Epílogo
Silvia. Once meses después
Carlos y yo miramos la hora impacientes. El vuelo de Laira ya había aterrizado pero tardaba en salir con sus maletas.
Habían pasado meses tras los sucesos del pasado agosto. Las primeras semanas habían sido duras asimilando lo ocurrido y dando explicaciones sobre Carmen y Sara. En la casa, la policía había encontrado a la chica y al hombre del video de Héctor. El hombre estaba en las últimas pero se había recuperado. Los habían detenido pero a la chica la habían soltado bajo fianza a la espera del juicio y ella se había ido con su familia. El hombre, Alberto, no tenía quien pagara su fianza, su familia no quiso. Él había intentado pedir perdón a Cris y que le pagara la fianza, pero ella no podía perdonar aquello, demasiado había hecho por él en el pasado, y lo había expulsado definitivamente de sus vidas. La policía también encontró la grabación de lo ocurrido con Carlos y los disparos, esa gente tenía cámaras por todas las habitaciones. En cuanto a los dos matones, no los encontraron aunque pocas semanas más tarde la policía nos informó de que habían muerto en un tiroteo en su país. Carmen, Sara y Dani fueron enterrados sin que nadie fuera al entierro. No se merecían nada, era increíble hasta donde había llegado su odio y rencor, ninguno habíamos imaginado que llegarían hasta ese punto de maldad.
La que más tardó en recuperarse fue Gema que volvió a tener pesadillas y a estar muy baja de ánimo, no se veía con ganas y fuerzas de empezar el nuevo curso. Entonces Fran tuvo una idea y nos la consultó. Su idea era que Gema y él se tomaran un curso sabático e irse en plan mochilero a visitar España y un poco Francia. Su único problema era su padre, no quería dejarlo solo ni dejar abandonados los trabajos en los jardines. A nosotros nos pareció buena idea y Carlos dijo que él se encargaría de su padre. Gema se entusiasmó cuando se lo dijo Fran y se fueron en cuanto pudieron organizarse. Pronto nos estaban llamando desde diversos lugares, muy felices y animados. Y ahora Gema era de nuevo nuestra Gema, sin rastro de pesadillas o mal ánimo, y todo gracias al apoyo y compañía de Fran, como ocurrió la otra vez tras el suceso del pozo. Fran era su mejor bálsamo.
Laira también tardó en recuperarse, pasando mucho miedo por su bebé, pero al final volvió a su casa y allí, con Fer y Sofi, mejoró mucho el ánimo. Los dos se volcaron en ayudarla y apoyarla, y fue lo mejor para ella.
También Héctor se recuperó totalmente de su susto y Cris tuvo a su bebé sin ningún problema, y los dos volvieron a sus oficinas a trabajar juntos como siempre tras los meses correspondientes de paternidad y maternidad.
En cuanto a Carlos, él estuvo un par de días recuperándose pero pronto tiró de todos nosotros con su gran ánimo. Yo, por mi parte, intenté mostrar un buen ánimo que no sentía, pero solo Carlos sabía la realidad, las noches de lloros y bajo ánimo que tuve y que él tuvo que aguantar. El miedo que pasé con la desaparición de Gema y luego de Carlos, y la llamada de Fran, todo eso no lo conseguí superar fácilmente, pero Carlos se encargó de sacarme de ese pozo.
De repente, Carlos me apretó la mano y dijo “Allí”. Al fin la vimos a lo lejos y movimos las manos efusivamente para que nos viera. Pronto nos localizó y vino hacia nosotros sonriente, con el cochecito del bebé y sus maletas.
Nos abrazamos todos. Al bebé ya lo conocíamos, habíamos estado con Laira durante el parto y nos habíamos quedado con ella un par de semanas, pero ahora venía para presentar a su bebé al resto de la familia.
Impaciente, le dije:
- ¿Cómo se ha portado durante el vuelo?
- Muy bien, no ha llorado, no es llorón
- Anda, déjame cogerlo un ratito jeje
Me agaché y saqué al bebé del cochecito. Nos miró a todos y sonrió. Dije “ohhhh, que preciosidad, Laira”. Ella, orgullosa, dijo:
- Sí, me ha salido un bebé precioso ¿A qué sí, Carlitos?
Carlos arrugó la nariz y dijo:
- Pero ¿Sigues con ese nombre? Lo suyo es uno francés
- No, se llama Carlos
- Pero…
- ¿En serio me vas a decir como debo llamar a mi bebé? Que hombre éste, Silvia
Me reí. Llevaban con esa discusión desde antes de nacer, cuando Laira nos dijo el nombre del bebé. Carlos opinaba que mejor un nombre francés al haber nacido allí y por el colegio, para que no le cogieran manía. Pero Laira se negaba, que ella no era francesa, que era cubana y ya tenía que aguantar demasiado a los franchutes.
Laira continuó hablando:
- Tiene el nombre del mejor hombre del mundo
Carlos bufó diciendo:
- Laira, por favor…
- Calla, del mejor y de mi salvador, y va a llevar ese nombre con orgullo, y cada vez que lo llame me acordaré de ti
- Te he explicado mil veces que yo no os salvé, que fue Fran, él nos salvó a todos, yo me quedé paralizado por los disparos, sin reaccionar mientras ese tipo me apuntaba y veía en sus ojos que me iba a disparar, pero Fran me salvó al intervenir y tener la sangre fría de negociar con ellos, él nos salvó a los tres, y a mí es la segunda vez que me salva, que la primera fue cuando sacó de aquel maldito agujero a Gema…. Dos veces me ha salvado, llevar su nombre sí sería un orgullo para este niño porque él está aquí gracias a Fran, no a mí
Laira achuchó a Carlos de forma cariñosa y dijo:
- Y yo te he dicho mil veces que Fran tiene todo mi amor, agradecimiento y cariño de por vida, pero quien no se movió de allí hasta encontrarme y sacarme fuiste tú
- Fuimos los tres
- Sí, lo sé, pero tú no te habrías movido de allí sin mí, eres mi héroe y ya está… los tres los sois pero tú más porque estabas hecho polvo, Carlos, la cara hecha un cromo, no podías con tu alma… pero allí estabas, conmigo
Entonces dije:
- Eso es verdad, Carlos, te pegaron y llevabas más de un día casi sin dormir y comer
- Ya, bueno…
- Estuviste dos días en cama, cosa que en ti es rarísimo, en los años que llevamos juntos no te recuerdo nunca en cama malo, pero esos días estabas mal de verdad
- Sí, porque soy un viejo y…
- ¿Viejo?
Miré a Laira y dije:
- Pues este viejo, no había terminado el segundo día en cama y ya me estaba empotrando contra ella jajaja
- Pero Silvia, jaja, anda que contar eso…
- ¿Qué? ¿Es mentira?
- Ya pero en eso tampoco tengo ningún mérito, eres tan guapa que reanimas hasta a un muerto jeje
Nos reímos los tres y Laira dijo:
- ¿Ves? Nunca tiene mérito de nada
- ¿Y sabes lo más gracioso, Laira?
- ¿Qué?
- Que hablas con Fran y es igual, para él es todo lo contrario, que él solo se escondió, que todo fue gracias a Carlos… vaya dos jajajaja
- Jajaja, sí, es verdad, también me vino con esa historia cuando fueron a verme y estaba aún de 7 meses… Ese chico es especial, casi tanto como tú, Carlos, Gema tiene mucha suerte, pero mucha, mucha
- Lo sabemos… Anda, vamos al coche, que nos están esperando en casa… yo llevo a este chiquitín tan guapo ¿Verdad, Carlitos?
Laira iba a pasar un par de semanas con nosotros, y en casa habíamos organizado una fiestecita de bienvenida para ella y el bebé. Estábamos todos menos Ali y su novio que estaban de viaje por las vacaciones.
Cuando llegamos a casa, todos nos estaban esperando y Laira besó a todos mientras yo sacaba al bebé de la sillita del coche. Cuando Laira llegó a Fran lo cogió, y se abrazó a él dándole mil besos. Entonces se puso a llorar mientras cogía al bebé y se lo daba a Fran diciéndole:
- Mira, mi bebé está aquí gracias a ti, mira que preciosidad, y está vivo por ti
Fran cogió al bebé con mucho cuidado y dijo:
- Pero yo no… Carlos…
- No empecéis los dos… Ven Gema
Gema se acercó y Laira los abrazó a los dos diciendo:
- Sé perfectamente que los tres fuisteis muy valientes ese día, y por eso este niño lleva el nombre de Carlos, y por eso este niño va a teneros a los dos como sus padrinos, si aceptáis
Gema la miró sonriente pero Fran estaba perplejo. Las dos lo miraron y Laira dijo:
- Pero ser su padrino tiene una responsabilidad, Fran, este niño no va a tener padre y por eso su padrino deberá estar con él más de lo normal, y deberá cuidar de él ¿Lo entiendes?
Fran miró a Gema y entonces sonrió y dijo:
- Para mí será un orgullo ser su padrino, Laira ¿Verdad, Gema?
Gema rio y cogió al bebé en brazos diciendo:
- Vente Carlitos con tu madrina jeje
Y todos felicitamos a los padrinos. Entonces Laira cogió del brazo a Fran y dijo:
- Y tú y yo tenemos que hablar de esa modestia tuya, que está muy bien, pero un héroe tiene que fardar de ello, hombre, yo te voy a enseñar
- No me líes, Laira jeje
- Tú escúchame y ya verás lo que aprendes para llevarte fácilmente a la cama a Gema
Meneé la cabeza, Laira como siempre con sus chanzas. Fran rio nervioso y Sofi, que la había escuchado porque Laira nunca hablaba en voz baja, dijo:
- Laira, dudo mucho que Fran tenga problemas para eso jajaja
Y Gema, riéndose, dijo:
- Absolutamente ninguno jajajaja
Miré a Carlos que tenía cara de “no quiero saber nada” y me reí.
Pasamos el resto de la mañana en la piscina y luego almorzando en el jardín, con muchísimas risas. Carlos estaba encantadísimo con tanta gente, riendo y jugando sin parar con los niños.
Tras el almuerzo, los mayores, es decir, Carlos y yo, estábamos bastante cansados, así que nos sentamos con Laira que, a la sombra, mecía a su bebé dormido.
Nos quedamos callados mirando al jardín donde los niños jugaban a los bolos con Fer, Fran y Héctor mientras las chicas los miraban y charlaban entre ellas. La risa de Sofi nos llegaba cada dos por tres, partiéndose de risa mientras contaba alguna anécdota suya con el idioma. Entonces Laira dijo:
- Mirad a la canija
- Que le pasa
- Engaña un montón esa niña
- ¿Por?
- La ves así, siempre de risas, con sus bromas… y piensas que es una tontita, yo lo pensaba, que era buena chica pero muy cabeza loca
- Ah
- Y cuando me dijiste de enseñarla pensé que se pasaría el día más tonteando que con el trabajo, pero no, no sabes lo seria y responsable que es en el trabajo, pregunta por todo, todo le interesa, y coge unos cabreos cuando comete una equivocación, pero cabreo con ella misma, que si es tonta, que si siempre se equivoca… No sabes como se pone, y te aseguro que luego, ese error no lo vuelve a cometer, pero vamos, que son tonterías pero ella se lo toma todo muy a pecho
- Ya, lo sé
- Y vuestro Fer, menudo encanto de niño, no se queja por nada, lo tenemos en los almacenes haciendo de todo y él feliz. Y tienes que ver sus caritas cuando se ven, madre mía, ríete tú de Cris cuando mira a Héctor jajajaja
- Pero si lo veo, han estado aquí casi tres semanas y es eso, siguen con ese tonteo
- Menos mal que ahora vuelven a Francia, me quedo mucho más tranquila con ellos allí, no sabes lo que he llegado a depender de ellos, sobre todo de Sofi, he delegado en ella muchísimo trabajo, que buena idea tuviste, Silvia, al enviarlos allí conmigo… Y no sé que hubiera hecho sin su apoyo esas primeras semanas tras el secuestro… Esos críos me han apoyado de una forma…
Miré a Laira, estaba con las lágrimas en los ojos. Se las limpió y dijo:
- Unos críos digo, anda que yo… Se han hecho cargo de mi casa, de mí, de mi negocio… Sin ellos no sé que habría hecho, de verdad, Silvia… Y esa canija, siempre con su buen humor, era maravilloso cuando llegaban del trabajo, sin parar de hablar y reír, y los dos dándose mimos constantes… que bonito, Silvia
- Me alegro mucho, Laira, no era momento para estar sola
- Para nada… ¿Y sabes por qué está tan canija?
- No, aquí comía mucho
- Y come mucho pero la niña quema energía que no sabes tú, sobre todo por la noche jajajaja
- Ahhhh
- Madre mía, que no hay noche que esa cama no tiene un buen meneo jajajaja
Miré a Carlos que sonreía orgulloso. Dije:
- Mira éste, que bien le parece que su hijo sea tan activo con su novia
- Bueno, cariño, es que el chico ha sabido ennoviarse bien
Miré a Laira y le dije:
- Mira que orgulloso está… Pero si ahora le digo que su hija no para de…
Carlos intervino:
- Vale, vale… no necesito tanto detalle
- ¿Ves?
Y las dos nos reímos. Carlos dijo:
- Que es mi niña
- Y Fer es tu niño
- Pero no es lo mismo jeje
- Ayyy, hombres
Nos reímos los tres y luego Laira dijo:
- Que envidia de genes
- ¿Qué?
- Míralas
Y señaló con la cabeza a Cris, que mecía a su bebé, junto a Gema y Sofi. Sonreí y dije:
- ¿Qué pasa?
- Cris ¿Cómo puede estar ahí con las crías y parecer una de ellas? Mírala, pero ¿Quién diría que ha parido cuatro niños?
- Jajaja
Era cierto, Cris volvía a tener su cuerpo sin tacha de grasa ni excesos. De espalda se podría pensar que era una amiga de las otras dos, con un culo bien firme y unas bonitas piernas delgadas. Laira dijo:
- Y yo que no consigo quitarme los kilos de encima, estoy jamona, me odio y la odio a ella jajajaja
Entonces llamó en voz alta a Cris que vino preguntando:
- ¿Qué pasa?
- Que te odio
- ¿Qué he hecho?
Cris se sentó sorprendida. Laira dijo:
- Pero ¿Cómo puedes tener ese cuerpo, niña? Dime el secreto
- Ahhhh, jajaja
- ¿Te has apuntado al gimnasio?
- No, el único deporte que hago es con mi Héctor jajajaja
Nos reímos mientras Laira me miraba con cara de “la mato”. Las dos se pusieron a hablar de comidas y bebés. Miré a Carlos que sonreía. Entonces vi como Sofi se acercaba a Fer y hablaba con él tocándolo en la mano, en el brazo, siempre algún contacto y pensé “Es verdad, está aún más tonta por Fer que Cris por Héctor”. Y vi como Gema no se movía de donde estaba pero no dejaba de mirar a Fran con una sonrisa mientras tocaba su pulsera de cuero. “Otra que está tontita” pensé sonriendo.
Carlos me vio y me preguntó:
- ¿De qué te ríes?
- Nada, que no sé que tenéis los hombres de esta familia que nos dejáis tontitas a todas
Carlos se rio sin entender bien. Le di un beso y le dije:
- Tu niña, Sofi, Cris y yo… nos tenéis tontitas a las cuatro
- Jajajaja, claro, claro, y vosotras a nosotros no
- Sí, también, pero nosotras es que somos espectaculares ¿No?
- Jajajaja, obviamente, tú la que más
Lo volví a besar pensando que esa noche tendríamos nuestra fiesta particular. Entonces Laira dijo:
- Anda, venga, otra tonta más… Y yo soltera, que asquito me dais jajajaja
- Soltera pero lo de esa venezolana va bien ¿no?
Me refería a una mujer con la que se veía Laira desde hacía unos meses. Laira sonrió diciendo:
- El sexo muy bien pero es complicado ahora tener una relación seria, mi Carlitos consume todo mi tiempo y atención, y a ella le pasa lo mismo con sus hijos
La venezolana era una madre divorciada y, aunque esa relación era actualmente solo de sexo, se notaba claramente que a Laira le gustaba y no le importaría nada dar un paso más, pero era cierto que no lo tenían fácil por sus temas familiares.
Miramos de nuevo al jardín. Ahora Sofi hablaba con Fer casi pegada a él y Laira dijo:
- La canija está a un pelo de llevarse a tu hijo a dar una vuelta
- Jajaja
- La canija está más salida que tú, Cris
Todos nos reímos, y más cuando Cris dijo:
- ¿Que yo? Lo dudo mucho jajajaja
Cuando paramos de reír, los bebés se habían despertado. Cris dijo:
- Últimamente estamos Héctor y yo que…
Intervine diciendo:
- ¿Últimamente? Pero si siempre estáis igual
- Jiji, bueno, quiero decir que últimamente aún lo hacemos más jiji
La miré y noté un brillo en sus ojos. Entonces dije:
- Ay, Dios mío
Y Cris me miró sonriendo ampliamente.
Laira dijo:
- ¿Qué pasa?
- Que van a por el quinto
- Venga ya
- Jajaja, es que hemos pensado que cinco es un número más redondo jiji
- Pero niña, que acabas de estar preñada
- Ya, pero… Uno más y ya está jeje
- Eso mismo dijiste del cuarto
- ¿Sí? No me acuerdo jajajaja
- Pero Cris, con lo mal que lo has pasado en los últimos meses del embarazo
- No fue para tanto, además, ahora voy a cuidar más lo que como y no seré tan bruta con el trabajo… aunque sí con el sexo jiji
Nos reímos y Cris dijo:
- Llevo retraso de una semana… quizás ya…
- Madre mía, Cris, eres una coneja, jajajaja
- Pero mira que conejitos más buenos y bonitos me salen jeje
- Jajaja
Entonces Cris se bajó un tirante del bikini y se sacó un pecho diciendo:
- Mi niña tiene ya hambre ¿Verdad, cariñito?
Y Laira dijo:
- Sí, buena idea
E hizo lo mismo. Vi como Carlos, turbado, miraba a otro lado y Laira se rio diciendo:
- Pero mi “amó” ¿Te vas a avergonzar?
- No, es que…
- Que tú has estado en nuestros pechos como estos bebes ¿Verdad, Cris?
Cris rio y asintió. Miré a Carlos que se había puesto colorado. Le costaba bromear con el sexo que tuvo con Cris y Laira. A mí me daba igual, eso había pasado antes de estar juntos y había acabado conmigo, yo era la ganadora. Incluso lo había animado a tener sexo con ellas en su momento porque no estábamos juntos. Dije:
- Ay, Carlos, que coloradito te has puesto jeje
- No empecéis (riéndose pero incómodo)
- Mi “amó”, que yo me acuerdo perfectamente de ti y mi pecho y…
- No, no, no sigas, Laira
- Jajaja, pero “amó”, que fue muy bonito, jajaja ¿Tú te acuerdas, Cris?
- Pues claro jiji
Carlos meneó la cabeza diciendo:
- No, Cris, tú no te unas a estas dos
- Jiji, pero es que es verdad, hay cosas que no se olvidan nunca
Y Laira intervino:
- Y menuda cosa, “amó”, para olvidarse de ella, que hermosa, que imponente, que...
- Jajaja
Carlos se levantó y dijo:
- Vale, me retiro, que cuando os ponéis las tres a reíros del pobre viejo…
- Pero “amó”, que pienso en eso y me planteo volverme hetero, no te vayas, que lo mismo me haces cambiar y...
Pero Carlos se fue levantando las manos mostrando rendición. Nos reímos las tres. Cuando nos calmamos, Laira dijo:
- ¿Y qué me dices de esa parejita, Silvi?
Señalando con la cabeza a Cristi y a su amiguito. Me reí y dije:
- Bueno, eso no es nada
- ¿No es nada? Recuerda como estaba tu Gemita con Fran y como han acabado
- Jajaja, es verdad, pero Cristi…
- Pero si está hasta coqueta, que se ha puesto un vestidito para almorzar porque venía su amiguito
- Jajaja, sí, últimamente está más pendiente de su aspecto
- Que pronto se hacen mayores, Silvi… esta preciosidad de bebecito mío ya mismo está por aquí corriendo, ya verás
- Eso seguro
Nos callamos pensativas las tres. Entonces Laira dijo:
- ¿Veis lo que os dije? Ya no están
Miré a nuestro alrededor y, en efecto, ya no estaban Sofi y Fer. Me reí mientras Laira decía:
- Si es que me conozco ya a mi canija y sus ganas jajajaja
Gema
“Nosotros vamos a darnos un paseo por el paseo marítimo, papá” dije a mi padre. Esa noche habíamos salido a cenar fuera, para despedir a Sofi y Fer que se volvían a Francia. Laira ya se quería volver a casa porque su niño dormía hacía rato, y Sofi y Fer habían quedado con amigos. A mí no me apetecía ir a una disco con ellos y preferí estar a solas con Fran. Además, tenía una idea en la cabeza.
Los meses pasados junto a él tras el secuestro habían sido increíbles. Habíamos viajado mucho, y hablado más. Ahora pensaba en los cinco años que habíamos estado separados y me parecían imposible, que eso nunca había pasado. Ya no podía concebir mi vida sin él, así era simple y llanamente.
Cogí de la mano a Fran y comenzamos a pasear hablando de esto y aquello. Tras un rato, Nos sentamos en un murete de medio metro que daba a la playa. Allí, empecé a manosear mi pulsera de cuero, la de Fran, que siempre tocaba cuando estaba nerviosa o pensaba en él. Le dije:
- Quiero pedirte un cosa
- Claro, dime
Lo miré a los ojos y le dije:
- ¿Quieres casarte conmigo?
Fran se quedó pasmado. Me bajé del murete y me puse entre sus piernas. Le dije:
- Sé como eres, que eso lo tienes pensado para cuando terminemos de estudiar, estemos trabajando de forma estable, y sobre todo, cuando tengas claro que no me voy a aburrir de ti
- Yo no…
- Espera, déjame continuar… Eso que piensas es lógico menos lo de aburrirme de ti, eso jamás pasará
- Ya, Gema pero estamos estudiando y…
- Lo sé, pero ¿Para qué esperar? Eres el hombre de mi vida, Fran, lo sé, siempre lo he sabido
- Pienso igual, que eres la mujer de mi vida pero…
- Pero nada… a ver, analicémoslo… El sexo, el sexo entre nosotros es increíble, tenemos una química que es imposible que tengamos con otros… Los dos lo tuvimos claro en el reencuentro en nuestro refugio, fue como si no hubiera pasado el tiempo, y luego durante este tiempo sabático lo hemos hecho muchísimo y siempre ha sido magnífico… luego el sexo no es ningún problema ¿Estás de acuerdo?
- Jeje, sí
- Bien… Que te quiero tampoco hay duda posible, y sé que tú me quieres con toda tu alma, lo sé porque lo veo cuando me miras, lo haces de la misma forma en la que mi padre mira a mi madre, o Héctor a Cris, no me lo niegues
- Totalmente cierto
- Y yo te miro como ellas a sus parejas… Luego el amor tampoco es un problema
- No
- Y sé que no vas a dejar de luchar por hacerme feliz, que esos miedos ya pasaron, y que yo haré lo mismo, me dejaré el alma por hacerte feliz
- Y yo igual, ya sin dudas ni miedos, te lo prometo
- Lo sé… Y ¿Cómo te sientes cuando estamos juntos? Porque yo me siento completa, feliz
- Yo también
- ¿Y cuándo no estamos juntos? Yo siento que me falta lo mejor de mí, me encuentro ansiosa, deseando volver a estar junto a ti ¿No te pasa eso?
- Sí
- Entonces, te repito la pregunta ¿Te quieres casar conmigo?
- Pero ¿Y tus padres? Tu padre no sé si le parecerá bien que no terminemos antes los estudios y...
- ¿Mi padre? Fran, eres nuestro héroe, mi padre te adora, y mi madre igual, ellos no quieren a nadie más para mí, saben lo feliz que me haces y lo infeliz que soy cuando no estás conmigo
- Pero tú ahora volverás a EEUU y yo a terminar de estudiar aquí y…
- Y todo eso lo resolveremos si estamos juntos…
- Pero… pero te lo debería pedir yo con un bonito anillo y…
- Y lo harás, y te pondrás de rodillas si quieres, pero eso me da igual, quiero que me respondas
Nos miramos a los ojos y le dije:
- Por tercera vez ¿Te quieres casar conmigo?
Fran me miró y sonrió. Entonces se bajó del murete y poniéndose a mi lado, dijo:
- Gema, eres mi sueño… Sí, quiero
Y me besó mientras mi corazón saltaba en mi pecho.
FIN