No es precisamente una experiencia muy erótica sino más bien anecdótica o incluso graciosa, pero está relacionada con el tema del vouyerismo y de los vecinos. En este caso, un vecino mío. Este verano se instalaron en el piso justo enfrente del nuestro, llevaba algún tiempo cerrado ya que el propietario que era un hombre mayor falleció hace un año y pico.
Pues resulta que se vino a pasar el verano allí su hijo, todo esto me enteré a los pocos días ya por el cotilleo típico de los vecinos, es un bloque pequeño y nos conocemos todos, este hombre se había separado hace poco, vivía y trabajaba en otra ciudad y se ve que había venido a pasar el verano aquí.
Pues bien, el buen señor se ha pasado en pelotas todo el verano en su piso, y era todo un cuadro, unos sesenta y tantos años, gordito, calvo, con barriga, peludo y un pene pequeñísimo. Nuestro vestidor y un dormitorio de mi piso dan justo a su dormitorio y su cocina apenas separados unos pocos metros por el patio de luces, ha estado todo el verano con las olas de calor con las ventanas abiertas todo el santo día y desde la ventana de su cocina tenía vista directa de su salón también, así que lo veíamos desnudo a diario prácticamente. En su descargo hay que decir que vivimos en un último piso y los únicos vecinos que podríamos tener acceso a verlo así eramos nosotros.
Su vestimenta era o estar en calzoncillos todo el día o desnudo, lo veíamos desvestirse, vestirse o pasear por la casa o estar en el sofá completamente desnudo.
Mi mujer se partía de risa al verlo, tanto del tamaño tan pequeño, con tanto pelo como tenía apenas se le distinguía como de los calzoncillos que se ponía, como ella decía...calzoncillos de niño de primera comunión, unos slips de algodón de dibujos, estampados, colorines...poco propios de un adulto.
Así que era curioso el día a día comentando las andanzas del vecino por casa, y sobre todo cuando nos lo cruzábamos en el portal alguna vez o en el ascensor mi mujer no podía contener la risa aunque intentábamos aparentar seriedad.
Hubo un par de noches que al volver de cenar, salir y de tomar alguna copa vi que tenía las luces del piso encendidas y con la tontería y el morbo le dije a mi mujer que dejara subida la persiana del vestidor y la ventana abierta mientras nos cambiábamos para que ya que lo habíamos visto nosotros a él 57 veces desnudo el se llevara una alegría también, me miró un poco raro con la cara de tu estás loco, ni de coña lo voy a hacer...pero bueno le insistí un poquillo con lo morboso que era y me dijo que en ropa interior se quedaba como mucho que desnuda no.
Me hice el remolón mientras nos cambiábamos allí y cuando ya estaba ella en ropa interior me acerqué por detrás y le desabroche el sujetador, creo que ahí empezó a entrarle el morbo, seguidamente me agaché y le bajé las bragas hasta quitárselas del todo. Se empezó a reir y me dijo que ya estaba bien, que iba a ser mucho espectáculo ya para el abuelo, dio un par de vueltas por el vestidor desnuda y ya apagó la luz y se salió.
Estas situaciones las repetimos alguna vez en los últimos días, no se si el vecino llegaría a ver algo o no, siempre se me quedará la duda jajaja...
A final de Agosto el piso volvió a quedar vacío y actualmente está a la venta.
En fin, una anécdota graciosa y divertida al fin y al cabo