Cuando la broma se te va de las manos

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Hace poco me enteré de algo por una persona cercana a mí y me dio tanto morbo que me apetecía darle un desarrollo ficticio en forma de relato. He cambiado algunos datos como nombres o referencias, pero he intentado mantener el mayor rigor para que se refleje todo lo mas realista posible, salvo la parte erotica y ficticia. Espero que lo disfruten.

Capitulo 1: La propuesta.
-Tía, estás loca.

Alicia miraba incrédula a su amiga, esperando que en cualquier momento esta dibujase una sonrisa en su cara y le anunciase que todo aquello era una broma, pero no. Su rostro no había mutado del nerviosismo con el que había llegado a la cita.

-Tía, es que me dio mucha pena. No pude decir que no.

El sol de principio de la tarde pegaba en la terraza del bar dándole un ambiente cálido, a pesar de ser diciembre, mientras ambas disfrutaban de un café que se tornó en silencio.

La abuela de Lorena, la protagonista de la historia, siempre fue una mujer con un compromiso social fuerte. Ella transmitió esas preocupaciones y lucha a sus hijos, y estos a su vez a los suyos, los nietos como Lorena. La madre de Lorena se implicó desde muy joven en una asociación local que luchaba por darles una vida digna a niños con vidas difíciles. Los había que venían de familias completamente desestructuradas, hijos de prostitutas, yonkis, delincuentes, o directamente huérfanos. Lorena siguió los pasos de su familia y también se implicó en aquellos movimientos, siendo una colaboradora esencial y reconocida de la asociación para la que su madre trabajó durante tiempo y de la que tuvo que desengancharse por falta de tiempo. No faltaba su mano ni su hombro en mercadillos solidarios, funciones teatrales, belenes vivientes o meriendas sociales con las que se recaudaban fondos para costear gastos necesarios para el buen funcionamiento de la asociación. Sobre todo en época de Navidad, donde el espíritu navideño le hacía volcarse aún mas con todo aquello.

Una semana antes de la conversación en aquella terraza, Lorena se encontraba en el Belén viviente de aquellas Navidades. Era una especie de coordinadora. Estaba pendiente de organizar los distintos pases, cobrar entradas y solventar si surgiesen contratiempos. Era muy organizada y metódica, así que la directiva de la asociación confió en ella desde el primer día, y ella, muy predispuesta, aceptó sin pensar. Fue en un descanso entre pase y pase cuando se le acercaron dos miembros de la Junta Directiva, Fernando y Germán. Traían rostros de preocupación y algo avergonzados. Lorena pensó en una bronca.

-Hola, Lorena, ¿Cómo te va?- abrió la veda Germán.
Lorena, que en ese momento comía un sandwich en una pequeña mesa que le servía de apoyo para cobrar, se levantó de un respingo.
-Bien, bien. Descansaba un poco... Hoy no ha parado de venir gente.
-Si, ya hemos visto. Esto va a venir bien para los fondos de la asociación, no pasamos por un buen momento.- soltó Fernando.
-Ya sabéis que yo no quiero cobrar, os lo digo todos los años. Lo hago porque quiero y creo en esto, pero Tamara insiste en pagarme algo de aguinaldo.
-No te preocupes, Lorena. No es eso.
-Es un tema un poco mas delicado...- Interrumpió Germán.- Verás, el dueño del local en el que estamos nos va a meter una subida a partir de Enero. No es una cantidad alta, pero ya llevamos todo calculado al milímetro y esto nos descuadra mucho. Sobre todo en previsiones a doce meses.
Visto que Germán no iba al grano, Fernando continuó.
-Verás... Hemos estado debatiendo diversas formas de financiarnos, y muchas van a salir adelante, pero tardará en llegarnos el dinero. La Junta Directiva acordó a principios de mes hacer este año otro calendario. Vamos a tener como siempre el nuestro, con los gorritos de papá noel, los niños y eso, y otro un poco mas...
-Especial- interrumpió Germán.
-¿Con famosos o algo?- Dijo Lorena con bastante deje infantil.
-Erótico.- soltó de repente Fernando.
Durante unos segundos se hizo el silencio.
- Teníamos ya cogidas a doce modelos que iban a posar desinteresadamente, una por cada mes, pero a última hora una de ellas se nos ha echado atrás...
-Tú eres la mas joven de las de por aquí y.. bueno.. podrías sacarnos del paso...- Fernando interrumpió a su compañero y marcó claramente el objetivo final de aquella conversación.


(...)


Y allí estaba Lorena, una semana después, sentada frente a un vaso de café que aún humeaba, pidiendo ayuda a su mejor amiga sobre como afrontar aquella sesión de fotos a la que no había tenido mas remedio que apuntarse. Alicia la miraba como si estuviese loca. Lorena sabía que su amiga llevaba razón, pero su conciencia no le dejaba echarse ya atrás. Debería haberlo pensado mejor, pero se dejó llevar por el corazón.

-¿Y sabes como vas a posar?- Rompió el silencio Alicia.
-En ropa interior, ¿No? A ver.. me dijeron erótico, no en pelotas. Como mucho me quedo sin sujetador, pero tendría que ver en qué condiciones, que no es plan que ese me cuelgue luego en la pared de su cuarto.- Lorena señaló a un chaval, algo friki, que se tiró meses respondiendo a las historias que subía a redes y que en ese momento estaba sentado en una mesa un poco mas alejada pero echando constantes miradas a ambas.
-Sabes que eso terminará pasando. Incluso aunque poses en bikini.- Alicia intentó dibujar una situación que echase a su amiga para atrás en su loca idea.
-Como que no lo hará ya con lo que ve en mi insta...

Ambas soltaron una carcajada.

-Bueno, qué. ¿Me ayudas a elegir que me pongo?
-O sea que vas en serio...
-Que sí, no me hagas pensarmelo más.

Ambas pagaron el café y fueron caminado hacia casa de Lorena, que estaba a unos metros, ajenas a la conversación que Germán y Fernando tuvieron aquel día.

(Una semana antes, Belén viviente.)


-¿Sabes que día vienen a hacer las fotos para el calendario?- dijo Fernando.
Germán consultó su móvil.
-Creo que el 28 de Diciembre, viernes.
-¿Que te juegas que le cuelo una inocentada a esta?- dijo señalando a Lorena.
-Lo que quieras.


(CONTINUARÁ)
 
Capítulo 2: La preparación.
-A ver.. yo creo que con esto voy bien.
La voz se oía lejana. Alicia estaba sentada en el salón de la casa de Lorena, ambas estaban solas. A esas horas los padres de ella aún andaban trabajando. Y menos mal. El golpeteo de unos tacones contra el suelo anunció antes de tiempo su aparición por la puerta del salón.
-Joder, tía, pareces una puta...
La primera impresión de Alicia quedó clara.
-De eso se trata, ¿No?- Lorena mostró los dientes sonriendo y se acercó a su amiga que seguía en el sofá sin poder articular otra frase. Llevaba un tanga negro de hilo fino, en cuya parte delantera había varios detalles en encaje, y un sujetador, talla 95c, a juego con ligeras transparencias que insinuaba sin terminar de mostrar. Calzaba unos tacones atados al tobillo que le daban más rotundidad a su altura, 1.72, y firmeza a su ya turgente cuerpo. Si alguien buscase el ejemplo exacto de mujer española lo tendría en la imagen que en ese momento estaba contemplando Alicia. --Lo que no sé es si hacérmelas con gafas o sin ellas...- Lorena se miraba en el espejo grande que había sobre el sofá del salón mientras jugaba a ponerlas y quitarlas, subiendo y bajando la montura como si fuese un limpiaparabrisas.- Es que sin ellas no veo una mierda.
-Todavia no me estoy creyendo que lo vayas a hacer ...
Alicia la miraba con los ojos como platos. Sabía que su amiga era muy echada para adelante, pero jamás se hubiese imaginado que llegaría a algo así.
-Mira, no me rayes... Que bastante tensa estoy ya.- Dijo haciendo aspavientos sin dejar de mirarse al espejo.
-No, si ya te veo. Te ha faltado tiempo para elegir la ropa.- Respondió Alicia con ironía.
Lorena pudo tomarse aquella puya de mala manera, pero respondió con humor.
-Pues calla, que iba a ponerme el body...- comenzó a reír.
-¡Desnudate ya que estás!
El body al que se referían era una prenda que no dejaba nada a la imaginación. De hecho, jugaba de manera cómica con el hecho de que las partes de encaje estuviesen en las zonas que si se podían ver y dejase al descubierto las que no. Dicho más rotundamente, tapaba el ombligo y dejaba todo el pecho al descubierto.
Lorena salió del salón y caminó por el pasillo. Alicia salió tras ella. La encontró en su habitación, mirandose al espejo grande que lucía en la puerta del armario. Se giró, posando de distintas formas y perfiles. Sacaba culo, sacaba pecho, metía tripa...
-Ay, tía.. me falta algo. Lo veo demasiado soso.
-¿Soso? No creo que los que compren el calendario se vayan a fijar en tu manicura o los pendientes.- volvió a soltar Alicia con ironía.
-Idiota...
Se quitó de delante del espejo y buscó en un cajón de su mesilla. En el último, más concretamente. Ahí, entre calcetines, guardaba lo que para ella iba a dar el toque final a su look. Saco la mano y coloco su pie sobre la cama. Con un suave desliz metió una liga roja desde su tobillo hasta su abultado pero tonificado y terso muslo.
-Ahora sí. - dijo mirándose y girando el tobillo, apoyado sobre la puntera del pie, para ver el detalle en varios ángulos.
-Pajilleros, prepárense que viene Lorena! - Dijo Alicia imitando un anuncio por megafonía.- A ti esto en verdad te pone, ¿No?
-Alaaaa la otra... ¿A ti no te gusta sentirte deseada o que?
Se miró otra vez al espejo. Está vez más detenidamente. Fijaba sus pupilas con una mirada mucho más decidida, como si estuviese pensando en eclipsar. Su postura era firme, con gancho. Convencida de su poderío físico. Estaba más cerca de los treinta que de los veinte, sin embargo se veía mucho más pivon ahora que entonces, como si los años fuesen aumentando su atractivo en lugar de restarlo. Pensó en el comentario de su amiga mientras se sorprendía a si misma girándose para mostrarse de perfil, algo contoneada, marcando su potente figura. Igual era verdad. Igual algo de morbo si le estaba dando todo aquello.

(CONTINUARÁ)
 
Me ha encantado esta frase: “Estaba más cerca de los treinta que de los veinte, sin embargo se veía mucho más pivon ahora que entonces, como si los años fuesen aumentando su atractivo en lugar de restarlo”.

Comparto esa idea: a los veinte tienen todas ese cuerpo prieto, firme, perfecto… pero falta algo, les falta el suficiente auto conocimiento como para generar morbo, lo que seduce es su puro poderío físico.

Pero en los 30 creo que es donde mujeres (y hombres) alcanzan la plenitud: todavía los cuerpos y rostros están torneados y tersos, pero ya hay un grado de auto conocimiento que ayuda a que sean más seductoras. Ya saben cuál es su estilo, lo que les gusta y lo que no, son más seguras…
 
Capítulo 3: Bendita broma

Borja se encuentra preparando su cámara. Ha traído un par de focos grandes que aporten luz en el punto exacto donde la necesita. También una tela blanca que actuará como fondo y que han colocado sobre la pared. Son poco menos de las 17:00, ha llegado al local a las 16:00. Él trabaja como mozo de almacén de una empresa multinacional del sector sanitario, pero su gusto por la fotografía le llevó a comprarse una cámara y a formarse de manera light y ahora se saca unos extra haciendo trabajos de fotografía para amigos o gente cercana que le va llamando con el boca a boca. Hoy está en la sede de una asociación para realizar un pequeño calendario benéfico. No es mucho dinero, pero las fotos son simples y la edición, con algo de Photoshop, no le llevará mucho tiempo. Germán y Fernando lo observan, cerciorándose de que todo está correcto y por si acaso él necesitase algo. Fernando no está muy conforme, pero el estudio fotográfico que les hizo el trabajo del año anterior ha subido el precio, por lo que el margen de ganancias era bastante menor. Eligieron a Borja a través de un vecino que les dio su contacto y, visto está, al chaval se le ve profesional. Queda todavía algo más de una hora para que empiecen a llegar los seleccionados para el calendario, algunos niños, monitores y gente que colabora con la asociación. El cierre del local está a medio bajar y la puerta de la entrada con la llave echada. Suenan un par de golpes y Germán va a abrir.

Lorena sonríe. Lleva un pantalón vaquero ceñido que marca la firmeza de sus anchas caderas y un jersey algo corto en el que destaca su llamativa talla de pecho. Calza unas converse y Germán se fija que lleva colgada una mochila negra, como de gimasio.

-Buenas, Lorena. No te esperábamos tan pronto. Por WhatsApp pasamos que estaríamos aquí desde las 16:00 pero que las fotos se empezarían sobre las 18:15-18:30.

-Ya, bueno. Prefiero venir ahora, que luego me va a dar más vergüenza.

Germán se queda sorprendido por el comentario de la vergüenza, no entiende nada, pero se limita a callarse y dejarla pasar.

Lorena entra al interior del local. Deja a un lado la recepción y pasa a una de las aulas de las que dispone el local y en la que diariamente se atienden niños que acuden a hacer tareas. Mira al fotógrafo y a Fernando, que cacharrea con su teléfono, apoyando el culo sobre un radiador en un lateral.

-Buenas!- dice ella con su tono agudo de voz.
-Hola- Borja se acerca con interés, mostrándose profesional.- No esperaba que llegase nadie tan pronto, pero si quieres quitarlelo de enmedio lo hacemos en diez minutos y te marchas. Ya está todo colocado.

En ese momento, a Lorena le pasa un escalofrío por el cuerpo. Como cuando dices que quieres subir a una montaña rusa en un parque de atracciones y en mitad de la fila empiezas a buscar la salida de emergencia.

-Bueno, pues voy a cambiarme...- Suelta un suspiro de angustia que Borja no entiende. Está a punto de preguntarla que porque necesita cambiarse, pero no lo hace. Un detalle como una pregunta en el momento adecuado puede cambiar el final de una historia o el rumbo de una situación.
Pasan los minutos mientras en el aula Borja trata de hacer los últimos retoques, fijando el objetivo y buscando el punto de luz perfecto. Fernando y Germán charlan acerca de la forma de distribuir los calendarios, si venderlos de manera online, en el local o también en tiendas y establecimientos de la ciudad. El sonido de un traqueteo de tacones hace que todos enmudezcan.

Clac, clac, clac
Lorena aparece tras el marco de la puerta con el conjunto de lencería que previamente había seleccionado. Lleva el pelo recogido en una coleta alta, las gafas y los labios pintados de rojo.
-Hostias...- Se le escapa a Borja en un tono bajo, pero lo suficientemente alto como para que se escuche en el silencio que predomina en ese momento.
-¿Qué pasa? ¿Hay algo mal? - dice Lorena algo nerviosa.
-No, no, para nada...- Fernando se adelanta a cualquier comentario que pudiese salir de la boca de Borja y se acerca con impaciencia a la chica.- Estás perfecta. De verdad que te agradecemos mucho tu compromiso con la asociación y tus ganas de posar en este calendario erótico. -Las últimas palabras las hace mirando de forma cómplice a Borja, quien parece haber pillado la indirecta.
-Con tu permiso, pasa por aquí.- Borja alarga el brazo y coge de la mano a Lorena, llevándola a la parte con el fondo blanco. Es la tercera vez que la mira de arriba a abajo, pero la primera que puede contemplar su culo. Dos caparazones bien firmes que se marcan a la perfección tras el tanga.
Fernando ha vuelto con Germán que lo mira desconcertado.
-Hostias, se la has colado pero bien.
Fernando le responde con una sonrisa.
-Bueno, vamos a ver hasta donde llegamos, ¿No? Está saliendo mejor de lo que esperaba, desde luego.
Germán no ha quitado la vista de Lorena, que se prepara siguiendo las órdenes de Borja. El fotógrafo, que disfrutes de la escena, ha sacado su faceta profesional y la coloca con mimo, pendiente del mínimo detalle.
-Joder, como está la tía...- Suspira con voz de salido Germán.
-Menuda yegua, Germán. ¿Tú has visto esas tetas? Si son mejores de lo que imaginaba.
Lorena los mira cuchichear y sonríe.
-¿Que os pasa a vosotros?
-Nada, nada, que seguro que va a ser un calendario éxito en ventas. Tienes un cuerpo de infarto.- Dice Fernando.
Lorena se sonroja. Se siente alagada pero no sabe cómo responder a aquello.
-A ver, contoneate un poco. Saca cadera hacia un lado pero mira de frente.
Borja da algunas instrucciones y Lorena empieza a posar. Se ve a la legua que no es una profesional, pero de vez en cuando saca alguna pose que hace las delicias de los tres machos que allí miran.
-Pegate a la pared y empieza a caminar hacia delante. Da pasos cortos pero firmes, como si el suelo estuviese hecho de cristal y tú quisieras romperlo. Mira con fuerza a cámara.
Lorena sigue las directrices mientras el sonido anuncia que la cámara no para de soltar disparos. Se le da bien. Ha conseguido lo que el fotógrafo quería, una actitud de tigresa, decidida a poner cachondos a todos. Germán no puede más y se acaricia el paquete sobre el pantalón. Ella no se ha percatado del gesto, sin embargo si nota en el ambiente que es ella la protagonista de todas las miradas. Se sabe deseada, el centro de atención. Y eso cada vez la va dando menos reparo o vergüenza y comienza a gustarle. Tanto que el morbo empieza a crecer dentro de su cuerpo.
Diez o doce disparos después, Borja ya ha perdido la cuenta, se lanza dispuesto a encender aún más la temperatura.
-¿Te atreverías a hacerte alguna sin sujetador?- Susurra sin apartar la vista del visor de la cámara.
 
Me gusta cómo se va desarrollando la cosa… 🤤
 
Capítulo 4: El placer de jugar.
-Em, no se.- Se frena en seco. Es evidente que la pregunta le choca, porque su lenguaje corporal ha cambiado y ahora está paralizada. Contaba con una proposición así, pero una cosa es la suposición y otra el impacto del directo.- Es que... Me da un poco de palo.
-Si vais a estar más cómodos, nosotros nos vamos.- Sugiere Fernando deseando con todas sus fuerzas que la respuesta sea negativa.
-No, si por vosotros no es.- zanja de golpe la morena.- Es más.. por quién podría comprar el calendario y dónde acabarían las fotos...
En un acto reflejo, sin apenas darse cuenta, sus brazos comienzan a tapar su cuerpo. Como si aquella vergüenza de la que no habla se manifestase por instinto.
-Pues.. no te voy a engañar..- Borja separa su ojo derecho del visor con una mueca sonriente y prepotente dibujada en su boca- Lorena eras, ¿No?
Lo sabe de sobra, desde que la vio entrar con ese conjunto de lencería, pero el hacerse el despistado puede ayudarle a darle un punto más profesional. Como si Lorena no fuese la primera chica a la que ve así. Como si aquello fuese visto por él como únicamente trabajo. La mira buscando su asentimiento para seguir.
-El que compre este calendario va a disfrutar y bien de ti. Tienes un cuerpo delicioso. Podemos hacer las fotos y luego tú decides. Yo puedo ayudar a que tú cara no se reconozca, y si de verdad prefieres echarte atras las borramos en el instante.
Lorena sonríe. Aprecia la sinceridad de Borja. La táctica del chaval ha funcionado y el aura fotógrafo modelo empieza a agrandarse. No responde. No hace falta. Echa ambas manos hacia atrás y libera el enganche del sujetador. Sus pechos se zafan de la presión y empiezan a salir, cayendo ligeramente a pesar de demostrar firmeza. El frío de la estancia, unido a la vergüenza, hace que los pezones empiecen a endurecerse quedando bastante en punta. Borja no pierde el tiempo. No sabe cuanto va a durar aquel arranque de valentía. Empieza a disparar a discreción mientras una ráfaga constante de flashes cae contra el cuerpo de Lorena.
-Hostias... Fernando...- Germán suspira y comenta a su compañero entre dientes. Está acariciándose cada vez más el paquete sobre el pantalón.
-Pues no te queda, amigo...- sonríe y se lanza.
-Menudo par de tetas tienes, Lore.- suelta de improvisto.
Ella se corta. No se lo esperaba y se la nota ruborizada. Sonríe. No sabe hacer otra cosa en ese momento. Borja sigue dándole instrucciones.
-Ahora échate al suelo, de rodillas. Tapate las tetas con las manos y mira a un lado, como distraída.
Dos flashes. Tres.
-Asi, eso es. Lo vas cogiendo. Parece que llevas posando toda la vida.
Ella sonríe. Se sabe sexy.
-Teniamos un precio marcado, pero creo que hay que subirlo. Si por Germán fuese, se la estaba meneando ya a tu salud.- Suelta Fernando, al que el morbo ya le ha hecho desinhibirse totalmente.
-¡Fernando!- dice Germán totalmente avergonzado.
Lorena se ríe con actitud ardiente.
-Pues por mí que no se corte. Que disfrute.
Los tres hombres se quedan parados. Ahora es ella la que ha subido de golpe el grado de desinhibición. No saben si es una broma o que la chica ya va a por todo.
-¿Estás segura?- dice Fernando con una sonrisa, lanzando un envite.
-Las fotos ya están hechas. Si no lo hacéis aquí lo haréis a escondidas. Por lo menos así sé cuánto os gusto...
Germán se adelanta unos pasos con intención de hablar. Esta algo avergonzado y nervioso por la situación y tiene actitud de querer parar aquello para evitar males mayores. Fernando le interrumpe antes incluso de que despegue los labios.
-Vaya, vaya... Nos ha salido juguetona.- Se acerca caminando hacia la zona de shooting y se queda justo al lado de Lorena, que continua de rodillas.- Pues para que continúe el juego, me encantaría que nos lo pidieses...
Sonríe y la mira desde arriba.
Ella acepta el envite bastante juguetona, como si hubiese encontrado lo que estaba buscando. Se recuesta hacia atrás dejando subir el pecho y apoyándose en sus antebrazos y codos y mira a Fernando.
-Venga, a ver esas pollas...
 
Capítulo 4: El placer de jugar.
-Em, no se.- Se frena en seco. Es evidente que la pregunta le choca, porque su lenguaje corporal ha cambiado y ahora está paralizada. Contaba con una proposición así, pero una cosa es la suposición y otra el impacto del directo.- Es que... Me da un poco de palo.
-Si vais a estar más cómodos, nosotros nos vamos.- Sugiere Fernando deseando con todas sus fuerzas que la respuesta sea negativa.
-No, si por vosotros no es.- zanja de golpe la morena.- Es más.. por quién podría comprar el calendario y dónde acabarían las fotos...
En un acto reflejo, sin apenas darse cuenta, sus brazos comienzan a tapar su cuerpo. Como si aquella vergüenza de la que no habla se manifestase por instinto.
-Pues.. no te voy a engañar..- Borja separa su ojo derecho del visor con una mueca sonriente y prepotente dibujada en su boca- Lorena eras, ¿No?
Lo sabe de sobra, desde que la vio entrar con ese conjunto de lencería, pero el hacerse el despistado puede ayudarle a darle un punto más profesional. Como si Lorena no fuese la primera chica a la que ve así. Como si aquello fuese visto por él como únicamente trabajo. La mira buscando su asentimiento para seguir.
-El que compre este calendario va a disfrutar y bien de ti. Tienes un cuerpo delicioso. Podemos hacer las fotos y luego tú decides. Yo puedo ayudar a que tú cara no se reconozca, y si de verdad prefieres echarte atras las borramos en el instante.
Lorena sonríe. Aprecia la sinceridad de Borja. La táctica del chaval ha funcionado y el aura fotógrafo modelo empieza a agrandarse. No responde. No hace falta. Echa ambas manos hacia atrás y libera el enganche del sujetador. Sus pechos se zafan de la presión y empiezan a salir, cayendo ligeramente a pesar de demostrar firmeza. El frío de la estancia, unido a la vergüenza, hace que los pezones empiecen a endurecerse quedando bastante en punta. Borja no pierde el tiempo. No sabe cuanto va a durar aquel arranque de valentía. Empieza a disparar a discreción mientras una ráfaga constante de flashes cae contra el cuerpo de Lorena.
-Hostias... Fernando...- Germán suspira y comenta a su compañero entre dientes. Está acariciándose cada vez más el paquete sobre el pantalón.
-Pues no te queda, amigo...- sonríe y se lanza.
-Menudo par de tetas tienes, Lore.- suelta de improvisto.
Ella se corta. No se lo esperaba y se la nota ruborizada. Sonríe. No sabe hacer otra cosa en ese momento. Borja sigue dándole instrucciones.
-Ahora échate al suelo, de rodillas. Tapate las tetas con las manos y mira a un lado, como distraída.
Dos flashes. Tres.
-Asi, eso es. Lo vas cogiendo. Parece que llevas posando toda la vida.
Ella sonríe. Se sabe sexy.
-Teniamos un precio marcado, pero creo que hay que subirlo. Si por Germán fuese, se la estaba meneando ya a tu salud.- Suelta Fernando, al que el morbo ya le ha hecho desinhibirse totalmente.
-¡Fernando!- dice Germán totalmente avergonzado.
Lorena se ríe con actitud ardiente.
-Pues por mí que no se corte. Que disfrute.
Los tres hombres se quedan parados. Ahora es ella la que ha subido de golpe el grado de desinhibición. No saben si es una broma o que la chica ya va a por todo.
-¿Estás segura?- dice Fernando con una sonrisa, lanzando un envite.
-Las fotos ya están hechas. Si no lo hacéis aquí lo haréis a escondidas. Por lo menos así sé cuánto os gusto...
Germán se adelanta unos pasos con intención de hablar. Esta algo avergonzado y nervioso por la situación y tiene actitud de querer parar aquello para evitar males mayores. Fernando le interrumpe antes incluso de que despegue los labios.
-Vaya, vaya... Nos ha salido juguetona.- Se acerca caminando hacia la zona de shooting y se queda justo al lado de Lorena, que continua de rodillas.- Pues para que continúe el juego, me encantaría que nos lo pidieses...
Sonríe y la mira desde arriba.
Ella acepta el envite bastante juguetona, como si hubiese encontrado lo que estaba buscando. Se recuesta hacia atrás dejando subir el pecho y apoyándose en sus antebrazos y codos y mira a Fernando.
-Venga, a ver esas pollas...
Joder , que calentón!! 😋😋
 
Capítulo 5: Fantasía convertida en realidad.

Fernando mira hacia abajo. Jamás hubiese imaginado que iba a tener aquella imagen frente a él. Al menos de carne y hueso. Aunque nunca lo había reconocido, en su mente había desarrollado distintas escenas con Lorena en la que la joven voluntaria hacía las delicias de aquel directivo de la asociación. Escenas que le habían proporcionado momentos de clímax con abundantes eyaculaciones en privado. Y ahora estaba ahí, en vivo y en directo, superando cualquier otra historia que él se hubiese imaginado.
La observa unos instantes, repitiendo en su mente la frase que acaba de escuchar salir de su boca: "A ver esas pollas." Después de todo lo que había conseguido y lo bien que le había salido la jugada maestra de la broma, ahora era él, y estaba seguro que también Germán, el que estaba acojonado con la situación. O al menos lo suficientemente nervioso como para sentirse raro y haber perdido la iniciativa.
-¿Que pasa, ahora te achantas?- Lorena lo mira sonriendo. Ve el blanco de sus dientes apareciendo entre sus labios gruesos. Algo más el inferior que el de arriba. Tiene una sonrisa digna de revista odontológica. Bonita, a la par que morbosa. Además, el rojo de labios que ha escogido para posar hace que mirar aquella boca le lleve automáticamente a pensar en una felacion. Sigue nervioso, algo superado por como se están desarrollando los acontecimientos, así que decide delegar.
-Si tantas ganas tienes de verla, sácala tú.- Suelta la frase despacio, con cautela. Apuesta por llevar una táctica donde sea ella la que tenga la sartén por el mango. La que lo quiera. La que lo pida.
Lorena suspira y pone los ojos en blanco en un gesto que mezcla decepción con cierta desesperación. -Ay, de verdad...
Se incorpora quedando de rodillas frente a Fernando y acerca sus manos a la hebilla del cinturón de este. Con un destreza logra desabrochar el cinturón. Después el botón, y por último desliza la cremallera de la bragueta. Baja con cuidado parte del pantalón y nota remarcado el paquete. A Fernando se le escapa un leve suspiro que nadie escucha. Nota las manos de Lorena acariciando su polla, separadas únicamente por la tela del slip. Esta se toma su tiempo, no quiere resultar ansiosa. Juguetea con los dedos antes de tirar de la ropa interior hacia abajo. La polla sale erecta.
-Uff... No me la esperaba así...- se ríe tímidamente y vuelve a enseñar los dientes al sonreír.
-¿Tan fea la tengo?- Dice Fernando con chulería.
-No, pero bastante gorda si...
Fernando nota las manos de Lorena acariciando la polla al completo, con sus uñas, arregladas en una cuidada manicura francesa, arañando ligeramente.
-Qué pasa, ¿Tu novio no tiene esto? - Fernando se ríe.
-Ya no estoy con él... Pero...- Mira la polla con los ojos abiertos y sonriendo tímida mientras que empieza a menear la muñeca, pajeando por instinto aunque de manera suave y poco inspirada.- Ni de coña tenía esto.. jaja
-Bueno, tú tienes la boca grande...
Plasma sutilmente las intenciones y lo que quiere.
-Jajaja si... No te lo crees ni tú.
Sonríe mirando al suelo, con una mezcla de vergüenza y excitación. Por un lado no quiere parecer tan fácil, pero por otro... Ya lo está siendo. La situación, morbosa, se le ha ido completamente de las manos. Primero al haber aceptado posar en aquel calendario, y de aquella manera, y posteriormente habiendo acabado así: en topless y agarrando la polla del hombre que la ha visto literalmente crecer en torno a aquella asociación.
-Venga, Lore, ahora me vas a decir que eres puritana...- Toma aire. Deja que el mensaje vaya calando en la chica. Busca un punto de normalización de la situación, a la vez que de pique.- O eres de esas que dejan a medias.
Las últimas palabras acaban siendo un dardo para la chica. Unas palabras simples, un discurso de vacile, pero que ella se toma muy a pecho. Casi que le duele en el orgullo. Empuja con la mano y saca todo el glande de Fernando hacia afuera. Mueve su cuello ligeramente y acerca la cabeza hasta rozar los labios contra la cabeza del pene. Da un lametazo. Otro. Otro más. Este último acaba en un chupeton suave. Empieza a trabajarse aquel glande sin prisas, dando juego. Sin parecer ansiosa. Nunca lo fue. Lorena es el tipo de chica que no hace las cosas por compromiso, ella disfruta con el sexo oral. A veces, incluso más que el chico. Fernando nota la punta de la lengua de la morena subiendo y bajando por el tronco de su polla. Se excita más y más, hasta que su polla está tan dura que está a punto de dolerle. Suelta un suspiro e inclina la cabeza hacia atrás en un acto reflejo. No dura mucho en esa posición, quiere verla la cara. No quiere perder ni un ápice de esa imagen. Desea grabarla en su cerebro para futuros ratos de autoplacer. Sabe que aquel momento ha llegado fruto de mil casualidades que jamás volverán a darse, así que trata de aprovechar cada detalle.
Lorena por su parte comienza a calentarse. Nota el sabor salado de la polla de Fernando en su lengua y su corazón empieza a bombear con más rapidez. Se incorpora algo más, decidida. Levanta la polla hacia arriba y empieza a chupar el escroto. Lo besa, lo lame y se mete los testículos en la boca, de uno en uno. Absorbe con fuerza. Nota los jadeos de Fernando. Siempre le ha encantado escuchar los sonidos de placer del chico. Le pone.
Sabe que lo ha calentado lo suficiente, así que se acerca a la polla y empieza a metersela en la boca. Chupa suave, sin tragarla entera. Aprieta fuerte los labios y mueve la cabeza de forma ligera. Fernando suelta leves bufidos de placer, acaricia el cabello de la chica y la sujeta de la coleta marcándole un ritmo.
-Dios, eres jodidamente buena...
Lorena la saca de su boca y sonríe. Da un par de besitos cariñosos en ambos lados del tronco. El fotógrafo y Germán contemplan la escena bastante cachondos sin decir nada. Lorena mira fijamente a Fernando y empieza a meterse la polla en la boca, a ritmo lento pero sin ninguna pausa. Fernando ve como su miembro desaparece poco a poco en la boca de Lorena. Esta no frena. Hace un par de movimientos de lado a lado con la cabeza cuando nota que no puede mas, pero continúa. Continúa hasta soltar una leve arcada que le hace saltar la lágrima, corriendose el rímel de ojos que lleva. Se echa hacia atrás en un acto reflejo para evitar ahogarse. La polla sale de la garganta impregnada en saliva. Lorena queda arrodillada en el centro de la escena, los tres hombres la miran...
 
Me encanta con qué detalle describes cada paso de la mamada, y es muy excitante que ella se tome su tiempo. ¡Y lo que queda!
 

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