Colegas de pajas y sus ardientes novias

Ufff me has dejado hecho polvo, no se si seguiré leyéndote ( no es verdad jaja) pero de verdad que no me lo esperaba cualquier cosa menos esa, con todos los giros que le podías haber dado elegiste este yaya, cinco puntos menos para la muñeca chochona no te la perdono y eso si es en serio jeje
 
Bueno… supongo que llegó la hora de decirnos adiós. Cuando empezé este relato me propuse no pensar ni un momento hacía dónde quería ir. Con el objetivo de que fuera algo espontáneo y natural. Como la vida misma. Pero cuando iba por el tercer capítulo, si no recuerdo mal, me di cuenta que había cometido un error. El relato empezaba de este modo: ‘Marc y Jordi tienen 40 años y se conocen desde pequeños’. Pues bien. Tan solo un párrafo despúes, los amigos habían rejuvenecido 10 años. Y ahora tenían 30. Pude haber rectificado la errata, pero no lo hize. Me gustaba que estuviera ahí, recordandomelo constantemente. Porqué solo de los fallos se aprende.

Entonces se me ocurrió una estúpida idea, como el 99,9% de todas las que tengo. El relato iba a durar 40 capítulos. Como siempre, fuí incapaz de mantener una promesa. Mi vida es así, está más fuera de control que mi propia barba. Acabé el capítulo 40 y me dí cuenta al momento que iba a necesitar uno más. Así que, fiel a mi filosofía de vida, inprovisé para salir del paso. Por lo que el último capítulo de COLEGAS DE PAJAS Y SUS ARDIENTES NOVIAS es en realidad una escena post-créditos.

Espero que el público no haya abandonado la sala del cine antes de tiempo…
Sin ánimos de aburrir al personal, lo dejo aquí. Con un ‘Hasta Luego’. Tan común como críptico al mismo tiempo.

Escena Post Créditos - Domingo de resurección
  • Lo siento Manolo, de corazón…
  • Gracias Iñaki. Te agradezco que estés aquí... para despedirte.
  • No es un adiós compañero. Solo un ‘Hasta pronto’
Ambos padres se abrazaron. Ninguno de los dos derramó lágrimas. Eran de otra época, recibieron otro tipo de educación. ‘Los hombres no lloran’ se decían para si mismos. Son duros como la piedra, resistentes como el acero.

El cielo estrellado caía despacio sobre los arrozales, azul profundo, salpicado de estrellas como faroles ancestrales.
La tierra olía a agua tibia, a barro quieto, a silencio cargado de memorias. Era una noche sin viento. Como si el mundo contuviera el aliento.

En la playa, frente al inmenso mar, un pequeño grupo de amigos permanecía en pié. No hablaban. No lloraban. No era necesario. El dolor se había instalado en el centro de sus pechos, como un animal dormido.
Habían venido a despedir a dos de los suyos.

Y no eran solo amigos. Eran sangre sin ser hermanos.
Raíces sin ser familia. Puro amor sin condiciones.

Marc chasqueó la piedra de su mechero y encendió una hoguera con ramas secas y cañas del río. Las llamas bailaron, altas, como si quisieran tocar el cielo para contarle algo a los que se habían ido.

Humedeciendose por las olas, tres balsas improvisadas con troncos y cuerdas esperaban a ser empujadas mar adentro. Sí. Martin estaba allí, sobre una de ellas. Roger y Antonia, sus padres, le acompañaban en silencio desde la arena húmeda de la playa. A su lado, Andrés besó la frente de Mónica. Y miró agradecido a los ‘Custodes’ por dejarlo despedirse y honrar a su difunto hermano.

En la orilla, una chica rubia dejó caer dos flores blancas al agua. Para que el mar no los olvidase. Y el mar, en su infinito amor, las aceptó.

Las siluetas lejanas de los tractores dormidos se confundían con los campos. Los arrozales, quietos, eran como plantaciones de espejos bajo la luna. Todo el Delta parecía recordar con ellos.

Marta se agachó, cogió un puñado de arena húmeda y lo dejó caer entre los dedos. La tierra siempre devuelve lo que se ama. Aunque no siempre de la manera que un espera.

Rosa se arrodilló junto a ella, las dos con los ojos cerrados. Rezaban sin palabras, solamente con el corazón. Como se reza cuando ya no se tiene fe, pero sí amor.

Se abrazaron todos. Uno a uno. Largos abrazos, apretados, de esos que dicen "aquí sigo" sin decir nada. Porque sabían que el dolor no se cura con tiempo, sino con compañía. Con noches como aquella.

Los amigos se despidieron a su manera. Habían vestido con ropas blancas e inmaculadas a sus muertos. Les taparon los párpados con dos monedas de plata para que pudieran pagar al viejo barquero y los rodearon de flores y objetos de su propiedad. Marc se levantó despúes de encender la hoguera y se despidió de sus amigos caídos en batalla. Pasó de largo por delante de la balsa de Martin, sin decir nada, sin pensar nada. Ya no albergaba ódio o rencor. Y menos por un muerto. Se detuvo enfrente de la balsa de Jordi.

Lo miró durante unos minutos, en silencio. Luego se agachó, metió sus manos dentro del agua salada y empezó a limpiarle los pies.
  • Te echaré de menos colega - dijo sonriendo con afecto - espero que nos volvamos a ver algún día. Aunque… más tarde que pronto la verdad, no te voy a mentir.
Noe pasaba justo por detrás suyo y sonrió al oir a su novio. Le acarició la espalda y se dirigió a la balsa de Gemma. Metió sus manos en el mar y empezó a limpiarle la frente.
  • Mirate… incluso muerta sigues siendo un pivonazo - se agachó y besó sus labios fríos - Nunca olvidaré lo que hicistes por mí, amiga mía. Te echaré de menos…
Noe rompió a llorar sobre su cuerpo. Le agarraba con rabia el vestido, arrugandolo entre sus puños. Laia se acercó y le pasó un brazo por encima del hombro. Entre las dos le pusieron una corona de flores en la cabeza y la siguieron limpiando con delicadeza.

Uno a uno, todos se fueron despidiendo. A su manera. Unos lloraban y maldecían, otros recordaban los buenos tiempos. Cada uno se expresaba como queria. Dejaron que la familía de Martin llorase y le dijeran adiós. Así como hicieron los padres de Jordi. Marta fué la última en despedirse. Mientras le murmuraba algo al oído, Marc se acercó a su padre, que se mantenía a cierta distancia.
  • Es precioso lo que estáis haciendo, seme.
  • Ojalá no tuvieramos que hacerlo…
  • Cierto… - Inakí agarró el hombro de Marc y lo miró con ternura - Tu madre estaría orgullosa de tí…
  • Tú crees? No lo sé… no puedo evitar… - a Marc se le cortaba la voz - me siento culpable, Aita.
  • Te acuerdas lo que me dijistes antes de saltar el muro? - Marc miró a su padre a los ojos - me dijistes que solo cuidabas de tu gente… eres como ella, igualito a tu madre.
  • La hecho de menos…
  • Y yo Seme… y yo…
Mientras esperaban a que terminara la ceremonia. Padre e hijo recordaron los buenos tiempos. Tiempos pasados, tiempos mejores. Y una vez que todos hubieron dado el ‘último adiós’ empujaron las balsas mar adentro. Roger, Antonia y Andrés sujetaron entre los tres la antorcha que quemaría la balsa de Martin. Marta y Marc encendieron la de Jordi. Noe y Laia la de Gemma. Entre todos empujaron más, entrando dentro del mar hasta que el agua les llegó a la altura de sus cinturas. Y dejaron que la corriente se los llevara.

Luego volvieron a la orilla, sin poder evitar mirar atrás y se quedaron quietos mientras las balsas se alejaban por el horizonte. Todos abrazados, algunos llorando, otros sonriendo. Masi y Miare abrieron una pequeña nevera de playa y sacaron un par de botellas de aguardiente. Empezaron a llenar vasos y más vasos. Luego, con la ayuda de Fran, empezaron a repartirlos entre los presentes.

Bebían en silencio. Mirando hacía la lejanía. Hasta que, de repente, Guille le susurró algo a Lisa. Esta abrió un maletín y se colgó una acordeón al hombro. El muchacho empezó a cantar suavemente una dulce ranchera, mientras ella lo acompañaba con la música.

“Yo soy… aquellos con los que ando. Aquellos que aguantan el peso, de mis temores, mis dolores, mis ansias, mis miedos…”
Se giró para ver que hacía Marc. Él lo miraba sonriendo y asintió con la cabeza, acompañadole en aquella hermosa canción.

“Yo soy mis vivos, yo soy mis muertos. Yo soy aquello que he andado, yo soy aquello que he amado. Si me preguntas que tengo. Te diré que todo es prestado”
Todos los amigos se unieron a cantar el coro. Incluso Cisco, un poco alejado de la playa. Donde la arena era más dura y no se podía hundir. También cantaba, levantando su vaso hacía el cielo.

“No tengo nada, solo soy. Y yo soy, solo como estoy. Si estoy amando soy rico. Y si no, pobre yo voy”
Iñaki aplaudía al ritmo de la música, sonriendo y observando a su hijo y sus amigos cantar cada vez más fuerte y animados.

“Y así, en cada noche como esta. Yo brindo por lo que venga. Tirando tierra al pasado, al vivido, al mordido. Y ahí en el suelo, nunca me olvido. Florecen los que enterramos, en cada fondo de vaso. Yo brindo por lo que venga, queriendoles a mi lado”
Noe arrambó a Marta contra su cuerpo y le besó en la frente. Brindaron, pues aunque nadie más lo supiera aún. Marta estaba embarazada. Lo sabía desde aquella misma mañana. Llevaba varios días con nauseas y vómitos. Así que decidió hacerse la prueba.

Mientras cantaban de nuevo el estribillo. Los allí presentes termiraron sus copas de un trago. Y las volvieron a rellenar rápidamente. Mientras los mayores se sentaban sobre la arena y las balsas en llamas desaparecían en la oscuridad de la noche. Los ‘Custodes’ siguieron cantando, bebiendo y bailando alrrededor del fuego. Descalzos como salvajes indígenas, ahogando las penas en alcohol, recordando a los que no estaban. Disfrutando de la vida en su honor.

Y cuando la hoguera se apagó y solo quedaron brasas, el mar susurró algo al romper.
Tal vez un adiós.
Tal vez un nos vemos.

Porque en el Delta, donde el río se rinde al mar,
también la muerte se confunde con la vida.
  • Joder! Creo que va siendo hora de retirase - dijo Iñaki poniendose en pié y quitandose la arena del culo.
Noe se había desnudado y justo en ese momento se llevaba a Marc dentro del agua. Lisa seguía tocando el acordeón cerca de la hoguera y estaba claro que el aguardiente empezaba a hacer sus efectos.
Los demás adultos estuvieron de acuerdo y dejaron que los chicos siguieran a solas con su particular ‘fiesta’ de despedida.

Masi hablaba con Marta, las dos sentadas cerca de la orilla. Cuando se enteró de que estaba preñada, entró en un estado de felicidad extrema, empezando a gritar como una loca.

Menos Laia y Guille que habían pensado que eso de echar un polvo en el mar era una muy buena idea, los demás se acercaron a la jóven viuda para felicitarla. Nadie preguntó quien era el padre, aunque habían ciertas dudas, sobretodo despúes de la voragine de sexo de las últimas semanas. Marta dijo que era de Jordi, así que eso fué suficiente.

Lejos de aquella ceremonia, en la ciudad. Un jóven escribía una carta a mano encima del escritorio de su habitación. Llevaba horas redactandola, pero solo habían escritas dos frases.
  • Aún sigues despierto, hijo? Sabes que hora es?
  • Sí mamá. Ahora termino - contestó mientras le daba la vuelta a la hoja.
  • Valeee! Y recuerda que mañana tienes rehabilitación!
  • Si mamá… no te preocupes.
  • Buenas noches hijo!
  • Buenas noches y cierra la puerta, por favor.
‘Dos Balas’ cogió la carta, la puso sobre un mechero y le prendió fuego. La tiró y dejó que se consumiera rápidamente dentro de la papelera. Agarró sus dos muletas y se acercó a la cama. Levantó las sábanas límpias y se quedó un rato observando la soga que había preparado aquella misma mañana.

Su ordenador portátil de última generación emitió un sonido. En la pantalla apareciá un mensaje: Tranferencia realizada con éxito. Sonrió amargamente. Había llegado la hora.


A la mañana siguiente…
  • Diegoooo! Vamoooos vas a llegar tarde! - Inés se movía nerviosa por la casa, mientras la ‘chacha’ preparaba el desayuno.
  • Quiere que suba a despertarlo, señora?
  • No te preocupes Yaquelin! Ya subo yo… y por cierto, no le pongas tanto aceite a los huevos revueltos, la próxima vez.
  • Si señora…
Inés subia las escaleras llamando repetidamente a su hijo. Mientras se escribía con una de sus amigas. Habían quedado para ir al gimnasio aquella mañana y por lo visto el nuevo profesor de ‘BodyCombat’ estaba como un queso.
  • Tienes el desayuno en la cocina - le dijo a su marido sin mirarle a la cara cuando se cruzaron, una subiendo, otro bajando.
  • He quedado con Javi para desayunar en el club de campo - contestó él sin tampoco mirarla.
  • Bah! Haz lo que quieras… como siempre…
Diego padre ni se inmutó. La relación de pareja con su mujer llevaba años en una vía muerta. Había más frio entre ellos dos que un esquimal comiendose un helado en la estepa siberiana.

Se acercó a la cocina y pasó por detrás de la ‘chacha’ para servirse un vaso de agua. Mientras se lo tomaba de varios tragos la observó trabajar. Era una mujer vieja y fofa, de tez morena y anchas caderas. Cortaba los vegetales con tanta fuerza que su enorme culo se movía de lado a lado sin parar. Su pene de gatillo fácil se puso erecto de golpe.

Dejó el baso sobre el marmol de la cocina y se largó. No sin antes rozar el dorso de su mano descaradamente contra ese imponente trasero. La ‘chacha’ calló. Tenía dos bocas que alimentar y otras tres en su país de origen. Necesitaba conservar ese trabajo.

‘El Carnero’ justo salía con el coche del parking cuando su mujer entró en la habitación de su hijo. No pudo escuchar sus gritos de dolor cuando lo vió ahorcado en mitad de la habitación. Ni tampoco le cogió ninguna de las incontables llamadas que le hizo camino al club.
  • Ya pago yo Javi! No te preocupes.
  • De acuerdo, pero a la siguiente invito yo.
Diego se fué a la barra a pagar mientras su amigo se preparaba para pasar una agradable mañana en el campo de golf. Sacó su tarjeta, la pasó por el lector. Dió error.

El empleado se disculpó por el mal funcionamiento de la máquina. Volvió a anotar el precio de la factura con una gran sonrisa de oreja a oreja.
  • Que demonios pasa? - preguntó Diego
  • Tarjeta sin fondos - contestó el empleado leyendo el mensaje que aparecía en pantalla.
‘El Carnero’ se tomó aquello como un insulto y pidió hablar con el encargado urgentemente. Podría haber llamado al mismisimo director del Banco Central Europeo. No habría cambiado nada. Estaba sin blanca.

A kilometros de distancia, en la habitación de un hotel. Fran se despertó con una resaca enorme. Miró a su alrrededor. La habitación estaba hecha una camalidad, como si una estrella del rock se hubiera corrido una juerga de campeonato la noche anterior. A su lado izquierdo, Lisa roncaba profundamente, completamente desnuda y con una máscara de Catwoman. Se volteó hacía su derecha y vió a su hermano, que le tiraba insistentemente de su traje de Batman.
  • Que pasa tete? Qué ha pasado? Dónde estamos?
  • Mira - le dijo, sujetando el móvil enfrente de su cara.
  • Que significa? - Fran empezó a leer el mensaje - Jodeeeer! Es de verdad?
Cisco sonrió y los dos hermanos se fundieron en un fuerte y prolongado abrazo. Antes de quitarse la vida, ‘Dos Balas’ intentó redimir sus pecados. Como no le quedaba nada más que el dinero. Decidió entregar todos sus ahorros al gemelo. Pero justo cuando se enrollaba la cuerda en su cuello, pensó algo mejor. Entró en la cuenta de su padre de la que ya había sacado anteriormente cantidades pequeñas de dinero para costear sus vicios y traspasó todo su capital a una cuenta fantasma en las islas Caimán.
  • Que coño haces Fran? Intento dormir… - Lisa se quejó mientras el gemelo daba saltos de alegría sobre la cama.
Desde que supo que su hermano se había quedado paralítico, no había perdido nunca la esperanza del todo. La medicina estaba haciendo grandes avanzes, incluso un doctor en Massachussets había conseguido que varios pacientes volvieran a andar. El problema claramente era el dinero. Pero eso se había acadado.
  • Quien llama a estas horas? - dijo Noe desde el suelo, asomando la cabeza por encima del somier.
Se levantó con el pelo alborotado y su aliento apestando aún a alcohol. Cogió el telefóno y una voz desconocida empezó a hablar.
  • Hola… Marc?
  • Quien es?
  • Está Marc? Llamo del trabajo.
  • Quien?
  • Llamo del trabajo… se puede poner Marc, por favor?
  • Si… ahora se pone.
Noe tiró el telefono sobre la cama y se acurrucó al cuerpo de su novio. Mientras volvía al reino de los sueños, sobre el somier, la voz de un hombre muy cabreado seguía preguntando por su empleado. Quería saber por qué no se había presentado al trabajo.

Podía esperar sentado. Hoy, mañana, la semana que viene, los próximos tres meses y así hasta el día de su jubilación. El ‘irlandés’ no volvería jamás. Ya lo había decidido.
Lo que también habían decidido entre todos, era volver a reunirse dentro de un año en aquella misma playa. El mismo día a la misma hora. Lo llamarón ‘Domingo de resurrección’. En realidad fué idea de Guille, como siempre. Pero a todos les pareció acertado. No es que los muertos fueran a levantarse de sus tumbas, aunque ‘algunos’ así lo hubieran deseado. El significado era más profundo.

Algunas personas viven sus vidas del mismo modo, de principio a fin. Sin cambios, sin altibajos. Seguras pero aburridas hasta la saciedad. Se toman su tiempo cuando un problema se cruza en sus caminos. Analizan la situación, evalúan las consecuencias de sus actos, sopesan detenidamente todos los posibles futuros que puedieran acarrear sus decisiones. No era precisamente el caso de los ‘Custodes’. A ellos solo les bastaron dos intensas semanas para cambiar por completo sus alocadas vidas.

Delante de la puerta del hotel. Rodeados de equipaje y nervios por enprender una nueva aventura. Los amigos se decían adiós. No era un ‘hasta siempre’, tampoco era un ‘hasta mañana’. Era un simple y hermoso: ‘adiós’. Sabían que todo había terminado, que nada volvería a ser igual. Pero no estaban tristes. Para ellos la muerte no significaba la desintegración de todas las cosas. Tan solo era cambio. Como un ave fénix que resurge de sus propias cenizas.

Guille sacó su móvil y les pidió que se hiceran una foto, todos juntos. La quería tener de recuerdo para siempre. Mientras se preparaba para poner el temporizador, miró a sus amigos, todos juntos, por última vez. Quería inmortalizar ese momento, para no olvidarse jamás de lo importante que fué para él ser parte de esa peculiar família.
  • Qué haces ahí parado Guille? - sonrió Noe - Haz la maldita foto de una vez!
‘Frodo por fin había conseguido romper la maldición del anillo. Y el señor oscuro desapareció de la Tierra Media. Algunos volvieron a la Comarca para vivir en paz, otros reclamaron el trono de la ciudad blanca de Gondor, el cúal les pertenecía por ley. Los elfos emprendían su viaje de no retorno a las tierras…’
  • Guilleee! Que no tenemos todo el día! Joder!
Un leve sonido ‘Click’ y un instante acabaría enmarcado y recordado por siempre, sobre la estantería llena de polvo de un salón. Y así, sin más. La historia de nuestros amigos terminó.

Puede ser que os estéis preguntando… Y qué fué de ellos? Fueron felizes? Comieron perdices?
Os lo contaré. Tres años después…
  • Ven aquí trasto! - Marc subió a brazos al pequeño Jordi.
Entre las tomateras, se secó el sudor de su frente, mirando con cariño al pequeño diablo que no paraba nunca quieto.
  • Qué quieres? Esto? - Marc arrancó un calabacín y se lo dió.
El pequeño lo observaba entre sus manos con la boca abierta y lleno de curiosidad.
  • Dónde está la mama? Venga vamos a ver dónde se ha metido…
Marc salió del huerto. A lo lejos su novia adiestraba a dos mastines pequeños dando voces y sonoros silbidos. Giró la pequeña casa hacía la parte de atrás y encontró a la madre recogiendo los huevos que habían puesto las gallinas aquella mañana.
  • Ven aquí… mi pequeñin! - Marta cogió a su hijo en brazos y lo llenó de besos - Que llevas en la mano? Te lo ha dado el ‘tiet’? Si?
Marc, apoyado contra el marco de la puerta del gallinero, sonreía de oreja a oreja. Era feliz. Vívia la vida que siempre había querido vivir. Era libre por fin.

Noe, Marta, el pequeño Jordi y él. Se fueron a vivir a una masía remota cerca de los pirineos. Vivían aislados del mundo, del ruido, de la gente. Marta invertía todo su tiempo en su hijo, Marc subsistía de lo que producía con sus propias manos y Noe compajinaba la ramadería con las clases privadas de conducción que daba dos veces por semana en un pueblo cercano. No es que vivieran con poco, tan solo con lo necesario.

Los gemelos por su lado. Acabaron comprando el local de al lado y ampliaron el ‘Vercettis’. Laia tuvo mucho que ver en ese tramite, pero dejaremos esa historia para dentro de unas líneas. Fran gastó hasta el último centavo del dinero de Diego en intentar que su hermano volviera a andar. Habían pasado tres años y seguían sin obtener resultados. Pero jamás perdería la esperanza. Ellos dos y las dos rubias eran los dueños del local de moda en la ciudad. Ya no necesitaban sus negocios turbios de juego ilegal y pornografía amateur. Se bastaban con la buena música en vivo de Lisa y sus ‘Crossroads’ y las comidas caseras que servían todas las noches.

Hablando de comida. Rosa ya no trabajaba en el club. Tampoco su marido. Manolo vendió su empresa a un acaudalado hombre de negocios asiático, por un precio mucho más que suculento. Con el dinero que sacaron más su jubilación, se dedicaron a viajar por el mundo y disfrutar como se merecían del resto de sus días.

Los que también disfrutaban eran Mónica y Andrés. Terminaron juntos y ahora vivían en el antiguo piso de Noe y Marc. Mónica dirigía un lucrativo negocio en el emergente mercado de los ‘Tuppersex’ y Andrés trabajaba a tiempo parcial mientras opositava para ser policía criminólogo. Se les veía felices y enamorados con muchos planes de futuro.

Laia, después de darle muchas vueltas. Acabó aceptando trabajar para ‘El Lobo’. Como parte del trato para que el mafioso perdonara las deudas a los dos gemelos. Juntos se convirtieron en la pareja criminal más mediática del país. Aunque jamás pudieran culparlos de ningún delito.

Por último, Guillermo trabajaba sin descanso en un nuevo guión para su famosa serie de comics. Junto a un antiguo compañero de instituto al que se le daba muy bien dibujar, habían conseguido firmar un contrato con DC Comics.
Y relmente lo estaban petando.
  • Al final te voy a quitar el trabajo, Narrador! Jaja - me dijo Guillermo sin dejar de escribir un apasionado dialogo entre una jóven hermosa y un rechoncho y asmático muchacho.
No creo jóven amigo. Tu y yo trabajamos en distintas disciplinas. Aunque he de reconocer que no se te da nada mal, la verdad. De dónde sacas esas ideas tan creativas?
  • Ni idea… me vienen a la mente sin más…
Entiendo. Bueno, pues aquí nos despedimos. Ha sido un placer el haberte imaginado.
  • De verdad? Es este el final?
El final no existe Guillermo. Ni el principio. Tan solo el ahora.

Fin

  • Espera narrador!
Madre del amor hermoso… que sufrimiento. Que sucede ahora? A ver…
  • No ha explicado lo que pasó con Diego. Alias ‘Dos Balas’, alias ‘El Carnero’, alias ‘El doctor Menguele de la cirujía plástica’, alias…
Está bien, está bien. Tienes toda la razón del mundo chaval. Pero verás. Ahora mismo estoy bastante cansado la verdad. No me apetece ni lo más mínimo…
  • Si quiere lo puedo contar yo mismo… a mí no me importa.
Sabes que te digo? Que me parece genial. Te lo cedo. Todo para tí. Cuentalés a nuestros lectores que fué de aquel despreciable y despiadado ser humano.
  • Gracias… Esto… Buenas a todos! Mi nombre es Guillermo, aparecí por primera vez en el capítulo 5…
Guille! Ya saben quien eres. Tan solo cuenta lo que sucedió y ya está. No es tan difícil.
  • Vale! Vale! Allá voy…
“Cuatro meses despúes de que su hijo se suicidara. ‘Dos Balas’ bebía a solas cantidades industriales de whisky barato en un bar de mala muerte. Lo había perdido todo en una tragica sucesión de acontecimientos. La inesperada muerte de su vástago se llevó con él toda su fortuna. La perdida de su dinero fué la gota que colmó el vaso, provocando el abandono de su mujer. El divorcio lo llevó a la bebida. El alcohol a la holgazanería. La inactividad le hizo perder el trabajo. La falta de ingresos le obligó a mudarse. El nuevo piso que había alquilado era pequeño y estaba lleno de humedad. Aquellos a los que en algún momento, consideró sus amigos, le dieron la espalda sin pensarlo dos veces. Ahora, sus nuevos amigos eran sus compañeros de piso, siete paquistanís que olían muy fuerte y no hablaban nada de español.
  • Ponme otro! - gruñó golpeando el vaso vacío encima de la barra.
  • No. Almenos hasta que me pagues todo lo que me debes.
  • Vete a la mierda!
Diego salió a trompicones del bar. La calle estaba desierta. No había ni una triste alma. Buscó en su bolsillo las llaves de su coche. Un viejo y rayado Seat Panda que había rescatado del desguaze.

Subió al coche y tuvo que dar varios golpes antes de que la puerta se cerrara. Abrió la guantera y sacó unos guantes de lana con la parte de los dedos cortados. Hacía frío, así que se los puso. Mientras se frotaba las manos y el vaho salía entre sus dientes castañeantes. No pudo evitar darle un vistazo al arma que había dentro de la guantera. Lo pensó. Muy seriamente. Pensó en metersela dentro de su boca y acabar con todo. Pero no lo hizo. No pudo. Él no tenía los cojones de su hijo. Era un miserable cobarde.

De repente el reloj indicó que eran las doce de la noche. Miles de familias, arropadas por el calor de sus hogares, celebraban la entrada a un nuevo año. Llenas de esperanza, con muchos buenos propósitos, con nuevas metas que cumplir.

Puso la llave en el contacto y la giró. El coche se quejaba en un ahogado llanto. ‘PUM PUM’ los fuegos artificales iluminaban el cielo de la ciudad. Diego pasó el brazo por el parabrisas quitando el velo que le impedía ver aquel espectaculo de luzes. Volvió a girar la llave y voló por los aires.

El coche estalló en mil pedazos. Dejando solamente tras de si trozos de metal, pólvora caliente y restos humanos.

A una manzana de distancia. Dos sombras no pudieron evitar sonreir ante tal maravilloso y reconfortante desenlaze. Ambos dejaren caer sus cigarros al suelo y los pisaron con tranquilidad. Sin decirse nada, entraron dentro de un coche 4x4 con los bajos manchados de barro y desaparecieron para siempre jamás”
  • Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre, la conspiración de la pólvora y la traición… Ahora sí! Fin
 
Bien esta lo que Bien acaba, he estado en bilo capítulo por capítulo, me ha entretenido y me a gustado espero que sigas escribiendo y me des más entretenimiento
 
Bien esta lo que Bien acaba, he estado en bilo capítulo por capítulo, me ha entretenido y me a gustado espero que sigas escribiendo y me des más entretenimiento
Muchas gracias por las palabras. De corazón. Sobre lo de seguir escribiendo, tengo que darte buenas noticias, jaja.
Justo al terminar COLEGAS, empezé con un nuevo relato. Ahora iba a aubir el primer capítulo.

Me vino una nueva idea a la cabeza cuando escribía el capítulo 20 o 21, ahora no recuerdo exactamente. Solo sé que iba por la mitad más o menos. Era una nueva aventura para el bueno de Guillermo. Pero no me encajaba del todo en el tono del actual relato. Básicamente porque era una historia más cercana a la ciencia ficción. Y COLEGAS la veo más como una tragicomedia llena de disparos, sexo y coches a 300 km/hora.
Así que me la dejé en el tintero. Hasta hoy.

Si quieres puedes ir a leerlo. En 20 minutos lo tendré colgado en el foro.
Solo tengo terminado el primer capítulo y esta noche me pondré con el segundo.
La historia no tiene nada que ver con los ‘Custodes’. Son personajes nuevos y como dije antes, está más enfocado a la ciencia ficción.
Por supuesto, habrá intriga, traiciones, asesinatos y mucho mucho, pero que mucho sexo.
Que es a lo que venimos todos verdad?

El título es: PROJECT S.I.R.E.N
Dudaba entre este o Cantos de Sirena. Pero creo que el escogido es el mejor.
Le da un toque más… no se… royo Expediente X
Pero con muchas más XXXX jajaja

Un abrazo!
 
Yo creo que Marta ha quedado muy tocada, lo cual me parece muy lógico.
Se me pasó por la cabeza lo que comenta el compi. Dejar que Guille y Marta acabaran juntos. Pero lo encontré demasiado… no sé. Oportunista quizás. No sé como explicarlo. La idea de que ella se quede a solas con el niño es más simbólico. Decide quedarse con lo único que le queda de Jordi. Como si aún siguiera con él o parte de él almenos.
 
No, si yo lo supero, pero es como si en Piratas del Caribe muere Jack Sparrow.
Jajajaja. Buena referencia. Sé que el final es bastante controvertido. Soy consciente. Pero por un lado me gusta que terminase de este modo. Me gustan las historias agridulces. Donde ni todo es tan bueno, ni tan malo. Ni perfecto, ni horrible. Como la vida misma.
Dentro de unos años, miraremos hacía atrás y recordaremos a Jordi con una sonrisa en la cara. Estoy seguro 🥹
 
Lo mismo y para dejarnos un buen saber de boca y darnos gustillo, un par de capítulos más en plan apaciguamiento nos vendría bien, para hacer amigos Ron_Artest
Jajajaja… sin presión. No la siento! Para nada…. Jajajajaja
No descarto lo que dices. Ahora estoy liado con la nueva historia, pero no puedo evitar pensar de vez en cuando en los ‘Custodes’.
Como algunos de vosotros les he pillado cariño. Es extraño, pero es así.
No sabía que el personaje de Jordi fuera tan querido la verdad. Ni que su muerte iba a provocar revuelo. Me ha pillado por sorpresa, no lo voy a negar. Quizás haya algún capítulo extra. Como la boda del primo de Guillermo, de la quemno conté nada. O quizás algun enemigo nuevo que surja de la nada, quizás una traición… ya veremos. No digo que esté en ello, pero sí que lo he pensado.

Un abrazo.
 

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