M i m a r . . .

Por supuesto no ibas a tener queja de ningún tipo sobre la cantidad de mimos que ibas a recibir en todo tu cuerpo, cm a cm. Me lo has puesto ideal para comenzar con un masaje con todos sus detalles, Voy a comprar las velas con olor a jazmín (por ejemplo), el aceite esencial de almendras dulces con tun toque de canela, y ya estoy buscando la lista de Spotify correspondiente a "masaje sensual".
Dado que ya estás en posición, empezaremos por la espalda. Calentaré mis manos, echaré unas gotitas de aceite, y empezamos por la nuca ejerciendo un poco de presión con los dedos gordos, y bajando muuuuuuy léntamente por la columna hasta llegar a la cintura. Subo por los laterales hasta los hombros y mis manos se quedan ahí un ratito masajeando para, posteriormente bajar a los omóplatos donde utilizarés las dos manos para cada uno de ellos. Cuando acabe, seguiré por las costillas y los laterales de la espalda para acabar por los brazos.
Pero aún no te libras de mi. Por supuesto no me olvido de tus preciosas piernas que, como no, se merecen los mismos cuidados que tu espalda. En este caso empezaré masajeando las plantas de los pies, con especial atención al metatarso, empezando por el pie derecho, para despues ir subiendo por tu pierna, masajeando con ambas manos, hasta llegar a tu culo. Haré lo mismo con la planta del pie izquierda y, evidentemente, con la correspondiente pierna. Cuando acabo con tus piernas, empiezo con tus nalgas para que no quede un solo cm sin mimar. Aprovechando la coyuntura me tomo la libertad de juguetear por tu zona perianal.
A todo esto, te informo que yo también estoy totalmente desnudo y completamente empalmado, cosa que me imagino notarías cuando empecé con el masaje en la espalda, ya que había colocado cuidadósamente mi polla entre tus nalgas.
Pero no nos distraigamos. Me he cerciorado de que todo el aceite había sido absorbido por tu piel, por lo que, tras darte un par de cachetes en las nalgas (por si te habías quedado dormida), te pido que te des la vuelta. Siiiiiiii, aún no hemos acabado y pasamos a la parte frontal.
Te das las vuelta, y me coloco sobre tí con la polla apoyada por la zona de tu ombligo. Comienzo masajeando, muy suavemente, los laterales del cuello bajando hasta las clavículas donde forzamos un poco más. ¡¡Qué maravilla, tocan las tetas!!. Pues nada, al lío, primero juego un poco con los pezones, duros y apuntando hacia el techo, doy vueltas haciendo círculos con el dedo índice, los aprieto y estiro, y empiezo a masajear los pechos, primero muy suave, y después subo un poco en intensidad, hasta acabar dándoles un buen apretón...
El resto del masaje se lo dejo a Peter y me cuentas, jejeje