tan extrema que estaba viviendo.

Carmen se colocó sobre Lorena frotando coño con coño, se oía estupendamente el ruido que hacían los dos coños empapados de flujo. Sus bocas no paraban de besarse, sus lenguas se enredaban entre sí por fuera de la boca, sus respiraciones estaban muy aceleradas, sus gemidos y jadeos aumentaron de volumen… Mientras mi excitación subía de nivel, el placer que me estaba dando Carlos imagino que sumado a lo que estaba viendo, hizo que empezase a notar como mi semen se preparaba para salir disparado. Me levanté y mirando a Carlos me coloqué detrás de Carmen, Carlos me vio la intención y hizo lo mismo con Irene. Ambas se pusieron a 4 patas en la cama, delante de Lorena. Por la forma en se que miraron las tres y como se colocaron, sabía que no era la primera vez que hacían lo mismo. Me puse de rodillas detrás de Carmen y, agarrándola por las caderas, le metí la polla por el coño sin clemencia alguna. Entró con una suavidad increíble, su coño muy mojado sumado a todo el líquido preseminal que salía de mi polla, hacía que tuviese el coño totalmente lubricado. Los gemidos de Carmen se aceleraron junto a su respiración. Junto a mí, Carlos follaba a mi mujer de manera brutal, Irene no paraba de jadear, sonaban los envites que le estaba dando, el golpeteo de los huevos de Carlos en las nalgas de Irene… En ese momento notaba como me iba a correr, el placer que empezaba por mi culo, pasaba por mis pelotas y se hacía fuerte en mi vientre hizo que gimiera con fuerza, saqué mi polla del coño de Carmen y mi leche salió disparada hacia la nuca de ella, su espalda quedó completamente llena de mi semen.

Carlos, al mismo tiempo, sacó su polla de Irene y comenzó a soltar leche a borbotones, llenó la espalda de mi mujer, la cama, las piernas de Lorena… mientras Lorena llegaba al éxtasis con las lenguas de Carmen e Irene comiéndole el coño. Soltó una cantidad de líquido denso y transparente, parecido al líquido preseminal, que llenó las caras de las dos putitas.

Nos relajamos durante un ratillo, me levanté y vi la situación como estaba; las espaldas de Carmen e Irene estaban llenas de semen, sus caras empapadas del squirt de Lorena, todos intentando recuperar la respiración…

-Bueno, yo me voy a duchar -dije con la voz un poco temblorosa aún- necesito una ducha con urgencia.

-Si me esperas me ducho contigo -me dijo Irene- Tengo ganas de ducharme con mi marido…

Estando ya en la ducha apareció ella, se metió y me abrazó. Me besó con ganas, su boca se entreabrió y su lengua se enredó con la mía. Al momento se separó.

-Dios, que gusto follar con vosotros -me dijo riéndose- aunque me gustaría charlar un poco contigo, contarte lo que ha pasado y que me cuentes lo tuyo con Carlos, se os ve muy afines los dos. ¿Te gusta que te la meta? Tiene una buena polla, y se le pone muy dura, ¿eh? Jajaja

-A ver, la primera vez que me la metió me dolió un poco, bueno un poco bastante, pero después…es otra cosa, me da mucho morbo y placer, un placer distinto al que me puedes dar tú, pero me lo da, Y sí tiene una buena polla, jejeje. Te gusta ¿verdad?

-Ummm ya te digo -me contestó- ¿Te gusta ver como folla conmigo? A mí me excita ver como follas con Carmen, y te puedo decir que le encantas, la conozco bastante bien…jejeje Se te ve muy excitado cuando follas con ella, y como miras a Carlos…

-Me encanta que folle con Carmen, me pone a mil -dijo Carlos desde fuera de la ducha, pegado a la mampara- Como me encanta follarte a ti estando Nico al lado, jejejeje Y ahora salid ya, que queremos ducharnos los demás.

-Hay otra ducha en el otro baño -le contesté- aprovechadla

-¿Quién te crees que se ha metido en la otra ducha? Lorena está allí ahora mismo -contestó Carmen-

-Venga, nos salimos ya -dije- Pero voy a poner una norma, que Carlos conoce y la cumple: a partir de hoy, quien esté en mi casa debe estar desnudo completamente, de lo contrario tendrá un castigo y no va a ser un castigo de placer precisamente. Ahora se lo diré a Lorena -dije ya fuera de la ducha y acabando de secarme-

Una vez duchados y secos los cinco, nos sentamos en el salón, algunos en el sofá y otros en sillas.

-Bueno, ahora solo tengo una pregunta que aún no hemos podido responder -dijo Carlos- ¿Quiénes son Ana García y Silvia Mena?

-¿Quiénes? -preguntó Irene- No tengo ni idea ¿Quiénes son?

-Son las dos separadas valencianas que conocimos una noche -contesté- Follamos aquí en casa y se fueron. Nos contaron una historia que, al parecer y según la policía, no es real.

-¿Cómo que la policía os ha dicho eso? -preguntó Lorena-

-Veréis -cortó Carlos- Intentaron entrar en mi casa, nuestra casa -dijo mirando a Carmen- La policía las detuvo y están detenidas. Están en comisaría y las iban a mandar a Valencia. Están en busca y captura por extorsión, y algunas cosas más. Lo que no sabemos es como sabían la dirección de nuestra casa, no se les dijo nunca.

-Pues yo no las conozco -dijo Irene-

-Yo tampoco tengo idea de quienes son -dijo Carmen-

Todos miramos a Lorena que estaba callada, por su cara parecía que algo podría saber.

-A ver, yo tampoco tengo idea de quienes son -dijo un poco apurada- Estoy tratando de recordar si los escuché a Alfonso y a David hablar de ellas pero no me suenan los nombres. Sí es cierto que los oí hablar una vez sobre dos chicas que estaban buenas, y que querían que entrasen en vuestro grupo de amistades, para conseguir algo, pero esos nombres no eran… estoy tratando de recordarlos… Aunque lo de valencianas no me suena tampoco, creo que dijeron que eran de Altea.

-Bueno, Altea es de Alicante…y Alicante pertenece a la Comunidad Valenciana -solté- Muchas casualidades y Carlos me ha enseñado que las casualidades no existen…y tengo que darle la razón.

-Bueno, dicho ya todo -dijo Carlos- creo que deberíamos prepararnos para dormir. ¿Cómo lo vamos a hacer? Somos cinco.

-Jajajaja, eso tiene premio… -le dije riéndome- Y quiero ser el que te lo dé, jajajaja -todos nos echamos a reír- Bueno, ahora en serio, creo que cabemos los cinco en nuestra cama, que menos mal que es de las grandes, de lo contrario en una de las otras habitaciones hay otra cama grande. O si queréis dormir en vuestra casa… como queráis.

-Vamos a probar todos en la vuestra -dijo Carmen- pero habrá que cambiar las sábanas, entre el squirt de Lorena y la leche de Carlos, están pringadas. Y si no podemos dormir, pues nos vamos a la otra cama, o nos ponemos a follar de nuevo.

-Pues ya está hablado -dijo Carlos- Pues todos desfilando para el dormitorio, que mañana tenemos que llamar a los dos cabrones.

Nos acostamos y, aunque algo apretados, descansamos bien. A la mañana siguiente, cuando me desperté, veía piernas encima de otras, tetas con los pezones duros, olía a coño caliente, veía la polla de Carlos dura y apuntando al techo. El culo de Lorena parecía que me llamaba, la tenía junto a mí y me puse a acariciarle el culo, lo tenía apretado, suave y caliente. Deslicé mi dedo por la raja del culo hacia abajo, hasta tocar su coño que estaba empapado, saqué mi dedo húmedo y me lo llevé a la nariz, olía deliciosamente así que me lo metí en la boca.

-Me encantaría que me empales -me dijo Lorena al oído- Me encantas tú y tu polla, quiero ser vuestra putita.

-Joder Lorena -le dije excitado- me vas a poner la polla muy dura. También quiero empalarte, pero por todos lados, quiero follarte el coño, el culo, la boca…

-Para machote -me dijo Carlos- ahora tenemos que hacer una llamada importante. Y ya sé lo que les vamos a decir, así que habrá que levantarse, desayunar algo y llamarlos. Después, después podrás empalarla, o empalarme, que yo también tengo ganas de tenerte dentro.

Me besó en la boca y se levantó, al levantarse se apoyó en varios cuerpos que fueron volviendo del mundo de Morfeo. Protestaban pero aprovechaban para agarrarse a las pollas y a los huevos. Nos levantamos todos y fuimos hasta la cocina, cada uno preparó su desayuno y nos sentamos a tomarlo. Una vez desayunados y con cara de haber descansado, Carlos fue por su teléfono, se sentó a la mesa del salón, marcó el número y poniendo el manos libres, lo dejó en lo alto de la mesa. Dio solamente dos llamadas cuando lo descolgaron.

-Hola -dijo una voz que parecía ser la de David Hernández-

-Buenos días -contestó Carlos- Nos alegra mucho hablar con vosotros, y que hayáis sido tan rápidos en contestar, bueno vamos al lío. ¿Está Alfonso contigo?







Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente que espero que sea el último.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
No me te hagas de rogar tanto, me tienes permanentemente intrigado y cachondo!!!!
 
He leido 4 capitulos, y el resto me los he copiado para poder leerlos tranquilamente en un ebook, jejeje

Enhorabuena por los relatos, me estan gustando y excitano mucho
 
CAPÍTULO 12



-Buenos días
-contestó Carlos- Nos alegra mucho hablar con vosotros, y que hayáis sido tan rápidos en contestar, bueno vamos al lío. ¿Está Alfonso contigo?

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-Aquí estoy Carlos, soy Alfonso Aramburu -contestó algo nervioso- Espero vuestras indicaciones.

-Perfecto Alfonso y no te preocupes, relájate, no os va a pasar nada malo mientras os portéis bien.

-Si, bueno…eso es lo típico que se dice… -
contestó Alfonso cortando a Carlos- Estoy relajado de todas formas.

-Tienes razón Alfonso -
le contestó Carlos- pero es la verdad. Bueno, a lo que vamos… después os voy a pasar una dirección de una casa en Zahora, quiero que estéis allí mañana sobre las 19:00 horas, sin preguntas, sólo vosotros dos, nadie más y sin tonterías. Ninguno de nosotros quiere problemas, ¿verdad? ¿Alguna pregunta?

-Solo una -
contestó Alfonso- ¿estaremos mucho tiempo allí o volveremos a alguna hora determinada?

-Tranquilo, llévate el pijama por si las moscas -
le respondió Carlos- En un rato tendréis la dirección. Adiós.

Todos nos giramos hacia Carlos intentando entender qué pasaba, un chalet en Zahora, que mañana estaríamos allí y para dormir… no entendía absolutamente nada, Carlos me asombraba cada vez más, me asombraba y hasta me daba algo de miedo. Lo segundo con la ropa puesta, claro está.

-Tranquilos -dijo Carlos entre risas- no me he vuelto loco. Carmen, tú sabes qué chalet es, el de Alberto. Alberto es un compañero, está destinado en la embajada de España en Brasil, pertenece a la Seguridad de la Embajada. Él nos dejó las llaves para que le diésemos una vuelta a la casa la última vez que nos vimos. Estaba a punto de volver a Brasil de las vacaciones, y sabía que veníamos aquí así que nos dejó las llaves para que lo usásemos como vivienda vacacional.

-¿Y vas a meter a esos perros allí? -le pregunté- ¿En una casa que te han dejado?

-Nico, ¿tienes otra opción? -me contestó con la sonrisa aún en la cara- Vais a flipar cuando estemos en la casa.

-Carlos tiene razón -dijo Carmen- la casa es muy grande, está en un sitio privilegiado y está completamente equipada -al decir eso movió el cuerpo y sus tetas hicieron un movimiento que me hipnotizaron- Jajaja, Nico…veo que te gustan mis tetas.

Mi polla había comenzado a levantarse, Carlos me miró y se rio, su polla estaba morcillona también.

-Creo que lo mejor es que nos marchemos ahora mismo al chalet -dijo Carlos- Llegaríamos pronto y podríamos usar la piscina, hacer barbacoa, y otras cosas que a todos nos gustan.

-Buena idea Carlos -dijo Irene mientras Lorena aplaudía- Voy a preparar una bolsa…eehh, una pregunta de ropa llevaremos prácticamente lo puesto, ¿no? Me encanta estar en bolas con todos, jejeje.

Lorena ya tenía la maleta echa, Carmen y Carlos se fueron a su casa con mi coche para coger las llaves de la casa, algo de ropa y su coche, en dos coches iríamos más cómodos. Irene y yo preparamos algo de ropa, además cogí unas cuantas botellas de vino para disfrutarlo en la piscina o en la barbacoa. Lorena estaba nerviosa al igual que Irene, más por estar en la casa los cinco juntos y en bolas, que porque al día siguiente llegase su ex con el otro cabrón.

Al cabo de una media hora larga, llamaron a la puerta. Eran Carlos y Carmen, ya vestidos y preparados para salir. Carlos me devolvió las llaves de mi coche y nos preparamos para salir, Carmen se vendría conmigo y Lorena e Irene se irían con Carlos. El cambio de parejas ya lo traían planeado Carlos y Carmen, y la verdad que me gustó y me desconcertó a partes iguales, según nos dijeron era mejor así por si me perdía Carmen me guiaría hasta la casa, pero no sé por qué pensé que esa no sería la verdadera escusa.



Nos repartimos como se había acordado en los coches y emprendimos la marcha, Carlos con Lorena e Irene irían delante nuestra y Carmen y yo iríamos por detrás. Ellos pararían en un supermercado por el camino para comprar algunas cosillas, nosotros iríamos sin hacer parada alguna. Cuando salimos ya a la carretera nacional nos relajamos, íbamos escuchando la radio y charlando, Carmen me contaba lo excitada que estaba desde que llegaron de Tarragona, que Irene y ella habían compartido cama y consolador, me decía que Irene era una mujer muy caliente con un cuerpazo increíble, y eso a ella la excitaba bastante.

-Bueno, tampoco te quejarás de cuerpazo, Carmen -le dije sonriendo- tienes unas tetas increíbles y un culo de infarto, además con el coñito depilado, tan suave y con esos labios tan grandes…la verdad es que eres una mujer de bandera.

-Jajajaja, gracias Nico -me dijo mientras ponía una mano sobre mi rodillas derecha- también tú estás de muerte. Cuando Irene nos presentó en la fiesta de cumpleaños en la que nos conocimos le dije que me tenías que follar por todos lados, y ella me respondió que no me hiciese ilusiones, que tenía sus dudas sobre si tú te acostarías conmigo o no, pero la verdad es que no estaba muy segura de eso y fíjate… he tenido tu polla en todos mis agujeros y quiero mucho más.

-Ufff Carmen, llevo una temporada follando más que en toda mi vida, Irene te lo puede afirmar -le dije entre risas- jamás pensé que follaría con un hombre y que me gustase tanto, Carlos es un máquina para dar placer.

-Jajajaja, eso precisamente es lo que Carlos me ha dicho de ti cuando hemos ido a casa a recoger la maleta -me cortó- Me ha dicho que le encantas, que lo haces disfrutar como nadie lo ha hecho nunca, y que nunca pensó que le gustaría follar con un hombre como lo hace contigo. La verdad, he llegado a tener hasta un poco de celos -me dijo entre risas- pero se me pasan cuando pienso que lo follas tanto a él como a Irene, a Lorena o a mí… y me estoy poniendo muy caliente hablando de esto…

Fue decir eso y bajarse las mallas que llevaba puestas junto con el tanga, me cogió de la mano y la colocó en su coño abriendo bien las piernas. Lo tenía mojado, deslicé un dedo a todo lo largo de su raja, estaba totalmente empapado, ella suspiró y abrió más las piernas, le metí un par de dedos por el coño y después me centré en su clítoris. Conduciendo no podía hacer mucho más, así que me dediqué al clítoris mientras ella, con las piernas bien abiertas y la camiseta subida, se acariciaba los pezones. Su coño se mojaba cada vez más, de vez en cuando me llevaba los dedos a la boca para lamer sus fluidos y volvía de nuevo a su clítoris. En una de las veces, adelanté a un camión de los que llevan un contenedor, y al colocarme delante de él, empezó a pitar y hacerme cambios de luces, cuando me fijé en el conductor, me hacía la señal internacional de una paja, movía su puño semicerrado arriba y abajo mientras se reía. La había visto con las piernas abiertas y magreándose las tetas. Ella empezó a subir de intensidad sus gemidos mientras se metía dos dedos por el coño mientras yo seguía dedicado íntegramente en su clítoris.

-No te pares ahora Nico -me dijo totalmente excitada- me voy a correr, dame más rápido, joder. Me subiría sobre tu polla para meterla bien dentro de mí, cabrón. No te pares, dale más rápido.

Le froté con más energía el clítoris hasta que sus gemidos se convirtieron en jadeos y de su coño empezó a salir un fluido viscoso, caliente y transparente mientras ella se agarraba de los pezones y tiraba de ellos totalmente arqueada sobre el asiento del copiloto. Se quedó medio tumbada, con las piernas aún abiertas y la camiseta por encima de las tetas, mientras su respiración iba volviendo a la normalidad. Una vez repuesta, se sentó en condiciones.

-Y ahora te toca a ti -me dijo sacándome la polla y bajando mi pantalón hasta los tobillos, echó un poco hacia atrás el asiento del conductor y se tumbó sobre mi entrepierna metiéndose la polla en la boca- Seguro que esto te gusta, ¿verdad?

-Hombre, dime tú qué hombre rechazaría una comida de polla de una mujer como tú -le dije excitado- Empieza a comer, pero tendrás que tragarte la leche, no quiero manchar el coche…jejeje.

-Eso ya lo tenía claro -me dijo riéndose- además no iba a desaprovechar semejante elixir.

Comenzó a comerme la polla, pasaba su lengua por el frenillo, la bajaba por todo el tronco hasta llegar a mis pelotas, que las lamía y besaba mientras un dedo buscaba mi ojal para acariciarlo. Yo abrí todo lo que pude las piernas y levanté algo mi cadera para que su dedo pudiese acariciarme el culo sin problema alguno. Volvió a meterse mi polla en la boca, con sus labios apretaba el capullo mientras su lengua lo recorría por todos lados, después iba bajando por todo el tronco del nabo, introduciendo mi polla en su boca, haciendo lo mismo con sus labios y su lengua. Su dedo ya me masajeaba el ojal, sabía que eso me excitaba mucho y empecé a mover mi cadera hacia arriba y hacia abajo, follando su boca. Así pasaron unos minutos hasta que metió su dedo en mi culo, en ese momento, agarré su nuca y la estrujé contra mi vientre, iba a correrme mientras saltaba sobre su dedo, que salía de mi culo y volvía a entrar como una pequeña y fina polla, pero que me tenía totalmente excitado.

-Me corro Carmen -le dije apretando su nuca contra mí- Trágate todo, putita. Necesitas leche en abundancia, perra.

El primer trallazo tuvo que llegarle hasta la campanilla, le dieron arcadas, pero las logró dominar y seguir tragando ya con la polla menos metida hasta el fondo y mientras se reía. Una vez que acabé de soltar leche, se levantó y me enseño la boca con todo lo que no se había tragado, cerró la boca y se lo tragó para después volver a mostrarme la boca ya sin semen, se rio me besó y se volvió a meter la polla en la boca para limpiarla por completo.

-Joder Carmen, es que me excitas muchísimo -le dije mientras ella me subía el pantalón y el slip- Me encanta cuando te pones en modo guarra…

-Jajaja, no es que me ponga, es que lo soy. En un principio me obligaron Alfonso y David, después me encantaba, pero sus pollas no son como las vuestras…y nosotras necesitamos buenas pollas para satisfacernos.

-Bueno, a ver qué tiene planeado tu marido con ellos, no me ha dicho nada -le dije mientras se subía el tanga y las mallas- Tienes un coño que me encanta.

Seguimos charlando pero ya de otras cosas menos importantes, nos quedaba ya poco para llegar a la casa que nos había indicado Carlos. Carmen me guio hasta que llegamos ante la puerta de entrada para coches de un chalet, por fuera se adivinaba un terreno bastante grande, quedaba por saber cómo sería la casa. Accionó el botón de un mando a distancia y la puerta comenzó a abrirse, deslizándose hacia un lado y dejando ver un gran jardín, con muchas plantas. Cuando se hubo abierto completamente, me dirigí con el coche hacia el garaje que me lo iba indicando Carmen. La puerta del garaje se abrió y metí el coche, tendría sitio para unos 4 vehículos, había un todo terreno Volvo XC90, con un par de años como mucho, impecable. Me bajé del coche y cogí la maleta, Carmen me llevó hasta la casa. Por fuera era una casa de corte moderno, con líneas y ángulos rectos, distintas alturas y cristaleras grandes, cuando abrió la puerta, el interior era moderno, con la decoración y muebles acorde a lo que se esperaba cuando se veía por fuera, todo muy moderno. Entramos Carmen y yo, llamé a Irene para saber cuánto les quedaba, aún estaban en el supermercado, estaban metiendo las cosas en el maletero y saldrían en breve.

-Vaya, a esta gente les queda un buen rato por llegar -le dije a Carmen- Ahora están saliendo del supermercado…

-Bueno, podemos hacer varias cosas -me contestó quitándose la ropa- Por lo pronto podríamos quedarnos desnudos…

-Joder, acabas de comérmela…tendré que esperar para recuperarme un poco -le dije mientras ya me deshacía del slip-

Una vez desnudos los dos, me acerqué a ella y me puse a tocarla mientras la besaba en la boca, por el cuello…mis manos acariciaban sus pechos, poniéndole los pezones duros y erectos, pasé mi mano por su coño y otra vez estaba mojado.

-Dios Carmen, tienes el coño mojado de nuevo -le dije sin introduciendo uno de mis dedos en él- y eso me pone más caliente aún de lo que estoy.

La senté en un sofá y me arrodillé delante de ella entre sus piernas, tiré de ellas hasta que el culo se quedó fuera del asiento y su espalda sobre él. Su coño quedó a mi merced, acerqué mi boca a él, su olor llegaba hasta mí, un olor a sexo, a excitación. Con la punta de mi lengua pude rozarlo y llevarme a la boca una pequeña parte de sus fluidos, acerqué mis labios a él y lo besé. Miré a Carmen mientras mi lengua comenzaba una exploración de su coño, jadeaba y se acariciaba las tetas. Cogí entre mis labios uno de los labios superiores del coño de Carmen y succioné, al momento hice lo mismo con el otro, ella se abría el coño con sus manos para que yo llegase lo más al fondo posible. Succionaba, lamía, besaba sus labios vaginales, su clítoris, metía mi lengua todo lo dentro que podía… ella me apretaba la cabeza contra su coño mientras no paraba de jadear ni de gemir, de vez en cuando bajaba mi lengua buscando su ojal, con la punta de ella deba pequeños masajes circulares a su ojal, ella se elevaba del sofá para facilitar que mi lengua entrase en su culo, cosa que hice unas cuantas veces.

-Uffff, no se te ocurra parar ahora -me dijo apretando más aún mi cabeza contra su entrepierna- necesito que sigas así, que no te pares, cabrón. Voy a correrme yaaa…

Apreté mi boca contra su coño notando como su fluido salía hacia mi boca con cierta fuerza. Uno de mis dedos estaba dentro de su culo, ella hacía movimientos con el esfínter que notaba en ese dedo, movimientos con los que sus músculos anales se cerraban y abrían sobre mi dedo. Se arqueó mucho más sobre el sofá, no paraba de gemir y de jadear, apretaba sus rodillas contra mi cabeza mientras que con su cadera empujaba su coño contra mi boca, se estaba corriendo en ella o gracias a ella mejor dicho.

-Ufffff santo dios -dijo faltándole el aire- en la vida me lo han comido como tú lo has hecho ahora, Nico.

- Jejeje, gracias pero imagino que Irene te habría contado algo- le dije mientras me limpiaba la barbilla y la boca de sus fluidos- ¿o no habéis hablado de sexo y de nosotros?

- Joder sí -me respondió- pero por más que te lo expliquen no es igual que vivirlo. Irene me dice que eres un auténtico experto con la boca, pero que tienes tus días, no siempre es igual.

-Será cabrona la tía -me salió solo- cuando la pille se va a enterar, que sea Carlos el que le coma el coño…

-Jajajaja, es broma joder -me dijo partida de risa- me he inventado la segunda parte, dice que eres un auténtico genio con la boca.

En ese momento oímos abrirse la puerta de entrada de los vehículos al chalet, sonaron un par de puertas del coche abrirse y cerrarse.

-¿Hay alguien en casa? -era la voz de Irene- qué maravilla de sitio, joder. Vente Lorena, a ver dónde se han metido estos dos.

-Estamos aquí en el salón, pasad -dijo Carmen alzando la voz- Tengo que decirte que es verdad lo que me decías…

Entraron al salón Irene y Lorena y nos vieron en bolas sentados en el sofá, me levanté para saludarlas. Lorena me besó en la boca mientras me agarraba la polla que estaba casi dura, después hizo lo mismo Irene pero su beso fue más caliente. Comenzaron a desnudarse mientras Carmen les contaba lo que acababa de pasar, en la casa y en el coche.

-Es una maravilla la forma en la que me ha comido el coño, Irene. Tenías toda la razón -le dijo Carmen mientras le quitaba el sujetador a Irene y la besaba en la boca- Un auténtico genio “comecoños”.

Lorena estaba prácticamente desnuda, un cuerpo impresionante, me acerqué y le toqué el coño tanteando su raja. Estaba bastante mojada, le saqué los dedos y los lamí. Hice lo mismo con Irene, estaba igual de mojada. Con eso mi polla acabó de ponerse dura y empezaba a segregar líquido preseminal, en ese momento entró Carlos por la puerta del salón.

-Joder, ¿ya estáis liados? Jajaja -dijo quitándose la camiseta y el pantalón- Lorena me ha pajeado en el coche, pero no hemos podido hacer mucho más, desde el mitad del trayecto ha venido detrás nuestra un coche de la Guardia Civil de Tráfico, no era momento para que se pusieran a mamármela ni a liarse entre ellas…

-Pues yo necesito echar un polvo a ti o a cualquiera de ellas -le dije a Carlos señalando mi polla- Mira como me ha puesto tu querida esposa.

Se acercó hasta mí, me agarró la polla y empezó a meneármela mientras me comía la boca. Le bajé el slip y le agarré el nabo que lo tenía casi empalmado. El notar su polla como crecía en mi mano me excitó más aún y él lo notó. Los besos pasaron a ser con lengua y, estando excitados como estábamos, las lenguas salían y entraban de nuestras bocas mientras no parábamos de tocarnos por todos lados.

-Tu boca sabe a coño -me dijo entre besos y risas- Deduzco que ha debido ser el coño de mi mujer, no te ha dado tiempo a comerte el de alguno de estas dos.

Lo giré para que las mujeres lo vieran de frente mientras yo me colocaba a su espalda con mi polla encajada entre sus nalgas. Me puse a masturbarlo delante de ellas mientras él movía su cintura intentando darle sitio a mi polla. Irene se arrodilló delante de él, se metió la polla de Carlos en la boca y empezó su mamada. Yo tuve que retirar mi mano, como es obvio, y acariciaba las caderas de Carlos, queriendo metérsela hasta el fondo. Se inclinó un poco hacia delante y mi polla encontró el camino de su ojal, cuando tuve mi polla apuntada, con un movimiento de cadera él hizo que mi polla lo penetrase, entró solo el capullo pero ya noté el calor y las rugosidades internas de su ano. Apreté un poco más y mi polla avanzaba milímetro a milímetro. Lorena se acercó y le comía la boca a Carlos, mientras Carmen se comía mi boca y me sobaba los cojones y las nalgas. Uno de sus dedos buscaba con insistencia mi ojal hasta que lo encontró, el placer de sentir un dedo acariciándome el ojal en círculos era tremendo, además le estaba dando por el culo a quién más tenía ganas de darle. Aceleré el movimiento de penetración y él se inclinó un poco más para que mi polla le llegara más profundo, gemía y jadeaba igual que yo. Carmen metió su dedo en mi culo, eso hizo que acelerara aún más el movimiento de mis caderas, oía los sonidos que emitía Irene mientras mamaba la polla a Carlos. Lorena se había sentado en el sofá con las piernas totalmente abiertas y se metía dos dedos mientras con la otra mano se acariciaba el clítoris. Fui relajando el movimiento, la visión de Lorena con las piernas abierta, el sonido de sus dedos entrando y saliendo de su coño, la cara de placer que tenía, todo eso me estaba incitando a sacar mi polla del culo de Carlos, Lorena me miraba fijamente con cara de querer disfrutarlo mucho más. Al final saqué mi polla del culo de Carlos, me giré hacia Lorena que me sonrió sacando sus dedos del interior. Hacia ella me dirigí mientras Carlos estaba follando la boca de Irene y Carmen le ofrecía sus tetas que Carlos chupaba y besaba al ritmo del movimiento de sus caderas.

Ya delante de Lorena hice que se girara y se pusiese con las rodillas sobre el asiento y su pecho en el respaldo, de esta manera su culo y su coño quedaban a la altura de mi polla, posé mi capullo sobre su ojal y apreté mis caderas contra ella, el capullo entró sin dificultad lo mismo que el resto de la polla. Me detuve con la polla en su culo un momento, para comenzar a bombear mis caderas viendo como salía de su culo todo el tronco de la polla para volver a introducirse en él, provocando jadeos en Lorena y gemidos en mí. Su culo estaba caliente, y al igual que el culo de Carmen, notaba como sus músculos se aferraban a mi polla y después se relajaban algo para volver a aferrarse. Me agarré a sus caderas y aceleré el movimiento, la vista de aquel precioso y gran culo con mi polla entrando y saliendo de él, la posición tan sumisa de Lorena, sus comentarios del tipo “dame más fuerte, cabrón” y “no te pares, más rápido” hicieron que algo creciera en mí, algo que no podía ni quería controlar. Mis movimientos se volvieron algo más violentos, con más fuerza, entonces ella gemía con más intensidad y pedía más. Le saqué la polla del culo y se la metí por el coño del tirón, sin delicadeza alguna, quería metérsela lo más profundo posible. Su culo se quedó abierto y le metía dos o tres dedos por él mientras mis embestidas eran más fuertes, y su coño empapado de sus fluidos empapaba mi nabo.

-¡Vamos zorras, quiero ver como os folláis entre las dos! -decía Carlos a Carmen y a Irene -Quiero ver como nuestras zorras se merecen tenernos como sus machos.

Giré mi cabeza y Carmen e Irene estaban en el suelo, haciendo la tijera y cada una magreándose sus pechos mientras con la otra mano se acariciaban el clítoris, Carlos estaba de rodillas entre ellas, con la polla en la boca de Irene mientras Carmen le acariciaba las nalgas. Aquello me excitó mucho más, aceleré mis caderas, Lorena gemía como una loca mientras yo le daba alguna que otra bofetada en sus nalgas, cosa que a ella la excitaba aún más.

-Y ahora, puta, únete a estas dos zorras -le dije a Lorena mientras le sacaba la polla del coño- Queremos veros como folláis entre vosotras y nos calentáis a nosotros…os iremos llamando por si os necesitamos…

Lorena se echó al suelo, se puso a 4 patas y así se dirigió hacia las dos. Irene al verla alargó su mano invitándola a participar en la bacanal que se estaba produciendo delante nuestra. Al acercarse, Lorena le comió la boca a Carmen mientras Irene ponía su mano en el coño de Lorena y comenzaba a frotar su palma de la mano en él. Carlos se levantó y me miró, nos acercamos y decidimos sentarnos en el sofá viendo como nuestras esposas y Lorena se tocaban, se comían, se besaban, como se oían los fluidos de sus coños en sus bocas, en sus manos… sus gemidos llenaban el salón. Carlos y yo estábamos disfrutando de las vistas, nuestras pollas estaban mirando al techo, la mía me dolía de lo dura que estaba y además la tenía mojada, muy mojada. Irene me vio y, a gatas, vino hacia mí. Se le veía preciosa, con la cara de vicio, mordiéndose el labio inferior por un lado, sus tetas se balanceaban al ritmo de su avance hacia donde estábamos sentados.

-Mira -me dijo Carlos meneándose la polla- ahí viene la zorra de tu mujer, está buena la tía, ¿eh? Me encantaría que me contases vuestra noche de bodas y ella lo fuese repitiendo conmigo mientras escucha, jejejeje.

-Ummm, estaría bien hacerlo -le contesté mientras estiraba y abría las piernas e Irene se metía entre ellas. Sonrió cuando escuchó a Carlos decir aquello - pero mejor esta noche podremos practicarlo, ahora me va a comer la polla como ella sabe muy bien, ¿verdad que sí, zorrita?

-Sí señor, y si quieres se la como a tu amigo que tiene buena tranca también -me dijo agarrando mi nabo y metiéndoselo en la boca- Ufffff, como me pone esta polla…

Se metió la polla en la boca y me acariciaba las pelotas mientras lamía y chupaba mi nabo. Le agarré el pelo y le fui indicando el ritmo de mamada que quería, ella seguía acariciándome los cojones, de vez en cuando bajaba su boca hasta ellos y los besaba y chupaba, para después subir de nuevo hasta mi polla y volvérsela a meter en la boca.

-Bueno, para un poco y no dejes a mi amigo sin deleitarlo con su polla en tu boca, zorrita -le dije tirándole un poco del pelo y sacando mi polla de su boca- Él necesita tenerte también, jejejeje.

Ella me miró y se metió entre sus piernas, Carlos me sonrió y me agarró la polla mientras Irene se metía la suya en la boca. Lorena y Carmen practicaban un 69 en ese momento, Lorena estaba encima de Carmen, lamiéndole el clítoris y metiendo su lengua en la raja de Carmen. Me levanté y me coloqué encima de Lorena, apoyé mi capullo en la entrada de su ojal y apreté mis caderas contra sus nalgas, mi polla entró sin ningún problema, con mucha facilidad entraba hasta el fondo para volver a salir casi entera de su culo.

-Seguid, seguid cabrones -decía Lorena- me encanta que me coman el coño y me den por el culo…

-A ver -dije levantándome y haciéndole una señal a Carlos para que se levantara también- Creo que no habéis entendido el tema como está. Sois nuestras putas, os follaremos cuando queramos, las veces que queramos, donde queramos y por donde queramos. Antes pertenecíais a Alfonso y David, ahora nos pertenecéis a nosotros, sois las mismas putas pero con pollas distintas…jajajaja -me reí de mi ocurrencia- Estáis a nuestras órdenes, que no se os olvide. ¿Quieres decirles algo, Carlos?

-Bueno, creo que lo has dejado bastante claro ahora mismo nos pertenecéis -prosiguió Carlos- Sois nuestras esclavas, si queremos que otros os follen, obedeceréis sin inmutaros, si queremos follaros donde, cuando y por donde sea, obedeceréis sin inmutaros, si queremos que nos tratéis como a vuestros señores, obedeceréis sin inmutaros…¿queda claro todo?

Las tres estaban de rodillas, sentadas sobre sus tobillos, con caras de vicio y asintiendo con la cabeza.

-No oigo nada -gritó Carlos- ¿queda claro?

-Sí señor -respondieron las tres al unísono- queda todo muy claro -respondió Carmen-

-Vale, así nos gusta -dije acariciando la polla de Carlos- ahora, tal y como estáis, id vaciando los coches y ordenándolo todo. No quiero veros con ropa puesta mientras no os lo digamos, y servidnos una copa de tinto, por favor. Carlos y yo tenemos que hablar.

Las tres se nos quedaron mirando, Irene fue a decir algo pero Carmen la cogió de la mano y la llevó hacia fuera de la casa seguidas por Lorena. Era bonito ver a las tres desnudas andando hacia el coche para descargarlo.

Una vez descargado el coche y todo recogido, Carlos y yo salimos a la piscina. El día estaba soleado y hacía bastante calor, nos sentamos al borde de la piscina mientras Irene nos traía un par de copas de Abadía de Gomáriz, un crianza del 2020. Un Ribeiro, gallego de los buenos, exquisito. Con las piernas en el agua, la copa de vino y una bandeja con quesos de la zona, jamón de bellota, unas regañás de panadería tradicional y el sol, se estaba de lujo.

-Bueno, qué tienes preparado para cuando lleguen estos dos? -le pregunté a Carlos- Ellas han asumido bien el papel que les hemos dado, aunque Irene creo que es la que menos asimilado lo tiene…

-Eso pienso yo, Irene es la que menos lo tiene asimilado o digamos que es la más rebelde, aunque esa rebeldía es fácilmente manipulable, ¿has visto como me mira la polla? -comenzó a decirme Carlos- Jamás pensé que le diría eso al marido de una mujer que me he follado y me ha comido el nabo de la forma que lo come, jajajaja

-Ni yo que oyese eso dicho por otro hombre y referente a mi mujer -le contesté- Y sí, veo cómo te mira la polla, la polla y los huevos. Por otro lado Lorena está muy sumisa después de haber pasado lo que ha pasado con su marido… lo ha aceptado sin ningún problema. Tiene un culo que se traga lo que le eches, me encanta darle por el culo…mueve los músculos anales cuando tienes la polla dentro y me pone a mil.

-Creo que no le he dado por el culo aún -me contestó Carlos- me lo has dicho y ya tengo ganas de metérsela por detrás…

-Por otro lado, tu mujer también ha aceptado este tema sin rechistar, como si lo hubiese hecho antes -le dije intrigado- aunque creo que me lo hubieses dicho, ¿no?

-Pues sí, también me ha extrañado con el carácter que tiene y lo sumisa que está. Nunca hemos hecho esto, jamás -me contestó tajante- Hemos jugado a juegos eróticos estando en la cama, como todo el mundo imagino, yo la dominaba, ella me dominaba… es verdad que por el culo le ha gustado siempre, como ya te dije. Pero es cierto que está en modo sumisa, pero muy marcado.

-Ya te digo -le contesté y seguí hablando para ver cómo se lo tomaba- Además, en el coche me ha hecho una mamada espectacular, como mueve la lengua cuando tiene la polla en la boca, como aprieta los labios contra el tronco, el cuidado que tiene para que los dientes no rocen el capullo…es bestial.

-Jajajaja, me alegro que lo hayas experimentado -me contestó tranquilo y mirando el culo de Irene- es buena mamadora, es verdad.

Nos tomamos la copa de vino, comimos el queso y el jamón y nos levantamos del borde de la piscina, decidimos que comeríamos algo ibérico pero hecho a la plancha, así que lo comunicamos a las esclavas y se pusieron de inmediato a preparar la carne, unas chuletas ibéricas y algo de secreto o pluma. Comimos todos juntos en el jardín, todos en bolas por supuesto. La comida fue muy amena, reímos, charlamos, todo genial. Cuando acabamos de comer, ellas lo recogieron todo, como buenas esclavas, y nosotros nos pusimos en las tumbonas del jardín, junto a la piscina esperando que nos trajeran una copa a cada uno. Fue Irene la que nos trajo las copas mientras Carmen y Lorena acababan de limpiar y ordenar la cocina, me sirvió primero a mí y después a Carlos. Cuando se acercó a él, vi como le miraba la polla. Carlos se dio cuenta y abrió las piernas.

-Te gusta su polla, ¿no? -le pregunté a Irene- Te encantaría que te la metiera por todos lado, ¿verdad?

-Joder sí, pero si no queréis, no hay problema -me contestó- Me gusta su polla y la tuya, lo que ocurre es que la de él la tengo, digamos que menos usada.

-Venga, agárrasela, acaríciasela y no olvides sus huevos -le dije de forma imperativa- Igual hasta se la puedes comer, si él quiere.

-Por supuesto -contestó mientras dejaba la bandeja sobre la mesa del jardín y le acariciaba los cojones a Carlos- ¿Querrás que te la coma?

-Empieza por acariciarla, después ya veremos -le contestó Carlos- Y como ha dicho Nico, no te olvides de mis huevos.

Irene le agarró la polla y se puso a meneársela mientras Carlos abría bien las piernas, ella se había puesto de rodillas sobre un cojín que previamente había colocado en el suelo al otro lado de la tumbona, lo que me permitía contemplar aquel momento tan excitante: contemplar como tu mujer pajea a un amigo. La polla de Carlos se puso dura en cuestión de segundos, a la vez que se mojaba abundantemente. Ella paseaba su mirada de la polla de Carlos a su cara, y de su cara a la mía. Sus pezones se les veían duros, se le notaba que estaba bastante caliente, una de sus manos acariciaba su coño. En la sesión de sexo anterior nadie acabó corriéndose. Carlos le agarró del pelo e inclinó la cabeza hacia su polla, Irene abrió la boca y sacó algo su lengua, pero Carlos no permitía que llegase a tocarle la polla con la lengua, eso a ella la excitó más aún.

-Por favor Carlos -le rogó- deja que te la coma un poco. Necesito tener tu polla en la boca en este momento.

-Jajaja, tranquila putita -le contestó- la tendrás y no solo en la boca…pero ahora quiero ver lo excitadas que estás.

Carlos metió su mano entre las piernas de Irene. Mientras la tocaba por esa zona, Irene suspiraba y gemía, abrió sus piernas todo lo que le permitía el cojín. Carlos sacó sus dedos empapados y me los enseñó. Una capa de líquido denso y transparente envolvía sus dedos, le sonreí y asentí con la cabeza. Llevó sus dedos a la boca de Irene, ella los lamió, los metía y sacaba de su boca como si estuviese mamando una polla. Carlos, tirando de su pelo, llevó su cara hasta su polla, se la metió entera en la boca. Irene aguantaba las arcadas y comía polla con mucha devoción. Carlos le soltó el pelo y la dejó hacer mientras él metía nuevamente su mano entre las piernas de Irene. En ese momento mi polla estaba durísima, quería que Irene me la comiera a mí también, pero quería hacerla sentir muy puta.

-Muy bien zorra -le dije excitado- te gusta comerle la polla a un amigo de tu marido y delante de él. ¡Qué puta estás hecha! Mereces que Carlos te de por el culo, que te use como te han estado usando los señores de antes…

-Como queráis -dijo sacándose la polla de la boca sin parar de pajearla- Estoy aquí para que me uséis como os de la gana, tanto yo como mis compañeras. Somos vuestras putas esclavas… -de nuevo volvió a meterse la polla de Carlos en la boca y siguió mamando-

Carlos resoplaba y cerraba los ojos moviendo sus caderas al ritmo de la mamada que le estaba danto Irene. Me levanté y me dirigí a la cocina, tenía la polla muy dura, llevaba un buen calentón y solo quería metérsela a alguna de las dos que quedaban. Cuando llegué a la cocina, Lorena estaba acabando de limpiar la encimera y Carmen estaba cerrando el lavavajillas para ponerlo en funcionamiento. Ella no me vio, estaba inclinada hacia la puerta del lavavajillas mirando si había puesto bien el programa de lavado, me acerqué por detrás, la agarré de las caderas y la ensarté por el coño, de un solo golpe. Primero se asustó, no se lo esperaba, después gemía como otra buena puta. Lorena se nos quedó mirando mientras yo aceleraba los movimientos de mis caderas. Carmen tuvo que sujetarse a la encimera para no perder el equilibrio, abrió sus piernas y cona los brazos estirados, se aguantaba en la encimera. Lorena, al vernos, comenzó a tocarse, se subió en la isla de la cocina mirando hacia nosotros y con las piernas bien abiertas. Su coño depilado se le veía mojado, rojo y caliente, cogió la maza del mortero, de mármol, la calentó entre sus manos y acto seguido se la metió por el coño. Aquello me puso más caliente aún, agarré bien las caderas de Carmen, quería metérsela hasta el fondo, sonaba el “flop-flop” de mis embestidas mezcladas con el sonido del coño empapado de Lorena, y los gemidos de los tres. Lorena se metía casi por completo la maza del mortero, que salía brillante de sus fluidos. En ese momento entró en la cocina Carlos seguido por Irene, ella traía el pecho lleno de la lechada de Carlos, pecho y cara. Carlos cogió la maza del mortero que usaba Lorena y se puso a masturbarla con ella. Irene se arrodilló junto a mí esperando recibir más semen. Mi corrida llegaba, ya notaba como por mi vientre subía ese placer, mis movimientos se aceleraban y mis gemidos se transformaron en jadeos, saqué mi polla del coño de Carmen, ésta se arrodilló junto a Irene para recibir la ración de leche, abrieron sus bocas delante de mi polla que comenzó a soltar leche, llenándoles las caras, pecho y pelo… Cuando acabé de correrme, Irene se metió mi polla en la boca y me la limpió con mucha atención, frotando con su lengua frenillo, capullo…echando el pellejo hacia abajo para poder limpiarme bien la zona cercana al capullo… cuando acabaron se levantaron.

-Menudas putas estáis hechas -dije siendo interrumpido por los gemidos de Lorena mientras se corría, Carlos seguía metiéndole la maza del mortero por el coño- Podéis usar la piscina, pero quitaros unas a otras la leche de Carlos y mía.

Lorena se bajó de la isla y se unió a las dos para poder tomarse parte del semen expulsado. Carlos y yo nos miramos, salimos de la cocina hacia el salón sonriendo y con la satisfacción en nuestras caras, nos sentamos en uno de los sofás.

-Esta noche follaremos entre nosotros -me dijo dándome un beso en los labios- necesito que me empales y empalarte.

-No te quepa la menor duda -le dije devolviéndole el beso- esta noche será nuestra, y tendremos público…jejejeje



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente que, ahora sí, será el último. He querido dar una vuelta más de tuerca…ya me diréis qué os parece.

Un saludo a todos y ¡¡¡Feliz Navidad!!!

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!


Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Que ganas de ser amigo de ese quinteto, joder. Me conformaria con ver sus cuerpos y disfrutar de sus folladas en primera persona!!!

Ganas de volver a leerte!!!!
 
CAPÍTULO 13

-No te quepa la menor duda -le dije devolviéndole el beso- esta noche será nuestra, y tendremos público…jejejeje

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Las mujeres salieron al jardín, no sin antes prepararnos otra copa. Con la copa en la mano salimos a ver como disfrutaban en la piscina, como se balanceaban las tetas de las tres, como sus nalgas rebotaban mientras bailaban y jugaban al borde de la piscina. Nos sentamos en las tumbonas mientras veíamos los juegos y como nos miraban, había cierto toque de lujuria en sus miradas.

-Parece que siguen calientes -me dijo Carlos- Esta noche las pondremos a mil, mientras follamos nosotros ellas harán de público pero sin tocarse…a ver si son capaces de aguantar. Por mi parte, estoy deseando de que llegue al noche y estemos los dos en la cama…

-Les diremos que hagan palomitas, jajajaja -le dije cortándolo- Yo tengo muchas ganas de estar contigo en la cama, notar tu polla, tu boca, tus huevos…todo tú pegado a mí y todo yo pegado a ti. Otra cosa, ¿qué has pensado hacer cuando lleguen Alfonso y David? Cuéntame qué has pensado para ellos.

-Verás, tengo pensado hacer lo que hicieron los señores con nosotros -me respondió- Quiero chantajearlos, por su posición en sus respectivas empresas no les quedará otra cosa que acceder a lo que les pidamos.

-Y lo que les vamos a pedir es… -pregunté-

-Que sean nuestros esclavos también -me respondió- pero no se lo vamos a pedir, no. O se convierten en nuestros esclavos o se deberán despedir de sus puestos de trabajo, con lo que implica también para su vida social el que se sepa chantajeaban a empleadas, el maltrato a la mujer, en el caso de David y Lorena, y todo lo demás.

En ese momento Carmen y Lorena se besaban apasionadamente sentadas en el borde de la piscina, mientras Irene, en el agua, estaba metida entre las piernas de Lorena comiéndole el coño. Nos miraron y se rieron, Irene me saludó con la mano y se zafó del abrazo que le daba Lorena con sus piernas, se sumergió en el agua y apareció al otro lado de la piscina, junto a la escalerilla para salir de ella, cosa que hizo.

-¿No os bañáis? -nos preguntó mientras se secaba con una de las toallas- el agua está increíble.

-No, al menos a mí no me apetece ahora -le contestó Carlos- Nico, báñate si quieres.

-No, tampoco me apetece -contesté- Estoy de lujo aquí tumbado, con mi cubata y con este sol que me está amodorrando. ¿No sigues comiéndole el coño a Lorena? Te veo muy entregada.

-Oh sí, pero en un ratillo nos iremos las tres a una de las camas, Carmen se ha traído todo su arsenal de consoladores, pollas de goma, vibradores… Carlos conoce el arsenal, ¿verdad?

-Joder, por eso es la bolsa tan grande que ha traído -contestó Carlos- Y yo pensando que sería ropa y demás….Tendríamos que verlas usar todo los juguetes, Nico. Jajajaja

-Por supuesto, ahora cuando estéis preparadas para jugar nos avisáis, Irene -dije levantando mi copa ya vacía- Y antes de subir, nos preparáis otra copa.

-Claro que sí -me respondió Irene extendiendo sus manos hacia nosotros- Dadme las copas y os las preparo ya.

A los pocos minutos Irene nos trajo de nuevo las copas rellenadas, Carmen y Lorena ya estaban fuera de la piscina secándose la una a la otra. Yo me sentía con algo de sueño, el alcohol estaba haciendo su trabajo, estaba adormilado, y la cabeza me la notaba como algo ida, solo tenía ganas de cerrar los ojos y dar una cabezada. De repente oí el sonido de unos cristales, giré mi cabeza y Carlos se había quedado dormido, su copa se había estrellado contra el suelo. En ese momento me di cuenta de lo que pasaba, pero ya me sentía impotente, los brazos me pesaban…

Irene se acercó y me quitó la copa de la mano, me besó en los labios, fue un beso ligero, apenas un roce. Mis ojos se resistían a cerrarse, giré mi cabeza al oír voces, Alfonso Aramburu y David Hernández estaban entrando por la puerta del jardín, sonreían a Carmen y a Loreto que se acercaban a ellos. Cuando estuvieron casi delante, se arrodillaron ante ellos y agacharon la cabeza en señal de respeto y sometimiento. Ellos dijeron algo que no pude entender y ellas se levantaron y los desnudaron completamente, en ese momento mis ojos se cerraron y no recuerdo nada más.



Abrí los ojos, estaba en una habitación, era de noche por lo que pude ver por la ventana, la luz de la habitación estaba encendida. Pensé que algo me había sentado mal, pero recordé el momento en el que a Carlos se le cayó la copa al suelo. Nos habían tendido una trampa nuestras propias esposas y su amiga.

-Por fin te despiertas. Nos la han metido doblada nuestras “queridas esposas” -me dijo Carlos con cierto retintín y de pie junto a mí- Llevo unos minutos despierto y la puerta no se abre ¿quién coño tiene una puerta de un dormitorio que el pestillo lo tiene por fuera?

-Fácil Carlos -le contesté- Porque no es un dormitorio, es una habitación para que lo que esté dentro no pueda salir.

-Nos han jodido, y parecía que íbamos por delante de ellos en todo momento…manda huevos -me dijo algo enfadado- Y yo pensando en el polvo que te iba a echar esta noche, o ayer noche…no sé cuánto tiempo hemos dormido.

Sonó el pestillo de la puerta abrirse, Carlos se plantó en la habitación con gesto desafiante. Apareció David Hernández acompañado de Lorena, ambos iban desnudos también.

-Buenas noches -nos dijo David- Veo que no se han pasado con la droga que les facilitamos, les pedimos que os echaran poco en cada copa y menos mal que es lo que han hecho. Son buenas putas y obedientes…y están buenísimas, ¿verdad?. Bueno, a lo que vamos. Habéis dormido unas 4 horas, la verdad que nos viene genial. En cuanto llegue Alfonso os diremos lo que queremos de vosotros, ahora podéis refrescaros en el baño que está detrás de esa puerta, y podéis comer algo si tenéis hambre. Zorra -le dijo a Lorena- Mete las bandejas de comida. La comida está hecha con mucho amor, perdonad si los bollos de pan están algo mojados, las chicas se los han metido en el coño para que los saboreéis. Por cierto, el vino buenísimo, os hemos echado un poco a cada uno de vosotros, y tranquilos, no os dejarán dormidos. Para que veáis, le daré un sorbo a cada copa de vino, os doy mi palabra que no se os ha echado nada raro.

Tomó un pequeño trago de cada copa y las dejó en la bandeja correspondiente, se giró hacia Lorena y le indicó con la mano que pasara hacia la mesa que había junto a una de las paredes. Lorena dejó ambas bandejas y se colocó de nuevo junto a David.

-Ahora podéis comer tranquilos, si tenéis hambre claro -nos dijo señalando hacia las bandejas- En un ratillo bajarán Alfonso y las putitas restantes. Si nos os molesta, ésta y yo esperaremos aquí.

Se sentó en una de las sillas que estaban junto a la pared opuesta de la mesa, me llamaba la atención que en ningún momento llamase a Lorena por su nombre, la había nombrado como “zorra” y como “ésta”, al igual que cuando hablaba de las otras, se refería a ellas como “putas” o “putitas”. Lorena, en cambio, se sentó en el suelo, a los pies de David. La dominación que ejercía sobre ella era absoluta y ella, al parecer, lo consentía. Carlos y yo nos dirigimos hacia la mesa donde estaba nuestra cena, nos sentamos en las sillas y nos pusimos a comer con lentitud. Yo analizaba la situación, pero no veía nada que pudiese hacer para revertirla. Carlos comía con lentitud, imaginaba que estaba pensando lo mismo que yo, le puse la mano sobre su pierna, se giró y me sonrió.

-Parece que hemos perdido -me dijo con un tono de voz entre triste y descansado- A ver qué pretenden estos de nosotros.

-Bueno, tranquilo -le dije cerrando un poco mi mano sobre su muslo- verás como salimos de ésta.

-A ver -dijo David- Perdonad que me meta en vuestra conversación, pero podéis estar tranquilos. No os pasará nada que no queráis, no hay más que decir, ahora lo corroborará Alfonso.



Al cabo de unos 5 minutos escuchamos a Alfonso hablar, venía acompañado de Carmen e Irene. Apareció por la puerta totalmente desnudo también, nuestras mujeres iban detrás de él, se las veía a ambas tranquilas, miraban a Alfonso como con devoción. Lorena se levantó en el momento que Alfonso entró en la habitación y se dirigió hacia él, cuando estaba llegando, se puso de rodillas con la cabeza inclinada hacia abajo, en la misma posición que vi cuando llegaron a la casa. La cosa no me estaba gustando, esas digamos que muestras de sumisión iban mucho más lejos que lo que nosotros habíamos hecho con ellas, y todo indicaba que esto sólo acababa de empezar.

-Vaya, buenas noches tengan los maridos de éstas dos putitas -dijo Alfonso echando a un lado a Lorena- ¿Pensabais que ibais a ganar? Lo de Tánger estuvo todo bien elaborado, eso hay que reconocerlo, el cambio de habitación fue bastante oportuno, pero menos mal que una de nuestros “agentes” -dijo esto haciendo una muecas con los dedos índice y corazón de ambas manos- fue la que compartió habitación con vosotros, jajajaja. Sí, no me miréis así, Leylak pertenece a mi…digamos organización. Tendríais que saber contra quién estabais luchando, todo estaba atado y bien atado. ¿Verdad Antonio?

-Jajaja, por supuesto Alfonso -contestó David poniéndose en pie y caminando hacia nosotros- El único problema fueron Ana y Silvia, las valencianas…fue toda una coincidencia que fueseis a aquel bar donde ellas estaban, iban a ponerse en contacto con vosotros al día siguiente, queríamos saber de qué clase eran los maridos de dos de las putitas más aventajadas. Y ya todo se lio.

-Bueno, pero aún seguimos teniendo los vídeos a buen recaudo -le contestó Carlos- Y podemos hacerlos públicos.

-Jajajaja -se rio Alfonso mientras se acercaba a nosotros- Fue buena idea guardarlos en el alquiler de trasteros, la verdad que sí, menos mal que con la ayuda de otras putitas aventajadas, Inspectora Rosa y Subinspectora Maite, y la colaboración sin que lo supiesen del Cuerpo Nacional de Policía, rastrearon vuestros teléfonos móviles y dieron con el paradero de los vídeos en aquél trastero minúsculo, así que, reconocedlo, no habéis ganado. Yo diría que habéis perdido.

-Vale, habéis ganado -le dije encarándome a él- ¿qué queréis ahora?

-Esa pregunta es la que estaba esperando oír -me contestó David- Lo que queremos de vosotros es muy sencillo. Queremos que seáis nuestras putitas masculinas. Hemos visto vuestros vídeos en el coche, en el descampado junto al famoso edificio y la verdad… al menos a mí me habéis gustado mucho. Pediros que os folléis a las putitas éstas u otras, que folléis entre vosotros, y a permitirnos que os demos por el culo alguna que otra vez. Personalmente no he follado un culo de hombre nunca, pero desde que vi vuestros vídeos no se me va de la cabeza, hasta hay mañanas que me he despertado con la polla tiesa, como cuando tenía 14 o 15 años y con la imagen de vosotros follando…

-Bueno, yo solo he follado el culo de un hombre una vez, pero fue hace tantos años que ni me acuerdo -cortó Alfonso- Y es verdad lo que dice David, el veros follando excita a cualquiera. Además, vuestras mujeres aseguran que aguantáis bastante sin que os corráis, y eso me pone, jejejeje. Por otro lado, Leylak nos contó que disfrutó muchísimo follando con los dos…. ¡¡¡Aayy, con lo buena que está y lo puta que es!!! Es una gran puta, lástima que no la permitan dejar Marruecos… ya todos sabemos el porqué, para follarla, hay que irse a Marruecos. En fin, ¿ya habéis cenado? Será mejor que vayamos a otra habitación, estaremos todos más cómodos, ¿os parece bien?

Sin esperar a que contestáramos, Alfonso se giró y salió de la habitación, Irene y Carmen se acercaron a nosotros mientras David salía tras de Alfonso y por delante de Lorena.

-Bueno, no ha sido tan malo, ¿verdad? -me dijo Irene- Perdonadme por el somnífero, pero fue la mejor opción. Acompañadnos ahora, vais a disfrutarlo al igual que nosotras.

-¿A disfrutar el qué? -le contesté con cierta violencia en mi voz- ¿Crees que follar obligado es disfrutar? ¿Qué os han dado estos dos? Será que tienen unas pollas colosales… ah no, que sus pollas son pequeñas, ya las vimos en los vídeos…

-Os equivocáis si nos tratáis como vuestros enemigos -me cortó Carmen- Ellos son distintos, son maravillosos, ya no sufrimos de estrés, no nos cansamos, hacemos lo que nos apetece, vivimos en una libertad real y absoluta…

-Os han lavado el cerebro -le soltó Carlos- ¿Te estás oyendo? Parecéis una secta, la secta porno diría yo.

-En parte es como una religión -le contestó Irene- Ellos son como los sumos sacerdotes y nosotras somos sus acólitos… bueno, y vosotros también lo sois, jejejeje. ¡Bienvenidos!

Carmen se acercó a Carlos, le agarró la polla y comenzó a frotarla contra la raja de su coño. La respiración de Carlos se alteraba por momentos, veía como su polla se engordaba en la mano de Carmen.

-Vamos Carlos, sé que lo vais a disfrutar muchísimo -le dijo Carmen separándose de él y tirando de su mano hacia la puerta- Ahora empieza lo bueno. Nico, ponte en marcha también… estoy deseando disfrutar de todo.

Salió Carmen tirando de Carlos, yo salía detrás de él e Irene detrás de mí cerrándome el paso, nos llevaban como si fuésemos unos detenidos. La cabeza me daba muchas vueltas, todo había estado preparado y habíamos caído en la celada desde el primer momento. La Inspectora y Subinspectoras eran también, digamos que de la Organización, las valencianas también, incluso Leylak era otra de ellas…¿quién más estarían involucradas? Era obvio que Emilio y Pepeca también, y Pedro… Pedro debía saber algo, en una de las conversaciones que tuvimos con él, nos dijo que había gente por encima de ellos, gente con poder… y ya era tarde para despejar todas las incógnitas, estaban despejadas casi todas.



Empezamos a subir las escaleras hacia la primera planta, Irene se pegó a mí y empezó a acariciarme las nalgas, me paré y acercándose aún más me besó en el oído, sacando un poco la lengua. Sabía que eso me excitaba bastante. Proseguí la marcha, en la habitación del fondo nos esperaba David, desnudo y con la polla tiesa. Carmen se arrodilló y agachó la cabeza, al igual que Irene. Tiraron de nuestras manos para que nos arrodilláramos, Carlos se arrodilló pero no agachó la cabeza, yo me negué en principio a hacerlo.

-Veo que Nico no muestra el debido respeto a sus señores -dijo David con un todo de voz desafiante- Eso no está bien, Nico.

-Nico, por favor arrodíllate -me pidió Carlos- de perdidos al río. Vamos a salir de la mejor manera posible.

-Tu amigo tiene razón, Nico -me dijo David- hazle caso, lo vais a disfrutar…todos lo vamos a disfrutar. Más adelante iréis conociendo a más miembros como vosotros…

Al final me arrodillé, pero al igual que Carlos, sin agachar la cabeza. David esquivó a Carmen y se acercó a Carlos, le puso la punta de su polla en los labios.

-Vamos putita -le dijo- enséñame como comes la polla… estoy deseando sentir tu lengua en mi capullo.

Carlos abrió la boca y lamió la punta de la polla, abrió más los labios y se metió la polla de David en la boca. Debía estar haciéndolo muy bien porque David entrecerró los ojos y suspiraba mientras se acompañaba con movimientos leves de sus caderas hacia delante y hacia atrás. Veía como la polla de Carlos iba levantándose, una de sus manos se agarró a la polla de David mientras que la otra le acariciaba las pelotas. Carmen e Irene se levantaron y entraron en el dormitorio, David le sacó la polla de la boca a Carlos y le dijo que entrase. Vino hacia mí, su polla se la veía dura, mojada por las babas de Carlos. La colocó en mis labios y abrí la boca, comencé a mamársela con ansias, me notaba que tenía ganas de polla, no era la de Carlos pero me servía igual. Se la agarré y pasaba mi lengua por todo el tronco de su polla, desde la punta del capullo hasta sus huevos (que los tenía afeitados también) Me la volvía a meter en la boca y masajeaba sus huevos, así estuve un ratillo hasta que me la sacó de la boca. Su polla estaba muy dura y sabía extremadamente bien. Tenía ganas de seguir comiéndosela y hasta me dio mucha rabia que me la sacara de la boca. Miré hacia abajo y estaba totalmente empalmado, de la punta de mi nabo salía bastante líquido preseminal.

-Vamos para dentro, putita -me dijo y obedecí- eres muy buena comiendo polla.

Me levanté, pasé por su lado y me detuvo, se acercó y me dio un beso en la boca, su lengua entró en la mía sin miramientos, buscando mi lengua hasta que la encontró, ambas se enredaron. Se apartó y me acarició las nalgas, las abrió un poco buscando mi ojal con uno de sus dedos.

-Creo que tú y yo vamos a pasarlo muy bien, putita -me dijo bastante excitado, pero no más que yo- Nunca he estado con un hombre, y me muero por estar contigo.

Entré en el dormitorio, Alfonso estaba de pie delante de Carlos, que le comía la polla, mientras las tres mujeres estaban sobre la cama liadas entre ellas, se comía coños, culos, tetas, bocas… olía a sexo, a polla de macho caliente, a coño excitado… el sonido que se escuchaba era de succiones, de besos, de suspiros, gemidos, jadeos… David me empujó hacia la cama, se colocó detrás de mí.

-Ahora me vas a permitir que te la meta por el culo, putita -me dijo excitado, aquello de llamarme putita me excitaba- así que ponte cómoda, note haré daño, iré con tranquilidad.

Me coloqué a cuatro patas sobre la cama, él se inclinó hacia mí, empezó a meterme un dedo mientras que su otra mano se metía entre mis piernas y me acariciaba los huevos, me agarraba y soltaba la polla, la volvía a coger y comenzaba a pajearme para detenerse a los pocos segundos… Sabía cómo excitarme y lo estaba haciendo muy bien. Su boca se pegó a mi ano, noté como su lengua se frotaba contra mi ojal, hacía círculos alrededor de él, hasta que la punta entró. Pegué mi pecho contra el colchón, con las manos me abrí las nalgas, él se rio, se levantó y colocó la punta del capullo en mi ojal. Enseguida noté como entraba su capullo, yo estaba muy excitado, Carlos me miró con la polla de Alfonso en la boca y me sonrió, le devolví la sonrisa. David apretó sus caderas hasta el fondo, noté dolor, quemazón… pero también algo de placer, placer que fue en aumento mientras disminuían el dolor y la quemazón. Me tenía empalado y lo estaba disfrutando, yo lo disfrutaba, David lo disfrutaba. Sus movimientos eran rítmicos, de vez en cuando me daba alguna cachetada en las nalgas, yo estaba concentrado en como notaba su polla entrando y saliendo de mi culo, notaba sus venas, notaba el borde del capullo, hasta podía visualizarlo. No entendía qué me pasaba, de odiar a esos hombres, a no querer que me sacara la polla del culo. Estaba muy excitado, pero mucho. Me estaba dando un placer tremendo, y yo quería más. Me saqué su polla, me giré, hice que se tumbara sobre la cama y me senté en su polla, mirando hacia él.

-Alfonso mira -dijo excitado y entre risas- Mira esta putita lo calentorra que está, solo quiere que la empale… dios, me encanta follarla.

Me excitaba que me tratase así, y quería más. Botaba sobre su polla, me tenía empalado hasta el fondo, notaba mi culo muy abierto, de mi polla caía un hilo constante de líquido preseminal sobre el vientre de David, líquido que recogí con mis dedos y lo puse en sus labios. Me miró y sacó un poco la lengua, lo lamió de una manera delicada. Me agarró de las caderas y empezó a embestirme con fuerza, me estaba destrozando el culo, pero yo quería más, necesitaba más, quería ser follado, violado, penetrado, quería que una polla en mi culo hiciese que me corriera…y lo estaba consiguiendo. Noté la típica sensación que tenemos antes de corrernos, esa sensación que nace en la base de los testículos y sube hacia el vientre, notaba que iba a correrme y saltaba sobre su polla. David agarró mi polla y en ese momento empecé a correrme, mi leche salió disparada, controlada mi polla por él, los trallazos llegaron hasta la almohada, la cara de David, su pecho, su vientre…todo lo llené de leche.

-Putitas, venid a limpiarme la leche de esta puta -dijo sin parar de moverse y acelerando las embestidas- aquí tenéis leche de otra puta como vosotras…jajajaja

Se acercaron y fueron lamiendo mi corrida por todos lados, Irene hasta tomó la que cayó sobre la almohada, mientras David no aminoraba las embestidas, me estaba dando un placer tremendo. Lo pensé en su momento, pero ahora he de reconocer que me dio más placer en una follada que Carlos en todas ellas. Me apretó la cintura con sus manos, sus gemidos subieron de volumen, notaba dentro de mí como su polla tenía contracciones, volví a moverme con ímpetu, sabía qué iba a pasar y estaba deseándolo. Sus caderas me elevaban, prácticamente se arqueaba conmigo encima, empalado. Noté como me venía una segunda corrida, mis gemidos tuvieron que ser muy fuertes, todos me miraban mientras, de nuevo, salía disparada mi leche, muy poca cantidad pero algunas gotas cayeron sobre el pecho de David. En ese mismo momento, sus gemidos taparon los míos, noté como me inundaba por dentro, como su polla sufría de espasmos para vaciarse dentro de mí. Caí sobre su pecho, lo besé con pasión, buscando su lengua, él me respondió de la misma forma.

-¿A que ahora te vas a arrodillar en cuanto nos veas? -me dijo al oído con la respiración totalmente alterada- ¿Verdad, putita? No me puedes negar que ha sido un buen polvo el que te he echado, me encanta preñarte, zorrita.

-Uffff sí señor -le dije extrañado que aquello saliese de mi boca- Ha sido el mejor polvo que he echado en mi vida, y quiero muchos como éste. Seré vuestra puta si me los echáis así, quiero ser vuestra puta. Como tal me siento ahora, y me gusta.

David me sonrió y me empujó para quitarme de encima de él, al levantarme salió su leche de mí, bastante cantidad por cierto. Las mujeres se acercaron a Davis y comenzaron a limpiarle con la lengua la polla, los huevos, repasaron las zonas en las que había caído mi semen y el semen de David que salió de mi culo al levantarme, y que inundó su vientre. Nunca pensé que un hombre de esa edad pudiese echar tanto semen, tenerla tan dura ni, por supuesto, dar el placer que me dio. Me senté en la cama y Alfonso estaba follándose a Carlos, estaba tumbado en la cama, con Alfonso en lo alto, sus piernas estaban sobre los hombros de Alfonso, con lo que su ojal quedaba a la altura de la polla. Llevaba un ritmo de penetración increíble, Carlos lo estaba gozando de verdad, se le notaba en la cara de placer que tenía. Alfonso de rodillas, con las piernas de Carlos sobre sus hombros, su polla lo taladraba mientras los gemidos y jadeos de los dos se imponían en toda la habitación. La polla de Carlos estaba bien dura, su líquido preseminal llenaba su vientre y caía por un lado, me acerqué y mojé mis dedos en él para llevármelo a la boca y saborearlo.

-Vamos putita, pajéalo mientras le rompo el culo -me dijo Alfonso muy excitado- Dos buenas putas nos hemos agenciado. Ufffff, como me gusta follarme a ésta zorra, David.

Obedecí a Alfonso y agarré la polla de Carlos, notaba todas sus venas en la palma de mi mano, estaba tan mojada que el movimiento de la paja lo hacía con muchísima suavidad, estaba muy lubricada. Carlos gemía más fuerte, Alfonso apretaba sus caderas, parecía como si quisiera meterse dentro de él. Yo aceleré el movimiento de mi mano, con la otra tenía sus huevos bien agarrados, en ellos noté como empezaban a contraerse, dispuestos a disparar su leche, su polla tenía los espasmos típicos de que se aproximaba su corrida… ya sí fue, el primer trallazo le cayó en la cara, abundante semen, blanco y pegajoso, que le dio en la mejilla y ojo izquierdo, los siguientes trallazos le cayeron sobre el pecho, barriga, vientre… me incliné ante él para besarlo y tomar su leche.

-A ver putita, ¿dónde crees que vas? -me dijo Alfonso entre gemidos- Quiero correrme en tu cara de zorra.

Me acerqué a él y puse mi boca abierta delante de su nabo, se pajeaba con fuerza y, en ese momento, recibí en mi cara su leche, salió con poca fuerza y no era una gran cantidad, pero estaba caliente y viscosa. Con mi lengua tomé la que me cayó cerca de la boca, y con los dedos rebañé la que me cayó en la cara, para tomármela.

-Esa leche dásela a tu amiga putita que acabo de follarme -me ordenó Alfonso- Pónsela en los labios y que la tome de tus dedos. Me encanta ver como os tomáis mi néctar.

Como buena putita, obedecí sus órdenes. Me encontraba en un papel totalmente sumiso, y lo peor de todo es que me estaba gustando, y me dio la impresión de que a Carlos le pasaba exactamente lo mismo que a mí.

Tanto Alfonso como David abandonaron la habitación y nos dejaron a los cinco en ella, Carlos se levantó y me pidió que lo acompañara al baño, mientras ellas se tumbaron en la cama, una cama grande, tamaño King Size. Entramos y cerró con pestillo.

-Tío, me ha reventado el culo, me duele a rabiar -me dijo señalándose el ano- joder Nico, me ha gustado mucho.

-Lo sé, sé que te ha gustado igual que a mí, pero a mí no me molesta el culo nada, me ha encantado y eso me preocupa -le dije mientras acercaba mi boca a la suya- No sé tú, pero no sé por qué he asumido el rol de sumiso, de putita como nos llaman… y no sé si debería preocuparme. Lávate con agua fría, si quieres le pido a las chicas que te traigan un poco de hielo y te lo pones ahí.

-Te lo agradecería mucho -me dijo- Si te sirve de consuelo, yo también lo he disfrutado mucho, ya me has visto…

Abrí la puerta y le pedí a las chicas que trajeran un poco de hielo, se rieron y Lorena bajó a la cocina a por él, subió a los pocos minutos con un cuenco con varios cubitos de hielo y con una manopla de baño, llamó a la puerta, le abrí y cogí el cuenco y la manopla. Metí un par de cubitos de hielo en la manopla y, haciendo que se inclinara sobre el váter, pude colocarle la manopla en el ojal que, ciertamente estaba bien abierto y muy irritado, tenía un poco de sangre pero eso era normal después de la follada que le había dado Alfonso.

Al cabo del rato, salimos al dormitorio, las mujeres estaban medio adormiladas, nos miramos y decidimos acostarnos con ellas. La noche la pasé más o menos bien, me desperté poco. Me dormí junto a Carlos y cuando desperté, él no estaba. Faltaba Carlos y Carmen. Volví a quedarme dormido y me despertó Irene.

-Nico, Nico despierta -me dijo hablando flojo- David quiere verte ahora. Carlos y Carmen están con Alfonso, pero David quiere que vayas a su habitación.

-Ummm, joder ni he desayunado -le dije intentando despejar mi cabeza- Venga, dime cuál es su habitación.

Me indicó cuál era, me levanté y fui hacia allí. Era temprano, serían sobre las 8 de la mañana. Se oían gemidos, imaginé que sería Carlos, al pasar por una de las habitaciones que tenía la puerta totalmente abierta, vi a Carlos follándose a Carmen, ella estaba tumbada en la cama, con las piernas sobre los hombros (como había estado Carlos con Alfonso) y Alfonso le estaba comía el culo a Carlos mientras se pajeaba. Seguí andando por el pasillo, la siguiente puerta estaba cerrada, la abrí pero no había nadie, solo una cama, grande también pero no estaba David. Seguí buscando y, en la siguiente puerta que se encontraba abierta, encontré a David desnudo tumbado en la cama. Entré y fui a cerrar la puerta.

-No cierres, no tenemos nada que ocultar a nadie, deja abierta y pasa, putita -me indicó con mucha amabilidad en su voz- Anoche me dejaste impactado, siéntate aquí -me dijo mientras daba golpecitos en el colchón junto a él- Tengo hambre de ti, zorrita. He pasado la noche soñando contigo, no sé qué me has dado pero ahora mismo no me apetece coño alguno. Quiero tu culito, con tus huevos y tu polla empalmada, pero sobre todo quiero tu culo.

Se acercó y me besó en la boca, sus manos me acariciaban los muslos mientras sus labios ya habían entrado en contacto con los míos y su lengua entraba en mi boca. Respondí a su beso con pasión, yo también tenía ganas de él, me giré y comencé a acariciarle la entrepierna, su polla se puso dura casi de inmediato. Bajé mis labios por su cuello, besando y lamiendo cada pedazo de piel que entraba en contacto con mis labios. Seguí bajando hasta llegar a su pecho, busqué sus pezones, me entretuve con ellos, lamiéndolos, besándolos, mordisqueándolos hasta ponerlos duros como la polla de un novio, o como nuestras pollas en ese momento. Seguí bajando por su pecho, su barriga, su vientre… su polla me golpeaba en la barbilla, la esquivé a conciencia. Abrió sus piernas y seguí bajando mi boca mientras agarraba su nabo para apartarlo, me detuve en sus cojones, los observé; eran grandes, colgones, sin pelo alguno, besé uno y después el otro. Empecé a pajearlo sin parar de comerle los huevos, bajaba mi lengua buscando su ojal.

-No vayas por ahí, putita -me dijo tirándome del pelo sin hacerme daño- Yo no soy como tú, no te equivoques.

-Lo siento, no volverá a pasar -le dije disculpándome- Quiero que me folles como ayer, que me hagas gozar y hacer que goces más aún que yo.

-Venga putita -me dijo tirando de mi pelo hacia su cara y dándome un beso- siéntate sobre mi polla, quiero preñarte de nuevo.

Me senté de inmediato clavándome su nabo hasta el fondo. Su polla parecía que estaba hecha para mi culo, encajaba sin hacerme daño alguno, y yo la disfrutaba como nunca. Me quedé unos minutos empalado, sin moverme nada, él me acariciaba la polla y los huevos. Me tumbé sobre él para comerle la boca.

-Ahora no putita, solo quiero darte por el culo -me dijo excitado- Tengo que tenerte contenta y bien satisfecha. Disfruta de mi polla dentro de ti, sé que necesitas que te dé por el culo.

-Eres un cabrón David -me atreví a decirle- Un cabrón de los gordos.

-Jajajaja, eso me gusta putita. Soy un cabrón y qué más -me preguntó-

-Eres un cabrón… -no sabía qué decirle- un cabrón…

-Un cabrón… qué más -vamos zorra, pedazo de puta- Termina la frase que quiero oír.

-Un cabrón que tiene la polla que quiero para mí -le dije sin pensarlo- Quiero que me montes siempre que te apetezca, que me revientes el culo, que me preñes a diario, quiero comerme tu polla, que me llenes de leche, tomarme tu semen…

-Ummmm, estás aprendiendo rápido, zorrita -me dijo muy excitado- Muévete, puta. Muévete como tú sabes… Te prestaré para que te folle Alfonso y los demás… pero eso sí, serás solo mía.

-Ufffff, solo seré tuya -le dije sin siquiera detenerme a pensar lo que estaba diciendo- Pero ahora dame fuerte, rómpeme el culo.

Empezó a mover sus caderas levantándome, yo botaba sobre su polla, notaba como entraba en mí, notaba la dureza de su nabo invadiendo mi interior, como se excitaban las terminaciones nerviosas de mi ano, el placer que se reflejaba en mi vientre. Me levantó con sus brazos, me desconectó de él, mi culo se encontraba vacío. Me dio por pensar que si me resistía se excitaría más, con lo que se esforzaría más en darme fuerte… y era lo que necesitaba. Empecé a fingir que no quería que me follase, notaba como se excitaba más, me seguía resistiendo, notaba como su polla golpeaba mis nalgas.

-A ver putita, aquí quien manda soy yo, perra -me gritó de malas formas, pero su polla estaba más dura aún y empezaba a segregar líquido preseminal en buenas cantidades- Si te quiero follar, lo hago y te callas, te dejas hacer… para eso eres mi putita.

-Es que no quiero que me violes -le dije- Me violaste anoche, pero no quiero que vuelvas a hacerlo.

-¡Eres mi puta!¡Te ordeno que te pongas a 4 patas o será mucho peor para ti, zorra! -me gritó dándome un tortazo en las nalgas, tortazo que me dejó marcados sus dedos- Juro que te voy a preñar hoy y todos los días que quedan. Entérate que eres de mi propiedad al igual que tu queridísima esposa, que es casi igual de puta que tú…

Hizo que me colocara a 4 patas, me agarró de las caderas y colocó su nabo en mi ojal, yo no paraba de moverme fingiendo que intentaba evitar que me la metiera. En el momento que me quedé quieto, apretó sus caderas contras mis nalgas y me la metió hasta el fondo, noté como su nabo se abría camino dentro de mí, como mi culo se amoldaba a la forma de su polla y como entraba y salía si provocarme el más mínimo dolor.

-Eres una mala puta -me dijo sin moverse y echado sobre mi espalda- Sé que estás fingiendo que no quieres que te la meta, pero se te ve en la cara lo que disfrutas con una polla en tu culo. Y solo por eso, hoy vas a catar varias pollas. Hoy vendrá Leylak con unos amigos marroquíes… que están deseando probar una putita con rabo… jejejeje.

Apreté mis nalgas contra su vientre, quería que siguiera follándome, que hablase menos y actuara más. Agaché mi pecho, lo pegué contra el colchón mientras oía a Carlos, en la otra habitación, como gritaba que se corría, como Alfonso gemía de placer y lo insultaba. David también lo oía, aceleró sus movimientos, sus embestidas eran fuertes, el “flap-flap” de los golpes de su vientre contra mis nalgas acallaban los sonidos de nuestras respiraciones, de nuestros gemidos.

-Voy a correrme putita -me dijo aumentando el ritmo de penetración- quiero preñarte de nuevo.

Su polla entraba y salía de mi culo con rapidez, la fricción que producía en mi ano me excitaba muchísimo.

-Dame fuerte cabrón -le dije- Mi culo es solo para ti.

Noté como empezaba a notar la proximidad de la corrida, como el placer me inundaba por dentro, le avisé de que me corría. Mi leche salió con fuerza pringando toda las sábanas. Descargué todo, sin tocarme la polla, sobre la cama. Él notó como mi ojal se contraía sobre su polla, y empezó a inundarme de leche por dentro, el sentir como sus trallazos de leche llegaban hasta lo más profundo de mi interior, me excitó más aún. Me agarró la polla y me la meneó lo justo para que terminase de correrme.

-No te pienses que soy como tú, putita -me dijo besándome la oreja- No olvides que soy tu macho y tú mi puta. Después catarás a los amigos de Leylak.

Se salió de mí y se dirigió al baño. Me quedé en la misma posición pensando que me iban a follar otros tíos, pero no tenía la sensación de estar disgustado por ello. En cuanto salió del baño ni me miró y se marchó de la habitación, con una mano tapando mi ojal, me levanté y me dirigí al baño. Tenía que descargar el semen que me había dejado dentro. Una vez descargado y limpio, salí del dormitorio y me dirigí hacia la planta baja, al salón. Cuando llegué a él estaban todos en el salón, esperaban la llegada de Leylak y más gente.

Sonó el portero automático, alguien abrió la puerta y un coche grande, un Q7 entró hasta el jardín. De él se bajaron 2 hombres y 3 mujeres, mujeres que conocí al instante; eran Leylak, la Inspectora Rosa Márquez y la Subinspectora Maite Fenoy. Todos entraron al salón, al vernos desnudos sonrieron.

-Vaya, que alegría de recibimiento -dijo Leylak- Así cualquiera no se desnuda, jajajaja

De repente la puerta de entrada de los vehículos a la casa, saltó por los aires. Empezaron a entrar multitud de Guardias Civiles armados y gritando que todos al suelo, cosa que hice sin rechistar. Caí al suelo junto a Carmen, Carlos estaba en el suelo y frente mía. Los guardias civiles nos esposaron uno a uno, y nos iban levantando, a los que estábamos desnudos nos dejaron unos bañadores y nos metieron a cada uno en un coche, detenidos.



Actualmente, escribo esto desde la prisión de Puerto 2, son como mis memorias. Todos fuimos juzgados y condenados por pertenencia a grupo criminal, tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas, y no sé qué cosas más. Ahora mismo soy la putita de 3 presos, presos de los que mejor llevarse bien, ellos piensan que soy su puta porque les tengo miedo, lo que no saben es que soy su puta porque me encanta serlo, tener unos machos que me monten cuando lo necesito… y ellos se la dan de machos que me tiene dominada… ver para creer.



Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado leerlo tanto como a mí el escribirlo.

Después de mi recuperación espero volver con nuevos relatos, por supuesto si os apetece.



¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com

¡¡¡Feliz Navidad y que el Año Nuevo venga cargado de todo lo mejor para todos vosotros!!!



Y mucho sexo.



Saludos.

Vantheway
 
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Ostias.... He tardado en poderlo leer y lo que he hecho ha sido una lectura rápida, volveré a hacerlo con más calma. Lo que sí te puedo decir es que no esperaba nada de todo lo que ha pasado y el final me ha dejado con el culo torcido!!!!

Me gustó!!!!
 
Ostias.... He tardado en poderlo leer y lo que he hecho ha sido una lectura rápida, volveré a hacerlo con más calma. Lo que sí te puedo decir es que no esperaba nada de todo lo que ha pasado y el final me ha dejado con el culo torcido!!!!

Me gustó!!!!
Bueno, parece ser que el final no ha sido gusto de la mayoría, pero tenía claro que no pensaba acabarlo como la gente esperaba. He pensado escribir un final alternativo, pero he desistido porque éste es el final que más me ha gustado entre todos los que barajaba.

Ya me dírás qué te parece cuando lo leas con tranquilidad.
 
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