Yo recuerdo cuando era adolescente, espiar a una prima, que se bañaba en casa de un familiar, porque la casa de sus padres estaba en obras, y una vez pues yo estaba allí, disfrutando de unos pastelitos que aquel familiar me había dado, y mientras estaba en la zona de la entrada, vi que entraba ella, mi prima, y otra prima buenorra que tenía entonces (sigue estando buenorra). Y como le vi a la primera toallas, ropa, etc, pensé: se va a la ducha, irán las 2 a ducharse? Uf, ya me empalmé solo de pensarlo.
Como la ventana del baño daba a una zona oscura en aquella época, y no había, o no tenían, deshumidificador, pues abrían la ventana para que no se empañase todo.
Yo me quedó zampando los pasteles unos minutos, y cuando escuché como abrían la ventana, y después como hablaban, pensé: espero 5 minutos, a que estén desnudas y en la ducha, y me acerco sigilosamente y me pajeo.
Pero claro, tenía a más gente en la casa, tenía que andar con cuidado, si me pillaban y llegase a oídos de mis padres, de los palos que me darían, no me levantaría en 1 semana, jajajaja.
Y pues, poco a poco, sin hacer ruido, me acerqué, pegado a las paredes de la casa (zona oscura), hasta la ventana del baño.
Yo las escuchaba reir y hablar de sus cosas.
Se escuchaba también el típico sonido del agua de ducha caer sobre el plato.
Y poco apoco asomé la cabeza.
Ya estaba empalmado, y meneándomela, pero era más el miedo a que me pillasen que otra cosa.
Después de varios intentos fallidos, de asomarme, pero no mucho para que no me viesen claramente, porque la prima buenorra no se estaba duchando, estaba fuera de la ducha charlando con la otra, al fin vi a mi otra prima en pelotas.
Éramos adolescentes. Una tetitas bien puestas y duritas. Un chochito rellenito (porque esa prima estaba algo rellenita).
Y yo pajeándome y flipando.
Pero... de repente, sin yo hacer ruido ni nada, mi otra prima, vió de repente hacia la ventana, gritó, la otra gritó también, "hay alguien ahí" dijo.
Y yo salí como liebre perseguida por perros, por la parte trasera de la casa, y sin parar hasta llegar a la mía, que cerca no estaba precisamente. jajaja
Creo que nunca supieron que era yo. Creo.