Cajón de sastre.

La cuestión es sí Frida no siente lo mismo por Jorge que podría ser.
Por otra parte es curioso, de ser ignorado por las chicas, a que se peleen por el. Quizás debería dejarse llevar a ver qué pasa.
 
Aquellas fiestas de verano.​

Era finales de hace algún verano. Cómo cada año fuimos a las fiestas de un pueblo cercano a pasar la noche. Hacia algo de frío, recuerdo que nosotros llevábamos jersey/sudadera y ellas alguna chaquetilla vaquera. Éramos una pandilla grande en la que había chicos y chicas y que con el paso del tiempo albergó parejas. Estuvimos en una explanada grande donde la mayoría de jóvenes, y no tan jóvenes, hacían botellón. Bebimos. Charlamos entre nosotros y con otros grupos de gente conocida que iba pasando por allí. Era ya entrada la madrugada cuando propusimos ir a uno de los pubs a seguir bebiendo pero esta vez con música de fondo. En el tiempo en el que se decidía que hacer se me acercó Ana. Ana es la novia de Tomás, uno de mis mejores amigos del grupo. Pequeñita, ojos marrones redondos, nariz chatita, algo anchita de caderas. Una monada bastante morbosa la verdad. A Ana le brillaban los ojos como jamás he visto. Me sonreía y bebía.

-Te noto apagado...
-No se a que esperan estos, cuando lleguemos no vamos a tener hueco libre para estar agusto.- mire al grupo que, para sorpresa de nadie, no alcanzaba ningún acuerdo.- Creo que voy a ir a mear.
-Ten cuidado, no asustes a alguien.
La miré como días antes había mirado al folio de mi examen de química.
-¿Asustar?
-Si, que ya me han dicho que calzas bastante bien... - Volvió a dar un trago. Quién sabe si para matar la sed, porque le cogía el gusto al alcohol o para ahogar en ginebra la vergüenza de tan tremenda confesión.
No entendí cómo podía llegar a la conclusión esa, puesto que no conocía, o al menos tenia confianza, con ninguna de las que me había tirado hasta entonces. De repente me acordé de un episodio en el que una de sus amigas entró al cuarto de baño en el que me cambiaba el bañador en casa de un amigo. Ella salió con sonrisilla y disculpandose por lo bajo. Supongo que aquella situación no había quedado tan en secreto como yo había pensado.
-Ay... Si no estuvieses con Tomás...- me salió solo. Cegado por los efectos del alcohol declare en aquel momento el morbo que desde hacía años me daba ella.
-Bueno, el ahora está a otras cosas.- me señaló con su mirada el lugar en el que Tomás charlaba con un par de chavales excompañeros de su equipo de futbol en el instituto.
En aquel momento seguía alucinando.
-¿Quieres que me la saque aquí?- dije sorprendido.
-Ay, hijo... De verdad...- Me miró como si me faltase un punto de cocción. Se giro y le dijo algo a su amiga que pareció importarle poco ya que volvió a rotar hacia su tema de conversación. Me agarró la mano y tiró de mi. -Vamos.

Me dejé guiar. No sabía hacia donde estaba yendo, ni el lugar ni la situación en sí, que para entonces ya era como una fantasía en realidad virtual. Atravesamos un par de calles mientras nos íbamos alejando del ruido de la gente en el botellón hasta que practicamente se hizo el silencio. El hecho de que hubiese menos coches que en otras calles anteriores nos daba la seguridad de que por allí ya no iba a aparecer mucha gente. Nos metimos en el hueco entre una furgoneta Berlingo y un Golf.
-Cuando quieras.- Soltó ella.
-Cuando quiera.. ¿Qué? - volví a decir.
-Cuando quieras me lo puedes enseñar.- dijo decidida.
Ya puestos, en aquel momento, con tal nivel de excitación y el corazón bombeando sangre sin control hacia mi polla lance un órdago del que salí ganador.
-Yo no la saco para nada,.y ahora no tengo ganas de mear.
Ella pareció enfadarse.
-Para nada no la vas a sacar. Venga.
Desabroche mi pantalón y baje el boxer. Mi polla salió disparada hacia arriba, morcillona por todo lo acontecido y el morbo de estar frente a Ana.
-Uff.. no era mentira no..- la miro con ojos golosos.
-¿Que pasa? ¿Que mi polla ha sido el centro de conversación?
Ella rió. -Mas o menos.
Viendo el panorama de tenerla a ella mirándome el rabo sin más, estuve a punto de guardarla. Lo evitó acercando la mano con suavidad y subiendo y bajando la piel de manera muy lenta. Obviamente, mi polla siguió expandiéndose.
-Joder.. me estoy poniendo cachonda...
Dijo ella sin mirarme a la cara.
-Haz lo que tengas que hacer... - susurré.

(continuo luego)
 
Aquellas fiestas de verano.​

Era finales de hace algún verano. Cómo cada año fuimos a las fiestas de un pueblo cercano a pasar la noche. Hacia algo de frío, recuerdo que nosotros llevábamos jersey/sudadera y ellas alguna chaquetilla vaquera. Éramos una pandilla grande en la que había chicos y chicas y que con el paso del tiempo albergó parejas. Estuvimos en una explanada grande donde la mayoría de jóvenes, y no tan jóvenes, hacían botellón. Bebimos. Charlamos entre nosotros y con otros grupos de gente conocida que iba pasando por allí. Era ya entrada la madrugada cuando propusimos ir a uno de los pubs a seguir bebiendo pero esta vez con música de fondo. En el tiempo en el que se decidía que hacer se me acercó Ana. Ana es la novia de Tomás, uno de mis mejores amigos del grupo. Pequeñita, ojos marrones redondos, nariz chatita, algo anchita de caderas. Una monada bastante morbosa la verdad. A Ana le brillaban los ojos como jamás he visto. Me sonreía y bebía.

-Te noto apagado...
-No se a que esperan estos, cuando lleguemos no vamos a tener hueco libre para estar agusto.- mire al grupo que, para sorpresa de nadie, no alcanzaba ningún acuerdo.- Creo que voy a ir a mear.
-Ten cuidado, no asustes a alguien.
La miré como días antes había mirado al folio de mi examen de química.
-¿Asustar?
-Si, que ya me han dicho que calzas bastante bien... - Volvió a dar un trago. Quién sabe si para matar la sed, porque le cogía el gusto al alcohol o para ahogar en ginebra la vergüenza de tan tremenda confesión.
No entendí cómo podía llegar a la conclusión esa, puesto que no conocía, o al menos tenia confianza, con ninguna de las que me había tirado hasta entonces. De repente me acordé de un episodio en el que una de sus amigas entró al cuarto de baño en el que me cambiaba el bañador en casa de un amigo. Ella salió con sonrisilla y disculpandose por lo bajo. Supongo que aquella situación no había quedado tan en secreto como yo había pensado.
-Ay... Si no estuvieses con Tomás...- me salió solo. Cegado por los efectos del alcohol declare en aquel momento el morbo que desde hacía años me daba ella.
-Bueno, el ahora está a otras cosas.- me señaló con su mirada el lugar en el que Tomás charlaba con un par de chavales excompañeros de su equipo de futbol en el instituto.
En aquel momento seguía alucinando.
-¿Quieres que me la saque aquí?- dije sorprendido.
-Ay, hijo... De verdad...- Me miró como si me faltase un punto de cocción. Se giro y le dijo algo a su amiga que pareció importarle poco ya que volvió a rotar hacia su tema de conversación. Me agarró la mano y tiró de mi. -Vamos.

Me dejé guiar. No sabía hacia donde estaba yendo, ni el lugar ni la situación en sí, que para entonces ya era como una fantasía en realidad virtual. Atravesamos un par de calles mientras nos íbamos alejando del ruido de la gente en el botellón hasta que practicamente se hizo el silencio. El hecho de que hubiese menos coches que en otras calles anteriores nos daba la seguridad de que por allí ya no iba a aparecer mucha gente. Nos metimos en el hueco entre una furgoneta Berlingo y un Golf.
-Cuando quieras.- Soltó ella.
-Cuando quiera.. ¿Qué? - volví a decir.
-Cuando quieras me lo puedes enseñar.- dijo decidida.
Ya puestos, en aquel momento, con tal nivel de excitación y el corazón bombeando sangre sin control hacia mi polla lance un órdago del que salí ganador.
-Yo no la saco para nada,.y ahora no tengo ganas de mear.
Ella pareció enfadarse.
-Para nada no la vas a sacar. Venga.
Desabroche mi pantalón y baje el boxer. Mi polla salió disparada hacia arriba, morcillona por todo lo acontecido y el morbo de estar frente a Ana.
-Uff.. no era mentira no..- la miro con ojos golosos.
-¿Que pasa? ¿Que mi polla ha sido el centro de conversación?
Ella rió. -Mas o menos.
Viendo el panorama de tenerla a ella mirándome el rabo sin más, estuve a punto de guardarla. Lo evitó acercando la mano con suavidad y subiendo y bajando la piel de manera muy lenta. Obviamente, mi polla siguió expandiéndose.
-Joder.. me estoy poniendo cachonda...
Dijo ella sin mirarme a la cara.
-Haz lo que tengas que hacer... - susurré.

(continuo luego)
Miró a ambos lados de la calle con cierto nerviosismo. Fueron unos segundos que a mí se me antojaron eternos y en los que pensé que aquello acababa. No estaba mal, un ligero atisbo de paja de una de las tías que más morbo me daba, pero no, aún quedaba lo mejor. Se apartó su largo pelo de la cara, echandoselo atrás con un leve movimiento de brazo y se arrodilló de manera un tanto torpe, muy probablemente fruto del alcohol. Llevo su boca hacia mi polla y empezó a darle chupetones como si me los estuviese dando alrededor del cuello. Yo no creia lo que veían mis ojos y en ese momento me paralicé.

-¿Que te pasa?- Sus pupilas se clavaron en las mías. La perspectiva de ella desde arriba, con ese punto de sometimiento, me terminó de poner duro.- Disfrútalo, anda...

Empezó a comerme el escroto con delicadeza, mientras mi falo quedaba obscenamente colocado sobre su carita de ángel. Se llevó uno de los testículos a la boca y comenzó a sorber. Se me escapó un jadeo. Volvió al otro testículo y repitió la operación. Volví a jadear. Con la punta de su lengua fue subiendo a través del tronco, haciendo vaivenes arriba y abajo, como intentando memorizar, o calcular, el tamaño de mi polla. Noté que disfrutaba.
-Joder, me encanta...-Dijo tras una pausa para tomar aire.
-Que no es la primera que te comes me está quedando claro, pero, ¿Es la que más te gusta?
Volvió a dar un par de viajes con su lengua y respondió.

-Top 3 sin duda..

-Pues come, come, no te quedes con hambre...

Estaba muy cachondo. Pasé mi mano por detrás de su cabeza y empuje hasta meterle mi polla en la boca. No entró toda. No quise forzar. Marque un ritmo suave que ella acompañaba de movimientos circulares de su lengua. Con la mano que me quedaba libre agarre todo su pelo y conseguí juntarlo en una coleta improvisada que fije en la mano que marcaba la cadencia. Jugaba con su mirada, buscando mis ojos a ratos, no queriéndome dar de golpe ese placer y repartiéndolo en fugaces y morbosas ojeadas.

-Que boca tienes...

Note una ligera sonrisa dibujarse en su boca y aproveché para dar un golpe de cadera e introducir mi polla casi al completo. Su baba empezó a chorrear por las comisuras y empapó mi pene. El pintalabios comenzó a correrse.

-Ah... Dios...

Fue un gemido previo a la corrida, y ella lo noto así. Se apartó rápido. Coloco su cabeza con la boca abierta y sacó la lengua justo debajo de mí.

-Ni se te ocurra mancharme, apunta bien.

Me di varias sacudidas hasta que disparé varias ráfagas de semen. Con los primeros espasmos noté como ella se acercaba decidida, intentando que nada de lo que iba a salir fuese a parar fuera de su boca. Todo mi esperma fue a parar al interior de su boca para no volver a salir. Ella se levantó con dificultad y se arregló la cara frente al retrovisor de la Berlingo. Yo me quedé sentado sobre el capó del Golf, con la polla aún fuera, extasiado, en una actitud bastante cómica.

Volvimos al botellón. Por el camino ninguno dijo nada. Pasamos al pub y estuvimos un rato hasta que ella y Tomás se marcharon. No volvimos a hablar de aquello jamás.
 
La fuerza del despecho.

El techo seguía tan blanco como hacía una hora. Y dos. Y tres. Llevaba toda la tarde tumbada bocarriba en la cama. No se lo podía creer. Aún seguía buscando el porqué a las palabras que escuchó aquella tarde, cuando sus amigas ya le habían dado la noticia: Daniel estaba con otra. Bueno, no era todo así, solo lo habían visto paseando con una chica, aunque fue motivo suficiente para atar cabos. Al menos eso explicaría la trágica tarde en la que todo se desmoronó. Cuando los planes de futuro se disiparon tras escuchar una frase: Necesito tiempo. Tiempo, ¿Para qué? Por mas vueltas que dio aquello no encontró respuesta, hasta ese dia. Igual era eso, había otra. Igual ella era la única que pensaba en irse a vivir juntos como siguiente paso. Al menos creía que su relación estaba estable, más cerca del altar que de las devoluciones de regalos y ropa del otro que había en casa de cada uno.

Miró el reloj, marcaba las ocho y media. Fuera todo estaba oscuro. Le quedaban apenas dos horas para ducharse, arreglarse, cenar y entrar a trabajar. Maldito marrón. En qué hora. Un par de semanas antes, su supervisora le había encasquetado aquel entuerto. La marca de la tienda en la que trabajaba como dependienta había decidido dar un lavado de cara a todos sus locales. Le tocaba entrar de madrugada a recibir a un grupo de operarios que desmontarian todas las estanterías y encimeras y las sustituirían por unas acordes a la nueva imagen. Ella sería la que tuviese que velar por el buen estado de las prendas, quitando y poniendo según fueran avanzando, mientras los operarios trabajaban. Un planazo, la verdad.

Abrió el cajón de su mesilla y cogió un tanga de hilo negro. Era simple, de esos de 4 por 5€ del mercadillo. De esos que se acababan rompiendo a los pocos meses. Del cajón inferior cogió un sujetador a juego igual de básico que la prenda de abajo y se metió en el baño. Se desnudó y se metió en la bañera. Esta vez no había tiempo para relajarse con un baño relajante, ni ganas, tocaba ducha rápida. A los diez minutos estaba secándose de pie frente a una mampara en la que apenas se podía distinguir su silueta por el efecto del vaho. Limpió un poco con la mano y se miró. Apenas tres meses de gimnasio y ya tenía un cuerpo firme, tonificado y duro. Siempre habia tenido facilidad para perder peso, aunque también para ganarlo. Tenía la suerte de contar con una genética poderosa. Puso un par de posturas, mostrando culete y sacando algo de pecho y su orgullo se vino otra vez arriba. "El se lo pierde." Pareció decirse mientras se animaba a si misma.


(Continuará)

--------------------------------

Mi idea es hacer relatos algo más cortos que partan de contextos reales que he conocido a través de mi entorno. Si algún personaje de los que voy poniendo gusta, no tengo inconveniente en seguir desarrollando historias con él. Para ello necesito un poco de implicación de los que leéis asiduamente el foro.
 
Daniel se lo pierde y ya se arrepentirá.
Ella lo que tiene que hacer es mirar hacia delante. Buena historia, que voy a seguir.
 
La fuerza del despecho.

El techo seguía tan blanco como hacía una hora. Y dos. Y tres. Llevaba toda la tarde tumbada bocarriba en la cama. No se lo podía creer. Aún seguía buscando el porqué a las palabras que escuchó aquella tarde, cuando sus amigas ya le habían dado la noticia: Daniel estaba con otra. Bueno, no era todo así, solo lo habían visto paseando con una chica, aunque fue motivo suficiente para atar cabos. Al menos eso explicaría la trágica tarde en la que todo se desmoronó. Cuando los planes de futuro se disiparon tras escuchar una frase: Necesito tiempo. Tiempo, ¿Para qué? Por mas vueltas que dio aquello no encontró respuesta, hasta ese dia. Igual era eso, había otra. Igual ella era la única que pensaba en irse a vivir juntos como siguiente paso. Al menos creía que su relación estaba estable, más cerca del altar que de las devoluciones de regalos y ropa del otro que había en casa de cada uno.

Miró el reloj, marcaba las ocho y media. Fuera todo estaba oscuro. Le quedaban apenas dos horas para ducharse, arreglarse, cenar y entrar a trabajar. Maldito marrón. En qué hora. Un par de semanas antes, su supervisora le había encasquetado aquel entuerto. La marca de la tienda en la que trabajaba como dependienta había decidido dar un lavado de cara a todos sus locales. Le tocaba entrar de madrugada a recibir a un grupo de operarios que desmontarian todas las estanterías y encimeras y las sustituirían por unas acordes a la nueva imagen. Ella sería la que tuviese que velar por el buen estado de las prendas, quitando y poniendo según fueran avanzando, mientras los operarios trabajaban. Un planazo, la verdad.

Abrió el cajón de su mesilla y cogió un tanga de hilo negro. Era simple, de esos de 4 por 5€ del mercadillo. De esos que se acababan rompiendo a los pocos meses. Del cajón inferior cogió un sujetador a juego igual de básico que la prenda de abajo y se metió en el baño. Se desnudó y se metió en la bañera. Esta vez no había tiempo para relajarse con un baño relajante, ni ganas, tocaba ducha rápida. A los diez minutos estaba secándose de pie frente a una mampara en la que apenas se podía distinguir su silueta por el efecto del vaho. Limpió un poco con la mano y se miró. Apenas tres meses de gimnasio y ya tenía un cuerpo firme, tonificado y duro. Siempre habia tenido facilidad para perder peso, aunque también para ganarlo. Tenía la suerte de contar con una genética poderosa. Puso un par de posturas, mostrando culete y sacando algo de pecho y su orgullo se vino otra vez arriba. "El se lo pierde." Pareció decirse mientras se animaba a si misma.


(Continuará)

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Mi idea es hacer relatos algo más cortos que partan de contextos reales que he conocido a través de mi entorno. Si algún personaje de los que voy poniendo gusta, no tengo inconveniente en seguir desarrollando historias con él. Para ello necesito un poco de implicación de los que leéis asiduamente el foro.
El autobús la dejó en la parada de siempre, a tan solo cinco minutos andando del centro comercial. Tuvo la tentación de sacar del bolso un cigarro que hiciese más ameno el camino, pero no lo hizo. Lo estaba intentando dejar. Era complicado, pero había logrado reducir el consumo. Ahora los paquetes duraban más y se sentía orgullosa. Entró por la zona reservada a empleados y volvió a avisar al guardia de seguridad del plan de la noche. Su empresa habia tenido que pedir varios permisos días atrás para poder trabajar de madrugada, con todo el edificio cerrado. El guardia se despidió de ella con una mirada babosa hacia el culo que marcaban aquellos vaqueros ceñidos y una insinuación "Estaré por aquí para cualquier cosa." Remarcando ese cualquier. A Miriam le vino un repelús al escuchar aquello. Ni en su peor época sexual vería con buenos ojos meterse en una cama con semejante ser. Entró a la tienda por la parte de atrás. En la frontal, el cierre ya estaba bajado. Encendió varias luces, aunque dejó sin dar las que correspondían a la entrada y escaparate, intentando tener la intimidad suficiente para no sentirse observada desde los pasillos. Manías suyas. Se quitó la chaqueta y la dejó sobre el mostrador. Llevaba un jersey fino blanco que marcaba el poderoso volumen de sus pechos, que parecían luchar por salir, a juzgar por la forma en la que el contorno de la copa del sujetador se dibujaba contra este.

Miró la tienda al completo, rebosante de ropa, y se dio cuenta del largo trabajo que tenía por delante.

-Vamos allá.. - susurró para si misma, sin todavía saber lo que aquella noche la esperaba.

(Continuará)
 
DESORIENTADO.



Al llegar a casa y antes de bajar del coche le pedí a Alex que me aconsejara otra vez o que al menos me guiara en los pasos a seguir esos próximos días.

Los últimos acontecimientos me habían dejado confundido y era incapaz de marcarme una pauta a seguir para no perderlo todo por una mala decisión.

Mañana, tenía comida con Frida, su marido y su hija.

Si era verdad todo lo que habían observado los demás sobre Frida y Rosanna que estaban coladitas por mí las dos, por un lado.

Por el otro el detalle en la despedida de Tania.

Y ya veríamos si Monica con lo que preguntaba sobre los Alemanes no estaría dispuesta para unirse como opción complicándome aún más la elección.

Me dirigí a mi hermano con preguntas directas y esperando las respuestas sinceras por su parte.

J -Alex desde tu perspectiva como has visto el comportamiento de cada una de ellas, ¿crees que las tengo coladitas? .

A -Creo que es cierto.

A -Mira Jorge, Ana me ha comentado mientras estábamos parados en el semáforo, que Mónica y Tania tenían una disputa por estar a tu lado cuando se enteraron que había otra mujer que quizás podía salir contigo, las dos están dispuestas a conseguirte, eso quiere decir que el lio lo tienes asegurado porque una se queda sin trofeo y dependiendo de la decisión que tomes las dos.

A -Mónica y Tania tienen la ventaja que la madre esta casada y estarán de vuelta a su país en unos días y parece que la relación tendrá poca continuidad.

A -La hija creo que también estará pronto de regreso, pero es una mujer joven sin ataduras y ya veremos que decide hacer de su vida.

J –Así esta la cosa?

J -Tan complicado lo ves?

A -Complicado, noo, para nada, la vida es una toma de decisiones continua para bien o para mal, por eso se dice que si pudieras jugar dos veces las cartas seguro que no te equivocarías de jugada.

A -En este momento tu vienes de no tener trato con ninguna chica que sea algo más que amiga de estudios, quizás por culpa de no dar tu un primer paso para conseguir algo más que amistad, pero lo importante es no cerrar ninguna puerta.

A -Tu que sientes por Frida, Jorge?, esa mujer puede marcarte todo el devenir.

J -Que es lo que siento, es tan difícil de explicarlo con palabras.

En un primer momento era el morbo por poder hacer algo que parecía inalcanzable para mí.

La forma de llegar a ese momento me motivo muchísimo.

Después excitación, el resultado de follar por primera vez con esa mujer me pareció que no se correspondía ni se parecía para nada con lo que me habían contado algunos compañeros que se desvirgaban los dos por primera vez.

Eso fue como tocar las estrellas con la mano, un sueño.

Y para acabar de hacer el pleno excitarnos con caricias, susurros, tocándonos y corrernos sin follar ya fue algo especial.

A -Joder Jorge, esa decisión hasta a mí me resultaría difícil de tomar.

J -Es algo especial Alex es algo muy bonito, estoy deseando poder estar desnudo otra vez a su lado, quitarnos la ropa poco a poco, poder sentir los roces de su piel con la mía.

A -Yo creo que esto tiene un nombre Jorge.

J – Si, cual?.

A -Te has enamorado y solo tiene una solución.

A -Y a ti te será muy difícil encontrar esa solución…………..
LA COMIDA



Sobre las nueve de la mañana desperté, un mensaje de whats app hacía cinco horas que esperaba ser leído.

“Ya no aguanto más”.

Ese era el texto, otra vez nerviosismo, cual tenia que ser la respuesta ?.

Tenia que responder y le respondería con la verdad no podía responder con falsedades, yo también estaba en la misma situación.

“Yo tampoco aguanto más”.

Nada más devolverle la contestación Frida se puso en línea y dio comienzo la conversación.

F.-Podrás venir a comer con nosotros hoy?

J.-Si, en un principio puedo.

F.-Alex también podría venir si quiere, puedes decírselo ?.

J.-Vale, se lo digo seguramente dirá que si, ya cuenta con ello por lo que me dijo.

F.-Quedamos en nuestro apartamento a las doce y media, que te parece?.

J.-Vale, allí estaré, a Alex se lo pregunto y te lo confirmo lo antes que pueda.

F.-No aguanto más lo necesito Jorge, estoy muy excitada.

F.-Rosanna me a descuadrado todo.

J.-Rosanna que?, sabe algo?.

F.-No no sabe nada, pero da igual te necesito. Tenemos que distraernos del grupo en algún momento.

J.-Cuando sepa algo de Alex te lo digo.

J.-Hasta el mediodía. Besos.

F.-Si, hasta el mediodía, ya me gustaría que fuese la hora.

Así dejamos la conversación,

Yo intenté ponerme a estudiar pero no podía concentrarme tenía la cabeza ocupada con lo que me había dicho Frida, al cabo de media hora Alex se levanto de la cama y fue el quien me dijo si sabia algo para ir comer hoy o lo dejábamos para otro día.

J.-Nos esperan a los dos sobre las doce y media.

A.-Tan pronto ?, yo pensaba ir a la playa esta mañana.

J.-Me han dicho esta hora y yo no he querido decirles lo contrarío.

A.- Vale pues cuando quieras marchamos y si puedo darme un baño antes, lo aprovecho.

Cogí el móvil para confirmar que Alex nos acompañaría y de paso le dije que yo llegaría un poco antes porque mi hermano quería darse un baño en la playa.

En nada recibí contestación.

F.- Perfecto, pasaros por el apartamento antes porque Rosanna también vendría con vosotros y mientras preparo la comida con tranquilidad.

J.-Ok.

Aparcamos el coche, llamamos al portero para avisar a Rosanna que ya podía bajar que la esperábamos.

Al bajar Rosanna se dirigió a mí para decirme si podía subir un momento que su madre tenía una duda sobre nuestros gustos con la comida.

Parecía que me ponía un encuentro en bandeja y no pensaba dejarlo pasar.

J.-Alex, Rosanna, podéis ir a la playa yo me quedaré ayudando, cuando este todo preparado os aviso.

A.-Vale de acuerdo.

Llamé a la puerta del apartamento y Frida la abrió.

Sorpresaaa, este fue su recibimiento, con esta palabra y con un abrazo seguido de un morreo, un sabroso morreo, me cogió del brazo, me hizo sentar en el sofá me bajo el pantalón cogió la polla que estaba casi dura solo le faltaba una pequeña mamada para estar preparada para follar.

La mamada fue deliciosa Frida saboreo mi polla y la dejo a punto para metérsela en el coño.

Se sentó entre mis piernas aparto la braguita de biquini y se la clavo hasta los huevos, con los movimientos adecuados para darse gusto ella y mucho más a mí.

En pocos minutos nos corrimos los dos, era verdad lo que me había dicho que no aguantaba más y por mi parte tampoco la había engañado seguro que también se dio cuenta………...
 

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