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Al día siguiente. Martes.
Silvia
Casi no había dormido en toda la noche de lo preocupada que estaba por Laira. Había estado a punto de llamar incluso a la policía pero ¿Qué les iba a decir? Al final decidí ir por la mañana al burdel, para preguntar por ella. Dejé a Gema en la guarde e iba a meterme en el coche para ir cuando al fin me escribió:
- Perdona, tía
- Joder, Laira ¿Estás bien?
- Sí, sí, tía, que cantidad de mensajes me has enviado
- Joder, estaba preocupadísima, ahora pensaba ir a ver como estabas
- ¿Aquí?
- Sí
- Ni se te ocurra, que no te vean por aquí
- ¿No te pilló?
- Sí, saliendo del despacho
Me quedé quieta, acojonada, sin poder decir nada. Dijo:
- Me cogió y, bueno, le conté una mentira
- ¿Cuál?
- Que había ido a buscar drogas
- ¿Y se lo creyó?
- Sí, sabe que me coloco de vez en cuando
- Ah, y ¿No pasó nada?
- Me dio un par de hostias y me acojonó pero Jamal es un buen chulo, solo nos pega cuando desobedecemos y nunca se pasa
- Joder
- Nada, estoy bien, de verdad, otro me hubiera molido a palos pero Jamal se cabreó más consigo mismo por dejarse la puerta del despacho sin cerrar, sabe que yo no podía coger las drogas porque las tiene bajo llave y eso sí que nunca se le olvida cerrar porque ahí tiene también la pasta
- Joder, Laira, lo siento mucho, de verdad
- No pasa nada, pero me ha prohibido salir, nena
- ¿Qué?
- Por lo de ayer, pero seguro que se le olvida pronto, te avisaré para darte el puto lápiz ese
- No deberías habértela jugado así, Laira, que miedo he pasado
- No te preocupes, merece la pena si esa zorra no se sale con la suya… Te dejo, te avisaré en cuando me vuelva a dejar salir, bye, guapa
Me quedé mirando la pantalla, muy preocupada.
Cristina
Me acerqué a la mesa de Héctor en mi silla y le dije muy bajo:
- Cuando termines el trabajo ¿Te puedes quedar un poco?
Me miró extrañado pero asintió con la cabeza. Le dije:
- Pero tú solo, dile a Mónica que vamos a ver algo de tus programas ¿Vale?
- ¿Qué… qué pasa?
- Nada, que solo te lo quiero contar a ti ¿Puedes?
- Vale
Esa tarde, cuando Mónica se fue dejándonos solos, le dije:
- ¿Nos ponemos un café y salimos fuera? Hace buena tarde
- Claro
Mientras esperábamos a que la cafetera se calentara, le dije:
- Estoy alucinando con tus programas
- ¿Por?
- Algunos los hiciste con 17 años ¿No?
- Ah, bueno, sí… Esos están especialmente mal, me da vergüenza que los veas
- ¿Qué? ¿Por qué?
- No sé, están desordenados, con código muy ineficiente, poco estructurados…
- Anda ya, yo flipo con que los hicieras con esa edad ¿De verdad que los hiciste solo?
- Sí
- Jo, alucinante, si yo ahora sería incapaz
- Que va, ahora haces cosas más complejas
- No, no,… Eres super listo
- Noooo, jaja, me costaron mucho, sufría haciéndolos porque no me salían jeje, era muy tonto
- No, Héctor, no te quites mérito, conmigo eso ya no cuela, sé perfectamente lo listo que eres
- ¿Eso querías decirme?
- No, pero aprovecho para decírtelo, que te lo digo poco, eres muy listo e inteligente
Y le sonreí. Él, avergonzado, miró al suelo. Me dio ganas de abrazarlo. Cogimos los cafés y salimos fuera. Al sentarnos, le dije:
- Yo… quería disculparme contigo, Héctor
- ¿Qué? ¿Y eso?
- Es porque… tu dinero…
- ¿Mi dinero? ¿Qué dinero?
- El que ganas con tus clientes y ahora te lo he quitado yo
- Ah, anda ya, no digas eso
- Sí, es la verdad
- No
- Bueno, déjame terminar, es que ayer pasó una cosa…
Y le conté todo lo del sobre y como habían actuado Sara y Alberto. Le dije avergonzada:
- Siento mucho que tu dinero se haya gastado en esas cosas
- A ver, Cris, es tu dinero, no es mío
- Sí, es tuyo, no pensaba gastármelo, pensaba guardarlo y solo tenerlo ahí por si acaso, pero con la intención de devolvértelo pero ahora…
- Que no, si estás trabajando todas las tardes y…
- No trabajo, intento comprender tus programas pero no hago nada, solo tú trabajas, no soy tan aprovechada como para no darme cuenta y…
- No, Cris, trabajas aprendiendo, así que es tu dinero, y si te lo quieres gastar en salir o comprar… comprar pastillas, a mí eso no me importa, no me voy a meter en qué te gastas tu dinero, no tienes ni que decírmelo
- Es que ni me lo he gastado en eso, han sido ellos, yo ya no tomo pastillas, alguna vez fumo hierba pero no mucho, y nada de pastillas, eso lo he dejado, no me gustaba como me volvía y las cosas que hacía
- Ya
- Te prometo que no volverá a pasar, guardaré bien tu dinero y…
- Otra vez... que es tuyo, Cris
- Que no, que lo acepto para eventualidades pero solo eso, lo pienso guardar y luego devolvértelo
- Cris, por favor
- Te prometo que estos 400 también te los devolveré, tardaré un poco pero lo haré, te lo prometo
- Que no, Cris, de verdad que no
Lo miré. Claro que lo pensaba hacer, pero le agradecía un montón su intención. Le dije:
- Bueno, solo era eso, disculparme y hacerte esa promesa
- Pufff, Cris, con las cosas del dinero eres una cabezona
- Sí, y no sabes lo enfadada que estoy con ellos, no los entiendo, no entiendo como no se dan cuenta de nuestra situación económica
- Ya
- Alberto quiso arreglarlo con sexo pero lo eché fuera de mi habitación… Para sexo estaba yo con el cabreo que tenía
Nos miramos unos segundos y entonces me dijo:
- ¿Te puedo yo contar una cosa?
- Claro
- Es sobre… sobre Mónica
- Dime
- Más bien sobre el puñetero viaje
- Ah ¿Qué pasa?
- Quiere que a mediados de julio lo empecemos y…
- Oh ¿Tan pronto?
Sentí desazón, pero aún más al oír lo siguiente:
- He conseguido convencerla de que sean solo dos meses
- ¿Dos… dos meses?
- Sí, y por Europa, en plan mochilero pero por Europa, aunque quiere ir sobre todo por Europa oriental
- ¿No vas a volver hasta mediados de septiembre?
- Ese es el plan
- Oh
Dos puñeteros meses sin Héctor. Sentí algo por dentro que no me gustó nada. Él continuó:
- Mañana vamos a hablar con Carlos a ver como lo hacemos, si nos pedimos una excedencia o qué
- Ya
- Pero eso no es todo
- ¿No?
- No, al viaje se ha apuntado Chechu y unos amigos suyos de su comuna
- Ah
- No sé si es bueno o no, Mónica está encantada pero a mí ese tío no me gusta
- ¿Celos?
- No, no, que me cae mal jeje
- Ya
- ¿Te ha contado Mónica que nos ha invitado a su comuna?
- Sí
- Pero ¿Te ha dicho que es una comuna nudista? Está junto a un embalse y se bañan en pelotas y esas cosas
- ¡¡No me digas!!
- Sí, y Mónica quiere ir
- ¿Y desnudarse?
- Sí, dice que quiere probar
- ¿Y tú?
- Que va, yo no pienso ir
- Jajaja
- ¿Tú irías?
- Mmmmm no creo
- ¿No?
- Me da vergüenza jeje
- Anda que a mí… Mónica dice que nunca ha hecho topless pero ahora quiere desnudarse delante de todo el mundo, está loca
- ¿Te molesta que lo haga?
- No, ella sabrá, pero yo no quiero hacerlo, me muero antes jeje
- Ya
Dije sonriendo, no me imaginaba para nada a Héctor en una comuna nudista. Entonces me preguntó:
- ¿Has hecho alguna vez topless?
- No, la última vez que fui a la playa no tenía “éstas” (señalándome los pechos)
- ¿No vas a la playa desde niña?
- Ajá
- ¿No te gusta?
- Mucho pero no he podido ir, ni tenía con quien ir
- Oh
- Pensaba que podríamos ir este verano pero con el plan ahorro que tenemos no vamos a poder, incluso quería comprarme un par de bikinis porque los que tengo son viejos aunque los he usado muy poco, solo para ir a alguna piscina pública
- Vaya, pero coge el dinero y os vais unos días a...
- Que no, ese dinero es por si acaso pasa algo, es dinero que pienso guardar, no quiero gastarlo para devolvértelo pronto
- Cris, por favor, úsalo para tus vacaciones, diviértete, te lo mereces
- El año que viene
Él meneó la cabeza y yo volví a pensar “Jo, dos meses sin verlo ni hablar con él, que mierda” y volví a sentir por dentro una gran desazón.
Héctor
“Es un rollo de peli, nene” me dijo Mónica ahogando un bostezo. Estábamos los dos desnudos en su cama viendo una peli en su portátil. Habíamos tenido sexo hacía un rato y ahora estábamos en plan tranquilo pero supe que eso iba a durar poco.
Entonces sonó una notificación en su móvil y lo miró rápidamente. Se rio y dijo:
- Mira que me ha mandado Chechu
Lo miré, era una foto de la comuna. Mónica se rio diciendo:
- Están todos en bolas, nene, jajaja
Volví a mirar, se veía algún culo y teta pero la foto estaba tomada a lo lejos. Le dije:
- Ya, que emoción
- Mira, hay muchas tías
- ¿Y?
- Cuando vayamos verás teticas jajaja
- Paso
Entonces se levantó y se miró en su espejo grande diciendo:
- Yo no me avergüenzo de mi cuerpo
- Claro, normal, estás buena
- Jajaja, ya pero me refiero a que es bonito, no pasa nada por enseñarlo un poco ¿No?
- ¿Un poco? Estarías desnuda
- Bueno, sí, pero a ti no te molesta eso ¿No?
- No te voy a decir lo que tienes o no que hacer
- Bien, bien
Se miró girándose y poniéndose de lado. Dijo:
- Ya sé que tengo pocas tetas y culo
- Están muy bien
- Ya, el culo lo tengo redondito y durito ¿No?
Me dio la espalda mostrándomelo. Le dije la verdad sin dudarlo:
- Sí
- Y mis tetas, me gustaría tenerlas más grandes pero tampoco son pequeñas
- Para nada
- Pues eso, que no me tengo que avergonzar
- Nada de nada
- Y tú tampoco. Aunque te falta culo como a todos los tíos, o casi todos, tu cosa está muy bien
- Jeje, vale, venga, voy a enseñar mi cosa porque está bien
- He dicho “muy bien”
- Que no, que no voy a ir
- Pero nene, será divertido, una nueva experiencia y…
- No
- Aunque…
Se volvió a mirar en el espejo y dijo:
- Mmmm
- ¿Qué?
- Esa gente son como hippies ¿No?
- Eso parece
- Seguro que ellas llevan todo esto lleno de pelos
Dijo señalándose su zona totalmente rasurada. Me reí y dijo:
- No te rías, tonto, es que si voy así, sin ningún pelo, pareceré una guarra ¿no?
- A ver, ¿por ir rasurada eres una guarra?
- En ese ambiente puede que sí ¿No?
- A esa gente le dará igual todo en cuanto vean lo buena que estás
- Jajaja, es verdad… Entonces vamos ¿No?
- No
Se echó en la cama haciéndose la enfadada:
- Que aburrido eres
Miramos la pantalla y volvió a decir:
- Esto es un rollo
La peli estaba bien pero sabía que lo que quería era volver a follar. Entonces dijo:
- Vamos a ver porno
Y cogió el portátil. Le dije:
- ¿En serio?
- Sí, ¿o me vas a decir que nunca has visto?
- Pues claro que he visto, pero a solas
- Bueno, ahora lo veremos juntos jiji
Entró en una famosa página de videos porno y dijo:
- A ver, a ver… ¿Qué te gusta?
- Ufff
- ¿Este video? ¿Éste? ¿O éste? Hala, mira que pollón tiene ese jajaja
Se puso a mirar el índice diciendo:
- Anal no, tortilleras tampoco, mamadas mmm ¿Vemos mamadas? Venga, sí
Pinchó y empezó a pasar videos:
- No, no, ufff que polla tan fea, esa me da asquito, no, no, mmm esa está bien pero no me gusta ella, tampoco, no, no... Ah, a ver…
Pinchó en un video y dijo:
- Mmmm la tiene grande pero la tuya es más sexy y bonita
- Pero que cosas tienes
- Es que es así
- ¿Y por qué ese video? ¿Por la polla del tío?
- No, en muchos videos de antes había pollas así… No sé, me gusta el pelo de la chica y la habitación
- ¿De verdad? ¿Por el pelo y la habitación?
- Sí, y ahora calla, vamos a verlo
Nos pusimos a ver el video y al poco dijo:
- mmm la chica no la chupa demasiado bien ¿no?
- Pues no sé
Me cogió la polla y empezó a mover su mano, poniéndomela rápidamente dura mientras decía:
- Ah, mira, ahora lo hace mejor, eso sí me gusta
- jeje
- Mmmm todo eso lo hago yo, eso también, ufff ¿Te gusta con tantas babas? Eso también lo hago… Vaya, que bruta ¿No? Cuando te chupo los huevos voy con mucho cuidado pero mira esa, casi se los arranca jajaja
Entonces se calló mirando la pantalla. Su mano no paraba aunque se movía a un ritmo lento. Tras unos minutos, dijo:
- ¿Qué te apuestas que se corre en su cara? Jiji
- Puede
- ¿Puede? Pero si es lo típico en las pornos jajaja
Seguimos mirando la pantalla. Era una mamada larga y acabó como ella había predicho. Mónica cerró el portátil y lo echó a un lado diciendo:
- Ahora lo vas a mirar en directo
Y me besó para luego moverse y empezar a lamerme todo el tronco. Comenzó una mamada repitiendo mucho de lo que habíamos visto en el video, pero tras un rato, dijo:
- ¿Qué tal? ¿La chupo mejor que la del video?
- Ya te digo
- Jiji pero nada de correrte en mi cara, que quiero follar ¿eh?
- Vale
- O no mmmmm vale, sí, te corres en mi cara pero después de que me corra yo follando
- Pues ponte ya encima, Moni, que como sigas así no aguanto
- Jiji
Se incorporó y se sentó sobre mi. Me cabalgó despacio, con jadeos profundos, mientras le acariciaba las tetas. Luego, se levantó y se puso a cuatro sobre la cama. Me incorporé, la cogí por las caderas y la follé, ahora rápido. Ella metió la cabeza en su almohada para que no se la escuchara y no tardó en correrse, quedándose boca abajo pero, rápidamente, se volvió y tiró de mí para besarme, y mientras me besaba, me cogió la polla y la dirigió de nuevo a su coño diciéndome:
- Sigo cachonda, fóllame más
La penetré de nuevo, esta vez poniéndome encima y la follé rápidamente mientras ella me abrazaba clavándome los dedos en la espalda y gemía cada vez más alto, hasta casi gritar cuando los dos nos corrimos. Entonces escuchamos unos golpes en la pared, la compañera de piso que intentaba estudiar. Mónica, entre risas, gritó:
- Lo sientooooo pero es que mi novio me folla muy biennnnnn jajaja
Nos reímos aunque noté que me ponía colorado, la compañera nos miraba cada vez peor cada vez que pasábamos a su lado. Mónica dijo:
- Está claro que el curso que viene se va a buscar otro piso jiji
Entonces me miró y dijo:
- Oh, no te has corrido como en el video
- No importa, ha estado genial
- Mañana lo haces, o luego jiji
Cristina
Miré la hora, las 11 de la noche y estaba agobiada. Estaba en mi habitación con el portátil, trabajando con los programas de Héctor. Había llegado a casa agobiada porque tenía solo 3 semanas antes de que Héctor se fuera y tenía que aprovechar el tiempo para preguntarle todas mis dudas. Me había metido en mi cuarto a trabajar y solo había salido para preparar la cena y cenar con Alberto y Sara, para luego volver a mi cuarto.
Y cada vez me sentía más agobiada, no estaba a la altura de Héctor, me costaba muchísimo entender sus programas y estaba segura que la iba a cagar totalmente cuando Héctor no estuviera y no pudiera preguntarle.
Me eché las manos a la cabeza. Estaba agobiada por eso y porque se me hacía difícil hacerme a la idea de 2 meses sin Héctor. Desde que lo conocía, iba a ser la temporada que más tiempo iba a estar sin verlo, y me estaba dando cuenta de lo mucho que dependía de él, no solo por cosas del trabajo, es que era la única persona que siempre estaba ahí para mí, desde que lo conocí. Sabía que siempre me había aprovechado de mi amistad con él, tanto estudiando como ahora en el trabajo, pero ya no era solo que no iba a tenerlo para que me ayudara, es que no iba a tenerlo para escucharlo, hablarle… Y eso me tenía hasta con mal cuerpo.
Escuché los gemidos de Sara en su habitación. Hacía un rato habían venido a decirme de irnos a la cama pero ni de eso había tenido ganas. Y ahora la escuchaba y ni sentía celos ni nada, solo sentía ese mal cuerpo que me había dejado la conversación con Héctor.
Suspiré e intenté concentrarme en su código.