Como nos fue imposible montar la maldita tienda, decidimos ponerla al lado del coche y usarla de colchón,y así desnudas recién llegadas del mirador y con ganas de que apareciera alguien y nos viera el pelotas, nos tumbamos para ver qué tal se dormiría... Pero la idea es empezar eso que tan sorbidas nos tenía, empezar el revolcón.
Poco tardaron los dedos en recorrer piel, la una de la otra, era un tacto nuevo, aunque ya la habían recorrido el otro dia, ese atardecer tenía olor a nuevo.
Poco tardaron nuestras bocas es besarse, las manos a tocarnos las tetas y los dedos los coños, así juntas a pie de coche y con el cielo enegreciendo por la noche, nuestros primeros orgasmos tardaron poco en llegar y con máxima intensidad. Ya conocía la contorsión de caderas de Nuria, cuando tenia un orgasmo solía ser largo, y el vaivén de caderas la delataba y sus gemidos eran escandalosos en el silencio del campo. Yo también tuve mi orgasmo, aunque al estás más pendiente de ella, no fue tan intenso. Que coño tan mojado tenia esta chica, me encantaba cuando jugaba con el, pero me daba un poco de asco si se lo tenía que comer, por eso de tragar tantos gugos. Pero el caso es que no le olia mal, tenía miedo a probarlo.
Nos quedamos allí desnudas, abrazadas casi un par de horas, disfrutando de lo sucedido y sin importar si hubiera aparecido alguna alma y nos hubiera pillado.
Con la poca luz que daba el interior del coche, tendimos los sacos, yo opté por ponerme camiseta y el pantalón del chándal y ella nada, nos colamos dentro los sacos y nos quedamos hablando hasta dormirnos.
Continuará: