La primera vez que me folló un chico yo estaba en la universidad.
Por aquel entonces yo me había acostado ya con varias chicas, pero me había quedado con ganas de probar a follarme un chico o que me follara él, que hasta entonces todas mis experiencias eran sólo de mamadas y pajas.
Un finde de verano estaba yo el pueblo de L, un compañero de la facultad. Eran la fiestas allí y fuimos algunos compañeros de clase a pasar un par de días en su casa del pueblo. Los padres de L no estaban y nos bañábamos desnudos en la piscina de su chalet. Los otros compañeros de clase tomaron el coche y se fueron a la ciudad a comprar cosas mientras L y yo nos quedamos en la piscina en pelotas.
Y con eso de las típicas bromas de agua de piscina, con nuestros cuerpos desnudos, teníamos un empalme tremendo los dos. Me puse a descansar un poco pegado al bordillo y noté como L se pegaba a mí por detrás y yo instintivamente movía el culo para acomodar su polla entre mis nalgas. Joder qué calentón los dos… así que le eché un valor que nunca pensé que tendría, y con unos nervios tremendos moví el cuello para atrás y se lo dije “¿te gustaría follarme, antes de que vuelvan estos?” Me dijo que sí, nos secamos y subimos a su habitación. El tio estaba bien preparado, tenía condones y lubricantes.
Lo hizo muy bien, tenía bastante más experiencia de lo que yo pensaba. Me tumbé boca abajo y él, encima de mí, se movía con su polla durísima, muy despacio, arriba y debajo de mi raja. Me estaba llenando de su precum la zona, notaba yo la humedad perfectamente con mi cara hundida en la almohada muriéndome de un placer que ni había soñado que podría sentir. Joder, creí que me volvía loco, pero luego me echó el lubricante y jugo con uno o dos dedos en mi ano. Y nada más sentir esa polla entrar despacio y decidida dentro de mí todo fue a más y empecé a gemir incontrolablemente. Todavía me acuerdo, después de tantísimos años, y me empalmo, como me está pasando ahora.
Cuando entrecortadamente, moviéndose pegado a mi espalda y con su polla abriéndome por dentro, pegó su cara a mi cuello sudado y me susurró al oído eso de “me voy a correr” fue ya demasiado y me corrí yo restregando mi polla en sus sábanas como un animal diciéndole “sí, por favor, córrete”
L y yo follamos después algunas pocas veces más, pero le perdí la pista y no le volví a ver hasta muchos años después, entonces yo con novia y él casado. Aquella noche follé con mi novia, pero le pedí que mientras lo hacíamos me metiera dos dedos en el culo.