Lo mío no es obsceno, pero si lo mas morboso que he hecho:
Hace dos semanas fuimos a Valencia a pasar el fin de semana y alquilamos un apartamento en el centro. El primer día no teníamos muchas ganas de salir por el cansancio del viaje, así que estuvimos jugando a juegos de mesa y al final nos picamos un poco e hicimos algunas apuestas y como siempre, yo salí perdiendo jajaja
La apuesta era pedir comida y recibir al repartidor desnuda, solo eso como le aclare luego. Al principio me hizo gracia, pero luego ya no me parecía tan buena idea jajaja
Al día siguiente, después de venir de la playa, mi chico me dijo:
—Bueno, ¿pedimos comida y lo recibes desnuda?
Mi cara fue de "vaya, se ha acordado". Le dije que en bikini. Claramente, él no estaba conforme porque, según él, en bikini ya me ven en la playa. Así que decidí ponerme mi vestido de rejilla con sujetador y tanga. Me moría de la vergüenza, pero a la vez me daba bastante morbo.
Al poco de estar el pedido en camino, estábamos los dos cachondos perdidos. Mi chico estaba durísimo y yo bastante mojada, así que decidí quitarme el tanga y el sujetador y recibirlo solo con el vestido de rejilla. En ese momento, mi chico no aguantó más y empezó a tocarse.
Cuando tocó el timbre, fui a abrir. Miré hacia el sofá, donde estaba mi chico tocándose como un loco jejeje. Abrí la puerta y allí estaba el repartidor, un chico joven, latino y con mi bolsa de la comida. Con la voz temblorosa me dijo:
—Aquí tiene su pedido.
Yo respondí:
—Gracias, y tranquilo, que no muerdo.
—Es que nunca me habían recibido así, y claro…
En ese momento me reí y le dije:
—Es una apuesta con mi chico, él está ahí tocándose.
Se asomó y lo vio en el sofá.
En ese momento, la verdad es que el morbo fue en aumento y dije:
—¿Quieres tocarlas?
—Si me deja, ¡encantado, la verdad!
Me saqué los pechos por los laterales del vestido para que los tocara mejor, y mientras hacía eso, miraba a mi chico, que estaba que no podía de la excitación. En cuanto estuvieron completamente fuera, me las tocó y agarró bastante. Para finalizar, me tiró un poco del pezón.
El chaval después de eso se quedó parado como esperando más y dije:
—Bueno, hasta aquí llego la diversión.
Me dio las gracias y se fue. Después, mi chico y yo estuvimos follando como locos, tanto que se nos quedó fría la comida que habíamos pedido.
Dejo unas fotos que sacó mi chico antes de que llegara el repartidor y espero que os haya gustado mi experiencia.