Wendy, eres un regalo para la vista y los sentidos. Contemplaré tu desnudez una y mil veces, y siempre siento la misma sensación y deseo; recorrer tu cuerpo desnudo con mis manos, mis labios y mi lengua, explorando toda tu geografía, con especial atención a tu boca, tu cuello, tu nuca, tus senos con sus pezones y las aréolas que los rodean; deslizarme sobre tu vientre y alcanzar tu "monte de Venus" y entonces besar esos
"labios", y con mi lengua ir al encuentro de tu clítoris para jugar con él hasta conseguir que tu cuerpo se estremezca entre mis brazos.
Un hermoso sueño, bueno un sueño que se convierte en deseo.






